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LA NUEVA GEOPOLÍTICA
“No temas ser lento, sólo detenerte”. Antítesis de Occidente, China ha sabido
mantenerse ausente. A diferencia de los Estados Unidos, China ha ido ganando
terreno desde la quietud y el sosiego. “Cuanto tu enemigo es fuerte, debilítalo, no lo
enfrentes”, se lee en El arte de la guerra de Sun Tzu. Suaves como el río, los chinos
han sabido aprovechar los oleajes a su debido tiempo. Hoy por hoy, juegan un
papel determinante dentro del a consolidación del “nuevo orden mundial”.
Contrapeso de Estados Unidos, China se impone dentro de las nuevas potencias
hegemónicas. A nivel industrial, Estados Unidos se ve devorado, pero no sólo
China; tenemos a Rusia en los energéticos, a la India en la industria computacional
y a todas aquellas naciones que de a poco en poco han ido ganando terreno.
Constantemente escuchamos hablar del milagro chino, del despertar chino; nada
más lejano de la realidad. China ha sido por mucho tiempo uno de los países más
ricos, más fértiles y más industriosos. Ya en el siglo VII, aproximadamente,
contaban con una imprenta. Pioneros en la pólvora y en las ciencias. Uno de los
países más poblados del mundo. . Detrás de ese aparente autismo, se revela una de
las sociedades con más peso en la historia. De orígenes y concepciones fascinantes.
Cartógrafos del mundo, ensoñación milenaria, espejo de lo real. Sí, fueron 150 años
de humillación, pero, ¿qué son 150 años para un Estado de más de 2500 de
existencia? La China se impone, ¿el viejo mundo? La quietud sobre el movimiento.
La calma y el sosiego.
LOS NUEVOS ESCENARIOS GEOPOLÍTICOS
Siguiendo la misma corriente de la lectura anterior, podemos encontrar las mismas
características, el surgimiento de nuevos actores geopolíticos. A pesar de que la
globalización tiende a la uniformidad, en la tan ansiada competencia perfecta, la
consolidación del sistema internacional se ve cada vez más dividida. Adheridos a
un concepto irracional, no se han percatado de que para que una competencia sea
perfecta, está debe ser imperfecta. La competencia no puede ser perfecta, pues al
ser perfecta no habría competidores; todos estarían igualdad de condiciones, lo
cual anularía la competencia. Claro, que hay parámetros de equidad, sin embargo,
lo que se anhela no es la competencia perfecta plural, sino la implantación de un
solo derrotero económico. Ante esta farsa, la hegemonía occidental se ve cada vez
más fragmentada ante la aparición no de nuevos actores, sino de actores que hasta
entonces permanecían dormidos, negados.