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Introducción a las técnicas proyectivas - Bell

El título de técnicas proyectivas deriva del término proyección. El primero que utilizó el término en sentido psicológico fue
Freud "La proyección de las percepciones interiores al exterior es un mecanismo primitivo. Este mecanismo influye sobre
nuestras percepciones sensoriales, de tal modo que normalmente desempeña el principal papel en la configuración de
nuestro mundo exterior. En condiciones que no han sido aún suficientemente establecidas, constantemente las
percepciones interiores de los procesos ideacionales y emocionales son proyectadas al exterior como percepciones
sensoriales, y son usadas para determinar el mundo exterior, aunque ellas pertenecen en rigor al mundo interior".
Definición dada por Healy, Bronner, Bowers: la proyección es un proceso de defensa bajo el dominio del principio del
placer, por el cual el yo empuja afuera, sobre el mundo exterior, deseos e ideas inconscientes, que resultarían penosas
para el yo si se les permitiera penetrar en la conciencia"
Warren describe la proyección, como la tendencia a adscribir al mundo exterior procesos psíquicos reprimidos a los que
no se reconoce como de origen personal, como resultado de lo cual el contenido de estos procesos experimentado como
una percepción exterior". Noyes sigue esta dirección, presentando la proyección como un mecanismo de defensa,
denominándola "estabilizador automático", por el cual las características que resultan penosas para el yo, por ej. los
aspectos indeables de la personalidad, no son reconocidos como pertenecientes a nosotros mismo; por tanto, son
desconocidos y atribuidos a otras personas, permitiendo así al individuo eludir el estado de tensión.
Los elementos comunes a estas definiciones son: que el proceso de proyección es inconsciente, que sirve como una
defensa contra las tendencias inconscientes, que resulta de atribuir a otros impulsos, sentimientos, ideas y actitudes
inconscientes, y finalmente que reduce la tensión personal.
Podemos admitir que el mecanismo de proyección tal como lo definen los psicoanalistas se aplica en ciertas circunstancias,
especialmente en un test del tipo de apercepción temática. Es por cierto indiscutible, sin embargo, que la gran mayoría
de los recursos proyectivos no implican necesariamente sólo un proceso inconsciente.
La expresión del material autobiográfico, reconocido conscientemente, mediante las técnicas proyectivas, confirma la
impresión de que está implicando algo más que la proyección psicoanalítica. También es verdad que las respuestas a un
test no pueden entrañar tanto una función defensiva cuanto una función, aunque estas dos funciones pueden coexistir
en el mismo ítem de conducta y originarse en diferentes planos de la personalidad.
Hasta donde pueden servir los mecanismos implicados en estos test para reducir la tensión psicológica en el individuo, es
discutible también. Este puede ser, el caso en algunos de los medios proyectivos de tipo catártico, pero no
necesariamente, sólo porque medie un dinamismo de proyección. Las impresiones clínicas en el uso de otros tipos de
medios que los catárticos, indican que lejos de reducir la tensión la aumentan.
Sería razonable concluir que si bien la proyección está implicada en estos test no es ella proceso exclusivo, y en algunos
casos quizá se trate de un aspecto menor del proceso total.
Se han propuesto otras definiciones de proyección, a fin de explicar el uso de su forma adjetiva en el título de estas
técnicas. Se ha trazado un paralelo de lo que tienen en común el test y la proyección que se realiza en la arquitectura o en
hacer un mapa. Rapaport, compara la proyección con una película donde el film representa la personalidad, el proyector
la técnica, y los cuadros vistos en la pantalla, el registro del test.
Tales concepciones no refieren a la proyección como mecanismo de defensa. Parecería que ellas representan el proceso
en este tipo particular de test más adecuadamente que la definición de mecanismo de defensa. Su insuficiencia está en
relación con la medida de su generalización; en aquellas concepciones se dan definiciones tan amplias que reflejan muy
poco la naturaleza especifica de los métodos. El autor preferiría emplear el significado más común de proyección, según
su raíz latina, para el empleo del vocablo. O sea, en su significado de" lanzar adelante", que es la acción implicada n las
técnicas. El sujeto manifiesta en ellas su personalidad "lanzándola afuera", y de ese modo puede ser examinado. En este
"lanzar" la personalidad no está groseramente modificada; es sólo exteriorizada en la conducta que es típica del individuo.
La técnica actúa como un agente catalizante para provocar la reacción según ha señalado Frank.
Características generales de las técnicas proyectivas
Las técnicas proyectivas reúnen un amplio número de métodos para la estimación de la personalidad, en una colección
que no está precisamente delimitada.
El propósito de las técnicas proyectivas es lograr penetrar en la personalidad individual. Su objetivo no las diferencia de
los test de personalidad de tipo inventario, que se desarrollaron en la suposición de que las respuestas a ciertos ítems
proporcionarían la información necesaria para la comprensión del individuo. Pero, por la técnica de aproximación que
emplea, los test proyectivos se diferencian de los otros test de personalidad. los métodos que componen el material de
este estudio tratan, en general, de revelar la personalidad total o aspectos de la personalidad en su engaste dentro del
conjunto.
En cuanto a los métodos, es tal la variedad en las técnicas proyectivas que la generalización se hace dificultosa. hay algunas
características comunes, la presencia de un estímulo que no manifiesta el verdadero propósito del examinador al requerir
una respuesta. Generalmente el examinador hace alguna indicación que se da como un aspecto de la estructura de la
situación estimulante para el individuo, o bien deja al sujeto conjeturar la intención del examinador. Esta primera
característica, consiste en reducir el control consciente del sujeto sobre su conducta a ser analizada y origina respuestas
que reflejan su propia individualidad. La interpretación que el sujeto hace de la situación del test ofrece el primer reflejo
de su personalidad. Se supone en estas técnicas que el sujeto organiza los sucesos en función de sus propias motivaciones,
percepciones, actitudes, ideas, emociones y de todos los otros aspectos de su personalidad. En cuanto acepta esta
hipótesis, el examinador puede usar casi toda la conducta del individuo como una técnica proyectiva, incluyendo todos
los tipos de test, ya sean de inteligencia, aptitud, ejecución, interés o personalidad.
El segundo aspecto del método común a las técnicas proyectivas, es que brindan una muestra de la conducta individual
suficientemente expresiva y con suficiente brevedad como para ser clínicamente utilizable y lo bastante estimulante como
para provocar una serie de respuestas del sujeto. En la interpretación de las respuestas, el acento recae sobre el elemento
personal acusado en la diversidad de conductas. Las técnicas proyectivas acentúan primeramente la peculiaridad de las
respuestas. Por tanto, la mejor técnica es la que controla un mayor repertorio de respuestas en el menor tiempo posible.
En tanto que uno de los objetivos de estos métodos de interpretación consiste en elaborar normas estándar, el valor de
tales normas reside no tanto en el hecho de que agrupan juntamente personas por sus semejanzas, sino en cuanto indican
discrepancias o desemejanzas con las normas. Aquellos que han desarrollad las técnicas proyectivas no se han privado
aquí de introducir aspectos subjetivos en el cómputo e interpretación. Pero la presencia de un elemento cualitativo en la
estimación de los resultados no es consecuencia de una preferencia por los métodos intuitivos, sino de la complejidad de
los datos que debe manejarse y, por tanto, de la dificultad en la aplicación de métodos matemáticos.
Una tercera característica común al método de las técnicas proyectivas es considerar la conducta registrada, tanto como
la personalidad que la produce, como una totalidad organizada.
Algunos fundamentos teóricos
el primer concepto es que la personalidad no es un fenómeno estático sino un proceso dinámico. Así, la cambiante y
sucesiva personalidad debe ser estimada con instrumentos que sean capaces no sólo de evaluar el estado de la
personalidad en un momento, sino también de reflejar las modificaciones producidas en ella en el transcurso del tiempo.
Se cree que tal estimación es posible, en virtud de que, si bien la personalidad no es estática, se halla estructurada.
La naturaleza estructural de la personalidad es el segundo concepto generalmente aceptado. La estructura del individuo
se desarrolla según la clase particular de influencias fisiológicas, psicológicas y físico-socio-culturales, que están dadas
para modelarlo. Es cuestión de fuerte discrepancia la de cómo se produce esta integración, y las opiniones discrepan en
punto a la responsabilidad de uno u otro de los factores, pero, por lo general, se da por supuesta una cierta unidad
estructurada.
El tercer concepto de la personalidad es que su estructura, tanto como la influencia del campo en el cual está operando
la personalidad, se revela en la conducta del individuo, puesto que la conducta es funcional. La conducta del individuo
refleja la relación integral entre las demandas del sí mismo y las demandas de la situación, y es un intento para adaptarse
a estas demandas internas y externas.
De tal modo, las respuestas observables de un individuo en situaciones específicas están acordes con la personalidad en
esa situación, aunque puedan no ser concordantes con otras expresiones de la personalidad en otras situaciones. La
coherencia lógica de la conducta no es la misma que la coherencia psicológica, y mientras la anterior puede estar presente,
la última está siempre presente. Puesto que la conducta tiene esta relación definida con la estructura de la personalidad,
todo acto revela esa estructura, traduciendo ciertos actos su origen más que otros. las técnicas proyectivas son intentos
destinados a ordenar en una interpretación lo más rápidamente posible la conducta del individuo.
el cuarto concepto principal sobre la personalidad es que ésta no es un fenómeno superficial sino profundo. Algunos
rasgos de la personalidad son observables, y otros están ocultos no sólo al mundo exterior sino también al individuo
mismo. Estas se hallan relacionadas con las capas superficiales de la personalidad de una manera ordenada que, en tanto
libremente supuesta, aunque sólo esquemáticamente insinuada en la realidad, hace posible realizar inferencias acerca de
la estructura y contenido latentes a partir de las observaciones externas.
Fuentes de los principios básicos
La mayoría de las técnicas proyectivas pueden ser denominadas formas estructuradas de actividad asociativa, las cuales
obtuvieron la primera demostración importante de su utilidad en el diagnóstico y la terapéutica, en la obra de Freud. Le
adeudamos además tanto a él como a sus sucesores, la investigación de la relación entre el paciente y el terapeuta, que
ha hecho posible la definición más adecuada de la naturaleza de las situaciones que reobran sobre la personalidad y los
efectos que tales situaciones tienen sobre la conducta.
El otro origen, se encuentra en la teoría de la Gestalt y en sus más recientes desarrollos la mayor de cuyas contribuciones
consiste en haber puesto el acento sobre la totalidad de la personalidad, de la conducta y de la experiencia, y en el análisis
de las fuerzas que determinan la conducta. Los experimentos de los guestaltistas han conducido a descubrimientos que
se relacionan con las técnicas proyectivas de dos maneras.
La comprensión de los procesos perceptuales implicados en las técnicas proyectivas, especialmente en aquellas que
presentan un estímulo dado al que debe responder el individuo. El interés de estos investigadores residía en los procesos
de percepción de todos funcionales más bien que en la experimentación con partes de objetos, exceptuando esas partes
que estén diferenciadas del todo y que sean vistas como integralmente relacionadas con ese todo.
El análisis de las respuestas en las técnicas proyectivas, está basado generalmente sobre la teoría de que las respuestas
del individuo están organizadas dentro de un patrón total, de una Gestalt, descubrimiento que es el primer objeto del
experimentador de las técnicas proyectivas.
Las contribuciones de Lewin al conocimiento psicológico se dirigieron más específicamente al análisis de la motivación
que de la percepción. Intento describir las relaciones entre vectores o fuerzas que motivan la conducta del individuo
dentro del espacio vital. De tal modo, sus postulados tienen que ver no sólo con la motivación sino también con la
frustración, adaptación y campos temporal y espacial en los cuales tienen lugar la conducta.
Un tercer origen histórico se halla dentro de la psicología clínica, con prescindencia del área psicoanalítica en este
territorio. A esta ciencia le debemos agradecer por sus descripciones de la estructura de la conducta y de la personalidad
en el anormal, por la delimitación de los factores fisiológicos de la personalidad, por sus son conceptos sobre la relación
entre la conducta normal y anormal. La antropología cultural, contribuyo con su conocimiento de las determinantes
sociales y culturales de la personalidad. La quinta influencia proviene de la investigación sobre el aprendizaje, suministrada
en parte por los guestaltistas y en parte por la psicología académica experimental.

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