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3.

2CIUDADANÍA GLOBAL

1. QUÉ ES LA CIUDADANÍA GLOBAL

Carta de Naciones Unidas como en el propio preámbulo de la Declaración Universal de 1948, se


plasma el inicio del “

… Reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los


miembros de la familia humana”

los cuales hoy son nuestros estándares mínimos para el entendimiento en el concierto
internacional, y que podemos llamar cimientos fundadores del actual ciudadano global.

Este concepto ha ido adaptándose a la realidad de la globalización en sus distintas facetas.

Y hoy la entendemos como un tipo de ciudadanía que trasciende el espacio de lo nacional, se


sustrae de un ámbito identitario y/o territorial específico, y abraza una ética global en constante
desarrollo.

Se trata de una ciudadanía que se despliega en diversos niveles, ámbitos y momentos, sin tener
un único marco institucional de referencia.

Destacar la importancia del concepto de ciudadanía global, y de la educación de ciudadanos


globales activos, como un factor de cambio positivo para el avance en el derecho y la promoción
de la participación de las mujeres en la vida pública.

También de él se ha derivado el concepto de la Responsabilidad de Proteger, entendida como la


responsabilidad –ética- colectiva internacional de actuar ante atrocidades masivas y de proteger
a las poblaciones del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración etnica y los crímenes de
lesa humanidad.

De este modo, y gracias a esta secuencia histórica de constante empuje y cambios, se logró la
adopción de la Agenda de Desarrollo 2030 y Acuerdo de Paris el 2015.

Mirando esta historia podemos estar esperanzados de sus avances futuros. Es cierto que falta
aún mucho por lograr, pero contamos con una fuerza nueva y vital: la ciudadanía global. Es por
eso que el trabajo articulado entre la sociedad y los tomadores de decisiones tradicionales, es
un imperativo. Esa alianza nos permitirá profundizar la construcción una ética global, fundada
en la responsabilidad y solidaridad universal de ciudadanos globales activos. La cooperación
debe ser inclusiva, enriqueciéndose de las diferencias regionales y experiencias universales. Solo
está mirada nos permitirá hacer frente a temas de naturaleza y solución global. La acción
humana concertada, la innovación y la educación democrática de futuras generaciones nos
permitirán sortear con éxito desafíos que superan las capacidades de lo nacional y que
amenazan nuestra sobrevivencia como especie

2. QUÉ ES UN CIUDADANO

Un ciudadano o ciudadana es un concepto jurídico, filosófico y político que ha sido usado desde
tiempos antiguos y a lo largo de la historia, aunque no siempre de la misma manera pero en
general designa a una persona física que es parte de una sociedad o entidad territorial. El
Diccionario de la Lengua Española lo define como «una persona considerada como miembro
activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a su vez a sus leyes». Se le llama
ciudadanía tanto al conjunto de ciudadanos como o a la condición de ser ciudadano.

3. PENSAMIENTO CRÍTICO

El pensamiento crítico es una habilidad esencial que nos permite analizar información, resolver
problemas y tomar decisiones informadas y objetivas. Aquí tienes siete consejos para desarrollar
y mejorar tu pensamiento crítico:

- Cuestiona supuestos: No aceptes automáticamente la información que recibes. Cuestiona


las premisas, argumentos y conclusiones que se presentan, y considera si hay alguna
suposición subyacente que deba ser examinada.
- Busca evidencia y fuentes confiables: Investiga y evalúa la calidad y la credibilidad de las
fuentes de información. Asegúrate de que estén basadas en datos y hechos sólidos y que
provengan de fuentes imparciales y confiables.
- Practica la empatía y la perspectiva múltiple: Intenta ponerte en el lugar de los demás y
considera diferentes perspectivas y puntos de vista. Esto te ayudará a entender mejor las
motivaciones y preocupaciones de otras personas, y a desarrollar soluciones más efectivas
y justas.
- Desarrolla habilidades de análisis y síntesis: Aprende a descomponer información compleja
en sus componentes y a identificar patrones, relaciones y conexiones. También practica la
síntesis de información, combinando ideas y conceptos para llegar a conclusiones más
amplias y generales.
- Aprende a identificar falacias y sesgos: Familiarízate con los errores lógicos y las distorsiones
cognitivas comunes, como las falacias de afirmación del consecuente, falsa analogía, ad
hominem, entre otras. Ser consciente de estos sesgos te permitirá detectarlos tanto en tus
propios razonamientos como en los de los demás.
- Fomenta la curiosidad y la creatividad: Mantén una actitud de aprendizaje constante y no
tengas miedo de explorar nuevas ideas y enfoques. La curiosidad y la creatividad te
permitirán abordar problemas y desafíos desde diferentes ángulos y encontrar soluciones
innovadoras.
- Reflexiona y evalúa tus propios pensamientos: Practica la metacognición, es decir, la
capacidad de pensar sobre tu propio pensamiento. Reflexiona sobre tus procesos cognitivos
y evalúa si estás siendo lógico, objetivo y coherente en tus razonamientos y decisiones.

Al seguir estos consejos y aplicar el pensamiento crítico de manera consistente, mejorarás tu


habilidad para pensar de manera más profunda, analítica y efectiva en diversas situaciones y
contextos.

4. VALORES HUMANOS
- Humanidad: Mostrar preocupación y compromiso genuinos con el bienestar, la dignidad y
el respeto de todos los seres humanos, independientemente de su origen, religión, género,
edad, orientación sexual, discapacidad u otras diferencias.
- Solidaridad: Unirse y cooperar con otros para enfrentar desafíos comunes, superar la
adversidad y trabajar por objetivos compartidos.
- Humildad: La humildad es la cualidad de ser modestos, sin pretensiones y conscientes de
nuestras limitaciones y fallas como seres humanos. Las personas humildes no se consideran
superiores a los demás y reconocen que todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades.
- Coherencia: La consistencia y armonía entre nuestras creencias, valores, pensamientos,
palabras y acciones. Ser coherente implica actuar de acuerdo con lo que creemos y
expresamos, y mantener la integridad en todas las áreas de nuestras vidas.
- Responsabilidad: Asumir la responsabilidad de nuestras acciones, decisiones y
comportamientos, así como ser conscientes de las consecuencias de nuestras elecciones. La
responsabilidad implica reconocer y aprender de nuestros errores y esforzarnos por mejorar
y crecer como individuos.
- Respeto: Tratar a los demás con consideración, dignidad y aprecio, independientemente de
sus diferencias culturales, religiosas o personales. El respeto también implica valorar y cuidar
el entorno y los recursos naturales.
- Empatía: Ser capaz de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos y
perspectivas.
- Compasión: Mostrar empatía, cuidado y comprensión hacia uno mismo y hacia los demás.
- Honestidad: Ser sincero, veraz y transparente en nuestras acciones, palabras y relaciones
con los demás. La honestidad es fundamental para generar confianza y establecer relaciones
sólidas y duraderas.

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