6 IDEAS EL PAÍS, DOMINGO 11 DE DICIEMBRE DE 2022

E N S AY O S

mente, pero sí vector

central de sus intere-
ses. Esa perplejidad,
La urgencia por salir de la
que a veces se hace zozobra no casa bien con
difícil de sobrellevar, los ritmos del pensamiento.
constata que el mun- El atolondre lo inunda todo
do no es siempre lo
que parece ser y que
a esa constatación no
le sigue la promesa de
Esta disciplina apenas está
poder descubrir exac- presente en la formación
tamente cómo es ese de quienes quizá ostentarán
mundo. La filosofía cargos relevantes
intenta tematizar esta
desubicación, el mani-
do pero cierto sé que
no sé, que como tal
no tiene por qué pro- duda se disipan. Incluso da pie a lo
piciar ni brindar nin- contrario, porque en primera ins-
gún saber superador, tancia la filosofía obliga a deambu-
y menos aun produc- lar a través de la pregunta. Es ver-
tivo. Sin embargo, a la dad que esto tampoco es coto exclu-
filosofía no habría ni sivo de la filosofía, pero sí su camino
que defenderla, pues- preferido. Y eso, hay que reconocer-
to que su relevancia lo, no siempre engrana la vida coti-
es tan intrínseca para diana. La filosofía no siempre ayuda
nuestras experiencias a orientarse, ni siempre hace mejo-
que ahí donde se res- res a las personas, ni siempre garan-
pire una idea habrá fi- tiza la felicidad. Lo suyo es ponerlo
losofía. todo patas arriba, pero aun en esas
Se dice de la filo- circunstancias nos da pistas de có-
sofía que no goza del mo orientarnos mínimamente, nos
privilegio de lo útil y ayuda a saber que sin duda alguna
de lo pragmático. Es nos conviene aprender a convivir
un tópico que algu- justa y sosteniblemente, y nos ad-
nos hemos puesto en vierte de que la búsqueda agitada
duda muchas veces de la felicidad puede llevar antes al
pero que sigue calan- desatino que a la dicha.
do, y es extraño que lo Dedicarse a la filosofía es una op-
haga porque, sin de- ción para algunos de nosotros loa-
jar de tener su parte ble y recomendable, claro está, pe-
de razón, eclipsa que ro nunca puede ser un imperativo.
existen el pragmatis- Jacques Lacan se refirió a la antifilo-
mo o el utilitarismo sofía como una manera de voltear al-
JUÁREZ CASANOVA

como corrientes de gunas tesis e intereses de la filosofía.

pensamiento, y que A esa antifilosofía hay que valorarle
sus postulados, filosó- que ponga empeño en cuestionarla,
ficos, son fundamen- porque al hacerlo la libera de los ex-
tales para determinar cesos de la moda con los que a veces
el significado de estos puede ataviarse y nos recuerda que
POR MIQUEL SEGURÓ conceptos. El problema de la filoso- la filosofía vive en permanente crisis

No podemos
P
fía no puede provenir de su supuesta de identidad. Una duda existencial
arece que la filosofía está inutilidad o falta de practicidad por- que es, de hecho, uno de los temas
por todas partes. Por to- que su función (si es que se puede predilectos de los que nos dedicamos
das partes, menos en lo hablar así) es, entre otras cosas, pre- a ella: qué es filosofía y qué nos atrae
que de verdad puede ser
decisivo, habría que aña-
dir. Porque, por ejemplo,
vivir sin guntar qué se entiende por utilidad
o por practicidad.
La idiosincrasia de la filosofía es
tanto de ella.
Por otro lado, si resulta que la fi-
losofía propicia más y mejor liber-
la filosofía sigue pasando de puntillas

por la formación que reciben algunas
de las personas que, quizás, en un fu-
turo ostentarán cargos de especial
relevancia.
El pasado jueves 17 de noviembre
celebramos el Día Mundial de la Filo-
sofía y uno puede preguntarse: ¿de-
bería realmente estar la filosofía por
todas partes? Mi respuesta es que no
lo creo, aunque al menos sí transver-
salmente debería estar presente en
muchos planes de estudios. En todas
las formaciones y también como es-
pacio de reflexión propio, porque
tanto importa la pregunta por la ver-
dad o el bien con relación a la econo-
mía, las ciencias o el deporte, como
la verdad o el bien como cuestión en
sí. Es más, de esto segundo se deriva
lo primero, así que sin reflexión filo-
sófica en general difícilmente puede
darse reflexión filosófica aplicada.
La filosofía se nutre de la perple-
jidad. La incertidumbre, la duda, el
de dónde venimos y a dónde vamos,
no es solo cosa de la filosofía, cierta-
filosofía
Escuchar a los pensadores no
nos conducirá a la felicidad.
Pero hacer preguntas y ponerlo
todo patas arriba nos ayuda a
orientarnos mínimamente
otra. A la filosofía se la puede igno-
rar, por supuesto, y es opción per-
sonal de cada cual evaluar hasta qué
punto se la ignora. Pero lo que no se
pueden pasar por alto son los argu-
mentos y razones que sustentan esa
posición. Sirva de ejemplo la cues-
tión de su relevancia. Decir que la fi-
losofía es más o menos relevante im-
plica dar por bueno un determinado
concepto de lo que es “relevante” pa-
ra emitir un juicio sobre ella. Y esta
es la circularidad del asunto: que solo
por negarle un papel, o hasta mos-
trarse indiferente, ya se la está asu-
miendo de alguna manera y, por lo
tanto, incorporando.
Necesitamos tener respuestas
para poder orientarnos, pero más
aun necesitamos que esas respues-
tas sean buenas y confiables. La ur-
gencia por salir de la zozobra no ca-
sa bien con los ritmos de la filoso-
fía. El atolondre lo inunda todo. El
“problema” de la filosofía en nuestra
época es que no es ni resolutiva ni
disolutiva. Ni la incertidumbre ni la
tad, entonces también tiene que asu-
mir la posibilidad de que alguien no
muestre gran interés por ella. Aun-
que en este punto volvemos a lo de
antes: al quitarle relevancia a la filo-
sofía ya se le está otorgando en cierta
medida. Incluso la antifilosofía pre-
supone la filosofía, pues si no quiere
ser arbitraria, a esa libertad le sigue
la llamada a tener que dar una res-
puesta con sentido al porqué de su
crítica, y ese diálogo ya implica en-
trar en los terrenos de la filosofía. De
un modo u otro siempre nos move-
mos en algún tipo de perspectiva que
implica conceptos filosóficos, así que
parece recomendable que nos dote-
mos de los elementos conceptuales
fundamentales para que, entre otras
cosas, podamos decidir en qué grado
la filosofía nos interesa. En libertad,
y con responsabilidad.
Miquel Seguró es profesor de Filosofía
de la Universitat Oberta de Catalunya
(Estudios de Artes y Humanidades). Su
último libro es ‘Vulnerabilidad’ (Herder).