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CAPÍTULO XIII - REORGANIZACIÓN DE SOCIEDADES.

TRANSFORMACIÓN,
FUSIÓN Y ESCISIÓN

§ 108. TRANSFORMACIÓN DE SOCIEDADES

De acuerdo con lo dispuesto por el art. 74 de la ley 19.550, hay


transformación cuando una sociedad adopta otro de los tipos
previstos. No se disuelve la sociedad ni se alteran sus derechos y
obligaciones.

La transformación no es procedimiento admisible para las


sociedades no constituidas regularmente ni para aquellas regidas
por la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, pues esta clase de
sociedades no constituyen un tipo de sociedad y la transformación
supone una sociedad regularmente constituida según un tipo
determinado, que adopta otro tipo también determinado para su
reestructuración.

La transformación no implica la disolución de la sociedad


transformada, sino una modificación de su contrato social o
estatuto, continuando el mismo organismo social modificado en su
forma, aunque con el mismo sustrato personal y patrimonial. Atento
a su trascendencia, la decisión social que aprueba la transformación
de la sociedad requiere las mayorías más rigurosas, cualquiera que
fuere el tipo societario adoptado, gozando los socios disconformes
con el derecho de receso, pues no es admisible obligarlos a
continuar en una sociedad de un tipo diferente al que
oportunamente habían elegido.

La transformación puede ser voluntaria, o forzosa u obligatoria. La


primera se produce cuando los socios resuelven tal acto sin
circunstancias que los obliguen a ella, por considerar al nuevo tipo
social adoptado más conveniente a la envergadura de la empresa.
Por el contrario, la transformación es forzosa u obligatoria, cuando
la ley obliga a los socios a llevar a cabo tal procedimiento para
evitar la nulidad de la sociedad (arts. 140, 145 y 324, ley 19.550) o
para proteger los derechos de quienes se deben incorporar a la
sociedad, como consecuencia del fallecimiento de un socio, cuando
así se hubiere estipulado en el contrato constitutivo.

Existe, asimismo, luego de la sanción de la ley 26.994, la


"transformación de pleno derecho", que el art. 94 bis de la ley
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19.550 impone a las sociedades en comandita y de capital e
industria, cuando queda reducida a uno en el número de socios.
Dicha norma dispone textualmente: "La reducción a uno del número
de socios no es causal de disolución, imponiendo la transformación
de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por
acciones y de capital e industria, en sociedad anónima unipersonal,
si no se decidiera otra solución, en el término de tres meses".

Lamentablemente la norma no ha definido ni ha precisado las


características y los efectos de la "transformación de pleno derecho"
de una sociedad, pues si se parte de la idea de que la
transformación es un procedimiento complejo que requiere la
celebración de trámites internos y externos, no se entiende cómo ni
de qué manera se le pueden imponer "sin más" a una sociedad los
requisitos propios de otro tipo social.

La derogación del régimen de las sociedades civiles por la ley


26.994 ha tornado abstracto el debate sobre la posibilidad de que
una sociedad comercial pueda transformarse en una sociedad civil
o viceversa, pues ha quedado eliminada toda diferencia en materia
de sociedades basada en la actividad que esta desarrolla.

Es importante destacar que una sociedad de aquellas previstas


en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550 no puede
transformarse en una sociedad típica, pues el art. 74 de la ley
19.550 requiere que todos los entes que participan en este
procedimiento se hayan constituido regularmente, adoptando uno
de los tipos previstos en la norma.

Finalmente, las sociedades típicas previstas en la ley 19.550


pueden transformarse en sociedades por acciones simplificadas
(SAS), atento a lo dispuesto por el art. 61 de la ley 27.349.

¿Es posible la transformación de una sociedad en una persona


jurídica diferente?

En primer lugar, es inadmisible, por expresa directiva legal (art.


6º, ley 20.337), la transformación de sociedades en entidades
cooperativas y viceversa.

En cuanto a las asociaciones civiles, estas no pueden


transformarse en sociedades ni es admisible el supuesto contrario,
atento a que no puede concebirse que a través de tal procedimiento
puedan alterarse los requisitos que caracterizan a toda sociedad.

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No debe olvidarse que estas persiguen siempre un fin de lucro y
que deben contar necesariamente con una estructura empresaria
(art. 1º, LGS) lo que no sucede con las personas jurídicas legisladas
por los incs. b), c) y d) del art. 148 del Cód. Civ. y Com., las cuales
persiguen fines de bien común, totalmente ajenos al fin societario
que caracteriza a los entes previstos en la ahora denominada Ley
General de Sociedades.

Finalmente, las sociedades en liquidación tampoco pueden


transformarse en sociedades de otro tipo, salvo que previa o
contemporáneamente se resuelva la reconducción de su contrato
social o estatuto o la remoción de su causal disolutoria (arts. 95 y
100, ley 19.550). De lo contrario, la transformación aparece como
un acto que exorbita el período liquidatorio, lo que descarta la
admisibilidad del procedimiento previsto por los arts. 74 a 82 de la
ley 19.550.

§ 109. LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD Y LA RESPONSABILIDAD


DE LOS SOCIOS

Como la transformación es un acto en el cual participan


exclusivamente los socios de la sociedad, los terceros ajenos a ella
jamás pueden quedar afectados por la reorganización del ente,
salvo expreso consentimiento. Ello explica que el art. 75 de la ley
19.550 haya dispuesto que "La transformación no modifica la
responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios, aun cuando se
trate de obligaciones que deben cumplirse con posterioridad a la
adopción del nuevo tipo, salvo que los acreedores lo consientan
expresamente. Si en razón de la transformación existen socios que
asumen responsabilidad ilimitada, ésta no se extiende a las
obligaciones sociales anteriores a la transformación salvo que lo
acepten expresamente".

§ 110. REQUISITOS DE LA TRANSFORMACIÓN

El procedimiento de transformación exige el cumplimiento de los


siguientes requisitos (art. 77, ley 19.550):

1. Acuerdo unánime de los socios, salvo pacto en contrario, o lo


dispuesto para algunos tipos societarios, esto es, tres cuartas
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partes del capital social en las sociedades de responsabilidad
limitada (art. 160, ley 19.550) y mayoría de acciones con derecho a
voto en las sociedades por acciones (art. 244, in fine, ley 19.550).

2. Confección de un balance especial, cerrado a una fecha que no


exceda de un mes del acuerdo de transformación y puesto a
disposición de los socios en la sede social con no menos de quince
días de anticipación a dicho acuerdo. Este balance debe ser
aprobado con las mismas mayorías que los balances de ejercicio,
esto es, con el voto favorable de las mayorías calificadas (arts. 132,
160, in fine, y 243, in fine, ley 19.550).

3. Otorgamiento del acto que instrumente la transformación por


los órganos competentes de la sociedad, con constancia de los
socios que se retiren, capital que representen y cumplimiento de las
formalidades del nuevo tipo societario adoptado.

4. Publicación por un día en el diario de publicaciones legales que


corresponda a la sede social y sus sucursales, aviso que deberá
contener la fecha de la resolución social que aprobó la
transformación, la fecha del instrumento de transformación, la razón
social o denominación social anterior y la adoptada, debiendo de
esta resultar indubitable su identidad con la sociedad que se
transforma, los socios que se retiran o incorporan y el capital que
representan y cualquier otra cláusula del contrato social que haya
sido modificada como consecuencia de la transformación.

5. Finalmente, la inscripción del instrumento prevista en el párr.


3º, con copia del balance firmado en el Registro Público y demás
registros que correspondan por el tipo de sociedad, por la
naturaleza de los bienes que integran el patrimonio y sus
gravámenes. Estas inscripciones deben ser ordenadas y ejecutadas
por el juez o autoridad a cargo del Registro Público, una vez
cumplida la publicidad a que se refiere el párr. 4º del art. 77 de
la ley 19.550.

§ 111. LA TRANSFORMACIÓN Y EL DERECHO DE RECESO

Es evidente la procedencia del derecho de receso cuando los


socios o accionistas resuelven la transformación de la sociedad,
pues el cambio de tipo implica modificación sustancial del contrato
de sociedad que oportunamente suscribieron, ya sea por el cambio
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de responsabilidad que la transformación supone, como por el
diferente régimen de organización interna que caracteriza cada uno
de los tipos societarios previstos en la ley 19.550.

El derecho de receso en caso de transformación se rige por el art.


78 de la ley 19.550 que no deroga las normas previstas por el art.
245, sino que lo reglamenta específicamente para el caso que se
considera. Pero ello no significa que las lagunas que presenta el art.
78 no deban ser suplidas por las normas generales establecidas por
el art. 245, en especial, en materia de plazo de pago y actualización
de la deuda.

Las normas que gobiernan el derecho de receso en caso de


transformación son las siguientes:

a) El derecho de receso es otorgado a los socios que han votado


en contra y los ausentes. No obstante su retiro de la sociedad, estos
socios continúan respondiendo frente a los terceros por las
obligaciones contraídas por la sociedad hasta la inscripción de la
transformación en el Registro Público, pero como contrapartida y
para evitar abusos, la sociedad, los socios con responsabilidad
ilimitada y los administradores garantizan solidaria e ilimitadamente
a los socios recedentes por las obligaciones sociales contraídas
desde el ejercicio del derecho de receso hasta su inscripción.

b) Debe ejercerse dentro de los quince días de adoptado el


acuerdo social de transformación, salvo que el contrato fije uno
distinto y lo dispuesto para algunos tipos societarios. Repárese que
la ley, apartándose de los plazos previstos por el art. 245, ha
unificado en quince días el término para ejercer el derecho de
receso, sin distinguir entre presentes y ausentes en el acuerdo de
transformación. La remisión a lo dispuesto para algunos tipos
societarios se refiere a las sociedades de responsabilidad limitada,
cuya reglamentación peca de gravísimas incongruencias, privando
a los socios ausentes del acuerdo de transformación del derecho de
receso, sin motivo alguno que justifique tan disvaliosa solución.

c) El reembolso de las partes de los socios recedentes se hará


sobre la base del balance de transformación, el cual obviamente
permite medir con mayor certeza y actualidad el patrimonio de la
sociedad transformada.

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d) Los socios que permanecen mantienen las preferencias sobre
las partes de los recedentes, salvo pacto en contrario (art. 79, ley
19.550).

§ 112. RESCISIÓN DEL ACUERDO DE TRANSFORMACIÓN

La transformación puede ser dejada sin efecto por acuerdo de los


socios, adoptado con las mismas mayorías que el acuerdo de
transformación, siempre y cuando no haya sido inscripta en el
Registro Público. Si medió publicidad edictal, debe efectuarse una
nueva publicación al solo efecto de anunciar la rescisión de la
transformación.

§ 113. CADUCIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE TRANSFORMACIÓN

El art. 81 de la ley 19.550 dispone que el acuerdo social de


transformación caduca si a los tres meses de haberse celebrado no
se inscribió el respectivo instrumento en el Registro Público, salvo
que el plazo resultare excedido por el normal cumplimiento de los
trámites ante la autoridad que debe intervenir o disponer la
inscripción.

La solución encuentra fundamento en la necesidad de que los


procedimientos de reorganización se concluyan y surtan efectos
para todos, pues no es recomendable que la sociedad haya
aprobado una transformación que quede pendiente de ejecución en
forma permanente. Sin embargo, la solución legal es equivocada,
pues debió computarse el plazo de tres meses hasta el pedido de
inscripción del instrumento de transformación

§ 114. LA FUSIÓN DE SOCIEDADES. CONCEPTO Y CLASES

La fusión de sociedades constituye el instrumento jurídico más


idóneo para la concentración empresaria y tiene lugar cuando dos o
más sociedades se disuelven sin liquidarse para constituir una
nueva sociedad (fusión propiamente dicha), o cuando una sociedad
ya existente incorpora a otra y otras que, sin liquidarse, son
disueltas (fusión por absorción o incorporación).

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En cuanto a su naturaleza jurídica, la fusión es un contrato
celebrado entre sociedades que tiene por objeto la transferencia
universal del patrimonio de las sociedades fusionadas a la nueva
sociedad o del patrimonio de la sociedad absorbida a la sociedad
absorbente.

Los efectos fundamentales de la fusión son los siguientes:

La nueva sociedad o la incorporante adquiere la titularidad de los


derechos y las obligaciones de las sociedades disueltas,
produciéndose la transferencia total de sus respectivos patrimonios
al inscribirse en el Registro Público el acuerdo definitivo de fusión y
el contrato o estatuto de la nueva sociedad o el aumento del capital
social que hubiera tenido que efectuar la incorporante (art. 82, ley
19.550).

2. La fusión produce asimismo la atribución de la calidad de


socios en la nueva sociedad o en la sociedad incorporante a
quienes eran socios en las sociedades disueltas.

La fusión implica en consecuencia una sucesión a título universal,


con iguales efectos que la sucesión por causa de muerte, pues la
propiedad o posesión de los bienes que antes integraban el
patrimonio de la o las sociedades disueltas pasan a la nueva
sociedad sin necesidad de que los administradores de la que se
crea o que se incorpora contraten la cesión de cada uno de los
créditos de los que eran titulares las sociedades fusionadas ni
deben notificar la cesión a los deudores cedidos. Los créditos y
deudas de esta pasan a la nueva sociedad o a la sociedad
absorbente con las mismas condiciones que tenían antes de la
fusión, quien toma idéntica posición procesal en los juicios
pendientes y a la cual le serán oponibles las sentencias dictadas en
el pleito donde las sociedades disueltas eran parte.

La fusión no es procedimiento admisible en las sociedades en


liquidación, pues constituye un acto que exorbita el trámite
liquidatorio (art. 101, ley 19.550) amén de que la misma redacción
del art. 82 descartaría tal posibilidad. Asimismo, la fusión supone
regularidad en los sujetos intervinientes, habiendo la jurisprudencia
descartado, con convincentes argumentos, la intervención de
sociedades incluidas en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550.

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§ 115. REQUISITOS Y PROCEDIMIENTO

La concreción de la fusión entre varias compañías, en cualquiera


de sus modalidades, requiere generalmente una larga preparación
por las dificultades técnicas de su concreción definitiva, sin contar
las negociaciones previas para armonizar los intereses de los
socios o grupos dominantes de una u otra sociedad.

1. El primer paso para llevar a cabo la fusión consiste en el


compromiso previo de fusión otorgado por los representantes de
ambas sociedades, el cual debe contener (art. 83, ley 19.550):

a) La exposición de los motivos y finalidades de la fusión.

b) Los balances especiales de fusión de cada sociedad,


preparados por sus administradores, con informes de los síndicos
en su caso, cerrados en una misma fecha que no será anterior a
tres meses a la firma del compromiso y confeccionado sobre bases
homogéneas e idénticos criterios de valuación.

c) La relación de cambio de las participaciones sociales, cuotas o


acciones. Mediante tal relación, los socios de la o las sociedades
fusionadas pueden conocer cuál será su futura participación en la
nueva sociedad o en la sociedad incorporante.

d) El proyecto de contrato o estatuto de la nueva sociedad o de


modificaciones del contrato o estatuto de la sociedad absorbente,
según el caso.

e) Las limitaciones que las sociedades convengan en la


respectiva administración de sus negocios y las garantías que
establezcan para el cumplimiento de una actividad normal de
gestión, durante el lapso que transcurra hasta la efectiva inscripción
del acto de fusión en el Registro Público.

2. El compromiso previo de fusión y los balances especiales


deben ser aprobados por el órgano de gobierno de todas las
sociedades partícipes del procedimiento, con los requisitos
necesarios para la modificación del contrato social o estatuto. A tal
efecto, los administradores deben poner a disposición de los socios
o accionistas en la sede social copia del compromiso previo de
fusión, del balance y del informe del síndico en su caso, con no
menos de quince días de anticipación a su consideración por la
reunión de socios o asamblea extraordinaria.

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3. Aprobado por el órgano de gobierno de todas las sociedades
intervinientes el compromiso previo de fusión y los balances
especiales, debe publicarse por tres días un aviso en el diario de
publicaciones legales de la jurisdicción de cada sociedad y en uno
de los diarios de mayor circulación general en la República, el cual
deberá contener:

a) La razón social o denominación, la sede social o los datos de la


inscripción en el Registro Público de cada una de las sociedades.

b) El capital de la nueva sociedad o el importe del aumento del


capital social de la sociedad incorporante.

c) La valuación del activo y del pasivo de las sociedades


fusionantes, con indicación de la fecha a que se refiere.

d) La razón social o denominación, el tipo y el domicilio acordado


por la sociedad a constituirse.

e) Las fechas del compromiso previo de fusión y de las


resoluciones sociales que lo aprobaron.

La referida publicidad, además de la lógica intención de hacer


conocer al mercado la proyectada fusión de empresas, tiene por
efecto fundamental el anoticiamiento de dicho acto a los acreedores
de todas las sociedades intervinientes para que puedan ejercer el
derecho de oposición a la ejecución de la fusión. Debe recordarse al
respecto que los acreedores de las sociedades intervinientes en el
procedimiento de fusión son terceros ajenos a él, a los que, salvo su
expreso o tácito consentimiento, no pueden serle opuestos un
cambio de deudor.

4. Los acreedores cuentan pues con un plazo de quince días,


contados desde la última publicación del aviso, para ejercer su
derecho de oposición, pero queda en claro que dicha oposición no
frustra el procedimiento ni impide la prosecución de las operaciones
de fusión, sino que solo demora el otorgamiento del acuerdo
definitivo de fusión, el que no podrá ser llevado a cabo hasta veinte
días después del vencimiento del plazo antes indicado, a fin de que
los acreedores oponentes que no fueron desinteresados o
debidamente garantizados durante el plazo de veinte días por las
fusionantes, puedan obtener el embargo judicial.

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5. No existiendo acreedores oponentes, o transcurrido el plazo de
veinte días a que se hizo referencia en el párrafo anterior, los
representantes de todas las sociedades intervinientes en el
procedimiento de fusión se encuentran en condiciones de otorgar el
acuerdo definitivo de fusión, el cual contendrá:

a) Las resoluciones sociales aprobatorias de la fusión.

b) La nómina de los socios que hayan ejercido el derecho de


receso y capital que representen en cada sociedad.

c) La nómina de los acreedores que habiéndose opuesto hubieren


sido garantizados y de los que hubieran obtenido embargo judicial;
en ambos casos, deberá constar la causa o título, el monto del
crédito y las medidas cautelares dispuestas, así como una lista de
los acreedores desinteresados con un breve informe sobre su
incidencia en los balances especiales.

d) La agregación de los balances especiales y de un balance


consolidado de las sociedades que se fusionan.

El art. 84, in fine, de la ley 19.550 soluciona el problema de la


administración de las sociedades intervinientes luego de la firma del
acuerdo definitivo de fusión, disponiendo que a menos que en el
compromiso previo se haya pactado lo contrario, desde el acuerdo
definitivo de fusión, la administración y representación de las
sociedades fusionantes disueltas está a cargo de los
administradores de la sociedad fusionaria o de la incorporante, con
suspensión de quienes hasta entonces la ejecutaban, sin perjuicio
de la facultad de los administradores suspendidos de demandar la
rescisión del procedimiento de fusión, conforme lo establece el art.
87 de la ley 19.550.

6. Finalmente y suscripto el acuerdo definitivo de fusión, este


debe inscribirse en el Registro Público, momento a partir del cual la
fusión resulta oponible para la sociedad, sus integrantes y frente a
terceros.

§ 116. REQUISITOS ESPECÍFICOS EN CASO DE FUSIÓN PROPIAMENTE


DICHA Y EN CASO DE FUSIÓN POR ABSORCIÓN

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En el caso de fusión propiamente dicha, al constituirse la
sociedad fusionaria, el acuerdo definitivo de fusión debe ser
otorgado por los órganos competentes de las fusionantes, con
cumplimiento de las formalidades propias del nuevo tipo adoptado,
correspondiendo al órgano de administración de la sociedad así
creada, la ejecución de los actos tendientes a cancelar la inscripción
registral de las sociedades disueltas, sin que se requiera
publicación en ningún caso (art. 84, ley 19.550).

En cambio, en el supuesto de fusión por incorporación es


suficiente el cumplimiento de las normas atinentes a la reforma del
contrato o estatuto de la sociedad absorbente, y la ejecución de los
actos necesarios para cancelar la inscripción registral de las
sociedades absorbidas o disueltas, que en ningún caso requieren
publicación, competen al órgano de administración de la sociedad
absorbente.

§ 117. INSCRIPCIONES REGISTRALES

Tanto en la constitución de la nueva sociedad como en la


incorporación, las inscripciones registrales que correspondan por la
naturaleza de los bienes que integran el patrimonio transferido y sus
gravámenes deben ser ordenados por el juez o autoridad a cargo
del Registro Público. A tal efecto, la resolución de la autoridad que
ordena la inscripción, que deberá contener las referencias,
constancias del dominio y de las anotaciones registrales, es
instrumento suficiente para la toma de razón de la transmisión de la
propiedad, sin que se requiera otro documento o instrumento.

§ 118. DERECHO DE RECESO Y PREFERENCIAS DE LOS SOCIOS

El art. 85 de la ley 19.550 se remite a lo dispuesto sobre el


particular por los arts. 78 y 79 de dicha ley, cuando trató el ejercicio
de tales derechos en materia de transformación, por lo que
corresponde la remisión respectiva.

No obstante, debe tenerse en cuenta:

a) El derecho de receso debe ser ejercitado por los socios que


votaron en contra de la aprobación del compromiso de fusión dentro

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de los quince días de la respectiva asamblea o reunión de socios
que haya aprobado dicho instrumento.

b) No corresponde el derecho de receso para los accionistas de la


sociedad incorporante (art. 245, párr. 1º, ley 19.550) ni es admisible
tal derecho en las sociedades que hacen oferta pública de sus
acciones o se hallan autorizadas para su cotización, si las acciones
que los accionistas deben recibir en su consecuencia estuviesen
admitidas a la oferta pública o para la cotización. Podrán sí ejercer
el derecho de receso si la inscripción bajo dichos regímenes fuera
desistida o denegada (art. 245, párr. 2º, ley 19.550).

§ 119. REVOCACIÓN DEL COMPROMISO PREVIO DE FUSIÓN

El compromiso previo de fusión puede ser dejado sin efecto por


cualquiera de las partes, si no se han obtenido todas las
resoluciones sociales aprobatorias en el término de tres meses
contados desde su suscripción.

Del mismo modo, las resoluciones sociales aprobatorias de tal


compromiso pueden ser revocadas por el mismo órgano de
gobierno de las sociedades intervinientes, mientras no se haya
otorgado el acuerdo definitivo, con recaudos iguales a los
establecidos para su celebración y siempre que no causen
perjuicios a las sociedades, los socios y los terceros (art. 86, ley
19.550).

§ 120. RESCISIÓN DE LA FUSIÓN. REQUISITOS

La rescisión del acuerdo definitivo de fusión puede ser


demandada por cualquiera de las sociedades interesadas siempre y
cuando sean invocados justos motivos para ello. Tal derecho solo
puede ser ejercido hasta el momento de la inscripción registral del
aludido acuerdo.

La demanda de rescisión deberá interponerse en la jurisdicción


que corresponda al lugar en que se celebró el acuerdo (art. 87, ley
19.550), y a los efectos de la promoción de dicho juicio, las
autoridades de las sociedades disueltas recuperan la administración

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de ellas, quedando sin efecto la suspensión prevista por el art.
84, in fine, de la ley 19.550.

Dicha acción judicial es solo admitida para dejar sin efecto el


acuerdo definitivo de fusión y no el compromiso de fusión, pues
mediando justos motivos para dejar a este acuerdo sin efecto, basta
la revocación de la decisión asamblearia que lo ha aprobado, según
lo dispone el art. 86 de la ley 19.550.

§ 121. ESCISIÓN DE SOCIEDADES

Constituye otro supuesto de agrupación empresaria, que se


encuentra legislada por el art. 88 de la ley 19.550, que al respecto
diferencia entre distintos supuestos de escisión:

a) La escisión incorporación o escisión con absorción, que tiene


lugar cuando una sociedad sin disolverse, a la cual la ley denomina
sociedad escindente, destina parte de su patrimonio a otra sociedad
ya existente (art. 88, inc. 1º, 1ª parte, ley 19.550), que recibe el
nombre de sociedad escisionaria. Ello implica para la sociedad que
escinde parte de su patrimonio una reducción de su capital social
proporcional al patrimonio afectado o fusionado con la sociedad
absorbente, mientras que esta última deberá incrementar su capital
para dar entrada a ese bien y poder distribuir la correspondiente
participación social a los integrantes de la sociedad que ha
escindido parte de su patrimonio.

b) La fusión escisión, que tiene lugar cuando una sociedad


participa con otra u otras (sociedades escindentes) en la creación
de una nueva sociedad (sociedad escisionaria) con parte de sus
respectivos patrimonios. Implica para las sociedades que se
escinden una reducción de su capital proporcional al patrimonio
destinado a la creación de una nueva compañía. Los socios de
ambas sociedades adquieren la calidad de socios de la nueva
sociedad.

c) La escisión propiamente dicha, que es aquella en la cual una


sociedad (o sociedad escindente) destina parte de su patrimonio
para la creación de una nueva sociedad o varias de ellas (art. 88,
inc. II, ley 19.550). Dicho acto se resuelve en forma unilateral por el
órgano de gobierno de la sociedad escindida, otorgándose el

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instrumento de constitución del nuevo ente en la asamblea o
reunión de socios que apruebe la escisión.

d) La escisión división. Este supuesto fue incorporado por la ley


22.903 al art. 88, inc. III, y existe cuando una sociedad se disuelve
sin liquidarse (sociedad escindente) para constituir nuevas
sociedades (sociedades escisionarias) con la totalidad de su
patrimonio.

Salvo el supuesto de escisión división, en que la sociedad se


disuelve, como consecuencia de destinar la totalidad de su
patrimonio a las entidades que se constituirán con el patrimonio de
la sociedad escindida o escindente, en las restantes hipótesis de
escisión previstas por el art. 88 de la ley 19.550, las sociedades
escindentes no se disuelven ni las escisionarias asumen el activo y
pasivo de aquellas, manteniendo cada una de ellas su personalidad
jurídica sin restricciones de ninguna especie. En otras palabras, y a
diferencia de la fusión, en el procedimiento de escisión no se
produce una transmisión de bienes a título universal en favor de las
sociedades escisionarias.

Es característica también del procedimiento de la escisión que las


partes sociales y acciones correspondientes a la participación en la
sociedad que se crea o que recibe parte del patrimonio del ente
dividido no se adjudican a esta, sino que se atribuyen directamente
a los socios o accionistas de la sociedad escindente. El art. 88, inc.
3º, es terminante sobre el tema y con ello se ha querido evitar la
incidencia que pudieran tener en el procedimiento de escisión las
normas de los arts. 30 a 33 de la ley 19.550, que podrían frustrar el
acto reorganizatorio.

§ 122. REQUISITOS DE LA ESCISIÓN

La escisión exige el cumplimiento de los siguientes requisitos:

1. Resolución aprobatoria de la escisión, del contrato social o


estatuto de la sociedad escisionaria, de la reforma del contrato o
estatuto de la escindente en su caso y del balance especial que
debe confeccionarse al efecto, con los requisitos necesarios para la
modificación del contrato social o del estatuto en caso de fusión (art.
83, inc. 2º, ley 19.550). El balance especial de escisión no será
anterior a tres meses de la resolución social respectiva y será
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confeccionado como un estado de situación patrimonial. La ley
remite, para el ejercicio del derecho de receso y para las
preferencias, al régimen establecido por los arts. 78 y 79 que, se
recuerda, legislan sobre la transformación de sociedades.

2. La resolución aprobatoria de la escisión debe incluir la


atribución de las partes sociales o acciones de la sociedad
escisionaria a los socios o accionistas de la escindente, en
proporción a sus participaciones en aquella, las que se cancelarán
en caso de reducción del capital.

3. La publicación de un aviso por tres días en el diario de


publicaciones legales que corresponda a la sede social de la
sociedad escindente y en uno de los diarios de mayor circulación
general en la República que deberá contener los siguientes datos:

a) La razón social o denominación, sede social y los datos de


inscripción en el Registro Público de la sociedad escindente.

b) La valuación del activo y pasivo de la referida sociedad, con


indicación de la fecha a que se refiere.

c) La valuación del activo y pasivo que componen el patrimonio


destinado a la nueva sociedad o sociedad escisionaria y la razón
social o denominación, tipo y domicilio que tendrá esta última
sociedad.

Los acreedores tendrán derecho de oposición de acuerdo con el


régimen de fusión. Vencidos los plazos correspondientes al derecho
de receso, de oposición y embargo que asiste a los acreedores de
la sociedad escindente, se otorgarán los instrumentos de
constitución de la sociedad escisionaria y de modificación de la
sociedad escindente, practicándose las inscripciones registrales
previstas por el art. 84 de la ley 19.550.

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