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El inicio de la Iglesia en corea

Introducción
La península coreana está dividida en dos estados. Hoy sigue existiendo la
estrecha separación entre dos mundos antagónicos a ambos lados del paralelo
38: en el sur, una sociedad capitalista y liberal cuyo nivel de vida está en
constante crecimiento. Al norte, una de las dictaduras comunistas más sangrientas
de la historia. No es sorprendente que la Iglesia Católica, a ambos lados de este
muro de hormigón y alambre de púas, tenga un rostro completamente diferente e
incluso antagónico.
En la República de Corea, (Corea del sur), conviven apaciblemente diversos cultos
y religiones, como son el chamanismo, budismo, confucianismo, cristianismo y el
islamismo. Corea del sur se ha destacado por su ámbito religioso y la práctica de
una cultura que históricamente se ha soportado en el budismo y confucianismo,
los cuales enmarcan una tradición muy arraigada y tienen una ideología patriarcal.
La mayoría de los países asiáticos, tradicionalmente sigue los preceptos del
budismo. Corea del Sur, desde la época imperial se identificó con el
confucianismo. Hasta finales del siglo XIX, la península coreana estaba gobernada
estrictamente por una tradición confuciana y cerrada a la mayoría de los
extranjeros, así como a la entrada de otras religiones a la cultura. En
consecuencia, los mismos coreanos jugaron el papel más importante en la
importación y luego en la difusión del catolicismo a Corea. Sin embargo, la
implementación de dicha religión no fue por medio de la evangelización, sino que
fue llevada a este país por los mismos coreanos, sin la presencia de sacerdotes, ni
misioneros extranjeros en el país y en medio de una época de represión y
persecución. A continuación, una aproximación histórica de la Iglesia en Corea

Los datos históricos


La religión católica históricamente ha sido difundida en el mundo por medio de la
evangelización,
¿cómo es que inicia la religión católica en Corea? El proceso de entrada al
catolicismo en Corea se remonta al siglo XVII cuando una delegación tributaria era
enviada a China un par de veces al año, y fue en esos viajes, que integrantes de
la comisión adquirieron libros sobre diferentes áreas y temáticas, los cuales
llevaron consigo a Corea. Entre estos libros se encontraban algunos del misionero
jesuita, Matteo Ricci, siendo principalmente “El verdadero significado del Señor del
Cielo” el que despertó la inquietud por conocer más sobre la religión católica, libro
que explicaba la existencia de un ser absoluto y de un alma inmortal, también
afirmaba la diferencia entre el alma del ser humano y de los animales (Gardini,
1985).
Un dato relevante ocurre en 1784, cuando Yi Seung-hun, quien visitaba Beijing
junto a otros miembros de su comunidad, fue bautizado por el sacerdote Louis de
Grammont con el nombre de Pedro, haciendo alusión a San Pedro. Pedro estudió
doctrina y credos junto con Yin Byeok, y a su vez bautizó a sus compañeros, entre
ellos, Yi Byeok, Gwon Il-sin y Kim Beom-woo (bautizado como Tomás), quien
realizó una importante aportación a la iglesia católica coreana, ya que, en la
primavera de 1785, en la casa de Kim Beom-woo en Myeongrye-dong, en Seúl, se
fundó la primera iglesia católica de la era Joseon, la cual se convirtió
posteriormente en la catedral de Myeong-dong, principal iglesia católica del país.
Sin embargo, fue también en 1785 que inicia la persecución de los católicos, ya
que era ilegal la propagación de religiones extranjeras, y a pesar de esto, la
comunidad laica continuó difundiendo el Evangelio y durante décadas buscó tener
un sacerdote en Corea. Por fin, en 1794, el Padre Chu Mun-mo (1752-1801),
sacerdote de la diócesis de Pekín, se convirtió en el primer sacerdote en este país.
Considerando los elementos mencionados, podemos claramente entender que el
catolicismo fue adoptado por propia elección en Corea y han sido los mismos
coreanos quienes han difundido, defendido y fortalecido la fe católica en su país.
La razón de esto pudiera ser el hecho de que esta religión rompe las barreras
existentes entre las clases sociales y también entre los sexos, predicando que
personas de cualquier estatus social y tanto hombres como mujeres pueden
reunirse y compartir un mismo lugar para alabar a Dios, lo que resulta liberador
para una sociedad limitada por las creencias del confucianismo.
La persecución de los católicos
Durante el siglo XIX, la iglesia católica sufrió una violenta persecución por parte
del gobierno de la dinastía Joseon, bajo el argumento de que la iglesia católica
rechazaba la tradición coreana de rendir culto a los ancestros. A partir de 1791, se
calcula que unos 10,000 coreanos fueron asesinados por su fe, en los cinco
periodos principales de persecución que abarcan casi un siglo. El primer informe
oficial de opresión, relata la dispersión de una reunión privada en 1785, en la cual
funcionarios del Ministerio de Justicia incautaron un crucifijo y otros objetos de una
casa, cerca de donde hoy se encuentra la Catedral Myeongdong.
Seis años más tarde, por primera vez el reino ejecutó a católicos por profesar su
fe, como fue el caso de los primos Pablo Yun Ji-chung y Santiago Lwon Sang-
yeon, quienes fueron denunciados por sus parientes por haber dejado de celebrar
los ritos ancestrales confucianos, lo cual se consideraba un acto escandaloso de
rebelión.
La persecución que duró casi un siglo produjo una gran cantidad de mártires,
entre los que se encuentran los 103 mártires coreanos canonizados por el Papa
Juan Pablo II en mayo de 1984, incluyendo el primer sacerdote coreano Andrés
Kim Taegon, quien fue ordenado en 1845 y martirizado en 1846. El Papa Juan
Pablo II, hace referencia a estos mártires en la audiencia del 16 de mayo de 1984,
posterior a su visita a Corea del Sur, donde menciona:
“los primeros cristianos coreanos encontraron resistencia por parte de la
religiosidad tradicional, lo que se convirtió en fuente de múltiples tormentos,
torturas y muerte por martirio de muchos de ellos. Las persecuciones comenzaron
pronto y duraron, en lugares diversos y con diversa intensidad, más de cien años.
Persecuciones particularmente sangrientas tuvieron lugar en 1801, 1839, 1846,
1866. Del número global de mártires coreanos, que se calcula en torno a los diez
mil, se conoce y está documentado el martirio de ciento tres personas, a las que
he tenido la dicha de inscribir a la vez en el catálogo de los Santos en Seúl, el 6 de
mayo, III domingo de Pascua. Figura a la cabeza de la lista Andrés Kim Taegon, el
primer sacerdote coreano, luego está Pablo Chong Ha-sang, luego vienen los
otros, calificados con la denominación común de “compañeros”
La última gran persecución, que terminó en 1871 acabó con la vida de ocho mil
católicos, aproximadamente. Durante las siguientes dos décadas la iglesia católica
logró recuperarse, de cierta manera, con el incremento de sacerdotes coreanos y
la llegada de congregaciones religiosas extranjeras, entre las que se encontraba la
primera congregación femenina, a la que se unieron cuatro mujeres coreanas, de
las cuales tres se convertirían en las primeras monjas de ese país. En 1899, se
proclama la libertad de religión en Corea y a partir de este momento la Iglesia
Católica comienza a desarrollarse con gran rapidez; establece seminarios para la
formación de sacerdotes en Corea, construye la catedral en Myongdong, emblema
de la religión católica en Seúl y crea parroquias en distintas partes de la nación.
Breve datos de Corea del Norte
En Corea del Norte, la libertad religiosa es nula y ficticia. Desde la separación de
las dos Coreas en 1953, Kim Il-sung comenzó una purga que no ha cesado hasta
nuestros días. El régimen construyó cuatro iglesias entre 1980 y 2007. La única
adoración autorizada es la que se le dio a … Kim Il-sung, fallecido en 1994, pero
definido como «presidente eterno» según la Constitución, y a sus descendientes.
Este dictador deificado provocó la Guerra de Corea, mató a todos los religiosos,
sacerdotes y cristianos que confesaban su fe. Protestantes y católicos fueron
sometidos a una persecución sin precedentes. Sin embargo, antes de la guerra, la
capital Pyongyang se llamaba «Jerusalén de Asia» porque había más de 100.000
cristianos allí. Un convento benedictino incluso fue destruido por el régimen
estalinista, que quería imponer su culto personal.
Los cristianos pueden ser descritos como «cristianos de las catacumbas».

Conclusión
La historia sobre la cual se desarrolla la cultura de Corea del Sur ha sido
complicada, pasando por épocas de guerra, represión y desigualdad. La fe de los
cristianos, tanto al sur como al norte del paralelo 38, se basa en el ejemplo, la fe y
la intercesión de sus mártires, los del pasado y los de nuestro tiempo, que sufren y
mueren en este mundo. ¡Un enorme campo de concentración llamado Corea del
Norte!
En conclusión, quisiera recordar las palabras del Papa Francisco durante su viaje
apostólico del 15 al 18 de agosto de 2014, durante el cual beatificó a 124 mártires
coreanos: «Los mártires nos llaman a poner a Cristo por encima de todo y ver las
cosas de este mundo en relación a él y su reino eterno. Nos empujan a preguntar
si hay algo por lo que estaríamos dispuestos a dar nuestras vidas».

Bibliografía
PORTES, revista mexicana de estudios sobre la Cuenca del Pacífico Tercera
época. Volumen 16. N 31. Enero / Junio de 2022 • Colima. México.
Agenzia Fides (2017) En el Vaticano la historia de la iglesia coreana. Agenzia
Fides. http://www.fides.org/es/news/62886-ASIA_COREA_DEL_SUR_En el
Vaticano la historia de la iglesia coreana.

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