Está en la página 1de 6

Averías más frecuentes en ascensores: toda

la información clave
Está demostrado que los ascensores son uno de los medios de transporte de personas más
fiables. Sus rigurosos sistemas de seguridad y los servicios periódicos de mantenimiento
preventivo avalan que todos los componentes se encuentran en perfecto estado, lo que
garantiza su correcto funcionamiento. No obstante, hemos de tener en cuenta que pueden
sufrir desgastes por el uso o fallos técnicos provocados por un mal
mantenimiento. Analizamos algunas de las averías frecuentes en ascensores y sus causas
más habituales.

¿Cómo detectar una posible avería en los


ascensores?
No es habitual que un ascensor sufra una avería grave de manera repentina, sino que suele
manifestar diferentes indicios antes de fallar por completo. Conocer los síntomas de que
algo puede no estar funcionando correctamente es la mejor forma de evitar una parada
repentina, lo que podrá evitar molestias a los usuarios y gastos elevados de reparación. Te
indicamos algunas de las señales que anteceden a las averías más frecuentes en los
ascensores:
 Ruidos, roces y vibraciones. Es uno de los indicios más habituales que advierten
de que algo no está como debería. Cuando asciende o desciende, el usuario escucha
algún roce o ruido que acompaña al movimiento o que se producen vibraciones
constantes. Este tipo de síntomas también pueden aparecer en las puertas de cabina
y rellano, sujetas habitualmente a un mayor desgaste y exposición por parte del
usuario. Por ello, es conveniente avisar a la empresa de mantenimiento al detectar
alguna anomalía y así evitar averías más graves.
 Desnivelación y frenado brusco. La cabina está diseñada para pararse al nivel del
piso al que se dirige el usuario. En el caso de que lo haga por encima o por debajo
del mismo, lo que exigiría superar un escalón para alcanzar la superficie, se
recomienda avisar a la empresa de mantenimiento. Esto mismo debe hacerse si se
perciben detenciones bruscas al llegar a la planta de destino.
 Cambios de velocidad. Un ascensor debe funcionar de manera fluida. En el caso de
notar que avanza a trompicones, puede ser un síntoma inequívoco de que es
necesaria una revisión.
 Ordenes erráticas. Un ascensor dispone de numerosos elementos electrónicos que
no están exentos de fallos y desgastes por el uso o las altas temperaturas. Si la
instalación no acude a las llamadas de alguno de los pisos o incluso no atiende
correctamente las órdenes dadas, puede ser un síntoma de error en alguno de sus
componentes.
¿Cuáles son las causas de las averías más
habituales que afectan a los ascensores?
Todos los indicios planteados anteriormente son un signo de alerta. Conviene que un
especialista técnico acuda a comprobar qué es lo que ocurre para decidir la solución
más adecuada y evitar problemas mayores. Lo más habitual es que el fallo proceda de
alguna de las averías frecuentes que te indicamos a continuación.

Mala lubricación de las guías


Las guías metálicas por las que discurren la cabina y el contrapeso del ascensor deben
estar correctamente lubricadas para minimizar el rozamiento entre las guías y los
sistemas de guiado. Esta es la causa más habitual de los ruidos durante el desplazamiento
de la cabina.

El exceso de calor afecta a los ascensores porque disminuye la densidad del aceite, lo que
aumenta su fluidez y su volatilidad. Esto dificulta la correcta lubricación de los sistemas de
guiado, especialmente en los huecos acristalados, más expuestos en los meses de altas
temperaturas.
Impurezas en el aceite del reductor o en el aceite
hidráulico
El nivel de pureza del aceite tanto de las máquinas eléctricas con reductor como de los
grupos de los ascensores hidráulicos debe controlarse periódicamente para evitar algunas
de las averías más frecuentes. Los reductores y los grupos de válvulas se pueden dañar si
los componentes que forman parte de ellos no están bien lubricados. Esto libera partículas
metálicas que se mezclan con el aceite, lo que reduce su pureza y aumenta el desgaste de
estas piezas.

Pérdidas de aceite en instalaciones hidráulicas


Las pérdidas de aceite en los pistones y las conducciones hidráulicas deben
controlarse periódicamente para garantizar un nivel apropiado que asegure el correcto
funcionamiento del grupo hidráulico.

Estas pérdidas de aceite, ocasionadas generalmente por un desgaste en los sistemas de


retén, producen cambios repentinos de velocidad, vibraciones durante el recorrido y
desnivelaciones al llegar a planta. Estos problemas se suelen solucionar con un cambio en
el sistema de retén del pistón y un rellenado del aceite perdido en la propia central
hidráulica.
Pérdidas de aceite en máquinas eléctricas
Las pérdidas de aceite en los reductores de las máquinas eléctricas deben
vigilarse para garantizar un nivel apropiado que asegure el correcto funcionamiento del
ascensor. Una falta elevada de aceite puede dar lugar a un desgaste excesivo en el sistema
de corona-sinfín del reductor. Esto también acelera el desgaste al aumentar las impurezas
presentes en el aceite restante, lo que puede ocasionar un fallo crítico de la máquina.

Cables en mal estado y desgaste en las poleas


Son una parte esencial para el movimiento de los ascensores y soportan todo el peso de la
cabina. También son uno de los elementos más sensibles. Su trabajo continuo puede
generar un desgaste que se observa en su pérdida de grosor o en la rotura de alguno de los
hilos de acero que los conforman. Además, pueden sufrir corrosión derivada de su
exposición a elementos externos.

La polea también se desgasta con el uso, lo que hace que los cables pierdan
adherencia y que el ascensor no se mueva con fluidez. Por ello, es esencial comprobar el
estado de sus canales para asegurar una correcta adherencia de los cables.
Además, el desgaste de los rodamientos internos de la polea puede producir ruidos y
vibraciones. Estos síntomas indican que hay que sustituirla con urgencia antes de que se
produzcan la desestructuración total del rodamiento y la inevitable paralización de la
instalación.

Averías en el sistema de frenado


Esta es una de las principales causas que provoca paradas bruscas cuando el ascensor llega
a planta. Dicho desajuste en la frenada deriva en bastantes ocasiones en que la cabina no se
ubique a nivel de suelo cuando alcanza su destino. ¿El origen habitual? El desgaste normal
de las zapatas de freno y la disminución de precisión en el mecanismo de frenado que
afecta al sistema.

Estas averías se resuelven sustituyendo las zapatas de freno y ajustando el frenado para
evitar daños mayores en el sistema.

Ajuste incorrecto de las puertas


En ocasiones, se pueden observar ascensores cuyas puertas no cierran de forma adecuada,
dan golpes bruscos o carecen de coordinación en el cierre o la apertura. El desgaste
normal de los elementos móviles, una mala regulación de las hojas o fallos electrónicos
en los sistemas de puertas automáticas son las causas más habituales.
Fallos en el sistema electrónico
Luces que parpadean en la cabina, apagones totales, movimientos erráticos del ascensor,
fallos en algunos de los pulsadores o, incluso, la detención completa durante el
desplazamiento son algunas de las situaciones que generan más inconvenientes a los
usuarios. Es habitual que sea un problema externo el que produzca estos apagones,
pero también los pueden generar fallos internos, normalmente derivados de errores o
averías en los sistemas electrónicos que componen las distintas partes del ascensor.

El cumplimiento del calendario de revisiones periódicas y un correcto mantenimiento por


parte de especialistas te ayudarán a minimizar posibles imprevistos. En DUPLEX tenemos
la experiencia necesaria para evitar los problemas más habituales y resolverlos rápidamente
si ya se han producido. Contacta con nosotros para saber cuál es la solución que mejor se
adapta a tus expectativas.

También podría gustarte