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Diagnóstico de la personalidad y del contenido ideacional mediante tests. David Rapaport.

Análisis de test de asociación de palabras, Rorschach, y TAT, conceptos en los que se apoyan.
Diagnostico psicológicos de la inteligencia y de la formación de conceptos versus diagnostico psicológico de la personalidad y del
contenido ideacional.
Al diagnóstico psicológico de la inteligencia y de la formación de conceptos le interesan los rendimientos y las relaciones entre estos
rendimientos. En el diagnostico psicológico de la personalidad inciden los distintos tipos de organización de los procesos del pensar
espontaneo, y del curso y características de esos procesos mentales puede deducirse la estructura de la personalidad y/o su
inadaptación. Examina las reacciones del sujeto ante diferentes estímulos complejos, su comprensión y organización de los mismos y
también sus preferencias selectivas. Las normas de estos test descansan sobre las tendencias prevalecientes de la población general.
Los test de personalidad no deben ser estructurados y no deben permitir que el sujeto encuentre apoyo en informaciones y
consideraciones convencionales ya establecidas. No deben permitir que el sujeto descubra cómo habrán de estimarse sus reacciones
ante el material de prueba, de este modo se impide que el sujeto modifique consciente y sistemáticamente la esencia de sus
respuestas.
Test proyectivos: conceptos y criterios.
Los test basados en técnicas proyectivas, suponen todos una HIPOTESIS PROYECTIVA GENERAL, la de que las manifestaciones de la
conducta de una persona son otros tantos índices de su personalidad. Lo que caracteriza a una técnica proyectiva es su falta de
estructuración y su eficacia para indicar la configuración psicológica del sujeto a través de sus esfuerzos activos y espontáneos por
estructurar el material de prueba.
El concepto de proyección tal como lo usamos aquí no debe confundirse con el concepto psicoanalítico de la proyección como
mecanismo de defensa utilizado por el yo; tampoco ha de confundírselo con la difundida versión de ese concepto, que denota
cualquier atribución de la propia conciencia, pensamientos o sentimientos a otra persona. Hay proyección en estos test cuando la
estructura psicológica del sujeto se torna palpable en sus acciones, reacciones, elecciones, producciones, creaciones, etc.
Los test proyectivos, a partir de las técnicas proyectivas son ideados con el fin de evitar el examen de enormes cantidades de datos
extraídos de la vida cotidiana. Procuran revelar la estructura psicológica del sujeto tal como se presenta en la situación de prueba,
sin profundizar en sus antecedentes históricos.
Todo test proyectivo debe reunir cuatro condiciones
1) Estimulación: no debe insumir demasiado tiempo, debe lograrse fácilmente con material simple. Debe ser independiente de
toda relación transferencial, debe ceñirse a un segmento de la conducta, y debe ser de carácter estándar en el sentido de
que tanto los materiales como la atmosfera de la situación sean iguales para todos los sujetos.
2) Observación: debe basarse en los materiales de prueba expuestos objetivamente como puntos de partida para los procesos
mentales que se desea estimular y en las instrucciones destinadas a fijar el punto final de dichos procesos. Los puntos de
partida y puntos de llegada delimitan las muestras de la conducta, las distinguen de la conducta ininterrumpida de todos los
días y la tornan, observable y registrable.
3) Registro: debe ser textual total debiendo ceñirse, preferentemente a las verbalizaciones o elecciones simples.
4) Comunicabilidad: mediante el estímulo, la observación y el registro de aquellas respuestas que se presentan de suyo a la
sistematización objetiva en función de un sistema de cómputo exhaustivo capaz de expresar las cualidades de dichas
respuestas en términos cuantitativos, facilitando comparaciones inter e intrapersonales. Para describir la estructura de una
personalidad dada debe indicarse el género a que pertenece, al tiempo que se destacan los rasgos diferenciales que lo
convierten en un individuo específico.
La personalidad y los procesos subyacentes de las respuestas a los test proyectivos.
La técnica proyectiva supone la existencia de aspectos no conscientes de la personalidad; los materiales de prueba y las
instrucciones son preguntas indirectas, sobre aquellos aspectos de su estructura psicológica de los cuales no tiene conciencia y
es incapaz por lo tanto de comunicar directamente.
Es necesario emplear una batería de test, y hallarse familiarizado con la nosología y la teoría psiquiatría, para decidir los
problemas de este tipo en caso individual. Debemos usar la teoría psicoanalítica de la dinámica de la personalidad, en nuestro
diagnostico por medio de test proyectivos, dentro de los límites impuestos.
A diferencia de los test de inteligencia y formación de conceptos, en los cuales tratábamos de mostrar los distintos aspectos de
los procesos mentales comprendidos por cada tipo de tarea, estos tres tests ponen en juego todos los aspectos componentes de
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los procesos mentales; lo que nosotros observamos es la resultante, esto es, el curso espontaneo seguido por los procesos
mentales, que depende de la fuerza o debilidad de sus distintos aspectos. Los test de personalidad e inteligencia muestran una
continuidad, y la exploración de los test proyectivos se convierte en una exploración de procesos mentales, que estimulados por
la sucesión de estos test es el yo, el que indica sus inclinaciones y el tipo de organización.

El concepto de Estructura: sus implicancias en el psicodiagnóstico – Schwartz de Scafati


Estructura, no es de unívoca conceptualización, ya que el mismo aparece en lo teórico, tratando de dar respuestas a preguntas tales
como ¿Es la estructura forma o contenido? ¿Una estructura tiene sustancia o solo es un conjunto de reglas relacionales? Y en lo
cotidiano o empiria, lo observamos estrechamente entrelazado con la practica diagnóstica; ya que condiciona según su sentido, el
método por el cual se recortan y leen los indicadores que las técnicas nos otorgan. Deberá tenerse enorme cuidado con su uso, pues
los resultados a obtener con una metodología que se sustente en algunas tesis sobre el estructuralismo, deberán dar cuenta de
cierta explicitación básica sobre los indicadores obtenidos, pues es distinto decir que el mismo remite a un núcleo de significaciones
no presentes (solo marca o significante), que decir que pertenece a una estructura, o que es parte de una estructura (puesto que allí
ya es signo significado) Pensamos que esto es de particular importancia en nuestro quehacer, dado que de acuerdo a ello, se dirime
el destino de los síntomas (o indicadores), en tanto su manipulación interpretativa. No es lo mismo entender al signo como síntoma
constituyente y\o ineludible de una estructura o categoría diagnóstica, que entenderlo en su posibilidad de deslizamiento
significativo, según las reglas operatorias que na estructura fundante, o núcleo de significación determine.
En el primer caso su significación dependerá de una constelación o agrupación empírica (dada como modelo) donde no debe faltar
ya que será parte de ese todo síntoma como un significante unívoco en su significación o sea pensarlo como al signo Saussuriano.
En la otra posibilidad se deberá entender al signo como: marca, no representado por ningún significante privilegiado para un
síntoma. No es parte ineludible de ninguna estructura, pues su significación interpretativa depende de las reglas o estrategias
operatorias de la misma, por lo tanto, solo haciendo patente la estrategia, se podrá definir su valor indicativo como síntoma,
demarcado desde un principio, solo como significante, o en un sentido amplio, se podría decir que se presenta como una marca.
El significante queda desligado de una significación unívoca, la que solo se podrá adquirir en una constelación sintáctica, no
directamente observable, solo deducible. Esta se construirá interpretativamente, a condición de entender al significante como
polivalente en sus posibilidades de significación, o lo que es lo mismo, desligado de la condición de signo-significado. La
consecuencia de este entendimiento, implica pensar que los lugares que la estructura relacional condiciona podrían ser ocupados
por diferentes significantes, sin que la estructura específica que se interpreta, corra el peligro de disolverse, aunque su
manifestación empírica se corra.
Deducimos entonces que no es lo mismo hablar de estructura, en tanto observar y pensar al síntoma (representado por ciertos
signos) en una estructura que se da a la observación desde un modelo construido y verificado empíricamente, que entender a la
estructura como un mecanismo que organiza (funda), pero que no se patentiza, como no sea a través de efectos que no contienen
elementos unívocos. Definiendo que la naturaleza de esta estructura deberá ser entendida como un sistema de relaciones que
determina un conjunto de operaciones. En tanto que en el sentido expuesto más arriba, enteremos a la estructura, como un
conjunto interrelacionado de contenidos específicos. Entonces, en primera cuestión, el término estructura constituye el enlace
particular de las partes de una unidad, de un objeto dado a la observación. En tanto que, en el segundo sentido, la misma es sólo
una potencia latente de poder construir objetos donde los indicadores no aportan significaciones puntuales.
Podríamos concluir que si el signo o indicador, es considerado en el sentido monovalente de significación y por lo tanto como
presencia necesaria a observar, para dar cuenta de un objeto; cuando el indicador se mueve, irremediablemente se deberá mover la
estructura a la que pertenece y condiciona. Pero si el signo es considerado en una dimensión polivalente de significación desaparece
su necesidad de presencia, siendo solo necesaria la permanencia del sistema de relaciones que implica una estructura no ostensible,
pero si interpretable, cualquier sea el signo que ocupe los puntos estratégicos que permiten dar cuenta de esta estructura relacional,
para un sentido en tanto construcción significativa.

El concepto de proyección en psicología. Didier Anzieu.


En 1939, Frank creó la expresión métodos proyectivos para destacar la relación entre tres pruebas existentes: el test de asociaciones
de palabras (Jung), el test de manchas de tinta (Rorschach), y el TAT (Murray). Demostró que estas técnicas constituyen el prototipo
de una investigación dinámica y holística de la personalidad, una investigación encarada como una totalidad en evolución cuyos
elementos constitutivos están en interacción: modo de investigación característico de la ciencia moderna para el estudio de la
naturaleza humana.

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Es innegable que esas pruebas tienen en común un método propio distinto de aquel en que se fundamentan los test psicométricos, y
que aportan en la práctica efectiva del conocimiento del otro una agudeza clínica que compensa su menor rigor estadístico.
Las técnicas proyectivas se distinguen de los test de aptitudes esencialmente por la ambigüedad del material presentado al sujeto y
por la libertad que se le permite en las respuestas. Por estas dos características, el método proyectivo se sitúa en las líneas
respectivas de la psicología de la forma y del psicoanálisis.
El análisis realizado por el sujeto examinado de un material ambiguo (figuras ambiguas e ilusiones de tipo ópticas) y la exploración, a
la vez libre y sistemática de las posibilidades de interpretación ofrecidas por este material, han constituido una modalidad de
aproximación precisa a la investigación de la personalidad. La psicología proyectiva prolonga la psicología de la forma, la se interesa
por las relaciones de los hombres entre sí, al mismo tiempo que por las relaciones del hombre con su mundo vivido.
Las asociaciones que el psicoanalista requiere de su paciente, llamadas libres, están rigurosamente determinadas por la historia del
paciente y sus conflictos. Apenas Jung tuvo conocimiento de este método psicoanalítico elaboró en 1904 una prueba psicológica,
donde las asociaciones del sujeto se interpretan como reveladoras de sus tendencias y conflictos profundos.
Rorschach pensaba que la interpretación de manchas de tinta no constituía una prueba de imaginación sino de personalidad. La
organización individual de la personalidad es la que, en efecto, estructura la percepción de esas manchas.
La experiencia del dibujo representa la tercera fuente histórica de los test proyectivos. En 1920-1930, los psicoanalistas extendieron
sus tratamientos a los niños y en lugar de la expresión verbal, recurrieron al dibujo libre. El uso proyectivo del dibujo y la narración
se desarrollaron en sentido opuesto a una pedagogía que tiende a obtener la reproducción exacta del modelo mientras que los test,
los dibujos y narraciones son analizados en lo que tienen de impersonal, como criterio de desarrollo intelectual. El conocimiento del
individuo se hace posible teniendo en cuenta el estilo de sus producciones. En 1935, Murray creo el primer test que se inspiró en la
técnica de la narración libre, el test de aperción temática, T.A.T.
Etimología. Si el termino proyección, aplicado por Frank a un cierto tipo de pruebas, tuvo éxito en psicología, ello se debió a que
diversos significados de este término, son aplicados en el test y evocan la multidimensionalidad, la especificidad, y la fecundidad.
1. Los test proyectivos, favorecen la descarga en el material presentado al sujeto, de todo lo que éste rechaza ser, de lo que
siente en él como malo o como sus puntos vulnerables. En este sentido se establece el nivel en el cual opera el test
proyectivo, de cierta manera se trata de un psicoanálisis condensado, la muestra de un test como tal, es en el pleno sentido
de la expresión, una puesta a prueba para el sujeto, prueba de verdad.
2. Los test proyectivos conducen al sujeto a producir un protocolo de respuestas tal que la estructura del mismo corresponda
a la estructura de su personalidad: las características fundamentales de ésta se encuentran conservadas en aquél.
Establece una correspondencia estructural entre la personalidad concebida como el sistema de conductas propias de un
individuo y las producciones de este en una situación definida por dos variables, el material del test que el sujeto debe
llenar con sus respuestas, y una regla de proyección indirecta, las consignas de libertad orientada del test. Este segundo
sentido funda el rigor de las técnicas proyectivas.
3. Un test proyectivo, permite que lo que está oculto se saca a la luz, lo latente se convierte en manifiesto, lo interior se lleva a
la superficie, lo que está estable y también enquistado en nosotros se encuentra develado. Transporta representaciones
arcaicas de la imagen del cuerpo, donde el adentro se opone al afuera, lo oculto a lo manifiesto, lo pleno a lo vacío;
representaciones que marcan una etapa importante en la organización precoz de la personalidad, pero también
representaciones cuyo despertar en la situación de test proyectivo moviliza miedos profundos y ancestrales. Esas
representaciones tienen sus raíces en la ambivalencia del lactante con respecto a su madre, como su objeto bueno o malo,
y en su relación simbiótica con ella, vivida como una interpenetración mutua de pensamientos y deseos.
La proyección según Freud. Freud se refirió a la proyección en dos etapas distintas de su obra y desde dos perspectivas bastante
diferentes, pero que mantienen una continuidad entre ellas.
1. En 1896. En la paranoia, el reproche contra si mismo es reprimido de una manera que puede describirse como una
proyección, es decir, que suscita un síntoma de defensa que consiste en la desconfianza hacia el prójimo.
En 1911. Cuando una percepción interna se reprime, en su lugar surge en la conciencia su propio contenido, después de sufrir una
deformación y bajo la forma de una percepción externa. La paranoia se explica por un deseo homosexual reprimido y proyectado. La
génesis del delirio de persecución se efectúa en tres tiempo 1) yo lo amo (es intolerable para la conciencia) 2) no lo amo, lo odio (la
conciencia no tolera un sentimiento hostil) 3) el me odia, lo que justifica el odio que siento por el. He aquí una proyección el odio no
proviene de mí, sin embargo existe. La proyección es aquí la expulsión de un deseo intolerable y su rechazo fuera de la persona, hay
proyección de aquello que no se quiere ser.
2. La proyección es, el simple desconocimiento ( y ya no la expulsión), por el sujeto, de deseos y emociones que no acepta
como propios, de lo que es parcialmente inconsciente y a los que considera como pertenecientes a la realidad externa.
Psicopatología de la vida cotidiana, creencia en el azar y la superstición. Indica la filiación de los dos significados del

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término proyección y basa la esencia de la proyección en el desplazamiento. La proyección conserva el contenido del
sentimiento inconsciente desplazándolo de su objeto.
3. El fundamento último de la proyección se encuentra en la tendencia al antropomorfismo, natural en el ser humano, y
en una característica propia del inconsciente de expresarse hacia afuera. La proyección es un proceso psíquico
primario, de índole similar a la realización alucinatoria del deseo en el sueño o la transferencia psicoanalítica. En tótem
y tabú 1912-1913, Freud desarrollo estas ideas más extensamente. El animismo, el pensamiento mágico, y la
omnipotencia de las ideas que se observan en el primitivo, el niño, y el neurótico, son el resultado de la proyección de
los procesos psíquicos primarios sobre el mundo exterior.
La situación del test proyectivo. Características. La situación del test proyectivo puede ser definida a partir de sus semejanzas y
diferencias con la situación psicoanalítica. El sujeto sometido a un test proyectivo se encuentra en una situación análoga de libertad
a la de tratamiento psicoanalítico, pero no de duración, lo que entraña dos diferencias suplementarias: la introducción de un
material previo y una investigación ulterior. El sujeto examinado tiene libertad en sus respuestas. Las consignas insisten en la
diferencia que existe en relación con los test de aptitudes, en los que el material presentado posee una estructura latente de
naturaleza cognoscitiva que el sujeto debe descubrir y en los cuales hay una respuesta adecuada. En el test proyectivo el sujeto tiene
libertad de decir o hacer lo que desea a partir del material que se le presenta y del tipo de actividad que se le propone. No hay
respuestas correctas o incorrectas fijadas de antemano: la primera idea que le viene a la mente es la correcta. Al igual que en el
psicoanálisis lo que cuenta es aquello que se presente espontáneamente a la conciencia.
La diferencia que existe con el psicoanálisis, es que para un test proyectivo se dispone de un número limitado de sesiones, por ello
psicoanálisis condensado. Por el contrario la duración de mostración de un test no es limitada, se puede informar al sujeto que
dispone de todo el tiempo necesario. Libertad de expresión y de tiempo constituyen los dos principios comunes a la cura
psicoanalítica y a la administración de test proyectivos. Todo debe ser resuelto en una sesión, las asociaciones libres del sujeto, se
provocan. Las consignas remiten al sujeto a su propio deseo. Una vez finalizado el test, en necesario proceder a un interrogatorio a
fin de delimitar en vivo la dinámica psíquica personal que condujo al sujeto a suministrar las respuestas que acaba de dar. La
consigna deja al sujeto en completa libertad, a la vez es un apremio. Esta condenado a ser libre, revelarse por sí mismo. En el
psicoanálisis, el encuadre de la situación se expresa por medio de dos reglas fundamentales: la de no omisión y la de abstinencia.
Ambas reglas se reencuentran implícitamente en la situación proyectiva. La regla de abstinencia queda sobreentendida; el
examinado no puede hacer sino lo que se le propone, relatar, dibujar, o construir lo que imagina o lo que siente y nada más. Si se
aparta abiertamente de la situación de test, se lo hace volver a ella. Entre el examinado y el examinador se establece una relación
transferencial más o menos manifiesta y breve que, según sea positiva o negativa, estimula las producciones del sujeto o sus
bloqueos, y que subyace en el contenido de ciertas respuestas. El examinado permanece sentado, la regresión psíquica relacionada
con la posición del cuerpo en el espacio, es más profunda en el psicoanálisis.
Efectos. La estructuración inconsciente del material, la libertad de las respuestas y del tiempo, la relativa elasticidad de las consignas
hacen de la situación proyectiva una situación relativamente vacía, vacío que el sujeto tiene que llenar recurriendo, no tanto a sus
aptitudes y a su inteligencia, sino a los recursos profundos de su personalidad. Esto, reaviva los conflictos psicológicos del sujeto
examinado, y desencadena angustia y regresión. La angustia está asociada a representaciones fantasmáticas inconscientes, que se
transparentan, en el contenido de las respuestas del sujeto, mientras que los mecanismos de defensa del yo contra la angustia y los
fantasmas se manifiestan preferentemente en las características formales de las respuestas.
El PSA distingue tres aspectos en la regresión psíquica.
1) Aspecto formal: regresión del pensamiento conceptual al pensamiento en imágenes.
2) Aspecto cronológico: regresión del estado adulto a la primera infancia, o si es un niño a estados anteriores del desarrollo
pulsional.
3) Aspecto tópico: regresión del yo al ello.
De una manera general, la situación proyectiva y la psicoanalítica, provocan la regresión en el aparato psíquico, de los procesos
secundarios a los procesos primarios. De acuerdo con el tipo de test proyectivo, parece que la regresión puede ser activada en
mayor o menor medida.
La noción de imagen corporal, fue elaborada por el psicoanalista americano de origen alemán Paul Schilder. Define cuatro
condicione de posibilidad de la proyección: el narcisismo (reencontrarse a sí mismo en el otro), la identidad de percepciones internas
y externas, una polaridad adentro-afuera y la constitución del mundo como equivalente del yo o de una parte del yo. Sitúa la
proyección como un retorno de lo reprimido exterior: de lo que se deriva de una resolución del conflicto psíquico al servicio del
principio de placer, con un desinvestimiento parcial de la realidad por principio de placer, con un desinvestimiento parcial de la
realidad por el sistema de percepción-conciencia y el investimiento de esta por el inconsciente. La proyección sería un proceso

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normal que asume la función primitiva del aparato psíquico: resuelve el conflicto entre el ello y la realidad, produciendo una
identidad de percepción en lugar de una identidad de pensamiento.
Los diversos tipos de proyección. Un test supone una situación estandarizada para el sujeto y una intención de evaluación por parte
del psicólogo.
Bellak y Symonds proponen distinguir entre:
1) Técnicas de expresión: el sujeto tiene libertad respecto a las consignas y al material presentado.
2) Técnicas proyectivas: las respuestas son libres, pero el material es definido y estandarizado.
3) Test psicométricos: solo una respuesta es correcta y el material requiere una precisión rigurosa, constituyen la categoría de
técnicas de adaptación.
Ombredane, distinguió diversas formas de proyección que se utilizan en los test proyectivos.
1) Proyección especular: tiene su origen en el estadio del espejo, en la indiferenciación primitiva entre la imagen de sí mismo y
la imagen del otro, en el narcisismo. El sujeto reencuentra en la imagen del otro las características que pretende como
propias.
2) Proyección catártica: el sujeto atribuye a la imagen del otro las características que el pretende, no tener, que se niega a
considerar como suyas y de las cuales se libera, catarsis, desplazándolas. Mecanismo del delirio paranoide.
3) Proyección complementaria: el sujeto atribuye a los otros sentimientos o actitudes que justifican los suyos propios. Utiliza
los modos indicativo y optativo.
Los psicólogos distinguen dos categorías de test proyectivos.
Los temáticos: Ej. TAT. Revelan los contenidos significativos de una personalidad: naturaleza de los conflictos, deseos
fundamentales, reacciones ante el medio, mecanismo de defensa, momentos claves de la historia vivida.
Los estructurales: Ej. Rorschach. No recogen la manifestación de las fuerzas vividas del sujeto. Conducen preferentemente a un perfil
representativo del sistema de su personalidad, su equilibrio, su manera de aprehender el mundo, su visión del universo, de su
mundo de formas.

Introducción a las técnicas proyectivas - Bell


El título de técnicas proyectivas deriva del término proyección. El primero que utilizó el término en sentido psicológico fue Freud "La
proyección de las percepciones interiores al exterior es un mecanismo primitivo. Este mecanismo influye sobre nuestras
percepciones sensoriales, de tal modo que normalmente desempeña el principal papel en la configuración de nuestro mundo
exterior. En condiciones que no han sido aún suficientemente establecidas, constantemente las percepciones interiores de los
procesos ideacionales y emocionales son proyectadas al exterior como percepciones sensoriales, y son usadas para determinar el
mundo exterior, aunque ellas pertenecen en rigor al mundo interior".
Definición dada por Healy, Bronner, Bowers: la proyección es un proceso de defensa bajo el dominio del principio del placer, por el
cual el yo empuja afuera, sobre el mundo exterior, deseos e ideas inconscientes, que resultarían penosas para el yo si se les
permitiera penetrar en la conciencia"
Warren describe la proyección, como la tendencia a adscribir al mundo exterior procesos psíquicos reprimidos a los que no se
reconoce como de origen personal, como resultado de lo cual el contenido de estos procesos experimentado como una percepción
exterior". Noyes sigue esta dirección, presentando la proyección como un mecanismo de defensa, denominándola "estabilizador
automático", por el cual las características que resultan penosas para el yo, por ej. los aspectos indeables de la personalidad, no son
reconocidos como pertenecientes a nosotros mismo; por tanto, son desconocidos y atribuidos a otras personas, permitiendo así al
individuo eludir el estado de tensión.
Los elementos comunes a estas definiciones son: que el proceso de proyección es inconsciente, que sirve como una defensa contra
las tendencias inconscientes, que resulta de atribuir a otros impulsos, sentimientos, ideas y actitudes inconscientes, y finalmente
que reduce la tensión personal.
Podemos admitir que el mecanismo de proyección tal como lo definen los psicoanalistas se aplica en ciertas circunstancias,
especialmente en un test del tipo de apercepción temática. Es por cierto indiscutible, sin embargo, que la gran mayoría de los
recursos proyectivos no implican necesariamente sólo un proceso inconsciente.
La expresión del material autobiográfico, reconocido conscientemente, mediante las técnicas proyectivas, confirma la impresión de
que está implicando algo más que la proyección psicoanalítica. También es verdad que las respuestas a un test no pueden entrañar
tanto una función defensiva cuanto una función, aunque estas dos funciones pueden coexistir en el mismo ítem de conducta y
originarse en diferentes planos de la personalidad.

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Hasta donde pueden servir los mecanismos implicados en estos test para reducir la tensión psicológica en el individuo, es discutible
también. Este puede ser, el caso en algunos de los medios proyectivos de tipo catártico, pero no necesariamente, sólo porque medie
un dinamismo de proyección. Las impresiones clínicas en el uso de otros tipos de medios que los catárticos, indican que lejos de
reducir la tensión la aumentan.
Sería razonable concluir que si bien la proyección está implicada en estos test no es ella proceso exclusivo, y en algunos casos quizá
se trate de un aspecto menor del proceso total.
Se han propuesto otras definiciones de proyección, a fin de explicar el uso de su forma adjetiva en el título de estas técnicas. Se ha
trazado un paralelo de lo que tienen en común el test y la proyección que se realiza en la arquitectura o en hacer un mapa.
Rapaport, compara la proyección con una película donde el film representa la personalidad, el proyector la técnica, y los cuadros
vistos en la pantalla, el registro del test.
Tales concepciones no refieren a la proyección como mecanismo de defensa. Parecería que ellas representan el proceso en este tipo
particular de test más adecuadamente que la definición de mecanismo de defensa. Su insuficiencia está en relación con la medida de
su generalización; en aquellas concepciones se dan definiciones tan amplias que reflejan muy poco la naturaleza especifica de los
métodos. El autor preferiría emplear el significado más común de proyección, según su raíz latina, para el empleo del vocablo. O sea,
en su significado de" lanzar adelante", que es la acción implicada n las técnicas. El sujeto manifiesta en ellas su personalidad
"lanzándola afuera", y de ese modo puede ser examinado. En este "lanzar" la personalidad no está groseramente modificada; es sólo
exteriorizada en la conducta que es típica del individuo. La técnica actúa como un agente catalizante para provocar la reacción según
ha señalado Frank.
Características generales de las técnicas proyectivas
Las técnicas proyectivas reúnen un amplio número de métodos para la estimación de la personalidad, en una colección que no está
precisamente delimitada.
El propósito de las técnicas proyectivas es lograr penetrar en la personalidad individual. Su objetivo no las diferencia de los test de
personalidad de tipo inventario, que se desarrollaron en la suposición de que las respuestas a ciertos ítems proporcionarían la
información necesaria para la comprensión del individuo. Pero, por la técnica de aproximación que emplea, los test proyectivos se
diferencian de los otros test de personalidad. los métodos que componen el material de este estudio tratan, en general, de revelar la
personalidad total o aspectos de la personalidad en su engaste dentro del conjunto.
En cuanto a los métodos, es tal la variedad en las técnicas proyectivas que la generalización se hace dificultosa. hay algunas
características comunes, la presencia de un estímulo que no manifiesta el verdadero propósito del examinador al requerir una
respuesta. Generalmente el examinador hace alguna indicación que se da como un aspecto de la estructura de la situación
estimulante para el individuo, o bien deja al sujeto conjeturar la intención del examinador. Esta primera característica, consiste en
reducir el control consciente del sujeto sobre su conducta a ser analizada y origina respuestas que reflejan su propia individualidad.
La interpretación que el sujeto hace de la situación del test ofrece el primer reflejo de su personalidad. Se supone en estas técnicas
que el sujeto organiza los sucesos en función de sus propias motivaciones, percepciones, actitudes, ideas, emociones y de todos los
otros aspectos de su personalidad. En cuanto acepta esta hipótesis, el examinador puede usar casi toda la conducta del individuo
como una técnica proyectiva, incluyendo todos los tipos de test, ya sean de inteligencia, aptitud, ejecución, interés o personalidad.
El segundo aspecto del método común a las técnicas proyectivas, es que brindan una muestra de la conducta individual
suficientemente expresiva y con suficiente brevedad como para ser clínicamente utilizable y lo bastante estimulante como para
provocar una serie de respuestas del sujeto. En la interpretación de las respuestas, el acento recae sobre el elemento personal
acusado en la diversidad de conductas. Las técnicas proyectivas acentúan primeramente la peculiaridad de las respuestas. Por tanto,
la mejor técnica es la que controla un mayor repertorio de respuestas en el menor tiempo posible. En tanto que uno de los objetivos
de estos métodos de interpretación consiste en elaborar normas estándar, el valor de tales normas reside no tanto en el hecho de
que agrupan juntamente personas por sus semejanzas, sino en cuanto indican discrepancias o desemejanzas con las normas.
Aquellos que han desarrollad las técnicas proyectivas no se han privado aquí de introducir aspectos subjetivos en el cómputo e
interpretación. Pero la presencia de un elemento cualitativo en la estimación de los resultados no es consecuencia de una
preferencia por los métodos intuitivos, sino de la complejidad de los datos que debe manejarse y, por tanto, de la dificultad en la
aplicación de métodos matemáticos.
Una tercera característica común al método de las técnicas proyectivas es considerar la conducta registrada, tanto como la
personalidad que la produce, como una totalidad organizada.
Algunos fundamentos teóricos
el primer concepto es que la personalidad no es un fenómeno estático sino un proceso dinámico. Así, la cambiante y sucesiva
personalidad debe ser estimada con instrumentos que sean capaces no sólo de evaluar el estado de la personalidad en un momento,

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sino también de reflejar las modificaciones producidas en ella en el transcurso del tiempo. Se cree que tal estimación es posible, en
virtud de que, si bien la personalidad no es estática, se halla estructurada.
La naturaleza estructural de la personalidad es el segundo concepto generalmente aceptado. La estructura del individuo se
desarrolla según la clase particular de influencias fisiológicas, psicológicas y físico-socio-culturales, que están dadas para modelarlo.
Es cuestión de fuerte discrepancia la de cómo se produce esta integración, y las opiniones discrepan en punto a la responsabilidad
de uno u otro de los factores, pero, por lo general, se da por supuesta una cierta unidad estructurada.
El tercer concepto de la personalidad es que su estructura, tanto como la influencia del campo en el cual está operando la
personalidad, se revela en la conducta del individuo, puesto que la conducta es funcional. La conducta del individuo refleja la
relación integral entre las demandas del sí mismo y las demandas de la situación, y es un intento para adaptarse a estas demandas
internas y externas.
De tal modo, las respuestas observables de un individuo en situaciones específicas están acordes con la personalidad en esa
situación, aunque puedan no ser concordantes con otras expresiones de la personalidad en otras situaciones. La coherencia lógica
de la conducta no es la misma que la coherencia psicológica, y mientras la anterior puede estar presente, la última está siempre
presente. Puesto que la conducta tiene esta relación definida con la estructura de la personalidad, todo acto revela esa estructura,
traduciendo ciertos actos su origen más que otros. las técnicas proyectivas son intentos destinados a ordenar en una interpretación
lo más rápidamente posible la conducta del individuo.
el cuarto concepto principal sobre la personalidad es que ésta no es un fenómeno superficial sino profundo. Algunos rasgos de la
personalidad son observables, y otros están ocultos no sólo al mundo exterior sino también al individuo mismo. Estas se hallan
relacionadas con las capas superficiales de la personalidad de una manera ordenada que, en tanto libremente supuesta, aunque sólo
esquemáticamente insinuada en la realidad, hace posible realizar inferencias acerca de la estructura y contenido latentes a partir de
las observaciones externas.
Fuentes de los principios básicos
La mayoría de las técnicas proyectivas pueden ser denominadas formas estructuradas de actividad asociativa, las cuales obtuvieron
la primera demostración importante de su utilidad en el diagnóstico y la terapéutica, en la obra de Freud. Le adeudamos además
tanto a él como a sus sucesores, la investigación de la relación entre el paciente y el terapeuta, que ha hecho posible la definición
más adecuada de la naturaleza de las situaciones que reobran sobre la personalidad y los efectos que tales situaciones tienen sobre
la conducta.
El otro origen, se encuentra en la teoría de la Gestalt y en sus más recientes desarrollos la mayor de cuyas contribuciones consiste en
haber puesto el acento sobre la totalidad de la personalidad, de la conducta y de la experiencia, y en el análisis de las fuerzas que
determinan la conducta. Los experimentos de los guestaltistas han conducido a descubrimientos que se relacionan con las técnicas
proyectivas de dos maneras.
La comprensión de los procesos perceptuales implicados en las técnicas proyectivas, especialmente en aquellas que presentan un
estímulo dado al que debe responder el individuo. El interés de estos investigadores residía en los procesos de percepción de todos
funcionales más bien que en la experimentación con partes de objetos, exceptuando esas partes que estén diferenciadas del todo y
que sean vistas como integralmente relacionadas con ese todo.
El análisis de las respuestas en las técnicas proyectivas, está basado generalmente sobre la teoría de que las respuestas del individuo
están organizadas dentro de un patrón total, de una Gestalt, descubrimiento que es el primer objeto del experimentador de las
técnicas proyectivas.
Las contribuciones de Lewin al conocimiento psicológico se dirigieron más específicamente al análisis de la motivación que de la
percepción. Intento describir las relaciones entre vectores o fuerzas que motivan la conducta del individuo dentro del espacio vital.
De tal modo, sus postulados tienen que ver no sólo con la motivación sino también con la frustración, adaptación y campos temporal
y espacial en los cuales tienen lugar la conducta.
Un tercer origen histórico se halla dentro de la psicología clínica, con prescindencia del área psicoanalítica en este territorio. A esta
ciencia le debemos agradecer por sus descripciones de la estructura de la conducta y de la personalidad en el anormal, por la
delimitación de los factores fisiológicos de la personalidad, por sus son conceptos sobre la relación entre la conducta normal y
anormal. La antropología cultural, contribuyo con su conocimiento de las determinantes sociales y culturales de la personalidad. La
quinta influencia proviene de la investigación sobre el aprendizaje, suministrada en parte por los guestaltistas y en parte por la
psicología académica experimental.

Métodos proyectivos para el estudio de la personalidad – Lawrence Frank. (B. Murstein)


Se sugiere que veamos el surgimiento de la personalidad como el resultado de la interacción de los agentes culturales con el niño
individual. El niño no es como arcilla pasiva, sino que es un organismo activo y con sentimientos al igual que sus padres, nurses o
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maestras que son quienes ejercen directamente influencia sobre ellos. Lo que podemos observar entonces, es el proceso dual de
socialización que involucra suficiente conformidad en la conducta externa para permitir la participación en el mundo social
ordinario, e individuación que involucra el establecimiento progresivo de un mundo privado con un alto sentido idiosincrático,
significaciones y sentimientos que son más reales y comprometidos que el mundo físico y cultural.
Podemos concentrarnos en las grandes uniformidades e ignorar los componentes individuales que están participando como
hacemos cuando medimos la presión, la temperatura y otras propiedades del gas; o podemos mirar más allá de las uniformidades
agregadas, examinando al individuo, como discretas moléculas y electrones y muy alejadas del comportamiento uniforme descripto
estadísticamente.
La cultura provee los patrones de acción, lenguaje y creencia socialmente sancionados que hacen a la vida grupal que observamos,
pero cada individuo en ese grupo es una personalidad que observa esos requerimientos sociales y usa esos patrones
idiomáticamente, con una particular inflexión, énfasis e intención.
Con fines de discusión, es conveniente ver a los individuos como:

1. Organismos existentes en el mundo público y compartido de la naturaleza.


2. Como miembros de su grupo que ejercen sus vidas, profesiones, en un mundo social con modelos y practicas culturalmente
prescriptas, pero viviendo.
3. Como personalidades en esos mundos privados que han desarrollado bajo el impacto de la experiencia.
Cuando examinamos el proceso de personalidad o mundo privado de los individuos nos enfrentamos a un problema un tanto
peculiar, porque no estamos buscando las normas sociales y culturales de la uniformidad de la actividad orgánica, sino más bien o
justamente, la revelación de esa peculiar e individual forma de organizar la experiencia y sentimientos que implica la personalidad.
En este contexto podemos enfatizar que se puede aproximar al concepto de personalidad entendiéndola como un proceso u
operación de un individuo que organiza su experiencia y reacciona afectivamente a las situaciones. Este proceso es dinámico en el
sentido que la personalidad individual impone sobre el mundo público y común de los hechos (lo que llamamos naturaleza) sus
sentidos y significación, sus modelos y su organización que enviste a las situaciones así estructuradas con una coloración afectiva a la
que responde idiomáticamente.
En otras palabras, el proceso de la personalidad puede verse como una muy individualizada práctica de la operación general de
todos los organismos que selectivamente responden a una configuración básica reaccionando a aquellas que, en un contexto
ambiental, le son relevantes para su forma de vida. Es apropiado señalar algunos aspectos de la dificultad metodológica actual que
enfrentamos con los procedimientos cuantitativos aceptados.
Dado que los individuos, como lo indicamos anteriormente, aprenden a co-formar patrones socialmente sancionados de acción
habla y creencias (con influencias propias) es por lo tanto posible establecer las normas sociales apropiadas para grupos de igual
edad cronológica, sexto, etc. Y construir test estandarizados y calcular estadísticamente su validez y su confiabilidad.
La historia del uso de test estandarizados muestra como han sido usados para colocar a los individuos en variadas clasificaciones que
son convenientes para terapia y laborterapia, o para segregación con fines de control social y que tiene poca o ninguna
preocupación por el entendimiento del individuo así clasificado o ubicado, ni por descubrir sus características como individuo.
Adoptar una concepción de la personalidad, entendiéndola como un agregado de discretos rasgos, factores u otras entidades
medibles y separables que están presentes en el individuo en cantidades diferentes y organizadas de acuerdo a patrones
individuales. Pero que desde la personalidad es más que una actividad abierta, se necesita algún modo de llegar al aspecto
subyacente de la misma. Muchos procedimientos para el estudio de la personalidad, confían en el propio diagnóstico del sujeto y en
la revelación de su mundo privado (significados y sentimientos personales) los que le son obligados a ocultar por la situación social,
aún si, cosa que es inusual, el mismo sujeto tuvo alguna clara comprensión de él mismo.
El concepto de campo
El concepto de campo es muy significativo porque ofrece un modo de concebir esta situación de la parte individual y del todo, las
que nuestros viejos conceptos han confundido y oscurecido. El concepto de campo es muy importante porque lleva a la noción
general de que cualquier “entidad” que separamos para observar está participando en un campo, cualquier observación que
hacemos debe entenderse desde el campo en que se la hace, o como decimos, cada observación o medición es relativa a la
estructura de referencia o campo en que ocurre. El estudio de la personalidad de un individuo puede ser concebida como un
acercamiento “approach” a alguna actividad desordenada y errática, que ocurre en un campo llamado cultura. Más aún, las
observaciones hechas sobre la personalidad deben ser ordenadas en el campo de ese individuo y su espacio vital. También debemos
tener en cuenta al mismo individuo como una configuración de actividades, la cual regula sus partes y funciones.
Esto tiene importancia para el estudio de la personalidad ya que nos advierte en contra de la práctica de observar las acciones
individuales y reunirlas en entidades llamadas rasgos, o algún modo de organizarlos dentro de la personalidad total viviente, que
aparece en la experiencia como un organismo unificado.
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La personalidad deber ser vista como un proceso dinámico de organización de la experiencia, “de estructuración del espacio vital” en
concordancia con el singular e individual mundo interior. Esta concepción puede hacerse precisa y operacional si se ve al individuo y
a su cambiante entorno “environment” como una serie de campos que emergen a través de la interacción de la personalidad
individual. Lo que hemos llamado personalidad y que hemos tratado groseramente de formular como el conjunto de las respuestas
del individuo total y otras concepciones aditivas similares, se torna más comprensible y accesible a la investigación cuando es
concebido como el proceso de la vida en este campo creado por el individuo y la situación ambiental.
El mundo objetivo de las cosas, organismos, y sucesos, también puede ser visto como campo de situaciones de interacción de
objetos en los que las pautas culturales operan sobre la conducta del ser humano, quienes, por la sola razón de comportarse en
estos patrones o pautas aprendidas, crean los campos culturales de interacción de la conducta humana. La idea o noción de
objetividad pura se vuelve sin sentido y estéril si es que implica datos no influidos en lo relativo al campo en el que fueron
observados.
Técnicas Proyectivas
La concepción dinámica de la personalidad como un proceso de organización experiencial y la estructuración del espacio vital en un
campo, nos conduce al problema de cómo podemos revelar la manera en que ella organiza su experiencia con la finalidad de develar
o por lo menos hacer “insight” de ese mundo privado e individual de sentidos, significados, modelos y sentimientos.
De modo similar podemos aproximarnos a la personalidad, e inducir al individuo a revelar su forma de organizar experiencias
dándole un campo que tenga relativamente poca estructura y pautas culturales, de tal forma que la personalidad pueda proyectar
sobre este maleable campo su forma de ver la vida, sus sentidos, significados, modelos y especialmente sentimientos (afectos). Así
develamos una proyección del mundo privado interno de la personalidad individual del sujeto ya que debe organizar el campo,
interpretar los materiales y reaccionar afectivamente en él. Un método proyectivo para el estudio de la personalidad, implica la
presentación de una situación de estímulo diseñada o elegida no porque le significará al sujeto lo que el experimentador ha decidido
arbitrariamente que podría significar, sino que le significará todo aquello que la personalidad imponga en esa situación estímulo, o
sea su particularidad, su significación idiosincrática y su organización. Entonces el sujeto responderá a su significación de la situación
estímulo presentada, por medio de alguna forma de acción y sentimiento que es expresión de su personalidad.
Estas respuestas pueden ser constitutivas como en el caso en que el sujeto impone una estructura, forma o configuración (Gestalt) a
una sustancia amorfa, plástica, no estructurada, tal como la arcilla, la dactilopintura, o sobre campos parcialmente estructurados o
semi-organizados tal como tal como las láminas de Rorschach, o si no pueden ser interpretativas como en el caso en que el sujeto
relata lo que para él significa una situación estímulo tal como una lámina o un cuadro; o pueden ser catárticas, como en el caso en
que el sujeto descarga emocional que es reveladora de sus reacciones afectivas en situaciones cotidianas representadas por
situaciones de estímulos tales como cuando se juega con arcilla o juguetes. Otras expresiones pueden ser organizaciones
constructivas, en las cuales el sujeto construye de acuerdo con los materiales ofrecidos, revelando en los modelos de sus
construcciones algunas de las características organizativas de su personalidad en ese período tal como por ejemplo ocurre, en la
construcción con ladrillos.
Una personalidad es la forma en que un individuo organiza y modela las situaciones vitales y como responde efectivamente a ellas,
“estructura su espacio vital” y es por eso que mediante los métodos proyectivos podemos evocar el verdadero proceso de la
personalidad tal como se ha desarrollado hasta ese momento. Dado que un individuo organiza y modela las situaciones vitales
imponiendo su mundo interno pleno de sentidos, que reacciona afectivamente sobre el mundo situacional circundante y con las
otras personas y que lucha por mantener su versión personal en contra de la coerción y obstrucción de los demás, es evidente que la
personalidad es una forma persistente de vivir y sentir que, a pesar de cambios en los mecanismos e implementaciones del
crecimiento orgánico y de la maduración, aparecerá continua y verdaderamente para modelar la acción.
Las manchas de tinta del test Rorschach, busca revelar las configuraciones de la personalidad, reconociéndosele un creciente valor.
Las interpretaciones de las manchas de tinta están siendo crecientemente validadas por esos hallazgos clínicos, estos hallazgos
comparativos son muy importantes pues se refuerzan mutuamente y muestran la consistencia de cualquier conflicto en las
diferentes interpretaciones y diagnósticos de personalidad. Tanto las manchas de tinta como las figuras nubes, ofrecen un terreno
sobre el cual el sujeto debe imponer o proyectar cualquier modelo configuracional que él “ve” en ellos, ya que solo puede ver
aquello que personalmente busca o percibe en ese campo.
En niños se está usando cada vez más la técnica del juego; se usa todo tipo de juguete u objeto de juego o también ladrillos de
madera.
La cuestión de cómo decidir si una particular actividad es o no plena de sentido no debe ser tomada por el llamado criterio objetivo,
sino por la configuración total del juego de ese sujeto particular a quien se le atribuye eso, ese sujeto que realiza esa acción
particular o usa esa construcción específica como expresión de su forma de ver, sentir y reaccionar frente a la vida, o sea, de su

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personalidad. El estudio de la personalidad por medio de métodos proyectivos no ha sido tan extensamente desarrollado ni se
profundizó en los patrones usados por los sujetos.
Un niño se sabe está soportando una experiencia afectiva, expresará ese sentimiento en la configuración del juego. Los “insight”
derivados de las configuraciones de juego producen interpretaciones que no son solo terapéuticamente efectivas, si no, que son con
frecuencia predictivas acerca de lo que el niño mostrará en el futuro próximo. En estas situaciones de juego se produce con
frecuencia en el sujeto una catarsis al expresar afectos que de otra forma serían reprimidos u ocultados, o se liberan simbólicamente
resentimientos y hostilidades que han sido largamente dejados de lado mediante una conducta convencionalmente buena. Se
pueden usar muñecas desarmables para evocar hostilidad reprimida y agresión contra los padres y hermanos. Los niños en
tratamiento al moldear figuras de arcilla, expresan en ellas muchas de sus agudas ansiedades y distorsiones. Aquí debemos hacer
referencia a las fantasías eidéticas, las que según ha mostrado E.R. Jaensch en sus estudios constitucionales, indican un aspecto de la
forma en que el sujeto expresa qué es lo que entra en el modo de ser de su personalidad o forma de organizar su espacio vital.
El arte ofrece otra serie de ricas oportunidades para los métodos proyectivos, en el estudio de la personalidad del niño y sus
confusiones. Se ha comprobado que la pintura es fructífera para el estudio de la naturaleza de la personalidad y en los problemas
emocionales. Es interesante notar que, así como la psicoterapia libera al paciente, sus expresiones artísticas: pintura, modelado,
música y dramatización, se tornan más libres e integradas.
En los métodos de proyección temática, ofrece la oportunidad para deducir las proyecciones con alto contenido significativo en los
relatos orales o escritos acerca de una serie de figuras que muestran individuos con los cuales se puede identificar y otros con los
cuales pueda tener inmediata relación. Asimismo, los sujetos proyectan muchos aspectos de su personalidad en el completamiento
de historias o frases; al hacer analogías, al clasificar y agrupar objetos, tales como juguetes y por procedimientos similares en los
cuales el sujeto revela “lo que no puede decir o que no dirá”. Los movimientos expresivos, especialmente la escritura, ofrecen otra
aproximación a la comprensión de la personalidad que revela mucho de su característica manera de ver la vida en sus gestos
habituales, en sus patrones motores, sus expresiones faciales, postura y marcha. Estas formas de encarar el estudio de la
personalidad han sido rechazadas por muchos psicólogos pues no encuentran los requerimientos psicométricos necesarios para su
validez y confiabilidad.El problema de la personalidad en su total complejidad, como un proceso dinámico, activo, para ser estudiado
como proceso más que como una entidad o como un agregado de rasgos o factores, o como unas ventajas para la obtención de
datos en el proceso de organización experiencias que es peculiar a cada personalidad y que es útil para la comprensión del mismo a
través de su vida. Más aún, los métodos proyectivos ofrecen posibilidades de utilizar provechosos “insight” en la personalidad, cosa
que los preeminentes procedimientos cuantitativos parecen rechazarlo deliberadamente. El estudio de la personalidad no consiste
en la tarea de medir variables separadas sobre un numeroso grupo de individuos, en un momento de sus vidas, y luego buscar
mediante métodos estadísticos la medición de correlaciones, como tampoco es el problema de agrupar y establecer los valores
cuantitativos de varios factores. La aplicación de múltiples métodos y procedimientos que revelarán las distintas facetas de la
personalidad y mostrarán cómo el individuo “estructura su espacio vital” u organiza sus experiencias para encontrar sus necesidades
personales en distintos medios. Si encontramos que el sujeto proyecta modelos o configuraciones similares sobre materiales
ampliamente diferentes, y revela en su historia vital la secuencia de experiencias que hacen que esas proyecciones, sean
psicológicamente llenas de sentido para su personalidad, entonces se podrá juzgar que el procedimiento es suficientemente válido y
pulido su perfeccionamiento para garantizar experimentaciones futuras.

ABT, UNA TEORÍA DE LA PSICOLOGÍA PROYECTIVA

El Dr. Abt considera que, tal como se formula en la actualidad, la psicología proyectiva es una psicología de protesta, lo cual
constituye para él una muestra de sana independencia y originalidad, antes que una demostración de actitud competitiva e
incapacidad para aceptar autoridad personificada por su padre intelectual, la psicología académica.
Tomando los métodos proyectivos como punto de partida, Abt llega a una teoría holista de la personalidad que intenta integrar los
enfoques del campo genético y el dinámico en una forma que resulte útil al clínico.
Psicología Proyectiva: El termino se refiere a un conjunto más o menos común de supuestos, hipótesis y proposiciones que, si bien
no han alcanzado su expresión específica en manos de los clínicos que utilizan los métodos proyectivos de una u otra clase, en el
estudio y diagnóstico de la personalidad. La matriz conceptual del punto de vista proyectivo en psicología consiste en una serie de
conceptos tanto implícitos como explícitos, sobre la personalidad, así como en algunas concepciones relativas a la naturaleza y la
tarea de la ciencia en general.
La estructura de esta joven ciencia de la psicología proyectiva, de la cual solo se ha levantado el primer piso, descansa, según creo,
sobre una base de conceptos bastante firmes, de amplia generalidad e importancia teórica y considerable aplicación, que han
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surgido en los últimos años, sobre todo dentro de las ciencias de la conducta. Doy esos pasos iniciales en forma preliminar, con la
debida cautela, porque no paso por alto la necesidad de elaborar una teoría congruente y fructífera de la personalidad, a partir de la
cual el punto de vista proyectivo pueda desarrollarse, y de la que quepa esperar el aliento que tan esencial es para su crecimiento.
Orígenes de la Psicología Proyectiva
Me parece útil considerar a la psicología proyectiva como psicología de protesta. Es un producto característico de la escena
psicológica contemporánea. La psicología proyectiva representa una profunda revuelta contra muchas de las principales corrientes
de la psicología académica, con la cual tiene una deuda tan enorme. El punto de vista proyectivo en psicología es netamente
opuesto a la tradición norteamericana del conductismo, que sigue saturando un sector muy amplio de la psicología académica
contemporánea.
En un estudio funcional, en cambio, el tema central que se investiga es la estructura intrínseca y las propiedades internas del sistema
mismo. En ese tipo de estudio, input – output solo se utilizan para arrojar luz sobre el carácter del sistema que los vincula.
Creo que la psicología proyectiva se ocupa evidentemente de un estudio funcional del individuo, en el sentido de Northrop, y que
debe estar plenamente dispuesta a a dejar de lado todo tipo de investigación conductista. Resulta evidente que una evaluación
funcional de la personalidad siempre debe expresarse, en términos dinámicos y el punto de vista proyectivo en psicología está
hondamente comprometido con un enfoque dinámico y no estático den la conducta. Toda conducta, como activa e intencional,
activa en sentido de que el individuo tiende a desarrollar una relación con el mundo del a realidad física y social, e intencional o
funcional, en sentido de que la conducta del individuo apunta a una meta. Dentro del marco de la psicología proyectiva, pues la
conducta siempre está dirigida hacia una meta, busca eliminar o reducir la pauta de estimulación que la provocó.
Decir que la psicología proyectiva insiste en una análisis dinámico y funcional de la personalidad significa sugerir que no se ocupa de
segmentos aislados de conducta, sino más bien de las técnicas importantes más complejas por medio de las cuales el individuo
busca organizar su experiencia con el ambiente físico y social y adaptarla según sus singulares necesidades. La psicología proyectiva
quiere investigar el papel de todas las funciones y procesos psicológicos que actúan dentro del contexto de la personalidad total. Por
ende, el punto de vista proyectivo utiliza un criterio holista por el que la conducta en una modalidad, particular de expresión, se
estudia dentro de la matriz de la personalidad total, y debe ser comprendida en relación con todas las otras expresiones de la
conducta del individuo. Las producciones proyectivas de los individuos deben considerarse, por lo tanto, como meras partes de un
todo.
Los elementos dinámico, funcional y holista en la psicología proyectiva pueden rastrearse con bastante facilidad hasta ciertos
desarrollos históricos dentro de las ciencias de la conducta. El mercado actual de ideas y concepciones psicológicas, el pensamiento
psicoanalítico disfruta, desde luego, de gran aceptación; y es bien sabido que muchos de sus conceptos y proposiciones han invadido
incluso los baluartes tradicionalmente fuertes de la psicología académica.
Tal como Brown lo ha señalado, los criterios del psicoanálisis y del a psicología de la Gestalt concuerdan significativamente en
muchos puntos esenciales, de modo que su incorporación a la ciencia en desarrollo de la psicología proyectiva se ha logrado con un
mínimo de confusión conceptual. En las dos teorías de la psicología podemos discernir las siguientes áreas importantes de acuerdo
básico que resultan significativas para la psicología proyectiva:
1-Existe estrecho acuerdo entre ambas teorías con respecto a la estructura y el desarrollo de la personalidad. Los intercambios
dinámicos y económicos que, según se postula en el psicoanálisis, tienen lugar con respecto al ello, el yo y el superyó, encuentran
una expresión paralela en el sistema de barreras de Lewin y las clases de movimientos a través de ellas.
2-La Psicología de la Gestalt es célebre por su insistencia en la totalidad del organismo, y por su afirmación de que el todo tiene
prioridad sobre las partes. De acuerdo con el punto de vista gestáltico, los cambios y las modificaciones del organismo se logran de
acuerdo con leyes económicas.
3-El psicoanálisis postula una relación operativa íntima y esencial entre los mecanismo y dinamismos psicológicos que funcionan
dentro del individuo y la cultura y el ambiente socio antropológicos de que siempre forman parte.
4-Tanto la psicología de la Gestalt como el psicoanálisis utilizan un enorme número de construcciones independientemente
derivadas, que sus creadores pueden emplear como eficaces herramientas interpretativas en la descripción de la personalidad.
5-La psicología de la Gestalt y el psicoanálisis comparten una creencia en el determinismo psíquico y en la uniformidad y continuidad
de la naturaleza psicológica.

En la práctica, sin embargo, es bien sabido que el empleo y la integración de conceptos provenientes de dos enfoques distintos de la
psicología pocas veces se logra sin una transacción.
Pienso que esta insistente exigencia de validación experimental de cada concepto dentro del encuadre más amplio de la teoría,
encontró expresión en la psicología proyectiva en gran parte como la necesidad de someter los datos provenientes de la aplicación
de test proyectivos en el estudio y el diagnóstico de la personalidad, a alguna clase de análisis formal.

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Pero es un hecho que el desarrollo y el empleo de procedimientos analíticos relativos al contenido de los datos proyectivos han
demostrado un considerable atraso con respecto al desarrollo y la aceptación de métodos analíticos formales.
Gran parte del desarrollo, y también de la utilización, de los test proyectivos, ha estado en manos de psicólogos originalmente
saturados por los principios y las técnicas de la psicología experimental. Siendo básicamente psicólogos de laboratorio y de los
impresionantes “instrumentos de broncería”, exigían que toda aplicación de un test proyectivo fuera inevitablemente un
experimento. Como experimento, el test proyectivo quedó sujeto, naturalmente, a los mismos requisitos de control rígido que el
resto de la experimentación psicológica.
Detrás de las esperanzas de los diversos grupos profesionales que han unido sus fuerzas para el progreso de los métodos
proyectivos, existía la convicción, cada vez más honda, de que había llegado ya el momento adecuado para el surgimiento y el
desarrollo de una ciencia genuinamente experimental de la psicopatología.
Como consecuencia natural de los procesos que he descripto sintéticamente, gran parte de la investigación llevada a cabo en
psicología proyectiva ha seguido los lineamientos que Allport caracterizo como nomotéticos. Los test proyectivos realmente se
prestan con mayor facilidad al tipo de investigación nomotética.
Como Allport sugirió en alguna ocasión, el interés por establecer leyes generales del funcionamiento de la personalidad se basa, en
última instancia, en la dudosa proposición de que la causalidad psicológica es algo general, mas que única y netamente personal. La
psicología proyectiva sostiene firmemente que la causalidad psicológica es siempre y en todas partes únicamente personal y nunca
simplemente general, y esta insistencia surge de la profunda convicción de que hay considerable justificación teórica, tanto en
psicología como en otras ciencias, para estudiar al individuo como tal y no como a un representante de una clase de individuos,
cuyos miembros, según se supone, poseen un número finito de rasgos determinables en cantidades variables.
Tendencias conceptuales contemporáneas en la Psicología Proyectiva
Podemos considerar hitos en el camino hacia una ciencia genuina de la psicología proyectiva. Cabe decir que estos constituyen el
clima explícito de ideas en que los test proyectivos y los principios psicológicos proyectivos encuentran expresión a través del trabajo
diario de los clínicos. Se ha dedicado mucho más esfuerzo al desarrollo y la aplicación de los test proyectivos que al intento
cuidadoso y cabal de formular una teoría de la psicología proyectiva, tan necesaria para nosotros. Tendencias significativas en la
conceptualización de la conducta y la personalidad de la psicología proyectiva:
1)La Personalidad se considera cada vez más como un proceso antes que como una colección o un conjunto de rasgos relativamente
estáticos que el individuo utiliza para responder a los estímulos. Para la psicología el resultado de considerar a la personalidad como
un proceso es que el cuadro que surge de la aplicación de un grupo de tests proyectivos en el estudio de un individuo siempre está
limitado por la exigencia de que la conducta proyectiva accesible al análisis represente, en el mejor de los casos, sólo un corte
trasversal del proceso de la personalidad total. El terapeuta debe estar dispuesto a ir mas alla de la conducta proyectiva misma,
mediante el proceso de deducción, para llegar a una concepción del examinado que abarque parte de su historia pasada y algunas
de sus orientaciones con respecto al futuro cercano. Si el terapeuta ha de levantar una estructura de deducciones justificadas sobre
el individuo que está estudiando, debe estar dispuesto a ordenar sus datos y sus concepciones según una teoría de la personalidad
que, en sí misma, esté en condiciones de proporcionar conceptos dinámicos.
2) La personalidad estudiada por medio de procedimientos proyectivos es vista como un proceso constantemente sometido a la
influencia de las interacciones del individuo con sus ambientes físico y social, por un lado y del estado y la intensidad de sus
necesidades por el otro. La personalidad es el proceso que el individuo utiliza para organizar sus experiencias en términos de un
mundo cambiante de realidad física y social, y para adaptar esa realidad a sus propias necesidades y valores. Esta concepción de la
relación única del individuo con el mundo de la realidad física y social es lo que Frank (8,9) llama “el mundo privado” de la persona.
No solo las necesidades del individuo, sino también sus valores, son determinantes de la conducta en tanto actúan para crear el
mundo en que el individuo vive y hacen posible las formas únicas en las que aprende, a través de la experiencia, a llegar a un
acuerdo con las exigencias que el ambiente físico y el social imponen.
3) Hay una creciente tendencia dentro de la psicología proyectiva a apoyarse en la teoría del campo como marco de referencia
adecuado para organizar los datos proyectivos de la conducta. La conducta se estudia siempre como una función de las relaciones
persona-situación, y los términos dinámicos utilizados para describir tales relaciones derivan a un mismo tiempo de la psicología de
la Gestalt y del psicoanálisis. La cultura y la personalidad son continuas y deben ser tratadas como variables interdependientes, e
insiste en que todos los datos proyectivos de la conducta deben ser organizados según un marco de referencia actualmente
existente, cuya naturaleza también es necesario explorar antes de formular deducciones legítimas acerca del individuo. Los diversos
test proyectivos no estudian tanto el aspecto cultural del complejo cultura-personalidad, como las formas altamente individuales en
que la persona reacciona en el campo psicológico y repite o abandona las pautas y las practicas recurrentes del campo cultural en
que tiene lugar su conducta.

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4)Bajo la influencia del pensamiento psicoanalítico, hay una marcada tendencia a establecer dos clases de proposiciones sobre la
personalidad: dinámicas (del campo) y genéticas (históricas y del desarrollo). Solo un enfoque trasversal para la evaluación de la
personalidad como proceso es una entidad en continuo desarrollo que actúa desde el nacimiento hasta la muerte. Así, pues,
propugnan el estudio y la consideración de la personalidad como una suerte de Gestalt temporal y afirman la necesidad de datos
relacionados con un enfoque longitudinal de la personalidad. A través de un proceso de deducción clínica, el psicólogo proyectivo a
menudo puede utilizar los hechos subjetivos y objetivos que la exploración de la personalidad le proporcionan, para establecer una
serie de hipótesis dinámicas y genéricas sobre el individuo, que representan para el terapeuta una formulación de diversos grados
de adecuación.
5)Hay un creciente interés en la formulación de un cuadro de la personalidad como un todo. El cuadro de “la personalidad como un
todo” que puede lograrse mediante el empleo de los datos proyectivos solo se aplica evidentemente a una formulación en sección
trasversal de la unidad e integración de los procesos parciales de la personalidad en un momento dado de la historia del individuo
estudiado. Las técnicas proyectivas no apuntan a una formulación completa de la personalidad total, lo cual está en realidad más
allá de la capacidad de los clínicos contemporáneos, sino que intentan proporcionar una serie de formulaciones descriptivas
significativas sobre la personalidad, que pueden resultar útiles para un propósito particular y, a menudo, muy limitado. Se trata
simplemente de estudiar tantas variables de la personalidad como sea posible con los instrumentos de que se dispone, de
abstenerse de colocar al individuo en alguna categoría superficial de conducta.
6)Hay una marcada tendencia a construir un esquema conceptual en términos del cual puedan hacerse formulaciones de
personalidades distintas con propósitos clínicos. Hay una necesidad apremiante de construir una teoría cada vez más amplia,
coherente y utilizable de la personalidad, que satisfaga en mayor grado de lo que puede lograrse hoy la doble finalidad de la ciencia:
explicación de la conducta pasada del individuo y predicción de su conducta futura.
Considerable número de investigadores dentro de la psicología proyectiva parecen convencidos de que la solución radica en la
construcción gradual de una serie lógica y psicológicamente congruente de conceptos y variables que puedan definirse
operativamente y someterse al test crucial de la experimentación. Hasta que no se haya eliminado acabadamente la maleza
conceptual, la psicología proyectiva como forma de considerar la conducta de personas reales en situaciones reales tendrá
probablemente un desarrollo muy lento.
Naturaleza y el papel de percepción
Puesto que todos los métodos proyectivos, en una forma o en otra, dependen de la acción de los mecanismos perceptuales del
individuo, la psicología proyectiva necesita llegar a alguna suerte de acuerdo tentativo en cuanto a la naturaleza y la función de la
percepción. El primer factor significativo que surge de los variados esfuerzos experimentales en el campo de la percepción es la
selectividad general de todos los procesos perceptuales. Abrumadoras pruebas teóricas y experimentales sugieren que la
selectividad de los estímulos puede considerarse como una función de los “marcos de referencia” del individuo. La selectividad
general encontrada en todos los actos perceptuales del individuo está determinada o, más precisamente, es una función de ciertos
factores internos y externos de la percepción que actúan en forma legal.
Rogers (18) y otros, vinculados con el punto de vista no directivo, han comenzado a investigar lo que ellos denominan el “marco
interno de referencia” del individuo. Para algunos colaboradores de Rogers, el marco interno de referencia puede considerarse en
términos del concepto del sí mismo, que en la actualidad recibe gran atención teórica y experimental.
Raimy, que intento hacer poco codificar y promover la idea del concepto de sí mismo dentro del marco de la teoría de la consulta no
directiva, ofrece las siguientes hipótesis sobre el papel de los factores internos en la percepción, que en gran medida resultan
congruentes con la posición teórica dentro de la psicología proyectiva que propugno aquí:

1) El concepto de sí mismo es un sistema perceptual aprendido gobernado por los mismos principios de organización que los
objetos perceptuales
2) El concepto de sí mismo regula la conducta.
3) La percepción que una persona tiene de sí misma puede no ofrecer mayor relación con la realidad externa, como ocurre
con los individuos psicóticos.
4) El concepto de sí mismo es un sistema diferenciado pero organizado, de modo que incluso sus aspectos negativamente
evaluados pueden ser defendidos por el individuo a fin de mantener su individualidad.
5) El marco total de este concepto determina la forma en que se perciben los estímulos, así como el olvido o el recuerdo de los
estímulos antiguos.
6) El concepto del sí mismo es sumamente sensible en cuanto a permitir una rápida reestructuración si las condiciones lo
permiten, pero también puede mantenerse inalterado bajo-condiciones que, para el observador, constituyen una violenta
situación de tensión.

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En mi opinión no puede caber mayor duda de que tales factores internos o subjetivos en la percepción son a menudo muy
significativos para regular la conducta de una persona, y de que, para nuestros propósitos, resultaría útil formular brevemente
las condiciones bajo las que se supone que actúan. Piaget, que en su trabajo con niños pequeños ha intentado desarrollar lo que
equivale a una teoría genética de la percepción, sugiere que el niño percibe el mundo físico como no estructurado, por limitado
que sea su marco de referencia. Los estudios de Piaget sugieren que ésta técnica mediante la cual el pensamiento del niño se
socializa, y que el niño es realmente incapaz de pensar en el sentido adulto hasta que sus perceptos se han socializado. Cuanto
más estructurado es el campo de estímulos, más depende por el común la conducta de la actuación de los factores externos en
la percepción; e inversamente, cuanto más vago y ambiguo el campo de estímulos, mayor es la oportunidad y la necesidad de
que actúen los factores internos en la percepción. Si no fuera posible establecer una serie de situaciones con las que la persona
puede relacionarse bajo condiciones razonablemente controladas, en las que los factores perceptuales subjetivos se convierten
en determinantes decisivos de la conducta de un individuo, creo que no contaríamos con las oportunidades para la investigación
y el análisis de la estructura de la personalidad que los test proyectivos proporcionan.
Bruner y Goodman han estudiado el papel de la necesidad y el valor como factores en la distorsión perceptual y han
desarrollado tres hipótesis empíricas que deben verificarse:
1) Será perceptualmente seleccionado entre objetos perceptuales alternativos, llegará a fijarse como una tendencia de
respuesta perceptual, y a acentuarse perceptualmente.
2) Cuanto mayor es la necesidad individual de un objeto socialmente valorado, más marcada será la actuación de los
determinantes de la conducta.
3) La ambigüedad perceptual facilita la actuación de los determinantes de la conducta sólo en la medida en que reduce la
acción de los determinantes autóctonos, sin reducir la eficacia de los determinantes de la conducta.
La necesidad y el valor son de hecho factores organizadores en la percepción; y Bruner y Goodman ofrecen pruebas indicadoras de
que sus tres hipótesis pueden sostenerse experimentalmente. La percepción como un proceso activo e intencional que involucra a
todo el organismo en relación con su campo. Por lo tanto, todos los procesos perceptuales no sólo están íntimamente ligados con las
experiencias pasadas y separadas y distintas del individuo, que han llegado a organizarse en la conducta para proporcionar cierto
significado y unidad en el presente, sino que también están hondamente vinculados con su anticipación del futuro, sobre todo del
futuro cercano, del que puede considerarse que constituyen una suerte de reflejo. El individuo tiende a construir o adquirir un
sentimiento de certidumbre con respecto a las consecuencias de sus experiencias perceptuales presentes.
Los perceptos que no han tenido una validación posterior en la conducta tienden a producir un estado de tensión y se experimentan
como malestar o ansiedad. No debe caber mayor duda de que una de las principales funciones de la percepción, considerada en el
sentido más amplio, es la de permitir que el organismo se proteja contra situaciones y circunstancias que le resultan nocivas y
penosas y que no contribuyen a su bienestar y supervivencia. Los actos perceptuales establecen la base para que el individuo pueda
ejercer una cierta previsión con respecto a situaciones y circunstancias potencialmente nocivas. Una de las funciones importantes de
la percepción es la de actuar como una defensa yoica. Sugerimos que un mecanismo de defensa similar a la represión actúa en la
conducta perceptual. Dentro del marco de la psicología proyectiva, mi formulación resulta algo distinta. Creo que los procesos
perceptuales actúan de tal modo que permiten al individuos mantener un estado o un nivel de ansiedad para el cual ha adquirido, a
través del aprendizaje, un grado adecuado de tolerancia.
El psicoanálisis ha acentuado el principio de que cada persona posee un conjunto de mecanismos de defensa que se utilizan en
forma individual y que actúan de tal modo que el nivel de ansiedad puede mantenerse dentro de los limites manejables. Una de las
funciones de la percepción es la de permitir que algunos de los mecanismos de defensa psicoanalíticos actúen de tal manera que el
individuo pueda mantener un nivel bastante constante de ansiedad.
A medida que el campo de estímulos se vuelve menos estructurado, su nivel de ansiedad tiende a aumentar de modo considerable.
Evidentemente no es el campo de estímulos mismo lo que cataliza la ansiedad. Más bien, considero responsable de ello al hecho de
que el campo de estímulos ambiguo exige que el individuo busque nuevas orientaciones en la conducta, utilice pautas de conducta
antiguas o inadecuadas, o establezca nuevas secuencias de conducta. Cuando el mecanismo proyectivo entra en juego, permite al yo
adaptarse a relaciones nuevas y adecuadas con la realidad física y social.
Al formular este proceso, he utilizado como principio central el concepto de homeostasis psicológica, que sin duda, es una
construcción de amplia generalidad y aplicación. Parece razonable suponer que la proyección no es el único “paragolpes” psicológico
que el yo utiliza para mantener un nivel de ansiedad tolerable. Represión es otro mecanismo de defensa que puede estar
involucrado en la búsqueda de un estado o condición de homeostasis psicológica. Para la psicología proyectiva, la actuación del
mecanismo proyectivo es de suma importancia. En psicología proyectiva nos interesa sobre todo el estudio de la conducta
proyectiva y solo secundariamente el examen y la evaluación de otras manifestaciones de conducta del individuo. Tanto la realidad
física como la social llegan a investirse realmente con las necesidades, los valores, las fantasías, etc. del percipiente, que los

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transforma de tal modo que por lo común experimenta un aumento mínimo en el nivel de ansiedad que está en condiciones de
soportar.
Al utilizar así estos términos intento sugerir que las experiencias perceptuales del individuo llegan a colorearse con esos elementos o
componentes de la personalidad son responsables de una distorsión de la realidad física y social por la cual la seguridad e integridad
que experimenta el percipiente se ven amenazadas en un grado mínimo. Ej. Test de Rorschach. Al responder a las láminas del
Rorschach, por ejemplo, el examinado ofrece un considerable número de respuestas que pueden calificarse como F+. En términos de
la teoría y la práctica del Rorschach, F+ constituye una medida directa de la fortaleza o integridad del yo, en tanto significa que el yo
percibe la realidad, tal como está representada por las láminas, con óptima exactitud, esto es, que la mayoría de las distorsiones
perceptuales que pueden haber sido introducidas por los deseos o impulsos del examinado han sido rechazadas o mantenidas en un
nivel mínimo.
La mayoría de las personas se sienten más seguras y protegidas cuando se les permite actuar en términos de lo que es viejo y
habitual en su experiencia, y cuando deben enfrentar situaciones nuevas y desconocidas; experimentan inseguridad, malestar e
incluso ansiedad. Creo que este fenómeno es lo que explica los frecuentes sentimientos de esfuerzo y evidente ansiedad con los que
tantos examinados parecen reaccionar cuando se les presentan materiales-estímulo ofrecidos por los diversos test proyectivos. La
experiencia clínica con una cantidad de métodos proyectivos ha engendrado mi convicción de que, cuando alguna tarea psicológica
está mal definida, y cuando además el campo de estímulos es muy ambiguo o nuevo en la experiencia del examinado, éste tiende a
reaccionar con ansiedad, que puede ser mínima o intensa. La función de la percepción, tal como he sugerido, consiste en disminuir
el monto de la ansiedad experimentada por el individuo, de modo que pueda establecer una nueva relación con el ambiente físico y
el social, que le permitirá manejarlos con un máximo de desenvoltura y comodidad. Esta es precisamente la situación que por lo
común enfrenta un individuo cuando se le administra un test proyectivo y, en términos de la formulación que he ofrecido, no me
parece difícil comprender porque ocurre tan a menudo que el individuo procede a dotar a los materiales proyectivos con sus propios
deseos, impulsos, fantasías, valores, etc. El grado de estructura del campo de estímulos puede ser considerable, pero es preferible
mantenerlo en un nivel mínimo, a fin de que los factores internos o subjetivos de la percepción puedan entrar en acción,
permitiendo así que el individuo atribuya a las situaciones-estímulos sus propias necesidades, valores, fantasías, etc. en la mayor
medida posible.
No obstante, es una experiencia común para el clínico comprobar que la aplicación de un test proyectivo a menudo tiene un valor
terapéutico para el examinado. La administración a un examinado de una serie de campos de estímulos variados por medio de
métodos proyectivos puede realmente ayudar al individuo a disminuir su nivel de ansiedad, al brindarle una oportunidad para la
catarsis. En el proceso de lograr una nueva orientación, se recurre al mecanismo proyectivo y puede haber una disminución de la
ansiedad.
Algunos postulados sobre la personalidad:
Los diversos postulados relativos a la naturaleza de la personalidad que parecen útiles en psicología proyectiva, pueden formularse
del siguiente modo:
1)La personalidad es un sistema que actúa en el individuo como una organización entre el estímulo y la respuesta que intenta
relativizar. Un estímulo adquiere la capacidad de relacionarse con un organismo en funcionamiento a través del aprendizaje de ese
organismo.
En un nivel fenomenológico, la selección de estímulos a los que el individuo puede reaccionar se logra mediante un proceso que
podemos llamar “atención selectiva”. Este proceso es una actividad de los mecanismos perceptuales. Los estímulos que evocan
respuestas se seleccionan por su contribución a la supervivencia y el bienestar del individuo, en el sentido más amplio. El proceso de
atención selectiva es una actividad de la personalidad que sensibiliza al individuo frente a estímulos que promueven su bienestar e
integridad y desarrolla en él una falta de sensibilidad para con los estímulos que no promueven tales fines. Podemos suponer que
también desarrolla una “inatención selectiva” (Sullivan), un proceso que no constituye propiamente una función de los mecanismos
perceptuales, y que, según suponemos, tiene lugar fuera de la conciencia.
2)La personalidad como organización es de carácter dinámico y motivacional. Su capacidad para seleccionar e interpretar estímulos,
por un lado, y para controlar y fijar las respuestas, por otro, constituye una medida de su integridad y su unidad como sistema de
funcionamiento. La personalidad como una organización dinámica que interviene entre el estímulo y la respuesta es responsable del
homeostasis psicológica que tiene lugar en la conducta.
3)La personalidad es una configuración. La personalidad consiste en una amplia variedad e funciones y procesos psicológicos, y
suponemos que la formación de la personalidad sigue las leyes de la psicología de la Gestalt relativas al desarrollo de cualquier otra
configuración. Puesto que puede considerarse a la personalidad como una configuración de extensión temporal, la tarea de evaluar
o determinar la personalidad implica un procedimiento sumamente complicado, en el que se utilizan muchos métodos evaluativos

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para obtener una serie de cortes trasversales que pueden resultar útiles para establecer una serie de deducciones sobre el carácter
longitudinal del proceso de la personalidad.
4)El crecimiento y el desarrollo de la personalidad se basan en la diferenciación y la integración. Este postulado sostiene el
crecimiento y el desarrollo de la personalidad dependen de dos procesos fundamentales: aprendizaje y maduración.
5) En su crecimiento y desarrollo, la personalidad sufre la influencia de los factores ambientales; de estos últimos, los culturales son
de fundamental importancia. Este postulado no niega factores hereditarios en la personalidad pero acentúa la proposición de que
los determinantes ambientales de la personalidad son significativamente influyentes, permite al individuo organizar sus distintas
experiencias y su conducta a los fines de una satisfacción más adecuada de sus necesidades únicas.
Creo que estos cinco postulados sobre la naturaleza de la personalidad son útiles en la psicología proyectiva en tanto resulta posible
utilizarlos como marcos de referencia para pensar sobre la personalidad. Incluso pueden resultar útiles para ayudar al clínico a
organizar las producciones proyectivas de sus examinados de tal modo que los datos proyectivos adquieran mayor significado. Es
evidente que la aceptación, aunque sólo sea de algunas de las hipótesis sobre la naturaleza de la personalidad exige que el psicólogo
proyectivo utilice una amplia variedad de procedimientos, tanto proyectivos como no proyectivos, para explorar la riqueza de la
personalidad.

Sobre los problemas del concepto de proyección - Leopold Bellak.


El doctor Leopold Bellak traza el desarrollo histórico del concepto de proyección, que ahora se utiliza tan amplia y libremente. Halló
necesario volver a definir los procesos perceptuales involucrados en lo que se conoce como métodos proyectivos. Su intento de
reformular los conceptos psicoanalíticos básicos en términos del proceso de distorsiona perceptiva y la teoría gestáltica del
aprendizaje requerirá de nuevos trabajos experimentales y ulteriores investigaciones.
Una teoría de la distorsión a-perceptiva.
Frank sugiere que los métodos proyectivos son típicos de la tendencia general hacia un enfoque dinámico y holístico en la ciencia
psicológica reciente, así como en la ciencia natural. Establece un paralelo entre las técnicas proyectivas y la posición del análisis
espectral en la física.
El término proyección fue introducido por Freud en 1894 en “neurosis de angustia”: la psiquis desarrolla una neurosis de angustia
cuando no se siente en condiciones de realizar la tarea de controlar la excitación (sexual) que surge endógenamente. Es decir, actúa
como si hubiera proyectado esa excitación en el mundo exterior.
En 1896 en “neuropsicosis de defensa” afirmo que la proyección es un proceso que consiste en atribuir los propios impulsos,
sentimientos y afectos a otras personas o al mundo exterior, como un proceso defensivo que nos permite ignorar estos fenómenos
“indeseables” en nosotros mismo. El paranoico tiene ciertas tendencias homosexuales que transforma, bajo la presión de su
superyó, de yo lo amo en yo lo odio, una formación reactiva. Luego proyecta o atribuye este odio al objeto amoroso original,
convertido así en el perseguidor.
También fue aplicado más tarde por Freud como mecanismo principal en la formación de creencias religiosas, hipótesis planteada en
el porvenir de una ilusión, y en tótem y tabú. Inclusive en este contexto cultural la proyección continuaba siendo un proceso
defensivo frente a la ansiedad.
Aunque la proyección está firmemente establecida como uno de los procesos defensivos más importantes, se ha trabajado
relativamente poco sobre ella.
El uso más amplio del término proyección se ha dado en el campo de la psicología clínica, en relación con las llamadas técnicas
proyectivas. Éstas incluyen el test de Rorschach, el T.A.T, el Test de Szondi, el test de frases incompletas y muchos otros. En todos, se
presenta al examinado un número de estímulos ambiguos y se lo invita a responder a ellos. En esa forma, el examinado proyecta sus
propias necesidades y tensiones, que éstas aparecerán como respuestas a estímulos ambiguos.
En tótem y tabú, Freud plantea: la proyección no está especialmente creada con fines de defensa; también surge cuando no hay
conflictos. La proyección de percepciones internas al exterior es un mecanismo primitivo que, por ej. Influye también sobre nuestras
percepciones sensoriales, de modo que normalmente desempeña el papel principal en la configuración del mundo exterior.
El supuesto de Freud es que los recuerdos de los perceptos influyen sobre la percepción de estímulos contemporáneos. La
interpretación del Test de apercepción temática se basa sin duda en ese supuesto.
Parecería que los recuerdos de los perceptos influyen sobre la percepción de estímulos contemporáneos y no sólo con fines
estrechamente definidos de defensa, tal como se afirmaba en la definición original de proyección. Nos vemos obligados a suponer
que toda percepción actual sufre la influencia de la percepción pasada, y que la naturaleza de las percepciones y su interacción
mutua constituyen el campo de la psicología de la personalidad.
Apercepción y distorsión a-perceptiva.

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(Definición de pie de página: apercepción, en psicología, el proceso por el cual una nueva experiencia es asimilada y transformada
por el residuo de la experiencia pasada de cualquier individuo para construir una nueva totalidad. El residuo de la experiencia
pasada recibe el nombre de masa a-perceptiva.) Defino la apercepción como una interpretación (dinámicamente) significativa que
un organismo hace de una percepción. Esta definición permite sugerir que puede haber un proceso hipotético de percepción no
interpretada, y que toda interpretación subjetiva constituye una distorsión a-perceptiva dinámicamente significativa; también
podemos establecer, operativamente, una condición de percepción objetiva cognoscitiva, casi pura, en la que una mayoría de
examinados concuerda sobre la calidad exacta de un estímulo. Se debe establecer que la percepción puramente cognoscitiva sigue
siendo una hipótesis y que toda persona distorsiona a-perceptivamente, siendo solo de grado la diferencia entre una distorsión y
otra. En el uso clínico del TAT se hace evidente que estamos frente a distorsiones a-perceptivas de distinto grado.

Formas de distorsión a-perceptiva.


1) Proyección: es el máximo grado de distorsión a-perceptiva. El polo opuesto sería, una percepción totalmente objetiva. No
se trata solo de una adscripción de sentimientos y afectos inconscientes, al servicio de la defensa, sino que aquéllos son
inaceptables para el yo, por lo que se atribuyen a objetos del mundo exterior. También cabe agregar que imposible hacerlos
conscientes. La verdadera proyección es en realidad un proceso complejo que involucra cuatro pasos:

a) Yo lo amo (impulso inaceptable del ello)


b) Formación reactiva “yo lo odio”
c) La agresión también resulta inaceptable y se reprime
d) El precepto se transforma en él me odia.

Es el último paso el que llega a la conciencia. Sugiero que este proceso se denomine proyección invertida en contraste con
la proyección simple. El primer paso involucra a la formación reactiva (mecanismo de defensa). En la proyección invertida,
en realidad encontramos primero el proceso de formación reactiva y luego una distorsión a-perceptiva que trae aparejada
la atribución del sentimiento subjetivo al mundo exterior, como una proyección simple.
2) Proyección simple: esta conducta se comprende mejor como una distorsión simple (asociativa) a través de la transferencia
de aprendizaje, o en situaciones más complejas, como la influencia de imágenes previas sobre las presentes.
3) Sensibilización: algunos individuos pueden no percibir el enojo en absoluto ni reaccionar frente a él, mientras que otros lo
observan y reaccionan. En el segundo caso, comprobaremos que estos individuos son los que tienden a percibir enojo
incluso cuando éste no existe objetivamente. Se trata de un hecho clínico bien conocido, al que se hace referencia como la
sensibilidad de los neuróticos. Una percepción más sensible de estímulos existentes. La hipótesis de la sensibilización
significa meramente que un objeto e encaja en una pauta preformada se percibe más fácilmente que otro que no encaja. Ej.
Estado de hambre: en este estado de carencia hay una mayor eficacia cognoscitiva del yo para reconocer objetos que
podrían poner fin a esta carencia, y también fantasía compensatoria simple de realización de deseos, que denominan
percepción autista (la percepción de objetos alimenticios deseados en condiciones de hambre frente a estímulos que no
representan objetivamente tales objetos). El organismo está equipado para la adaptación a la realidad y también para la
gratificación sustitutiva cuando la gratificación real no existe. Esto constituye, un aumento de la eficacia de la función yoica
en respuesta a una emergencia, una percepción más certera de la comida en el estado de hambre. Podemos decir que hay
una sensibilización perceptual debida a la propia selectividad que opera inconscientemente y a la distorsión a-perceptiva.
4) Externalización: La proyección invertida, la proyección simple y la sensibilización, en este orden, son procesos de los cuales
el individuo no tiene por lo común conciencia. Es, consecuentemente, difícil conseguir que una persona tome conciencia de
esos procesos en sí misma. Ej. Proceso de relato fue preconsciente, no era consciente mientras se desarrollaba, pero
hubiera resultado fácil que lo fuera. Sugerimos el termino externalización para tal fenómeno, con el fin de facilitar la
descripción clínica de un proceso frecuente.
Percepción puramente cognoscitiva y otros aspectos de la relación estímulo-respuesta.
La percepción pura es el proceso hipotético en relación con el cual medimos la distorsión a-perceptiva de tipo subjetiva, o bien, es el
acuerdo subjetivo y operativamente definido sobre el significado de un estímulo con el que se comparan otras interpretaciones.
La respuesta es, en parte, función del estímulo. En términos de psicología a-perceptiva, significa que una mayoría de examinados
concuerdan en alguna apercepción básica de un estímulo, y que ese acuerdo representa nuestra definición operativa de la
naturaleza objetiva del estímulo. La conducta congruente con aspectos de la realidad objetiva del estímulo ha sido denominada
conducta adaptativa.

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 El grado de conducta adaptativa varía inversamente al grado de exactitud de la definición del estímulo. Las láminas del TAT
y del Rorschach son no estructuradas con la intención de provocar respuestas a-perceptivas distorsionadas como sea
posible.
 El grado de adaptación también está determinado por la disposición.
 La naturaleza del organismo que percibe determina también la proporción entre la conducta y la proyectiva. La gente
distorsiona a-perceptivamente en grados variables. Incluso la misma persona puede reaccionar de maneras completamente
distintas a un estímulo cuando acaba de despertarse y cuando está en pleno estado de vigilia.
Otro aspecto de producción es la conducta expresiva. Si una variedad de artistas está sometidos a condiciones idénticas, no
podemos esperar producciones creadoras idénticas. La conducta expresiva difiere en cuanto a su naturaleza de la adaptación y la
distorsión a-perceptiva. Si la adaptación y la distorsión a-perceptiva determinan qué hace cada uno y la expresión determinan cómo
lo hace, es innecesario acentuar que siempre se puede preguntar cómo cada uno hace qué. La conducta adaptativa, la a-perceptiva y
la expresiva siempre coexisten. Los rasgos expresivos revelan, pues cómo un individuo hace algo, la adaptación y la distorsión a-
perceptiva nos dicen qué es lo que hace.
Intento de integrar los conceptos de la distorsión a-perceptiva y los conceptos psicoanalíticos básicos.
La psicología a-perceptiva y sus instrumentos clínicos tienen su origen tanto en el psicoanálisis como en la psicología clínica
académica. Pero, hay una falta de integración de ambos métodos de enfoque y una falta de comprensión mutua entre los
defensores de la psicología psicoanalítica y la no analítica.
Los conceptos psicoanalíticos básicos pueden ser expresados en forma experimentalmente verificable, como problemas de la teoría
del aprendizaje y sobre todo, de la distorsión a-perceptiva.
Creemos que el psicoanálisis es una teoría del aprendizaje que se ocupa especialmente de la historia de la adquisición de perceptos,
su interacción recíproca y su influencia sobre la percepción de estímulos posteriores.
El aprendizaje de perceptos se formula principalmente en términos de la teoría de la libido. La compleja constelación del triángulo
edípico y su destino constituyen un concepto nuclear. La influencia de los perceptos pasados sobre la apercepción contemporánea
está involucrada en el concepto de mecanismo de defensa y en la interpretación genética de la conducta contemporánea.
El principio de sobredeterminación de Freud puede expresarse como una mera demostración del principio gestáltico de que el todo
es la suma de las partes. Ej. El sueño manifiesto es la Gestalt final. las asociaciones libres revelan las partes y nos permiten ordenar
los hechos del sueño en la continuidad de la corriente de procesos del pensamiento.
La teoría de los mecanismos de defensa, es, una teoría relativa a la influencia selectiva de los perceptos mnémicos sobre la
percepción de los hechos. Cada mecanismo de defensa es una hipótesis relativa a la legalidad de la interacción de imágenes bajo
determinadas circunstancias.
Además, los principios de la Gestalt quizás resulten más adecuados para tal fin. Se puede demostrar experimentalmente que cuando
una imagen “buena” y una imagen “mala” se exponen en forma simultanea el resultado es una imagen “buena” reforzada,
modificada por algunos aspectos de la imagen “mala”.
La teoría Freudiana de la neurosis siempre se ha formulado como una formación de transacción. Esto es, describe la mejor Gestalt
posible en un sistema dado de fuerzas: el ello, el yo, el superyó y la realidad. La teoría de Freud sobre el desencadenamiento de una
neurosis adulta puede formularse de la siguiente manera: “una neurosis se vuelve manifiesta cuando una constelación
contemporánea de fuerzas coincide con el patrón de una situación infantil traumática”. Las contribuciones originales de Freud,
relativas a la amnesia histérica o al origen traumático de las neurosis, a las parapraxias o a los sueños, fueron en realidad hipótesis
concernientes al aprendizaje, el olvido y los métodos de evocación (hipnosis, persuasión, asociación libre).
Algunos problemas dinámicos, especiales, vistos como casos de distorsión a-perceptiva
La hipnosis es uno de los procesos en los que es posible alterar temporalmente la a-percepción de un sujeto e introducir grandes
distorsiones. El proceso hipnótico comienza con una disminución gradual de las funciones a-perceptivas del sujeto y una limitación
final de esas funciones a las a-percepciones de la voz del hipnotizador. Este proceso de exclusión de la a-percepción es similar al que
tiene lugar en una persona cuando se dispone a dormir. La obediencia a las ordenes post-hipnóticas demuestra en forma
concluyente que los recuerdos de imágenes de los que el sujeto no tiene conciencia y del os que no puede tomar conciencia, pueden
tener una influencia controladora sobre la acción. El recuerdo del percepto que el sujeto tiene del hipnotizador distorsiona a-
perceptivamente el estímulo actual. Los fenómenos psicológicos masivos pueden entenderse en forma muy similar a la hipnosis.
Podemos decir que, mientras el individuo forma parte del grupo, “ve el mundo a través de los ojos del a masa”. El grupo es
temporariamente visto como una figura autoritaria, y al igual que en la hipnosis, la a-percepción del grupo adquiere una influencia
controladora sobre casi todos los otros recuerdos de imágenes.
 Transferencia

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Limitar su significado a la relación emocional entre el paciente y su psicoanalista. La transferencia implica que el paciente trasfiere al
analista sentimientos previamente aprendidos. Así, espera del terapeuta críticas, castigos, alabanzas y a menudo distorsiona a-
perceptivamente sus reacciones. Es parte de la tarea analítica mostrar al paciente, en los momentos adecuados, la diferencia entre
sus distorsiones y los hechos. La falta de respuestas del analista ejerce un efecto único, que distingue la situación transferencial de
toda otra distorsión a-perceptiva de una figura parental similar. La situación trasferencial puede ser descripta, púes, como una
relación en la que el paciente distorsiona su a-percepción del analista con imágenes cada vez más tempranas de los progenitores y
otras figuras significativas de los primeros años de su vida.
 Psicosis
En los delirios y alucinaciones psicóticas podemos decir que las imágenes tempranas han surgido con tanta fuerza que ejercen sobre
la a-percepción del mundo contemporáneo una influencia distorsionadora mayor que en cualquier situación. La distorsión a-
perceptiva afecta al principio solo un grupo pequeño de estímulos. A veces, la distorsión original no es necesariamente absurda y
puede obligar al observador a dedicar largo tiempo a su verificación. A medida que la enfermedad avanza, las distorsiones del
paciente suelen acentuarse y abarcar un área cada vez más extensa. }
 Terapia
Es posible reformular la teoría psicoanalítica de la terapia de la siguiente forma:

 Comunicación: El paciente se comunica por medio de asociación libre, así el analista llega a conocer la conducta del mismo
y ciertas pautas reiteradas.
 Interpretación: Percepción de cierto denominador común en las pautas de conducta del paciente y señalárselo.
a) Estudio horizontal: estudio horizontal de pautas, encuentra un denominador común en las pautas de
conducta y las relaciones interpersonales que corresponden a su situación de vida.
b) Estudio vertical: Será posible en algún momento rastrear el desarrollo histórico de las pautas en la vida del
paciente. A menudo es necesario señalar éste y el denominador de estudio horizontal del a conducta
actual, a fin de llegar a la solución de un problema.
c) Relación con el terapeuta: Análisis de la situación transferencial, como caso especial dentro de la situación
de vida actual en relación con las pautas históricas más tempranas.
En los tres casos el terapeuta comprueba que el paciente padece de distorsiones a-perceptivas de las
situaciones de vida. La interpretación consiste en realidad en señalar los denominadores comunes de las
distorsiones a-perceptivas y, en ciertos casos, en demostrar las relaciones de situaciones previas con
recuerdos de perceptos en los que surgieron esas distorsiones a-perceptivas. El proceso involucra el
análisis de la a-percepción compleja actual hasta llegar a las partes que constituyen el todo.
 Insight: A menudo se lo utiliza para referirse simplemente a que el paciente tiene conciencia de estar mentalmente
enfermo. La capacidad del paciente para recibir la relación entre un síntoma dado y las distorsiones a-perceptivas
previamente inconscientes, subyacentes a sus síntomas. Definimos insight como la a-percepción del paciente de los
denominadores comunes de su conducta tal como le son señalados por el terapeuta. Pueden distinguirse dos partes:
a) Insight intelectual: Los fragmentos de sucesos aislados se convierten en un todo mnémico, y tiene
lugar un proceso de reestructuración y reaprendizaje.
b) Insight emocional: El paciente reproduce el afecto correspondiente al insight intelectual: alivio,
ansiedad, culpa, felicidad, etc.
 Elaboración: El paso siguiente en la terapia consiste en la elaboración del nuevo insight:
a) Intelectualmente: El paciente aplica ahora lo que ha aprendido que corresponde a unas pocas
situaciones, señaladas por el terapeuta, a otras situaciones a las que se aplica el mismo denominador
general.
b) Terapéuticamente (emocionalmente): En una situación terapéutica, conocida en términos
psicoanalíticos como situación transferencial, el paciente originalmente “transfiere” las pautas
emocionales de conducta, ya descriptas, y las elabora.
c) En la conducta: Fuera de la sesión terapéutica, el paciente sigue enfrentando situaciones ya
examinadas, otras nuevas, similares a las señaladas por el profesional. Mientras está en situaciones
reales tiene conciencia del insight que ha alcanzado recientemente. Bajo esa influencia, reacciona de
manera progresiva y distinta ante esas situaciones, siguiendo una dirección correctiva señalada en el
análisis.

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En resumen, la proyección es uno de los procesos de la “distorsión a-perceptiva”. Éstas se ven claramente como resultado de la
influencia estructuradora de los recuerdos de las a-percepciones pasadas sobre las presentes. La teoría dinámica de la psicología
psicoanalítica de la personalidad puede considerarse en términos de la historia de las a-percepciones pasadas (por ejemplo, de los
padres) y de su influencia sobre las a-percepciones de cada individuo de su mundo contemporáneo. Las hipótesis propuestas fueron
tentativamente aplicadas a una comprensión de la hipnosis, los fenómenos psicológicos de grupo, la transferencia, la psicosis y los
procesos involucrados en la terapia psicoanalítica, en un intento de integrar conceptos que son importantes para el clínico que
utiliza métodos a-perceptivos.

Técnicas proyectivas exploración de la dinámica de la personalidad - Bernstein


Introducción
El primer objetivo de este libro, es el análisis comprehensivo de la literatura sobre las técnicas proyectivas.
La necesidad es de orden crítico. Las técnicas proyectivas han superado el estadio de desarrollo en el cual era obvio que por ningún
de sus métodos aislados habrían podido brindar alguna vez el instrumento perfecto del diagnóstico, aun cuando algunos de los
estudios más tempranos parecieron haber sido incentivados por el logro de este diagnóstico acabado, y los entusiastas de ciertos
métodos individuales estuvieron casi convencidos de que habían tenido la fortuna de alcanzar la meta.
Es preciso que, a las técnicas, se las perfeccione mediante el control de las condiciones en que son administradas, el mejoramiento
de los procedimientos de administración, la revisión y elaboración de los esquemas interpretativos, y finalmente, la comprobación
de la validez y confiabilidad. Tales esfuerzos son más tediosos y aparentemente menos originales que la presentación de nuevos
recursos, pero es preciso emprenderlos de buen grado, a fin de alcanzar el máximo desarrollo de cada técnica y estimar su utilidad
en la revelación de las áreas ocultas de la personalidad. Se ha insinuado que la descripción de los diversos métodos psicológicos a
seguir podría proporcionar en su múltiple contraste una fertilización de las ideas, que sería provechoso para cada uno de los
métodos. Sin embargo, puede ser más importante intentar describir las fundamentaciones teoréticas sobre las cuales descansan los
test en su conjunto y en sus formas particulares. Las técnicas proyectivas son decididamente de valor limitado en manos de personas
carentes de un sólido conocimiento teorético de la psicología clínica general y de la ciencia de la personalidad en particular. Aun
cuando este volumen no intenta presentar la teoría implicada en las técnicas proyectivas, lo cual debe hacerse cuanto antes en esta
disciplina, analiza mucho material teorético y remite al lector a las fuentes donde es posible encontrar discusiones más detalladas
sobre el tema. El estudiante de psicología que desee hacerse competente en el uso de estas técnicas debe disponerse a consultar en
cada caso tales referencias. La clasificación rígida basada en los estímulos usados para producir expresiones de la personalidad,
podría utilizarse como criterio para distinguir las técnicas entre sí. Sin embargo, dada la variedad de estímulos empleados, tal
sistema resultaría muy complicado. En parte se ha usado este método de división, agrupando juntamente aquellas técnicas
dependientes de estímulos visuales semiestructurado o estructurados, tales como las manchas de tinta de Rorschach o los cuadros
de nubes del método de Stern, y los cuadros estructurados del T.A.T de Murray, sus derivados y métodos afines.
Un segundo principio de clasificación, el basado en las respuestas a los estímulos, se opone a esa clasificación basa en los estímulos.
Por ej. Los test de completamiento de cuadros han sido agrupados juntamente con grafología, dibujo, y pintura, bajo el título
general de movimientos expresivos, en tanto que podrían haber sido ubicados igualmente dentro del grupo de los estímulos
visuales. Por otra parte, este segundo principio no ha sido estrictamente aplicado, o de otro modo juego y psicodrama debían
haberse incluido bajo el título de movimientos expresivos.
El esquema de Frank, que hace una división de los test en cuatro grupos basados en las respuestas, fue considerado como un
método de organización, pero se lo abandonó por lo aventurado en categorías. Distinguió cuatro tipos de respuestas:
1) La Constitutiva, cuando un sujeto organiza un medio no-estructurado, tal como la arcilla o un medio semiestructurado
como las láminas de Rorschach.
2) La interpretativa, cuando un sujeto otorga significado a una situación estímulo, tal como el test del tautófono.
3) La catártica, cuando la liberación de un afecto se cumple en el proceso de conducta implicado en las respuestas.
4) La constructiva, cuando el sujeto utiliza la forma del material para construir un modelo organizado.
Estas categorías no fueron propuestas, ni podrían llegar a serlo, como grupos que se excluyeran mutuamente.
El repertorio de conducta a que se aplican las técnicas proyectivas es tan extenso, que cualquier clasificación de ellas entraña una
clasificación de la conducta humana misma. Cualquiera de tales esquemas se construirá, por necesidad, artificiosamente, si se
acepta la hipótesis básica de la unidad de la personalidad sobre la cual las técnicas proyectivas están fundadas.

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