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Universidad San Ignacio De Loyola

Informalidad en el Perú

Curso: Realidad Nacional y Globalización

Docente: Huaraj Acuña, Juan Carlos

Bloque: FC-PRECOM03B1M

Integrantes:

Anacleto Pérez, Daniela Fernanda


Chaparro Cornejo, María Fernanda Guadalupe
Milon Kahatt, Michela Alessia
Ruiz Mañuico, Nataly Azucena

Lima - Perú
2021-2
Índice

Índice.......................................................................................................................................... 2

Introducción ............................................................................................................................... 3

1. La informalidad en el Perú ................................................................................................. 4

1.1. Concepto...................................................................................................................... 4

1.2. Tipos ............................................................................................................................ 5

1.3. Indicadores .................................................................................................................. 5

2. Causas ................................................................................................................................. 7

2.1. Económicas ................................................................................................................. 7

2.2. Sociales........................................................................................................................ 7

2.3. Sistemáticas ................................................................................................................. 8

3. Consecuencias .................................................................................................................. 10

3.1. Inmediatas ................................................................................................................. 10

3.2. A largo plazo ............................................................................................................. 10

4. Estadísticas actuales sobre la informalidad ...................................................................... 12

4.1. Antes de la pandemia - Hasta el 2019 ....................................................................... 12

4.2. Después de la pandemia ............................................................................................ 13

4.3. Actualmente - Un proceso de recuperación .............................................................. 13

5. Reflexiones finales ........................................................................................................... 15

Bibliografía .............................................................................................................................. 17

Anexos ..................................................................................................................................... 18
Introducción

El presente texto es un análisis cualitativo y cuantitativo que busca responder a la


problemática que representa el fenómeno de la informalidad en el contexto peruano,
delimitando y explicando las causas y consecuencias que ha tenido en la economía nacional y
en la sociedad tanto antes como durante la pandemia de COVID-19, y durante el proceso de
recuperación que el mundo experimenta con la reactivación económica.
En el capítulo I sentaremos las bases conceptuales de la informalidad y sus tipos,
especificando que nos referimos al caso peruano se hablarán de aquellos identificables en el
país. Una vez establecido esto, en el capítulo II revisaremos las causas de este fenómeno,
evaluando de forma individual tres aspectos: económicos, sociales y sistemáticos. Entendiendo
la informalidad y sus orígenes, en el capítulo III procederemos a identificar sus consecuencias
en el escenario actual, tanto las inmediatas como las que se presentan con el tiempo si este
problema no es intervenido. Para el capítulo IV se presentarán las cifras que reflejan esta
situación, destacando el efecto que la pandemia a raíz de COVID-19 ha tenido en esta dinámica.
Finalmente, en las reflexiones finales se presentarán las conclusiones grupales sobre esta
situación, incluyendo el análisis crítico basado tanto en los datos presentados en el análisis
como en la perspectiva de las autoras. A su vez, se incluirán los que se consideran los puntos
débiles de la estrategia actual para combatir la informalidad, incluyendo las recomendaciones
que se deben tomar en cuenta para el desarrollo de soluciones sostenibles. Dichas
recomendaciones se desprenden de las deficiencias identificadas en el sistema durante el
presente análisis.
La importancia de este estudio radica en la necesidad de hablar de la informalidad como
un problema sistemático, que debe ser observado desde una perspectiva integral, puesto que
sus efectos trascienden esferas sociales y económicas. Las consecuencias deben evaluarse en
diferentes ámbitos para llevarnos a una conclusión que comprenda la magnitud y variabilidad
de este fenómeno. Buscamos así que los hallazgos se integren y permitan dar base a quienes
deben ser los principales actores en el planteamiento de alternativas de solución.
1. La informalidad en el Perú

1.1. Concepto
Es necesario mencionar que no existe un concepto internacionalmente establecido para
definir la informalidad. Por esto último, la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
mediante su 15ª Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET) propuso diversos
criterios para definir la informalidad de acuerdo a la realidad propia de cada país, entre estos:
la organización legal, el registro de la propiedad, el tipo de contabilidad que llevan, destino de
la producción, tipo de actividad económica, número de personas ocupadas en formas continuas,
incumplimiento de beneficios laborales y remuneraciones, entre otros. Los países han adoptado
uno o varios diversos de estos criterios para medir su nivel de informalidad, y el Perú no se
encuentra exento de una adopción propia de la definición de informalidad.
Si bien es correcto decir que la informalidad existe cuando se realizan actividades al
margen de los lineamientos establecidos por la ley vigente, se debe tener en consideración que
cada Estado tiene su propia definición del concepto dada su condición interna. Así, en el Perú
podemos rescatar la siguiente definición: “El sector informal está constituido por el conjunto
de empresas, trabajadores y actividades que operan fuera de los marcos legales y normativos
que rigen la actividad económica. Por lo tanto, pertenecer al sector informal supone estar al
margen de las cargas tributarias y normas legales, pero también implica no contar con la
protección y los servicios que el estado puede ofrecer.” (De Soto, 1989).
En efecto, según un informe efectuado por el Centro de Investigación de Economía y
Negocios Globales (CIEN), en el 2018 el PBI producido en el sector informal peruano fue del
19% y la informalidad en el empleo de 73% mientras que en sectores económicos como en el
Agropecuario este porcentaje se incrementa hasta 97%. De esto podemos concluir que los
sectores económicos peruanos estuvieron altamente caracterizados por elevados niveles de
efectos negativos en trabajadores, reflejándose en bajas cifras en las remuneraciones y nulos o
escasos beneficios laborales, siendo estos en el caso peruano las gratificaciones, compensación
por tiempo de servicios, vacaciones remuneradas, seguro de salud, y demás. Por otra parte, las
empresas no dejaron de verse afectadas, pues la informalidad conlleva menores niveles de
productividad y competitividad.
Si bien el concepto de informalidad ha sido definido frecuentemente por una variedad
de autores muy amplia, el concepto sigue sin abarcar del todo su impacto en la realidad. Con
ello, se quiere decir que la problemática está en circunstancias tan distintas y múltiples que es
complicado darle una definición exacta que termine por llegar a todos los campos en específico
en los cuales está presente; por lo cual, es correcto decir que la definición dada previamente se
emplea para describir el fenómeno grosso modo.

1.2. Tipos
Como establecimos previamente, la informalidad no posee un único lugar de origen,
esta se puede observar tanto por parte de grandes empresas, como de los mismos trabajadores.
Según Cuba (2016), existen tres tipos de informalidad: empresarial, tributaria y laboral. Estas
varían según la relación entre los actores involucrados (El estado, una empresa, y los
trabajadores), y es posible que en un caso se presente uno o más tipos, aunque necesariamente
coinciden más de uno.
En lo referente al estado, si bien toda actividad económica genera flujo de efectivo, la
realización de actividades económicas informales crea un sub registro que evita el correcto
seguimiento del mencionado flujo, afectando la recaudación tributaria. Sobre las empresas, el
no rendir cuentas al estado limita su acceso a oportunidades de crecimiento como son los
créditos bancarios y la posibilidad de participar en mercados grandes, que suelen ser formales.
Para los trabajadores informales, al no figurar en un régimen laboral formal, no obtienen los
beneficios que ofrecen las normas a su favor, ni la protección que brinda la seguridad social,
ya que, si bien la actividad económica a desempeñar puede ser lícita, estos trabajan fuera de la
ley, permitiendo así abusos laborales y condiciones de trabajo precarias.
La informalidad no discrimina entre mano de obra calificada o no calificada, ni entre
pequeñas o grandes empresas, e incluso entre países en vías de desarrollo y desarrollados; Es
por ello que es correcto decir que cada tipo de informalidad, dependiendo de su contexto, tiene
distintas características y formas de manifestarse. Además, la informalidad tiene una razón por
la cual es tan preeminente dentro de muchos Estados a pesar de lo negativo mencionado
previamente, y es que de alguna manera esta sustenta la actividad económica de los sectores
más segregados dentro de la población.

1.3. Indicadores
Si bien el concepto de informalidad puede ser sencillamente comprendido, las
actividades a realizar para obtener un estimado de su magnitud dentro de cualquier Estado
distan de ser sencillas. En efecto, dado que se encuentra fuera de todos los marcos legales y
normativos del Estado, se le describe como una “variable latente no observada” o, en otras
palabras, como una variable de la cual no se podrá obtener una medición exacta ni completa.
No obstante, a pesar de su complejidad, intentamos estimar a su dimensión mediante cuatro
indicadores: dos de ellos referidos a la actividad informal en general, y los otros dos con
respecto al empleo informal particularmente. En conjunto, estos indicadores pueden arrojar
cifras estadísticas complementarias las unas a las otras que después de su debido análisis,
pueden funcionar como medidor de la tasa de informalidad dentro de un Estado.
A pesar de que los indicadores nos pueden ayudar a tomar en consideración al momento
de formular políticas públicas para combatir contra la informalidad, ningún Estado ha tenido
suficientes esfuerzos para erradicarla del todo. Es por ello, que algunos académicos explican la
informalidad y formalidad como un binomio de interdependencia, en el cual, por más de que
uno de ellos sea más preeminente, el otro siempre va a tener que existir hasta cierto nivel.
Castells & Oirtes (1989) indicaron que la informalidad es una forma de elaborar e intercambiar
elementos, pero no está directamente asociado con las características de lo que sería su
producto final. No obstante, no se puede confundir este último concepto con el de ilegalidad,
la que puede ser completamente nociva para la población en muchos casos.
2. Causas

Recordemos que, incluyendo la informalidad, tres tipos de economía conviven en


nuestro país. Cada uno de estos se ha desarrollado y expandido a través de los años: Iniciando
con la economía formal, que incluye a los negocios que operan según la ley y cumplen con la
reglamentación vigente. Luego está la economía ilícita o delictiva, que como su nombre indica,
son las actividades que desafían leyes y principios éticos. Finalmente, tenemos la economía
informal, que ocurre cuando la actividad económica se desarrolla en paralelo a la ley, y en esta
se centra nuestro análisis. Las causas que se identificaron para la expansión y crecimiento de
la informalidad peruana son diversas y cada una posee una explicación muy extensa, por lo que
en este capítulo hemos seleccionado las 3 más relevantes.

2.1. Económicas
Este problema empieza a florecer cuando los costos de formalización son más altos que
los beneficios que se puedan obtener de esta. Revisando las cifras, es sencillo reconocer la
importancia del aspecto económico en esta dinámica. Diversos emprendimientos pequeños
nacidos durante esta pandemia no logran entrar dentro del campo de la formalidad, puesto que
el costo es demasiado alto para estas PYMES que atraviesan un momento de búsqueda de
crecimiento. Si nos referimos a las cifras, muchos negocios que han surgido durante la
pandemia no logran formalizarse debido a que supone un costo muy grande para
emprendimientos que tratan de crecer. Como mencionaba Hernando de Soto: “No veía pobreza,
posturas contestarías, actividades «de refugio» de los migrantes provincianos y su
descendencia o cultura andina ancestral adaptada al mundo urbano, sino un enorme dinamismo
económico y laboral de gente de origen humilde que construían empresarialmente solos su
futuro” (H. Soto, 1986, p. 25).

2.2. Sociales
La mala calidad de servicios, la poca y casi nula presencia del gobierno para hacer
cumplir las normas y, por último, las restricciones que se crean por el marco legal, dejan en
claro para muchos peruanos que formalizarse no está dentro de sus posibilidades. Sumado a
ello, la calidad educativa y desarrollo de habilidades es deficiente (Loayza, 2008). Esto a la
larga genera que los ciudadanos sean menos productivos en su ambiente laboral y así disminuye
su competitividad ante una posible contratación. Una empresa pequeña con recursos
insuficientes, es más propensa a contratar mano de obra informal, ahorrándose las prestaciones
que tendría que pagarles a dichos trabajadores en planilla; y sigue recibiendo el mismo servicio.
Esto se vuelve problemático cuando muchas instituciones en esta posición toman imitan este
comportamiento y las personas en busca de empleo deciden aceptar estas oportunidades de
trabajo precarias por temor a no encontrar otras ofertas.
La falta de productividad y habilidad mencionada está muy relacionada con el nivel
educativo. Un trabajador que no concluyó estudios secundarios, que no pudo acceder a
educación pública ni privada o tuvo que buscar trabajo desde temprana edad para mantener a
su familia, tendrá más dificultades para crecer en su ámbito profesional y, por consiguiente, en
el laboral. Esto no siempre se relaciona con la calificación, pues si bien un trabajador puede
estar capacitado y actualizado, el no haber interactuado con un grupo humano, como el que
ofrece el ambiente de la formación educativa básica, puede traer una frágil base de valores y
capacidades interpersonales deficientes, como el trabajo en equipo. Estas últimas
características son claves en la búsqueda de trabajadores hoy en día.
Por otro lado, la percepción que se tiene del trabajo formal no resulta suficientemente
atractiva (Belapatiño, Grippa y Perea, 2017). Si bien incursionar en la formalidad implica tener
derecho a gozar de una pensión, gratificación, seguro de salud, entre otras cosas; el trabajador
promedio suele tener que priorizar necesidades inmediatas, dejando estos beneficios de lado.
Recordemos que dichos beneficios mencionados son financiados por el trabajador (como en el
caso de los descuentos en la pensión) y por el empleador (como el seguro de salud, la
gratificación, entre otros). Es por estos altos costes para el trabajador que los sueldos ofrecidos
en la economía formal suelen ser más bajos en comparación a la formal.

2.3. Sistemáticas
Las normativas que existen en el Perú están lejos de alentar la formalidad en el sector
empresarial (Loayza, 2008). Para empezar, la ley y el orden pasan desapercibidos en la
sociedad. No existe respeto por las normas, y ha llegado al punto en el que algunas autoridades
las vulneran. Esta impunidad envalentona a empleados y empleadores informales a continuar
en esta condición.
A su vez, el estado se ha concentrado en sobrefiscalizar a las empresas ya formales,
cuando debería flexibilizar su relación con ellas y enfocando sus esfuerzos en incrementar la
cantidad de tributantes, buscando formalizar a las empresas ya existentes.
Otro ejemplo presentado por Belapatiño (2017), sugiere que en ocasiones el sueldo
mínimo sobrepasa el nivel de productividad del empleado promedio. Este hecho resalta la
necesidad de encontrar un equilibrio entre los derechos laborales y la eficiencia económica de
las empresas.
Según la misma fuente, existe una débil fiscalización de las leyes laborales, por lo que
son pocos los infractores que reciben la penalidad que les corresponde. Bajo esa afirmación,
los negocios formales se ven perjudicados frente a los informales. Imaginemos que una persona
decide abrir un restaurante y su principal competidor es un negocio informal. La dueña a
diferencia de su competencia, paga sus impuestos puntualmente y registra la totalidad de sus
ventas. Sin embargo, el negocio vecino evade impuestos, genera mayores ganancias y no recibe
ningún tipo de sanción. El resultado será una emprendedora insatisfecha con sus autoridades y
probablemente un negocio menos en la formalidad.
Lo mismo ocurre cuando hablamos del sistema tributario poco transparente y flexible
(Zevallos y Montes, 2011). Los peruanos no confían en sus autoridades ni en el destino que se
les da a sus impuestos, y es justificable ante los muchos casos de corrupción que se han
observado durante las últimas gestiones.
3. Consecuencias

Según estudios realizados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (2018),


del 2007 al 2017 se registró un aumento de 1 millón 574 mil en la cantidad de empleos en el
país, con lo que el empleo informal disminuyó del 60,8%al 52,4%. Si bien el resultado de este
estudio fue ligeramente alentador, a raíz de la pandemia muchas personas perdieron sus
empleos y actualmente se ganan la vida en la informalidad, por lo que, contrario a la meta de
erradicar, el problema se ha acrecentado a gran escala en los últimos años. Es por la crisis
sanitaria que el crecimiento ha sido exponencial, creando así una categoría de negocios que
nacieron durante esta pandemia, dicha categoría compuesta en gran parte por pequeñas
iniciativas no inscritas, desarrolladas por personas que perdieron su empleo durante la crisis.
Las consecuencias de este aumento son las que se habrían visto a largo plazo si el estado no
hubiese tomado ninguna medida en el futuro supuesto, lo que nos demuestra que se debe evitar
llegar nuevamente a estos niveles.

3.1. Inmediatas
El impacto que tiene la informalidad en el sector laboral recae principalmente en el
crecimiento económico (Belapatiño, Grippa, y Perea, 2017). Sin embargo, hablando
específicamente del corto plazo, advertimos cómo esta genera las condiciones necesarias para
afectar también el bienestar de las personas. Según se explica, las condiciones laborales en las
que se desempeña el sector informal pueden considerarse precarias, lo que origina la baja
productividad de sus trabajadores. Esto puede exponer a los trabajadores a peligros salubres
durante la realización de sus labores, y en algunos casos también a los clientes. Es así que se
demuestra que la informalidad afecta directa e inmediatamente el bienestar social, significando
así un peligro para la integridad de las personas que participan de ella. Esto trae efectos
perniciosos que deberán ser acotados, mejorando la normativa para evitar estos resultados.

3.2. A largo plazo


Por otro lado, la informalidad laboral impide que se dé una recaudación tributaria
óptima, lo que a su vez termina afectando la provisión de los bienes y servicios públicos. Se
sabe que los impuestos hacen posible el desarrollo y mejoría de los servicios públicos del sector
salud, educación, justicia, etc. De lograr obtener el margen no recaudado el Estado podría
destinar un mayor presupuesto a brindar la cobertura y calidad esperadas por la población. Ya
que esto no sucede, el resultado es que una mayor responsabilidad recae sobre los tributos de
las compañías formales.
Cabe resaltar, que los trabajadores informales tienen más dificultades para acceder a
créditos bancarios debido a que les es difícil sustentar sus ingresos. Esta situación perjudica el
progreso de la compañía, pues muchas veces las oportunidades de crecimiento implican un
aumento en la producción (cosa que suele demandar un mayor capital), y estas oportunidades
suelen presentarse en las esferas comerciales formales por su magnitud. Además, al obrar al
margen de la ley, los trabajadores quedan desprotegidos ante el desempleo o siniestros contra
su seguridad y salud, lo que trae como consecuencia estragos en el bienestar social.
En general, la informalidad reduce el potencial económico de un país, por su
competencia desleal, los sobrecostes que genera en la economía y la baja productividad de sus
trabajadores (Cámara de Comercio Lima, 2017).
4. Estadísticas actuales sobre la informalidad

Es de conocimiento general en la ciudadanía que el Perú es un país con altos índices de


informalidad y que esta representa gran parte de nuestra economía y por tanto del Producto
Bruto Interno. Nuestro país ha atravesado diferentes etapas económicas, pero el sistema actual
promueve el desarrollo de la actividad comercial bajo el precepto de libre mercado, por lo que
se han contemplado grandes niveles de crecimiento económico y a su vez de concentración de
capital y población en la ciudad de Lima. Consideramos importante establecer estos preceptos
para evaluar la realidad con el trasfondo que posee Perú.
En la actualidad, tras una crisis sanitaria mundial y en el contexto peruano que
presentaba ya altas tasas de informalidad, se proyectaba que esta aumente. Los niveles
históricos y aquellos que serán estudiados a continuación nos demostrarán que la informalidad
se ha consolidado como un problema estructural del Perú, y que se necesita tomar acciones con
urgencia para fomentar la formalización de empleados y empleadores.
A su vez, estos datos exponen las deficiencias que ha tenido el gobierno para
contrarrestar este fenómeno durante años, y el poco significado que la PEA le da a la
formalidad; y esta percepción termina reflejando la debilidad de la seguridad social y de las
instituciones estatales encargadas de administrarla.

4.1. Antes de la pandemia - Hasta el 2019


Previo al 2020, los porcentajes de informalidad laboral a nivel nacional disminuían 1
punto porcentual anualmente, pero la tendencia cambió cuando el PBI se encontraba a la baja;
pues esta disminución ocurría cuando el PBI estaba por sobre el 4%. Siguiendo esa norma, para
el año 2019, los pronósticos no eran alentadores en cuanto a la formalización laboral del Perú.
Según el diario Gestión (2019) el Área de Estudios Económicos del BCP realizó un recorte a
su estimado del PBI para dicho año: el crecimiento esperado bajó de 3% a 2.5%. Observando
las cifras para este año, en el anexo 1 vemos que del 2018 al 2019 el total de la tasa de empleo
informal en el Perú pasa de 72,4% a 72,7%, aumentando así en 0.3%, contraria a la disminución
de 0.1% que observamos del 2017 al 2018, cuando pasó de 72,5% a 72,4%. La naturaleza
externa a la normativa vigente hace que, como ya hemos mencionado, sea difícil llevar un
correcto registro de esta dinámica, y explica la facilidad con la que las tendencias pueden
fluctuar. Sin embargo, aun evidenciando esta situación, revisando el cuadro también cabe
resaltar que la variación se mantiene por debajo de 1% desde el 2013, estableciendo una margen
que podríamos considerar como “aceptable” o “esperado”.

4.2. Después de la pandemia


Es durante el 2020 que el virus SARS-CoV-2 llega a nuestro país, e inicia a esparcirse sin parar
hasta la actualidad. Su naturaleza altamente contagiosa, sumada a la poca información
disponible que existía al ser este una nueva mutación de un virus que solía ser estrictamente
animal; terminan haciendo necesario establecer medidas de bioseguridad que se basasen en
restringir el contacto entre humanos: Distanciamiento social, protocolos de desinfección, uso
de equipo de protección personal, los periodos de aislamiento preventivo y la cuarentena
obligatoria para quienes habían contraído el virus, así como aquellos en su entorno. Era
evidente que todas estas acciones, por imprescindibles que fuesen, iban a afectar el desarrollo
de la actividad laboral. Si bien aquellas tareas que se pudiesen realizar de manera remota
comenzaron a desarrollarse mediante teletrabajo, muchos empleos son estrictamente
presenciales y se vieron de esta manera paralizados parcial o totalmente.
El golpe que estas acciones tuvieron en nuestra economía fue evidente. Volviendo al
anexo 1, es claro el impacto que estas restricciones tienen en la tasa de informalidad a nivel
nacional: de diciembre de 2019 a diciembre de 2020 el aumento fue de 2,6%, muy superior a
las cifras por debajo de 1% a las que estábamos acostumbrados. Recordando el centralismo y
la concentración en la capital, no es de sorprender que la mayor parte de este incremento
ocurriese en la urbe, llegando a subir en un 2% durante dicho periodo.

4.3. Actualmente - Un proceso de recuperación


La pandemia no hizo más que avanzar durante el 2020 y lo que va del 2021, aparecieron
nuevas mutaciones del virus y se implementaron más restricciones que también afectan el
desarrollo de las actividades laborales, como el toque de queda. Con esto, se mantuvo la
tendencia creciente de la tasa de informalidad.
Tomando en cuenta el anexo 1, vemos que en el año hábil julio 2010 - julio 2021 el
incremento de 73,6% a 78,1% en la tasa a nivel nacional nos deja creciendo en un 4,5%; y este
movimiento nuevamente se evidenció mucho más en el sector urbano, en donde el aumento fue
de 5,7%, pasando de 66,8% a 72,5%.
Si bien los muchos efectos socioeconómicos negativos llegados con esta situación
impulsan al ejecutivo a establecer como prioridad la reactivación económica, era necesario
realizarla de manera gradual mientras el virus continuase significando un riesgo. Se tomaron
medidas como la entrega de bonos para civiles y entidades privadas, y aquí resalta una vez más
el hecho de que la informalidad es un sub registro, pues muchas de las personas que desarrollan
sus actividades económicas fuera de la normativa no pudieron beneficiarse de estos subsidios.
Es con el desarrollo y la llegada de las vacunas para contrarrestar esta enfermedad que
contemplamos un nuevo horizonte para nuestro país y su economía; la buscada inmunidad de
rebaño y los avances en la vacunación de la población permitirán la flexibilización de las
medidas tomadas, y esperamos de cierto modo un retorno a la normalidad en lo referente a las
actividades productivas.
5. Reflexiones finales

Después de analizar las cifras y la dinámica de la informalidad en el Perú, hemos


establecido sus orígenes, efectos y como se manifiesta actualmente, siendo nuestra realidad un
periodo histórico importante para la humanidad a raíz de la crisis.
Concluimos así que, contrario a lo que se cree, la informalidad puede tener tanto
beneficios como trabas para los Estados, por lo que debemos dejar de mirarlo desde un lente
moral. Esta dinámica tiene muchas aristas, y cada una de ellas merece un extenso análisis, más
no debemos olvidar que no es un problema nuevo ni mucho menos poco común, que cambia
día a día, sin dejar de formar parte de la realidad nacional. Es necesario enfocarnos en la
practicidad que esta puede conllevar, para comprenderla desde sus raíces, y de tal manera
buscar soluciones que puedan ser aplicadas a términos corto, mediano y largo, manteniendo
presente que buscar su erradicación o quizá una manera de convivir con ella será un trabajo
que tomará muchos años y arduo trabajo.
Esta última idea de posible convivencia es altamente viable, pues debemos reconocer
que toda economía siempre va a constar de cierto grado de informalidad, y que en distintos
lugares la economía informal es la más preeminente dentro del Estado, no solo en nuestro país.
Entonces, cuando pensamos en un país con baja tasa de informalidad, se asocia con un ambiente
con normas claras y respetadas, sistema de justicia eficiente, calidad educativa y niveles de
productividad altos, acompañados de servicios y bienes eficientes. Este es el ideal al que
debemos aspirar y por el que la ciudadanía debe trabajar.
Si bien la situación actual puede ser desalentadora, el país posee un gran potencial,
sobre todo si tomamos en cuenta la posición creada a raíz de la pandemia. A pesar de que el
proceso de formalización ha sufrido un retroceso, nace la posibilidad de realizar un análisis
profundo, que considere las causas para poder tomar medidas viables e integrales. Ahora que
se avizora el fin de la temporada de restricciones, las autoridades deben observar todo el plano
para impulsar la formalización de la economía. Se debe buscar motivar a la PEA a desarrollarse
siguiendo las normativas, esto al promover los beneficios que vienen de tributar y estar bajo el
radar del estado; buscando así que el proceso sea por convicción y no por temor a sanciones.
Las medidas tomadas durante la pandemia pueden terminar siendo los más grandes ejemplos
de esto último, pues si bien se puede ser muy crítico de la forma y los tiempos de respuesta del
estado ante la crisis, es innegable que se desarrollaron programas de los que muchos negocios
informales no pudieron beneficiarse al no estar registrados. Desde el gobierno se deben
publicitar y difundir estos beneficios, de modo que el proceso sea atractivo, en vez de limitarlo
con normativas tediosas que desaniman a los interesados, por lo que otro punto clave es reducir
los proceso burocráticos para llegar a la formalidad, y ofrecer facilidades de pago y más
plataformas de acceso a la información sobre el proceso de formalización, de modo que la
población informal pueda informarse correctamente tanto sobre los beneficios como el proceso
necesario para cambiar su status.
Todas estas mejorías deben darse paulatinamente, para lo que se deben implementar
mecanismos que ayuden y fomenten a la población a ser parte del sector formal, del cual
podemos recaudar impuestos y asegurar trabajo digno para todos los ciudadanos. De igual
forma, sigue siendo crucial desarrollar una cultura tributaria en nuestro país, siendo clave que
las nuevas generaciones comprendan el sistema y su importancia; solo así las reformas serán
verdaderamente sostenibles en el tiempo, y solo entonces será posible cumplir las metas
trazadas para alcanzar el ideal planteado.
Bibliografía

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algunas propuestas para reducirla. Departamento de BBVA Research.

https://www.bbvaresearch.com/publicaciones/peru-informalidad-laboral-y-algunas-

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2. Cámara de Comercio Lima. (2017). El impacto de la informalidad. La cámara, 800, 1–

44.

https://apps.camaralima.org.pe/repositorioaps/0/0/par/edicion800/edici%C3%B3n_80

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3. Cuba, E. (2016, 19 septiembre). Informalidad peruana, por Elmer Cuba. El Comercio

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https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/informalidad-peruana-elmer-

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4. De Soto, H. El otro sendero. Lima: Instituto Libertad y Democracia, (ILD) 1986.

5. Gestión. (2019, septiembre). BCP recorta a 2.5% proyección de crecimiento de

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https://gestion.pe/economia/bcp-recorta-2-5-proyeccion-crecimiento-economico-peru-

2019-nndc-276150-noticia/

6. Loayza, N. (2008). Causas y consecuencias de la informalidad en el Perú. Revista


Estudios Económicos, 15(3), 43-64.
7. Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2021, junio). Comportamiento de los

indicadores de mercado laboral a Nivel Nacional. INEI:

https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/03-informe-tecnico-empleo-

nacional-abr-may-jun-2021.pdf
Anexos

Anexo 1

Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2021, agosto). EVOLUCIÓN DE LA

TASA DE EMPLEO INFORMAL, SEGÚN ÁREA DE RESIDENCIA, 2013–2021

[Gráfico]. INEI. https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/03-informe-

tecnico-empleo-nacional-abr-may-jun-2021.pdf

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