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Psicología (UNL) - Informe de Lectura 4 -

UNIDAD 2 y 3.
• Fecha de entrega: viernes 3 de julio.
• Modalidad individual o grupal (hasta tres integrantes).

1. ¿Cuál es la noción de sexualidad que presenta el Psicoanálisis y en qué se


diferencia de otras versiones comúnmente aceptadas? ¿Qué relaciones hay entre
sexualidad e inconsciente?

El concepto de sexualidad que posee el psicoanálisis se diferencia tanto del concepto vulgar
y moral como de la concepción médica, ya que en ambos casos, estos últimos, tienden a
hacer coincidir sexualidad con genitalidad- esto es, referirla a la unión de los genitales en el
coito. La sexualidad definida por el psicoanálisis es más amplia que la genitalidad, dado que
se pueden observar muchas manifestaciones en donde está en juego el placer sexual y no
se incluye el acto sexual en sí mismo. Inclusive, la sexualidad puede o no implicar una
puesta en juego del placer sexual. En cuanto a la satisfacción sexual, Freud dirá también
que no existen, para el ser que habla, objetos predeterminados que causen placer o
displacer. Freud muestra entonces que cada sujeto realiza “elecciones de objeto” para
alcanzar su satisfacción, y que sus inclinaciones o tendencias no están predestinadas. Por
otro lado, plantea que el fin de la sexualidad –inclusive entendida como genitalidad- no es
únicamente la reproducción (cuestión que sí se observa en los animales que poseen ciclos
de apareamiento). Para Freud el fin de la sexualidad es la satisfacción misma. (Cuadernillo
de Cátedra: 6)
Ahora bien, todas las cuestiones que se refieran a la sexualidad en cada sujeto, son
producto de su historia. Freud se opone a la idea de que la sexualidad está fijada por la
herencia o es una tendencia puramente biológica. Si la sexualidad del sujeto se estructura
en su historia infantil, debemos puntualizar que el Complejo de Edipo es una de las figuras
fundamentales que la organiza. Si este deja en nosotros impresiones, recuerdos, imágenes
posibles de ser comprendidas como marcas significantes, entonces la sexualidad se
conforma en referencia a un campo simbólico. La importancia que toma la sexualidad en
Freud no permite considerarla como un “factor” ni como el “factor más importante de la
conducta”, sino como un nivel de conducta en el que se manifiesta el sentido de la conducta
entera.
Por otro lado, el autor introduce el concepto de inconsciente y no lo hace hablando
precisamente de la sexualidad sino de las fallas de la palabra. La noción de inconsciente en
Freud funciona articulando la sexualidad con el universo simbólico del hombre. Así,
demuestra que los olvidos, los lapsus, los sueños, los síntomas son “formaciones del
inconsciente” que no obedecen sino a la necesidad de ocultar o manifestar un deseo; y será
por este desvío del deseo, que las fallas de la palabra se relacionan con lo sexual. Freud
enseña en efecto, que no es sino con las palabras, que el sujeto puede decir lo que
casualmente no quiere en absoluto decir. Y eso que en el discurso del sujeto queda dicho
sin que él quiera – es decir, sin ser sostenido por una intención consciente de su yo, abre al
campo de la relación con su deseo. En síntesis, “la noción freudiana de inconsciente es
pensada como una puesta en juego de la función de la causa: un intervalo de recuerdos y
reminiscencias que responde a una falla o a una organización particular en la sexualidad. El
inconsciente freudiano responde como organización simbólica al carácter traumático de la
sexualidad humana. A su vez, la sexualidad asume un carácter traumático en dependencia
a un existente psíquico –que también es de naturaleza simbólica.” (Cuadernillo de Cátedra:
8)

2. Luego de consultar el Cuadernillo/ Unidad 2 y el Apunte “Desde la noción de


realidad psíquica a la de inconsciente” (Apartado: El inconsciente lacaniano, pág.
11), trate de expresar qué idea de “inconsciente” se ha hecho hasta el momento.

El inconsciente freudiano se asocia a la noción de “determinación simbólica” y está


pensado como una puesta en juego de la función de la causa, es decir, un intervalo
de recuerdos y reminiscencias que responde a una falla o a una organización
particular en la sexualidad. A su vez, responde como organización simbólica al
carácter traumático de la sexualidad humana, y la sexualidad asume un carácter
traumático en dependencia a un existente psíquico que también es de naturaleza
simbólica. El inconsciente Lacaniano, por su parte, rescata la concepción freudiana
de determinación simbólica. Está construido a partir del lenguaje, de las leyes
significantes del lenguaje, en ese intervalo entre el trauma y el síntoma que
conforma una red simbólica. Lacan va a plantear que en tanto “real” el trauma es
algo “no reprimido” que ni siquiera ha formado parte del inconsciente ni puede ser
ligado a ninguno de sus pensamientos. El trauma aparece como algo que no ha sido
simbolizado (representaciones imposibles). Así, “lo traumático es reconceptualizado
por Lacan como un “real no realizado”, por ser desproporcionado o porque
corresponde a la ruptura de cualquier posibilidad de simbolizar ello. O sea que todo
trauma en la medida en que no puede ser simbolizado constituye un agujero en lo
simbólico.” (Malachevsky: 12)

Entonces, el inconsciente aparece como una respuesta simbólica a lo que no puede


ser simbolizado, sea ello del orden de lo traumático, lo insatisfactorio, lo
satisfactorio en demasía, la satisfacción ignorada. Esto es, comprender que existen
cosas que no se pueden “simbolizar”, es decir, que hay cosas que no pueden ser
tomadas por las palabras, lo que sentimos no puede ser totalmente dicho, lo que
necesitamos no puede ser totalmente expresado, “como nos faltan palabras para
decir lo que nos pasa, como lo simbólico no basta, como nos suceden cosas - trauma,
satisfacciones, insatisfacciones- que nos dejan sin palabras, surge el inconsciente
tratando de dar una respuesta. El inconsciente es una respuesta a la falla del lenguaje,
es una respuesta a lo real, a ese vacío de significaciones que implica el trauma. El
inconsciente es una respuesta al horror de una satisfacción ignorada.” (Malachevsky:
12) En definitiva, podemos ver cómo, esa falla del lenguaje, es a la vez lo que
engendra el inconsciente.

3. Brevemente explique cómo entiende la frase “el sujeto se constituye en el campo


del Otro”.

Lacan, en su concepción de subjetividad dentro del psicoanálisis, reemplaza el


concepto de “lenguaje” por el de “Otro”, ya que el inconsciente es presentado allí
como discurso del Otro. Al hablar del Otro, el autor refiere a la idea de significantes,
al encuentro del sujeto con los significantes, y la combinación de los significantes en
cadenas siguiendo leyes inconscientes. Desde la perspectiva de este autor, el sujeto
lleva consigo un conjunto de significantes, un campo discursivo exterior al sujeto y
este deja una impronta en la subjetividad del inconsciente, que se convierte en el
Campo del Otro. Y es aquí donde se estructura y constituye el sujeto. “El otro
aparece como un campo de posibilidades y como el lugar de los límites.” (Cuadernillo
de Cátedra: 29) Es todo lo que hemos escuchamos a lo largo de nuestra vida, ya sea
de manera casual o direccionada, y a la vez es todo aquello en lo que hemos
entendido los que nos dijeron o lo entendemos e interpretamos a nuestra manera.
Todo aquello que no hemos entendido pero siguió resonando en nosotros. En
palabras que no llegaron a nuestros oídos, pero por alguna razón las hacemos
resonar. Las combinaciones que ya están actuando en nosotros y las que podamos
llegar a hacer que tengan efectos subjetivos. El Otro es tanto algo que preexiste al
sujeto, como también algo cuyos efectos, aún han de advenir. (Cuadernillo de
Cátedra: 30)

4. Argumente al menos dos aspectos en los que considere incompatibles algunas


de las categorías, axiomas o principios en los que se basa el psicoanálisis
freudiano o lacaniano con aquellas que sostienen las Teorías mecanicistas o
localicistas vistas en la Unidad 3.

1- En relación al Conductismo, éste tiene una fuerte concepción positivista del


método científico, rechaza “entidades ocultas“ a la experiencia. En este aspecto
podemos ver que se contrapone al psicoanálisis que estudia el inconsciente, los
sueños o la concepción de los diferente tipos de conflictos internos o las diferentes
estructuras que forman parte del aparato psíquico, que es algo que no se puede
observar, no se puede experimentar. El psicoanálisis se centra en lo intrapsíquico, en
la articulación de la sexualidad con el universo simbólico del hombre. Para el
conductismo toda la conducta se explica a través de procesos asociativos los
cuales están determinados en gran medida por las características de los estímulos.

Así, el conductismo no tiene en cuenta factores internos, sino que se centra en


aspectos ambientales y elementos externos a la psiquis. Es decir, Freud conforma
una teoría de la subjetividad que avanza hacia el descubrimiento del inconsciente,
pero para el conductismo todo es objetivo, se deja la subjetividad de lado. Además,
otra diferencia con el psicoanálisis es que el conductismo trabaja con la conducta
observable, es decir con lo presente, a diferencia de éste, el psicoanálisis trabaja con
la historia de vida del sujeto. Para el psicoanálisis la conducta se rige por el
concepto de pulsión. Sin embargo, como ya se dijo, el conductismo explica la
conducta en base a la repetición de la asociación entre estímulos y respuestas.

2- Otro de los aspectos que podemos observar como incompatibles entre las
distintas tendencias refiere a la concepción de sujeto. El sujeto del Psicoanálisis es
un sujeto del deseo, sujeto hablado por el lenguaje, mientras que para la Psicología
con base en procesamiento de información, el sujeto es un sujeto maquínico,
haciendo similitud al funcionamiento de la psiquis humana con el funcionamiento de
una máquina cibernética, adoptan los programas de computador como metáfora del
funcionamiento cognitivo humano. Para el conductismo, como niega esa existencia
de la “mente”, se le podría atribuir el sujeto de la conducta, pero ésta corriente no se
centra en dicho aspecto. Para las Neurociencias, el sujeto es un sujeto biológico, se
asimila el funcionamiento psíquico al funcionamiento de una máquina orgánica.

3- Por otro lado, el psicoanálisis habla de causación subjetiva. El psiquismo nace en


la vida de relación del sujeto con el Otro, el lenguaje tiene un papel importante en
ello. El cuerpo mismo se convierte en instrumento de la palabra. Cuando se trata de
síntomas relacionados al psiquismo, “estar enfermo” es posiblemente una manera
de hablar cuando ya no se puede habla. Las fantasías o las somatizaciones remiten
a una realidad no reducible a la anatomía o la fisiología. Entonces si se admite una
realidad psíquica distinta de la material, a su vez una causalidad psíquica distinta de
la material, también debe admitirse una manera diferencial de operar sobre una
realidad o sobre otra. A diferencia del Psicoanálisis, en las Neurociencias hablan de
una causalidad biológica, neurológica, cromosómica u orgánica, deciden modos de
intervención sobre el psiquismo: la intervención quirúrgica sobre el cerebro como
órgano, la administración de sustancias con el fin de modificar estados metabólicos
que subyacen a los funcionamientos psíquicos.

4- Por último, otra diferencia de las perspectivas biologicistas respecto al


Psicoanálisis es la concepción de sexualidad. Las primeras reducen a la sexualidad
a lo orgánico, a los genitales y demás; en cambio, Freud se opone la idea de que la
sexualidad está fijada por la herencia o es una tendencia puramente biológica. Para
este autor, la sexualidad y el psiquismo no están determinados biológicamente sino
que se constituyen en el seno de la relación con los padres o sustitutos; es en el
contacto con ellos donde se define lo subjetivo. Además, el psicoanálisis admite la
existencia de una realidad psíquica en oposición a una realidad material, distinto de
las teorías biologicistas.

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