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CRITICAS

• En la vida cotidiana, las personas adquieren créditos y deudas; esto es, son titulares de
diversas situaciones jurídicas que componen las relaciones obligatorias. Pero en dicha
cotidianidad, muchas veces, no se cumplen las deudas que uno asume. Así, en principio,
el embargo se constituye como un mecanismo que permite al acreedor satisfacer su
crédito a través de uno de los bienes de su deudor.
• En el artículo 642 del Código Procesal Civil, el embargo consiste en la afectación
jurídica de un bien o derecho del presunto obligado, aunque el bien se encuentre en
posesión de tercero, siempre que la pretensión principal sea apreciable en dinero.
• El embargo cumple, en cierto sentido, un papel semejante al de la afectación
convencional de determinados bienes emergentes de la constitución de un derecho real
de garantía (hipoteca o garantía mobiliaria), pero la característica que
fundamentalmente lo distingue de esa situación consiste en que aquel requiere,
ineludiblemente, una resolución judicial.
• Sin embargo, en nuestro medio, poco se ha estudiado el mecanismo de tutela
representado por la denominada solicitud de suspensión de medidas cautelares,
reconocido en el artículo 539 del Código Procesal Civil.
• La realidad nos demuestra que muchas veces se ordenan las inscripciones de medidas
cautelares (usualmente, derivadas de obligaciones laborales) en partidas registrales de
inmuebles, cuya titularidad ya no corresponde al verdadero deudor del proceso ¿Qué
hacer ante ello?
• De conformidad con el artículo 539 del Código Procesal Civil, «el perjudicado por una
medida cautelar dictada en proceso en que no es parte, puede pedir su suspensión sin
interponer tercería anexando título de propiedad registrado. Del pedido se corre traslado
a las partes. Si se suspende la medida, la resolución es irrecurrible. En caso contrario, el
interesado puede interponer tercería, de acuerdo al artículo 533».
• La suspensión de la medida cautelar sin tercería es un mecanismo de protección del
derecho de propiedad sin necesidad de interponer la tercería. En este caso, no es
necesario instaurar un proceso autónomo, limitándose a una mera solicitud que tiene
como presupuesto el título de propiedad registrado.
RECOMENDACIONES
• El tercerista debe solicitar el levantamiento del embargo sobre su bien que se ha
visto afectado en cumplimiento de una obligación ajena. Al corresponderle la
obligación a persona distinta del tercerista, este no debe ver su derecho de
propiedad afectado con la medida del embargo.
• El tercerista, en un proceso de ejecución en donde es acreedor, solicita que su
crédito se vea satisfecho antes que el de otros acreedores del mismo deudor por
tener un mejor derecho.
• La tercería de propiedad se puede interponer hasta el acto de expropiación
mismo: el remate efectivo.
• la tercería de derecho se puede interponer hasta antes de realizarse el pago al
acreedor.
• la norma es clara al exigir como mínimo para admitir la demanda, el documento
público o privado de fecha cierta. El primero es el expedido por funcionario
público o notario en el ejercicio de sus funciones, mientras el segundo es el
constituido por particulares, pero siempre que tenga fecha cierta.
• Este mecanismo es muy semejante a la desafectación, instrumento procesal que
tiene la misma finalidad. Así, la desafectación también sería un mecanismo de
protección de la propiedad que se encuentra afectada con una medida cautelar,
pero a diferencia de la tercería, no es necesario establecer un proceso autónomo,
sino una solicitud que acredita la propiedad de forma.
• Para concluir, es más conveniente la utilización de la desafectación, que
la medida cautelar sin tercería, bastando acreditar la propiedad de forma
fehaciente de un bien afectado por medida cautelar mediante una solicitud
anexando el título de propiedad registrado.
CONCLUSIONES
• Los asuntos contenciosos contemplados en el 486 del CPC son de una
complejidad intermedia, no lo suficientemente complejos ni dificultosos para
tramitarse en la vía de conocimiento pero tampoco de extrema sencillez ni
urgencia para ser ventilados en la vía sumarísima.
• En la tercería de propiedad, el tercerista es aquel que solicita el levantamiento
del embargo sobre su bien que se ha visto afectado en cumplimiento de una
obligación ajena. Al corresponderle la obligación a persona distinta del
tercerista, este no debe ver su derecho de propiedad afectado con la medida del
embargo. Asimismo, se puede interponer hasta el acto de expropiación mismo:
el remate efectivo.
• En la tercería de derecho preferente, el tercerista, en un proceso de ejecución en
donde es acreedor, solicita que su crédito se vea satisfecho antes que el de otros
acreedores del mismo deudor por tener un mejor derecho. Asimismo, la tercería
de derecho se puede interponer hasta antes de realizarse el pago al acreedor.
• Es más conveniente la utilización de la desafectación, que la medida cautelar sin
tercería, bastando acreditar la propiedad de forma fehaciente de un bien afectado
por medida cautelar mediante una solicitud anexando el título de propiedad
registrado.
• Otras normas encargadas de regular la tercería son las referentes a la
inadmisibilidad (535), efectos de la tercería de propiedad (536), efectos de la
tercería de derecho preferente (537) y la connivencia y malicia (538).

https://www2.congreso.gob.pe/sicr/Biblioteca/Biblio_con.nsf/
1B0D5ED62E859763052581670062C14C/$FILE/122120.PDF

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