Está en la página 1de 3

NOTAS

Salvador Rueda Smithers

Salvador Bernabeu (coord.)


Historia, grafía e imágenes de
Tierra Adentro. Nueve ensayos
sobre el norte colonial
doctorantes en historia de Zacatecas. tera norte mexicana. Es la propuesta
México, Archivo Municipal de Saltillo,
Se trata de un intenso ejercicio histo- de nueve historiadores curiosos de su
Doctorado en Historia Conacyt/INAH/
riográfico, que fortalece a los posgra- genealogía intelectual así como de la
Gobierno de Zacatecas, Consejo Superior
duados en las ortodoxias de la heurís- historia del septentrión. Por qué y
de Investigaciones Científicas de España,
tica y hermenéutica, dos ramas básicas cómo sabemos lo que hoy sabemos de
Institutode Méxicoen España,'1999, 324 pp.
en la verdadera formación profesional. la historia colonial norteña, es e! obje-
En este sentido, en una sobria edición tivo principal de esta reunión de tex-
En una de sus seis propuestas para el que esconde bastantes sorpresas bue- tos; qué nuevos rostros se delinean lue-
próximo milenio, el escritor Ítalo Calvi- nas, e! libro referente a historia, grafía go de explorar archivos hasta hace poco
no explicaría que dentro del aparente e imágenes de! norte colonial cubre am- vírgenes, complementa su sentido.
desorden universal hay una zona lumi- bos aspectos de manera clara y, vale Bernabeu advierte en la introduc-
nosa que permite conciliar la concien- decido, con la puntualidad propia de ción que la tarea de historiar al norte
cia humana con el misterio tremendo la disciplina y la severidad en las au- de México tiene una dificultad espe-
del existir. La nota de Calvino puede las. Y no se trata, hay que decido, de cial, tan ardua como su propia geo-
fácilmente ser aplicada a la función de cierta gimnasia intelectual de princi- grafía. "Los espacios a analizar son in-
la historiografía: piantes imbuidos aún en los ambientes mensos; los tiempos, muy largos". Y
escolares. Por el contrario, los ensayos lo es menos por e! difícil acceso a las
El universo [...] se precipita irreme- que ahora se ofrecen dan cuenta de fuentes -que lo ha sido por años, di-
diablemente en un torbellino de en-
largas horas de trabajo en bibliotecas ficultad hoy mitigada por el trabajo
tropía, pero en el interior de este pro-
y archivos, y de una madurez fuera de intenso y sin flojedades de quienes han
ceso irreversible pueden darse zonas
de orden, porciones de lo existente duda. dedicado sus horas a la organización y
que tienden hacia una forma, puntos Dirigidos por Salvador Bernabeu, divulgación de los acervos documen-
privilegiados desde los cuales parece historiador especializado en e! pasado tales, como e! Municipal de Saltillo, que
percibirse un plan, una perspectiva. de lo que fueran los confines septen- ofrece ya una veintena de títulos e ins-
La obra literaria es una de esas míni- trionales del imperio, nueve estudio- trumentos de consulta, o los realiza-
mas porciones en las cuales lo exis- sos de la historia de esa amplísima re- dos en Zacatecas, Chihuahua y Duran-
tente cristaliza en una forma, adquie- gión en el periodo virreinal abordan go por los respectivos centros de! INAH.
re un sentido, no fijo, no definido, con seriedad distintos ámbitos de la Bernabeu escribió que las tareas de los
no endurecido en una inmovilidad realidad a partir de dos temáticas fá- doctorantes se dirigen a:
mineral, sino viviente como un orga-
cilmente identificables: la de la recons-
nismo. repensar la historia de las regiones del
trucción histórica propiamente dicha
En esta parcialidad ordenada, lo y la de la lectura de papeles, folletos y Septentrión Novohispano a partir de
libros que memoraban la realidad vi- un conocimiento profundo de sus ca-
que queda fuera es el azar. Nada, nin-
vida y hacían de ella un edificio habi- racterísticasgeográficas,de los proble-
gún sitio en donde ha habido interven-
table. Es, pues, por una parte, un vo- mas surgidos después de una exhaus-
ción del hombre, es dejado al devenir tiva búsqueda en sus archivos locales
sin más. Es la incuria, el olvido, lo que lumen que reúne los puntos de vista
que nos ofrecen un universo más cer-
crea las zonas de oscuridad. Y una de actuales sobre otros libros de historia, cano a las necesidadesy preocupacio-
las labores del historiador es su anula- sobre trabajos cuya influencia intelec- nes de las sociedadescoloniales,de un
ción. Textos como los que ahora se tual perfiló las opiniones y aun creó conocimiento suficiente de la historia
presentan perfilan las zonas de orden. estereotipos de lo que fueron las con- de la historiografía del Norte y la
Es éste un amplio trabajo colectivo ductas de los primeros pobladores no- apuesta por una sensibilidadhistórica
nacido de los afanes académicos de los vohispanos en lo que ahora es la fron- que supere los límites estatales y las

47
NOTAS

referenciasnacionales en beneficiode los escritos y escritores que se han ocu- y, al juzgar por los nueve trabajos que
marcosregionalesy trans-estatalesmás pado de! norte de la Nueva España, y ahora se presentan, no lo hacen con e!
apropiados para la elaboración de los e! de la reconstrucción histórica de una descuido de los revisionistas y repeti-
estudios. región que sumó bonanzas avaras con dores, ni quebrantan las reglas del
dureza cotidiana, de una historia que método tras una pluma extremosa y
El libro, asimismo, es oportunidad
no estuvo exenta de violencia y de opor- abusiva. Por e! contrario, con un bien
de fatigar nuevos caminos. El paisaje
tunismo político. En amplio desfile, li- ordenado bagaje teórico metodológi-
propiamente historiográfico norteño
bros concerniente a aristócratas, más co, con prudencia y sensatez, abordan
adolecía de los mismos defectos de la
supuestos que reales, que convenien- el problema desde su principio: co-
historia broncínea escrita en el resto
temente descansaban en la raíz de ár- mienzan por hacer un repaso crítico
del país, sumada a los estereotipos
boles genealógicos distinguidos, o de de los libros existentes, por identificar
construidos con paciencia y dedicación
héroes que tras la escritura de su his- corrientes de opinión, apuntando ha-
por corrientes norteamericanas que
toria adquirían una estatura que escon- cia sus coyunturas y rescatando sus vir-
pretendían entender y valorar e! pasa-
día sus proporciones humanas, llena- tudes. La meta es abrirse hacia una
do de los actuales estados de! suroeste
ron bibliotecas enteras en desmedro concepción histórica que explique y no
norteamericano y anteriormente ori-
de! conocimiento de una realidad aza- que juzgue. "La historia no es para re-
llas novohispanas y mexicanas. El
rosa y, por qué no decido, en muchas gañar a los muertos", dijo alguna vez
asunto no debe parecer bizarro: e! pa-
ocasiones atroz, realidad de hombres Edmundo O'Gorman.
sado de esa región resultaba extraño
y mujeres tenaces pero humildes que De entrada, los títulos de los nueve
al evolucionismo cultural anglosajón
buscaban sobrevivir a las hostilidades ensayos advierten el quebranto de los
dominante en el universo académico
naturales y sociales y no imaginaban preconceptos y sus secuencias inútiles
estadunidense; urgió a calificar y re-
ninguna trascendencia gloriosa. En ese para la explicación de la historia nor-
vestir de ropajes románticos aquella
catálogo de autores hoy puestos en e! teña. Por un lado, seis de los ensayos
historia; fue una forma de legitimar
banquillo, pocos escaparon a la tenta- proponen e! análisis heurístico que está
maneras de ser que existían tan sólo
ción de exaltar e! pasado y de inven- detrás de! conocimiento histórico re-
en la imaginación. Bernabeu ejempli-
tar hechos notables; esos pocos, aho- gional: un catálogo trisecular de auto-
fica con e! contraste:
ra, son aceptados como clásicos de la res es revisado minuciosamente para
una historia de las fundaciones his- historiografía norteña. descubrir circunstancias y motivos que
panas en el Septentrión, con aires No fue una labor banal la que se traslucen subjetividades inconfesadas de
marcialesy triunfalistas, viene siendo emprendió: desenmascarar falsedades sus autores. Por e! otro, tres espléndi-
más que complementada con aque- o inexactitudes interesadas es tarea dos ensayos ejercen la reconstrucción
llos núcleos arrasados o fracasados; sencilla. No lo es tratar de entender- histórica apoyándose en perspectivas
un mapa misionero de las mismas las. En este caso, los viejos historia- acordes a las necesidades de compren-
áreas oculta a menudo multitud de dores norteños no quisieron engañar, sión actuales. En estos tres trabajos se
cambiosocasionadospor la mala elec- tan sólo vieron el pasado de modos revelan ritmos de vida, jornadas labo-
ción de los lugares, los cambios'eco- que hoy nos parecen poco convenien- rales marcadas por climas extremosos,
lógicos o la presión de indios y élites. tes, limitados o inverosímiles. Aque- problemas políticos, devociones que
Además,las fronterasentre civilización
lla era verdad aceptada; hoy, su duda dan nomenclaturas al calendario y lógi-
y barbarie se han vuelto más cristali-
permite reconstruir e! pasado sin el peso cas a los espacios cotidianos, problemas
nas para vislumbrar indios "salvajes"
más occidentalizados de lo que se muerto de antiguos vicios. Este libro políticos centrados en pocos apellidos
pensaba y súbditos del rey cuyas for- es, en fin, muestra de la desprejuiciada y una imprecisa geografía y, finalmen-
mas de vida eran parecidas a las de actitud frente al pasado propio, despre- te, e! perfil de un desigual imaginario
los pueblos indios que los rodeaban. juiciada y sin más temores que la mala novohispano, cargado tanto de supers-
aplicación en los métodos de investi- ticiones religiosas como de fervores y
Ciertamente, aun sin proponerlo, gación. desmesuras barrocas, hasta ahora ya
este conjunto de ensayos desmitifica a Así pues, los historiadores modernos olvidadas.
historias e historiadores por un doble de! septentrión novohispano enfrentan Juan José Rodríguez estudia al in-
camino: e! de las lecturas analíticas de un horizonte todavía poco explorado. dio creado por dos mentalidades con-

48
NOTAS

temporáneas, pero no vecinas, en su García, quien demora sus explicaciones gaciones nuevas, que detallen las parti-
ensayo "La imagen del indio en las cró- en el recuento de las circunstancias que cularidades del hombre del campo y de
nicas del noroeste novohispano": una, dieron sentido a aquellas crónicas en sus unidades de producción en el con-
dibujada por la imaginación caballe- el siglo y medio de las misiones, o las texto social específico del norte.
resca de Baltasar de Obregón, y otra totalizadoras del nacionalismo optimis- Mariana Terán Fuentes ofrece un
por la visión casi moderna y sosegada ta del positivismo decimonónico. texto poco convencional que revela
de Antonio Ruiz, ambos cronistas del El tercer ensayo corrió a cargo del realidades hoy anuladas por el olvido.
siglo de la Conquista. Se trata de las mismo Salvador Bernabeu. Pulcro aná- Se trata de la complicada relación en-
historias que descubren intereses crea- lisis heurística de la influyente obra tre la música y sus mensajes junto al
dos por una ruda situación política, boltoniana a través del recientemente ejercicio de una lectura distinta que
vivida por la primera generación de traducido estudio de Albert Niesser, apela a metodologías de la semiótica y
criollos; pero sus diferencias hacen acerca de las misiones dominicas en la lingüística. El resultado, lo notará
sospechar a Rodríguez no tan sólo dos Baja California durante el último tra- el lector, es el dibujo de una mentali-
concepciones del mundo bien distin- mo colonial. La intención de Bernabeu dad propicia a las lecturas alegóricas
tas,sino la lectura de fuentes a la mano es revelar los mecanismos de explica- de la emblemática, pero más cercana
en una Nueva España al tanto de las ción histórica. Mostrar "la relación a nosotros de lo que en principio acep-
publicaciones europeas. El indio se entre los acontecimientos escogidos taríamos.
devela como ente muy alejado de las por el autor y las herramientas que Laura Gemma Flores -en el ensa-
costumbres "civilizadas" del cristianis- permiten hacerlo inteligible". Nada de yo más extenso-, Jesús Eduardo Car-
mo de! siglo XVI, pero su perfil particu- árido tiene este ensayo, a pesar de que doso y Antonio Irigoyen, sin eludir el
lar depara una sorpresa para el lector. ciertos propósitos pudieran orillar al análisis heurística que caracteriza este
No es la menor aquella que valora la recuento de una vasta nómina de au- libro, recrean parte de la realidad za-
conducta cortés de tintas medievales y tores norteamericanos que inventaran, catecana durante el periodo barroco.
su parentesco formal con e! moralismo hace ya media centuria, una Califor- Son relatos, en realidad deliciosos,
liberal del siglo XIX, que reviste a la nia bucólica. Por el contrario, es un acerca de los efectos de los fervores
austeridad de humildad cristiana. texto útil tanto para los curiosos del religiosos como práctica social alta-
Fernando Gracia García ensaya una californiano como para aquellos que mente protocolarizada. Más de una
comparación útil para comprender el quieran ejercitarse en el difícil arte de felicidad depara al lector la narración
edificio mental que sustentaba el sa- la heurística. de las jerarquías de los santos en los
berse norteño. Dos obras, separadas "Las misiones del Río Grande del muchos altares del mineral, sus devo-
por cerca de un siglo y medio; dos au- norte: espacio y forma", de Víctor Raúl ciones estamentales, las simpatías y
tores en los que media una verdadera Ruiz García da cuenta de las parcia- rechazos casi volitivos de acuerdo a los
revolución intelectual: la Crónica de les, pero importantes huellas de Bolton hombres en el poder o las azarosas cir-
Propaganda Fide de la Nueva España, y de sus muchas veces extremosos se- cunstancias de una naturaleza hostil, o
publicada en 1746, del fraile Isidro guidores en la idea de la frontera de la el entramado de sobreentendidos que
Félix de espinosa, y Apuntes para la Nueva España. Mediante la consulta de generó el incendio de la imagen del
Historia Antigua de Coahuila y Texas, del fuentes de primera mano, Ruiz amue- Cristo crucificado en la cuarta década
jaliciense Esteban L. Portillo, impresa bla un mundo que aparecía casi vacío del siglo XVIII.
en 1886. Además del análisis de con- de sucesos y testimonios documenta- Sin duda, mucho gana el Doctora-
tenido propiamente histórico de am- les. Por su parte, Edgar Hurtado, en do de Zacatecas con este libro, y con
bas obras -ahora insuficiente aunque su "Aproximación al estudio de las so- la atenta edición de Carlos Valdés y
valioso-, detrás del texto de Gracia ciedades rancheras" coloca en la ba- sus cofrades de Saltillo. No me resta
García es posible identificar a los lec- lanza las definiciones y los lugares co- más que señalar que la publicación His-
tores de los siglos XVIII y XIX. Pero so- munes utilizados para delinear a la toria, grafía e imágenes de Tierra Adentro
bre todo se descubre a un lector ideal, población norteña. Hurtado propone deberá leerse con la mente abierta,
inimaginable al momento en el que las que la relación entre realidad histórica ejemplo del diseño bien preparado de
obras fueron facturadas: ese lector es el y conceptualización historiográfica de- una zona de luminosidad más sospe-
historiador moderno, el mismo Gracia berá ser discutida a la luz de las investi- chado que conocido.

49

También podría gustarte