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Sustancias dañinas

para el ser humano

Trabajo interdisciplinario

• Integrantes: Maria José Marquez, Sofia Belén


Chilotegui, Martina Melgarejo, Ana Maria Lovera.
• Profesores: Silvia Novarini, Mabel Díaz, Miriam
Yasnikovski.
• Materias: Introducción a la administración,
Biología, Química.
Índice

• Introducción
• Agroquímicos
o ¿Qué son los agroquímicos?
o ¿Para qué sirven los agroquímicos?
o Tipos de agroquímicos
• Riesgos para la salud
o Riesgos para la salud sobre los alimentos contaminados
▪ Pesticidas
▪ Otros agroquímicos
o Los alimentos orgánicos son más nutritivos
o Riesgos para la salud a nivel celular y orgánico en general
o Medidas de protección familiar
o Efectos tóxicos en el organismo humano
▪ Sistema digestivo
▪ Sistema respiratorio
▪ Sistema dérmico
o Efectos en niños, adolescentes, y adultos
▪ Características y diferencias
• Cultivos, vegetales, frutas tratados con pesticidas
o Cuáles son los que presentan mayores proporciones
• Sustancias químicas tóxicas provenientes de agroquímicos
• Organismos responsables
o Organismos encargados de la fiscalización de los productos fitosanitarios
en Argentina
o Organismos encargados de la certificación de los productos fitosanitarios
en Argentina
o Organismos encargados de la evaluación de los productos fitosanitarios en
Argentina
Introducción
Los agroquímicos forman parte de nuestra vida diaria, pero resultan pasar desapercibidos para
una gran cantidad de familias y/o personas que no

Agroquímicos

¿Que son los agroquímicos?

Un agroquímico, un concentrado de productos químicos agrícolas, es un producto químico


utilizado en la agricultura. En la mayoría de los casos, agroquímicos se refiere a pesticidas que
incluyen insecticidas, herbicidas, fungicidas y nematicidas. También puede incluir fertilizantes
sintéticos, hormonas y otros agentes químicos de crecimiento, y almacenes concentrados de
estiércol animal en bruto.

Muchos agroquímicos son tóxicos, y los agroquímicos en el almacenamiento a granel pueden


presentar riesgos ambientales y/o para la salud significativos, especialmente en caso de
derrames accidentales. En muchos países, el uso de agroquímicos está altamente regulado. Se
pueden requerir permisos emitidos por el gobierno para la compra y el uso de agroquímicos
aprobados. Se pueden imponer penalizaciones importantes por el uso incorrecto, incluido el
almacenamiento inadecuado que puede provocar un derrame. En las granjas, las instalaciones
de almacenamiento y etiquetado adecuadas, el equipo y los procedimientos de limpieza de
emergencia, y el equipo y los procedimientos de seguridad para el manejo, la aplicación y la
eliminación a menudo están sujetos a normas y reglamentos obligatorios. Por lo general, las
regulaciones se llevan a cabo a través del proceso de registro.

¿Para qué sirven los agroquímicos?

Se conoce como agroquímico a la sustancia química que utiliza el ser humano con el objetivo
de optimizar el rendimiento de una explotación agrícola. Dichos productos suelen utilizarse
para luchar contra las plagas que afectan los cultivos y para favorecer un crecimiento más
rápido de las plantas.

Tipos de agroquímicos

• Los herbicidas, que son los que tienen como función principal el llevar a cabo la
eliminación de todo tipo de plantas que son nocivas para el terreno.
• Los acaricidas, que son los encargados de conseguir repeler los ácaros.
• Los rodenticidas, que van destinados a matar a los roedores que causan daños a los
cultivos y que, además, tienen la particularidad de que pueden transmitir ciertas
enfermedades a los seres humanos.
• Los nematicidas, que son los utilizados por los agricultores para conseguir acabar con
los gusanos que van apareciendo en el suelo y con ciertos parásitos que aparecen en
las plantas.
• Los fitorreguladores, que vienen a regular lo que es el crecimiento de los cultivos y lo
hacen mediante lo que se da en llamar fitohormonas. De esta manera, según cada
momento, impulsan o frenan el desarrollo de las raíces.
• Los fertilizantes, que, como su propio nombre indica, son los agroquímicos encargados
de facilitar y agilizar el crecimiento de ciertas plantas.

Riesgos para la salud

Riesgos para la salud sobre los alimentos contaminados

Los plaguicidas son productos químicos que se utilizan en la agricultura para proteger los
cultivos contra insectos, hongos, malezas y otras plagas. Además de usarse en la agricultura, se
emplean para controlar vectores de enfermedades tropicales, como los mosquitos, y así
proteger la salud pública.

Sin embargo, los plaguicidas también son potencialmente tóxicos para los seres humanos.
Pueden tener efectos perjudiciales para la salud, por ejemplo, provocar cáncer o acarrear
consecuencias para los sistemas reproductivo, inmunitario o nervioso. Antes de que se
autorice su uso, los plaguicidas deben estudiarse a fin de determinar todos sus posibles efectos
para la salud, y los resultados deben ser analizados por expertos que evalúen cualquier riesgo
que los productos puedan entrañar para las personas.

Alimentos orgánicos
Una dieta rica en frutas y vegetales frescos provee tanto una nutrición óptima como una dieta
variada. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado beneficios directos para la salud o
protección ante enfermedades al adherirse a una dieta completamente orgánica. No hay
evidencia concluyente de que los alimentos orgánicos sean más nutritivos que los alimentos
convencionales.

La gente come alimentos orgánicos por razones distintas a la nutrición. Por ejemplo, los que
siguen una dieta orgánica son menos propensos a enfermedades causadas por pesticidas y la
agricultura ecológica (orgánica) es más sostenible y beneficiosa para el medio ambiente.

Los beneficios de comer frutas y verduras son bien conocidos. Una dieta rica en frutas y
verduras se asocia con menores tasas de obesidad, enfermedades cardiovasculares y algunos
tipos de cáncer. El USDA recomienda que la mitad de los alimentos en cada porción sean frutas
y verduras. Dado que los productos convencionales de lavado no eliminan completamente los
residuos de pesticidas, consumir una dieta orgánica es la mejor manera de reducir su
exposición a éstos.

Además, evitar el uso de insecticidas y herbicidas convencionales en su hogar también reducirá


su exposición a estos pesticidas.
Riesgos para la salud a nivel celular y orgánico en
general
Existen estudios que han demostrado que niños que comen dietas convencionales tienen
niveles significativamente más altos de residuos de pesticidas OP en su orina en comparación
con niños que consumen una dieta orgánica. En un estudio, un grupo de niños fue sometido a
cambiar de una dieta convencional a una orgánica. La concentración de residuos de pesticidas
en su orina inmediatamente se redujo a niveles indetectables. Una vez volvieron a su dieta
convencional, la concentración de estos residuos en su orina aumentó de nuevo. Cuando los
productos orgánicos son fácilmente accesibles, en cuanto a su precio y disponibilidad, su
compra y consumo son dos maneras fáciles que los padres pueden utilizar para reducir la
exposición de sus hijos a pesticidas OP.

Se ha visto que los hombres que se alimentan con frutas y verduras con un mayor contenido
de residuos de pesticidas tienen una peor calidad en su semen, con menos espermatozoides y
más espermatozoides anormales. El diazinon, así como otros pesticidas ha sido asociado a
una baja calidad seminal. Es especialmente célebre el caso del DBCP, un nematicida, que
esterilizó a muchos varones pero son muchas más las sustancias que han sido estudiadas. Un
estudio llegaba a mostrar que el riesgo de tener una pobre calidad seminal se podía llegar a
incrementar casi 30 veces para los hombres con niveles más altos de alachlor, 17 veces con el
diazinon y 12 veces con la atrazina.

La exposición de animales de laboratorio al carbendazim (fungicida carbamato) ha sido


asociada a defectos de nacimiento asociados a los niveles de andrógenos. Sus efectos sobre la
función reproductora masculina hace mucho que ha sido estudiada, habiendo sido asociado a
una reducción en el número de espermatozoides y de la fertilidad en experimentos de
laboratorio.

El prochloraz, fungicida muy usado en la UE, puede, como otros pesticidas de su clase
(imidazoles) causar efectos de disrupción endocrina tales como efectos feminizantes en los
machos, malformaciones sexuales o alteraciones de conducta.

El glifosato y/o las formulaciones en él basadas, que integran uno de los herbicidas más usados
del planeta, ha sido asociado a los más diversos efectos de disrupción endocrina. Por ejemplo,
la exposición durante el embarazo podía alterar el proceso de masculinización de las crías y
promover cambios en la conducta y problemas histológicos y endocrinos en los parámetros
reproductivos.

Son infinidad los estudios que asocian pesticidas con capacidad de alteración endocrina a los
más diversos males. Unos muestran asociaciones epidemiológicas en humanos y otros,
resultados en animales que podrían extrapolarse a humanos dados los elementos endocrinos
comunes entre especies. Así, por ejemplo, se ha visto por investigadores del Instituto Nacional
de Alimentación de la Universidad Técnica de Dinamarca como se asociaba la exposición
durante la gestación y la lactancia a dos fungicidas triazoles muy usados y por tanto frecuentes
como contaminantes alimentarios, el epoxiconazole y el tebuconazole, a masculinización de las
hembras o feminización de los machos de rata.

La exposición a sustancias disruptoras endocrinas, entre ellas varios pesticidas, también ha


sido asociada a la endometriosis que tantas veces ti ene que ver con la infertilidad femenina.
Por ejemplo, a la exposición a varios pesticidas organoclorados, como el lindano y el mirex,
sustancias con un alto grado de persistencia. Las mujeres que tenían un nivel algo más alto de
presencia del metabolito del lindano y de mirex, tenían un riesgo notablemente superior de
tener la enfermedad (y mucho más en el caso de la endometriosis ovárica para el lindano).
Otros estudios han mostrado que la presencia ciertos niveles de residuos de DDT y otros
químicos industriales en el cuerpo está asociada a un mayor riesgo de endometriosis.

Diferentes investigaciones han mostrado que la presencia de determinados contaminantes con


efecto hormonal puede estar asociada además a un mayor riesgo de tener ovarios
poliquísticos. En alguna de ellas se estudió la asociación de diferentes contaminantes, entre los
que figuraban algunos pesticidas -como la vinclozolina o la permetrina– con este problema,
exponiendo a las ratas que se estaban desarrollando en el útero materno, viendo cómo se
desarrollaban quistes semejantes a los del síndrome de ovario poliquístico humano y
menopausia prematura. Los efectos se transmitieron a tres generaciones, aunque las últimas
no estuviesen expuestas a las sustancias. Se evaluó como la vinclozolina podía haber causado
tales alteraciones transmisibles y se vio que la sustancia parecía haber reprogramado
epigenéticamente los fetos expuestos.

La vinclozolina ha sido asociada por diferentes estudios de laboratorio a diferentes problemas


que se pueden transmitir a lo largo de varias generaciones ligados a una mayor probabilidad
de desórdenes metabólicos, problemas de la próstata (incluido el cáncer), un mal descenso de
los testículos y problemas reproductivos (como peor calidad del semen e infertilidad).

Las más diversas investigaciones muestran que la exposición a niveles muy bajos de algunos
pesticidas puede tener influencias significativas en los niveles hormonales y el grado de
maduración sexual, por ejemplo, en los adolescentes.

Resumir siquiera los múltiples efectos que pueden estar asociados a la exposición a pesticidas
disruptores endocrinos sería interminable. Se ha visto, por ejemplo, como los hijos de
trabajadoras agrícolas expuestas a pesticidas durante el embarazo, nacían con una serie de
problemas en el desarrollo del aparato reproductor. Así, por ejemplo, se constató en una
relevante investigación del Instituto de Salud Pública de la Universidad del Sur de Dinamarca,
en el que se analizó a un amplio grupo de hijos de mujeres expuestas y no expuestas a los
pesticidas a sus tres meses de vida, encontrando que los hijos de madres expuestas tenían una
mayor prevalencia de una serie de problemas. Por ejemplo, tenían un 6,2% de casos
de criptorquidia (frente a solo un 1,9% en las no expuestas ocupacionalmente a pesticidas),
tenían un pene más corto, unos testículos menores, menos testosterona en sangre e inhibina B
(proteína cuya producción es estimulada por los andrógenos). Se ha visto, por otro lado, una
mayor incidencia de casos de criptorquidia en niños de áreas con un alto uso de pesticidas. En
otro estudio se midió la presencia de 16 pesticidas en las placentas de niños y se asoció una
mayor carga hormonal por el efecto combinado de pesticidas con un mayor riesgo de esta
malformación.

Precisamente es durante el desarrollo embrionario y fetal cuando pueden producirse muchos


de los mayores efectos de los pesticidas disruptores endocrinos. El embarazo es un periodo
especialmente sensible en el que niveles bajísimos de una sustancia pueden generar efectos
muy importantes en la criatura en desarrollo que permanecerán mucho después de haber
finalizado la exposición. Esa es la razón de que en este ámbito de estudio de los efectos de los
disruptores endocrinos se acuñase el término de “bases fetales de la enfermedad adulta” para
describir las interacciones entre el organismo en desarrollo y el ambiente que determinan la
propensión de ese individuo a desarrollar una enfermedad mucho más adelante en la vida. Hay
una nutrida cantidad de evidencias científicas al respecto. Por ejemplo, sobre como las
exposiciones del feto pueden causar o incrementar la sensibilidad que predisponga al cáncer
en etapas posteriores de la vida.

Lamentablemente, casi toda la investigación epidemiológica sobre los riesgos del cáncer se
refiere a la presencia de contaminantes químicos.

Medidas de protección familiar


El empleo de productos fitosanitarios en la producción agropecuaria es necesario por razones
técnicas, económicas y sociales. Su uso irracional e irresponsable implica una amenaza para los
trabajadores, los consumidores y el ambiente.

Seguridad para los consumidores: Los fitosanitarios son aplicados sobre los productos que
luego son cosechados y comercializados, de allí la importancia de asegurar un uso responsable
de los mismos, para garantizar no sobrepasar los límites máximos de residuos establecidos
legalmente

Seguridad para los trabajadores: Los trabajadores que manipulan y aplican fitosanitarios están
expuestos a los riesgos de estos, las buenas prácticas en su utilización permiten prevenir y
minimizar esos riesgos contribuyendo a garantizar su salud y bienestar.

Seguridad para el ambiente: Los fitosanitarios son aplicados en el ambiente, si no se hace un


uso racional y responsable de los mismos, se expone a riesgos de contaminación del suelo,
agua y aire. Y a su vez se expone a otras personas y animales que no son objeto de la
aplicación.

Percepción pública del riesgo: La percepción del público sobre el riesgo de los fitosanitarios
influye crecientemente sobre la legislación y regulación. La mala comprensión por parte del
público sobre el riesgo del uso de los fitosanitarios puede contribuir a reglamentaciones
irracionales y contraproducentes. La instalación del tema en los medios de comunicación
refuerza las percepciones que tiene el público sobre los riesgos, apoyada en imágenes visuales
que aumentan la posibilidad de imaginar y acrecentar un problema. Se debe informar y
sensibilizar al público general, con información precisa y equilibrada acerca de los riesgos,
posibles efectos y alternativas. No se debería demonizar y atacar la utilización de fitosanitarios,
se deben atacar y eliminar las malas prácticas y la utilización irracional e irresponsable.

Efectos tóxicos en el organismo humano


El efecto del tóxico depende de la vía de ingreso, del tiempo de exposición y las condiciones de
ese organismo para su eliminación.

Vías de ingreso

Las vías de ingreso al organismo son: Digestiva –Respiratoria y Dérmica.


Vía digestiva

Las personas que comen, beben o fuman después de haber manejado el producto sin haberse
lavado las manos, pueden ingerirlo accidentalmente. Este descuido es una causa frecuente de
intoxicación por plaguicidas. El tóxico ingerido pasa al estómago, luego al intestino y de ahí a
los vasos sanguíneos distribuyéndose en el organismo. Cuanto más tiempo está la sustancia en
el intestino, mayor es la cantidad que pasa a la sangre y más grave la intoxicación consiguiente.
Hay dos medios para evitar que los plaguicidas pasen del intestino a la sangre: Administrar
carbón activado, que adsorbe ciertos tóxicos impidiendo que atraviesen las paredes
intestinales, y administrar laxantes para acelerar el paso del tóxico por el intestino y lograr que
salga del cuerpo con las heces con más rapidez.

Vía respiratoria

Los plaguicidas que están en forma de gas, vapor, polvo, humo o gotitas minúsculas (aerosoles
o pulverizaciones) pueden pasar a los pulmones por la boca y la nariz en la respiración. Una
persona puede intoxicarse, por ejemplo, cuando aplica plaguicidas por rociamiento sin la
protección adecuada. Una vez inhalados llegan a los pulmones y rápidamente a los vasos
sanguíneos dado que es una zona muy vascularizada.

Vía cutánea

Las personas que trabajan con plaguicidas suelen sufrir intoxicaciones si se salpican o
humedecen la piel o llevan ropa empapada por el producto. La piel es una barrera que protege
el cuerpo de las sustancias tóxicas. Sin embargo, algunas pueden atravesarla y los plaguicidas
lo hacen con más facilidad con la piel húmeda, caliente y sudorosa. Las lesiones en la piel
favorecen el ingreso. A veces puede eliminarse de la piel lavándola antes que pase al interior
del cuerpo.-

Otras vías: Ocular –nasal –sublingual –vaginal –rectal.-

El plaguicida en el organismo Una vez absorbido e ingresado al torrente sanguíneo el corazón


lo hace circular por todo el cuerpo. Algunos se descomponen en el hígado originando
metabolitos que generalmente son menos tóxicos que la sustancia madre.- Tanto los
compuestos originales, como sus metabolitos, se eliminan por la orina, las heces o el sudor.
Además en el aire expulsado durante la respiración, luego de pasar por riñones, pulmones,
intestino, hígado, etc. Algunos plaguicidas, como los organoclorados, se acumulan en los
tejidos y órganos del cuerpo donde pueden permanecer largo tiempo. Una vía de excreción
que hay que tener en cuenta es la leche materna ya que afecta también al niño que se está
amamantando.-
Los plaguicidas producen efectos locales o generales

Locales

Las sustancias cuando entran en contacto por primera vez con la piel producen enrojecimiento
o erupciones, picazón, dolor, hinchazón, ampollas, sensación de quemadura. Pero esto es
evitable si se lava bien la superficie afectada. En cambio pueden dar lugar a quemaduras si el
contacto es prolongado; por ejemplo en el caso de sujetos que llevan ropa contaminada
durante varias horas.

Algunas sustancias químicas no producen ningún efecto las primeras veces que entran en
contacto con la piel pero, la reiteración de la exposición, lleva a generar una lesión cada vez
más intensa a medida que se prolonga el uso. Las sustancias corrosivas pueden llevar a la
destrucción de la piel.

En los ojos pueden provocar dolor e incluso quemaduras en la superficie ocular que pueden
llegar hasta la ceguera.

Pueden provocar lesiones en la boca, garganta, intestino y presentarse vómitos, dolor


abdominal y diarrea que a veces puede ser con sangre.

En vías respiratorias y pulmones producen procesos irritativos con tos y sensación de ahogo.
Puede llegar incluso a provocar un edema de pulmón con necesidad urgente de internación.

La ingestión de algunos tóxicos como los derivados del petróleo (hidrocarburos) si llegan a
pasar a la vía respiratoria provocan una neumonitis o edema pulmonar grave.

Los tóxicos inyectados a través de la piel por accidente causan intenso dolor y edema que
puede evolucionar a la destrucción de esta.

Generales

Los efectos generales solo aparecen cuando la cantidad de plaguicida en el cuerpo es mayor
que la que este puede eliminar en cuyo caso la sustancia se acumula y alcanza el nivel tóxico.
En el caso de personas expuestas durante largo tiempo (exposición crónica), los efectos
pueden ser duraderos, como pasó en la década del `70 con el uso del DBCP, antes
mencionado, que produjo problemas de esterilidad en 1500 trabajadores bananeros
centroamericanos que debieron ser indemnizados por la Compañía Dow Chemical de EEUU. La
exposición a un plaguicida no afecta por igual a todas las personas. Algunas son más sensibles
que otras. Se consideran más sensibles los estadios intrauterinos, los bebes, niños pequeños y
las personas de la tercera edad.

No sólo hay que tener en cuenta sólo el plaguicida usado, sino recordar que a veces se usan
cocteles de los mismos cuyos efectos se potencian y que estos sufren alteraciones químicas
que originan nuevas sustancias, distintas a las originales. Hay además una interacción con el
medio ambiente que genera mezclas más peligrosas. Muchos plaguicidas suelen ser hidrófilos
y lipófilos lo que facilita su acumulación en el organismo de personas expuestas, en redes
alimentarias y que, a veces, las personas expuestas a los plaguicidas ya suelen contener en su
organismo cierta cantidad de estos y el nuevo ingreso potencia los procesos de adición.
Riesgos en la salud de niños, adolescentes y adultos
Los efectos de los disruptores endocrinos varían de una especie a otra y de una sustancia a otra.
Sin embargo, pueden formularse cuatro enunciados generales:

– Las sustancias químicas disruptoras pueden tener efectos totalmente distintos sobre el
embrión, el feto o el organismo perinatal que sobre el adulto;

– Los efectos se manifiestan con mayor frecuencia en las crías (hijos), que en el progenitor que
fue expuesto al envenenamiento;

– El momento de la exposición en el organismo en desarrollo es decisivo para determinar su


carácter y su potencial futuro;

– Aunque la exposición crítica tiene lugar durante el desarrollo embrionario, las manifestaciones
obvias pueden no producirse hasta la madurez.

Se ha descubierto que cantidades insignificantes de estrógeno libre pueden alterar el curso del
desarrollo en el útero; tan insignificantes como una décima parte por billón. Las sustancias
químicas disruptoras endocrinas pueden actuar juntas y cantidades pequeñas, aparentemente
insignificantes, de sustancias químicas individuales, pueden tener un importante efecto
acumulativo.

Causa gran preocupación la creciente frecuencia de anormalidades genitales en los niños, como
testículos no descendidos (criptorquidia), penes sumamente pequeños e hipospadias, un
defecto en el que la uretra que transporta la orina desde la vejiga, no se prolonga hasta el final
del pene.

En zonas como la soyera en Argentina donde se emplea el endosulfan y otros venenos, se han
registrado un alto número de casos de criptorquidias. Algunos estudios con animales indican
que la exposición a sustancias químicas hormonalmente activas en el periodo prenatal o en la
edad adulta aumenta la vulnerabilidad a cánceres sensibles a hormonas, como los tumores
malignos en mama, próstata, ovarios y útero.

Entre los efectos de los disruptores endocrinos está el aumento de los casos de cáncer de
testículo y de endometriosis, una dolencia en la cual el tejido que normalmente recubre el
interior del útero se desplaza al abdomen, los ovarios, la vejiga, los intestinos o los pulmones,
provocando crecimientos que causan dolor, copiosas hemorragias (ya que este tejido depende
de las hormonas y sangra con el ciclo menstrual femenino), infertilidad y otros problemas como
mortalidad perinatal y embarazo anembrionado. Esta última patología es verdaderamente
sorprendente.

Consiste, ni más ni menos, en un embarazo en el que, luego de producida la fecundación, se


forma una placenta, una bolsa de aguas, pero no hay bebé. Generalmente, este producto es
expulsado al segundo o tercer mes de gestación sin secuelas importantes desde el punto de
vista físico. Pero si imaginamos la situación de salud mental de una joven pareja que pretende
construir su familia y fracasa reiteradamente por esta patología, entenderemos que el
embarazo anembrionado no es tan benigno como se ve a simple vista. La endometriosis afecta
hoy a cinco millones de mujeres estadounidenses, cuando a principios del siglo veinte era una
enfermedad prácticamente desconocida.
Niños

Los fetos y los niños tienen mayor riesgo de exposición ambiental a los pesticidas en el aire, el
agua y el suelo que los adultos. El feto está en riesgo a partir de la exposición materna debido
a la transferencia placentaria de estos agentes. Los niños pequeños que pasan gran parte del
tiempo en el suelo, en general se llevan diversos objetos a la boca y se lavan las manos con
menor frecuencia, por lo que pueden estar expuestos a los insecticidas mediante una amplia
gama de áreas potencialmente contaminadas, como alfombras con polvo, césped y jardines
tratados con químicos, animales domésticos en tratamiento con insecticidas organofosforados,
carbamato y piretroides para controlar las parasitosis. En particular, el riesgo de exposición por
inhalación es elevado cuando el tóxico es más pesado que el aire y, por ende, tiene su
concentración más alta próxima al piso. Por último, el elevado consumo diario de aire, agua y
comida por unidad de peso corporal en los niños y su mayor superficie corporal por unidad de
peso incrementa la exposición a los pesticidas ambientales.

Metabolismo de los pesticidas en los niños

El sistema de detoxificación hepático es inmaduro en los recién nacidos y se desarrolla


marcadamente durante la primera infancia, aunque algunas enzimas no maduran hasta los 5
años o más. Diversos insecticidas organofosforados primero son activados por el sistema
enzimático citocromo P 450 y luego inactivados por las enzimas paraoxanasas plasmáticas y
hepáticas que no alcanzan la actividad de los adultos hasta los 6 meses de vida. Debido a que
la barrera hematoencefálica es inmadura en la primera infancia, el riesgo de que los tóxicos
químicos se acumulen en el cerebro es más alto que en etapas posteriores y pueden producir
daño cerebral permanente al interferir con el rápido desarrollo de los nervios y las células
gliales. No hay mucha información acerca de la susceptibilidad de los fetos a la exposición a los
pesticidas, aunque recientemente se encontró que la actividad de la enzima detoxificadora de
los organofosforados paraoxanasa- es baja en los neonatos.

Cultivos tratados con pesticidas


¿Qué productos vegetales contienen mayores cantidades de pesticidas? El Grupo de Trabajo
Ambiental (Environmental Working Group - EWG) publica la Guía de Plaguicidas en Productos
Vegetales que identifica los productos más susceptibles de estar contaminados con pesticidas.
EWG recomienda comer versiones orgánicas de 'La Docena Sucia': manzanas, apio, pimientos o
chiles dulces, melocotones, nectarinas, fresas (importadas), uvas, espinaca, lechuga, pepinos,
arándanos (nacionales) y papas. Además, EWG recomienda el consumo de frijoles, habas
verdes y la col rizada orgánicos. Vale la pena señalar que residuos de plaguicidas también
pueden existir en los zumos de frutas y verduras. EWG también publica una lista de 15 frutas y
verduras convencionales cuyos niveles de pesticidas son más bajos y, por ende, más seguras de
consumir. Esta lista incluye: cebolla, maíz dulce, piña, aguacate, lechuga, guisantes,
espárragos, mangos, berenjenas, kiwi, melón (nacionales), patatas dulces, toronjas, sandía y
hongos o champiñones

Evaluación
Las funciones de este sector del Senasa son:

1. controlar el cumplimiento de las normas técnico-administrativas referidas a la elaboración


y/o formulación de productos fitosanitarios, fertilizantes y enmiendas utilizados para la
producción agrícola y el control de plagas vegetales.

2. Inscribir, registrar y auditar los establecimientos que elaboren y/o formulen productos
fitosanitarios, como así también proponer la inscripción de toda persona física o jurídica u
objeto a ser registrado en el ámbito de su competencia.

3. Realizar la evaluación técnica, de la documentación presentada para la aprobación y registro


de los principios activos y/o productos formulados, fertilizantes y enmiendas.

4. Proponer la restricción o prohibición de los productos fitosanitarios, fertilizantes y


enmiendas de uso agrícola. La ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos
y Tecnología Médica) realiza registro, control, fiscalización y vigilancia de medicamentos,
cosméticos, reactivos de diagnóstico; productos médicos; alimentos acondicionados,
suplementos dietarios, aditivos, edulcorantes e ingredientes; productos de uso doméstico,
desinfectantes y desinfectantes. Su misión es asegurar la eficacia, seguridad y calidad en todo
lo inherente a la Administración, garantizando el cuidado de la salud, así como también la
calidad y sanidad de todos los productos.

Fiscalización
Mediante la Resolución N° 500/2003 del SERVICIO NACIONAL DE SANIDAD Y

CALIDAD AGROALIMENTARIA, se creó el Sistema Federal de Fiscalización de

Agroquímicos y Biológicos (SIFFAB); que tiene como principales funciones:

1. Asegurar que los productos que se comercialicen se correspondan con los registrados en el
SENASA conforme las normas vigentes.

2. Asegurar la trazabilidad de los agroquímicos.

3. Corroborar la legitimidad de los productos que se comercializan, es decir que el producto


realmente haya sido elaborado por el establecimiento declarado, el que se identifica en las
etiquetas o rótulos.

4. Retirar del circuito comercial los productos que no cuenten con el registro en el SENASA.
Aplicar sanciones a los infractores a las normas vigentes.

5. Fiscalizar Comercios, a efectos de que expendan únicamente agroquímicos registrados en el


SENASA bajo las condiciones en los que fueron aprobados y autorizada su venta.

6. Velar y fomentar condiciones de almacenamiento adecuadas.

7. Capacitar a los distintos agentes que forman parte del sistema.

8. Fomentar e inducir la habilitación y la fiscalización de equipos de aplicación por parte de las


Autoridades Competentes de los Gobiernos Provinciales, capacitar y fomentar la capacitación
de operarios aplicadores y su acreditación, reconociendo la misma.

9. Fomentar y difundir la correcta disposición final de residuos remanentes y envases.


10. Impulsar la adopción de Buenas Prácticas Agrícolas, el manejo y uso racional de
agroquímicos y el manejo integrado de plagas (MIP).

Certificación
El organismos de control vigila el cumplimiento del Código Alimentario, en este caso SENASA
por parte del Ministerio de Agricultura, controla productos no procesados: frutas y verduras,
carnes, huevos, miel, etc. las principales funciones del SENASA son: Planificar, normar,
ejecutar, fiscalizar y certificar procesos y acciones en el marco de programas de sanidad animal
y vegetal e inocuidad, higiene y calidad de los alimentos, productos e insumos, dando
respuesta a las demandas y exigencias nacionales e internacionales, a los temas emergentes y
a las tendencias de nuevos escenarios.

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