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Andrés Felipe Soto Guevara

201413205
RESEÑA SEMANA 14
El texto de José-Ginés Mora (2005) “Public-Private Partnerships in Latin America: A Review
Based on Four Case Studies” es un análisis comparado de cuatro países respecto a las
características y particularidades de sus respectivos sistemas educativos. Tal estudio, tiene
como fin entender el papel que juega actualmente las asociaciones público-privadas en el
mejoramiento del sistema, para así, determinar el futuro rol que puede tener esta figura
en la educación de las sociedades latinoamericanas.
Mora nos propone el estudio de los sistemas educativos de Chile, Brasil, Colombia y
Venezuela; ya que, el nivel de desarrollo económico y educacional de estos países no es
tan alto como los países desarrollados, sino que se ubican en un nivel intermedio dentro
de la escala global. Aunque, es necesaria la salvedad de que Chile se encuentra más
cercano en sus indicadores a los países con los mejores resultados, la persistencia de la
desigualdad y de las dificultades políticas para el desarrollo de políticas educativas que
mejoren la igualdad y la eficiencia de los recursos, es un lugar común para los cuatro casos
estudiados.
Con el fin de analizar el estado de los sistemas de educación de los distintos países, el
autor no sólo evalúa las circunstancias socioeconómicas de éstos, sino acertadamente
también se aproxima brevemente al diseño institucional que cada país ha tenido
históricamente en su política educativa. Específicamente, se enfoca en la distinción de
todas las modalidades de colegios que existen en cada territorio, y sus respectivas formas
de financiación –bien sea estatal, privada o mixta– y sus distintas configuraciones de
administración, haciendo énfasis en aquellas formas que implican una asociación entre el
sector privado y el Estado. Sumado a lo anterior, se resalta de igual modo las condiciones
de los profesores de cada sistema, tanto en materia económica como de formación
intelectual y de capacitación, con el fin de delimitar los problemas que estos funcionarios
sufren o, incluso, que generan al buen funcionamiento del sistema.
El método de investigación del autor es un enfoque cuantitativo, ya que se basa en
estadística descriptiva, para llegar a los argumentos que serán planteados a continuación.
Tal método es adecuado y necesario para realizar una comparación de cuatro casos
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regionales, aunque dificulta la posibilidad de proponer soluciones de política pública más
contextualizadas a cada caso.
En consecuencia, a partir los resultados arrojados por las variables estudiadas; es decir,
desde esta aproximación empírica al problema de la educación latinoamericana, José-
Ginés Mora defiende el argumento de que el mayor problema de los sistemas educativos
en la región es la falta de recursos y la alta inequidad no sólo a nivel individual, sino
también en las distintas áreas al interior de los países. Asimismo, expone la diferenciación
en el grado en que el sector privado está involucrado en la educación dentro de cada
Estado –siendo Venezuela el país con el menor involucramiento registrado y Chile con el
más alto– como un factor determinante en obtener resultados finales exitosos en
educación. Lo anterior se debe a que, al demostrar los mejores rendimientos financieros,
administrativos e intelectuales de los colegios que tienen un esquema de asociación
público-privada, el autor defiende la necesidad de ampliar la cantidad de este tipo de
diseños en todos los sistemas. Tales iniciativas, tienen mejores esquemas de
administración, la posibilidad de incrementar los recursos destinados a mejorar la calidad
educativa y no sólo al pago del personal, sistemas robustos de monitorio y control que
generan mejores rendimientos del profesorado y de los estudiantes, así como niveles altos
y sostenibles en la cobertura.
Sobre la argumentación del autor, considero que, si bien su análisis descriptivo de las
realidades de los distintos sistemas educativos en los cuatro países estudiados es acertado
y pertinente, el diagnóstico sobre los grandes problemas de estos es equívoco. Aun
cuando la cantidad de niños que atienden estos países es mayor a la que enfrentan los
países desarrollados, invertir 4.5% del PIB al año–en promedio– es un gran esfuerzo fiscal
que debería permitir saltos más grandes en la calidad de los sistemas de educación, no
parece ser la falta de recursos lo que agobia los países estudiados (con excepción quizás
del caso venezolano por su fuerte crisis económica), sino el mal empleo de éstos. Por su
parte, en cuanto a la desigualdad regional al interior de los mismos países, tal evaluación
es acertada, aunque no sólo debe verse en materia económica, sino también la
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subsecuente diferencia de capacidades de gestión de los recursos que provienen desde los
mismos municipios o desde los gobiernos centrales.
Por lo tanto, no considero que el mayor problema de los sistemas educativos sean
solamente factores externos a éste, como sería la falta de recursos públicos o la
desigualdad interregional, sino que es el mismo diseño del sistema, en conjunto con
variables de carácter político, lo que determina el grado y la calidad de la educación que
finalmente recibe una sociedad. La propuesta del autor, de ampliar las asociaciones
público-privadas en educación debido a sus mejores resultados está bien soportada en los
datos empíricos, pero las propuestas de política pública no sólo se deben concebir
técnicamente, pues es en la factibilidad política donde estos análisis fallan, allí donde lo
necesario es lo imposible.
Es necesario entender que la oferta pública en educación es inelástica pues representa un
botín electoral para aquellos quienes tienen el poder político territorial. Tal hecho, explica
en parte el por qué la adopción de estos esquemas ha sido lenta en varios de los países, ya
que, como los recursos públicos están ya destinados al financiamiento de colegios
públicos, la adopción de esquemas público-privados implica un esfuerzo fiscal adicional
que sólo puede darse paulatinamente. Por lo tanto, es el mismo diseño de los sistemas de
educación, el que se debe modificar de manera incremental teniendo en cuenta las
variables políticas de la reforma: definiendo claramente las responsabilidades de todos los
actores, generando los incentivos adecuados tanto para los profesores como hacia los
estudiantes, estableciendo fuertes sistemas descentralizados de capacitación y monitoreo
en cuanto al rendimiento del personal educativo, estableciendo esquemas de ejecución
del gasto público más favorables a la creación bruta de capital, y demás soluciones, que
no responden a circunstancias socioeconómicas de cada país sino al diseño institucional
como tal.
Finalmente, Mora concluye en su texto la necesidad de hacer más públicas las
instituciones educativas privadas, y de hacer más privadas las instituciones públicas. Lo
anterior quiere decir que, se deben usar recursos públicos dentro del financiamiento de
colegios y universidades privadas pues se hace uso de recursos privados ya existentes que
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pueden mejorar la cobertura educativa. Asimismo, brindar a los colegios y las
universidades públicas de los esquemas de administración propios del sector privado,
permite una mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos y la consecución de
mejores resultados en calidad educativa.
A partir del anterior análisis del texto de Mora, propongo las siguientes preguntas: (i)
¿Qué dificultades de economía política representa entregar recursos públicos a
instituciones privadas de educación? ¿Qué nos enseña el programa “Ser Pilo Paga” en este
sentido? (ii) ¿Cuáles formas son las más adecuadas de incentivar la participación del sector
privado en la prestación del servicio público de educación?

BIBLIOGRAFÍA
Mora, J. (2005) “Public-Private Partnerships in Latin America: A Review Based on Four
Case Studies”, working paper prepared for the conference: Mobilizing the Private Sector
for Public Education

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