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TRANSFORMACIÓN DE SOCIEDADES

De acuerdo con lo dispuesto por el art. 74 de la ley 19.550, hay transformación cuando una sociedad
adopta otro de los tipos previstos. No se disuelve la sociedad ni se alteran sus derechos y
obligaciones. La transformación no es procedimiento admisible para las sociedades no constituidas
regularmente ni para aquellas regidas por la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, pues esta
clase de sociedades no constituyen un tipo de sociedad y la transformación supone una sociedad
regularmente constituida según un tipo determinado, que adopta otro tipo también determinado
para su reestructuración.
La transformación no implica la disolución de la sociedad transformada, sino una modificación de
su contrato social o estatuto, continuando el mismo organismo social modificado en su forma,
aunque con el mismo sustrato personal y patrimonial. Atento a su trascendencia, la decisión social
que aprueba la transformación de la sociedad requiere las mayorías más rigurosas, cualquiera que
fuere el tipo societario adoptado, gozando los socios disconformes con el derecho de receso, pues
no es admisible obligarlos a continuar en una sociedad de un tipo diferente al que oportunamente
habían elegido .
LA TRANSFORMACIÓN PUEDE SER VOLUNTARIA, O FORZOSA U OBLIGATORIA. La primera
se produce cuando los socios resuelven tal acto sin circunstancias que los obliguen a ella, por
considerar al nuevo tipo social adoptado más conveniente a la envergadura de la empresa. Por el
contrario, la transformación es forzosa u obligatoria, cuando la ley obliga a los socios a llevar a cabo
tal procedimiento para evitar la nulidad de la sociedad (arts. 140, 145 y 324, ley 19.550) o para
proteger los derechos de quienes se deben incorporar a la sociedad, como consecuencia del
fallecimiento de un socio, cuando así se hubiere estipulado en el contrato constitutivo. Existe,
asimismo, luego de la sanción de la ley 26.994, la "transformación de pleno derecho", que el art. 94
bis de la ley 19.550 impone a las sociedades en comandita y de capital e industria, cuando queda
reducida a uno en el número de socios.
Dicha norma dispone textualmente: "La reducción a uno del número de socios no es causal de
disolución, imponiendo la transformación de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple
o por acciones y de capital e industria, en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra
solución, en el término de tres meses". Lamentablemente la norma no ha definido ni ha precisado
las características y los efectos de la "transformación de pleno derecho" de una sociedad, pues si
se parte de la idea de que la transformación es un procedimiento complejo que requiere la
celebración de trámites internos y externos, no se entiende cómo ni de qué manera se le pueden
imponer "sin más" a una sociedad los requisitos propios de otro tipo social.
La derogación del régimen de las sociedades civiles por la ley 26.994 ha tornado abstracto el debate
sobre la posibilidad de que una sociedad comercial pueda transformarse en una sociedad civil o
viceversa, pues ha quedado eliminada toda diferencia en materia de sociedades basada en la
actividad que esta desarrolla. Es importante destacar que una sociedad de aquellas previstas en la
sección IV del capítulo I de la ley 19.550 no puede transformarse en una sociedad típica, pues el
art. 74 de la ley 19.550 requiere que todos los entes que participan en este procedimiento se hayan
constituido regularmente, adoptando uno de los tipos previstos en la norma.
Finalmente, las sociedades típicas previstas en la ley 19.550 pueden transformarse en sociedades
por acciones simplificadas (SAS), atento a lo dispuesto por el art. 61 de la ley 27.349. ¿Es posible
la transformación de una sociedad en una persona jurídica diferente? En primer lugar, es
inadmisible, por expresa directiva legal (art. 6º, ley 20.337), la transformación de sociedades en
entidades cooperativas y viceversa.
En cuanto a las asociaciones civiles, estas no pueden transformarse en sociedades ni es admisible
el supuesto contrario, atento a que no puede concebirse que a través de tal procedimiento puedan
alterarse los requisitos que caracterizan a toda sociedad. No debe olvidarse que estas persiguen
siempre un fin de lucro y que deben contar necesariamente con una estructura empresaria (art. 1º,
LGS) lo que no sucede con las personas jurídicas legisladas por los incs. b), c) y d) del art. 148 del
Cód. Civ. y Com., las cuales persiguen fines de bien común, totalmente ajenos al fin societario que
caracteriza a los entes previstos en la ahora denominada Ley General de Sociedades.
Finalmente, las sociedades en liquidación tampoco pueden transformarse en sociedades de otro
tipo, salvo que previa o contemporáneamente se resuelva la reconducción de su contrato social o
estatuto o la remoción de su causal disolutoria (arts. 95 y 100, ley 19.550). De lo contrario, la
transformación aparece como un acto que exorbita el período liquidatorio, lo que descarta la
admisibilidad del procedimiento previsto por los arts. 74 a 82 de la ley 19.550.
LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD Y LA RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS
Como la transformación es un acto en el cual participan exclusivamente los socios de la sociedad,
los terceros ajenos a ella jamás pueden quedar afectados por la reorganización del ente, salvo
expreso consentimiento.
Ello explica que el art. 75 de la ley 19.550 haya dispuesto que "La transformación no modifica la
responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios, aun cuando se trate de obligaciones que deben
cumplirse con posterioridad a la adopción del nuevo tipo, salvo que los acreedores lo consientan
expresamente.
Si en razón de la transformación existen socios que asumen responsabilidad ilimitada, ésta no se
extiende a las obligaciones sociales anteriores a la transformación salvo que lo acepten
expresamente".
REQUISITOS DE LA TRANSFORMACIÓN
El procedimiento de transformación exige el cumplimiento de los siguientes requisitos (art. 77, ley
19.550):
1. Acuerdo unánime de los socios, salvo pacto en contrario, o lo dispuesto para algunos tipos
societarios, esto es, tres cuartas partes del capital social en las sociedades de responsabilidad
limitada (art. 160, ley 19.550) y mayoría de acciones con derecho a voto en las sociedades por
acciones (art. 244, in fine, ley 19.550).
2. Confección de un balance especial, cerrado a una fecha que no exceda de un mes del acuerdo
de transformación y puesto a disposición de los socios en la sede social con no menos de quince
días de anticipación a dicho acuerdo. Este balance debe ser aprobado con las mismas mayorías
que los balances de ejercicio, esto es, con el voto favorable de las mayorías calificadas (arts. 132,
160, in fine, y 243, in fine, ley 19.550).
3. Otorgamiento del acto que instrumente la transformación por los órganos competentes de la
sociedad, con constancia de los socios que se retiren, capital que representen y cumplimiento de
las formalidades del nuevo tipo societario adoptado.
4. Publicación por un día en el diario de publicaciones legales que corresponda a la sede social y
sus sucursales, aviso que deberá contener la fecha de la resolución social que aprobó la
transformación, la fecha del instrumento de transformación, la razón social o denominación social
anterior y la adoptada, debiendo de esta resultar indubitable su identidad con la sociedad que se
transforma, los socios que se retiran o incorporan y el capital que representan y cualquier otra
cláusula del contrato social que haya sido modificada como consecuencia de la transformación.
5. Finalmente, la inscripción del instrumento prevista en el párr. 3º, con copia del balance firmado
en el Registro Público y demás registros que correspondan por el tipo de sociedad, por la naturaleza
de los bienes que integran el patrimonio y sus gravámenes.
Estas inscripciones deben ser ordenadas y ejecutadas por el juez o autoridad a cargo del Registro
Público, una vez cumplida la publicidad a que se refiere el párr. 4º del art. 77 de la ley 19.550.
LA TRANSFORMACIÓN Y EL DERECHO DE RECESO
Es evidente la procedencia del derecho de receso cuando los socios o accionistas resuelven la
transformación de la sociedad, pues el cambio de tipo implica modificación sustancial del contrato
de sociedad que oportunamente suscribieron, ya sea por el cambio de responsabilidad que la
transformación supone, como por el diferente régimen de organización interna que caracteriza cada
uno de los tipos societarios previstos en la ley 19.550.
El derecho de receso en caso de transformación se rige por el art. 78 de la ley 19.550 que no deroga
las normas previstas por el art. 245, sino que lo reglamenta específicamente para el caso que se
considera. Pero ello no significa que las lagunas que presenta el art. 78 no deban ser suplidas por
las normas generales establecidas por el art. 245, en especial, en materia de plazo de pago y
actualización de la deuda.
Las normas que gobiernan el derecho de receso en caso de transformación son las siguientes:
a) El derecho de receso es otorgado a los socios que han votado en contra y los ausentes. No
obstante, su retiro de la sociedad, estos socios continúan respondiendo frente a los terceros por las
obligaciones contraídas por la sociedad hasta la inscripción de la transformación en el Registro
Público, pero como contrapartida y para evitar abusos, la sociedad, los socios con responsabilidad
ilimitada y los administradores garantizan solidaria e ilimitadamente a los socios recedentes por las
obligaciones sociales contraídas desde el ejercicio del derecho de receso hasta su inscripción.
b) Debe ejercerse dentro de los quince días de adoptado el acuerdo social de transformación, salvo
que el contrato fije uno distinto y lo dispuesto para algunos tipos societarios. Repárese que la ley,
apartándose de los plazos previstos por el art. 245, ha unificado en quince días el término para
ejercer el derecho de receso, sin distinguir entre presentes y ausentes en el acuerdo de
transformación. La remisión a lo dispuesto para algunos tipos societarios se refiere a las sociedades
de responsabilidad limitada, cuya reglamentación peca de gravísimas incongruencias, privando a
los socios ausentes del acuerdo de transformación del derecho de receso, sin motivo alguno que
justifique tan disvaliosa solución.
c) El reembolso de las partes de los socios recedentes se hará sobre la base del balance de
transformación, el cual obviamente permite medir con mayor certeza y actualidad el patrimonio de
la sociedad transformada. d) Los socios que permanecen mantienen las preferencias sobre las
partes de los recedentes, salvo pacto en contrario (art. 79, ley 19.550).
RESCISIÓN DEL ACUERDO DE TRANSFORMACIÓN
La transformación puede ser dejada sin efecto por acuerdo de los socios, adoptado con las mismas
mayorías que el acuerdo de transformación, siempre y cuando no haya sido inscripta en el Registro
Público. Si medió publicidad edictal, debe efectuarse una nueva publicación al solo efecto de
anunciar la rescisión de la transformación.
CADUCIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE TRANSFORMACIÓN
El art. 81 de la ley 19.550 dispone que el acuerdo social de transformación caduca si a los tres
meses de haberse celebrado no se inscribió el respectivo instrumento en el Registro Público, salvo
que el plazo resultare excedido por el normal cumplimiento de los trámites ante la autoridad que
debe intervenir o disponer la inscripción.
La solución encuentra fundamento en la necesidad de que los procedimientos de reorganización
se concluyan y surtan efectos para todos, pues no es recomendable que la sociedad haya aprobado
una transformación que quede pendiente de ejecución en forma permanente. Sin embargo, la
solución legal es equivocada, pues debió computarse el plazo de tres meses hasta el pedido de
inscripción del instrumento de transformación

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