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CLASE 1

BORDIEU

Bordieu rechaza que las prácticas de los actores se deriven de nuestro estatus social/económico. Esto no
nos determina.

Marx expresa que nuestro estatus social determina nuestras actitudes. Esto es subjetivista, trata al
sujeto como un objeto. La estructura determina la voluntad del individuo.

Bordieu rechaza la posición de Marx, diciendo que importa lo objetivo (la estructura), pero también
importa lo que le sucede al sujeto (sus intereses por fuera de la estructura y demás).

El marxismo vincula todo a la pertenencia de clase. La clase social está por fuera del individuo pero lo
determina completamente, en sus actitudes, sus intereses y su forma de vida.

Bordieu dice que el sujeto que participa de lo social no está determinado mecánicamente por la
estructura social pero también aclara que sus decisiones racionales en algún punto están sujetas a su
estructura ya que no puede desligarse de ella.

¿Qué pesa más, el sujeto o la sociedad? Los sociológos hacen distintos planteos frente a esto.

El objetivismo tiene que ver con asignarle un valor de determinación a la estructura social.

Subjetivismo

Bordieu, dice que es multidimensional, objetvisimo y subjetivismo influyen en como actúa el individuo.
Si bien hay estructuras objetivas por fuera del individuo que lo condicionan, también esas conductas
están determinadas por el subjetivismo.

Bordieu habla de distintos campos. Hay campos en los que se ejerce el poder. Cada campo va a estra
caracterizado por un capital común, por eso hay un conflicto entre los actores por la adquisición de
dicho poder capital. Los agentes actúan en ese campo para acceder al capital y apropiarse del capital. Se
van generando relaciones entre los sujetos, que toman distancia y donde predomina lo objetivo (la
estructura). Lo que nos permite el concepto de campo es abordar el comportamiento de los sujetos en
la sociedad. En ese campo cada sujeto va ocupando una posición( un “rol”).

El capital puede ser económico, social o cultural/intelectual.

La posición de las personas va a depender de la posesión que tengamos de estos tipos de capital.

El habitus va a tener que ver con disposiciones sociales que adquieren los actores de cada campo en
particular. En ese campo adquirimos habitus/hábitos. Lo que nos permite percibir, apreciar, clasificar
etc, las cosas tal como lo hacemos. A través del habitus los sujetos empiezan a interiorizar lo social
/normas, convenciones, estructura) en cada campo. Ahí confluye lo subbjetivo y objetivo (lo
multidimensional). En el habitus los sujetos empiezan a incorporar lo social.

La distinción es clave, (por ejemplo, un título implica un trabajo simbólico).

Quien tiene acceso a determinado capital y quien no determina la desigualdad en cada campo. Hay una
distinción.

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Actores que tengan similares posiciones en los campos económicos van a compartir los mismo hábitos.
Aquí se objetivizan las relaciones sociales. Nuestra subjetividad se objetiviza.

La distinción nos permite diferenciar quien es el dominado y quien el dominante. Los que acceden a
mayor cantidad de habitus son los que dominan.

En cada campo hay un grupo dominante una, “elite”.´

Bordieu destaca que, si bien la cantidad de capital económico sigue siendo relevante para la
trascendencia en la sociedad, resalta que, con el paso del tiempo los mecanismos de la consagración
educativa tiende a presentarse como el mecanismo más logrado para legitimar la dominación.

En cada campo hay habitus.

La escuela y la universidad constituyen campos autónomos que nos brindan capital intelectual/cultural.

3 tipos de actores en el campo de la cultura: el q produce cultura, el q consume, y los q consagran y


legitiman a los productos culturales.

Bordieu dice que en el campo de la producción cultural puede ser restringida y una a gran escala.

En la restringida: objetos simbólicos. Productos culturales únicos, irrepetibles, originales. Orientada a un


público restringido que suele generar productos culturales también.

Gran escala: múltiples bienes para vender en el mercado.

La legitimidad es música, teatro, pero no fotografía, cine. Estos últimos si se pueden reproducir a gran
escala mejor.

CLASE 2

WEBER

Weber fue un pensador de origen alemán (s. XIX a s.XX), considerado uno de los fundadores de la
sociología moderna. Llevó adelante una renovación en el estudio de las ciencias sociales porque empleó
una metodología propia para hacer ciencia social diferente de la que se solía utilizar (emplear las
ciencias naturales y a partir de los métodos de esas bases, establecer la ciencia social). Weber en su
sociología reivindica la importancia de los elementos culturales en la evolución histórica de las
sociedades.

Tiene una posición subjetivista, parándose en el sujeto. Construye su pensamiento sociológico, a partir
del análisis del individuo, y con él sus acciones dirigidas hacia otras personas. Mira lo social a partir de
las acciones de los individuos, pero es importante recalcar que su enfoque es el factor cultural.

Weber establece una conexión y mediación muy profunda y “misteriosa” entre la religión y la economía,
aunque si analizamos lo que pasa con la hostia quizás no sea tan misterioso/sorprendente este vínculo
que se establece. Hace hincapié en que estos vínculos son extraños, pero también profundos y decisivos,
y esto se puede ver reflejado en las transformaciones religiosas que calan muy hondo en Europa - s. XVI,
dándonos una explicación, - no la única - muy fuerte acerca de qué es el capitalismo.

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Por eso considera muy importante/influyente el aporte de la reforma religiosa en el propio seno del
cristianismo, específicamente de la reforma protestante, la cual genera un quiebre. Este sisma es
importante, ya que va a influir sobre la formación de lo que Weber llama el “espíritu del capitalismo”. Es
importante hablar de este espíritu, ya que lo que va a forjar estas ideas religiosas, es, sobre todo, una
ética del trabajo que va a ser esencialmente afín con un tipo de mentalidad - laboriosa, disciplinada,
rigurosa - que es la que requiere el capitalismo. Aquí se establece el vínculo, ya que la reforma religiosa
es afín con la implantación de la ética de trabajo que requiere el capitalismo para existir y sobrevivir.
Para que el capitalismo sea exitoso necesita que nos dediquemos con gran responsabilidad y pasión al
trabajo, sino no puede funcionar. Aquí reside la importancia de la reforma religiosa para promover el
capitalismo.

La reforma religiosa no pretende establecer “seamos laboriosos para que el capitalismo sea exitoso”, el
énfasis en el trabajo tiene una finalidad religiosa para los reformadores. Los protestantes le dan una
importancia central al trabajo, ya que a partir de éste las personas se van a garantizar su lugar en el cielo
y Weber advierte que esa enseñanza religiosa/teología fue decisiva para la formación y el éxito del
capitalismo

Durante la baja edad media (s. XI a s. XIV) en Europa -Norte de Italia, Sur de Alemania, Norte de Francia
y Bélgica-, hay un quiebre significativo ya que va a haber una renovación de la economía dada por el
asenso de la burguesía. Las ciudades van a crecer como centros económicos y prosperar al calor de las
múltiples oportunidades económicas que empezaban a aparecer en las ciudades a partir de esta época.

A diferencia, en la alta edad media, (s. V a s. X) la economía era esencialmente rural; el poder de los
señores feudales tenía que ver con su preminencia por sobre los siervos de la gleba que estaban atados
a la tierra (la trabajaban). De esta manera, no existía lo que se conoce como “el mercado”; las personas
en Europa hasta el s. XI lo que comían, aquello con lo que se vestían o los lugares donde vivían provenía
del resultado de su propio trabajo, no había un espacio dado para los intercambios. El mercado tal como
lo conocemos en la actualidad, tiene que ver con un espacio físico y social en el que concurren
compradores y vendedores, y en este mismo las personas van a hacerse con bienes y servicios, pero esto
sucede recién a partir del s. XVI cuando se produce una explosión del comercio en buena parte de
Europa. En este sentido, empieza a adquirir un papel central el comercio y con él, el dinero, siendo el
sector clave la burguesía que va a valer por su riqueza material y por el ascenso de nuevos valores
sociales como motores que favorecen el éxito de las personas, - la riqueza, la prosperidad material, el
énfasis en el trabajo, la laboriosidad, la disciplina -. Estos valores, reemplazan otros valores que
predominaban hasta entonces en la sociedad – el heroísmo y la santidad -.

En la alta edad media el heroísmo se conseguía a través de la lucha y la valentía en el campo de batalla;
o bien se obtenía la santidad con una vida consagrada a Dios por fuera de los pecados. Los referentes de
esta época eran los monjes, sacerdotes y caballeros.

Lo novedoso de la baja edad media es que la posibilidad de asenso social va a estar al alcance de las
personas y va a depender en gran medida del éxito que tengan en sus emprendimientos comerciales. Si
bien aún existían límites en el s. XI establecidos por parte de la nobleza, señores feudales y autoridades
religiosas; para muchas personas que habían vivido bajo el domino propio del feudalismo, esta idea del
asenso social era muy atractiva. En este período los referentes van a ser los burgueses.

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El siervo durante la época del feudalismo (alta edad media), trabajaba la tierra en gran medida para el
señor feudal y no era dueño de ella; y además el reclutamiento para hacer la guerra los afectaba a ellos,
ante todo. Por eso para ellos esta nueva movilidad social que se establece en la baja edad media es un
lujo, ya que los convierte en ciudadanos libres (pasan de vivir en el campo a vivir en las ciudades y de
estar aferrados a los señores feudales a poder construir su propio camino).

La peste negra tiene mucho que ver con este quiebre y cambio radical que se produce entre la alta y la
baja edad media, ya que genera una gran mortandad en Europa y por ende deja una gran disponibilidad
de tierras que van a ser ocupadas por los que previamente eran siervos de la gleba.

La ética protestante recalca que está bien que ser exitoso en el trabajo y gastar, pero lo justo y necesario
en lo verdaderamente importante. Lo que no se debe hacer, aclara, es derrochar lo que se gana con
consumo improductivo/lujo/ostentación. Aquí vemos reflejado como Dios tiene una vocación, un
llamado para nosotros que tiene que ver con el trabajo duro y al cual debemos dedicarle toda la energía.

El peor de los pecados para los protestantes es no trabajar, es decir, ir en contra del llamado de Dios
para que te ganes el cielo. El papel de reforma protestante va a ser CONVENCER a las personas de que
tienen que trabajar y no dedicarse al ocio.

El tiempo libre para los protestantes tiene que ver con un pequeño descanso que conste en recuperar
energías para volver a trabajar; nada que tenga que ver con el derroche y el placer. A eso reduce el ocio
el puritanismo.

Tanto la reforma religiosa como la burguesía establecieron que el domingo debía ser reservado a Dios.
Sería el único espacio fuera del trabajo que podían reservar al ocio. Aunque una parte de la
aristocracia/nobleza prefería dedicar el domingo a lo que eran los juegos de la época que tenían que ver
con la ostentación, los modales; podemos decir que pretendían que esas formas vinculadas con el ocio
se perpetuaran.

El noble/aristócrata vive de rentas y de los gestos, vive de la ostentación, de sus privilegios; en cambio,
el burgués, vive de su trabajo, es una persona hecha a sí misma, nadie le regala nada. La nobleza
perpetua su condición privilegiada de generación en generación, y en contraposición, el burgués se hace
rico por romperse el lomo laburando. Entonces podemos decir que el burgués era meritocrático, es
decir conseguía lo que tenía gracias a sus propios méritos.

Podemos decir, entonces, que el enemigo natural de la burguesía es la nobleza ya que sus intereses e
ideales son totalmente contrapuestos.

El rey, al ver que la burguesía asciende -era rica-, decide apoyarse en ella dejando a un lado la nobleza.
Esto le permitía cobrar impuestos por la actividad comercial de la misma y así obtenía dinero y, por
ende, también podía contratar mercenarios que integrasen sus ejércitos y así hacer las guerras a otros
reyes. Del mismo modo, este acontecimiento, desactivaba cada vez más el poder de los señores
feudales, entre otros (había múltiples actores de poder); y, en paralelo, la burguesía se beneficiaba de la
protección que le daba el rey. El rey comienza a invertir en infraestructura para que el comercio sea
seguro.

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Los burgueses acumulan recursos suficientes con el paso del tiempo para emprender objetivos de basto
alcance, y esta revolución va a tener que ver en primer lugar con los talleres donde se producían
excedentes de artículos que permitían ser exportados fuera de las ciudades. A través de la alianza con
los reyes, se fortalecen socialmente.

Respecto a la producción manufacturera, el capitalismo viene a poner fin a las formas tradicionales del
trabajo y se asiste con la producción por encargo: el mercader empresario (capitalista), proporcionaba
materias primas o asistencia financiera a los trabajadores, - principalmente campesinos, implicados en el
proceso de fabricación textil - quienes trabajaban el producto y se lo entregaban a ese mercader
empresario, que ponía el producto final para la venta y con esa ganancia volvía a invertir en el proceso
productivo (compraba materias primas de mejor calidad, se las daba otra vez a los implicados en el
proceso de producción, etc.)

Prevalece hasta entonces un espíritu tradicional en lo que tiene que ver con el género de vida que se
lleva: la ganancia del empresario era más bien modesta, en los ratos libres las personas se dedican a la
labor textil y hay por sobre todas las cosas un equilibro bastante tradicional entre trabajo y tiempo libre.
No hay una obsesión de los involucrados en ese proceso en trabajar de más, y hay una gran camaradería
entre el empresario y los trabajadores: comparten la comida, la cerveza, se llevan bien, son muy
compinches. A esto se le llamó “industria dispersa” o “industria a domicilio”, porque el trabajo tenía
lugar en el ámbito rural; porque se alternaba con las labores agrícolas y porque sobre todo las personas
involucradas en el proceso trabajaban en sus propias casas. Weber señala que, en este proceso, uno de
los empresarios que vive en estas ciudades, empieza a seleccionar trabajadores en el campo, a
someterlos a su control y a su dependencia y los inicia en la transformación de campesino a trabajador,
para quien la labor principal pasa a ser el trabajo y el jornal del que vive y por el que le pagan.

Así vemos como de a poco pasamos a un sistema fabril: el empresario se ocupa de organizar la
producción y de vender el producto, estableciendo el principio precio barato, gran consumo, reuniendo
trabajadores en la fábrica con el fin de dividir las tareas y así generar un proceso de producción racional
y eficiente (si es más eficiente puede vender más barato y si puede vender más barato va a llegar el
volumen de su negocio a un salto inédito). Cuando hablamos de capitalismo, hablamos de este tipo de
proceso.

De a poco se va rompiendo esa relación de “camaradería” entre el trabajador y el empresario y empieza


a predominar es la emergencia de una sobriedad austera, el principio de racionalidad, el principio de
eficiencia que es el que impone el empresario; un empresario que impone distancia con el trabajador
para que los negocios marchen de la mejor manera posible. De esta manera se establece una cultura de
laboriosidad dura y sacrificada, de la mano de un sujeto que a través del predominio del cálculo y del
sentido común pretende progresa y enriquecerse (empresario/burgués). Esto va a dar forma al espíritu
capitalista, que está consolidado por las cualidades morales que tiene este empresario prudente y
arriesgado al mismo tiempo, que apela a su racionalidad y a ser más eficiente con los medios con los que
cuenta. Pero, por sobre todas las cosas, para que el capitalismo funcione se necesita que el empresario
se entregue de lleno y con devoción a su causa.

Más adelante, la burguesía (entre el 1700/1800), va a reclamar que se acaben los privilegios, de los
nobles y del rey, buscando poder político. Ya tenían poder económico y social, iban por el político y

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donde primero sucede esto es en Gran Bretaña, donde se crea un parlamento. Este parlamento
recortaría el poder al rey.

En la ciudad de Wittenberg - Alemania - en el s. XVI, las 95 tesis de Lutero marcan un quiebre; se plantea
que los creyentes debían tener una relación directa con Dios sin intermediarios (sacerdotes). Martín
critica fundamentalmente la venta de indulgencias - documentos que emitía y vendía la Iglesia a los
fieles con la intención de extender el perdón de los pecados a las personas vivas o muertas -.

En esa época los sacerdotes católicos eran ricos, corruptos, ignorantes, ociosos, etc., y por eso mismo
aparecen los protestantes con la intención de formar su propia Iglesia aparte.

Esa ruptura de Lutero con la Iglesia católica da lugar al surgimiento de la reforma religiosa. Los
protestantes plantean que TODAS las personas tienen que trabajar: basta de sacerdotes ociosos, ricos,
ignorantes. La entrega al trabajo es la mejor forma de servir, alabar y dar un culto a Dios.

Todas las ramas de las iglesias protestantes coinciden y se desprenden del rechazo de esa
contemplación que era tan defendida por los monjes en los monasterios en aquel tiempo. Podemos
decir que a partir del surgimiento de las mismas se establece una renuncia a la inacción, al disfrute del
tiempo, al, reposo, a la relajación y al placer, ya que, para los protestantes, todas estas acciones ociosas,
apartan de la salvación.

El protestantismo traslada la ascesis y el puritanismo que estaban en los conventos, extendiéndolo a


todo el grueso de la sociedad. Por eso son los protestantes vendrían a ser mucho más represivos con el
ocio y la contemplación que lo que lo eran los católicos.

CLASE 3

RYBCZYNSKI

Arquitecto que e su libro hace un recorrido histórico acerca de cómo evolucionó el tiempo a través de
los años. Cómo se percibía el tiempo en la antigüedad, cómo se percibe en la actualidad, etc, y en ese
sentido cómo se construye la idea de fin de semana. De esta manera, en este contexto podemos ver
cómo este concepto se va transformando y va acelerando el capitalismo cada vez más.

Definición fuera de RYBCZYNSKI: La industrialización (rev indust) fue un proceso caracterizado por
grandes transformaciones técnicas y sociales en lo que fue la producción manufacturera y que se inician
en Inglaterra (fines del s. XVIII y que se extiende en el resto mundo en el s. XIX). A los procesos técnicos
que se dieron en esta revolución (metalúrgicos, químicos y mecánicos) se le van a agregar innovaciones
sociales que tienen que ver con la organización del trabajo para la división de tareas en los senos de
talleres o fábricas y así la ejecución más eficiente el proceso en sí mismo. Esta combinación de procesos
afecto los campos de construcción naval - producción de buques para el transporte de mercaderías y
para el comercio transoceánico-, armas y el sector textil. El afán de lucro se va a combinar con el talento
y la pericia del inventor y juntos se van a amalgamar y van a confluir en lo que era el espíritu
emprendedor de la burguesía y esto estimula una acumulación y circulación de capitales inédita.

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Todo esto convierte al trabajador en obrero fabril; hasta el s. XVII su trabajo se mezclaba con su tiempo
de ocio en gran medida ya que no tenía un patrón que lo vigilara/custodiaría e impusiera una ética de
trabajo dura con una organización determinada. Con la llegada de la revolución industrial, esta
flexibilidad de trabajo termina siendo imposible, ya que los trabajadores pasan a ser asistentes de las
máquinas y esto requiere una disciplina laboral muy rígida determinada por una forma de organización.
Por eso, tanto la máquina como la forma de organizar el trabajo, es lo que convierte al trabajador a un
obrero fabril y esto es lo que dice el autor es lo que da surgimiento al fin de semana.

Con la aparición de la industrialización, el tiempo de ocio es reducido al máximo por el trabajo, y la


recompensa son las vacaciones, mejores condiciones de trabajo, aumento de sueldo, menor cantidad de
horas de trabajo que se traducen en un ocio mercantilizado. De 1780 a 1880 hay una mejora en las
condiciones de vida de los trabajadores a través de los sindicatos, quienes se organizan y hacen algunas
concesiones (vacaciones, mejores condiciones de trabajo, aumento de sueldo, menor cantidad de horas
de trabajo). “Un obrero contento es el que va a producir más”

De a poco producto de la organización sindical y por la actitud propia del trabajador deja de ir los lunes a
trabajar y los domingos luego de ir a la iglesia iba a la taberna o realizaba actividades ociosas en forma
de rechazo al sistema establecido. Por esto empieza a haber una negociación tácita entre el operario y el
capitalista: el trabajador si no va a trabajar el lunes no cobra, pero tampoco produce, por lo que esto
tampoco el conviene al capitalista. Así es que de a poco empieza a surgir el fin de semana, donde se
flexibiliza un poco más y en lugar de trabajar hasta el sábado a la tarde, se trabaja hasta el sábado al
mediodía para dar un poco más de descanso. Ya para el s. XX se concede el sábado a la mañana
también.

El autor dice que el ocio empieza a ser codificado socialmente pero también tiene un sentido formador
de los individuos. La lectura empieza de a poco a universalizarse y a través de esta, los sectores medios
(burgueses) incorporaban a los sectores más bajos en una forma de ocio más respetable: organizaban
actividades en las cuales las clases inferiores tenían acceso a la lectura para que lleven a cabo un ocio
más civilizado, menos agresivos, para sacarlos de “la taberna”; y esto no lo hacían solo por “buenos”
sino porque la burguesía necesitaba que sus trabajadores tuvieran cuerpos sanos para volver a trabajar.
De esta manera podemos decir que el ocio también tenía un fin educativo.

Los burgueses empiezan a fundar clubes de fútbol para que los trabajadores se identifiquen con la
fábrica para la que trabajan. Los burgueses se terminan metiendo en todos los campos, incluyendo el de
ocio.

Sobre todo, en Europa, los burgueses comienzan a hacerle concesiones a los trabajadores en forma de
aguinaldo, vacaciones, jubilaciones, mejores condiciones de trabajo para que no se radicalicen. Es decir,
darles algo para que no haya peligro de conmoción social.

Comienzan a aparecer múltiples actividades mercantiles de la mano del ocio.

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VEBLEN

El burgués hacia fin del siglo XIX empieza a adquirir hábitos mas vinculados con la aristocracia; se aparta
de lo que planteaban los protestantes y para ascender socialmente, empieza a adquirir hábitos
vinculados con el consumo conspicuo - que pretende generar admiración -.

El empresario exitoso de estos tiempos no muestra los lujos que puede adquirir, hace gala de cierta
simplicidad.

El ocio al que hace referencia VEBLEN tiene que ver con generar admiración a los que están por debajo y
a los de la misma clase; porque lo que aumenta la reputación de esa familia y las oportunidades de
riqueza con ello, es el ocio. No se miden las capacidades para producir, sino de la reputación, porque lo
que les importa es ostentar.

La burguesía ya tenía poder económico, político y ahora iba por el social (cosas inútiles como dice
VEBLEN), pero que te ponen en el estatus social. Ej: saber cómo vestir, cómo hablar, cómo agarrar los
cubiertos, etc.

Dice que las clases altas se entregan a un ocio desenfrenado porque están exentas del trabajo.
Acostumbran una forma no productiva del consumo del tiempo. Trabajar para clase ociosa es innoble, es
denigrante es humillante.

Mientras que la mayoría de la sociedad estaba entregada a la causa del trabajo material. Son las
personas que hacen los bienes.

“Rico se nace, no se hace”.

VEBLEN destaca que, en primer lugar, hay una propensión al dominio, una necesidad de “superar” al
otro y a ejercer autoridad sobre este. En segundo lugar, el uso que se hace de esa posesión radica en
mostrar ante el resto, que esta persona obtuvo una hazaña, que es exitosa. Y, en tercer lugar, las
personas dominan a otras por el servicio que le prestan estas últimas. Lo menos relevante de la
posesión, del dominio, son los favores que prestan estas personas.

CLASE 4

FRITZSCHE

MODERNIDAD: período histórico, iniciado aproximadamente en el renacimiento (XV/XVI) en Europa y


que se extiende hasta la Rev Francesa/Rusa (XVIII/XX).

En términos económicos coincide la modernidad con el nacimiento y expansión (en todo el mundo) del
modo de producción capitalista.

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Dese el punto de vista social, coincide la modernidad con la aparición de las clases sociales (burguesía,
proletariado, clases medias) en las cuales emerge la movilidad social, donde los individuos pueden pasar
a lo largo de sus vidas de diversos sectores o clases sociales a otros.

En términos políticos, la modernidad se manifiesta en la implantación de un nuevo criterio de


legitimidad: la soberanía popular. Soberanía reside cada vez más en el pueblo y menos en los monarcas
y esto coincide a su vez con la emergencia del estado de derecho. Las sociedades comienzan a
organizarse políticamente a partir de constituciones/normas escritas que establecen qué se puede hacer
y qué no reemplazando la arbitrariedad en la toma de decisiones del monarca (absolutismo
monárquico). A partir del siglo XX la soberanía popular se manifiesta en el voto.

La modernidad es un proceso cultural en sí mismo siendo un proceso de secularización, es decir que los
“dioses” se alejan; hay un apartamiento de Dios de lo que pasa en la tierra. No significa que las
religiones desaparezcan, sino que quedan reservadas al ámbito de lo privado. Los tiempos modernos
van a tener un carácter terrenal e intramundano en el sentido de que lo que pasa en la tierra se explica
por factores que ocurren en la tierra. El mundo comienza a orientarse por las leyes naturales. Todo en el
mundo se torna calculable y esto va a favorecer la revolución científica del s. XVIII, que va a proveer los
insumos necesarios para llevar adelante la industrialización a fines del siglo XVIII.

La racionalidad tiene que ver con adaptar, sopesar, evaluar los medios a disposición con una necesidad
que es ilimitada.

La modernidad, entonces, es todo esto a la vez, es la emergencia de estos múltiples procesos y, al


mismo tiempo, lo nuevo se torna bueno/esperado. El gran contraste de la modernidad es la
tradición/costumbre. La modernidad es desarrollo, evolución, transformación, cambio. El gran enemigo
de la modernidad es aquel que quiere que las cosas se queden como están, la quietud. La modernidad
va hacia adelante, mira al futuro. Los modernos dicen: “nos espera un futuro mejor”.

La base de la modernidad es el conocimiento. La escuela en este período pasa a ser un lugar donde
todos pasan a ser más iguales, más libres y fraternos. Guardapolvo banco: “todos somos iguales”; no hay
distinción de clases. La escuela es libre, laica, apartada de Dios y dotada de conocimiento.

El hecho de que todo se volviera calculable en el mundo tiene que ver con que apuntamos a prever el
resultado de nuestras acciones/de lo que hacemos. Tiene que ver con sopesar/evaluar los medios con
los que contamos. Para satisfacer fines/necesidades ilimitadas tenemos medios limitados. A esto le
llamamos lógica instrumental de la acción.

Las ciudades van a ser grandes protagonistas de la modernidad, donde la propia vida de las personas se
acelera. Al mismo tiempo, las ciudades se iluminan (la luz de la razón), y esta iluminación artificial va a
ser clave para pensar estas sociedades modernas; la lectura, la tecnología, la producción y la
manufactura van a ser posibles también gracias a esto.

Las textualidades van iniciando de a poco un proceso de fragmentación irreversible.

La combinación que se da entre la industrialización, la imprenta y la escuela/enseñanza pública


obligatoria va a configurar el primer gran medio de masas: el diario. El diario se convirtió en un medio
muy importante a mediados del siglo XIX; deja de ser un instrumento leído por pocas personas (los más

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acomodados) y pasa a incorporar e informar temas más triviales. Pasa a ser un medio consumido por
muchas personas.

El consumo empieza a ser un dispositivo que sirve para meter debajo de la alfombra los conflictos
sociales. Se genera hacia fines del siglo XIX un público ávido de consumo y de noticias. Los periódicos se
convierten en instituciones metropolitanas; las noticias, las crónicas, las editoriales, los anuncios, las
publicidades, van tomando distancia de lo serio que es a lo que hasta entonces se venían dedicando los
diarios.

Los diarios de a poco empiezan a criticar a los políticos, a los gobiernos (1860/1870), dado que en 1848
surgen en todo Europa las llamadas Revoluciones Burguesas, que van a hacer reivindicaciones: sectores
medios/burguesía VS lo que quedaba de las monarquías. En este sentido, los periódicos se van a poner
del lado de los burgueses en su reclamo, y empiezan a criticar a los gobiernos en sus noticias; de ese
modo logran generar mayor atracción a los lectores para consumir su producto. De a poco los diarios
comienzan a incluir información algo más trivial: anuncios, policiales, noticias que no tienen tanto que
ver con temas tan solemnes y serios como la política. La escala del periódico urbano va a ser la
CIUDAD/el ámbito metropolitano, y, en este sentido, los textos del diario le presentan el espacio
urbano a los lectores invitándolos a descubrirlo y volverlo más accesible, dándole las coordenadas
para que atraviesen mejor la vida en esas ciudades. Las decisiones de los lectores van a tener que ver
con ese interés de persuasión e interpelación que hacen los periódicos con respecto a ellos.

Los periódicos, al promover la realización de espectáculos masivos, contribuyen a la formación de ese


público consumidor. Muchos cronistas que apelan a la metáfora y a lo teatral van configurando una
estrategia de “espectador/consumidor”, armando con sus noticias una especie de puesta en escena en
la cual los lectores se transforman en espectadores y, a su vez, en consumidores. “El diario no solo
reproduce una noticia si no que también la crea”

La distribución de noticias en un espacio limitado apela al espíritu racionalista de la modernidad. Esa


necesidad de informar/publicar avisos tiene que ser satisfecha en un espacio muy limitado. De esta
manera podemos notar una decisión racional producto del cálculo.

Podemos ver con todo esto un ocio cada vez más relacionado con el consumo y un tiempo libre cada vez
más vinculado con lo mercantil.

Las ciudades se vuelven más comerciales, más mercantiles, pero también más democráticas, más
inclusivas. Los sectores más desfavorecidos encuentran en las grandes ciudades, oportunidades
laborales/mercantiles, de referenciarse en la vida de otros.

Se va generando cada vez más un público consumidor más amplio.

CLASE 5

PASTORIZA Y TORRE

Trayectoria de Mar del Plata de 1880 a 1960.

Existen en cierto modo hechos, acontecimientos, objetos, circunstancias que representan algo más
profundo que el significado en sí mismo que tienen. Esto significa que son portadores de algo más

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amplio, de algo que los supera, ya sea por lo que generar, su atractivo o bien por el peso de lo
aspiracional. Esto está presente en la historia de Mar Del Plata, ya que a partir de una serie de
transformaciones que tienen que ver con la modernidad, tal como lo son las “vacaciones”, tienen un
significado que excede lo originario. Esto tiene que ver como “un espacio ganado”, una “conquista”, algo
que me gané por mi trabajo duro y que me corresponde.

Mar del Plata es una suerte de metáfora de todos los cambios económicos, sociales, políticos, culturales
que ocurrieron en la Argentina entre fines de s. XIX y primera mitad del siglo XX.

Para 1880 la Argentina, estaba dejando atrás las guerras civiles y se estaba integrando en la estructura
económica mundial de aquel entonces: algunos países producían manufacturas (sobre todo los
europeos) y otros como la Argentina y todo el resto de América Latina, producían materias primas. Esta
inclusión en una economía ya globalizada supone todo un proceso de modernización general del país:
pensar en elecciones más transparentes, eliminar y dejar atrás un pasado atravesado por el
caudillismo/lo bárbaro, tener ferrocarriles (implica avance/evolución, son más seguros, rápidos y
previsibles para transportar/trasladar bienes y personas). Para fines del s. XIX, la Argentina empieza a
ser un país muy atractivo para inmigrantes; de hecho, para 1860/70 los gobiernos argentinos
promueven campañas para que vengan inmigrantes de Europa. Estos inmigrantes traían deseos,
aspiraciones -vivían mal en Europa ya que tenían postergación económica-, que serían una influencia
directamente decisiva en lo que tiene que ver con la estructura social argentina. De hecho, la Argentina
moderna es de algún modo el resultado de esa fluencia de inmigrantes a fines del s. XIX.

A diferencia de otros países de América latina, en Argentina el ascenso social era algo posible en esta
década, y esto se ve reflejado, por ejemplo, en la llegada a Mar del Plata por parte de sectores medios
de hijos de inmigrantes debido a la gran movilidad social existente dentro del país.

Mar del Plata empieza a ser un espacio donde se disputa poder: “ojo con los clubes/blanearios que hay
en playa grande”. Además, es una ciudad muy grande con 25 km de playa por lo que te podes “fugar” en
algún sentido si querés para “escapar de la chusma”.

Va a haber una coexistencia entre la estructura de poder y prestigio/oligarquía que fundó a Mar del
Plata, que impulsó el desarrollo del casino, rambla, hotel, clubes, ferrocarril, etc.; y la aspiración a la
igualdad y democratización por parte de los sectores medios.

El texto refleja cómo los medios se dan codazos para entrar en los lugares que creó la clase alta para su
propio ocio y sobre todo para su propia educación/formación como elite dirigente, refinada y que tiene
buen gusto.

La extensión de ferrocarril de Maipú a Mar del Plata tiene que ver con una finalidad orientada al ocio, y
no con una productiva o mercantil. Esta alargue del tendido férreo se genera para satisfacer las
necesidades de ocio, sobre todo las de las clases altas.

Pellegrini impulsaba que Mar del Plata fuera un espacio de ocio para las clases altas porteñas y
bonaerenses. Y vemos como en la sociedad van predominando actitudes de ostentación (exhibir el
poder) y distinción (marcar barreras). Las clases altas derrochan en golf, casino, o bien buscan llamar la
atención paseando por la rambla Bristol.

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Sin embargo, no solo la clase alta veraneaba en Mar del Plata, sino que los sectores medios también; de
hecho, estos últimos ven este tipo de veraneo como un trofeo social, una conquista en sí misma, a la
que se le dedica esfuerzo, sacrificio, dado que también ellos tenían aires de distinción con respecto a
parientes y vínculos más cercanos de su propia clase.

Estos sectores medios van a desarrollar hábitos propios, llevando adelante una vida más austera y
tranquila en términos de consumo y de pasar el tiempo. Tampoco buscan llamar la atención.

El viaje a Mar del Plata no es solo un viaje de descanso y placer, sino que también tiene fines tales como
reflejar el propio éxito. Es un símbolo de distinción.

El mundo aristocrático en Mar del Plata va perdiendo gravitación y peso: si bien se conservan algunos
aspectos, la nueva hegemonía cultural va a estar alentada por la movilidad social y la masificación de los
consumos.

En el asenso de los sectores medios se va generando el marco por una mayor liberalidad que tiene que
ver con algunas costumbres que se van desacartonando. Se empiezan a empoderar sin ser clase alta.

De a poco, Mar del Plata, se va poniendo a tono con las prácticas democráticas que tienen lugar en otros
ordenes en el país. Como espacio de ocio, se pone a tono con las transformaciones sociales que están
teniendo lugar en la Argentina que tienen que ver con esa movilidad ascendente de los sectores medios
y trabajadores.

CLASE 6

ELIAS

A ELIAS le preocupa ver qué pasa con la violencia en las sociedades modernas.

En la modernidad se apela menos a la violencia que en el pasado; ésta pasa a ser un recurso de uso
esporádico o, al que se recurre en momentos de ocio. Este último se debe a que hemos abrazado una
sociedad de obligaciones/responsabilidades en el pasado donde la vida se había vuelto bastante seria,
por lo que nuestros tiempos y espacios de ocio están trazados por tensiones que recrean de alguna
manera la violencia con la que vivíamos en el pasado. La violencia, en verdad, es un estado natural, pero
en el marco de la modernidad que tiende a organizarnos económica, política, social y jurídicamente, ésta
cobra menos utilidad/sentido.

En el seno de sociedades mucho más organizadas socialmente, con mayor diversificación en nuestros
roles y crecientemente interdependientes, todos dependemos un poco más de nosotros, y por esto
apelar a la violencia pasa a tener mucho menos sentido, ya que dependemos los unos de los otros. El
que se desvía demasiado de nuestra organización social, es apartado.

En la antigüedad la violencia era necesaria para vivir.

ELAIS dice que hay una evolución del comportamiento humano hacia fines del siglo XVI que va
levantando muros de vergüenza y de pudor en lo que tiene que ver con nuestra conducta como
individuos que conviven en sociedad.

ELIAS expresa que nos mostramos nuestro lado más primitivo en las relaciones sexuales.

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ELIAS dice que el proceso de civilización lo que hace es presionarnos socialmente para que nos
autocontrolemos, autoreprimamos, autocensuremos. Somos nosotros los protagonistas de nuestra
propia censura y no tanto el Estado. Esto se da porque cambia la sociedad, quien condena aquellas
conductas primitivas, arcaicas, vulgares y violentas que no tienen mucha razón de existencia en las
sociedades modernas.

La familia, el trabajo, la profesión y la educación van a ser instituciones disciplinarias y que nos imponen
obligaciones.

ELIAS destaca que es muy importante la actividad recreativa de juego/de ocio porque es esa suerte de
válvula de escape que tenemos para salir de la obligación. Si tenemos obligaciones familiares, religiosas,
laborales y profesionales, tiene que quedar un espacio alejado a la obligación que no esté atravesado
por la seriedad y ELIAS dice que ese espacio es el de ocio así participemos como actores o espectadores.

Estas actividades son importantes porque con ellas cubrimos la necesidad que tenemos de experimentar
emociones fuertes. Si esas emociones fuertes no podemos experimentarlas en el trabajo, en la familia,
en la educación o en la iglesia, tiene que haber un ámbito reservado a eso. Son actividades que nos
descomprimen y donde podemos tener cierto “descontrol” pero tampoco son 100% descontroladas, ya
que están sujetas a normas.

Lo importante de lo mimético es que no solo hace referencia a acontecimientos que imitan situaciones
de la vida real, sino que tiene que ver también con generar y sentir un tipo concreto de tensión. El ocio
en estas sociedades modernas, casi que tiene que atravesarnos las vísceras: una película nos tiene que
emocionar, nos tiene que hacer enojar, nos tiene que hacer reír; no puede resultarnos indiferente. En
este sentido, de algún modo compensamos la existencia de una sociedad atravesada por el rigor, la
disciplina, la obligación y la responsabilidad con actividades miméticas que nos permiten de algún modo
retomar un estado emocional vinculado a lo primitivo.

Aunque estas actividades sean controladas y fingidas en algún sentido, en verdad son dentro de todo
descontracturadas (descontrol controlado) y los que participamos de ese evento, decidimos creer en ese
tipo de “ficción” (no son mentiras, son recreaciones de un cierto orden establecido). Si nosotros no
creemos en esta especie de “ficción” este tipo de actividades no funcionan. La función que tiene el ocio
y especialmente el deporte en estas sociedades modernas es aflojar las restricciones individuales y
sociales que la modernidad y la civilización nos fueron imponiendo con el objeto de impedir que afloren
las manifestaciones públicas de nuestras emociones. La manifestación de estas emociones es
importante porque restaura un tono físico y mental más “normal” sin que altere el orden social.

CLASE 7

HORA

Hipódromo de Palermo

En Europa, los caballos estaban asociados a la nobleza. Argentina tenía que civilizar sus costumbres y
por eso empiezan a promoverse este tipo de actividades -tales como la equitación-, propias de la clase
alta -la hípica-.

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El Jockey Club era un salón/núcleo de encuentro, que tenía como finalidad ofrecer una competencia
épica al nivel de lo que hacían los europeos.

Los Pellegrini tenían acceso al Jockey Club y a los políticos que movilizan recursos.

El Jockey tenía capacidad de Lobby.

Además, las carreras de caballo tenían todo un componente relacionado con el calendario social de la
clase alta.

Hasta la década del XX, el deporte más importante en términos de movilización popular, fue el
Hipódormo.

Recién para la década de XXX la oferta de entretenimiento se va a complejizar y se va a diversificar al


punto de hacer declinar la supremacía que tenían las carreras de caballo.

El Hipódromo propicia un encuentro, pero no una unión: está muy clara la diferenciación en términos
espaciales. La tribuna oficial de los socios de Palermo, que llevan a sus invitados y ministros y
presidentes; y, por otro lado, la perrera donde va el popular del popular. En este sentido funciona como
un teatro para la exhibición de la clase alta, quien va a ostentar su prestigio/poder. Hay una coexistencia
que reside en “no mezclarse demasiado, sino hasta ahí”.

El Hipódromo sirve a los fines de ostentación de manera mucho más periódica que Mar del Plata. Es un
teatro para la exhibición de poder de los sectores altos.

Si bien los sectores populares son un componente clave ya que sin ellos no habría espectáculo, ellos en
ese escenario, se reconocen como público por primera vez, pero también entendiendo que no van a
poder reivindicarlo como algo propio, ya que le pertenece a la clase alta: “Los caballos son de la clase
alta”.

Es importante destacar como el deporte es un motor para el ascenso social.

El sistema de apuestas era el sistema por el cual la clase alta le sacaba el dinero a la clase baja.

REIN

El peronismo llevó a un grado más elevado el vínculo entre el deportista y el gobierno.

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