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Analia Garcia
Massachusetts Institute of Technology
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All content following this page was uploaded by Analia Garcia on 31 January 2017.
lados por una institucionalidad cial que apela a diferentes significados: los
autoritaria y jerárquica. Para esta vecinos mestizos, el distante grupo seño-
tradición local un ensayo que anali- rial autodenominado la casta divina y la
zara el conflicto interétnico involu- presencia negada de los mayas circuns-
crado en la situación de contacto, criptos al mundo rural. Sobre este tras-
escapaba a los límites de lo que se fondo social es posible reconocer las con-
consideraba científico.” (2007: 62). secuencias de una expansión turística que
permite contrastar el tradicional centro
Aquí es posible poner en relieve parte de culto de Tulum y su posterior transfor-
de la significación del libro, en la medida mación en un centro atractivo a la
en que permite reconocer cómo, en el demanda turística, e incluso el mundo de
transcurso de la experiencia etnográfica, oposiciones regidos en la construcción de
las relaciones interétnicas se irán convir- Cancún:
tiendo el eje central de su trabajo profe-
sional. La experiencia narrada bajo la “Visitamos el centro de convencio-
forma de un libro de memorias permite nes de Cancún: es un enorme edifi-
dibujar el camino que el autor fue trazan- cio cuyo interior refleja todo lo que
do y las reflexiones críticas que las teorías el mal gusto y el dinero pueden com-
de la época lo enfrentaron con la necesi- prar. (…) En el suelo está arrodilla-
dad de abordar la problemática de la alte- do un hombre cuyo rostro se refleja
ridad en el contexto de un mundo desi- en la pulida pared de mármol
gual. Esta situación queda representada negro, su perfil de nariz aguileña y
en el encuentro que tiene años después frente oblicua parece reproducir las
del trabajo de campo realizado con los figuras de las zonas arqueológicas.
avá, cuando en una visita a su provincia Es el limpiador de los refulgentes
natal, encuentra sedentarizado al linaje pisos.” (2007:130)
que lo había adoptado en las selvas para-
guayas; o cuando bajo el lema “todos Vale decir entonces que Bartolomé
somos mexicanos”, mestizos y chinante- no elije el atajo reduccionista de exotizar
cos son englobados bajo una categoría la diferencia cultural y definir a los pue-
homogeneizadora que despoja a los pue- blos indígenas a partir de caracteres cla-
blos indígenas de representatividad polí- ramente reconocibles en tanto que aje-
tica frente a la construcción de una repre- nos a la cultura occidental. Por el contra-
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Reseñas y Resúmenes
sa. En ese caso, nada más significativo rio, la construcción de la diferencia per-
que el ingeniero, director del proyecto de mite poner en relieve dos cuestiones fun-
la obra, que agradece en nombre de los damentales. La primera de ellas es que
paisanos chinantecos la construcción de los sujetos a los que dedica su vida no son
la represa que, en el futuro próximo, ter- objetos pasivos de las relaciones de domina-
minó por inundar sus poblados. ción impuestas, sino que su universo cul-
En este sentido, una sensación acaba- tural permite poner en acción sus propios
da de la distancia social y la desigualdad marcos significativos para crear respuestas
es la referida a su experiencia en la ante las situaciones de desigualdad a las
Península de Yucatán, representada ésta que se ven sometidos. En este tenor, rela-
como un mundo aparte del resto de ta cómo los mapuche cruzan la
México, signada por una filiación provin- Cordillera de los Andes para los prepara-
Analía García y Sebastián Valverde | Librar el Camino...
tivos del Nguillatum violando las fronte- cotidianas, lo que hace a estas imágenes
ras internacionales entre Chile y increíblemente reales, contundentes y
Argentina; el intercambio de personas más gráficas que cualquier concepto.
practicado entre los ayoreo en las misio- Pero a la vez estas reflexiones que en
nes que permitían adentrarse en la selva los diferentes capítulos se van delineando,
para continuar con sus prácticas tradicio- invitan también a una reflexión respecto
nales; la memoria chinanteca que retiene de su propia constitución como sujeto.
a los nahuales que sobreviven a los cam- Esto nos permite comprender que la alte-
bios impuestos, la ideología milenarista y ridad no nos escapa, ni nos es extraña,
mesiánica del pueblo maya que los man- sino que es la resultante de procesos que
tiene alerta para la guerra; y el manteni- nos involucran también como antropólo-
miento de un complejo espiral de violen- gos. En este sentido, Bartolomé traza
cia chatina como mecanismo liberador también un cruce con su propia historia
de tensiones internas y externas. personal en tanto que originario de la
La segunda consiste en el supremo res- provincia de Misiones. En sus fantasías
peto hacia estos pueblos sobre el que el de niño, esta provincia no sólo limitaba
autor construye la alteridad y compromete con Brasil y Paraguay sino también con
su trabajo. Tanto es así que reconoce que Argentina. La anécdota no es menor
no todo en la experiencia etnográfica es cuando construye su relación tanto con el
parte constitutiva de la información que mundo de la urbanidad porteña como
el antropólogo requiere para validar su con los pueblos indígenas; su familiari-
discurso. Por esta razón, cuando los avá dad con los trabajadores rurales como
de la selva paraguaya le otorgan un nom- con la lengua guaraní frente a la supuesta
bre propio en su idioma, y en tanto que homogeneidad argentina de inmigrantes
sus nombres eran reservados al conoci- “occidentales y cristianos”.
miento de los cohñone –genérico del De la misma forma, su autoadscrip-
blanco-, Bartolomé decide guardar reser- ción y la adscripción por parte de otros
va también respecto del suyo. En definiti- como argentino-mexicano –argenmex- lo
va, el respeto por sus “compañeros del convierte en un miembro de una catego-
alma” es de modo insoslayable la figura ría comparable a una minoría étnica - en
siempre presente en la problematización el mundo mexicano, que por una parte
de la alteridad. sincretiza diferentes vertientes regionales,
Este compromiso con los pueblos que y por otra le permite recurrir instrumen-
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Reseñas y Resúmenes
el autor manifiesta a lo largo de los dife- talmente a los polos de sentido que dicha
rentes relatos, junto con el estilo narrati- identidad sincretiza. La voluntad de resal-
vo que antes señalábamos de un libro de tar su propia alteridad en un libro de
memorias, es uno de los aspectos que memorias no se realiza sobre pretensiones
hacen a la obra sumamente atrapante y autoreferenciales sino más bien para
conmovedora. Este compromiso se evi- notar que cuando la subjetividad se con-
dencia al introducirnos en la cotidianei- juga con la objetividad es posible cons-
dad de los otros, y en definitiva en la pro- truir una etnografía en la que “la buscada
pia, imbricada en la de los pueblos con objetividad científica no se transforme en
los cuales ha convivido. Esto le posibilita un disfraz” (2007:21).
reflexionar acerca de diversas categorías A partir de esta reflexión sobre el pro-
antropológicas a partir de situaciones pio lugar del antropólogo es que nos lleva
Analía García y Sebastián Valverde | Librar el Camino...
Reseñas y Resúmenes
Por eso no puede ser más adecuada la tro compromiso con la diversidad que
imagen que dibuja hacia el final del signa nuestra propia identidad y autore-
libro, viajando en el subterráneo madri- conocimiento.
lense y reflexionando sobre la diversidad
que registra en los rostros de los viajan- Analía García* y Sebastián Valverde**
tes, mientras va de camino a clases que