Hispania romana y monarquía visigoda Ismael Sagra Dorado

HISPANIA ROMANA Y MONARQUÍA VISIGODA

I.-HISPANIA ROMANA

En el siglo III a.C existió una gran rivalidad entre cartagineses y romanos que llevó a su
enfrentamiento tras el incumplimiento del Tratado del Ebro por parte de Cartago.

Tras la expulsión a los cartagineses de Sicilia en la 1ª Guerra Púnica, de la mano de Amílcar

Barca, Asdrúbal y Aníbal se sometió a los pueblos del sur peninsular. Con la conquista de
Sagunto se dio lugar a la 2ª Guerra Púnica (218 a.C). Quedó dividida en diferentes etapas:

Ocupación del litoral (218-170 a.C)

El alto grado de desarrollo de estos pueblos permitió su conquista sin oposición. Además,
asimilaron rápidamente sus formas de vida.

Conquista de la Meseta (170-39 a.C)

La conquista duró debido al poco desarrollo, los accidentes geográficos y a los enfrentamientos
de Viritiato y Numancia. El primero fue un caudillo lusitano que llevó a cabo una guerra de
guerrillas y que finalmente fue asesinado. En Numancia, los celtíberos resistieron hasta el año
133 a.C a pesar de la llegada de Escipión. Roma atravesó una guerra entre Pompeyo y César,
saldada con victoria del último en Munda el 45 a.C.

Pacificación de la franja cantábrica (29-19 a.C)

Se dio paso a las guerras cántabras comandadas por Augusto y la instalación de campamentos
militares en Astorga o León, aunque el control nunca fue efectivo.

Roma le atribuyó a la península el nombre de Hispania y le confirió unidad con la red de

carreteras, el latín y la fundación de ciudades. Su organización administrativa la dividió en:
Citerior y Ulterior. La ulterior posteriormente en Bética y Lusitana mientras que la Citerior pasó
a Tarraconense. Esta se dividió en Gallaecia, Cartaginense y Tarraconense.

Los romanos llevaron a cabo el proceso de romanización debido a la atracción de la península

sobre otras culturas, el establecimiento de colonos de Italia y de soldados veteranos. Fundaron
ciudades como Híspalis, Cesaraugusta, Emérita Augusta… Se estableció una red de calzadas, se
integró a España en la economía y se implantó el latin. Con ellos algunos emperadores
(Lucano) aportaron a la filosofía y literatura romana. Su huella quedó en monumentos,
teatros, acueductos…

La sociedad del Alto Imperio se trató de una sociedad esclavista dividida en:

1) Hombres libres
a) Patricios
i) Orden senatorial: nº pequeños de familias
ii) Orden ecuestre: cargos superiores del ejército
iii) Orden decurional: oligarquías municipales.
b) Plebeyos: era la población libre ordenada según el nivel económico (artesanos,
comerciantes, campesinos…)
2) Esclavos: eran normalmente prisioneros de guerra que no poseían derechos y que eran
utilizados como mano de obra. Podían liberarse a partir de pagos económicos
denominados libertos.
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Crisis Bajo Imperio siglo III

Durante el siglo III se produjo una caída del sistema político, social y económico debido a la
caída de la esclavitud, lo que generó una pérdida de la mano de obra agrícola y minera.
Además, la devaluación de la moneda minó el comercio. Se comenzaron a producir las
primeras incursiones germanas que provocaron guerras civiles por la lucha entre emperadores.

Como consecuencias de todo ello, el Imperio se ruralizó y se comenzó a forma un sistema de

colonato como una especie de “prefeudalismo”. En ella, los pequeños propietarios y colonos
establecían un vínculo con los propietarios de las tierras.

El cristianismo llegó a establecerse en la península en las zonas del sur y levante de Hispania a
través del norte de África por comunidades judías, comerciantes y el ejército. Este se vio
perseguido como en el caso de Diocleciano, aunque más tarde sería promulgada la libertad
religiosa con el Edicto de Milán (313) por Constantino. Más tarde, Teodosio convirtió el
cristianismo en religión oficial (380). La Iglesia ganó influencia social y económica.

La Hispania visigoda

Esta Hispania constituyó el primer intento de unidad política que supuso la fusión de la
sociedad hispanorromana y la cultura visigoda.

Invasiones germánicas

En el 409 suevos, vándalos y alanos se establecieron en Gallaecia, Lusitania y Bética

respectivamente tras cruzar los Pirineos.

Los visigodos penetraron en el Imperio romano y se establecieron en Tracia. Saquearon Roma

en el 410 y firmaron un pacto para asentarse al sur de la Galia. Los visigodos consiguen
penetrar en Hispania en el 415, expulsando a los alano y vándalos al norte de África.

El Imperio romano cayó en el 476 y se produjo la fundación de Tortosa, aunque serían

expulsados tras la batalla de Voullè (507) y se establecieron en Septimania.

Así se establecieron dos comunidades que seguían sus propias leyes, aunque los visigodos eran
una minoría. Leovigildo dio el primer paso hacia la unificación con el fin del reino suevo de
Gallaecia. En el S.VII Suintila expulsó a los bizantinos del sur y sureste.

Recaredo dio el paso a la unificación religiosa pasando del arrianismo al catolicismo en 589 con
el III Concilio de Toledo. Los judíos fueron perseguidos.

Rescenvinto logró la unidad legislativa en 654 con el Liber Iudiciorum (texto legal para
visigodos e hispanorromanos).

El fin del reino visigodo se debió al aumento de poder de las familias por el feudalismo y sus
enfrentamientos entre Witiza y Rodrigo. Tras la muerte del primero se quiso imponer a su hijo
Ákila como rey, pero Rodrigo acabó en la corona. Los witizanos llamaron a los musulmanes en
busca de ayuda y en el 711 Tarik desembarcaba en Gibraltar y se impondría en la Batalla de
Guadalete (711).