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Actualmente, la teoría es contemplación de la realidad, que pretende conocerla, descubrirla y explicarla para,
poder intervenir positivamente en la práctica. La teoría aporta al ámbito educativo (Petrus, 1984):
- Un significa a los hechos que observamos en toda acción educativa.
- Una explicación y una comprensión de los diferentes fenómenos educativos
- Una interpretación del hecho educativo, al confrontar varias teorías, abriendo nuevos cauces a la investigación
- Una propuesta de normas dirigidas a compaginar los diferentes elementos de la teoría con los hechos reales
La gran diferencia que existe entre el significado originario y el actual, es que la teoría en su origen no pretendía
ninguna utilidad, y ahora presenta una clara conexión con la práctica. La coherencia y eficacia de toda práctica
educativa, está sustentada en una teoría lógica, coherente y bien fundamentada.
10.2.2. Sentido y Evolución del Concepto “Práctica”
Práctica implica acción que repercute en el sujeto (obrar) o que revierte en el exterior (hacer, producir). Dos
acepciones:
- La práctica que tiene por finalidad el agente-praxis. (Este concepto va desapareciendo)
- Práctica encaminada a la realización de algo externo- enlaza con técnica.
Práctica o praxis conducen a dos modelos de educación.
- Ed. como praxis: Proceso permanente en el que cada persona se va autorrealizando. El educando se
responsabiliza del proceso educativo y el educador es guía
- Ed. como práctica: Proceso basado en métodos y técnicas eficaces dirigidos a una finalidad. Educación como
acción tecnológica, o el diseño del proceso más eficaz para el logro de los objetivos preestablecidos
Todo planteamiento educativo muestra una dimensión práctica y una tecnológica.
El conocimiento teórico es condición de posibilidad del práctico. El logro del fin en la praxis, sólo se consigue
obrando, es decir, se trata de un saber hacer (acción tecnológica), que conduce al obrar (acción moral).
La tarea del educador es necesariamente técnica, pero sobresale el valor moral en cuanto acción perfectiva,
tanto para el educando como para el educador. De aquí se deriva la responsabilidad del educador, dado que en toda
intervención pedagógica las decisiones han de ser técnicamente eficaces y éticamente pertinentes (Bárcena, 1994).