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Delgado, Florencia CI: 4.874.

452-9
Segundo parcial de Entrevista Psicológica
Respuesta1:
Si presenciara la entrevista como estudiante, pondría énfasis en la escucha y observación
clínica para completar el registro. Ambas actitudes son fundamentales en el rol de psicólogo pues
colaboran en la construcción de hipótesis sobre el motivo de consulta latente que da
padecimiento al consultante.
De acuerdo con Garbarino, escuchar en el trabajo psicológico implica un “tercer oído”, es
decir, ir más allá de lo que el paciente explícitamente manifiesta. Según el psicoanálisis la
atención deberá ser flotante, prestar la misma atención a todos los elementos del discurso oral y
corporal y también deberá existir neutralidad y abstinencia ante lo que cuenta el paciente. Por otra
parte la observación aporta información que se percibe a través de actitudes, comportamientos,
lenguaje paraverbal y corporal del paciente.
En cuanto a la entrevista a analizar, es importante que en el registro aparezcan cuestiones como
el clima en que se desarrolla la charla, el motivo manifiesto de consulta (que en este caso es la
autoflagelación y la rebeldía contra la madre y su entorno), quién la acompaña, cuestiones de la
pre-entrevista (cómo se contactó), apariencia (si está desalineada, su expresión en el rostro),
cómo se desarrolla su lenguaje corporal a lo largo de la entrevista. Respecto a lo dicho, se vuelve
de vital importancia registrar de forma textual aquellas aseveraciones que realizan tanto la madre
como la adolescente y que resulten un puntapié para nuevas preguntas a futuro o que sirvan de
hipótesis sobre el motivo de consulta latente. Por ejemplo la madre dice cosas como: “cosas
indebidas”, comienza hablando desde el nacimiento de la hija: “Nadie quería quedarse con ella”,
“Nació rebelde”, “Somos del mismo sexo”. Esto podría dar la hipótesis de que no fue una hija
deseada, ya que a través de sus palabras da a entender que era una carga. Por otra parte
explica, pareciera de forma aislada, “somos del mismo sexo”. Según Zachetti en algunas
circunstancias los hijos pueden ser considerados competencia para los padres, ¿lo es en este
caso? Registraría cuál es la reacción de la muchacha al escuchar a su madre describirla de esa
forma, se nota un vínculo conflictivo desde el inicio, antes de que Alicia tuviera conciencia de sus
actos y se evidencia cómo la progenitora marca una diferencia con sus hermanas.
Respecto al discurso de la adolescente, además del evidente conflicto con su madre, considero
importante la frase “Había empezado con las marcas en el cuerpo. Me hacía letras”, “sentía
placer cuando lo hacía”. Se podría hipotetizar que maneja el dolor como forma de enfrentar los
problemas y las angustias. No es menor que los dibujos que se infringía y el tatuaje que no
conoce su padre sean la letra “A”, su inicial. Se manifiesta un conflicto con el yo, de identidad,
característico de la edad que atraviesa la paciente más allá de los problemas propios.
Por otra parte su vuelve sustancial la referencia a su padre: “Mi padre le fue infiel a mi madre. Y
dejó de ser lo que era para mí”. Esto permite la repregunta en otra ocasión ¿y qué era para ti?
Define a la madre como “loca” pero a su padre no lo categoriza con un adjetivo por lo que se
podría inferir que era una figura de peso emocional positivo, a pesar de que solo lo veía de noche.
El registro de frases textuales que se jerarquizan colaborará luego en la próxima sesión a volver
sobre estos asuntos tan trascendentales que manifiesta la paciente y que con seguridad influyen
en las actitudes que ha tomado en cuanto a su vínculo con los otros y ella misma.
Respecto a los silencios sería apropiado registrar y observar en qué momentos ocurren. Los que
llamaron más mi atención fueron los últimos: “Si vuelvo a culparme…últimamente volví a tener
ganas de cortarme. Si no pongo una pared….” Estas frases darían puntapié para preguntas
como: ¿culparte de qué?, ¿qué sería para ti la pared?
Ante todos estos aspectos analizados, y que se podrían analizar aún más, es imprescindible la
observación de las reacciones de ambas participantes cuando la otra habla, los tonos de voz y
lenguaje corporal. Estas herramientas, como ya explicité, son esenciales para retomar el trabajo
en sesiones próximas, dejando lo menos posible al azar, aquellas intervenciones que conducen al
verdadero dolor de la paciente.
Respuesta 2:
Cada etapa etaria posee ciertas peculiaridades que deberán ser tenidas en cuenta para las
entrevistas psicológicas. La adolescencia es un período evolutivo que se caracteriza por
constantes cambios y conflictos. Existen cambios biológicos y psíquicos que se complementarán
con el ambiente del sujeto. Según Zachetti existe una búsqueda de identidad, una crisis que
implica comenzar a abandonar la dependencia psíquica respecto a los padres para formar su
propia manera de ver el mundo. Es así que los adultos referentes se vuelven figuras
importantísimas en este período.
Respecto a la entrevista con el psicólogo, este deberá generar un vínculo positivo, ganar la
confianza del entrevistado para que logre abrirse. A diferencia de entrevistas con adultos, la
autora anteriormente citada, explica que será significativo no dejar largos silencios que aumenten
el nivel de ansiedad del adolescente, por lo cual el entrevistador tendrá una participación más
activa, sin guiar la conversación. Es definida como entrevista abierta activa. De acuerdo con
Zachetti, puede ocurrir que el paciente nos compare con sus padres por representar parte del
mundo adulto, sin embrago para generar el vínculo de confianza es necesario manifestar la
existencia del secreto profesional y la intención de escucha y diálogo.
En cuanto a los motivos de consulta, mayormente son a partir de preocupaciones de los padres,
por rebeldía, aislamiento, entre otras causas. También puede ser por motus propio, en general
por cuestiones que respectan a la sexualidad. Cuando ocurre la entrevista con los padres, es
importante que asistan ambos, que se pregunte el motivo de consulta y luego se coteje con el
paciente, preguntar: ¿por qué crees que estás aquí? Si no coinciden los motivos nos dará
información a tener en cuenta. Se consultarán sus hábitos, relacionamiento con pares, historia del
adolescente, escolaridad, entre otros aspectos.
Para las intervenciones es importante no ser del todo directos, sino que deberían ser a través de
contradicciones, historias parecidas a sus vivencias, el humor, entre otros.
Respecto al encuadre externo será de gran importancia definir los días y horarios y fijar el
compromiso de los adultos de continuar el proceso terapéutico. También podría suceder que el
adolescente en su naturaleza rebelde “rompa” dicho encuadre, faltando sin aviso o llegando tarde.
Trasladando estos aspectos teóricos a la entrevista, sería de vital importancia acordar lo
anteriormente explicitado con la madre y con Alicia. También aclararía lo del secreto profesional
ante las dos y la importancia de que asista sola. En el caso de esta entrevista considero que lo
más pertinente hubiera sido distintas entrevistas por separado, ya que la actitud inicial de la
madre ofrece etiquetas sin reparos ante un desconocido para la adolescente. Me lleva a
cuestionarme qué tan oportuno es que la chica suponga que el psicólogo ya tiene un preconcepto
de ella para luego liberarse al diálogo terapéutico.
El rol del psicólogo en esta etapa etaria es un desafío pues se cuenta con el agregado de la
rebeldía y constante cambio psíquico y biológico del paciente. El abordaje ético y profesional
serán la base para un desarrollo esperable.

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