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N4A Psicoanálisis: el gran otro y el otro nos constituyen


Freud, avalaba la corriente fisicalista y a partir de ellas descubrió que los seres vivos
habitamos en el lenguaje y que viene acompañado de las crisis histéricas.
Investigando sobre ellas, también descubre al inconsciente reconociéndolo como una parte
de las personas que justamente no es consciente y se maneja con una lógica diferente de
metáfora a la que posee el consciente en su estado de vigilia. Por ende, el ser humano está
constituido por:
1. El consciente 2. El preconsciente 3. El inconsciente
Entonces, relacionando todo, llegó a la conclusión de que esos síntomas que poseían las
crisis histéricas, eran representación de sus pensamientos, de sus dolores psíquicos
los cuales pasaban a ser físicos, llamándolo conversión -psíquico a físico-.
Lacan dice que el inconsciente es un saber no sabido, algo de nuestro deseo que se
expresa sin que nosotros lo manejemos del todo.
Se pueden reconocer 3 formaciones del inconsciente
1. Lapsus: implica el momento en el que uno quiere decir una cosa y termina diciendo
otra. En lugar de un pensamiento, hay otro el cual interviene sin querer. Por ende, lo
que decimos no depende solo de nuestro yo, nuestra parte consciente, sino que se
filtra a su vez otra lógica, la del inconsciente. Lapsus linguae cuando son verbales y
lapsus calami cuando es escrito.
2. Actos fallidos: acto mal logrado. En lugar de hacer una cosa, hacer otra. Genera
un conflicto con uno mismo debido a la equivocación. Hace referencia a la definición
de Lacan, está relacionado a nuestro deseo.
3. Síntomas: implican una significación. Es una solución de compromiso en donde
aparece lo que se quiere y lo opuesto a lo que se debe hacer. Pueden ser histéricos
-deseo insatisfecho-, fóbicos -deseo prevenido- u obsesivos -deseo imposible-.
Para Freud, el inconsciente es sexual, no sólo aludiendo a la genitalidad sino porque
entendemos que nos constituye la relación con el otro, asociándolo con el placer.
La metáfora es cómo funciona el inconsciente, nombrar una cosa con el nombre de otra
-sustitución-. La metonimia implica decir algo porque está al lado o simplemente se parece
verbalmente.
La pulsión, para Freud, es ese goce que tenemos en relación con nuestras cuestiones
físicas. A partir de una necesidad, aparece un placer. Es un concepto límite entre lo
orgánico y lo psíquico. En cambio, para Lacan es el eco del decir en el cuerpo.
El complejo edipo se usa para entender la existencia de una síntesis, condición a los 6
años donde la etapa fálica predomina entre la oral y la anal, mientras que el falo es lo que
no se tiene, dimension de la falta que nos habita. Es la forma en la que socializamos
nuestra sexualidad.
La represión es un proceso por el cual las representaciones conscientes pasan a ser
inconscientes. Para Lacan es la operación del lenguaje mediante el cual algo pasa a no
estar en nuestra consciencia mediante una transformación -metáfora-.
En un principio, Freud consideraba que las acciones que realizamos eran por placer. O
sea que una carga, al ser descargada, generaba placer. Luego, descubrió que el bien no
solo era con un fin de placer, sino que iba más allá del bienestar, encontrándose mediante

Luvigne Julieta, Psicología comunitaria, social e institucional


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el “malestar” -dicho así ya que no avalan los principios de placer, optar por la comodidad
por ejemplo-.
B: El malestar en la cultura, Freud
Cultura: suma de producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de los
antecesores animales. Tiene dos fines: proteger al hombre contra la naturaleza y regular
las relaciones de los hombres entre sí.
El lenguaje es la dimensión que diferencia al hombre de los animales, el poder hablar,
entendernos y mal entendernos.
El malestar en la cultura implica tres fuentes:
1. Nuestro propio cuerpo
2. La naturaleza
3. El vínculo con los otros
O sea que el malestar en el cuerpo no solo implica tener una enfermedad, sino que estos 3
enunciados son muy importantes a la hora de reconocer.
Los seres humanos ha podido reprimir dos pulsiones, de otra manera no se podría estar
junto a los otros ni construir instituciones que hacen a nuestra cultura:
1. la agresividad
2. lo sexual: la intersección se plantea cómo debe llevarse a cabo en cada grupo social
Los seres hablantes se han reunido para evitar los males de la naturaleza construyendo la
cultura en base a las ideas para crear la felicidad. Sin embargo, una vez que se llegó al
objetivo de la plenitud, sigue apareciendo el malestar de la naturaleza en la cultura. Esto
se debe a que no somos autosuficientes y cambiamos la felicidad por la seguridad y nos
olvidamos que no tenemos la dimensión del instinto de supervivencia para sobrevivir en
la naturaleza volviéndonos vulnerables. El malestar en la cultura se debe a que
reprimimos las pulsiones.
La búsqueda de la felicidad en la cultura concretó 3 lenitivos para salvarse del malestar:
1. Los tóxicos: las drogas, narcóticos que nos tornan insensibles a ella
2. Las grandes distracciones: la ciencia y el arte, los juegos. nos hacen parecer
pequeña nuestra miseria
3. Formaciones sintomáticas: síntomas para sentirse menos mal
Hay cuatro dimensiones imposibles en su resolución para el hombre:
1. El educar
2. El gobernar
3. El psicoanalizar
4. El hacer desear
La estructura neurótica es considerada normal. La neurosis es la tensión entre lo social y
lo sexual, entre lo que queremos y debemos hacer. Las neurosis pueden estar
estabilizadas, psicoanalizadas, rectificadas o muy sintomatizadas, generando un
sentimiento de fobia.
Lacan dice que el malestar contemporáneo tiene que ver con una dimensión del superyó,
el cual es la instancia que manda a gozar.

Luvigne Julieta, Psicología comunitaria, social e institucional

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