Está en la página 1de 26

UNIDAD 1.

CARACTERIZACIÓN GENERAL DE LOS SERES


VIVOS

1. CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS

¿Cuándo consideramos que un organismo está vivo? Intuitivamente, cuando lo


vemos moverse, crecer, alimentarse, respirar, liberar desechos, etc. Pero también hay
organismos como las plantas o los hongos que, excepto crecer, no parecen realizar
esas actividades al menos a simple vista. Esta apreciación es errada. Por el contrario,
no sólo las llevan a cabo, sino que además, las similitudes entre los seres vivos son
notablemente mayores a las diferencias: todos ellos comparten características
comunes, que se verán a continuación.

Los seres vivos están formados por células


En el siglo XVII, el inglés Robert Hooke observó tejidos vegetales al microscopio
y notó que estaban formados por unidades a las que llamó "celdas", término que luego
derivó en "células". Años después se encontró que todos los seres vivos están
formados por células. Algunos de ellos, como las bacterias, los protozoos y ciertas
algas, consisten en una única célula; mientras que los pluricelulares pueden estar
formados por millones de ellas (Figura 1).
Todas las células presentan características en común, como la presencia de una
membrana (en algunos casos una pared celular, externa a la membrana), y en su
interior el citoplasma y la información genética en el ADN.

Figura 1. Una porción de hoja formada por células

Los seres vivos están formados por el mismo tipo de materia que los objetos
inertes
Toda la materia está constituida por unidades llamadas átomos. Por supuesto
que las células también, pero no están formadas por una materia diferente a la materia
inerte: no hay átomos exclusivos de la vida y átomos exclusivos de lo no vivo, son los
mismos tipos de átomos, solo que combinados de manera distinta. Los seres vivos
están compuestos principalmente por átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno,
nitrógeno, fósforo y azufre, que se combinan y forman moléculas orgánicas (que
presentan un "esqueleto" de carbonos unidos entre sí): los hidratos de carbono,
lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Si bien es cierto que los seres vivos también
contienen sustancias inorgánicas como sales y agua, estas no forman estructuras;
sino que constituyen el medio interno del ser vivo, el medio donde se asientan las
moléculas orgánicas y donde se producen las reacciones químicas que permiten el
desarrollo de la vida.

Reproducción
La reproducción es la capacidad de los seres vivos de dejar descendencia, lo
que les permite perpetuarse en el tiempo.
Algunos organismos se originan por reproducción sexual, luego de que una célula
sexual masculina se fusiona con una célula femenina originando un cigoto (que será el
nuevo individuo); mientras que otros lo hacen asexualmente, cuando parte de un
individuo se fragmenta, y ese fragmento origina uno nuevo. Un ejemplo de
reproducción asexual es obtener una planta haciendo un gajo; otro es una célula que
se divide dando dos células hijas (Figura 2).
En la reproducción sexual, el hijo tiene características semejantes a ambos
progenitores porque recibe la información genética del padre y de la madre, en
cambio, en la reproducción asexual, será igual al individuo del que se originó.

Figura 2. Un organismo unicelular se reproduce asexualmente dividiéndose y


originando dos células hijas

Crecimiento y desarrollo
El crecimiento es el aumento del tamaño. Los seres vivos que se reproducen
sexualmente, al principio están formados por una sola célula que empieza a dividirse;
las células hijas harán lo mismo, y así sucesivamente. En consecuencia, los
organismos pluricelulares crecen porque aumenta su número de células.
Pero además de crecer, el ser vivo se desarrolla. Esto significa que a medida
que las células se dividen, no todas lo hacen al mismo ritmo, ni mantienen el mismo
aspecto, ni cumplen las mismas funciones; sino que se van especializando en tareas
diferentes y formado distintas estructuras. Este proceso da origen a los órganos y
partes que conforman un individuo, como las extremidades, los ojos, el corazón, el
estómago, los vasos sanguíneos, etcétera.
Los organismos unicelulares también crecen, pero no dividiéndose (ya que no
son más que una célula) sino aumentando su tamaño.

Los seres vivos responden a los estímulos y mantienen su medio interno


relativamente constante a pesar de los cambios externos
La capacidad de reaccionar ante un estímulo se llama irritabilidad. La reacción
más conocida es la de una persona que retira la mano cuando se pincha o quema,
pero también hay otras respuestas menos visibles, como la de una planta que crece
hacia la luz, o sus raíces que lo hacen hacia la humedad (Figura 3).
Pero por otra parte, los seres vivos, de manera similar a una estufa con termostato,
son capaces de mantener sus condiciones internas relativamente constantes a pesar
de las variaciones en el exterior. Por ejemplo, los animales de sangre caliente son
capaces de mantener la temperatura constante. En el hombre es de 36,5º C
aproximadamente, a pesar de que en el exterior haya 0º C o 40º C de temperatura. Lo
mismo ocurre con la presión sanguínea, la cantidad de agua, la concentración de
sales, etc. Esa capacidad de los organismos de mantener sus condiciones internas y
composición, estables dentro de cierto rango, a pesar de los cambios en el exterior, se
denomina homeostasis.

Figura 3. Las raíces de la planta se dirigen hacia donde hay más humedad

Los seres vivos son sistemas abiertos


Un sistema abierto intercambia materia y energía con el medio, a diferencia de
uno cerrado que solo intercambia energía; y uno aislado donde no se produce
intercambio alguno.
Los seres vivos son sistemas abiertos porque necesitan incorporar materia y
energía, pero también la liberan en forma de calor, transpiración y desechos.
Algunos seres vivos incorporan materia y energía a través de los alimentos. Son los
heterótrofos, que comen a otros seres vivos, ya sea cazándolos, alimentándose de
organismos muertos, o parasitándolos. Los más conocidos son los animales, pero
también están los hongos, protozoos y algunas bacterias.
Otro grupo son los autótrofos, como las plantas, las algas y algunas bacterias, que
a través de la fotosíntesis fabrican su propio alimento utilizando agua, dióxido de
carbono y energía lumínica.
Tanto los heterótrofos como los autótrofos degradan los alimentos, y durante este
proceso liberan energía que será utilizada por las células. Pero el alimento también
proporciona materia, es decir, átomos que los seres vivos utilizan para fabricar las
moléculas que los constituyen. Este proceso de degradación y síntesis de moléculas a
través de reacciones químicas, se denomina metabolismo.

Los seres vivos cambian a lo largo de los años


Cada organismo que nace es ligeramente diferente a sus padres.
Los individuos de una especie pueden continuar reproduciéndose durante miles
de años y seguir siendo de la misma especie peses a esos cambios. Pero existe la
posibilidad de que a lo largo de las generaciones, sufran cambios relevantes que den
origen a nuevas especies, proceso que tiene lugar a lo largo de miles y millones de
años.
Por ejemplo, las aves aparecieron hace aproximadamente doscientos millones
de años, las plantas con flores hace treinta; y tres millones de años atrás no existían
los seres humanos. Por otra parte, en el futuro habrá nuevas especies que no existen
actualmente; y muchas de las que hoy conocemos se habrán extinguido (y no
necesariamente por culpa del hombre).
La rama de la biología que estudia cómo se producen los cambios que originan
nuevas especies, y cómo se extinguen otras, es la evolución.

2. LA CÉLULA COMO UNIDAD DE LOS SERES VIVOS

Las células son las unidades estructurales y funcionales de los seres vivos. Unidades
estructurales significa que todos los seres vivos están formados por células, y
unidades funcionales significa que las células presentan las características de los
seres vivos: respira, se alimenta, responde a los estímulos, metaboliza, etc. En otras
palabras, si bien un organismo vivo respira, se alimenta, presenta homeostasis,
irritabilidad, etc; cada una de sus células también realiza las mismas funciones: un
organismo vivo con millones de células, está formado por millones de unidades con
vida (las células).
Según la teoría celular:
Todos los seres vivos están formados por unidades llamadas células
Toda célula proviene de una célula preexistente, que se dividió.

Según el número de células, los seres vivos pueden ser:


* Unicelulares: el ser vivo es una célula
* Pluricelulares: el ser vivo está formado por más de una célula
3. LOS DISTINTOS TIPOS CELULARES

Como dijimos anteriormente, todos los seres vivos están formados por células. Ahora
bien, existen dos tipos de células: procariontes y eucariontes; de modo que algunos
seres vivos estarán formados por células procariontes y otros por células eucariontes.
Lo que no habrá, serán seres vivos formados por ambos tipos de células.
Antes de ahondar en las diferencias entre procariontes y eucariontes ¿Qué tienen en
común todas las células, tanto procariontes como eucariontes?
Membrana plasmática: limita a la célula
Citoplasma: en líneas generales, es un medio fluido, que se encuentra entre la
membrana y el núcleo (cuando hay núcleo) y donde se encuentran las estructuras
celulares
ADN: tiene la información genética. De esta información dependen las características
de la célula (o del individuo formado por células).
Ribosomas (estructuras donde se realiza la síntesis de proteínas)
Otras estructuras que se verán luego…

Las diferencias más evidentes son:


* Las eucariontes tienen el ADN dentro de un núcleo. También tienen organelas. Las
organelas son estructuras delimitadas por membranas donde las células realizan
determinadas funciones. Ejemplos: en el lisosoma se realiza la digestión; en las
mitocondrias la respiración; en el cloroplasto la fotosíntesis
* Las procariontes no tienen núcleo (el ADN está en el citoplasma). No tienen
organelas, pero en la célula igual se realizan las mismas funciones que en las
eucariontes (solo que no en organelas)
Otras diferencias entre procariontes y eucariontes:
PROCARIONTES
* Tienen una sola molécula de ADN circular, donde está la información genética de la
célula. Existen moléculas de ADN más pequeñas llamadas plásmidos, pero no son
imprescidinbles, por eso se considera que lo esencial es una sola molécula de ADN
* El ADN no está asociado a proteínas histonas, como lo está en las eucariontes
* Tienen una pared celular de una sustancia llamada peptidoglucano, que se ubica por
fuera de la membrana plasmática.
* Algunas procariontes tienen cápsula (una estructura que rodea a la pared celular). La
cápsula les brinda protección y les permite adherirse a las superficies)
*En líneas generales, los procariontes son las bacterias

EUCARIONTES
* Tienen varias moléculas de ADN lineal, donde está la información genética de la
célula.
* El ADN está asociado o enrollado en unas proteínas llamadas histonas.
*Algunas eucariontes tienen pared celular, otras no (tienen pared las células de las
plantas, las algas y los hongos).
* No tienen cápsula.
* Organismos con células eucariontes son las plantas, animales, hongos, algas y
protozoos.
4. FORMAS DE OBTENCIÓN DEL ALIMENTO EN LOS SERES VIVOS
Alimentación (los alimentos aportan materia y energía)
Los seres vivos se clasifican en dos tipos según el tipo de alimentación:
Heterótrofos: toman el alimento del medio (o más fácil… comen a otros seres vivos).
Ejemplos: animales, protozoos, hongos, y algunas bacterias.

Autótrofos: no comen, sino que fabrican su alimento a través del proceso de


fotosíntesis. Ejemplo: plantas, algas y algunas bacterias
* Las plantas NO comen por las raíces
* Las plantas carnívoras hacen fotosíntesis. De los insectos extraen minerales, pero no
viven de comer insectos
5. NIVELES DE ORGANIZACIÓN DE LA MATERIA

Átomos y moléculas

Se define como materia, a todo lo que ocupa un lugar en el espacio. Cualquier objeto
inanimado, o también ser vivo, está constituido por materia, ya que por más pequeño
que sea a escala humana, incluso microscópico, de acuerdo con la definición, ocupa
un lugar en el espacio.
La materia está formada por partículas llamadas átomos. Átomo significa “indivisible”,
ya que antiguamente se pensaba que no se los podía partir en unidades menores. Hoy
se sabe que esto no es así (aunque igual sigue usándose el término “átomo”), ya que
los átomos están formados por partículas subátomicas: el protón (con carga positiva),
el electrón (con carga negativa) y el protón (con carga neutra). Los distintos átomos se
diferencian según el número de protones.
De modo que todos los objetos inanimados y los seres vivos, están formados por
átomos de distinto tipo. Ejemplos de átomos son el sodio (Na), potasio (K), hierro (Fe),
cloro (Cl), etc. Los seres vivos están formados principalmente por átomos de carbono
(C), hidrógeno (H) oxígeno (O) nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S).
Pero los átomos no se encuentran dispersos al azar, sino que se unen entre sí de una
forma organizada, y forman moléculas.

Moléculas
Como dijimos en el párrafo anterior, los átomos se unen entre sí y forman moléculas.
La molécula más conocida es la de agua, que presenta dos átomos de hidrógeno y
uno de oxígeno (H2O). Otras moléculas conocidas son el oxígeno que se utiliza para
respirar (O2), y el dióxido de carbono que se libera como producto de ese proceso
(CO2).
Existen moléculas más complejas, donde los átomos de carbono se unen entre sí
formando cadenas carbonadas. Estas cadenas pueden ser lineales, formar
ramificaciones, o adoptar la forma de un anillo.
Las moléculas que no presentan cadenas carbonadas, como las de agua y dióxido de
carbono (H20 y CO2, respectivamente) se denominan inorgánicas, mientras que
aquellas que forman cadenas carbonadas, son las moléculas orgánicas. Las
moléculas que forman a los seres vivos, son las orgánicas.
En la Figura 1 se muestra una molécula orgánica. En este ejemplo, la cadena
carbonada está formada por seis átomos de carbono, y cada átomo de carbono puede
unirse a otros cuatro átomos, que pueden ser átomos de carbono o de otro tipo (en
este caso, hidrógenos y oxígenos).
Las distintas moléculas orgánicas se diferenciarán en la cantidad de carbonos, el tipo
de cadena carbonada y los átomos unidos a la cadena; pero en todos los casos, el
átomo de carbono siempre tiene cuatro sitios de unión.
Figura 1. Los átomos se combinan y forman moléculas. La cadena de átomos de
carbono unidos entre sí, indica que es una molécula orgánica

Macromoléculas
Algunas moléculas pueden unirse químicamente entre sí, y formar cadenas, que
pueden ser simples o ramificadas. Estas cadenas formadas por moléculas unidas
entre sí son moléculas de gran tamaño, y se denominan macromoléculas. En la Figura
2 se muestra un ejemplo de macromolécula: una cadena proteica, formada por la
unión de muchas moléculas más pequeñas llamadas aminoácidos.

Figura 2. Cada círculo representa una molécula sencilla, en este caso, un


aminoácido, que al unirse con otros forman una macromolécula, que es la
proteína

Complejos de macromoléculas
Las macromoléculas (del mismo o de distinto tipo) pueden asociarse entre sí y formar
complejos macromoleculares. Ejemplos son los ribosomas, estructuras donde las
células fabrican sus proteínas, que están formados por proteínas y ARN ribosomal, o
los virus, constituidos por proteínas, ácidos nucleidos, hidratos de carbono y en
algunos casos, lípidos. Otra estructura es la cromatina (Figura 3) que está formada
por una molécula de ADN enrollada en proteínas histonas; una característica propia de
las células eucariontes.
En estos complejos, las macromoléculas no están unidas químicamente entre sí, sino
asociadas, es decir, pueden ensamblarse y separarse según las funciones que estén
realizando.
Figura 3. Un complejo
macromolecular: en las células
eucariontes el ADN está enrollado
en proteínas denominadas histonas,
formando un complejo de
macromoléculas, que es la
cromatina

Conviene detenerse un instante y repasar lo visto hasta el momento, para apreciar que
la materia se organiza en niveles con diferentes grados de complejidad: las partículas
subatómicas forman átomos, los átomos forman moléculas, y estas últimas pueden
asociarse en complejos macromoleculares. Vemos que cada nivel de organización
integra los componentes separados del nivel anterior.

Células
Siguiendo el mismo razonamiento, el siguiente nivel de organización estaría integrado
por complejos macromoleculares relacionados entre sí. Precisamente, cuando
determinados complejos de este tipo se asocian de manera altamente específica, el
resultado es una célula, la mínima unidad viviente. El nivel celular es donde surge la
vida. Algunos seres vivos consisten en tan solo una célula, como las bacterias, las
amebas, los paramecios, o el Tripanosoma cruzi, agente causante del Mal de Chagas.

Tejidos y órganos
El nivel siguiente al celular es el de tejidos (o tisular). Un tejido es un conjunto de
células del mismo tipo, que cumplen una determinada función en común. Ejemplos de
tejidos son el epitelial, el muscular, el nervioso y el conectivo (Figura 4).
Distintos tipos de tejidos pueden organizarse y formar órganos. La definición de
órganos es similar: una estructura formada por distintos tipos de tejidos, que cumple
una función determinada. Ejemplos de órganos son el estómago que digiere los
alimentos, o el corazón que impulsa la sangre a todo el cuerpo.
Figura 4. Nivel de organización celular y tisular: células del mismo tipo se
asocian, y forman un tejido

Luego, los órganos forman sistemas de órganos, que nuevamente, cumplen una
función en común: el sistema digestivo (se ocupa de digerir los alimentos), el
respiratorio (lleva oxígeno a las células del cuerpo) el reproductor, el nervioso, el
excretor, etc.
Como se dijo previamente, hay seres vivos que tienen un nivel de organización celular
y otros que presentan órganos, como los peces, mamíferos, aves y reptiles, entre
otros. Las plantas también llegan a este nivel, porque la raíz, el tallo, las hojas y flores,
son órganos (las flores son los órganos reproductores).
Pero también existen organismos pluricelulares que no presentan órganos, o en
algunos casos pueden tener estructuras que podrían considerarse órganos
rudimentarios, pero básicamente, están formados sólo por distintos tipos de tejidos.
Una medusa, por ejemplo, come, respira, desecha sustancias y es sensible a los
estímulos, pero básicamente es un organismo con forma de "paraguas" que realiza
todas esas funciones sin tener estómago, pulmones o cerebro. Otros organismos
semejantes en este sentido son los hongos, las esponjas y las algas pluricelulares:
están formados por tejidos y carecen de órganos.

Poblaciones, comunidades y ecosistemas


Un ser vivo, ya sea de nivel celular, tisular o con sistema de órganos, es un individuo,
y pertenece a una determinada especie.
Originalmente, la definición de especie era la de un conjunto de organismos con
características similares, por ejemplo, las jirafas, los humanos o los ombúes. Sin
embargo, hay perros que difieren entre sí (a las variantes se las denomina razas) pero
igual se considera que pertenecen a la misma especie. Por el contrario, organismos
parecidos, pueden ser de especies distintas. Por lo tanto, el criterio de que los
individuos de la misma especie deben tener características similares no se aplicaría en
estos casos. ¿Cuál es entonces el criterio para considerar que dos individuos son de la
misma especie? El criterio es que puedan reproducirse, y que sus hijos también sean
capaces de hacerlo. El ejemplo más mencionado es el de la mula. La mula es
producto de la cruza entre una yegua y un burro. La mula no puede tener hijos, es
estéril, por lo tanto, caballo y burro son de especies distintas. Esto no ocurre con los
perros, ya que perros de distintas razas pueden cruzarse y tener hijos fértiles.
Una vez aclarado esto, podemos pasar al siguiente nivel: la población. Una población
es un conjunto de individuos de la misma especie que viven en un lugar común y en
un tiempo determinado (puede ser la población de jirafas de una sabana de África o la
población humana de Buenos Aires en determinada época) (Figura 5).
Similar definición es la de comunidad: un conjunto de poblaciones (al menos dos) que
viven en un lugar determinado y en un tiempo determinado (por ejemplo, una
comunidad integrada por ratas y leones en un determinado lugar y época) (Figura 6).

Figura 5. Dos poblaciones: una de leones y otra Figura 6. Una comunidad formada por
de ratones leones y ratones (dos poblaciones)

Si a la comunidad le agregamos el ambiente físico, inanimado, es decir, el suelo, agua,


aire, rocas, luz, etc., tenemos un ecosistema, donde los componentes vivos son los
factores bióticos y los inanimados, los abióticos. Un ejemplo de ecosistema es una
laguna, un bosque, una pecera, una ciudad, es decir, cualquier área delimitada,
grande o pequeña, en la que se estudien las relaciones entre los seres vivos entre sí, y
con los elementos abióticos.
Finalmente, la biosfera es el sistema integrado por todos los seres vivos del planeta
junto con el medio físico en el que habitan; en otras palabras, sería el ecosistema
global del planeta Tierra.

6. REINOS

Una de las actividades que realizan los científicos, es ordenar lo que observan para
luego estudiarlo. Es algo semejante a lo que haríamos si tuviéramos que ordenar un
escritorio desordenado: separaríamos y agruparíamos los objetos que hay en él,
siguiendo determinados criterios.
Los posibles criterios para ordenar (mentalmente) a los seres vivos, es prestar
atención a determinadas características: el tipo de células (procarionte o eucarionte),
el número de células (según ese criterio, los agruparíamos en unicelulares o
pluricelulares), la presencia/ausencia de pared celular y su composición, o el tipo de
alimentación que realizan (autótrofos y heterótrofos).
Sobre la base de estos criterios, se realizó una clasificación de los seres vivos en
grupos denominados Reinos: las bacterias integran el Reino Monera; los protozoos y
las algas el Reino Protista; los hongos el Reino Fungi y finalmente; los vegetales y
animales, los Reinos Plantae y Animalia, respectivamente.
Esta clasificación fue propuesta por el biólogo estadounidense Robert Whittaker en
1969. No significa que sea la “correcta” ni la “mejor”, ya que puede haber otras
igualmente válidas.

Reino Monera
El reino monera está integrado por organismos procariontes, de los cuales, veremos
las bacterias. Las bacterias se encuentran en todo tipo de ambientes: en el agua, el
suelo, las profundidades de los océanos, en las zonas polares, en aguas termales a
altísimas temperaturas y en todos los objetos que manipulamos cotidianamente. No
hay sitio en el planeta donde no haya bacterias, excepto que se esterilice.

Las bacterias son conocidas principalmente por las enfermedades que producen, entre
ellas, pueden mencionarse especies como Vibrio cholerae (que produce el
cólera), Mycobacterium tuberculosis (produce la tuberculosis) y Strepcococus
pneumoniae (un tipo de meningitis). No obstante, la mayoría de las bacterias son
inofensivas y beneficiosas, como los Lactobacilus, que se utilizan para elaborar
productos lácteos (yogurt y quesos). También hay bacterias como Escherichia coli que
habitan normalmente en el intestino humano, aunque algunas variantes presentes en
alimentos contaminados provocan vómitos y diarreas.
Las bacterias son procariontes unicelulares, de modo que describir una bacteria,
equivale a describir una célula procarionte. Si recordamos algunas características de
las células procariontes podemos decir que las células bacterianas están delimitadas
por una membrana plasmática y una pared celular que rodea a la primera. La pared
está compuesta por una sustancia llamada peptidoglucano. Algunas bacterias, a su
vez, están protegidas por una cápsula formada por hidratos de carbono, que les brinda
protección y les permite adherirse a las superficies (la mayoría de las bacterias
patógenas presenta cápsula). El medio interno de las células es el citoplasma, donde
se encuentran estructuras como los ribosomas, que son los encargados de sintetizar
proteínas. Finalmente, las bacterias tienen una molécula de ADN circular, con
información genética que determina sus características.
En cuanto al tipo de alimentación, algunas bacterias son heterótrofas y otras,
autótrofas.
Reino Protista

Los protistas son eucariontes y se dividen en dos grandes grupos: los protozoos y las
algas.

En líneas generales, los primeros tienen características similares a los animales, y las
segundas, a las plantas.

“Protozoos” significa "primeros animales". Al igual que estos, las células no presentan
pared, y son heterótrofos. La diferencia con los animales, es que estos últimos son
pluricelulares, mientras que los protozoos son unicelulares. Ejemplos de protozoos son
las amebas, los paramecios y el Tripanosoma cruzi (agente responsable de la
enfermedad de Chagas, que se transmite a través de la vinchuca).

Las algas son similares a las plantas, en el sentido que ambas tienen células con
pared de celulosa. Sin embargo, las plantas son pluricelulares, y las algas pueden ser
uni o pluricelulares. Una diferencia entre algas pluricelulares y algas pluricelulares, es
que las plantas tienen órganos, como la raíz, el tallo y las hojas; en cambio las algas
no, las algas solamente alcanzan el nivel de organización tisular, es decir, distintos
tipos de tejidos, pero sin especializarse en órganos.
Reino Fungi (Hongos)

En general, los hongos más conocidos son los hongos de sombrero, como los
champiñones, pero existen muchos otros tipos. Los más familiares son los
pluricelulares, aunque también existen unicelulares como las levaduras, que se utilizan
para hacer la masa del pan y elaborar bebidas alcohólicas. Los hongos están
formados por células eucariontes. Muchas personas los confunden con las plantas,
pero no son plantas: por empezar, no hacen fotosíntesis sino que son heterótrofos, ya
que se alimentan de sustancias orgánicas en descomposición. También tienen pared
celular de quitina (un hidrato de carbono) y esa es una característica exclusiva de este
Reino.

Los hongos pluricelulares tampoco presentan diferenciaciones en tejidos y órganos,


sino que todas sus células son muy similares entre sí, es decir, su nivel de
organización puede ser celular (levaduras), o tisular (hongos de sombrero).

Reino vegetal y Reino animal

Los individuos de ambos reinos son pluricelulares, y con células eucariontes.


Una diferencia entre animales y vegetales es la forma de alimentación: los animales
son heterótrofos, ya que se alimentan de otros seres vivos; en cambio, las plantas son
autótrofas, es decir, no se alimentan de otros seres vivos sino que fabrican su alimento
a través del proceso de fotosíntesis. Esta diferencia se manifestará en las células: si
las plantas hacen fotosíntesis tendrán una organela destinada a tal fin: el cloroplasto;
que está ausente en los heterótrofos.

Otra diferencia es estructural: las células vegetales están rodeadas por una pared
celular, formada por celulosa (un hidrato de carbono) mientras que las células
animales carecen de pared.

En cuanto al nivel de organización, las plantas alcanzan el nivel de sistema de


órganos, ya que presentan raíz, tallo, hojas y flores. La mayoría de los animales
conocidos también presentan sistemas de órganos, pero los hay de nivel tisular (con
tejidos pero sin órganos) como las medusas y las esponjas.
Resumen comparativo de los cinco reinos considerando los criterios
principales: número de células (unicelulares o pluricelulares), tipo de
alimentación (autótrofos o heterótrofos), tipos de células (procariontes o
eucariontes) y presencia y composición de la pared celular (peptidoglucano,
quitina y celulosa)
7. MICROSCOPÍA
Límite y poder de resolución
Límite de resolución:
Si en una hoja de papel observamos dos puntos a un centímetro de distancia, no
tendremos problemas en distinguirlos. Si los acercamos un poco, tampoco, pero si
continuamos acercándolos cada vez más, llegará un momento en que no podremos
distinguirlos, sino que veremos un solo punto. Eso significa que va a haber una
distancia límite entre dos puntos, a partir de la cual, no los distinguiremos. Esa
distancia se llama “límite de resolución”, y en el ojo humano, es es 0,1 mm
aproximadamente (la décima parte de un milímetro). Eso significa que si dos puntos
estuvieran a menor distancia, no podríamos diferenciarlos y los veríamos como un solo
punto. Por lo tanto, el límite de resolución, es la menor distancia que un sistema óptico
puede distinguir entre dos puntos.
Si nuestro límite de resolución fuera menor (o sea, menor distancia) podríamos
distinguir dos puntos aún más cercanos. Por el contrario, si nuestro límite de
resolución fuera de un centímetro (mayor distancia) sólo veríamos puntos separados
por un centímetro, pero si estuvieran más cerca, ya no.
En síntesis: un microscopio potente tiene bajo límite de resolución porque puede
distinguir puntos que están muy cercanos entre sí.

Poder de resolución:
Este concepto está muy relacionado con el de límite de resolución. El poder de
resolución es la capacidad de un sistema óptico de poder distinguir dos puntos
cercanos entre sí. Por ejemplo, si se observamos una foto en un diario veremos una
mancha negra, pero si nos acercamos, veremos un montón de puntos): si tuviéramos
bajo poder de resolución, sólo veríamos la mancha negra, porque no podríamos
distinguir todos esos puntos.
En síntesis: cuando un microscopio puede distinguir puntos cada vez más cercanos
entre sí, tiene más poder de resolución; es decir, bajo límite de resolución.

MICROSCOPIOS

Microscopio óptico: es el que se utiliza comúnmente en las escuelas y los


laboratorios. Permite ver tejidos, bacterias y células eucariontes con sus organelas
(núcleo, cloroplasto, mitocondrias). Pero las organelas se aprecian sin detalle, tan sólo
el contorno.
Con el microscopio óptico se pueden ver células vivas (en una gota de agua o de
sangre) y también células muertas. Para esto último se debe realizar una técnica
histológica, que consiste en extraer una muestra de tejido de un órgano, realizarle
cortes finos, agregarle una tinción, y ubicarla en un portaobjeto para observarla al
microscopio.
Su límite de resolución es de unos 0,2 micrones (un micrón es la milésima parte de un
milímetro)

Microscopio electrónico:
Hay dos tipos de microscopios electrónicos:
Microscopio electrónico de transmisión: Al igual que con el microscopio óptico, se
ven cortes y la técnica histológica, sin entrar en detalles, es similar, en el sentido de
que lo observado es un corte de las células. La diferencia es que las organelas se
pbservam con mucho detalle, ya que de todos los microscopios, es el que tienen
mayor poder de resolución, y por lo tanto, presenta un menor límite de resolución: este
último es de de 0,1 nanometros (nm). Un nanometro es la millonésima parte de un
milímetro. Con este microscopio se pueden observar las estructuras celulares en
detalle, y también se pueden ver virus.

Microscopio electrónico de barrido: no tiene tanto poder de resolución como el de


transmisión (su límite de resolución es de de 10 nanometros). La gran diferencia con
los microscopios anteriores, es que permite ver la superficie de una muestra en forma
tridimensional; es decir, si con el microscopio de transmisión se observa el interior de
la célula, es decir, un corte con sus organelas (también en cortes) con el de barrido, en
cambio, se observa la superficie de la célula vista desde el exterior.

Algunas comparaciones entre microscopios:

• En el óptico, la muestra es iluminada con luz, en cambio en el electrónico es


iluminada con electrones.
• Con el óptico y el electrónico de transmisión se ven cortes; en cambio con el de
barrido se ven superficies y en forma tridimensional.

• Con el óptico se pueden ver células vivas y también células muertas (tras
realizarse la técnica histológica), en cambio con los otros solamente se pueden
observar células muertas.

• El más potente es el electrónico de transmisión, luego el de barrido y


finalmente, el óptico.

8. VIRUS Y PRIONES

Los virus son agentes infecciosos responsables de enfermedades como el resfrío, la


gripe, las paperas, el sarampión, el sida, la rabia, etc.
los virus no son células, sino que tienen menor complejidad que estas. Su estructura
consiste básicamente, en una cápside proteica con información genética en su interior,
que puede ser ADN o ARN (no ambos).
Algunas proteínas de la cápside están unidas a hidratos de carbono formando
glicoproteínas, también llamadas espículas.
Algunos virus presentan además, una envoltura lipídica que rodea a la cápside, con
estructura similar a las de las membranas celulares (formada por lípidos, proteínas e
hidratos de carbono).
Los virus sin envoltura lipídica se denominan desnudos, y los segundos, envueltos
(Figura 1).

Figura 1. Virus desnudo (izquierda) y envuelto (derecha)


Los virus no son células; su nivel de organización es complejo de macromoléculas (ya
que están formados por macromoléculas asociadas). Tampoco presentan las
características de los seres vivos como respiración, alimentación, irritabilidad,
metabolismo, crecimiento, etc., incluso, muchos biólogos discuten si son seres vivos o
no.
Los virus pueden reproducirse, pero no lo hacen como los seres vivos, por eso, es
más apropiado decir que se multiplican. Para ello, deben infectar a una célula, es
decir, ingresar en ella. Por ese motivo, los virus son parásitos intracelulares obligados:

• Parásitos: un parásito es un organismo que vive a expensas de otro, y que


además lo perjudica. En este caso, el virus se multiplican a expensas de la célula y
la perjudica, porque utiliza los materiales y la energía de esta. El virus no aporta
nada, sólo la información.

• Intracelular: porque se multiplica dentro de la célula

• Obligado: porque forzosamente tienen que multiplicarse dentro de la célula, no


puede hacerlo por sí solo. Fuera de ella, es una partícula inerte.

Infección y multiplicación:
Tanto los virus desnudos como los envueltos, presentan en su superficie,
glicoproteínas (estructuras formadas por proteínas e hidratos de carbono, también
llamadas espículas). Las glicoproteínas se encuentran en la cápside (en el caso de los
desnudos) y en la envoltura (en el caso de los envueltos). Para que un virus ingrese a
una célula, esas glicoproteínas se tienen que unir a una proteína de la superficie de la
membrana plasmática, llamada receptor. El proceso de unión se llama adsorción y es
específico, es decir, no cualquier virus infecta a cualquier célula de un individuo, sino a
las células que tengan el receptor adecuado, porque este debe “encajar” con la
glicoproteína del virus. Por ese motivo, no cualquier virus infecta a cualquier célula:
algunos virus como el de la gripe, infectan células pulmonares, el virus del sida infecta
glóbulos blancos, el de la rabia, células nerviosas, etc. Eso tampoco significa que un
virus infecte únicamente a un solo tipo de célula; puede infectar a células de otros
tejidos, siempre y cuando, estas tengan un receptor que les permita el ingreso. Por
ejemplo, el virus del sida infecta globulos blancos y también células nerviosas,
También hay virus que infectan a determinadas especies y no a otras, aunque algunos
infectan a más de una (como el virus de la rabia, que infecta al hombre y al perro,
entre otros). Todos los seres vivos de todos los reinos son susceptibles de ser
infectados por virus, en el caso de los virus que infectan células procariontes, se
denominan bacteriófagos.
Una vez producida la adsorción, los virus desnudos ingresan a la célula por un
mecanismo llamado endocitosis mediada por receptor; mientras que los envueltos
también pueden hacerlo por el mismo mecanismo, o por fusión de su envoltura con la
membrana celular.
Ya dentro de la célula, el material genético sale de la cápside (decapsidación) y la
célula lo utiliza para fabricar nuevos virus, porque la célula no distingue el material
genético del virus y el propio: utiliza el ADN o ARN del visitante como si fuera de ella.
Más concretamente, fabrica los componentes del virus: material genético, proteínas e
hidratos de carbono. Una vez armados, se ensamblan formando las partículas virales,
que salen de la célula y se dirigen a infectar a otras.
Como habíamos dicho previamente, el virus es un parásito intracelular, ya que todos
los materiales y la energía para fabricar los componentes de los nuevos virus (el
material genético y las proteínas e hidratos de carbono de la cápside) los aporta la
célula: el virus solamente aporta la información para fabricarlos.

¿Cómo salen los nuevos virus de las células?


Los virus desnudos “nuevos” se acumulan dentro de la célula hasta que finalmente,
estalla. El proceso de “estallido” se denomina lisis (significa “ruptura”).
Los virus envueltos salen por otro mecanismo: dentro de la célula, los componentes
virales se ensamblan formando la partícula viral (cápside con material genético) y
mientras tanto, las futuras espículas se insertan en la membrana plasmática.
Finalmente, la partícula viral sale llevándose una porción de membrana plasmática con
las espículas: esa membrana será la envoltura.
Esto significa que la envoltura lipídica no se fabrica con información del virus, sino que
proviene de la célula, no así las glicoproteínas, que sí la fabrica la célula con
información viral.
A medida que los virus salen, la célula va perdiendo membrana y termina muriendo.

Lisogenia
En algunos virus, el ADN viral puede insertarse en el ADN de la célula y permanecer
en latencia, esto es, inactivo, como si “estuviera durmiendo”, por lo tanto, el virus deja
de replicarse. En este caso, al virus (que en realidad es el segmento de ADN viral) se
lo llama provirus, y al estado de latencia, lisogenia.
Por razones que no siempre están del todo claras, en determinado momento, el virus
“despierta” o se activa, y comienza a multiplicarse.
Un ejemplo de esto es lo que ocurre con el HIV (virus del sida). Este virus tiene ARN e
infecta a los glóbulos blancos del sistema inmunitario; dentro de ellos, se fabrica una
molécula de ADN con la misma información que el ARN (este proceso se llama
transcripción inversa o retrotranscripción).
Este ADN viral se inserta en el genoma celular y se inactiva, entonces la persona
infectada no se enferma porque el virus no se multiplica. Los individuos en estas
condiciones son portadores sanos; son portadores porque “portan” al virus, pero son
sanos porque no tienen sida. Sin embargo pueden contagiar, y el problema es que
pueden contagiar sin saberlo, por ignorar que están infectados con el virus.
Cuando el virus se activa y comienza a multiplicarse, empiezan a morir
progresivamente las células del sistema inmunitario. En consecuencia, las defensas
bajan y el paciente empieza a contraer “enfermedades oportunistas”. Estas son
enfermedades que en las personas con un sistema inmune sano no se manifiestan (o
se curan rápidamente) pero en una persona con las defensas bajas, no se curan y
terminan provocando la muerte del individuo.
Recién cuando el paciente desarrolla enfermedades oportunistas por tener defensas
bajas, tiene sida; no así los portadores sanos, cuyo sistema inmune funciona
normalmente aunque estén infectados y puedan contagiar.
Bacteriófagos
Los bacteriófagos (también llamados fagos) son virus que infectan bacterias. También
están formados por una cápside proteica con material genético en su interior; pero se
diferencian de los virus anteriores en que la cápside no ingresa al interior de la célula,
sino que el virus se posa sobre la célula, y le inyecta el material genético.

Figura 2. Bacteriófago

PRIONES
Las enfermedades infecciosas son aquellas provocadas por microorganismos,
principalmente, virus y bacterias, entre otros. Estos agentes infecciosos tienen
información genética que les permite multiplicarse y producir organismos con iguales
características.
Sin embargo, existe un grupo de enfermedades infecciosas llamadas encefalopatías
espongiformes transmisibles (EET), que dañan el sistema nervioso y que
curiosamente, no se deben a microorganismos, sino que el causante es una proteína
denominada prión, que se acumula en las células nerviosas provocando su muerte.
Hay que aclarar que la proteína priónica existe normalmente en las membranas
celulares de casi todos los tejidos, y se la ha relacionado con diversas funciones. Sin
embargo, esta proteína también existe en otras conformaciones, es decir, con
diferentes plegamientos o formas, y en este caso, son patógenas.
A la proteína normal la llamaremos Proteína Priónica Celular (PrPc) y a la patógena,
PrPSc (“Sc” significa “scrapie”) (Figura 3). El scrapie o tembladera, es una EET que
afecta a ovejas y cabras. Se caracteriza por alteraciones en el carácter y movimiento
del animal, con frecuentes temblores, tropezones y el rascado continuo del cuerpo).
La enfermedad se produce cuando la persona ingiere alimentos contaminados con
proteínas priónicas patógenas; estas proteínas son resistentes a las proteasas
(enzimas digestivas del estómago) por lo tanto, no son digeridas, entonces ingresan a
las células del cerebro, se multiplican, acumulan, y finalmente provocan la muerte de
las células nerviosas.
Figura 3. La proteína del prión presenta dos conformaciones: una normal, y una
patógena

¿Cómo se multiplican los priones patógenos en las células nerviosas?


La teoría más aceptada es que las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET)
se producen cuando en las células nerviosas predomina la proteína priónica con la
conformación patológica. Las proteínas priónicas patógenas ingresan al organismo por
contagio, por ejemplo, alimentos contaminados con proteínas priónicas patógenas,
estas proteínas patógenas entran en contacto con las normales y las transforman en
patógenas. Este proceso se repite una y otra vez como una reacción en cadena; en
consecuencia, los priones patógenos se van acumulando formando unas estructuras
llamados placas amiloides que terminan matando a las células (Figura 4).
Figura 4. En el primer recuadro (arriba a la izquierda) se observa una proteína
patógena y varias proteínas normales. La proteína patógena entra en contacto
con la normal, y la transforma en patógena. Esta última, a su vez, entra en
contacto con otras proteínas normales y se va repitiendo el mismo proceso,
hasta que todas las proteínas normales se convierten en patógenas.

Mal de la vaca loca


En 1985, en Reino Unido, se identificó en vacas, la Encefalopatía Espongiforme
Bovina (EEB), más conocida como el “mal de la vaca loca”. Esta enfermedad fue
provocada por priones que se transmitieron a las vacas a través del alimento, ya que
este estaba suplementado con restos de ovejas y cabras que ya tenían la enfermedad
scrapie.
Los humanos que consumieron carne de vacas infectadas contrajeron la EET
denominada Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob variante. La clínica suele comenzar con
síntomas psiquiátricos (ansiedad, irritabilidad, disforia, apatía, retraimiento) pero
algunos pacientes consultan por síntomas sensitivos o pérdida de memoria. Con el
avance de la enfermedad los pacientes pueden desarrollar ideas delirantes o
alucinaciones visuales. La supervivencia media es de 13 meses.
La epidemia en humanos alcanzó el pico en 1999 y luego la enfermedad disminuyó
drásticamente tras implementarse una serie de medidas para que el material
contaminado no se incorpore a la cadena alimentaria. En 1998, para detener la
transmisión, en Reino Unido se sacrificaran e incineraran a los animales sospechosos
de haber adquirido la enfermedad. Murieron más de 20.000 vacas.

También podría gustarte