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La percepción de la situación:
En relación con el CAT, este punto evalúa el contenido de realidad de las
historias contadas por el niño, tomando en cuenta la cercanía de las mismas
a los elementos objetivos de la lámina (la percepción) y el tema o
significación de los contenidos entregados (apercepción), comparándolos
con la descripción y el cliché de la lámina. Como las láminas son un estímulo
muy estructurado, la frecuencia de las distorsiones es más significativa.
El análisis se aboca aquí principalmente a la omisión, adición o distorsión
de los animales o de la situación que plantea la lámina.
Desde la perspectiva kleiniana podemos decir que la relación con el
estímulo presentado nos habla también del vínculo que el niño establece a
partir de sus relaciones objetales, la omisión de uno de los animales nos
puede indicar el nivel de vinculación con la madre, por ejemplo en el caso
de la lámina I, no incorporar a la figura de la gallina, marcando de alguna
manera la ausencia de esta figura en sus representaciones. La adición nos
puede indicar la presencia de otras relaciones, reales o fantaseadas.
La forma en que los objetos han sido introyectados por el niño, se
manifiesta en su percepción, tiñendo en mayor o menor medida el estímulo
y el contenido de las historias a partir de la proyección de los mismos.
Cuanto más total sea el vínculo establecido con los objetos, más
diferenciado se observará el estímulo para el niño y tenderá a adaptarse
en mayor grado a la descripción de la lámina y al cliché, según la edad y
la crisis vital que represente la lámina. Por otra parte, una historia con una
alto nivel de distorsión nos da cuenta de un mayor grado de proyección del
conflicto y de la menor calidad de los vínculos establecidos.
Hay que tomar en cuenta en este punto y diferenciar cuando las
distorsiones tienen más que ver con una dificultad del lenguaje o la edad
del niño y no con un conflicto o patología afectiva.