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En este mundo que está permanentemente cambiando, más que todo el sector de

la salud donde el administrador encuentra retos a diario y tienen un fin ideal para
todos los procesos que buscan un mejor confort para todos estos procedimientos
complejos, Donde juega los valores éticos con los que conviven a diario.
La administración de servicios de salud tiene efectos bidireccionales: influye en los
aspectos individuales, en la comunidad, en las organizaciones sociales y
sanitarias, en la economía, en el desarrollo social y humano, y en el sistema
político, pero también es afectada por ellos, lo que significa que dichos procesos
determinan la forma como se administra.
El administrador en salud debe de estar orientado principalmente a obtener
mejores resultados en salud, pero, a su vez, a crear valores compartidos, que
generen congruencia, confianza y lealtad de los actores con quienes interactúa.
Por lo tanto, el administrador en salud puede adherirse a una o varias de ellas
(ética), para fundamentar la toma de decisiones en situaciones que le planteen
divergencias entre valores o principios como, por ejemplo:
Ética deontológica kantiana. También llamada “ética normativa”. Defiende los
procedimientos racionales, la universalidad y el imperativo categórico. Imma nuel
Kant insta a tratar a los demás como fines y no como medios, perspectiva que
constituye una base para la doctrina de las virtudes.
La complejidad del contexto impone retos al administrador para la toma de
decisiones éticas. Berlinguer ha sintetizado los problemas sociosanitarios
contextuales a los que se deben enfrentar los profesionales de la salud y, por
extensión, los administradores en salud: profundas inequidades sociales y
sanitarias, diferencias entre necesidades y derechos, privatización, dilemas entre
soberanía y sometimiento, grupos de presión y corrupción, límites entre el
paternalismo y la autonomía, entre otros.

In this world that is constantly changing, more than the entire health sector where
the administrator encounters challenges daily and have an ideal end for all
processes that seek better comfort for all these complex procedures, where he
plays the ethical values with which they coexist daily.
The administration of health services has bidirectional effects: it influences
individual aspects, the community, social and health organizations, the economy,
social and human development, and the political system, but is also affected by
them, which means that these processes determine how it is administered.
The health administrator should be oriented mainly to obtain better health
outcomes, but, at the same time, to create shared values, which generate
congruence, trust and loyalty of the actors with whom he interacts.
Therefore, the health administrator can adhere to one or more of them (ethics), to
base decision-making in situations that pose divergences between values or
principles, such as:
Kantian deontological ethics. Also called "normative ethics." It defends rational
procedures, universality and categorical imperative. Imma nuel Kant urges to treat
others as ends and not as means, a perspective that constitutes a basis for the
doctrine of virtues.
The complexity of the context imposes challenges on the manager for ethical
decision-making. Berlinguer has synthesized the contextual socio-health problems
that health professionals and, by extension, health administrators must face:
Profound social and health inequalities, differences between needs and rights,
privatization, dilemmas between sovereignty and subjugation, pressure groups and
corruption, limits between paternalism and autonomy, among others.

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