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8.1.

Origen y formación de los grupos


Aunque muchos psicólogos sociales se hayan interesado por los grupos pequeños, pocos
son los que han
estudiado cómo y por qué se forman dichos grupos. Y es que no es fácil determinar el
momento a partir del cual
las relaciones entre varios individuos cristalizan en lo que consideramos un grupo. Es
evidente que esa
«formación» o constitución grupal es un proceso continuo que se desarrolla a lo largo de
un periodo más o menos
dilatado de tiempo, de ahí que hablar de formación grupal no deja de ser, en la mayoría
de los casos, una mera
convención. Salvo excepciones, por ejemplo, la formación de un equipo de trabajo por
los responsables de una
organización, la mayoría de los grupos naturales presenta unos límites difusos en sus
orígenes, por lo que no es
posible identificar la fecha de su fundación.
Que las personas se unen voluntariamente en grupos es un hecho cierto, pero ¿por qué
lo hacen? ¿Por qué y cómo
se forma un grupo? Las explicaciones tradicionales han recurrido bien a criterios
instrumentales o funcionalistas
o bien a motivos o sentimientos de atracción interpersonal, aunque ambos no siempre
resultan claramente
diferenciables, por lo que algunos autores prefieren hablar en términos generales en el
sentido de que las personas
forman grupos porque éstos satisfacen alguna necesidad individual: necesitamos de un
grupo para realizar ciertas
tareas, por una necesidad personal de afiliación, con el consiguiente refuerzo que ello
nos aporta, etc. Para Shaw,
las fuentes de satisfacción de necesidades existentes en el grupo abarcan, como mínimo,
las siguientes: «1) la
atracción hacia los miembros del grupo (atracción interpersonal); 2) la atracción hacia
las actividades del grupo;
3) la atracción hacia los objetivos del grupo (es decir, los objetivos del grupo son
valiosos para el individuo), y 4)
la pertenencia misma a un grupo».
Más recientemente, Moreland ha propuesto el concepto de integración social para
explicar la formación de
grupos. La integración social, según Moreland, es el conjunto de vínculos ambientales,
comportamentales,
afectivos y cognitivos que unen a los miembros del grupo entre sí, de modo que cuanto
más piensen, sientan y
actúen los miembros como un grupo, mayor será su nivel de integración social. Estos
vínculos ambientales,
comportamentales, afectivos y cognitivos no deben ser considerados como causas de la
formación de grupos, sino
como aspectos o variedades de dicha formación, aunque son lógicamente inherentes a la
formación. Siguiendo a
Moreland, un grupo se forma en la medida en que tienen lugar los cuatro tipos de
integración social.
En suma, según Moreland, la integración ambiental, comportamental, afectiva y
cognitiva explican por qué la
gente se junta. No obstante, hay que hacer algunas matizaciones a este respecto. Por un
lado, estos tipos de
integración se refieren a la formación de grupos naturales que pueden guardar ciertas
diferencias con unirse a un
grupo, ser asignado a un grupo o crear un grupo. Por otro lado, se necesita de la
intervención de otros procesos,
desarrollo y socialización para transformar en «grupo» lo que todavía no es más que un
agregado, una masa o una
categoría social
El desarrollo y la socialización hay que contemplarlos como procesos complementarios.
El primero considera al
grupo como un todo que atraviesa diferentes fases o estadios, mientras que el segundo
se centra en la evolución de
las relaciones entre los miembros y el grupo. Veamos estos dos proces

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