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Universidad Interamericana de Puerto Rico

Recinto de Aguadilla
Departamento de Programas Graduados
Programa de Maestría en
Ciencias en Liderazgo de Cambio Organizacional
Curso: Inteligencia Emocional y Liderazgo
Codificación y número: OCLE 5010
Profesor(a): Dra. Raquel Cabrero-Torres, D.B.A.

Tema 5: Autoconocimiento

Introducción:
En el siguiente tema se estarán discutiendo aspectos relevantes sobre el
autoconocimiento, uno de los factores dentro de la Inteligencia Emocional. De igual
manera, se explicarán los conceptos sobre el autoconocimiento emocional,
autoconocimiento preciso e identificar algunas herramientas para el autoconocimiento.
Asimismo, se expondrá el tema sobre la autoestima y su importancia para el desarrollo
personal y emocional de todo individuo.

Objetivos de aprendizaje:
Entre los objetivos de aprendizaje se encuentran:
1. Explicar qué es el autoconocimiento.
2. Identificar los conceptos de autoconocimiento emocional y autoconocimiento
preciso.
3. Identificar algunas herramientas para el autoconocimiento.
4. Explicar qué es la autoestima y cuál es su importancia en el desarrollo de ser
humano.

Conceptualización:
En los siguientes videos se resalta el tema sobre el autoconocimiento y la autoestima.
Temas que están – estrechamente – integrados con la Inteligencia Emocional. La
finalidad es lograr - a manera de reflexión - la importancia y trascendencia que tiene en
el desarrollo de todo ser humano el autoconocimiento y la utilidad de estrategias que
incentiven una autoestima saludable. Ambos términos brindan a cada persona la
capacidad para enfrentar situaciones apremiantes en la vida y dentro del escenario
laboral.
 El circo de la mariposa (cortometraje):
https://www.youtube.com/watch?v=9w6CK64huTU
 Hacer los sueños realidad: https://www.youtube.com/watch?v=Yg8sllVebZs

Autoconcepto
Según Rodríguez, Pellicer, & Domínguez (1988), el autoconcepto es la opinión o
impresión que la gente tiene de sí misma, es su “identidad hipotetizada”, la cual se
desarrolla a lo largo de muchos años. Es decir, el auto concepto, es el conjunto de
percepciones cognoscitivas y actitudes que la gente tiene acerca de sí misma.

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No obstante, el autoconcepto es multidimensional, y cada una de sus dimensiones
explica roles diferentes (Rodríguez, Pellicer, & Domínguez, 1988). Una persona puede
calificarse como marido o esposa, como profesional, como líder comunitario, como
pariente y amigo, y así sucesivamente. Esos aspectos diferentes del yo describen la
personalidad total.

Los individuos pueden tener autoconceptos diferentes, que cambian de vez en


cuando, que pueden ser o no, retratos precisos de ellos mismos. El autoconcepto se elabora
– constantemente - dependiendo de las circunstancias y de las relaciones confrontadas por
el individuo. Los hallazgos empíricos han revelado que la diferenciación del yo, aumenta
con la edad (Rodríguez, Pellicer, & Domínguez, 1988). Las contradicciones y el conflicto
interno, son menores al inicio de la adolescencia, alcanzan un punto máximo a la mitad de
la etapa adolescente y al final empieza a declinar.

Para la década de los 50, se afirmó que la personalidad tiene cierta estabilidad, pero
que nunca permanece exactamente igual, siempre está en transición, pasando por
revisiones (Allport, 1961). Allport (1961) utilizó el término propium que se define como
todos los aspectos de la personalidad que componen la unidad interna.

En cambio, Strang (1957) identificó cuatro dimensiones básicas del yo:


 Autoconcepto general: consiste en la percepción global que el individuo tiene de
sus capacidades y su status, y de los roles del mundo externo.
 Autoconceptos temporales o cambiantes: son influidos por las experiencias
actuales. Ejemplo, el comentario crítico que un educador emite puede producir un
sentimiento temporal de minusvalía en el alumno.
 El yo social: Cada individuo tiene un yo social, su yo, en las relaciones con los
demás, y el yo al que otros reaccionan. Una influencia importante sobre el auto
concepto, es la forma en que se sienten las personas en los grupos sociales.
 El yo ideal: Cada individuo le gustaría ser el yo ideal que han conceptualizado.
Esas imágenes proyectadas pueden ser realistas o no; imaginar ser lo que nunca
serán, puede conducirlos a la frustración y al desencanto. En otras ocasiones,
proyectan una imagen idealizada y luego se esfuerzan por convertirse en esa
persona. Quienes disfrutan de una mejor salud emocional, suelen ser aquellos
cuyo yo real, se aproxima al yo ideal proyectado, y quienes pueden aceptarse
como son.

Según Rodríguez, Pellicer, & Domínguez (1988), el autoconcepto está formado


por varios niveles:
 Nivel cognitivo - intelectual: constituye las ideas, opiniones, creencias,
percepciones y el procesamiento de la información exterior. Se basa en
experiencias pasadas, creencias y convencimiento sobre la persona en sí.
 Nivel emocional afectivo: es un juicio de valor sobre las cualidades personales.
Implica un sentimiento de lo agradable o desagradable que ven las personas en sí
mismos.
 Nivel conductual: es la decisión de actuar, de llevar a la práctica un
comportamiento consecuente.

No obstante, Rodríguez, Pellicer, & Domínguez (1988) aluden que los factores que
determinan el autoconcepto son:

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 Actitud o motivación: es la tendencia a reaccionar frente a una situación tras
evaluarla positiva o negativa. Es la causa que impulsa a actuar. Por tanto, será
importante plantearse los porqués de las acciones, para que la persona no se deje
llevar por la inercia o la ansiedad.
 Esquema corporal: supone la idea que tiene cada individuo sobre su cuerpo a
partir de las sensaciones y estímulos. Esta imagen está muy relacionada e
influenciada por las relaciones sociales, las modas, complejos o sentimientos
hacia sí mismos.
 Aptitudes: son las capacidades que posee una persona para realizar algo
adecuadamente (inteligencia, razonamiento, habilidades, otros).
 Valoración externa: es la consideración o apreciación que hacen las demás
personas sobre nosotros. Son los refuerzos sociales, halagos, contacto físico,
expresiones gestuales, reconocimiento social u otros.

Sin embargo, De La Herrán (2003) estableció ciertas distinciones entre


autoconcepto y autoconocimiento que aluden a:
 El autoconcepto hace referencia a una concepción global y poco matizada de sí a
una representación de la propia imagen o en función de la cual se estima la propia
valía. Podría responder bien a la pregunta: ¿Cómo soy? y ¿Cuánto soy? En
cambio, por autoconocimiento nos referimos al progresivo desarrollo de una
capacidad natural, poco atendida pedagógicamente y consistente en el
descubrimiento de respuestas a las preguntas: ¿Quién soy yo? y ¿Para qué ser?
 El autoconcepto es importante para la satisfacción de una necesidad inmediata,
actual y conducente a un bienestar preciso. Es una condición necesaria de salud
mental. En cambio, el autoconocimiento es un proceso de búsqueda y logros no
necesariamente tempranos, con carácter trascendente y orientado hacia el más ser.
Es permanente causa y consecuencia de evolución personal.
 Para el autoconcepto es relevante la propia opinión personal, la estima hacia sí
mismo, las connotaciones valorativas y las impresiones afectivas. Para el
autoconocimiento, quizá sea más propio el buen uso de la razón y la orientación
válida del conocimiento, cargados de una menor emotividad.
 El autoconcepto es, altamente, influenciado por la imagen que los demás aportan
al sujeto, desde algún ámbito o actividad determinados. Además, es variable,
dependiendo de los grupos sociales en que tengan lugar y los tipos de relaciones
interpersonales que el sujeto establezca con su medio. Podría entenderse,
entonces, que el autoconcepto tiene una naturaleza múltiple y relativa. En cambio,
el autoconocimiento es menos dependiente del entorno, que sí puede afectar
acelerando, aplazando, interfiriendo, interrumpiendo, confundiendo, etc., sobre
todo al principio, ya que una vez consolidado su proceso a una altura apreciable,
el ambiente puede perder capacidad de influencia.
 El autoconcepto puede servir de soporte y estímulo al autoconocimiento. Por su
parte, éste puede afectar al autoconcepto de un modo positivo, negativo,
irrelevante o radical.

Autoconocimiento emocional
El término autoconocimiento emocional, Goleman (2008) lo identifica dentro de los
componentes de la Inteligencia Emocional, los cuales son:
1. Autoconocimiento emocional. El saber expresar de manera correcta lo que una
persona está sintiendo, lo cual implica conocer e identificar sus emociones, pero
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también sus efectos. Saber cómo afectan las emociones nuestro desempeño;
capacidad de utilizar nuestros valores para orientar la toma de decisiones
(Goleman, 1999).
2. Autocontrol emocional. Involucra el poder controlar y manejar de manera
adecuada los impulsos que cada persona tiene.
3. Automotivación. Es la capacidad que impulsa a una persona, mediante el uso
adecuado de sus emociones, a alcanzar sus metas. Ejemplo, ante la pérdida de un
empleo, ciertas emociones como el optimismo permiten a las personas mantener
el control y establecer acciones para la búsqueda de un nuevo trabajo.
4. Empatía. Es responder de manera apropiada a las necesidades expresadas por la
otra persona, compartiendo su sentimiento sin que ésta lo exprese con palabras.
Ejemplo, el reconocer los estados emocionales de los demás a través de sus
expresiones faciales.
5. Relaciones interpersonales. La habilidad que tiene una persona de relacionarse
en una manera efectiva con las personas, haciéndolas sentir bien y contagiando
positivamente una emoción.

Autoconocimiento preciso
Para De La Herrán (2004) el autoconocimiento es la raíz de todo conocimiento y
componen e interesan a la razón. El ser humano por ser racional, debería estar motivado
por el cultivo de su pensamiento (De La Herrán, 2004). Goleman (1999) aludió que el
autoconocimiento preciso es un sentido sincero de nuestros límites y nuestros puntos
fuertes; visión clara de lo que neccesitamos mejorar y capacidad de aprender de la
experiencia.

El conocerte a ti mismo es la fórmula socrática que impera durante siglos y que


expresa en cuatro palabras una tarea para toda la vida, la más seria de todas las tareas
(Rodríguez, Pellicer, & Domínguez, 1988). Rodríguez, Pellicer, & Domínguez (1988)
aludieron que sólo se puede querer lo que se conoce; si uno es perfectamente desconocido
para sí mismo, es difícil poder quererse uno.

Algunos cuestionamientos que las personas se hacen con frecuencia son difíciles
para encontrar respuesta tales como (Rodríguez, Pellicer, & Domínguez, 1988): ¿Quién
soy?, ¿Por qué reacciono así?, ¿Qué me hizo sentirme así?, En cierta forma, se puede
interpretar a la falta de conocimiento sobre nosotros mismos. Se dice que cuando una
persona aprende a conocerse, en realidad vive y – efectivamente - no puede vivir con algo
o con alguien que desconozca; mucho menos emplear capacidades, recursos o habilidades
desconocidas para nosotros de nosotros mismos.

El conocimiento de sí mismo no sólo afecta positivamente a la autoestima, sino a


las relaciones con los demás, y hasta la comprensión del mundo, del universo. Llegar a un
nivel óptimo de autoconocimiento conlleva la comprensión sobre lo que se debe conocer
a los demás, empezando por conocerse a uno mismo e identificando la individualidad de
cada ser. Es decir, reconocer la dependencia entre yo y los otros (Rodríguez, Pellicer, &
Domínguez, 1988).

Se sabe que la autoestima es uno de los factores más relevantes para el bienestar
personal y una clave para relacionarnos con el entorno de una forma satisfactoria
(Rodríguez, Pellicer, & Domínguez, 1988). Si la tendencia de cada persona es a
sobrevalorar las dificultades o defectos sin valorar las propias capacidades o posibilidades,
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la suma global (la percepción de uno mismo) hace que cada individuo se sienta
insatisfecho. Si esta forma de pensar está generalizada, las actuaciones de las personas van
a estar sesgadas o actuarán con temor y hay más posibilidades que los fallos se repitan en
el futuro. También, se puede tener un pensamiento distorsionado en el sentido contrario. Si
lo que las personas tienen son sentimientos exagerados de autoestima, pueden crear
problemas; lo cual ocasionará que no puedan resolver los problemas en forma adecuada
(Rodríguez, Pellicer, & Domínguez, 1988).

Aceptación de los límites y capacidades que tiene cada persona


Actualmente, la sociedad demanda que las personas sean seres perfectos (Rodríguez,
Pellicer, & Domínguez, 1988). O sea, ¡Los mejores! Esto provoca un choque con las
vivencias que experimenta cada individuo. Lo adecuado es sentir que cada parte del
individuo es maravillosa, y forman sus capacidades. Cada persona es buena para unas
cosas, tiene cualidades que ponen o no en práctica, y han experimentado grandes logros.

La otra parte en el ser humano alberga en los límites (Rodríguez, Pellicer, &
Domínguez, 1988). En ocasiones, las personas suelen ser odiosas, se enfadan, son débiles o
miedosas, no saben qué hacer e incluso se equivocan. La parte de los límites es la que se
intenta esconder, la que cada persona se avergüenza de sí mismos. Se presta tanta atención
a los defectos que provoca que cada vez sean más presentes y empeoren las situaciones;
debido a que las personas no lo aceptan, no cambian o no desean salir de ellos. Toda esta
energía puesta en los límites impide el desarrollo de capacidades y superación en cada
individuo (Rodríguez, Pellicer, & Domínguez, 1988).

Rodríguez, Pellicer, & Domínguez (1988) plantearon la importancia y necesidad que


tiene que cada persona se acepte como un todo, con límites y capacidades, y quererse sin
condiciones. Pues sólo así las personas pueden experimentar un incremento en su
autoestima. Es necesario estimar lo mejor de nosotros y lo menos bueno.

Herramientas para el autoconocimiento


Bennett (2008) enunció que el autoconocimiento es un concepto que nos puede
parecer muy actual, pero en realidad es tan antiguo como el mismo ser humano. En
esencia, es el camino que nos conduce a conocernos globalmente y en todos los aspectos
de la vida (Bennett, 2008). El autor expuso que este conocimiento íntimo permite que cada
persona pueda vivir mejor consigo mismo y con los demás, y que pueda alimentar sus
propias capacidades y transformar los errores y fallos en triunfos.

El autoconocimiento trae grandes frutos a quien lo logra. No es fácil tener el coraje


suficiente como para autoexaminarse y ver los defectos y flaquezas, y hacer lo conveniente
y necesario para mitigarlo (Bennett, 2008).

Existen diversas formas para lograr el autoconocimiento (Bennett, 2008).


Primero, para irse conociendo a sí mismo es fundamental adquirir conciencia de nuestros
actos. Esto nos permite reflexionar y buscar las causas que provocan ese desconocimiento
interior que nos impide acceder a la felicidad.

Segundo, la autoobservación. Cultivar el autoconocimiento lleva a adquirir más


responsabilidad y a examinar lo que se ha vivido hasta hoy para obtener una imagen
realista de nosotros mismos. Mediante esta autoobservación se va reconociendo los valores
y capacidades, los intereses y posibilidades. Gracias a la autoobservación se es más capaz
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de distanciarse de la subjetividad con la que se suele ver. Así se da un paso atrás para tener
más perspectiva y ver el conjunto y no sólo el detalle. De esta manera, se puede adquirir
una imagen más fidedigna de quién y cómo es la persona.

Tercero, cada persona debe ser creador de su propia vida. Comenzar a conocerse
a sí mismo es el primer y decisivo paso para ser creadores de nuestra vida. Es el gran
desafío de los seres humanos a lo largo de todos los tiempos, que la persona desarrolle la
capacidad de actuar sobre sí misma.

Bennett (2008) dijo que cuando se hace un análisis profundo de autoconocimiento, la


persona puede correr el riesgo de caer en la falta de autoestima. Al profundizar en uno
mismo, es posible hallar aspectos negativos que, en un principio, tapen la visión de lo
positivo que hay en cada persona. Esta forma de verse tan negativa, obviando todo lo
positivo, puede llegar a influir en muchas facetas de la vida: las relaciones personales, el
trabajo, la familia, etc., e induce angustia, irritabilidad y abatimiento.

Para disminuir este posible efecto negativo, este autoanálisis hay que hacerlo
especialmente en momentos cotidianos cuando no se está actuando, sino cuando la persona
se muestra sin tantas barreras y filtros. El autoconocimiento es, por tanto, un proceso
constante de acción sobre uno mismo que conlleva un efecto al reconocerse a sí mismo.
Bennett (2008) propuso tres pasos para dirigirse hacia el autoconocimiento:
1. Tener consciencia de uno mismo.
2. Descubrir y explorar el propio pensamiento, los sentimientos y los actos.
3. Observar y estudiar las experiencias pasadas para que sirvan en el presente y, por
tanto, en el futuro de cada persona.

¿Qué es autoestima y su importancia?

Para Branden (1995), como psicoterapeuta canadiense, la definición esencial de la


autoestima es la confianza en la eficacia de la propia mente, en la capacidad de pensar,
de tomar decisiones de vida y de búsqueda de la felicidad. Por su parte, Naranjo (2007)
resaltó que la autoestima se desarrolla a partir de la interacción humana, mediante la cual
las personas se consideran importantes una para las otras. Además, el yo evoluciona por
medio de pequeños logros, los reconocimientos y el éxito (Naranjo, 2007).

Adicional Branden (1995) interpretó el término como: “… la experiencia


fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias”.
Según Branden (2011), la autoestima es imposible sin la aceptación de sí mismo y
comprende de tres niveles de importancia:
1. Aceptarme a mí mismo es estar de mi lado: Es estar para mí mismo, es una
especie de egoísmo natural, un derecho innato de todo ser humano orientado a la
valoración y al compromiso consigo mismo. Algunas personas se rechazan a sí
mismas en un nivel tan profundo que no pueden comenzar ninguna labor de
crecimiento hasta que logran abordar este problema. La aceptación de mí mismo
es mi negativa a mantener una relación de confrontación conmigo mismo. Es no
pelearme conmigo mismo.

2. Aceptarme a mí mismo es la disposición a experimentar plenamente mis


pensamientos, sentimientos, emociones acciones y sueños, no como algo lejano
o distinto a mí, sino como parte de mí esencia, ya que permito que se expresen sin
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reprimirlos. Es vivir en toda su intensidad lo que estoy sintiendo, pensando y
haciendo. Si tengo ideas que me trastornan, estoy pensando en ellas. Un deseo
inadecuado lo puedo sentir; es decir, lo que es verdad, es verdad, no lo
racionalizo, niego o intento descartarlo mediante explicaciones. Estoy sintiendo lo
que estoy sintiendo y acepto la realidad de mi experiencia. Así pues, si me
enfrento a un error que he cometido, al aceptar que es mi error soy libre de
aprender de él para hacer mejor las cosas en el futuro. Si me niego a aceptar que a
menudo vivo de manera no consciente, irresponsable y pasivamente, ¿cómo voy a
aprender a vivir de manera consciente y responsable?

3. La aceptación de mí mismo conlleva la idea de compasión, de ser amigo de


mí mismo. La aceptación de mí mismo no niega la realidad, no afirma que sea
correcto lo que está mal, sino que indaga el contexto en el que se llevó a cabo una
acción. Quiere comprender las causas. Quiere conocer por qué algo que está mal o
es inadecuado se consideró deseable o adecuado o incluso necesario en su
momento.

Para Rodríguez, Pellicer, & Domínguez (1988) el desarrollo de la autoestima está


ligada a varios factores tales como:
 Resiliencia: Es un concepto difundido en los programas preventivos. Es la
capacidad que tiene el ser humano de crecer y desarrollarse en medio de factores
adversos, para madurar como ser adulto competente y sano, pese a los pronósticos
desfavorables.
 Valores: Los valores constituyen la estructura del pensamiento. Con ellos cada
persona diferencia lo que está bien y lo que está mal. Un firme sistema de valores
ayuda a tomar decisiones con base en los hechos y no en las presiones externas.
El comportamiento coherente está impregnado por los valores de la persona. Así
se evita caer en contradicciones. Los valores fortalecen el logro de metas
específicas. Sin directriz se dispersa la energía y se debilitan la intencionalidad y
el alcance. A mayor conciencia, mayor congruencia entre lo que se piensa, lo que
se cree y lo que se siente y lo que se actúa. Este es un proceso que requiere del
desarrollo del autoconocimiento y del control personal.
 Tiempo libre: El tiempo libre aparece en la medida que el individuo es capaz de
diferenciar lo propio de lo ajeno, y lo que él quiere de lo que los otros quieren. Si
se rescata el tiempo libre es porque no permitimos que el aburrimiento y el
extravío del “nada que hacer” impongan sus límites. Tanto el trabajo como el
tiempo libre constituyen un derecho y una necesidad. Todas las personas deberían
contar con trabajo y tiempo libre para satisfacer las necesidades personales y
familiares, con la finalidad de perfeccionarse como una manifestación de la
libertad. Desafortunadamente, no es común saber estar algunos momentos del día
con nosotros mismos disfrutando de esta intimidad. En pocas ocasiones, es
posible dialogar con nuestros propios deseos sin la presión de los deseos de los
otros.
 Proyecto de vida: La realidad es como la vive cada individuo; puede ser
ordenada o caótica. Los adultos, principalmente, están familiarizados con realizar
proyectos de trabajo, los niños y adolescentes con proyectos escolares; pero casi
nunca se enseña la importancia de desarrollar un proyecto de vida personal. •
Hablar de crear un proyecto de vida puede resultar un tanto difícil, ya que existen
individuos que creen que su futuro ya está, determinado por su familia, su lugar
de origen, su nivel socioeconómico, alguna carencia afectiva, la suerte, y todo lo
anterior limita la posibilidad de planificar. Adoptar un proyecto de vida como
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modelo de prevención, permite considerar temas del ámbito personal y social
(ejemplo: el abuso del consumo de bebidas con alcohol). El proyecto de vida
ayuda a saber quién soy, cómo soy, y plantear metas a corto, mediano y largo
plazos en las diferentes áreas de la vida. El ser humano, en cualquier período de
su vida, necesita construir las posibilidades de su futuro, encauzar sus esfuerzos y
establecer a dónde quiere llegar, a través de un conjunto de requerimientos
internos y externos con los que evaluará la importancia de ser, hacer o tener. El
proyecto de vida es el conjunto de posibilidades que dan la pauta a abrir nuevos
caminos, alternativas y situaciones que lleven al crecimiento integral. Cuando no
se tiene un proyecto de vida hay amargura y tristeza porque la mayor parte del
tiempo hay una lamentación por los sucesos del pasado y un miedo a lo incierto
del futuro. Es importante, para la mayoría de los seres humanos, ocupar un lugar,
hacer algo por uno y por lo que lo rodea.

También, Branden (2011) aludió que una autoestima poco adecuada se puede
manifestar en:
 una mala elección de la pareja.
 un matrimonio que sólo presenta frustraciones.
 en una profesión que no lleva a la persona a ninguna parte.
 en una mala organización del trabajo que realiza la persona.
 en la incapacidad para disfrutar del éxito.
 en comer y vivir destructivamente.
 en metas y sueños que nunca se cumplen.
 en la ansiedad o depresión crónica.
 baja resistencia a las enfermedades.
 bajo rendimiento en el trabajo.
 en un hambre insaciable de amor y de obtener la aprobación de los demás.

El experto señala que cada persona es responsable por tener una alta o baja
autoestima. Es importante que quién revise qué resultados ha obtenido – hasta el momento
- en los diferentes aspectos de su vida, pues servirá de parámetro para corregir e impulsar a
cada persona en la búsqueda de su propia felicidad (Branden, 2011).

Según Rojas (2001), hay unos conceptos claves que incentivan a alcanzar una
buena autoestima y se desglosan en la siguiente tabla:

Conceptos Análisis / Desarrollo Conclusión


claves
El análisis debe culminar en
Comprende el haber y el debe,
una AFIRMACIÓN
El juicio los aspectos positivos y
POSITIVA que le dé valor a
personal negativos, lo ya conseguido y lo
las ganancias sobre las
que queda por alcanzar.
pérdidas.

Se alcanza un estado de paz


La
relativa: uno se acepta a pesar de Uno está de acuerdo con su
aceptación
las limitaciones, los errores, las persona cuando asume las
de uno
frustraciones (expectativas no aptitudes y las limitaciones.
mismo
cumplidas)
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Comprende la morfología
corporal (belleza, estatura, etc.) y
Hay que integrar el aspecto
El aspecto las características fisiológicas
físico a la aceptación de
físico (enfermedades físicas o
nuestra personalidad.
psicológicas, congénitas o
adquiridas).
Involucra la conformación de un
estilo personal integrado por: los
El pensamientos, la inteligencia, la La personalidad debe ser
patrimonio conciencia, la fuerza de voluntad, percibida como positiva en su
psicológico el lenguaje verbal y no verbal, la totalidad.
interpretación de la vida, u otros
factores.

Es el ámbito en donde se
El entorno Tener relaciones sociales
desarrollan los recursos para la
socio- saludables es indicativo de una
comunicación interpersonal y lo
cultural autoestima buena.
que de ella se deriva.

El trabajo debe ser fuente de


Es importante la identificación
satisfacción personal, tanto
con el trabajo que se realiza y que
El trabajo por el trabajo en sí o por las
se realice con compromiso, amor
ventajas que el trabajo nos
y dedicación.
proporciona.
Compararse con los demás es
Evitar la cotejar superficies, no
Tener un proyecto de vida
envidia o profundidades y si la
propio y satisfactorio es lo que
compararse interpretación de la vida del otro
realiza la confianza en uno
con los nos agrada entonces se debe
mismo.
demás transformar en referente a
emular.
Desarrollar
Es importante la mirada Un signo de madurez es la
la empatía,
comprensiva, indulgente y capacidad para saber
el ponerse
tolerante hacia la propia persona perdonarse y perdonar a
en el lugar
y hacia los demás. quienes nos rodean.
del otro.
La entrega hacia los demás,
mezcla de generosidad y de
El acto de entrega hacia los
Hacer algo satisfacción personal, es otro
demás, dar algo por propia
positivo por indicador de buena autoestima
voluntad que el otro necesita, es
los demás. cuando no implica un auto
motivo de cierta armonía interior.
sacrificio o anulación
personal.

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Para Branden (1995), la autoestima se logra como parte de un aprendizaje que
integra los siguientes factores:
 Autocrítica: como un proceso que incluye el reconocimiento de los propios
errores, el aceptarlos, saber perdonarlos y superarlos.
 Responsabilidad: Es aceptar que la propia vida es consecuencia de las decisiones
personales y salir del rol de víctimas, del papel secundario.
 Respeto hacia sí misma y hacia el propio valor como persona: Para ejercer la
igualdad primero hay que tener bien en claro que la propia valía, de que no se es
menos que nadie.
 El límite de los propios actos y el de los actos de los demás: Está relacionado
con el respeto está la cuestión del principio que debe regir los actos y es el de no
dañar al otro y el de no permitir que el otro nos dañe.
 Autonomía: Es la búsqueda de espacios para la autorrealización y la
independencia.

La correlación entre la autoestima y la calidad de vida


Para Branden (1995) la autoestima crea un conjunto de expectativas sobre lo que es
posible y apropiado para cada persona. Estas expectativas tienden a generar acciones que
se convierten en realidades y tales realidades confirman y refuerzan las creencias
originales.

Branden (1995), como experto, sentencia que “La autoestima -alta o baja- tiende a
generar las profecías que se cumplen por sí mismas.” Es mediante la baja autoestima que
orienta a cada individuo a una actitud y comportamientos de forma contraria al propio
bienestar, y sabotea los momentos de felicidad y los logros que la persona pueda obtener
en la vida. La baja autoestima es causa generadora de escenarios disfuncionales,
desacertadas toma de decisiones o realizar elecciones perjudiciales (Branden, 1995).

Un individuo puede experimentar que su calidad de vida puede disminuir o no


conseguir un bienestar deseado por tener una autoestima baja, convirtiéndose en el
principal problema a superar. Seguramente, los pensamientos y la actitud no están
direccionados a buscar el beneficio propio ni el aprendizaje personal, sino que está
centrado en las carencias, en el pasado que no es del propio agrado y en el futuro que no
deparará nada mejor. El presente deja de tener importancia y con él la oportunidad de ser
felices (Branden, 1995).

Branden (1995, 2011) expuso que ante situaciones vitales como lo es la pérdida de
un ser querido o momentos económicos desfavorables, evidentemente, la baja autoestima
genera mayor resistencia a poder sobrellevar tales circunstancias. ¿Por qué? Porque la
persona tiende a identificarse con su malestar y se queda sólo con el aspecto negativo de la
pérdida, sin ver la oportunidad de aprendizaje que toda situación dolorosa entraña. Para él,
la persona con baja autoestima tiende a sentirse víctima de la situación y se pregunta: ¿por
qué me pasa esto justo a mí? Pero no significa que, ante un hecho trágico, la persona no
pueda derrumbarse y atravesar una dura crisis; sino que si la persona cuenta con una alta
autoestima tendrá, indudablemente, más recursos para sobreponerse y dirigir nuevamente
su vida. Según Branden (1995, 2011), una autoestima positiva es como el sistema
inmunitario de la conciencia, que proporciona resistencia, fuerza y capacidad para la
regeneración.

Rojas (2001) aludió que las personas con baja autoestima realizan una serie de
interpretaciones sobre la realidad que son muy perjudiciales y pueden incluir:
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 Tendencia a la generalización: se toma la excepción por regla, empleándose
términos categóricos a la hora de valorar lo que les sucede. Ejemplo:“a mí todo
me sale mal o nunca tengo suerte con”.
 Pensamiento dicotómico o absolutista: Es el “binomio extremo de ideas
absolutamente irreconciliables”.
 Filtrado negativo: se da cuando los pensamientos de la persona giran en torno a
un acontecimiento negativo sin prestarle atención a las situaciones positivas y
favorables de su vida.
 Autoacusaciones: consiste en la tendencia de la persona a culparse por cuestiones
en las que no es clara su responsabilidad o, directamente, no tiene responsabilidad
alguna.
 Personalización: se trata de interpretar cualquier queja o comentario como una
alusión personal.
 Reacción emocional y poco racional: el argumento que desencadena una
emoción de signo negativo es errático, ilógico y la persona tiende a extraer
conclusiones que la perjudican.

Referencias:

Allport, G. W. (1961). Pattern and Growth in personality. New York: Holt.


Bennett, M. (2008). Autoconocimiento. Valencia, España: Grupo Carduche.
Branden, N. (1993). El poder de la autoestima. Barcelona, España: Paidós.
Branden, N. (1995). Capítulo 3: Desarrollo de la autoestima. En N. Branden, Los seis
pilares de la autoestima (págs. 43-69). Barcelona, España: Paidós. Obtenido de
Fundación Secretariado Gitano:
https://www.gitanos.org/publicaciones/guiapromocionmujeres/pdf/04.pdf
Branden, N. (2011). Los seis pilares de la autoestima (2ª ed.). Barcelona, España:
Ediciones Paidós Ibérica.
De La Herrán, A. (2003). Autoconocimiento y Formación: Más allá de la Educación en
Valores. Tendencias Pedaqóqicas, Vol. 8, 13-42.
De La Herrán, A. (2004). El autoconocimiento como eje de la formación. Revista
Complutense de Educación, Vol. 15 (1), 11-50.
Goleman, D. (1999). La Inteligencia Emocional en la empresa. España: Javier Vergara
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Goleman, D. (2008). La inteligencia emocional. España: Kairós. España: Kairós.
Naranjo, M. L. (2007). Autoestima: Un factor relevante en la vida de la persona y tema
esencial del proceso educativo. Revista Electrónica "Actualidades Investigativas en
Educación", Vol. 7 (3), 1-27.
Rodríguez, M., Pellicer, G., & Domínguez, M. (1988). Autoestima: Clave del éxito
personal. México: Editorial El Manual Moderno.
Rojas, E. (2001). ¿Quién eres? Madrid, España: Ediciones Temas de Hoy.
Strang, R. M. (1957). The adolescent views himself: A psychology of adolescence. New
York: McGraw-Hill.
Universidad de Guanajuato. (n.d.). Autoestima - Liderazgo y Mercadeo. Obtenido de
Universidad de Guanajuato:
http://www.dcne.ugto.mx/Contenido/MaterialDidactico/amezquita/Lecturas/Autoesti
ma.pdf

RCT/Febrero 2019

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