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Historia regional e historia nacional

Letida Reina

En este ensayo se pretende analizar algunas


cuestiones metodológicas sobre la producción
aspectos de la realidad en los cuales están
inscritos o la relación que guardan con otros
de la historia regional y la historia nacional. espacios socioeconómicos. En el mejor de los
Para ello se partirá de un símil que presentan casos, existen otros estudios "regionales" en
las artes gráficas: la cuestión de la "figura" y el donde la historia nacional sólo aparece como el
"fondo". Douglas R. Hofstadter, profesor de contexto o el fondo del cuadro.
Ciencia de la Computación de la Universidad
de Indiana, analiza el contenido de una ilus-
tración y señala que cuando una figura está Balance historiográfico
dibujada en un cuadro, por ejemplo una forma
humana o una naturaleza muerta, este "espa- Desde hace poco más de veinte años se puso de
cio positivo" tiene como consecuencia inevita- moda la historia regional. Para ser más exac-
ble una forma complementaria, es decir, el tos, fue el maravilloso libro Pueblo en vilo.
resto del cuadro, llamado fondo o "espacio Microhistoria de San José de Gracia la llama-
negativo". La mayoría de los dibujos no tiene da de atención a los académicos para que se
una relación figura-fondo, o esa relación no tie- interesaran por aquellas historias locales, del
ne especial importancia para el artista, pues terruño, de la patria chica, historias menudas
se interesa más por la figura que por el fondo, o parroquiales, como las denomina su autor
dado que el tratamiento de este último está, Luis González. 2
por lo general, dominado por la necesidad de En un balance historiográfico, la historia
hacer destacar la figura. El tratamiento del local es más cuantiosa que la historia nacional,
fondo está "dominado" por una especie de im- simplemente porque siempre ha existido y
posición de la figura misma. En este sentido el porque en casi todas las localidades del país
fondo no es más que la consecuencia de la fi- siempre ha habido alguno o algunos letrados
gura. 1 interesados en contar o reconstruir la historia
El símil no es forzado. Llevado al terreno de su terruño. Por lo regular son historiadores
historiográfico parece que éste ha sido el pro- diletantes, de formación jurista o simples no-
blema de muchos trabajos que son presenta- tables del lugar, que por lo mismo tuvieron la
dos como historias regionales. Se ha privile- fortuna y oportunidad de ilustrarse en las
giado en ellos el análisis de un fenómeno como letras. Los resultados han sido historias na-
la figura de un cuadro, sin importar otros rrativas, efemérides, recolección de leyendas o

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hazañas y hasta colecciones de documentos de La producción de estudios históricos en los
los archivos 10ca1es. Los trabajos pueden ser últimos veinte años está marcada por el cues-
interesantes o aburridos, trágicos o heroicos, tionamiento de la utilidad, el método y la
pero siempre prestos a recordar y revivir la validez de las ciencias sociales, sobre todo
memoria de hechos que pertenecen a la locali- debido a la irrupción que el marxismo hizo en
dad, y con los que sus habitantes se identifican las universidades y centros de investigación a
por la cercanía de los personajes y del entor- partir del Movimiento Estudiantil de 1968.
no donde se desarrolla la historia. Cuestión Desde ese momento, se distinguieron clara-
fundamental en la vida de una localidad y que mente dos líneas de investigación: una inspi-
la historia nacional no ha podido proporcionar. rada en el materialismo histórico y otra de tipo
Durante dos décadas Luis González ha in- neopositivista. Más adelante se explicará la
vitado a hacer microhistoria, aunque pudiera diferencia entre ellas y sus consecuencias.
no ser exactamente lo mismo que la historia re- Durante la década de los años setenta se
gional. Sus escritos, elaborados de manera hicieron estudios de historia general de México
magistral, literaria y amena han arrojado mu- o estudios temáticos con un enfoque marxista,
cha luz sobre este asunto y están en la misma siempre buscando conocer y divulgar las cau-
línea de análisis. 3 Sin embargo, no es sino has- sas de la explotación de unas clases sociales
ta hace diez o quince años que la historia regio- por otra. Los nuevos modelos teóricos que se
nal se puso de moda, proliferaron los estudios utilizaron en estas investigaciones proporcio-
y cobró rango de "ciencia". De entonces a la naron diferentes reinterpretaciones, genera-
fecha, los académicos institucionales han re- les o particulares, de la realidad social de la
flexionado y teorizado sobre este quehacer, tan historia de México. Ello era necesario para en-
viejo como las sociedades mismas, pero toda- tender la realidad que se estaba viviendo (en
vúi no queda muy claro, o no se ha llegado a un México y en todo el mundo) y que los modelos
acuerdo sobre lo que es la historia regional. tradicionales de análisis no explicaban satis-
En las discusiones académicas se ha ensal- factoriamente. La simple existencia de esta
zado la historia regional, quizá de manera nueva corriente historiográfica resultó una
exagerada y por lo general en contraposición a crítica a la manera como se había hecho hasta
la historia nacional. De manera exagerada, entonces la historia nacional y especialmente.
pues aunque es verdad que la historia nacional a las conclusiones a las que se llegaba. Esta
tiene bien merecida la mayoría de las críticas "Historia Patria" resultaba de oropel, parcial,
que se le hacen, la multitud de estudios de justificaba la explotación, el centralismo, el
historia k'egional no ha cumplido, en gran par- despotismo, siempre a partir de la creación de
te, el cometido que se había propuesto. Es héroes y de "símbolos integracionistas que ar-
decir, no ha cubierto las expectativas del rigor ticulaban al país desde el centro". La historia
metodológico que hoy exige la academia, ade- oficial -que no es lo mismo que las historias
más de que han perdido el candor y belleza de generales de México- construyó un pasado
la narrativa local y la función social de las sustentado en acontecimientos pretendida-
historias del terruño. Cabría preguntarse si to- mente nacionales porque, como bien señala
do lo que se designa como historia regional, Enrique Florescano, "habían impulsado la in-
realmente lo es. Lo primero que salta a la vista tegración política del país, y en esa medida
es que, o se engloban en este término muchos ignoró o distorsionó los procesos regionales".4
trabajos que no son historias regionales, y que Por su parte, los nuevos análisis provistos
tal vez nunca pretendieron serlo, o bien que a por los marcos teóricos y conceptuales que se
pesar de todos estos años de reflexión -por lo generalizaron en los medios académicos du-
menos una década de análisis sistemáticos-, rante la década de los setenta, no siempre
no se ha logrado delimitar lo que es y cómo se lograron construir una nueva visión de la his-
hace una historia regional. toria nacional. Las más de las veces se queda-

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ron en reintel'pretaciones de los trabajos rea- industria ha jugado un papel importante. Y
lizados por los clásicos de la historia de México, habría que agregar, por su importancia, los
los cuales, aunque eran fuertemente critica- estudios de instituciones.
dos, servían de nutrientes básicos a la mayoría Sin embargo, se debe señalar que si bien
de los nuevos estudios. El problema consistió toda esta producción de historia con adjetivos
en que los análisis basados en modelosmarxis- ha sido abundante, no toda tiene la misma ca-
tas eran aplicados a un viejo conocimiento de lidad y los mismos métodos de análisis. Exis-
los hechos que respondía a otras necesidades ten buenos estudios empresariales,sectoriales
teóricas y sociales. Por tanto, los estudios re- y de instituciones, con diferentes enfoques,
sultaron importantes pero esquemáticos, nove- sean funcionalistas, estructuralistas o última-
dosos pero anquilosados en cuanto aportación mente culturalistas. Pero también es nece-
de datos que explicaran procesos concretos y sario decir que proliferaron los trabajos que
particulares de la realidad mexicana. Cum- podríamos denominar de fenómenos particu-
plieron, sin embargo, una función social muy lares o estudios de caso. Estos últimos se res-
destacada, inscrita en la crítica de la sociedad tringen a un espacio y un periodo muy corto y
global mexicana. suelen estar desarticulados de su contexto, lo
Sin embargo, pronto apareció la necesidad cual ha provocado la atomización del conoci-
de acudir de nuevo a las fuentes, y los investi- miento. Esta producción no es representativa
gadores, al salir del cubículo, se toparon con de una especialización temática; simplemente
una documentación rica en devenires históri- se trata de reconstrucciones de lo particular
cos particulares, complejos, diversos, a veces por 10 particular mismo, sin ningún vínculo
contradictorios y con realidades heterogéneas con la sociedad global en la cual se desarrollan.
demarcadas regionalmente. Al percatarse de La historiografía temática y por sectores con
esa complejidad y diversidad de procesos, las un enfoque marxista, la cual se produjo duran-
historias generales tendieron a convertirse en te la misma década de los setenta, fue trascen-
empresas colectivas y la gran mayoría de los dente y cumplió su cometido al rendir cuenta
investigadores restringieron el espacio del de nuevos procesos, descubrir nuevos actores
análisis a unidades más pequeñas denomina- sociales y permitir ver en la historia el sentido
das "regiones", con el objeto de aprehender la presente. No sólo se encontraron diferentes
dinámica y lo particular de los procesos concre- respuestas a la "historia ¿para qué?",6 sino
tos. que, al rescatar a diferentes grupos de las
Estas re interpretaciones de la historia de clases popuJares como objetos de la historia,
México se produjeron más o menos a la par del muchos historiadores entraron en permanen-
desarrollo de la historia con adjetivos, que te diálogo con el presente. 7
también llegó de ultramar y de los Estados La última década, la de los ochenta, se
Unidos: la historia económica, la historia podría caracterizar por el "boom" de lo regio-
social y últimamente la historia de las menta- nal. En resumen, a esto han contribuido dife-
lidades o de la vida cotidiana. El balance his- rentes factores: a) la necesiaad de enriquecer
toriográfico descubre una prolijidad sorpren- modelos teóricos; b) una crítica a las historias
dente; difícilmente una sola persona podría generales que no reconocían la diversidad de
inventariar los trabajos que se escribieron en las regiones; c) la necesidad de conocer proce-
este sentido. Por lo pronto, es posible utilizar sos específicos y que sólo podían ser aprehen-
la caracterización que hace Van Young de la didos en realidades pequeñas; d) el esfuerzo
producción de historia agraria. El agrupa los emprendido por muchos académicos -apoya-
estudios en historia empresarial, sectorial y dos y financiados por organismos estatales-
regional. 5 Esta clasificación también podría ser para organizar y catalogar los archivos nacio-
válida para la historia industrial, o para la de nales, estatales, municipales y parroquiales,
los ámbitos o espacios del país en donde la dando acceso a ellos, y e) sobre todo, el impulso

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y apoyo en la formación de centros de docencia fuera más que la expresión política del "re-
e investigación en los estados de la República. 8 gionalismo"lo que luchaba contra las fuerzas
centrípetas que trataban de imponer un pro-
yecto de nación.
El regionalismo: siglo XIX y crisis Visto así, se comprende mejor cómo los pro-
de la sociedad actual yectos de modernidad, de secularización de la
sociedad y de consolidación de un Estado-
El desarrollo de los estudios regionales está Nación se impusieron con tiempos y ritmos
sustentado en la coincidencia de dos factores: distintos en las diversas regiones del país. El
las características propias de la historia del regionalismo expresaba la fuerza aglutinado-
siglo XIX y la necesidad de respuesta nacida ra de las oligarquías provinciales y la identifi-
de las crisis sociales a las que el país entró cación de los intereses de los grupos sociales
desde finales de la década de los sesenta. que habitaban un espacio delimitado, que de-
La historia del siglo pasado fue un laborato- mandaban autonomía o por lo menos respeto
rio perfecto para el análisis de las particulari- frente al pacto federal. 11
dades regionales, ya que fue en este periodo de El otro factor que contribuyó decisivamen-
la historia de México cuando apareció con te al auge del estudio de la historia regional
mayor claridad la diversificación de los proce- fue la larga serie de crisis que se inició a fines
sos de cada región. Ahí se buscaron las res- de la década de los años sesenta del presente
puestas. siglo y que se mantuvo durante los años seten-
La disolución de la administración colonial ta. Una de las más connotadas manifestacio-
provocó el fraccionamiento de los poderes y, nes de esta situación fue la explosión, por así
aunque el clero y el ejército mantuvieron su decirlo, de los movimientos estudiantiles, cam-
organización corporativa en toda la joven na- pesinos, obreros y de colonos. 12 Fueron múlti-
ción, ellos no fueron capaces de mantener el ples los testimonios regionales de protesta, y si
control del territorio en su conjunto ni de bien muchos se dieron de manera desarticu-
organizar a la sociedad. El poder se cimentó en lada, todos apuntaban a cuestionar las políti-
caudillos y caciques capaces de controlar la cas estatales o centralistas que poco atendían
tierra y la población de espacios determinados, a las necesidades de cambio de la provincia y
fundando lo que Gramsci llama "poderes rea- de los diferentes sectores sociales que confor-
les". En alianza con la fuerza social más im- man la sociedad nacional. Por su parte, las
portante del siglo, los campesinos, caudillos y burguesías locales no han dejado de expresar,
caciques -verdaderos personajes centrales de y cada vez con más fuerza e insistencia, su
la historia decimonónica- constituyeron po- interés por obtener mayor autonomía o por lo
deres regionales autónomos que, en muchos menos mayor espacio de acción y de reconoci-
casos, devinieron en entidades federativas. 9 miento en la estructura de poder hasta hoy
Los procesos económicos se dieron más en centralizada.
función de la dinámica y composición de las No es fortuito que en esos años se haya
fuerzas sociales regionales que de factores desarrollado el interés por los estudios regio-
provenientes de una supuesta sociedad nacio- nales en el ámbito académico. La politización
nal. Las particularidades de las clases domi- que experimentaron muchos académicos de
nantes de cada lugar, la composición étnica y provincia y de la ciudad de México, por la
los recursos naturales hacían que la economía vivencia de movimientos sociales contestata-
dependiera de dichos procesos locales. De ese rios frente al poder central, fue un estímulo
modo, se fueron construyendo espacios he- para investigar y reflexionar los problemas
terogéneos de poder, se diversificaron las eco- desde la óptica regional. 13 Pensar los proble-
nomías y se profundizaron las diferencias cul- mas históricos desde las necesidades presen-
turales, haciendo que la famosa anarquía no tes, y sobre todo desde diferentes ámbitos del

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país, se convirtió en una fuerte crítica a la el tiempo. Aquí es donde entra el factor espe-
historia oficial. Lo lamentable fue que lo na- cíficamente histórico. Las acciones de los hom-
cional se rechazó como si fuera sinónimo de bres y en especial las relaciones sociales que
centralismo y se repudiaron las historias gene- los hombres establecen entre sí, cambian a
rales. través del tiempo y no se desarrollan, necesa-
riamente, en un espacio constante. Por ejem-
plo, un mercado puede cambiar el tamaño de
¿Qué es la región? su área de influencia en diferentes momentos,
o bien, la extensión geográfica que alcanza una
Quizá los geógrafos fueron los primeros cientí- rebelión campesina cambia bajo diferentes
ficos que trataron de definir lo que es una circunstancias. Las regiones son históricas y
región. A ellos les han seguido economistas, se extienden o distienden según el fenómeno
antropólogos, sociólogos y estadígrafos. Las y la época en la que las estudiemos. Es decir,
diferentes defmiciones y regionalizaciones que una región puede cambiar su extensión de
se han hecho del territorio mexicano han de- acuerdo con los cambios de las relaciones que
pendido de las variables tomadas en cuenta los hombres establecen tanto al interior como
en cada caso. Luego entonces, parece que se al exterior de un grupo.
trata más de un concepto que de una realidad, Ahora bien, lo regional está delimitado por
y como dice Ignacio del Río, se trata de un los fenómenos estudiados, aunque los aspectos
término tan "genérico y tan vago que lo mismo con los que se articula pueden ser tan amplios
se utiliza para aludir a todo un continente que como sus relaciones o dependencias con diver-
a una pequeña localidad". Entonces ¿qué es sos grupos sociales, que involucren otras lo-
una región? calidades, unidades productivas, entidades
Van Young sostiene que es necesario definir fe-derativas, Estados y naciones. Por ejemplo,
el concepto antes de empezar a recolectar si estudiamos una región cafetalera, no pode-
información al respecto, a pesar de que en la mos constreñimos a los factores de la produc-
realidad se ha procedido a la inversa. Frecuen- ción del nicho ecológico, sino que tendremos
temente el concepto de región ha sido más el que ver las políticas agrícolas nacionales, las
producto de la reflexión sobre los resultados de relaciones comerciales con los países a los
una investigación de un lugar determinado, cuales se exporta y hasta la cotización del
que la consecuencia de una definición previa. precio del café en la Bolsa de Valores de Nueva
Es así, como señala el mismo autor, que las York. Como este ejemplo, podríamos dar otros
regiones son más bien hipótesis a demostrar.1 4 sobre fenómenos sociales o políticos.
El creciente interés por los estudios regionales Bajo estos parámetros metodológicos po-
ha estimulado y obligado a los historiadores, dríamos preguntarnos si a todos los trabajos
desde hace varios años, a teorizar sobre esta que se han producido en los últimos diez o
área del conocimiento. Pero parece que el con- quince años los podemos considerar como histo-
cepto de región se nos sigue escapando de entre ria regional. Me parece que muchos de estos
las manos. Por ello quizá sea mejor tratar de trabajos han tratado temas específicos o fenó-
describirlo antes que defmirlo. menos muy particulares y en periodos muy
Por principio, hay que señalar las impli- cortos. No son historias regionales: más bien se
caciones metodológicas que encierra el concep- trata de enfoques regionales de los fenómenos,
to de región. El común denominador en toda con un método particular de análisis histórico.
regionalización es el espacio. Es decir, se trata Son valiosos porque describen con fineza y pro-
de un área o de una dimensión espacial en fundidad las particularidades de algún aspec-
donde ocurren los hechos. Sin embargo, cuan- to de la vida de una región, además de estar
do hablamos de acontecimientos, de las accio- sustentados en las fuentes documentales dellu-
nes del hombre, entendemos que se sitúan en gar, pero en muchos casos están descontex-

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tualizados: no se analizan las articulaciones rias de hombres que se vuelven héroes mitoló-
que tienen con otros fenómenos y con otras re- gicOS".17
giones. Se trata de una forma particular de abor- Lo primero que llama la atención de la
dar y bordar la historia a la que podríamos historiografía oaxaqueña de los últimos años
denominar "visión regional" de los hechos. 15 es que el periodo colonial y el siglo XIX lo han
Existe otro tipo de investigaciones, las me- trabajado fundamentalmente investigadores
nos, que han hecho análisis globales o totales norteamericanos y en menor medida los nacio-
de una región. Por citar dos ejemplos: Pueblo nales. En c~bio, el periodo de la Revolución
en vilo y Resistencia y utopía. 16 El primer libro y los años siguientes están tratados básica-
trata de una localidad y el segundo de una mente por investigadores oaxaqueños.
provincia. Aunque cada uno con una concep- La mayoría de los trabajos sobre Oaxaca no
ción teórica y metodológica distinta, en ambos trata a la entidad federativa como una unidad
se analizan los diferentes aspectos de la vida de análisis, ya que son varios los problemas
política, económica, social y cultural, así como que se presentan. El estado suele dividirse en
la forma en que se articulan, no sólo con su ocho regiones, con grandes diferencias geográfi-
entorno, sino con el país y el mundo en el que cas y culturales; en ellas habitan, por lo menos,
están inscritos y se relacionan. En sentido es- dieciséis grupos étnicos, con lenguas distintas
tricto, ninguno de los dos estudia una región y con procesos diversos de conformación e
geográfica, y justo por ello nos sirven para integración a la sociedad global, no sólo con
hacer un planteamiento más radical: la región, formas sino con ritmos muy particulares. Pero
en los estudios históricos de larga duración, sobre todo, quizá la desarticulación económica
está definida y determinada por el tipo de en que vivieron estas regiones desde las Refor-
relaciones sociales a estudiar, y no por sus mas Borbónicas hasta aproximadamente media-
características geográficas. Por tanto, el análi- dos de este siglo, represente el mayor proble-
sis global y de larga duración que hacen las dos ma metodológico y de fuentes con el que se topa
obras mencionadas formula, implícitamente, el historiador. Es por esto que casi todas las
un modelo metodológico para hacer investiga- investigaciones se refieren a una determinada
ción sobre historia regional. región, y entre ellas dominan los estudios que
se han hecho para la Mixteca y para los valles
centrales. Esto se debe a la riqueza de las
Balance historiográfico de Oaxaca fuentes documentales y a la cercanía con cen-
tros rectores. También existen estudios de las
Es útil hacer un breve balance historiográfico sierras, de la costa y del Istmo, pero son esca-
de un lugar como puede ser Oaxaca a través de sos. Existen buenos ejemplos de historia re-
algunos de sus trabajos de reciente aparición, gional, sólo por citar algunos mencionaremos
antes de sugerir algunas líneas metodológi- el trabajo Campesinos y reformas: la Mixteca,
cas para la investigación en historia regional. 1700-1856, de Rodolfo Pastor, Embriaguez,
Aunque no tiene sentido medir la producción homicidio y rebelión, de William Taylor, o
historiográfica por el número de trabajos pu- Política y comercio en el sur de México 1750-
blicados, resulta notorio que la producción de 1821, de Brian R. Hamnett, los cuales, sibien
estos trabajos sobre Oaxaca sea menor compa- tienen temas aparentemente muy particula-
rada con la de otros estados de la República. res, no por ello dejan de analizar los diferentes
Aun así, sólo me referiré a trabajos que se han elementos con los cuales están interrelaciona-
realizado en los últimos veinticinco años, ya dos. De tal suerte, desde ópticas y puntos de
que anteriormente predominaron los estudios partida diferentes reconstruyen el acontecer
tradicionales enfocados a describir aspectos de la región con una tendencia totalizadora. lB
políticos que destacaban "el culto a la perso- Los temas más estudiados se refieren a la
nalidad y las gestas o acciones extraordina- esfera de lo político, tales como el sistema

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constitucional, el municipio, el gobierno, los La obra Oaxaca. Textos de su historia, publi-
conflictos políticos --en especial la Revolu- cada también en 1990, es una antología en
ción-, las élites provinciales y la Iglesia vista cuatro volúmenes, compilada por Margarita
como institución de poder; en lo económico se Dalton, y un quinto volumen de síntesis his-
ha estudiado el comercio, la desamortización, tórica y cronología comparada elaborado por
muy poco las haciendas y la tenencia de la ella misma (Oaxaca. Una historia comparti-
tierra; dentro del ámbito social se han aborda- da). Los primeros volúmenes son una selección
do algunos cambios sociales y culturales como de textos ordenados en línea cronológica, que
producto de la modernización, así como los con- va desde la Independencia hasta 1930. Su ras-
secuentes conflictos y rebeliones indígenas. 19 go distintivo es la compilación minuciosa y
A pesar de las dificultades metodológicas erudita de los estudios clásicos de la historia de
para estudiar el estado' de Oaxaca como una Oaxaca. 22
región, en los últimos dos años se han publicado En síntesis, las tres obras recientes sobre la
tres obras que intentan dar esta visión de con- historia de Oaxaca muestran la posibilidad de
junto. Los tres trabajos son estudios de larga superar los problemas para reconstruir la his-
duración y tratan de explicar o de rendir cuen- toria de una provincia en términos de historia
ta de la variedad regional" de los factores regional. Asimismo, prueban que a pesar de la
económicos, sociales y políticos. No son re- diversidad geográfica, de la pluralidad étnica
petitivos sino complementarios en la medida y cultural de una entidad federativa, y de estar
en que tienen objetivos diferentes. Estos son desarticulados económicamente por un pe-
los siguientes: riodo largo de tiempo, los diferentes espacios
En 1988 se publicó la obra Historia de la económicos y culturales de una entidad se
cuestión agraria mexicana. Estado de Oaxaca, encuentran dominados por un sistema político
presentada en dos volúmenes y comprende local que controla al conjunto social mediante
desde la época prehispánica hasta 1986. En un corpus legal y admini~trativo propio y arti-
ella participaron nueve investigadores, cada culado por las redes de poder que generan los
uno como responsable de un periodo' de la his- grupos oligárquicos. 23 Aunque estos grupos
toria de Oaxaca. En el trabajo se pretendió res- luchen entre sí por la hegemonía política de la
catar al indígena y al campesino como sujetos entidad, fungen como cohesionadores del terri-
de la historia, a partir de sus problemas agrí- torio. Estos elementos conformarían una defi-
colas y agrarios. Se intentó analizar las mis- nición política de región. 24 El regionalismo
mas líneas temáticas en cada uno de los nueve sería, entonces, la manifestación política y cul-
periodos con el objeto de explicar los cambios y tural de las provincias contra el Estado centra-
las continuidades en el devenir de las diferen- lista, especialmente en épocas de crisis. 25
tes regiones de esta entidad federativa. 2O
Lecturas históricas del estado de Oaxaca,
publicada en 1990, en cinco volúmenes. El pri- Historia regional e historia nacional:
mero comprende el periodo prehispánico y dos enfoques
está compilado por Marcus Winter. Los otros
cuatro los compiló María de los Angeles Rome- Para volver a la relación entre lo regional y lo
ro y abarcan desde el periodo prehispánico nacional, regresaré al símil sobre las artes
hasta la Revolución en Oaxaca. Lo peculiar del gráficas planteado al principio del ensayo. En
trabajo es la presentación de textos elabora- el libro de Hofstadter ya citado, el autor distin-
dos en los últimos años y de ensayos hechos a gue dos clases de figuras: dibujos cursivos y
propósito para la ocasión. Es una excelente dibujos recursivos. Nos explica que la figura de
compilación que rinde cuenta de autores, re- los dibujos cursivos es aquella cuyo fondo es un
giones, temas y enfoques de lo que hasta hoy se mero accidente, pero que en una figura recur-
ha investigado sobre Oaxaca. 21 siva el fondo puede también ser una figura. 26

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De la misma manera, la historia regional y regreso a la antigua idea de Marc Bloch o de
la historia nacional no deberían ser cuestiones Lucien Febvre de hacer historia social, sínte-
distintas ni excluyentes. Estos dos enfoques, sis que integra los resultados de la historia
aparentemente distintos de la historia, deben demográfica, la económica, la del poder y la de
constituir un dibujo recursivo. En sentido meto- las mentalidades. Es decir, la historia total
dológico y dependiendo de cada historiador, a entendida como la historia de las sociedades
veces la figura puede ser lo regional y el fondo en movimiento. De tal suerte que la región se
lo nacional-léase general y no nacionalista-, convierte en un todo concreto y específico. 28
yen otras ocasiones lo nacional puede ser la fi- La región debe abordar el estudio de los
gura y lo regional el fondo, pero de manera re- grupos sociales como los actores y protagonis-
cursiva, y en donde ambos tienen su propio tas centrales de los procesos históricos, que in-
peso. teractúan en función de sus proyectos y las
El problema de la historiografía de fenó- circunstancias particulares que se les presen-
menos muy particulares y además descon- tan. Bajo esta concepción, los procesos históri-
textualizados es que han dado por resultado cos son el resultado de la acción de diferentes
la pulverización del conocimiento, lo cual a grupos o clases sociales que luchan por sacar
veces ha impedido hacer generalizaciones. adelante sus diversos proyectos económicos,
Como dice Alan Knight: "los estudios de caso políticos o culturales, y en esa interacción se va
no se integran fácilmente en síntesis globales; constituyendo y transformando el proyecto de
pueden estorbar tales síntesis. También las la sociedad global.
síntesis necesitan bases teóricas y, a veces, La investigación de una región permite sal-
éstas han sido insuficientes y hasta contra- var los problemas de las grandes teorías y de
producentes".27 La tarea de hacer análisis ge- los estudios que describen una localidad fuera
nerales es necesaria no sólo para la formulación de todo contexto. Es decir, resuelve el proble-
de una nueva historia general, sino también ma de lo general y de lo particular: en donde lo
para comprender las tendencias y dinámicas general explica poco de lo regional y lo particu-
nacionales que están influyendo sobre las di- lar no ayuda a analizar el conjunto de relacio-
ferentes regiones. Es decir, cada una requiere nes que se establecen con el exterior. Lo regio-
de la otra, no sólo para explicarse a sí misma, nal es un punto de contacto y de articulación
sino para explicar y comprender a la otra. Co- entre lo nacional y los estudios de caso, pero
mo en un dibujo recursivo, en donde tanto la con un estatus propio: se trata de explicar el
"figura" como el "fondo" tienen su propio signi- conjunto de relaciones sociales propias (inter-
ficado' pero además son complementarios y nas) y cómo se transforman por la influencia y
necesarios. relaciones que mantienen con regiones circun-
Historia nacional e historia regional no se dantes' con el país o con el mundo.
oponen. Es necesario dejar de condenar a la La región es una unidad de análisis con
historia nacional por lo que la historia oficial características estructurales propias y delimi-
y las visiones centralistas nos legaron, y hacer tada por el conjunto de relaciones sociales que
las buenas historias regionales que nos permi- establecen sus grupos sociales en un espacio y
tan comprender el devenir de nuestro país: en un periodo determinado. Por ello, los límites
como un todo, como una unidad de análisis de una región se extienden o se distienden en
mayor. el espacio según el fenómeno a analizar y el
momento histórico que se estudie. La especifi-
cidad del conjunto de relaciones y articulacio-
Propuesta metodológica nes al interior de una región la hace diferente
para el estudio de una región de otras, pero a la vez se encuentra articulada
con otros espacios regionales o nacionales.
Como historia regional, se debe proponer el Este planteamiento metodológico nos con-

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duce a comprender la dinámica de la sociedad De esta manera, la totalidad aparece como un
en una región, es decir, la interacción de gru- todo coherente, sistematizado y articulado.
pos sociales al interior y al exterior de un La dinámica social regional debe recons-
universo determinado. Así, es necesario su- truirse en tres sentidos: 1) hacer una descrip-
brayar que lo regional no sólo es reflejo de lo ción rigurosa y sistemática de contextos y
nacional, sino que a veces el primero conlleva situaciones en que viven los distintos grupos
procesos que le son distintos y a veces contra- sociales regionales, en relación a formas y prác-
dictorios a este último. De tal suerte que el ticas de lo social, económico, cultural y políti-
análisis nacional pueda rendir cuenta de la co; 2) explicar los procesos que han determi-
diversidad y heterogeneidad regional. nado las diferentes relaciones sociales y
Si además los estudios regionales se ubican económicas, para poder analizar las diferentes
en la larga duración, es posible combinar el manifestaciones de resistencia, lucha, adap-
análisis diacrónico con el sincrónico o lo estruc- tación o innovación con que los sujetos respon-
tural con las coyunturas, lo cual permite apre- den al cambio, ya sea en forma de ruptura o
hender los cambios y las continuidades. De transformación de sus sociedades, y 3) no sólo
este modo, se obtienen mayores bases para habrá que conformarnos con reconstruir el
comprender el presente y poder proponer al- pasado, sino que el análisis del devenir histó-
ternativas de desarrollo para el futuro. rico deberá ayudar a formular propuestas que
Desde esta perspectiva y tomando como permitan una reorientación del cambio social,
cuestión central la reconstrucción de la totali- para que los "planes de desarrollo" se convier-
dad, es necesario recordar lo siguiente: en un tan, de un elemento de expoliación, de fracaso
análisis regional no se debe estudiar el todo por de los proyectos modernizadores -de los que
el todo. A partir de un fenómeno o tema rele- hay muchos ejemplos en la historia de Méxi-
vante de una realidad, se analizan los diferen- CO-, en un agente de beneficio y fortalecimien-
tes aspectos que están interrelacionados, co- to social interno y de un desarrollo más huma-
mo un eje conductor o como columna vertebral. no e integral del país.

Notas

1 Douglas R. Hofstadter, Goedel, Escher, Bach: an 6 Alejandra Moreno Toscano, como,directora del Ar-
Eternal_ Golden Braid, Nueva York, Vintage Books, chivo General de la Nación (1976-19g2) invitó a varios
1979, pp. 67 Y 127. historiadores y escritores para discutir acerca de la
2 Luis González y González, Pueblo en vilo. Mi- función y del sentido de los archivos y de la historia. El
crohistoria de San José de Gracia, México, El Colegio de resultado de esta reunión se encuentra en: Carlos Pereyra
México, 1968. et al., Historia ¿para qué?, México, Siglo XXI editores,
3 Ibid., también véanse los otros escritos del mismo 1980.
autor en donde hace reflexiones metodológicas sobre la 7 Jean Chesneaux plantea CUle el análisis histórico
microhistoria y el quehacer del historiador. Luis permite definimos a nosotros mismos; su función es la
González, Invitación a la microhistoria, México, Secre- de permitir el diálogo entre el pasado y el presente y no
taría de Educación Pública, 1973; Luis González, MLa solamente se trata de recolectar datos que pertenecen a
sopa de archivo, maná de historiadores", Historia regio- un tiempo lejano. Véase Le mouvement paysan chinois
nal y archivos, México, AGN, 1982. 1840-1949, París, Editions du Seuil, 1976, p. 7.
4 Enrique Florescano, "Historia local, historia regio- 8 Para un recuento de la organización de archivos
nal y la formación política del país", Historia regional y estatales y de la fundación de nuevas institucionés de
archivos, México, AGN, 1982, p. 38. historia en provincia, véase José María Muriá, "Apun-
5 Eric Van Young, La ciudad y el campo en el México tes sobre el estado actual de la historiografía regional
del siglo XVIII. La economía rural de la región de Gua- mexicana", Panorama actual de la historiografía mexi-
da laja ra, 1675-1820, México, Fondo de Cultura Econó- cana, México, Instituto Doctor José María Luis Mora,
mica, 1989, pp. 13 Y 17. 1983, pp. 5-15. Un balance analítico de la historiografía

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regionalista mexicana se puede ver en una ponencia de 16 Luis González, op. cit., 1968; Antonio GarcÍa de
Pablo Serrano Alvarez, "Perspectivas de los estudios León, Resistencia y utopÚl. Memorial de agravios y
regionales en México~, ponencia presentada en la VIII crónicas de revueltas y profecÚls acaecidas en la provin-
Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos, cia de Chiapas durante los últimos quinientos años de su
San Diego, California, octubre de 1990. Sobre la impor- historia, 2 tomos, México, Ediciones Era, 1985.
tancia de la historia regional también véase Ignacio del 17 Margarita Dalton (comp.), Oaxaca. Textos de su
Río, "De la pertinencia del enfoque regional en la inves- historia, V vols., México, Instituto de Investigaciones
tigación histórica sobre México~, Históricas, Boletín del Doctor José María Luis Mora, Gobierno del Estado de
Instituto de Investigaciones Históricas, núm. 27, Mé- Oaxaca, 1990, vol. 1, p. 3.
xico, UNAM, diciembre de 1989, pp. 21-35; Sergio Ortega 18 Rodolfo Pastor, Campesinos y reformas: la Mixteca,

Noriega, "Proposiciones para la investigación y la ense- 1700-1856, México, El Colegio de México, 1987; William
ñanza de la historia regionalizada de México·, Históri- B. Taylor, Embriaguez, homicidio y rebelión en las
cas, Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas, poblaciones mexicanas, México, Fondo de Cultura Eco-
núm. 28, México, UNAM, enero-abril de 1990, pp. 35-42. nómica, 1987; Brian R. Hamnett, Política y comercio en
9 Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México el sur de México, 1750-1821, México, Instituto Mexicano
(1819-1906), México, Siglo XXI editores, 1980. de Comercio Exterior, 1976.
10 Para evitar confusiones, Eric Van Young define 19 No presento una lista de los trabajos que se han
regionalidad como la cualidad de ser de una región, y re- hecho sobre las diferentes regiones de Oaxaca porque
gionalismo como la identidad consciente, cultural, polí- recientemente se publicaron dos antologías en donde
tica y sentimental, que grandes grupos de personas desa- están ampliamente citados.
rrollan con ciertos espacios a través del tiempo. Véase: 20 Leticia Reina (coord.), Historia de la cuestión

Eric Van Young, "Haciendo historia regional. Considera- agraria mexicana. Estado de Oaxaca, 11 vols., México,
ciones metodológicas y teóricas", Anuario del Instituto de Juan Pablos Editor, Gobierno del Estado de Oaxaca,
Estudios Histórico-Sociales, núm. 2, Buenos Aires, Uni- Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y
versidad Nacional del Centro, 1987, p. 258. Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México,
11 Una explicación más amplia de los proyectos de 1988.
modernidad en los ámbitos de lo económico y de lo legal, 21 Marcus Winter (comp.), Lecturas históricas del

de los intentos de secularización de la sociedad, y del estado de Oaxaca, vol. 1, Epoca prehispánica, Colección
proceso de conformación hasta la consolidación de un Regiones de México, Instituto Nacional de Antropología
Estado-Nación a lo largo del siglo XIX, se encuentra en: e Historia y Gobierno del Estado de Oaxaca, 1990; Ma.
Leticia Reina, "Modernidad y rebelión rural", Estado, de los Angeles Romero (comp.), Lecturas históricas del
economÚl y sociedad. Siglo XIX, DEH-INAH, en prensa. estado de Oaxaca, vols. 11, 111 y IV, Colección Regiones
12 Una síntesis de los diferentes movimientos sociales de México, Instituto Nacional de Antropología e Histo-
acaecidos en la década de los setenta se puede ver en: ria y Gobierno del Estado de Oaxaca, 1990.
Mario Huacuja R. y José Woldenberg, Estado y lucha 22 Margarita Dalton (comp.), Oaxaca. Textos de su
política en el México actual, México, Ediciones -El historia, V vols., México, Instituto de Investigaciones
caballito", 1976. Doctor José María Luis Mora y Gobierno del Estado de
13 Jorge Zepeda Patterson señala lo siguiente: "Es Oaxaca, 1990.
significativo que la autorreflexión de una provincia o de 23 Leticia Reina, "De las Reformas Borbónicas a las
una región sobre ella misma se reafirma en los tiempos Leyes de Reforma~, Leticia Reina (coord.), op. cit., 1988,
de opresión y crisis, cuando el grupo se siente amenaza- pp. 181-267.
do y en peligro". Este autor tiene un magnífico análisis de 24 Francisco de Oliveira define y delimita la región en
los regionalismos a través de la historia, véase: "La su dimensión política. Dice así: "... el control de ciertas
nación versus las regiones", La Jornada Semanal, Méxi- clases dominantes 'cierra'la región. Esa dimensión polí-
co, 25 de enero de 1987; y "Los auges del regionalismo", tica no es una instancia separada de la economía; por el
La Jornada Semanal, México, 10. de febrero de 1987. contrario, es o será de la imbricación de las dos instan-
14 Van Young, op. cit., 1987, p. 257. cias que podrá surgir más completo el concepto que aquí
15 Mario Cerutti desarrolla los conceptos de "visión se propone, por lo menos en la tradición teórica del
regional" y de "enfoque regional" como parte de una marxismo. El 'cierre' de una región por sus clases domi-
metodología contrapuesta a los análisis centralistas. En nantes requiere, exige y solamente se da por lo tanto, en
este sentido estoy de acuerdo, pero yo no lo utilizo como cuanto esas clases dominantes consiguen reproducir la
sinónimo de historia regional. Véase: "Monterrey y su relación social de dominación, o más claramente las
ámbito regional (1850·1910). Referencia histórica y relaciones de producción. Y en esa reproducción, obsta-
sugerencias metodológicas", Secuencia. Revista Ameri- culizan y bloquean la penetración de formas diferencia-
cana de Ciencias Sociales, núm. 15, México, Instituto de das de generación de valor y de nuevas relaciones de pro-
Investigaciones Doctor José María Luis Mora, septiem- ducción. La apertura de la región y la consiguiente 'inte-
bre-diciembre, 1989, pp. 97-113. gración' nacional, en el largo camino hasta la disolución

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completa de las regiones, ocurre cuando ya no es posible volución mexicana", Secuencia. Revista Americana de
seguir reproduciendo la relación social, y por esa impo- CiencÍG8 Sociales, núm. 13, México, Instituto de Inves-
sibilidad se cuela la pérdida de hegemonía de las clases tigaciones Doctor José María Luis Mora, enero-abril de
dominantes locales y su sustitución por otras, de carác- 1989, p. 39.
ter nacional e internacional. Véase: Francisco de Oliveira, 28 Pablo Serrano dice que: *la definición de región
Elegía para una re(li)gión. Sudene, Nordeste. PlanifICa- involucra otro principio metodológico que todo regiona-
ción y conflictos de clases, México, Fondo de Cultura e lista debe poseer, como punto de partida y como constan-
Económica, 1982, p. 35. te del análisis, y que se refiere a la concepción de la región
25 Jorge Zepeda Patterson, op. cit., 1987. como un todo concreto y específico (no sólo en cuanto al
26 Douglas R. Hofstadter, op. cit., p. 67. escenario espacial, sino en cuanto a los fenómenos que se
27 Alan Knight, *Interpretaciones reci~ntes de la Re- amdizan o estudian)". Pablo Serrano, op. cit., p. 9.

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