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Lectura 3: Los ideales como utopías

Toda sociedad posee un conjunto de valores en virtud de los cuales se establece un


orden determinado y se regulan las relaciones interpersonales y sociales. A este
respecto, en cada época podemos encontrar dos clases de personas: las que se adaptan
a las circunstancias y se conforman con la situación vigente y aquellas otras que ponen
de ma11ifiesto las deficiencias y las injusticias de su tiempo. Las primeras constituyen
las fuerzas conservadoras, justifican el orden establecido y defienden su estabilidad; las
segundas son las fuerzas progresistas, que proponen nuevos ideales y exigen los
esfuerzos necesarios para procurar constituir una sociedad mejor. Habitualmente, se
suelen considerar como utopías numerosas teorías de tipo religioso, político,
económico, social o científico de carácter más o menos imaginario o ideal. Pero, desde
el punto de vista social, debe entenderse por pensamiento utópico únicamente el
pensamiento progresista, es decir aquel que se encuentra comprometido con las
circunstancias sociales, económicas y políticas, pretendiendo modificarlas a favor de
una mejor organización o de una mayor justicia social.

Las utopías y la realidad social


Los nuevos ideales suelen surgir a partir de las concepciones de un individuo o de los
sentimientos comunes de determinado grupo; pero solo cobran su auténtica
efectividad. Cuando se convierten en aspiraciones colectivas, compartidas por una
parte importante de la comunidad o, expresado de otra manera, las utopías adquieren
su verdadera fuerza cuando alcanzan una amplia vigencia social. Por lo que al nivel
histórico se refiere, cada utopía cobra su auténtico valor en su momento social.
Dentro del desorden y el caos de las cosas que ocurren en tu vida, todo sigue un perfecto
orden y plan.

Siempre las ideas que han cambiado el destino del hombre se encuentran escondidas
en los lugares menos imaginados. Por lo tanto, veamos si eres capaz de descubrir esa
idea que está esperando en tu mente. El Poeta Encarcelado

El pensamiento utópico en la historia


El pensamiento utópico prácticamente surge con los primeros albores de la Historia,
pues en casi todos los pueblos en contraste con un presente desgarrado, infeliz y lleno
de penalidades, se tiende a presentar, al mismo tiempo, una época pasada de felicidad,
heroísmo y grandeza y un futuro de esperanza en el que los problemas y las dificultades
del presente encontrarán su solución y las antiguas glorias volverán a surgir.
A- Grecia y Roma: Democracia, ciencia y derecho. En Grecia encontramos ya los dos
grandes ideales, las dos mayores utopías de Occidente, a saber, la democracia y
la ciencia.
B- El cristianismo: Religión.
C- El humanismo renacentista: Utopía (Tomas Moro), tendencias nacionalistas,
auge de las ciudades y economía urbana.
D- La Ilustración: Las grandes utopías democráticas La lustración constituyo un
movimiento cultural del siglo XVIII, caracterizado por grandes ideales utópicos,
a saber: confianza en el valor y en el alcance cognoscitivo de la razón, aspiración
a disipar la ignorancia, la superstición y el fanatismo de la humanidad mediante
la existencia de la cultura.

Resumen del texto: El texto presenta


una visión general sobre los ideales
como utopías a lo largo de la historia. Se
establece una distinción entre fuerzas
conservadoras y progresistas en la
sociedad, donde las segundas proponen
nuevos ideales y buscan modificar las
circunstancias sociales, económicas y
políticas en busca de una mayor justicia
social. Las utopías adquieren su fuerza
cuando se convierten en aspiraciones
colectivas compartidas por una parte importante de la comunidad. A lo largo de
la historia, se mencionan ejemplos de pensamiento utópico como la democracia
y la ciencia en Grecia, el cristianismo, el humanismo renacentista y la Ilustración.

Opinión personal: El texto ofrece un interesante panorama sobre los ideales


como utopías a lo largo de la historia. Es fascinante ver cómo las personas y los
grupos han buscado constantemente mejorar la sociedad y luchar por la justicia
social a través de la promoción de nuevos ideales. La distinción entre las fuerzas
conservadoras y progresistas refleja la tensión inherente en la sociedad y la
importancia de la lucha por un cambio positivo. Además, la idea de que las
utopías adquieren su verdadera fuerza cuando se convierten en aspiraciones
colectivas destaca la importancia de compartir visiones comunes y trabajar
juntos para lograr un cambio significativo. En resumen, el texto resalta la
necesidad de mantener vivos los ideales y la esperanza de construir una sociedad
mejor en el futuro.

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