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Para esta disciplina, la lengua se estudia desde dos dimensiones posibles: por un lado, se puede
analizar la lengua en sí misma para entender su estructura, lo que se conoce como lingüística
interna. En cambio, al estudio de la dimensión social de la lengua, se le denomina lingüística
externa. Cada una de estas vertientes cuenta con sus propias ramas. A continuación veremos las
que corresponden a la lingüística interna:
Fonética
Esta rama se refiere a la manera en que se producen y perciben los sonidos de una lengua. Por
ejemplo, la fonética describe qué tipo de movimientos musculares se requieren para pronunciar
las letras: la posición de la lengua en el paladar, la cercanía de la mandíbula y de los labios.
La fonética explica por qué hay sonidos que son propios para cada lengua y que resultan casi
imposibles de pronunciar para los hablantes de otros idiomas, como es el caso de la doble r que
usamos en el castellano o las vocales ə, ẽ, œ en la lengua francesa, solo por citar algunos ejemplos.
Además, gracias a la fonética sabemos que hay sonidos que son difíciles de percibir cuando no
forman parte de nuestra lengua.
Fonología
Es el estudio de todos los sonidos que componen la lengua, teniendo como base la fonética, pero
incluyendo la formación de las sílabas, la entonación y la acentuación. Estudia conceptos como:
Consonanticidad
Silabicidad
Sonoridad
Punto de articulación
Morfología
Estudia la formación de las palabras y sus partes: sufijos, prefijos, raíces y tallos. También
estudia cómo se relacionan unas palabras con otras para dar sentido a un idioma y explica
cómo influye el contexto en los cambios de pronunciación de las palabras y también en su
significado.
Sintaxis
Esta rama de la lingüística estudia el conjunto de reglas y principio que rigen la estructura
de las oraciones en un idioma específico, es decir, el orden que siguen las palabras para
formar frases coherentes y los signos de puntuación que se emplean.
La sintaxis puede variar en la expresión oral del lenguaje: es normal y aceptado cometer
algunos errores de sintaxis cuando hablamos, pero no cuando escribimos. Por ejemplo, en
México, a menudo cometemos errores sintácticos como cuando decimos:
Estoy seguro que vendrá, en lugar de: estoy seguro de que vendrá.
Semántica
Esta rama toma en cuenta el estudio lingüístico y filosófico del significado en el lenguaje.
También estudia la relación entre los significantes, su connotación y denotación, es decir,
cómo es que una misma palabra puede tener significados diferentes en contextos
específicos.
Pragmática
Neurolingüística
Esta rama se relaciona con la neurología y estudia los mecanismos fisiológicos del cerebro
humano que nos permiten comprender, adquirir y utilizar el lenguaje, tanto hablado,
como escrito y de los signos no verbales. Esta disciplina es útil para desarrollar técnicas
pedagógicas y entender los problemas de aprendizaje o las condiciones neurológicas que
dificultan la comprensión, adquisición y uso del lenguaje, como sucede con ciertos tipos de
autismo.
Sociolingüística
Psicolingüística
Geografía lingüística
También conocida como geolingüística, es una rama que se encarga de estudiar los
cambios que sufren las lenguas en relación con el espacio geográfico. Desde un punto de
vista fonético, hay palabras que se pronuncian de modos diferentes sin alterar su
significado. También existen diferencias en cuanto al léxico, pues existen palabras que son
exclusivas de una región.
Antropología lingüística
La antropología
es el estudio del ser humano desde una dimensión social y cultural. Cada cultura tiene una
lengua que le es propia y constituye nuestra forma de ver e interpretar el mundo.
Difícilmente podríamos llegar a tener un pensamiento abstracto que nos permitiera hablar
de eventos pasados, futuros o imaginarios, si no contáramos con un sistema simbólico
como el lenguaje.
Utilizamos una lengua particular para establecer relaciones sociales y también es el medio
a través del cual construimos nuestra identidad. La lengua permite nombrar quién somos y
a qué grupo pertenecemos, así como para definir a los otros, aquellos que no pertenecen
a nuestro grupo social. En síntesis, la antropología lingüística busca conocer al ser humano
a través de la lengua.
La lingüística es una disciplina que permite entender al ser humano desde una dimensión
particular. El conocimiento de diferentes lenguas, la etimología y la connotación de las
palabras que usamos a diario, pueden revelar aspectos que pertenecen al ámbito del
inconsciente y determinan nuestra manera de interpretar el mundo que nos rodea.
Estudiar esta carrera puede abrirte muchas oportunidades, ya que a menudo se acompaña
del estudio de otros idiomas, una habilidad que siempre será muy valorada por las
empresas.
Signo lingüístico
Por otro lado, el signo lingüístico aparece como parte de una cadena hablada, en la que un
signo sucede a otro, empleando silencios para separar los conjuntos ordenados de signos
que componen, por ejemplo, una palabra. Por eso las lenguas poseen una lógica, una
secuencia, una manera de organizar la información que denominamos sintaxis.
Significante. Es la parte material del signo, aquella que aporta la forma y que es
reconocible mediante los sentidos. En el caso del lenguaje hablado, se trata de la imagen
mental (la imagen acústica) de los sonidos articulados y transmitidos por el aire que se
necesitan para comunicar el signo.
Significado. Es la parte inmaterial, mental, social y abstracta del signo lingüístico, que
forma parte de lo contemplado comunitariamente en la lengua (y que son patrimonio de
todos), pero también de las capacidades expresivas del individuo (su léxico individual). El
significado vendría a ser la imagen psíquica o el contenido que se transmite mediante el
lenguaje.
Tanto el significante como el significado son facetas recíprocas del signo, es decir, que se
necesitan la una a la otra como las dos caras de una hoja de papel. Por ello no es posible
separarlos, ni manejar uno solo. A este tipo de relación se le conoce como dicotomía.
Pierce, por su lado, le atribuía al signo lingüístico tres caras, como un triángulo:
Representamen. Se llama así a lo que se encuentra en lugar del objeto real, es decir, eso
que se halla representando a la cosa: una palabra, un dibujo, son formas
de representamen.
Interpretante. Todo signo requiere de alguien que lo lea o lo escuche y capte los sentidos
en el signo, que necesariamente se dirige a alguien. Esto es el interpretante: la visión
mental que del representamen se hacen los individuos que se comunican.
Objeto. Es la realidad concreta que se desea representar, es decir, eso en cuyo lugar se
halla el signo lingüístico.
Arbitrariedad. La relación que hay entre significado y significante es, por lo general, de
tipo arbitrario, es decir, convencional, artificial. No hay una relación de semejanza entre
los sonidos que componen una palabra determinada (digamos: cielo) y el significado
concreto que buscan transmitir (la idea del cielo). Es por esto que los idiomas deben
aprenderse.
Linealidad. Como se dijo antes, los significantes del lenguaje verbal forman parte de una
cadena de signos cuyo orden importa para que se puedan entender de manera
correcta. Eso se entiende como un carácter lineal: los sonidos que componen una palabra
aparecen en línea, o sea, uno delante de otro, no todos a la vez, ni de manera
desordenada: cielo no es equivalente a ociel.
Tipos de signos
Según Peirce, existen tres tipos distintos de signos, de acuerdo a la relación entre el objeto
y su interpretante:
Índices. El signo tiene una relación lógica, causal, de proximidad de algún tipo con su
referente real. Por ejemplo: las huellas de un perro en el suelo, remiten a la presencia del
animal.
Íconos. En este caso, el signo se asemeja a lo que representa, es decir, tiene una relación
mimética o de parecido. Por ejemplo: una onomatopeya del sonido de un animal.