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TEXTO:
Cine en Hollywood
Ver las películas es una cuestión de deseo, es decir, de posición simbólica.
Dicho en términos de BERVENISTE: la película tradicional se presenta cómo
historia NO discurso. Sin embargo, es un discurso que borra los rasgos de
enunciacion y se presenta cómo historia.
El tiempo de la historia es consumado. De forma similar la película de
transparencia y de narración plena se basa en una negación de la carencia.
(consumación es el deseo no formulado)
La historia: Lo narrado sin narrador.
OBJETO: la película de factura ordinaria.
Asisto a la película. Me halla presenta en la película según la doble modalidad:
ser-testido y ser-ayudante (miro y ayudo) la ayudo a vivir y a nacer y queda en
nosotros
La peliucla es exhibicionista y al mismo tiempo no lo es.
Somos activo/pasivo sujeto/objeto ver/ser visto.
La película NO es exibicionista: la mira, pero no me mira mirarla y aun así sabe
que la estoy mirando, no obstante no quiere mirarlo. Esta DENEGACION
fundamental es la que ha guiado todo el cine clásico por la via de la HISTORIA, LA
QUE HA BORRADO SU SOPORTE DISCURSIVO.
La película sabe que la miran y no lo saben.
El que sabe es el cine, la institución (y su presencia en cada película, es decir, el
discurso que está detrás de la historia.
El que no quiere saber es la película, el texto: la historia.
El voyeurismo, el mecanismo de saciedad se basa en el conocimiento que tengo
de la ignorancia de ser mirado que sufre el objeto mirado.
Ver consiste en sorprender algo y ese algo que está hecho para verse sorprendido
se ha ido organizando e instalándose en su función, y mediante una especie de
especialización institucional ha llegado a ser la historia, la historia de la película.
La industria del cine prescribe un espectador inmóvil silencioso, un espectador
alienado y feliz.
Una identificación del espectador no con los personajes, sino una identificación
previa a la instancia vidente (invisible) construida por la misma película cómo
discurso, cómo instancia que pone por delante la historia y que la da a ver.
La película tradicional tiene a suprimir todas las marcas del sujeto de la
enunciación, es para que el espectador tenga la impresión de ser el mismo ese
sujeto, pero en estado vacío y ausente, de pura capacidad de ver. Porque la
HISTORIA según BERBENISTE:
Siempre es por definición una historia de ningún sitio, que nadie cuenta, pero que
sin embargo, alguien recibe (sin lo cual no existiría) así más bien será el receptor
quién la cuente y al mismo tiempo no se contara en absoluto, porque el lugar del
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receptáculo solo se requerirá cómo lugar de ausencia, en donde se habrá de
resonar mejor la pureza del enunciado sin enunciador.
La identificación primaria del espectador se realiza alrededor de la propia cámara.
Persiste una identificación con lo visto (espejo el niño se reconoce)
Se identifica con lo vidente pero es un sujeto con ausencia.
Historia: lo isto ignora que lo ven. Y la ignorancia permite que el vouyer se ignore
cómo vouyeur.
Solo queda el hecho bruto de la videncia: videncia de fuera de la ley, videnica del
ELLO no asumida por un YO.
TEXTO:
El libro se ocupa del “tiempo” en los audioisueales de las formas en que allí se realiza la
representación del tiempo y la articulación temporal en que se organiza el material
significante.
Enuniacion: se entiende cómo la fase de actualización de las potencialidades discursivas de
un enunciado, sostenida por un sujeto “hablante” en determinadas ciscunstancias de
espacio, tiempo y de relación con los alocutores.
Todo enunciado lleva en sí las huellas, la “marca” de sus posibles manifestaciones
actualizantes y que sobre estas huellas pueden consentuarse los estudios referidos al
ámbito de la enunciacion.
En la comu audiovisueal la ennunciacion se desarrolla en ausencia de un sujeto hablante
concreto y la ausencia de una autentica interlocución.
En los audiovisuales en vez de huellas y marcas es más oportuno hablar de un “proyecto”
de la enunciacion activo y presente en cada texto.
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La indicatividad de los signos fílmicos solo puede recuperarse cómo huella del trabajo de
escritura, cómo marca de los procedimientos técnicos usados en la composición del texto,
cómo manifestación del yo-aquí-ahora (índices) espacio-temporalizador de la cámara
=diecticos.
Un discurso que manifiesta sus intencionalidades enunciativas en los x ej emplames de
montajes, angulos, movimientos de cámara. Es decir, en todos los elementos que son
índices de una producción semiotica intencionalmente dirigida a un fin y también de una
actitud que desemboca en una instancia de enunciacion en relación al enunciado.
La diexis del film remite a intencionalidades y finalidades comunicativas, medidas por las
huellas del trabajo técnico.
La diectica del film no remite a la presencia personalizable de un emisor, sino a un
proyecto, a una o más instancias de enunciacion
El sujeto de la enunciacion fílmica se identifica con este PROYECTO. Nunca nos
encontramos ante una persona o un grupo de personas, sino a un aparato productor e
inductor de sentido, que revela su presencia y sus fines comunicativos en la misma
semiosis.
METZ lo identifica con la propia instancia NARRATIVA (film fuertemente estructurado
sobre el relato).
APARATO ENUNCIATIVO QUE SE MANIFIESTA INDICATIVAMENTE EN ÉL TEXTO, REVELANDO
SU PROPIA POSICION Y ACTITUD AL ENUNCIADO E INDUCIENDO PROYECTIVAMENTE
ADECUADOS COMPORTAMIENTOS DE LECTURA.
El aparato esta representado por el significante y al mismo tiempo es efecto del
significante.
ÉL SUJETO DE LA ENUNCIACION EN LOS AUDIOVISUALES ES UN APARATO CONCEPTUAL
AUSENTE PERO QUE HA DEJADO HUELLAS, MARCAS PARA INDICAR ÉL TRABAJO
DESARROLLADO (INTENCIONALIDAD, SUS OBJETIVOS)
AL MISMO TIEMPO SE HACE PRESENTE POR LA ARTICULACION MATERIAL DE LA DIEGESIS
QUE LO PRODUCE CÓMO SU EFECTO.
Presencia y ausencia del espectador cinematográfico. Presencia de contenidos de la
imagen. Ausencia de un personaje puesto por la imaginación del espectador.
La objetualidad icónicamente presente en el campo produce el sentido que le compete en
la semiosis fílmica y al mismo tiempo indica ausencia de quién es colocado por el
espectador en el lugar de la cámara.
Texto toma cómo punto de partida un sujeto de la enunciacion que deja sus huellas en el
texto mismo.
SUJETO ES VISTO CÓMO UN APARATO ORGANIZADOR DE LA PRODUCCION DE SENTIDO,
AUSENTE DEL TEXTO PERO INDICADO POR ÉL MISMO.
ÉL APARTO-SUJETO DE LA ENUNCIACION PRODUCE UNA ESTRATEGIA COMUNICATIVA DEL
TEXTO
WEINRICH
Distingue los tiempos de los verbos de una lengua en 2 grupos : tiempos comentativos
(primera y segunda persona) y los tiempos narrativo ( tercera persona)
Esta subdivisión remite a BERVENISTE que distingue 2 modalidades diferentes:
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DISCURSO: refiere a la intervención enunciativa, a la relación entre 2 interlocutores y sus
tiempos específicos el presente, futuro y el “pase-compose” 1 y 2 persona. COMENTARIO
(Weirich)
HISTORIA: los tiempos específicos son el preterito imperfecto, preterito indefinido.
Privilegia a la 3 persona. (relato puede considerarse similar a historia)
=
Mundo comentado, lugar del discurso. Es el de la comunicación. De la relación entre un
locutor y un alocutor
Mundo relatado, lugar de la historia. Es “otro mundo”, es libre, fantástico sin posibilidad de
verificación a excepción de algunas.
NOCION DE MUNDO: la suma de todo aquello que puede devenir en objeto de un acto
comunicativo)
ÉL COMENTARIO Y RELATO SON MANIFESTACIONES DE 2 ACTITUDES LINGUISTICAS
DIFERENTES DEL SUJETO DE LA ENUNCIACION EN RELACION CON ÉL ENUNCIADO DESDE ÉL
PUNTO DE VISTA DEL TIEMPO.
Weinrcih y Berveniste: el sujeto de la enunciacion se ubica temporalmente respecto a lo
que enuncia, en 2 formas: comentando y relatando.
Textos del cine tradicional encubren el aspecto comentativo y tienden a manifestarse
cómo relato puro, cómo historia. El espectador “asiste”.
METZ: “asiste” es tanto visión y al mismo tiempo ayuda brindada al film para que pueda
“ser, para que pueda nacer y manifestarse cómo acontecimiento comunicativo.
El yo del fim: sujeto de su enunciacion que se esconde, ausente
El film se hace mirar pero no mira al espectador mientras este lo mira. Sabe que el
espectador lo mira y no quiere saberlo.
Esta negación fundamental para metx es lo que ha encauzado al cine clásico por el rumbo
del relato.
La institución cinematográfica, la instancia discursiva es consciente de esta mirada, esta
exhibición.
El texto en cambio no quiere darse por enterado y se constituye en una historia.
El cine tradicional esconde todas las huellas del sujeto de la enunciacion para que el
espectador tenga la impresión de que el mismo es este sujeto, pero en el estado de sujeto
vacio, ausente, de pura capacidad de ver.
Su identificación primaria se da en torno a los elementos técnicos: cámara (huellas, cómo
índices del paso operativo de un aparto conceptual definifo cómo sujeto de la
enunciacion)
Distinción entre relato y pasado en los audiovisuales: tanto el pasado del ralato y el sujeto
de la enunciacion acaban por ser exhibidos en la org significante d eotra manera,
vinculados a las leyes de un presente atemporal.
En el relato cinematográfico el tiempo dominante es el presente, típica en la instancia de
comentario también.
El noticiero televisivo.
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Los discursos sociales se interdeterminan.
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En el caso del presentador moderno, el encuentro de las miradas se constituye en
el eje que soporta la construcción del cuerpo mediatizado del enunciador. El orden
metonímico se despliega entonces en un sistema gestual complejo. Los
operadores de ese sistema son, por decirlo de algún modo, de doble filo: sí, por un
lado, modalizan lo que es dicho verbalmente, construyen, por el otro, el lazo con el
telespectador.
El trabajo sobre el cuerpo, por el contrario, viene acompañado por una ampliación
del espacio: la imagen adquiere profundidad, el estudio encuentra una
arquitectura, los movimientos de cámara se multiplican. La construcción del
cuerpo significante y la dilatación del espacio se articulan. Hay dos razones para
que esto ocurra. Por una parte, si el cuerpo del presentador deviene significante el
espacio le otorga un volumen donde desplegarse; por otra, este espacio, en el que
los paneles, las mesas, los ángulos se multiplican, está hecho para ser habitado :
asistimos así a un fenómeno, que se ha convertido en banal, el de la multiplicación
de los periodistas.
el proceso de identificación. El hecho de que en esta panoplia de especialistas
cada dominio de la actualidad encuentre una voz autorizada quiere decir que el
presentador, porque es un meta–enunciador, no es un especialista. Es porque,
respecto de cada acontecimiento importante, él va a formular a los especialistas
las preguntas que cada uno de nosotros se hace, que se constituye como la figura
que, por antonomasia, representa a la Doxa. Es porque él es como yo.
el dispositivo de enunciación del noticiero televisivo logra poner ese cuerpo
enunciativo que nos dice las informaciones en una relación con lo real, relación
homóloga a la que mi cuerpo mantiene con el soporte de ese discurso : en todas
sus variantes, el dispositivo nos dice lo mismo: lo real, para el presentador, es
idéntico a lo que es para mí, para nosotros: una pantalla de televisión.
Todos nosotros somos cuerpos. La realidad tiene cada vez más el aspecto de la
pequeña pantalla televisiva.
BITONTE Y GRIGUELO:
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Ahora bien, cuando se habla de la Teoría de la Enunciación se deben discriminar
dos vertientes: uno que focaliza el aspecto indicial del lenguaje (la aparición del
sujeto en el enunciado) y otro que focaliza las modalidades del decir (la relación
del hablante con su interlocutor, con el propio enunciado y con el referente).
a enunciación es el acto por el cual se convierte la lengua en discurso y en cuyo
marco el hablante se localiza por medio de índices específicos. Es precisamente
de la observación de estos signos que surge la teoría de la enunciación.
yo es el “individuo que enuncia la presente instancia de discurso que contiene la
instancia lingüística yo”. Por consiguiente, introduciendo la situación de
“alocución”, se obtiene una definición simétrica para tú, como “el individuo al que
se dirige la locución en la presente instancia de discurso que contiene a instancia
lingüística tú
Los “conmutadores” (signos linguisticos) combinan ambas funciones y, de esta
manera, pertenecen a la clase de los “símbolos-índices”. X ejemplo yo designa a
la persona que enuncia. Yo es un símbolo. “yo” que designa al enunciador está en
una relación existencial con la enunciación, por lo tanto funciona como un índice
La lengua se actualiza (no más Saussure) y deviene en un discurso.
En el aparto formal de la enunciacion se encuentran el enunciador y el
enunciatario. A partir de estas figuras se organiza todo el sistema de reenvíos
indiciales que, desde el presente de la enunciación, valiéndose de los pronombres
de primera y segunda persona, algunos pronombres demostrativos y adverbios
dan cuenta de la localización espacio temporal de los interlocutores. Advirtamos
que la tercera persona no es, en rigor, considerada persona:
Los deícticos tienen existencia en relación con el aquí y ahora del discurso, por su
poder de precisar la referencia actual del sujeto a la persona (yo, tú), al espacio
(allí, arriba, enfrente) y al tiempo (hoy, mañana, después). Esto explica una de sus
propiedades principales: no tienen significación fuera del discurso.
Benveniste distingue dos planos de la enunciación: la historia y el discurso. Su
división se fundamenta en los distintos tiempos verbales que se emplean
Discurso: organizado en torno a la categoría yo-tu. Hace referencia a las
personas, tiempo y espacio de la enunciacion. En el que alguien se enuncia cómo
locutor. Subjetividad. Presente, preterito perfecto y futuro, puede integrar otros,
excepto el preterito perfecto simple
Historia: organizado en torno a la 3 persona. Narra hechos del pasado sin
intervención del hablante en el relato. Los acontecimientos parecen simplemente
suceder, sin la intervención de un narrador. Tiempo verbales: preterito imperfecto,
preterito perfecto simple y pluscuamperfecto. La principal característica del
regimen enunciativo de la historia es el borramiento del enunciador, que parece
“ausentarse”, haciendo como si la historia se contara por sí sola.
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Charles Bally (1865-1947), al diferenciar lo dicho (dictum) y el modo de decir
(modus).
Llamamos modalización a la relación entre los interlocutores y su enunciado. Así,
el discurso exhibe las marcas del proceso de enunciación poniendo en evidencia
la actitud del enunciador con respecto a lo que enuncia (certeza, posibilidad, duda)
y la relación que entabla con el enunciatario a través de preguntas, órdenes, etc.
Maingueneau (1980) vamos a distinguir tres grupos de modalidades, según se
ponga el acento en: a) la relación del enunciador con el enunciatario; b) la relación
del enunciador con el enunciado mismo y c) la relación del enunciador con el
referente:
a) Modalidades de la enunciación: Establecen el vínculo entre enunciador y
enunciatario. Entre estas modalidades se encuentran la aserción, la exclamación,
la interrogación y la exhortación. Son significativos en la oralidad, la entonación y
los intensificadores para-verbales, y en la escritura, las marcas gráficas.
b) Modalidades del enunciado: Caracterizan la relación que el enunciador
establece con su propio enunciado. Se dividen en modalidades lógicas y
apreciativas. Las primeras dan cuenta del valor de verdad/falsedad,
posibilidad/certeza, necesidad/contingencia u obligatoriedad/permisividad que el
sujeto le atribuye a un enunciado. A través de las segundas el hablante expresa
una valoración pero, esta vez, localizando el enunciado con respecto a su
estimación, a lo feliz/infeliz, útil/inútil, bueno/malo, deseable/indeseable.
WEINRICH
analiza el sistema temporal de la lengua francesa,ya no desde una postura
deíctica (como Benveniste) sino considerando la relación que estas formas
verbales establecen entre el locutor y el alocutario en la situación comunicativa
particular que las actualiza.
Los dos tipos de agrupamientos a los que hace referencia son:
Tiempos del Grupo I: Presente, Pretérito Perfecto y Futuro.
Tiempos del Grupo II: Pretérito Imperfecto, Pretérito Perfecto Simple,
Pluscuamperfecto, Condicional.
Analizando estas manifestaciones Weinrich llega a la conclusión de que los
tiempos del Grupo II se dan en situaciones donde lo que predomina es la
narración, el mundo narrado, mientras que al grupo I pertenecen las situaciones
no narrativas que llamará mundo comentado. En el comentario prevalece una
mayor tensión, compromiso y participación. El grado de escucha es atento. En el
relato, en cambio, se manifiesta una actitud más relajada, laxa y distendida. Este
último no implica necesariamente una postura participativa ya que la temporalidad
que manifiesta es indiferente frente a “nuestro” tiempo (el tiempo de escucha).
BETTETINI:
El mundo del relato se desarrolla “entreverado” con el mundo del comentario. El
texto cinematográfico deja ver determinadas marcas producidas por el trabajo
técnico. Estas constituyen índices, ya que, en su capacidad relacionante, vinculan
elementos textuales entre sí o con otros extratextuales.
“indices comentativos” verdaderas huellas que reenvían al proceso de enunciación
y entre las más significativas menciona: los títulos, las angulaciones de los
encuadres, los movimientos de cámara, los resultados de procedimientos ópticos,
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la composición figurativa, el juego de miradas, los efectos de montaje, el uso
expresivo del color, la voz en off, la mímica, la articulación temporal de la banda
significante, las reglas de género, estilo o contenido que caractericen la
producción de un autor, escuela o industria (Bettetini, 1986: 30-31). Es claro que el
reconocimiento de estas huellas requiere de la actividad interpretativa del
espectador. De ahí que Bettetini conciba la enunciación cinematográfica en
términos de una conversación
Bettetini -quien sostiene un encuadre semiótico, pragmático y comunicacional- el
sujeto de la enunciación cinematográfica interviene sobre la materia discursiva a
través de los índices comentativos, de manera de guiar la lectura. no hay sujeto
anterior al discurso. Antes bien, es el discurso el que funda al sujeto.
RAQUENA:
La diferencia entre estos dos sujetos pone de relieve la idea -ya presente no solo
en Benveniste, sino en Saussure, Freud, Lacan, Metz y otros- de que no hay
sujeto anterior al Lenguaje, que el “Yo” -ya sea que esté implícito (borrado por un
discurso que se pretende objetivo) o explícito (visible a través de marcas)- designa
al locutor en un acto discursivo y no tiene otra referencia que el acto discursivo.
Entendida así, la concepción de la enunciación supone que:
a) El discurso es el producto del proceso enunciativo
b) El sujeto de la enunciación es producto del discurso
c) La Enunciación es el espacio virtual donde se prefiguran los lugares de
enunciador y enunciatario
Según González Requena, las distintas visiones sobre la enunciación podrían ser
oraganizadas según estos tres parámetros:
Desde el punto de vista del discurso, como un conjunto de información
sobre el mundo, con predominio de la función Referencial (enfoque
comunicacional)
Desde el punto de vista del sujeto, como un conjunto de marcas del
sujeto con
predominio de las funciones Emotiva, Conativa y Fática (coincidente con la
postura sostenida por Betettini y Casetti)
Desde el punto de vista de la enunciación, como un conjunto de marcas
de la
enunciación con predominio de las funciones Poética y Metadiscursiva.
Esta última focaliza la dimensión textual y coincide con la posición del
propio González Requena y también con la de Christian Metz (1994) quien
reclama “desantropomorfizar” el análisis de la enunciación, en particular
aquel basado en la transpolación injustificada de los pronombres de la
lengua al discurso audiovisual.
a) La situación de enunciación es el sistema de posiciones virtuales que indican al
sujeto a través de marcas discursivas. Siguiendo a Culioli (discípulo de
Benveniste), la situación de enunciación está constituida por un sistema de
coordenadas abstractas (personales, espaciales y temporales) a partir de las
cuales se localiza la referencia de naturaleza deíctica. Esta capacidad reflexiva del
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lenguaje es la que define las posiciones del enunciador, el co-enunciador frente
a la no-persona (Maingueneau, 2003: 1-2).
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b) La situación de locución: La situación de locución compromete a las personas
que efectivamente participan de la interacción comunicativa. Tomemos por
ejemplo, el siguiente enunciado:
Saco una lapicera y dejo sobre el escritorio solamente las hojas que voy a usar en
la prueba
Aunque el sujeto gramatical es la primera persona (saco) el yo del enunciado no
tiene como referente a la 1a persona sino a un locutor (probablemente un
maestro/a) que se dirige en 1a persona a la 2a persona (los estudiantes). Como se
puede ver, ni el locutor ni el alocutario cumplen el rol señalado por los marcadores
de persona. Este tipo de situaciones son más frecuentes de lo que creemos,
aunque estamos tan familiarizados con ellas que pueden naturalizarse en el uso y
pasar desapercibidas. Precisamente por eso el estudio de la enunciación resulta
una herramienta imprescindible no sólo para el análisis de la conversación
interpersonal sino especialmente para el análisis de los discursos que circulan en
los medios de comunicación, la publicidad, el discurso político, el cinematográfico,
entre otros, que construyen una escena enunciativa donde se producen todo tipo
de tensiones y desfases entre los locutores y destinatarios aparentes y los reales.
c) La situación de comunicación: Hablamos de situación de comunicación cuando
consideramos los enunciados agrupados en textos en el orden del discurso y sus
géneros (noticia, reality-show, film de ficción, film documental, spot publicitario,
etc.). La noción implica: a) diferencia de “situación de enunciación”) un encuadre
socio-histórico que compromete la situación de la que el texto forma parte
indisoluble: el contexto lingüístico (o “co-texto”), las condiciones empíricas de la
enunciación y los saberes comunes de los participantes (Maingueneau, 2004: 5).
Más ampliamente, en la situación de comunicación intervienen los siguientes
factores: género; status de los participantes; circunstancias apropiadas; inscripción
temporal (periodicidad, duración, continuidad, caducidad); soporte; medio de
comunicación; normas; organización; niveles y variedades de lengua; etc.
(Maingueneau, 2004: 6-7).
CLASE 8:
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La interfaz transparente es una manifestación más de la necesidad de negar el
carácter mediado de la tecnología digital en su conjunto.
La lógica de la hipermediatizacion:
En los medios digitales actuales, la práctica de la hipermediación es más evidente
en el heterogéneo estilo “en ventanas” de las páginas de la Web, en el interfaz del
escritorio del ordenador, en los programas multimedia y en los videojuegos. Se
trata de un medio que ofrece “acceso al azar”, no tiene un comienzo físico, ni una
mitad, ni un final”
En las interfaces actuales, las ventanas se han multiplicado en la pantalla: no es
inusual que los usuarios sofisticados tengan abiertas una decena de ventanas que
se solapan o se entrevén al mismo tiempo. Las múltiples representaciones dentro
de las ventanas (textos, gráficos, video) crean un espacio heterogéneo, y compiten
para captar la atención del espectador. Los iconos, los menús y las barras de
herramientas añaden otras capas de significado visual y verbal.
La multiplicidad de ventanas y la heterogeneidad de sus contenidos significan que
el usuario repetidamente se ve en contacto con la interfaz, que aprende a leer
como leería cualquier hipertexto. La usuaria oscila entre manipular las ventanas y
examinar sus contenidos, igual que oscila cuando leyendo un hipertexto puede ver
la combinación de los enlaces y recorrerlos como unidades de texto. la interfaz de
escritorio no se borra a sí misma.
Su interfaz es automática en el sentido en que consiste en una serie de capas de
programación que se ejecutan a cada click. Esta interfaz es interactiva en el
sentido de que esas capas de programación siempre devuelven el control del
usuario, quien inicia entonces otra acción automatizada. Aunque el programador
no es visible en la interfaz, el usuario como tema está constantemente presente,
cliqueando los botones, escogiendo ítems del menú, y arrastrando iconos o
ventanas. Mientras la aparente autonomía de la máquina puede contribuir a la
transparencia de la tecnología, los botones y menús que proporcionan interacción
al usuario pueden verse como elementos que obstaculizan dicha transparencia. Si
los diseñadores de software describen actualmente la interfaz de escritorio como
antinatural, es porque realmente se encuentran con un espacio muy obviamente
mediado. Prefieren imaginar una” interfaz sin faz”, que se parezca a la realidad
virtual.
a lógica de la hipermediación expresa la tensión entre contemplar un espacio
visual como mediado o contemplarlo como ese espacio “real” que está más allá de
la mediación, Lanham (1993) llama a esto la tensión entre mirar a y mirar a través
de
REMEDIACION:
El medio digital puede ser más agresivo en su remediación. Puede intentar
modernizar al viejo medio enteramente, manteniendo a la vez la presencia del
antiguo y con ello una sensación de multiplicidad o hipermediación.
El mismo acto de la remediación, empero, asegura que el viejo medio no se
borrará completamente; el nuevo medio sigue dependiendo del antiguo en formas
reconocidas y no reconocidas.
Los medios digitales funcionran en una dialectica constante con los medios
anteriores. La remediación es tanto lo que es “único en los medios digitales”, como
aquello que niega la posibilidad de esa unicidad.
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VERON: Conversacion sobre el futuro.
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Lo que sucede detrás es en su mayor parte invisible y desconocido, los procesos
de producción de la red son complejos y confusos tanto para los especialistas
cómo a los propios actores.
Para comprender lo que pasa detrás de pantalla MARSHALL dice q hay q tener en
cuenta 2 grandes paradojas de la sociedad de la información y en la era de
internet.
1. La paradoja de la escasez de la información: los costos para producir la
información son caros y los costos para reproducirla son nulos. Entonces
hay una contradicción: la perspectiva que se encarga de la lucha por la
defensa de los derechos de la propiedad intelectual y aquella según la cual
la información debe circular libremente y sin restricciones.
2. La paradoja de la complejidad: dos perspectivas contradictorias: una que el
carácter benefico de la complejidad emerge en la sociedad de la
información consiste en que vamos a una automizacion de los sistemas,
cada vez más inteligentes y a la perdida del control humano. Por el otro
lado, la perspectiva según la cual el carácter positivo de la complejidad
emergente se traducirá en un mayor control a través de la programación, en
el contexto de un sistema descentralizado.
Ambas paradojas son contradicciones que atraviesn las practicas sociales
“detrás de la pantalla”. Es decir, contradicciones que forman parte de la
producción de la Red.
La producción de la escasez. La dimensión de la primeridad del lado del
reconocimiento (comportamientos de búsqueda), se plantea la cuestión del
acceso al saber humano y a la cultura bajo todas sus formas. La producción de
escasez es muy distinta según se trate de la oferta de la primeridad: las
operaciones de búsqueda tiene que ver con la dimensión de demanda hecha
por los “consumidores”
La perspectiva de una difusión libre aparece tanto detrás de la pantalla cómo
frente a la pantalla, es decir cómo ideología predominante.
Las 3 dimensiones de la semiosis intervienen en la producción de la
complejidad emergente, la inteligencia artificial y la distribución de esos tipos
detrás de y frente a la pantalla.
Detrás de la pantalla hay una multitud de colevtivos: las corporaciones buscan
el camino para intervenir en el flujo de la Red con problemas graves cómo x ej
la pornografía infantil.
Frente a la pantalla la inmensa población de internautas. Los actores colectivos
que están detrás de la pantalla someten a esa poblaion a un escrutinio
permanente, intentando recortar colectivos que puedan transormar en
instrumentos de sus objetivos ideológicos, profesionales, políticos,
comerciales.
LEVY:
en la situación comunicativa, cada nuevo mensaje pone en juego el contexto y el
sentido.
Los actores de la comunicación producen continuamente el universo del sentido
que los une o los opone. Pues la misma operación de construcción del contexto se
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encuentra en la escala de una micro-política interna de los mensajes. Esta vez, los
participantes no son más personas sino elementos de representación.
La palabra está en el centro de una red de imágenes y de conceptos que, poco a
poco, se extienden al conjunto de la memoria. Pero sólo los núcleos seleccionados
por el contexto serán activados de manera lo suficientemente fuerte como para
emerger de nuestra conciencia.
Seleccionados por el contexto, ¿qué quiere decir exactamente? Tomemos la frase:
"Isabel come una manzana por las vitaminas". Dieta, sana.
los actores de la comunicación o los elementos de un mensaje construyen y
remodelan los universos de sentido. Inspirándonos en ciertas computadoras
contemporáneas, llamaremos a estos mundos de significación: hipertextos. 6
caracteristicas:
1. Principio de metamorfosis
La red hipertextual está de manera constante en construcción y renegociación.
Puede
permanecer estable cierto tiempo pero esta estabilidad es ella misma el fruto de
un trabajo. Su extensión, composición y diseño son una apuesta permanente para
los actores involucrados, ya sean estos humanos, palabras, imágenes, trazos de
imágenes o contextos, objetos técnicos, componentes de estos objetos, etc.
2. Principio de heterogeneidad
Los nudos y los lazos de una red hipertextual son heterogéneos. En la memoria se
encontrarán imágenes, sonidos, palabras, sensaciones diversas, modelos, etc., y
los lazos serán lógicos, afectivos, etc. En la comunicación, los mensajes serán
multimedia, multi-modales, analógicos, digitales, etc. El proceso sociotécnico
pondrá en juego personas, grupos, artefactos, fuerzas naturales de todas
dimensiones, con todos los tipos de asociación que se pueda imaginar entre estos
elementos.
3. Principio de multiplicidad y encajonamiento de las escalas.
os efectos se pueden propagar de una escala a otra
4. Principio de exterioridad
La red no posee una unidad orgánica, ni un motor interno. Su crecimiento y su
disminución, su composición y su recomposición permanente dependen de un
exterior indeterminado: adjunción de nuevos elementos, conexión con otras redes,
excitaciones de elementos terminales, etc. Por ejemplo, para la red semántica de
una persona que escucha un discurso, la dinámica de los estados de activación
resulta de una fuente externa de palabras e imágenes. En la constitución de una
red sociotécnica intervienen todo el tiempo elementos nuevos que no pertenecían
a ella un instante antes: electrones, microbios, rayos X, macromoléculas, etc.
5. Principio de topología
En los hipertextos, todo funciona por proximidad, por vecindad. El curso de los
fenómenos es allí un asunto de topología, de caminos. No hay espacio universal
homogéneo en el que las fuerzas de unión o desunión, en el que los mensajes
podrían circular libremente. Todo lo que se desplaza debe pedir prestado a la red
hipertextual tal como es, o está obligado a modificarlo. La red no está en el
espacio, es espacio.
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6. Principio de movilidad de los centros
La red no tiene centro, o más aún, posee en permanencia muchos centros que
son
como puntos luminosos perpetuamente móviles, saltando de un nudo al otro,
estableciendo alrededor de ellas una infinita ramificación de líneas, finas líneas
blancas que esbozan momentáneamente un mapa con todos los detalles, luego
dibujando más alejados otros paisajes del sentido.
¿Qué es la significación? ¿En qué consiste el acto de dar sentido? La operación
elemental de la actividad interpretativa es la asociación; dar sentido a un texto
cualquiera tiene que ver con vincularlo, conectarlo con otros textos, es decir,
construir un hipertexto. Se sabe que diferentes personas brindan sentidos distintos
e incluso opuestos a un mismo mensaje. Es que, si el texto es el mismo para cada
uno, el hipertexto puede ser totalmente diferente. Lo que cuenta es la red de
relaciones en la que será inscripto el mensaje, el hilo semiótico que empleará el
interpretante para captar el sentido.
Para que las colectividades compartan el sentido, no basta con que cada uno de
los miembros reciba el mismo mensaje. El rol de los collecticiels es precisamente
poner en común no sólo los textos sino también las redes de asociaciones, de
anotaciones, de comentarios en los que se pueden capturar. De golpe, se
encuentra dada y materializada la conformación del sentido común: la elaboración
colectiva de un hipertexto.
Trabajar, vivir, hablar amablemente con los otros, atravesar un poco la historia con
otros, todo ello conforma un tesoro de referencias y de asociaciones comunes,
una red hipertextual indivisa, un contexto compartido, limpio para disminuir los
riesgos de la incomprensión.
El fundamento trascendental de la comunicación, comprendida como capacidad
de compartir el sentido, es el contexto y el hipertexto compartido.
una teoría hermenéutica de la comunicación no es ni el mensaje, ni el emisor, ni el
receptor sino el hipertexto que es como un nicho ecológico, el sistema siempre en
movimiento de relaciones de sentido que se entrelazan con los anteriores. Y los
operadores principales de esta teoría no son ni la codificación ni la decodificación
ni la lucha contra el ruido y la redundancia, sino las operaciones moleculares de
asociación y de disociación que realizan la metamorfosis perpetua del sentido.
Ver clase teo para levy.
24
escencia humana. Para estos
autores, este complejo es solo
un modelo de lo que ellos
denominan familia burguesa
(Padre, Madre, Hijo) asociada
con un pensamiento
capitalista
y una determinada
organización social. El
psicoanálisis restringe el
deseo humano a un
ámbito de expresión
socialmente aceptado, el
modelo Familiar Nuclear
Capitalista.
25
Deleuze y Guattari opinan que
esto, nada tiene de escencial
para la estructura humana. Al
pensarlo solo de esta forma, se
está negando la posibilidad de
pensar la escencia
humana de otras formas. Se
cierran las posibilidades a
otras formas de pensar la
escencia humana. Este tipo de
pensamiento es lo que se
denomina pensamiento
anclado
o arbóreo, arraigado
fuertemente a sus raíces (se
26
desarrollan en torno a un
concepto
central)
GUREVICH: Ansiedad
31
El pánico a la soledad se expresa como intolerancia al silencio. Toda
introspección, paradójicamente, necesi- ta exteriorizarse, hacerse de alguna
manera visible.
Las formas de presencia:
Es un estado que se opone a la ausencia. Las tecnologías de comunicación
escinden “lugar físico” de “presencia social” y posibili- tan formas de “presencia”
que se distinguen del estar aquí y ahora
El sociólogo francés de las ciencias Christian Licoppe llama “ideología de la
presencia” a este entramado histórico de valores en que la copresencia y la
atención focalizada son necesarios para el desarrollo pleno de la vida social
La hipótesis central de Licoppe (2004) es que en los entornos hi- perconectados
emerge una forma de presencia a la que el autor llama “presencia conectada”,
donde la necesidad de mantenerse en contac- to se da a través de pequeños
gestos de comunicación que reafirman la “presencia” más allá de las distancias,
inaugurando perspectivas deónticas acaso incompatibles con la modernidad. El
régimen de esta presencia conectada se apoya en mensajes breves, instantáneos,
donde predomina la función fática, de contacto (Jacobson)
Un cuerpo metonímico que entra en contacto por reenvíos in- diciales a partir de
nuevas posibilidades, gestos de contacto que le permite la interfaz –reaccionar,
comentar, compartir, dar un toque, etiquetar, mencionar, enviar un mensaje (audio,
imagen, video, tex- to–. Las plataformas multiplican los reenviós indiciales del
cuerpo a la distancia, extiende la capa metonímica de la producción de sen- tido,
pero el contacto necesita ser reanudado por el alter.
La posibilidad de una isla de desconexion:
El sistema de notificaciones es la forma privilegiada en que las plata- formas
capturan el tiempo del usuario. Las notificaciones son sistemas de awareness
sobre la presencia (online) de los otros que incentiva la conectividad. Son una
manera de conducir al usuario a la plataforma:
¿Cuán alejados podemos estar del móvil? El problema no es tecno- lógico sino
social.
Hay una fuerza cultural que impulsa a llevar el celular siempre, a acelerar los
tiempos de respuestas hasta la inmedia- tez, a experimentar lo asincrónico como
malestar. Una trama que en- trecruza las plataformas de comunicación (redes
sociales, mensajería instantánea, correo electrónico)
Nuevos fenómenos que pasan a ser nombrados como nomofobia (miedo a estar
sin el móvil), phubbing (menospreciar a quien nos acompaña al prestarle más
atención a un aparato electrónico) o FoMO (Fear of Missing out), el miedo a
“perderse de algo” en ausencia de conexión, son la contracara de nuestras
disposiciones subjetivas en este paisaje comunicacional. Si los dispositivos
proponen espacios de contacto, entonces FoMO no es sino la forma digital del
miedo social a la exclusión (eso que los griegos sufrían con el ostracismo, que los
condenaba a abandonar la polis). No se trata de problemas que “traen” los
celulares, sino problemas de estas disposiciones subjetivas al inte- rior de un
entramado técnico. La “sensación” de que si no puedo re- cibir llamadas ni
mensajes, pienso que alguien se ha intentado comu- nicar y no ha podido, la
percepción de que desconectado no puedo mostrar lo que hago en la red y mi
conexión con familiares y amigos se debilita. La sensación de incomodidad por
32
sentir que no puedo estar al día, que me pierdo del mundo, si me ausento del
contacto digital.
Renunciar a nuestra huella digital, por ejemplo pagando el teléfono, no es solo
renunciar a acoplar- nos a un modelo de negocios. Es deshacerse de la
investidura de una piel, de una capa metonímica conectada y siempre disponible
para el contacto. Una predisposición subjetiva cuyo único destino es la in-
teracción.
Claro que para ello las empresas tendrían que renunciar a monetizarnos, a la
explotación comercial de nuestra conectividad, tendrían que aceptar perder dinero.
37
La tv destinada al gran público es un medio en el que el orden icónico esta
subordinado a los dispositivos indiciales de contacto que definen la especificidad
del medio. El orden simbólico no se pierde, en la tv también se habla (orden
linguistico0
En el interior del campo político, la relfexion estratégica esta orientada
exclusivamente por la lógica del target, el componente programatico desaparece y
de los 3 destinatarios del discurso político” el contradestinatario (adversario), el
prodestinatario (el partidario) y el paradestinatario (el indeciso), queda 1 solo, el
paradestinatario, blanco de una estrategia :comercil de corto plazo.
Los colectivos identitarios a largos plazos no pueden construirse sin que funcione
una estructura argumentativa orientada a la formulación de reglas.
La importancia de la temporalidad que esta inscrita en la definición de democracia:
el consenso de los intereses es el postulado de una convergencia en el futuro.
Esto corresponde con la definición que propone Peirce de la verdad y de la
realidad indisociables de la nocion de comunidad. La gestión de identidades con
vistas a largo plazo corresponde al orden simbólico de la ley.peirce: unn colectivo
que en virtud del contacto (secundidad definitoria de la tv), engendra un
sentimiento difuso de pertenencia (primeridad de los afectos). Pero en ningún
caso, seria un colectivo asociado a un proyecto a largo plazo (terceridad)
En la televisión, la estrategia se
subordina al marketing político.
Desaparece el componente
programático (el futuro) y los tres
destinatarios se diluyen en uno solo: el
paradestinatario (blanco de una
estrategia comercial de corto plazo).
• No pueden construirse colectivos
identitarios de largo plazo
únicamente con imágenes ni
únicamente con el orden indicial
del contacto. Si el discurso
político es un discurso en el que
uno de sus ejes es la
construcción argumentativa de
un proyecto(…) nunca es
puramente persuasivo.
Los medios electrónicos
• AL ESTAR BASADOS EN LA
INDICIALIDAD DEL CONTACTO
NO CONTRIBUYEN A LA
CONFIGURACIÓN DE
VERDADEROS COLECTIVOS
POLÍTICOS (TERCERIDAD DE LA
PALABRA/SÍMBOLO).
• EN LA RADIO, LA PALABRA
(SÍMBOLO) ESTÁ SUPEDITADA A
38
LA PROSODIA DE LA VOZ
(CONTACTO INDICIAL).
• EN LA TV, QUE TRABAJA CON
IMÁGENES (LO ICÓNICO), LA
PALABRA QUEDA EN TERCER
LUGAR DE IMPORTANCIA Y
DEBE ADECUARSE AL TIEMPO
SIEMPRE APREMIANTE DE LOS
PROGRAMAS TELEVISIVOS.
• EN LAS CADENAS Y
TRANSMISIONES
INSTITUCIONALES, DEBE
CUIDARSE LA PUESTA EN
ESCENA A FIN DE GENERAR
LEGITIMIDAD. LA ADHESIÓN DE
LA AUDIENCIA DEPENDERÁ DEL
GRADO DE IMPORTANCIA DEL
TEMA CONVOCANTE.
Los medios en red
• Basados en la concisión, el
ingenio, el humor, el diseño
visual o audiovisual.
• Poco texto, mucha imagen,
razonamientos entimemáticos
(como silogismo abreviado), las
comparaciones (lo repetido y la
variación, el antes y el después,
etc.)
POTENCIAN LOS MECANISMOS DE
INDIVIDUACIÓN, CONTRARIOS A LA
PARTICIPACIÓN EN COLECTIVOS DE
IDENTIFICACIÓN
- Inventio: encontrar qué decir. Surgen dos vias: la via de convencer (entinema,
utilizando argumentos) y via psicológica, conmover a través de ejemplos
41
Pero mientras el efecto de sentido del exemplum en los programas de opinión está
vinculado a una conclusión política, en los géneros del entretenimiento la anécdota
aparece fundamentalmente construyendo, por metonimia, una pintura de la
personalidad del candidato. (BARTHES)
Es en los dispositivos de enunciación donde estas características se resuelven
mostrando las reglas del juego impuestas por el género y el estilo de cada
programa. En líneas generales puede decirse que en los géneros del
entretenimiento el discurso político se ve obligado a asumir una dimensión
enunciativa que no le es propia, se basa en su mundo privado. La
espectacularización de lo privado es una de las formas que adquiere la
farandulización de lo público.
Pero el efecto general del género se mantiene: produce sobre el discurso político
una ampliación del campo de lo decible, un predominio de la vía psicológica y un
posicionamiento enunciativo vinculado a una complicidad personalizante.
Remarcaremos algunos de aquellos lugares comunes que cobran cada vez mayor
importancia en el discurso político televisivo: la tópica económica, la tópica de la
cantidad y la tópica del “estar cerca de la gente”, que aparece entrelazada con un
metadiscurso sobre la política y la crisis que la afecta.
A partir de la paradójica distancia/cercanía que instaura la pantalla chica, los
políticos dicen haber establecido un diálogo directo con la gente, fundando una
relación en el contacto cara a cara.
la televisión al tiempo que mediatiza la relación introduce al candidato en el living
de nuestra casa. Y aunque está allí, y aunque su cara en primer plano nos
muestra la riqueza de sus expresiones, no lo podemos tocar, nuestro candidato es
un juego de luces. Entonces nos dice que él no quiere quedarse allí, sino
establecer un verdadero diálogo con nosotros, estar cerca, juntos.
Hay un predominio de los componentes descriptivo y prescriptivo sobre el
componente didáctico y el programático . el componente descriptivo no aparece
como constatación y lugar privilegiado de la inteligibilidad, sino como testigo de
una verdad, de una escena que se pretende irrefutable po el testimonio del
candidato. Este desplazamiento evidencia las pretensiones del discurso político de
asumirse como discurso de la información.
El componente prescriptivo presenta, al menos, tres particularidades. En primer
término aparece, en muchos casos, vinculado a la crisis de legitimidad de la
política. El deber se ubica fundamentalmente en ese espacio metadiscursivo. Es
un deber, en primer lugar, de la política y de la clase política para con la gente.
En segundo término, el componente prescriptivo sirve como espacio enunciativo a
través del cual se manifiesta el componente programático cuya presencia es
notablemetne escasa. Frente a la falta de credibilidad de la promesa, del anuncio,
el candidato indica deontológicamente lo que va a hacer19
En tercer lugar, recordemos que según Verón, el componente prescriptivo sería el
que, en una campaña electoral, “concentra el mayor número de operaciones de
interpelación orientadas hacia el prodestinatario y el paradestinatario”. Sin
embargo, pareciera que cuando el discurso político utiliza la interfaz de los
géneros de la información y del entretenimiento cualquier apelación al destinatario
resulta difícil. La excepción sería la construcción del eje O-O -mirada a cámara-
42
con lo cual se quiebra la mediación del conductor, con o sin su autorización. En
ese sentido, el componente prescriptivo aparecería generalmente como
deontológico no apelativo.
El valor de verdad de las máximas, con su borramiento de subjetividad y la
apelación a la autoridad, rasgos todos del componente didáctico, siguen siendo un
recurso habitual de los políticos.
Mientras que el componente programático es débil y hasta se podría decir que
relativamente excepcional, es muy común que los candidatos digan tener ese
programa que no explicitan. Si bien es posible que en una elección a diputdos el
componente programático no sea generalmente tan fuerte como en una elección
presidencial, no se puede descartar que ésta sea una tendencia más general que
caracterizaría al discurso político en la actualidad.
El metadestinatario:
n esta campaña electoral hay una difuminación de las fronteras entre los
partidarios y
los indecisos en el discurso de casi todos los candidatos. Los colectivos
tadicionales de identificación diferenciables para cada identidad política -
trabajadores, compañeros, correligionarios- y los metacolectivos singulares
tradicionales -pueblo, patria, nación- son sustituidos por un gran destinatario de
todos los discursos. Dos de los tres destinatarios del discurso político -el pro y el
paradestinatario- aparecen fusionados en una entidad por excelencia, la gente
ocupa el centro de la escena, la gente y su opinión es lo que verdaderamente
importa y es citada por los candidatos como una fuente de verdad. Gente implica
una difusa definición del destinatario: colectivo más amplio que “pueblo” y que
“trabajadores”, pertenece tradicionalmente menos al ámbito político que
“ciudadanos” o “argentinos”. Si los dos primeros remiten, de una manera u otra, a
cierto conflicto nacional o social, y los dos segundos lo hacen a un origen o a un
estatuto jurídico político, en cambio, gente se ha “infiltrado” en el discurso político.
Al igual que pueblo, gente es un metacolectivo singular.
Conclusiones:
los candidatos generalmente recurren a una serie de estrategias discursivas que
presentan una característica común: el discurso político, para intentar mantener su
legitimidad, importa rasgos temáticos, retóricos y enunciativos que pertenecen a
otros géneros o tipos de discurso.
El discurso político despliega sus estrategias persuasivas en nuevos escenarios,
en epsacios que antes le estaban vedados. Pero esta ampliación de su campo de
acción no es gratuita: la intervención en los géneros del entretenimiento trastoca
algunos de sus rasgos propios y cuestiona, en ciertas ocasiones, incluso el
carácter político de la actuación del candidato.
Cuando la política se espectaculariza produce ese efecto contradictorio de
desencanto - de las ideas y los proyectos- y de fascinación -de las posiciones y
rasgos de las personalidades-, construyendo un enunciatario expectante a costa
de abandonar cualquier intento transformador.
La anécdota en primera persona y el exemplum narrativo comienzan a ocupar el
centro de la escena. Al mismo tiempo, un discurso persuasivo intenta, en
momentos, asumirse como informativo -al trocar la opinión por el testimonio y la
“verdad”-.
43
Se tiende a abandonar la utilización clásica del componente programático y la
interpelación directa al público. La pontificación aparece reiteradamente
produciendo una referencia metadiscursiva sobre la legitimidad de la política y
asumiendo como propios los “mandatos de la gente”. El destinatario positivo del
discurso político -que fusiona al pro y al paradestinatario- se vincula al mundo del
espectáculo y al ubicuo concepto de opinión pública. La gente, gentil, es “como la
gente”, es “gente como uno” y se vincula al público, a la audiencia, al
teleespectador. Los parámetros con los que se diseña el destinatario tienden a
abandonar la especificidad del discurso político y son cada vez más puramente
televisivos.
Los gestos de la cara, los movimientos de las manos, la dirección de la mirada,
marcan también síntomas de la despolitización del discurso político.
En los partidos mayoritarios hay una tendencia a la difuminación del
contradestinatario con el consiguiente borramiento de la dimensión polémica.
ROCHA: Yo Carlos
44
Una elección presidencial es de alguna manera instalar un dispositivo donde
algunos cuerpos se dejan ver, y donde millones de personas se ponen a practicar,
más o menos inconscientemente, a lo largo de días y semanas, la lectura de los
indicios de la presentación de uno mismo.
La dignidad presidencial:
Todo cuerpo socializado y a ese título, el cuerpo presidencial más que cualquier
otro, está construido sobre prohibiciones, se construye por la anulación de actos,
por neutralización de recorridos, por censura de gestos y de posturas; por
sustracción. Eliminar muchas cosas del cuerpo socializado, para hacer de él un
cuerpo presidencial.
La imagen del cuerpo presidencial tiene, pues, un “plus” con respecto a la imagen
del cuerpo del ciudadano, pero mi cuerpo de ciudadano no es un anticuerpo
presidencial. Para producir lo contrario del cuerpo presidencial, no es suficiente
producir una presentación de uno mismo que indique que uno es tonto, indigno u
obsceno. Hay que poner en escena la tontería, la indignidad o la obscenidad:
dicho de otra forma, hay que cambiar de nivel. Para producir el anti-cuerpo
presidencial, hay que ser un payaso. Luego, esto indica tal vez que, de una forma
simétrica e inversa, el mismo principio vale para el cuerpo del presidente: éste
sería, al igual que el cuerpo del payaso, un cuerpo de segundo grado. Parentesco
secreto (por inversión) entre el payaso y el presidente.
La diferencia entre el cuerpo común del ciudadano y el cuerpo del presidente no
sería, entonces, puramente cuantitativa: construir un cuerpo presidencial no
consistiría en ser más digno, más inteligente o más púdico que el ciudadano:
sería, paradójicamente, mostrar, en algún lugar, que se pone en escena la
dignidad, la inteligencia o el pudor; el cuerpo presidencial como cuerpo anti-
payaso .
En la democracia audiovisual, tal como la conocemos, la mirada de los periodistas
juega un rol fundamental. Pero es una mirada que no puede confesarse como tal,
y que produce una puesta en escena que no se desea. En dos registros
diferentes, la legitimidad de los periodistas y la de los hombres políticos se
construye en primer grado, por ocultación de la enunciación: la palabra de unos se
justifica por lo “real”, del cual ella es el mejor reflejo posible; la palabra de los
demás por la sinceridad que anima la prefiguración de lo “real” que se nos
propone obtener. Unos y otros se posicionan frente a un real que es para cada
uno, lo único posible. Lo que quiere decir que unos y otros funcionan en la
creencia.
Se entiende la importancia crucial de los ciudadanos, es decir, del voto. El voto
produce lo “real” produciendo un corte en una situación que sería, sin el mismo, un
enfrentamiento de los imaginarios. Resulta fundamental no olvidar lo arbitrario de
esta intervención cuantitativa de la regla electoral, ya que es con esta condición y
sólo con esta condición que se puede asegurar que el lugar de la Ley quede vacío.
A pesar del hecho de que la “mayoría” ha ganado, el sistema se dedica,
imperturbable, a producir diferencias. Que el lugar de la Ley permanezca vacío
quiere decir que no hay, que no podría haber creencia susceptible de
reemplazarla; que la Nación no tenga, que ella no sabría tener lo real en sí misma
(es decir para todos). La única creencia común no es deseable.
45
La misión (imposible) del presidente es encarnar lo imaginario de este vacío. Este
imaginario no puede construirse sino en la distancia, es por eso que el cuerpo del
presidente es un meta-cuerpo. El “estado de gracia” es ese momento,
excepcional, en el cual una proporción considerable de los ciudadanos que no han
votado por el presidente ponen su creencia en suspenso, mientras que los que
han votado por él tampoco han comprendido que un presidente no funciona en la
creencia sino en la distancia. Aproximadamente a mitad de camino entre la
elección pasada y la que viene, ahí donde cae más bajo en las encuestas de
popularidad, es paradójicamente el momento en el cual el presidente se encuentra
más cerca de la verdad de su función: los que no habían votado por él regresan a
sus creencias, y los que habían votado por él, en parte, han retirado las suyas. El
“estado de gracia” toca siempre a una proporción de los ciudadanos más amplia
que la que ha otorgado sus votos al presidente; en el “estado de gracia”, este
último se reencuentra con un apoyo más restringido que el que había tenido en el
momento de la elección. Este sobre- movimiento de báscula, que le permite ir más
allá de la creencia, en un caso, y que lo transporta sin lograr la creencia, en el
otro, expresa bien la contradicción inscripta en su función. La confianza opera en
el terreno de la creencia, que es por ejemplo el del periódico televisado, es decir,
en primer grado; pero, ¿cómo ubicarse dentro de la distancia sin generar
desconfianza?
El pasaje del candidato a presidente es efectivamente una transmutación radical
de registro significante: se pasa del régimen de la creencia al régimen de la
distancia. Y la tarea es tan difícil antes como después. Antes, funcionando todo
por la creencia, se trata de que el candidato esboce lo verosímil de la distancia;
después, al tener que operar desde la distancia, se busca preservar la confianza.
La televisión es el medio de comunicación del contacto, ella logra la mediatización
del cuerpo significante
46
Una sociedad mediática es aquella en la que los medios se instalan: se
considera que estos representan sus mil facetas, constituyen así una clase de
espejo donde la sociedad industrial se refleja y se comunica.
La sociedad mediática se vuelve poco a poco una sociedad mediatizada. Esto
ocurre cuando la mediatización de la sociedad industrial mediática hace estallar la
frontera entre lo real de la sociedad y sus representaciones. Los medios no
son solamente dispositivos de reproducción de un “real” al que copian más o
menos correctamente sino más bien dispositivos de producción de sentido. Esto
marca una frontera entre lo “real” de una sociedad y otro orden, el de la
representación y reproducción, que han tomado a su cargo los medios.
Sociedad mediática→ sociedad que vive con los medios, junto a los medios,
donde medios y sociedad no se confunden, son dos cosas distintas, se relacionan
por el hecho de que los medios tienen por finalidad representar lo social. Los
medios se comportan como un espejo más o menos deformante de lo social.
47
El resultado de un proceso de mediatización sería la transferencia total de las
prácticas colectivas al universo de los medios, la vida privada cotidiana definida,
por diferencia, como el conjunto de los campos significantes no mediatizados. De
hecho, la pantalla chica se ha vuelto uno de los lugares fundamentales de
producción de espacios imaginarios de la ciudad.
-El orden de los fenómenos indiciales, (sobre este pone el acento Verón) un
reenvío significante de naturaleza indicial implica siempre un vínculo existencial, el
humo es el índice del fuego. El orden indicial funciona siempre por contigüidad, y
por eso también podemos llamarlo el orden de los fenómenos metonímicos.
El último es de gran importancia ya que funciona siempre por contigüidad; es por
esto que también podemos llamarlos fenómenos metonímicos.
48
1. La primera es subrayar el hecho de televisión para el gran público: es ella
la que es un medio, y en consecuencia su contribución al proceso de
mediatización de las sociedades industriales es crucial. El video no es
un medio, es un dispositivo, el concepto de medio para mi es algo
sociológico, no puede ser caracterizado por su soporte tecnológico.
“Medio” debe tener en cuenta las condiciones de producción y las
condiciones de recepción.
Poco a poco y con el paso del tiempo su cuerpo comenzó a existir, a emitir signos,
a adquirir expresión, y de la misma manera el estudio se fue ampliando, se fue
descubriendo su arquitectura, sus rincones, y a su vez lo que se mostraba del
conductor se fue ampliando, se mostraban sus manos, gestos, sus notas, el
micrófono, etc. El conductor hizo gestos para matizar las expresiones de su rostro.
La construcción del cuerpo significante del conductor y el aumento del espacio del
piso fueron dos procesos inseparables, tienen una relación directa: el primero
necesitaba del segundo para desplegarse. El eje de la mirada fue de ojo-a-ojo
para construirse en una figura con credibilidad.
-Espacios de lo político
En cuanto a los espacios de lo político, mientras que los periodistas tienen el
“derecho natural” de mirar a los ojos al espectador, los políticos juegan juegos de
discurso diferentes.
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En tanto campo de funcionamiento discursivo, el de lo político está
dominado por los intercambios simétricos: varios enunciadores, cuya
legitimidad es comparable, se enfrentan constituyendo cada uno su palabra
a través de la localización de su adversario.
-Estrategia política: Aparece como una lógica del intercambio en el seno de una
interacción sobredeterminada por la puesta en espacio de las posiciones de
enunciación.
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