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Comer fruta y vegetales es fundamental para una dieta sana, pero no todos los consumidores están al tanto de la cantidad

de restos de plaguicidas que hay en estos alimentos. Para producirlos y eliminar las plagas se utilizan agroquímicos que por
descuidos y malas prácticas acaban llegando hasta nuestros platos. Lamentablemente, en el Perú no tenemos una autoridad
sanitaria que analiza los alimentos y alerta en forma oportuna a la población sobre los alimentos que están contaminados.

En las últimas semanas, ante las frecuentes quejas en redes sociales sobre de la presencia de manchas azules en la cebollita
china que se venden en mercados y supermercados del Perú, decidimos junto a Slow Food, la Red de Agricultura Ecológica
RAE y el Consorcio Agroecológico adquirir estos productos tan utilizados en los chifas y en nuestros propios hogares y los
enviamos a un laboratorio acreditado para analizarlos.

Adquirimos muestras de la cebollita china de un puesto del mercado mayorista de Santa Anita el 14 de octubre y enviamos
a CEIMIC Laboratories Corporation, entidad certificada a nivel internacional para que examine la presencia y concentración
de pesticidas.

Cebollita china 4 .jpeg

Los resultados de los análisis revelaron la presencia de las sustancias químicas Azoxystrobin, Clothianidin, Cyproconazole,
Difenoconazole, Profenofos, pero lo más preocupante es la presencia de un fungicida organosulfurado denominado
Ditiocarbamato (Dithiocarbamates) en una concentración altísima de 14.455 partes por millón, (mg/kg) cuando los
estándares nacionales e internacionales no admiten la presencia de dicho producto en el alimento.

De acuerdo a estos resultados, estas cebollitas no se podrían exportar ni comercializar en la Unión Europea, Estados Unidos,
China, Canadá, Japón o cualquier país del mundo que use como referencia las normas CODEX. Pero se venden en el Perú,
libremente en un mercado mayorista que abastece a decenas de mercados locales de Lima y sin control alguno.

La pregunta entonces es ¿Por qué nuestras autoridades permiten que estos productos se vendan sin ninguna supervisión?
Esta inacción del Estado está poniendo todos los días en riesgo la salud y hasta la vida de todos los consumidores, que los
consumen pensando que son vegetales ricos y saludables, seguramente lo son si no tuvieran tantos venenos acumulados.

Por más cuidado que se tenga, a pesar que se lave el producto o se cocine, éste seguirá ahí inevitablemente y será ingerido.
Imaginemos el impacto en la salud si todos los días se consumen verduras y frutas con agroquímicos, los cuales se irán
acumulando en alguna parte del cuerpo y desarrollaremos una enfermedad.

Ante un problema tan grave, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria no tiene capacidad de respuesta. ¿Acaso durante estas
elecciones municipales algún candidato o alcalde electo ha hablado del tema o se ha comprometido a cuidar la inocuidad y
calidad de los alimentos que se expenden en los mercados? no, todos evaden esa responsabilidad.

Estos agroquímicos se usan ampliamente en el campo para combatir las plagas, pero existen protocolos que se deben
cumplir. Hay tiempos de carencia en los no deben usarse estas sustancias, sobre todo antes de la cosecha para evitar que
permanezca en el producto y el consumidor lo ingiera. Lamentablemente, nada de esto se cumple. La mayoría de agricultores
bombardean sus cultivos con agroquímicos casi hasta el día antes de la cosecha.

Así que recuerde, si ve unas manchas azuladas en las hojas de la cebollita china es porque acaban de rociar venenos que
usted y su familia se los podría comer. Pero esa es solo la parte visual y no siempre se puede detectar, sólo un análisis de
laboratorio es el método certero para saber cuánto veneno contienen las verduras y frutas que consumimos todos los días.

Esperamos que alguna autoridad se pronuncie, ya es tiempo de acabar con esta impunidad que nos está matando a todos.

Cebolla china: ¿qué agroquímicos contiene y por qué no es apto para consumo humano?

La cebolla china es un ingrediente muy presente en la cocina de todos los hogares peruanos, usada mayormente para la
preparación de platos fusión como el arroz chaufa, aeropuerto, tallarín saltado, entre otros. Sin embargo, el consumo del
popular vegetal sería perjudicial para la salud debido al exceso de agroquímicos en su cultivo.

De acuerdo con la denuncia pública realizada por el expresidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios,
Jaime Delgado, las manchas azules muy frecuentes en las hojas de la cebolla china serían residuos de químicos de pesticidas.
El excongresista se unió con la Red de Agricultura Ecológica del Perú, el Consorcio Agroecológico Peruano y Slow Food para
comprar el producto en el mercado Mayorista de Santa Anita.
Posteriormente, se enviaron muestras al laboratorio Ceimic, al que se le solicitó que efectúe un análisis de todas las sustancias
que se encontraban en este vegetal. Los resultados evidenciaron la presencia de los siguientes componentes químicos:
azoxystrobin, clothianidin, cyproconazole, difenoconazole y profenofos.

Según explicó Delgado, la situación es bastante preocupante porque “todas estas sustancias son cancerígenas, porque son
agroquímicos que a lo largo de la vida de una persona van consumiendo todos los días, porque no solo es la cebollita china,
es el pimiento, el tomate, el brócoli, una serie de productos que vienen ampliamente contaminados. A la larga, en 20, 30 o
40 años, terminamos con un cáncer, nadie está preocupándose”, afirmó en entrevista con Panamericana.

¿Qué dice Senasa?

De acuerdo con el último informe del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), correspondiente al año 2021, más del
80% de los pimientos de todo el país resultaron no aptos para el consumo humano, lo mismo sucede con el tomate, con la
cebollita china, con algunas frutas como la mandarina y la manzana.

“Sabemos que gran parte de los productos están llegando a nuestras mesas contaminados, no solamente en los mercados,
en los supermercados también”, explicó Jaime Delgado

El uso y exposición de los plaguicidas puede estar relacionado con diversas enfermedades tales como: cáncer, leucemia,
Parkinson, asma, neuropsicológicos y cognitivos, etc.

El uso excesivo de plaguicidas en la agricultura es nocivo en las personas, sostiene la Organización Mundial de la Salud.
Advierte que “pueden ser tóxicos para el ser humano y causar efectos tanto agudos como crónicos sobre la salud, en función
de la cantidad y del modo de exposición”.

En el Perú, la Ley de Inocuidad de los Alimentos, establece que “la producción, importación y comercio de alimentos
destinados al consumo humano están sujetos a la vigilancia sanitaria, a fin de garantizar su inocuidad, en protección de la
salud”.

La norma señala que los Límites Máximos de Residuos (LMR) de plaguicidas y fármacos de uso veterinario, contaminantes
químicos, físicos y microbiológicos para alimentos destinados al consumo humano, son de cumplimiento obligatorio y deben
ser supervisados por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa).

El laboratorio CEIMIC Perú, autorizado por la Asociación Americana de Acreditación de Laboratorios (A2LA) y homologado
por el Instituto Nacional de Calidad (Inacal), analizó 42 muestras de verduras y frutas adquiridas en cuatro mercados de Lima
(Mercado de Frutas, Mayorista de Santa Anita, Lobatón de Lince y de Magdalena) para conocer de manera preliminar la
presencia de agroquímicos y determinar si los alimentos comprados cumplían con los estándares establecidos por la
autoridad.

Los estudios fueron realizados a pedido de un equipo de investigación integrado por Jaime Delgado, excongresista y
expresidente de Asociación Peruana de Consumidores (Aspec); el investigador en farmacología, Jaime Yáñez y el investigador
en toxicología, Aldo Álvarez Risco. Los resultados arrojaron que la mitad de las muestras (21) no cumplieron con los
estándares nacionales, ni internacionales por su alto contenido de agroquímicos, y por lo tanto no eran aptos para su
consumo.

En el Perú, según la norma sanitaria, los valores de los ingredientes activos de plaguicidas se rigen por los LMR o límites d e
detección de plaguicidas dispuestos en el Codex Alimentarius o en su defecto se considerarán como referencia lo regulado
por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos o por la regulación de la Unión Europea.

El análisis determinó que los pimientos dulces adquiridos en el Mercado Mayorista de Santa Anita contienen 11 sustancias
químicas que superan los LMR. Entre ellos el Methamidophos, que está fuera de uso en la Unión Europea, China y Codex por
su altísima toxicidad. La cantidad encontrada en la muestra fue de 2,533, cuando el propio Senasa ha prohibido su uso en el
Perú.

En el caso del apio adquirido también en el mismo mercado, se halló la presencia de ocho químicos, siendo el Propiconazol
el que reportó mayores índices: el valor detectado fue de 1,209 cuando la norma sanitaria estable 0.05 de LMR.
“Se encontraron distintos residuos, entre ellos algunos que de alguna forma están restringidos en el Perú y en otros países
de Europa como el Metamidofós, el Chlorpyrifos y otros ingredientes activos que además de su restricción, no han cumplido
con los límites permitidos y han excedido hasta en 2000% veces la concentración permitida”, detalla el gerente del
laboratorio CEIMIC Perú, ingeniero Marcos Coyotopa.

El estudio también permitió examinar; por ejemplo, el ají amarillo. La muestra adquirida en el Mercado de Magdalena
contiene hasta seis químicos: Azoxystrobin, Chlorantraniliprole, Chlorpyrifos, Difenoconazole, Carbendazim y Permethrin que
superan los límites máximos de residuos (LMR).

SE ENCONTRARON DISTINTOS RESIDUOS, ENTRE ELLOS ALGUNOS QUE DE ALGUNA FORMA ESTÁN RESTRINGIDOS EN EL
PERÚ".

El Chlorpyrifos o Clorpirifós es un insecticida ampliamente utilizado en el control de plagas agrícolas, sin embargo, cada vez
más países restringen su uso porque está asociado a efectos genotóxicos y neurológicos en el desarrollo de los niños, según

la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA)

La misma molécula se encontró en el tomate, cuyo ejemplar para el estudio fue adquirido en el Mercado Mayorista de Santa
Anita. Además del Clorpirifós, se halló otras 10 sustancias como Carbofuran, Chlorfenapyr, Cyhalothrin Lambda, Cyprodinil,
Difenoconazole, Fipronil, Imidacloprid, Iprodiona, Methamidophos y Pyrimethanil.

Coincidentemente la muestra analizada del tomate del Mercado Lobatón de Lince reporta las mismas 11 sustancias químicas.

El papel de Senasa

El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) es el ente encargado de realizar estudios periódicos para vigilar la presencia
de pesticidas en los cultivos. El director general de la Dirección de Insumos Agropecuarios e Inocuidad Agroalimentaria, Óscar
Pineda, aseguró a OjoPúblico que, aunque se trate de muestras realizadas en diferentes centros de abastos de Lima, no es
suficiente para determinar que hay contaminación en estos alimentos de primera necesidad.

Según precisó, Senasa tiene un procedimiento que comparten con los laboratorios autorizados, para el cual utilizan un
universo determinado de muestras.

SENASA: "ESTA MUESTRA NO ES SUFICIENTE PARA DETERMINAR QUE HAY CONTAMINACIÓN EN ESTOS ALIMENTOS".

“Yo no podría decir que la información de este estudio, a pesar que me señala varios mercados, está considerada como un
problema porque no tengo los resultados de cuantas unidades muestrales han tomado para determinar que hay una
contaminación”, mencionó Pineda

El funcionario explicó que, si bien CEIMIC Perú tiene autorización para realizar estudios que permitan determinar la presencia
de pesticidas o cualquier elemento químico regulado por Senasa; por convenio, no deberían divulgarse sino informar a la
institución encargada, no obstante, solicitará al laboratorio los resultados de los análisis.

“Un solo muestreo no te dice si hay contaminación solo te dice la foto del momento, pero a raíz de esto vamos a
comunicarnos con el laboratorio para que nos remitan la información que permita a Senasa hacer el seguimiento, y
determinar si lo que ellos han señalado, que se ha detectado una contaminación, es verás”, mencionó.

El representante de Senasa mencionó que realizan un programa de monitoreo todos los años, aunque el último informe del
Plan Anual de Monitoreo de Contaminantes en Alimentos Agropecuarios publicado en el sitio web de esta institución
corresponde al 2018.

En el mismo se evaluaron 25 alimentos; nueve de origen animal (carne de ave, bovino, ovino, caprino, porcino, camélidos,
cuy, leche fresca de bovino y miel de abeja) y 16 de origen vegetal (limón, naranja, mandarina, mango, palto, espárrago,
páprika, plátano/banano, tomate, aceituna, uva, alcachofa, cebolla, café, nueces de Brasil y pallar.

Los resultados generales señalan que se analizaron un total de 1.181 muestras de alimentos de origen animal y vegetal; de
las cuales 1.062 muestras (89.92%) fueron conformes y 119 (10.08%) no conformes; es decir; reportaron residuos químicos
(plaguicidas químicos de uso agrícola o medicamentos de uso veterinario), metales pesados y micotoxinas que superaron o
no tienen LMR establecidos por el Codex Alimentarius o no están autorizados para su uso en el alimento evaluado.
¿QUIÉN SE PREOCUPA POR EL CONSUMIDOR NACIONAL?”, CUESTIONÓ JAIME DELGADO.

“Nuestro monitoreo actualmente indica que hay presencia de algunos químicos en determinados alimentos, no en todos, y
en algunos puede estar sobrepasando los límites, pero como es una muestra no necesariamente está contaminado ese tipo
de alimento en todo el país o en todos los campos del cultivo”, aseguró.

Carga tóxica

Para el presidente del Consorcio Agroecológico Peruano-CAP, Luis Gomero Osorio, cuya entidad también realiza con
frecuencia una serie de evaluaciones de toxicidad en las frutas y verduras, estos resultados corroboran lo que han reportado
con anterioridad: la presencia de residuos de plaguicidas con altos niveles que superan los límites máximos establecidos.

“Este estudio confirma lo que está sucediendo en el país, que a los consumidores les están llegando alimentos con una alta
carga tóxica”, aseguró el agrónomo de profesión, quien agrega que esto se debe a que no hay una adecuada regulación de
los pesticidas, “el uso en el país es indiscriminado, antes de salgan al mercado se siguen aplicando estos productos y eso hace
que tengan una presencia de residuos significativa”.

Por su parte, Jaime Delgado, en representación del equipo encargado del estudio, asegura que a pesar que Senasa cuenta
con la tecnología y el personal calificado para el control de agroquímicos, ha dado prioridad a los agroexportadores,
interesados en obtener certificaciones para que sus productos puedan cumplir con los estándares internacionales, sin
embargo, no sucede lo mismo con los productos destinados al mercado interno.

“Las grandes empresas agroexportadoras sí cumplen con estos requisitos porque sino no podrían vender en el extranjero y
Senasa ha puesto todos sus recursos como infraestructura, laboratorios y personal calificado a disposición de estos grupos
pero, ¿quién se preocupa por el consumidor nacional?, nadie”, sostiene Delgado.

Como promotor de esta investigación recalca que la finalidad del estudio es conocer el riesgo al que están propensos los
consumidores peruanos, es por ello que los resultados se han puesto de conocimiento de la Defensoría del Pueblo, la
Contraloría General de la República, entre otras instituciones que puedan intervenir y garantizar que los alimentos que
ingresan al mercado para el consumo interno, sean inocuos y cumplan los requisitos mínimos.

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