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El oído está dividido en 3 partes: oído externo, oído medio y oído interno. Desde el oído
interno salen las conexiones nerviosas que lo relacionan con el sistema nervioso central
El oído externo está formado por el pabellón auricular y el conducto auditivo externo. El
pabellón auricular es una estructura constituida por cartílagos cubiertos de piel. La piel que
los cubre no tiene celular subcutáneo de modo que las inflamaciones de ésta pueden
comprometer la vascularización del cartílago. El lóbulo del pabellón es la única zona que no
posee cartílago. Los nervios motores que inervan los diminutos músculos que rodean esta
membrana timpánica.
El oído es el órgano de la educación’, escribió hace siglos Aristóteles. De haber sabido más
acerca del carácter innato del aprendizaje del habla en el hombre, probablemente se habría
expresado así ́: ‘el oído es el órgano de la adquisición del lenguaje’. Los sordos que hablan
mediante signos manuales podrían objetar nuestro punto de vista y afirmar que, para ellos,
‘los órganos de adquisición del lenguaje son las manos y los ojos’. No obstante, es evidente
que la comunicación manual deriva de ese lenguaje que se ha desarrollado por el oído y los
mecanismos vocales. Por ello, una audición normal es de vital importancia para el desarrollo,
desde el nacimiento, de esa cualidad exclusivamente humana que es el habla (Ventuna, 2005).
Un aspecto importante de toda minoración auditiva es la magnitud del daño. Los términos
más corrientes utilizados para identificar el grado de la pérdida auditiva han sido definidos
poslocutivas. Las sorderas poslocutivas son aquellas que aparecen en un niño que domina el
lenguaje y la lectura y en este caso producirá́ poca regresión del lenguaje. Las sorderas
perilocutivas son aquellas que aparecen en niños que empiezan a hablar pero que no saben
una memoria auditiva, en oposición a las sorderas congénitas o prelocutivas. Estos últimos
son los más difíciles de tratar porque es muy difícil estructurar un lenguaje en ausencia de
hablamos de pérdida de tipo mixto. Si se comprueba una altera- ción evidente de la función,
pero los mecanismos auditivos periféricos siguen siendo normales, catalogaremos la situación
oído interno constituye una pérdida de transmisión. El oído interno sigue intacto en estos
casos, pero las vibraciones sonoras se ven imposibilitadas de estimular debidamente la cóclea
Las pérdidas de oído conductivas se caracterizan por una disminución de la percepción del
sonido transportado por el aire, en tanto que las vibraciones sonoras alcanzan normalmente el
oído interno a través del temporal y demás huesos craneales. Cuando el bloqueo de la vía de
El órgano sensorial terminal o las células ciliadas cocleares son los que han sufrido daño en
estos casos; o la disfunción puede provenir del nervio auditivo. Tradicionalmente no fue fácil
distinguir siempre estos dos grupos etiológicos, y aunque en estos momentos las
posibilidades diagnósticas lo permiten, se sigue optando por reunirlos a todos bajo el
En la sordera neurosensorial, los umbrales de percepción aérea y por conducción ósea son
reclutamiento, que se traduce en el estrechamiento del campo auditivo con aproximación del
ortofonética difícilmente compensan estas distorsiones. Este tipo de alteración auditiva puede
pasar desapercibida pues la exploración física por otoscopia del conducto auditivo externo y
ósea no muy buenos, los cuales se conservan más cerca de lo normal que los correspondientes
a la transmisión aérea. Las diferencias vía aérea-vía ósea entre ambos umbrales pueden ser
mixta, sin embargo, únicamente mejora en la medida en que atenúe la diferencia vía aérea-vía
ósea, y es poco probable que los niveles auditivos regresen nunca a los límites normales
(Ventuna, 2005).
adecuado. Por ejemplo, los audífonos pueden ser adecuados para una persona con hipoacusia
leve o moderada, mientras que los implantes auditivos pueden ser mejores para una persona
● Hipoacusia leve: Es posible que oiga el habla, pero los sonidos suaves son difíciles
de escuchar, como un susurro o las consonantes al final de las palabras como «luz» o
● Hipoacusia moderada: Es posible que oiga a otra persona cuando habla a un nivel
normal, pero tenga dificultad para entender lo que dice. Es posible que escuche las
vocales en una frase, pero no las consonantes. Esto hace que sea prácticamente
● Hipoacusia grave: Es posible que oiga poco o nada cuando una persona habla a un
nivel normal, y únicamente algunos sonidos fuertes. Los sonidos muy fuertes, como la
● Hipoacusia profunda: No oye el habla en absoluto (solo oye los sonidos muy fuertes)
y solo siente las vibraciones de los sonidos más fuertes (Suarez, 2010).
Pruebas audiológicas