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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO
FACULTAD DE PSICOLOGÍA

DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES

SITUACIÓN ACTUAL DE LA ADULTA MAYOR MEXICANA

TESIS
PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

PRESENTA:
ROBERTO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
NÚMERO DE CUENTA: 311194379
Correo Electrónico: beto_199501@hotmail.com
Número de teléfono: 22352385

DIRECTOR DE TESIS: LIC. RAFAEL GUTIÉRREZ BENJAMÍN

CIUDAD UNIVERSITARIA, CIUDAD DE MÉXICO 2018


Índice
Capítulo 1: la vejez.

1.1.¿Qué es la vejez?

1.2. Vejez y envejecimiento.

1.3. Teorías del envejecimiento.

1.3.1. Teorías Biológicas.

1.3.2. Teorías Psicológicas.

1.3.2.1. El enfoque del procesamiento de la información.

1.3.2.2. Epistemología genética y envejecimiento.

1.3.2.3. Erikson y el desarrollo psicosocial.

1.3.2.4. El enfoque del ciclo vital.

1.3.3. Teorías Psicosociales.

1.3.3.1. La teoría de la desvinculación.

1.3.3.2. La teoría de la actividad.

1.3.3.3. La teoría de la selectividad emocional.

1.3.3.4. La teoría de la continuidad.

Capítulo 2: La situación del adulto mayor en México.

2.1. Datos demográficos.

2.1.1. Estado civil.

2.1.2. Hogares de las personas adultas mayores.

2.1.3. Educación.

2.1.4. Permanencia en el trabajo.

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2.2. Salud en las personas adultas mayores.

2.2.1. Salud mental en el adulto mayor mexicano.

2.2.2. Atención en servicios médicos.

2.2.3. Trato de la atención médica y cuidados ante una enfermedad.

Capítulo 3: Situaciones desencadenantes de estrés en los adultos mayores.

3.1. Violencia en el adulto mayor.

3.1.1. Definición.

3.1.2. Factores de riesgo.

3.1.3. Magnitud del problema.

3.2. Institucionalización.

3.2.1. Definición

3.2.2. Tipos de instituciones.

3.2.2.1. Instituciones totales.

3.2.2.2. Asilos.

3.2.2.3. Centros de dia

3.2.2.4. Albergues.

3.2.2.5. Centros culturales.

3.2.2.6. Clubes.

3.2.3. Impacto en el adulto mayor.

3.3. Soledad.

3.3.1. Definición.

3.4. Salud mental en los adultos mayores institucionalizados.

3.4.1. Salud mental en los adultos mayores mexicanos institucionalizados.

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Capítulo 4: Método.

4.1. Justificación del problema.

4.2. Objetivos.

4.3. Metodología

4.4. Técnica de investigación cualitativa.

4.5 Población.

4.6. Escenario.

4.7. Materiales y aparatos.

4.8. Procedimiento.

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Capítulo 1: La vejez.

Erikson fue uno de los pioneros en el estudio de la vejez, puesto que la consideró
como una etapa importante en el desarrollo psicosocial del ser humano,
distinguiendo a los adultos mayores como personas sabias que con el paso del
tiempo se va incrementando este grupo de adultos mayores, que para su edad
continúan todavía con entereza tanto física como social (Erikson, 1985).

La sociedad también se encuentra en un proceso de envejecimiento, y es este


ascenso del grupo de adultos mayores, lo que nos lleva a pensar ¿Qué será del
mundo en algunos años?, puesto que la mayoría de los adultos mayores son
considerados como personas inactivas e improductivas, será un sector de la
población que necesite atención y resolución de una serie de problemáticas
inherentes de carácter urgente, condiciones que impactarán en la economía de las
sociedades, instituciones y familias.

Las demandas de este grupo etario representan, verdaderos retos y desafíos a las
diversas disciplinas. En particular la psicología ha de responder con propuestas
muestren alternativas para solucionar las necesidades socioemocionales de los
ancianos.

1.1. ¿Qué es la vejez?.

Varios autores enfocados en el tema se han referido a los adultos mayores como
personas frágiles, vulnerables, dependientes, cualidades que son consideradas
como ofensivas en lugar de características con las que se describen a la
población.

La vejez es el periodo de la vida que comienza a los sesenta o setenta años de


edad y está comprenderá hasta la muerte, este periodo de la vida se distingue por
la disminución de la fuerza y de la salud, la jubilación y el cambio de roles en el
ámbito social (Santrock,2006).

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Para Papalia, Wendkos & Feldman (2010), en esta etapa de la vida destaca la
pérdida de sus facultades, la muerte de sus seres queridos, se prepara para su
propia muerte, la jubilación y el aislamiento de relaciones sociales como las del
trabajo, pero se aumenta el vínculo con sus amigos y su familia.

También se conoce esta etapa de la vida como senectud y se caracteriza por un


deterioro en el funcionamiento del cuerpo y está relacionado con el
envejecimiento, aunque este puede llegar a cada persona en diferente momento
de su vida (Papalia, Sterns, Feldman & Camp, 2009).

Neugarten (1989, en Rice, 1997), mencionó que los relojes biológicos y sociales
han cambiado en relación a roles o facetas durante la vida, puesto que hay
personas que a los 50 o 60 años tienen nuevos trabajos, ser abuelo ya no se
relaciona con personas mayores ya que personas de 35 años ya lo son y la
educación ya no solo es para los jóvenes ya que podemos encontrar a adultos
mayores estudiando.

Por otro lado Rice (1997), consideró a la vejez como un momento de ajustes,
puesto que hay cambios en las capacidades físicas, en el ámbito personal, y en
las relaciones sociales , se tiene más cuidado a la condición de salud para seguir
teniendo una condición saludable, y en algunas personas sus facultades mentales
les facilita seguir aprendiendo y adquirir conocimientos; en el entorno afectivo el
contacto con los hijos adultos y nietos permite dar un nuevo significado a los
vínculos afectivos, asimismo el mantener y establecer amistades es un factor
importante para su bienestar.

En años recientes, los científicos sociales consideraron tres grupos de adultos


mayores, para especializarse en sus estudios de envejecimiento: El viejo joven se
refiere a una persona que se encuentra de los 65 a los 74 años de edad, suelen
ser activa, animada y vigorosa. Se considera viejo viejo a una persona entre 75 y
84 años de edad y el viejo de edad avanzada es el que tiene 85 años en adelante,
se caracteriza por ser más propenso a la fragilidad y a la enfermedad y por tener
dificultades para organizar las actividades de la vida cotidiana (Papalia & Martorell,
2017).

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Existe otra clasificación a través de la edad funcional que indica que tan bien se
desempeña una persona en un contexto físico y social en comparación con otras
personas de la misma edad cronológica, una persona con 90 años puede gozar de
una salud buena y vivir de forma independiente y ser más funcional que una
persona de 75 años que padece de demencia (Papalia & Martorell, 2017).

Considero que la vejez como cualquier etapa de la vida conlleva varias


dimensiones como la biológica, cognitiva, psicológica y social, que en conjunto
puede explicar detalladamente cómo se lleva a cabo el transcurso de esta etapa
de la vida.

1.2. Vejez y envejecimiento.

Como hemos visto la vejez es entendida como la etapa previa a la muerte que
comienza a los sesenta años de edad, distinta al envejecimiento que de acuerdo
con Masoro (2006, en Berger, 2009; Kohn, 1985, en Triadó, 2006), es el conjunto
de cambios universales que ocurren con la edad, sin estar relacionados con
enfermedades o influencias medioambientales, es decir, es el conjunto de cambios
de un individuo que se producen con el paso del tiempo a lo largo de la vida hasta
la muerte

De acuerdo con la OMS (2015), el envejecimiento es “el resultado de la


acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del
tiempo, lo que lleva a un declive gradual de las capacidades físicas y mentales, un
aumento del riesgo de enfermedad, y finalmente a la muerte”.

Por lo que el envejecimiento es un proceso que afecta todas las dimensiones del
ser humano es decir hay cambios físicos, cognitivos psicológicos y sociales en el
ser humano a lo largo de la vida (Alvarado y Salazar, 2014).

Algunos gerontólogos señalaron que existen 2 tipos de envejecimiento (Papalia &


Martorell, 2017; Papalia, Sterns, Feldman & Camp, 2009):

El envejecimiento primario se caracteriza por ser un proceso inevitable y gradual,


modificado en los genes, es el deterioro que ocurre en el cuerpo desde el

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momento del nacimiento a lo largo de la vida! Sin importar lo que la gente haga
para atrasarlo, es el resultado inevitable de hacerse mayor.

El envejecimiento secundario está asociado con las enfermedades y el abuso y


desuso de factores que con frecuencia no se deberían de usar como el alcohol,
pueden ser controlados, no hacer ejercicio, mala alimentación (Busse, 1987; Horn
y Meer, 1987 citados en Papalia, Sterns, Feldman & Camp, 2009). Es producto de
la crianza, las agresiones ambientales producidas a lo largo de la vida (Papalia &
Martorell, 2017).

Por otro lado, en la vejez en comparación con otras etapas de la vida se puede
percibir el deterioro por el propio envejecimiento de los individuos, ya que coincido
con la literatura de que el envejecimiento es la acumulacion del dao celular y
molecular del organismo y el deterioro funcional de las capacidades físicas y
cognitivas.

Aunque también considero que el envejecimiento es contextual, ya que cada


persona llega a esa etapa de la vida de manera particular, debido a que cada
persona reacciono y actuo en su entorno de manera diferente o puede poseer
distintos recursos para responder a sus demandas, por lo que no se puede tener
una visión general de lo que ocurre en la vejez y puede haber muchos tipos de
vejez porque depende de la persona.

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1.3. Teorías del envejecimiento.

Diversos autores han tratado de explicar el proceso del envejecimiento, dentro de


las teorías más conocidas que describen el envejecimiento, están:

1.3.1. Teorías Biológicas.

Las teorías biológicas sobre el envejecimiento son: la teoría de programación


genética, la teoría del reloj celular, la teoría endocrina, la teoría de estrés
hormonal, la teoría de tasa variable o del error, la teoría de los radicales libres, la
teoría mitocondrial, la teoría de tasa de vida, la teoría del error catastrófico, la
teoría de mutación somática y la teoría del entrecruzamiento (Papalia, Sterns,
Feldman & Camp, 2009; Santrock, 2006).

La mayoría de ellas plantearon que el proceso de envejecimiento en el ser


humano, es debido a factores genéticos, cambios en los mecanismos celulares, el
deterioro de algunas partes de las propias células que componen el organismo del
ser humano, procesos metabólicos, el deterioro del sistema inmunológico, el daño
que ocasiona las situaciones estresantes a nivel hormonal como interno, ya que al
estar expuesto a situaciones estrés constantemente perjudican a los mecanismos
que sintetizan a las proteínas dañando con el transcurso del tiempo a células,
tejidos y órganos del ser humano, disminución de la división de las células a causa
el envejecimiento normal (Papalia, Sterns, Feldman y Camp, 2009; Santrock,
2006; Triadó, 2006).

Por otro lado, los genes encargados del proceso de envejecimiento son los
gerontogenes, caracterizados por su expresión enlentecida, lo que los mantienen
en el cuerpo humano de manera silenciosa por un periodo largo de tiempo en el
organismo y se activarán en momentos posteriores de la maduración sexual de
cada persona (Triadó, 2006).

Otros autores asociaron el envejecimiento a componentes del propio


funcionamiento del individuo, como los procesos de oxidación, aunque no todos
los sistemas envejecen a la misma velocidad y otros investigadores han
considerado que para poder explicar el envejecimiento se deben comprender los

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mecanismos por los que el ADN se traduce, aunque en este proceso se pueden
dar equivocaciones que provocan el deterioro en el funcionamiento del organismo
(Triadó, 2006).

1.3.2. Teorías Psicológicas.

1.3.2.1. El enfoque del procesamiento de la información.

El enfoque del procesamiento de la información, desde los años 80, es uno de los
modelos que explica el envejecimiento cognitivo, aunque utiliza el lenguaje
computacional para poder explicar otros ámbitos como el afectivo, social y de la
personalidad aunque de menor medida comparativamente con la cognitiva (Triadó
y Villar, 2006).

La mente humana se analiza desde el procesamiento de la información como un


sistema que actúa de forma similar que los ordenadores, es un sistema que tiene
información por recabarla del medio y es capaz de utilizarla, modificarla e
integrarla con información almacenada anteriormente en el propio sistema y por
último la utiliza para dar una respuesta en el medio ambiente, este modelo simula
el funcionamiento cognitivo de la mente humana (Triadó y Villar, 2006).

De acuerdo con Triadó y Villar (2006), existen varios conceptos que sirven para
explicar el enfoque de procesamiento de la información:

El concepto de información es como la representación simbólica de cómo funciona


el sistema cognitivo de los individuos.

El concepto de operación y proceso, aclara que el sistema actúa a partir de la


agregación de una serie de unidades básicas de operación que actúan de manera
organizada sobre las representaciones, esta actividad es análoga de como es el
procesamiento de la información en la mente humana.

El sistema procesador de información humano presenta ciertas limitaciones.

A partir de estos conceptos se define al envejecimiento cognitivo como una


restricción progresiva en los límites de procesamiento del sistema cognitivo, es
decir que las limitaciones son cada vez mayores a medida del envejecimiento y se

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considera el envejecimiento desde esta postura como un déficit o un declive (
Triadó y Villar, 2006).

1.3.2.2. Epistemología genética y envejecimiento.

La teoría de Piaget enfatiza en el desarrollo desde el nacimiento hasta la


adolescencia, desarrolla ciertos estadios por los que las capacidades cognitivas se
desarrollan y llega la aparición de una estructura intelectual producto de los
estadios anteriores, el desarrollo desde este enfoque es irreversible y
unidireccional para llegar a una etapa se tuvo que pasar por las anteriores (Triadó
y Villar, 2009).

La etapa de las operaciones formales es la última que propone Piaget, esta se


adquiere en la adolescencia, pero para ubicar el desarrollo cognitivo de los adultos
mayores por que se han encontrado dificultades en ellos para realizar tareas que
propuso Piaget, la explicación que se trata de dar es la hipótesis de regresión la
cual asume que existe un declive relacionado con la edad y la secuencia de esta
pérdida, es decir que a medida del transcurso de la edad se pierden más rápido
las capacidades avanzadas que se adquieren en los últimos estadios , mientras
las capacidades que se adquieren en los primeros estadios permanecerán durante
edades más avanzadas (Triadó y Villar, 2009).

Aunque esta hipótesis no la propone Piaget en sus estadios, ya que el planteaba


que en la adolescencia se adquirían todas las capacidades cognitivas, sin
embargo se necesitan hacer estudios longitudinales a lo largo de la vida de
individuos para confirmar la hipótesis que en la vejez se va perdieron las
capacidades cognitivas que se adquirieron a través de su niñez y adolescencia
(Triadó y Villar, 2006).

Por otro lado, la hipótesis de la regresión no fue la única idea que se desarrolló
para explicar que pasaba cognitivamente en etapas posteriores a la adolescencia,
en los años 80, varios investigadores propusieron un nuevo estadio de desarrollo
conocido como el pensamiento postformal que explica el pensamiento que tiene
un adulto, este estadio caracteriza al individuo como hábil para la solución de

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problemas ambiguos cotidianos, resolver problemas complejos asociados a
factores emocionales y sociales difícilmente reducibles a entidades abstractos
extremadamente lógicos (Triadó y Villar, 2006)

Sin embargo este periodo resulta ser complicado para explicar el desarrollo en el
adulto mayor, ya que el propio proceso de envejecimiento provoca ciertas pérdidas
y limita la utilidad de ganancia para comprender el aprendizaje en esta etapa de la
vida (Triadó & Villar, 2006).

1.3.2.3. Erikson y el desarrollo psicosocial.

La teoría que propuso Erik Erikson fue de las primeras que abarcan todo el ciclo
vital del ser humano, aunque Erikson se incluye en la corriente psicoanalítica, su
teoría psicosocial está distanciada de la propuesta de Freud, Erikson (1982, en
Triadó, 2006), definió el desarrollo como la secuencia de ocho etapas
determinadas, cada etapa conlleva al individuo con un dilema de carácter
psicosocial, si el individuo enfrenta este dilema adquiere una nueva cualidad a su
yo, esto lo fortalece y le da la disposición de enfrentar el dilema de la etapa
siguiente, si el dilema no se supera deja residuo neuróticos que le hará difícil el
enfrentamiento de la etapa y la incorporación de las nuevas cualidades que se
ponen en esa etapa.

La etapa que le corresponde al periodo de la vejez de acuerdo con la teoría


psicosocial de Erickson es denominada como integridad frente a desesperanza, en
la que la integridad está vinculada con la vejez y esta le permite al adulto mayor
evaluar su propia vida como significativa, llegando a la conclusión de que valió la
pena lo vivido y lo que está viviendo, también promueve el entendimiento del
término de la vida, ya que es consciente el individuo de que se encuentra en la
etapa de la vejez y puede ser más propenso a que la muerte llegue, el lograr la
integridad permite adquirir la cualidad de la sabiduría en la persona mayor, sino se
logra la integridad provocará arrepentimiento y remordimientos en su vida pasada
en la persona mayor (Triadó & Villar, 2006).

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Por lo tanto, los ancianos necesitan aceptar la forma en que vivieron y aceptar la
muerte, tratan de lograr un sentido de integridad de sus vidas en lugar de
desesperarse por la imposibilidad regresar y hacer las cosas de otra forma
(Erikson et al, 1986, en Papalia, Sterns, Feldman y Camp, 2009).

Esta teoría asumió al envejecimiento como algo no normativo, ya que se define


como un proceso abierto, en el cual se puede ganar o se puede perder
relacionada a cómo la persona confronta el dilema que determina la etapa y si no
se supera el dilema puede generar sentimientos negativos que pueden hacer que
padezcan enfermedades como la depresión (Triadó & Villar, 2006).

Las tareas evolutivas como señaló Havighurst (1972, en Triadó & Villar, 2006), son
retos, objetivos o metas que la sociedad espera de una persona en un intervalo de
tiempo de su edad, este concepto permite explicar cómo la persona enfrenta los
dilemas de cada etapa en la teoría psicosocial.

1.3.2.4. El enfoque del ciclo vital.

Como lo definió Villar (2005, en Triadó & Villar, 2006), es un conjunto de principios
generales acerca del desarrollo durante toda la vida que pueden ser aplicados en
la elaboración de modelos más concretos que den cuenta del cambio en etapas
vitales o ámbitos evolutivos más específicos.

El surgimiento de esta perspectiva es la crítica de la visión tradicional del


desarrollo que enfatizó la psicología evolutiva, por lo que propone un concepto de
desarrollo más amplio y diverso donde abarca todo el cambio que existe en la
persona a lo largo de la vida y se centra en aspectos multidireccionales,
diferencias individuales, pérdidas y ganancias y vínculos sociales que la persona
adquieren en cualquier etapa de la vida (Triadó y Villar, 2006).

En este enfoque el aspecto social y cultural son tan importantes que el aspecto
biológico y cognitivo, ya que son capaces de participar en nuestra vida y otro
factor relevante es la capacidad adaptativo del ser humano ya que se entiende al
desarrollo como el proceso activo en el que la persona también actúa dentro de
sus propias capacidad biológicas y culturales en el afrontamiento de los cambios

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que nos ocurren con el paso del tiempo, por lo que los seres humanos poseen un
nivel de flexibilidad y potencial del cambio para enfrentar los obstáculos a lo largo
de la vida esto se conoce como plasticidad comportamental (Triadó y Villar, 2006).

1.3.3. Teorías Psicosociales.

Estas teorías explican el contacto que la persona tiene con la sociedad mientras
que la persona se encuentra en la vejez.

1.3.3.1. La teoría de la desvinculación.

La teoría de la desvinculación señala que en la vejez se da un proceso natural de


desvinculación o retirada a medida de que uno envejece, puesto que se van
reduciendo los roles que las personas mayores tienen con el paso de la edad, lo
que provoca un distanciamiento de forma social y emocional de la sociedad,
aunque esto se considera la forma correcta del envejecimiento (Villar y Triadó,
2006).

Cumming y Henry (1961, citado en Papalia, Sterns, Feldman y Camp, 2009)


proponen la teoría de desvinculación en la que sostienen que la desvinculación
está asociada con el declive del funcionamiento físico del adulto mayor y esta
provoca un desprendimiento de los roles sociales de la persona y una
preocupación en sí mismo, por lo que puede conducir la muerte con el paso del
tiempo.

Pinazo (2006), afirmó que es la disminución de actividad social que las personas
tienen respecto con la edad y es provocada por varios factores:

La sociedad libera a la persona de varios roles y responsabilidades sociales.

La persona a cierta edad busca activamente dedicarse tiempo y energía a sí


mismo, por lo que ocurre una etapa de introversión, reflexión y preocupación por
sí mismo.

Por lo que el tiempo que la persona le dedica a otras personas y contextos se va


disminuyendo y no hay un involucramiento con el ambiente externo que se va

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dando con el tiempo y conduce a la muerte, la pérdida de actividad y relaciones
sociales con el paso de la edad es algo inevitable.

En la actualidad se comprobó que solo en las sociedades en las que los ancianos
no tienen roles claros y establecidos en esa etapa de la vida ocurre esta
desvinculación (Papalia, Sterns, Feldman & Camp, 2009).

1.3.3.2. La teoría de la actividad.

Al contrario de la teoría de la desvinculación, la teoría de la actividad propuesta


por Havighurst, Neugarten & Tobin (1968, en Pinazo, 2006), señala que el mejor y
mayor ajuste de la persona en las circunstancias de la vejez se llega por la
continuación de actividades y vínculos sociales que se ha tenido a lo largo de la
vida.

Neugarten, Havinghurst y Tobin (1968, en Papalia, Sterns, Feldman & Camp,


2009), descubrieron que las personas cuyos roles sociales mostraban altos niveles
de actividad generan mayor satisfacción en esas personas.

La actividad es un factor muy importante para que las personas logren un


envejecimiento exitoso, ya que los roles en el adulto son una fuente de
satisfacción, por lo que las personas que tienen un envejecimiento satisfactorio
podrán mantener varias actividades y sino buscarán nuevas actividades en lugar
de las que ya no pueden hacer (Papalia, Sterns, Feldman & Camp, 2009)

Por lo que el envejecimiento exitoso, se dará a partir del esfuerzo que tenga la
persona adulta mayor por estar implicado y activo en la sociedad, aunque debido
al envejecimiento estas actividades podrían cambiar por las presiones sociales y
los factores biológicos que hace que las personas tengan ciertas pérdidas
asociadas con el envejecimiento, aunque de acuerdo con esta teoría se sugiere
que se cambien los roles que ya no hacen por nuevos y que los vínculos afectivos
que ya no se mantienen en la actualidad se trate de reemplazar con otras
personas ya que esto favorece la salud psicológica de la persona mayor (Pinazo,
2006).

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1.3.3.3. La teoría de la selectividad emocional.

La teoría de la selectividad emocional propuesta por Cartensen (1992, en Pinazo,


2006) afirma que la reducción de los contactos sociales se asocia con el
transcurso de la edad es un proceso donde seleccionamos a los vínculos sociales
que la persona desea mantener a lo largo de la vida y esto afecta a los contactos
más superficiales, puesto que los vínculos estrechos permanecen intactos con el
paso de la edad, este proceso de selección de los contactos se empieza a dar en
la adultez.

De acuerdo con Cartensen (1992, en Pinazo, 2006), para los adultos mayores el
aspecto emocional de las relaciones es muy importante, ya que el deseo por
recibir afecto y apoyo y la regulación de los sentimientos viene acompañado de las
relaciones, que les ayuda a sentirse bien el saber que podemos contar con otra
persona en momentos difíciles y esto nos ayuda a evitar estados emocionales
negativos.

La interacción en esta teoría cumple tres funciones: ofrece información a la


persona, ayuda a las personas a desarrollar y preservar un sentido de yo y da
placer y bienestar emocional a la persona, por lo que la reducción en la red de
apoyo en una persona que está envejeciendo puede ser positiva y adaptativa
(Papalia, Sterns, Feldman & Camp, 2009).

Como señalaron Papalia, Sterns, Feldman & Camp (2009), las personas que se
dan cuenta que tienen poco tiempo, las necesidades emocionales inmediatas
tienen una mayor importancia respecto a metas a largo plazo.

Así que las personas mayores eligen a personas con las que uno se siente
satisfecho emocionalmente, es decir relaciones con las que se ha tenido contacto
a lo largo de la vida, por lo que conforme uno va envejeciendo se da una
reducción en las relaciones, pero esto se debe a algo selectivo, se mantiene los
que ofrecen mayor recompensa emocional (Cartensen, Isaacowitz y Charles,
1999, en Pinazo, 2006).

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1.3.3.4. La teoría de la continuidad.

La teoría de la continuidad propuesta por Atchley (1989, en Papalia, Sterns,


Feldman & Camp, 2009), argumenta que las personas que envejecen
exitosamente son capaces de mantener conexión con el pasado en sus
estructuras propias como externas a lo largo de su vida, las estructuras propias
conforman la autoestima, sentido de historia personal y la integridad del yo
concepto propuesto por Erikson y las estructuras exteriores pueden ser los roles,
relaciones sociales, actividades , la red de apoyo como el medio ambiente.

La actividad es importante para las personas que envejecen ya que es un símbolo


que muestra la continuidad del estilo de vida en la persona y también la ayuda de
los familiares y amigos para el adulto mayor que se vuelve dependiente a causa
de un deterioro físico o cognitivo puede entender como una compensación para la
persona para que reduzca la sensación de discontinuidad (Papalia, Sterns,
Feldman & Camp, 2009).

La teoría de la continuidad señala la necesidad de mantener la consistencia de


que somos las mismas personas a lo largo de la vida, muchas de las actividades
vinculadas al proceso de asimilación presentan la intención de mantener nuestro
autoconcepto, que se conoce como el conjunto de conocimientos que tenemos
sobre nosotros mismos (Villar & Triadó, 2006).

Aporta un sentido de estabilidad, coherencia en el tiempo y nos facilita saber


quiénes somos a pesar de los cambios que nos ocurre con el transcurso de la
vida, así ponemos en marcha procesos adaptativos (Villar & Triadó, 2006).

Profundizando en las teorías del envejecimiento me pude dar cuenta que hay
ciertas teorías enfocadas en el declive biológico, el daño celular y molecular
debido a la exposición de situaciones que generan estrés, otras están
encaminadas al deterioro de las funciones mentales en esa etapa de la vida.

Por otro lado, hay teorías que explican el aislamiento social que experimenta el
adulto mayor mientras transcurre la vejez, por el contrario también hay teorías que
explican cómo el involucramiento constante en actividades donde fomenten la

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socialización y la consistencia en ciertos vínculos afectivos con los seres queridos
(familia, amigos, vecinos, compañeros, etc.) impactan en la calidad de vida en el
adulto mayor generando bienestar personal y emocional en la persona adulta
mayor.

Aunque estoy a favor con el enfoque de ciclo vital, ya que toma todas las teorías
de las distintas dimensiones para poder explicar de manera minuciosa la vejez.

Capítulo 2: La situación del adulto mayor en México.

Desde la antigüedad han existido comportamientos y actitudes de abandono


hacia los ancianos en épocas de sequías o guerras; aunque en la mayoría de los
casos eran venerados como sujetos mágicos, como personas sabias, con
experiencia y como guías espirituales de un pueblo (Aguilar, 2014).

Pero como cualquier etapa de la vida la vejez tiene características tanto positivas
como negativas, por lo cual la vejez no se tiene que percibir como una desgracia y
una carga pesada, ya que muchas de sus molestias no son debidas a la edad sino
a las costumbres. La enfermedad no es característica de la vejez, ya que puede
ocurrir en cualquier etapa de la vida. Además, hay que cuidar la salud,
alimentación y condición física como en cada etapa, es decir lo mismo se le
recomienda a los niños y a los jóvenes pero es distinta la manera en la que le
beneficia a cada grupo etario (INAPAM & CONAPRED, 2011).

Tanto el envejecimiento como la urbanización de la población fueron el resultado


de un desarrollo humano exitoso durante el siglo pasado, sin embargo, abarcan un
desafío relevante para la actualidad. La prolongación del promedio de vida es la
consecuencia de avances críticos en la salud pública y las condiciones de vida
(Aguilar, 2014).

El envejecimiento de la población también puede verse como el éxito de las


políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también implica un
reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y

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la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y
su seguridad (OMS, 2014 en INMUJERES, 2015).

De acuerdo con INMUJERES (2015), entre los signos que determinaron el


envejecimiento de las personas se tienen:

• La edad física: que tiene que ver con los cambios físicos y biológicos que se
presentan a distintos ritmos, mismos que dependen del sexo, lugar de residencia,
economía, cultura, alimentación, tipo de actividades desarrolladas y emociones.

• La edad psicológica: que son los cambios en las emociones, sentimientos,


pensamientos y el significado que para cada persona tiene la vejez. Aunado se
presentan cambios en los procesos psicológicos, como la memoria o el
aprendizaje.

• La edad social: relacionada con los significados de la vejez, diferentes para cada
grupo humano, según su historia, su cultura y su organización social.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció la edad de


60 años para considerar a una persona como adulta mayor (Gobierno del Distrito
Federal, 2014 en INMUJERES, 2015). Este criterio es utilizado por la mayoría de
las instituciones en México como el Instituto Nacional de las Personas Adultas
Mayores (INAPAM) y otras instancias como la Secretaría de Salud (INMUJERES,
2015).

Sin embargo, la población adulta mayor es considerada como un grupo social


vulnerable, su dinámica económica como residentes habituales en las viviendas
particulares expresa una diversidad de escenarios. Aunque, la población adulta
mayor debe ejercer su derecho a la igualdad de oportunidades en el acceso al
trabajo o al disfrute de actividades que promuevan su desarrollo integral, su
realidad socioeconómica puede impedir su persona (INEGI, 2014).

Se ha ido incrementado la cantidad de personas con 60 años y más, por la


esperanza de vida, y esto hace que duplique al de la población total del país, el
Censo de Población y Vivienda 2010 en México, registró un número 10.1 millones
de adultos mayores lo que equivale el 9.0% de la población total (INEGI, 2014).

18
Para el año 2050 el número de personas de 60 años de edad y más como
proporción de la población mundial se habrá duplicado, del 11% en el 2006 al
22%. Para entonces, habrá más personas mayores que niños (de 0–14 años de
edad) en la población. Los países en desarrollo están envejeciendo a un ritmo más
rápido que los países desarrollados: dentro de cinco décadas, poco más del 80%
de las personas mayores del mundo vivirán en países en desarrollo, frente a 60%
en el 2005 (Kalache & Kickbusch, 2007; Lithwick, Wolfson & Jewish, 2008 en
Aguilar, 2014).

La población en México tuvo un cambio estructural muy importante en muy pocos


años, prueba de ello son las pirámides de población de 1970 y 2000, así como las
proyecciones para 2030 y 2050, donde se está transitado de una población muy
joven a otra en camino a la vejez. En comparación a los años 1970 donde la edad
media fue de 21,78, en el 2000 aumentó a 26,7 años, mientras que se proyecta
que para el 2030 sea de 37,1 y en 2050 de 42,9 años (INMUJERES,2015).

Para el 2050, se estima que las mujeres de 60 años y más representarán el 23.3%
del total de población femenina y los hombres conformarán el 19.5% del total de la
población masculina (INMUJERES, 2015).

La mortalidad percibida en el 2006 fue de 5 defunciones por cada mil habitantes y


esta aumentará a 10,4 en el 2050, como consecuencia del incremento de la
población senecta. Por otra parte, la proporción de adultos mayores en el 2000 fue
de 7% (6,9 millones) y se estima que incremente a 12,5 en el 2020 y 28 en el
2050. Se calculó que en el 2030 serán 22,2 y 36,2 millones en 2050, de los cuales
más de la mitad tendrán más de 70 años (Gamboa, 2008; Gutiérrez & Ávila, 2010;
Delgado & Navalez, 2009 en Aguilar, 2014).

Aunado, existe una preocupación o interés por parte del gobierno mexicano de
promover y procurar los derechos humanos en la población senecta, aunque
todavía existe el desafío para que se les brinden todos los recursos (servicios de
salud, apoyo económico, oportunidad de empleo, etc), para que gocen de una
mejor calidad de vida y la concientización para toda la sociedad mexicana acerca

19
de los derechos que tienen los adultos mayores para erradicar los prejuicios en
contra de ellos (INMUJERES, 2015).

El aumento de las personas adultas mayores hará que surja un impacto en el


Sistema de Salud y retos a la organización familiar, así como cargas adicionales
de trabajo de cuidados, en particular para las mujeres, quienes hacen
mayoritariamente este trabajo. Esta situación se enfatizará en el futuro debido a
que los grupos de edades más avanzadas constituirán una proporción mayor; en
2014 las y los mayores de 80 años representan 15.1% de personas adultas
mayores y en 2050 serán casi 20% (INMUJERES, 2015).

Por otro lado, el incremento de la población senecta en el futuro, será causa de


que la población mayor experimente una situación de maltrato. El maltrato al
anciano surge como un problema social en años recientes y no porque antes no
existiera, sino porque siempre ha sido un problema que no se ha estudiado por lo
cual se ha mantenido oculto. En ocasiones los mismos ancianos no reconocen
que son víctimas de malos tratos por temor a la reacción del agresor ya que la
mayoría de los casos se tratan de familiares cercanos, o al confinamiento en
instituciones, o simplemente porque prefieren negar una realidad que les resulta
incómoda (Espíndola, Flores, López, Cortes, Hernández, Martínez, Romero Et al,
2008 en Aguilar, 2014).

La información que se pudo hallar se puede clasificar a dos grandes aspectos que
fueron los aspectos demográficos en donde abarcaron condiciones sociales como
la educación que tiene, la población, la permanencia en el trabajo donde nos
muestra que tanto de la población continúa trabajando o si se encuentra
pensionada o jubilada y el aspecto de la salud donde nos dimensiona como se
encuentra la población adulta mayor en cuestión de salud.

20
2.1. Datos demográficos.

En el año 2010 la población adulta mayor en México habia incrementado de forma


continua, ya que se duplico (10.1 millones), en especial el grupo de mujeres ya
que equivalió el 53.5% de la población adulta mayor, esto se aproximó a 5.4
millones de mujeres adultas mayores, por lo que la diferencia entre ambos sexos
mostró un aumento en el sexo femenino en esta etapa de la vida en comparación
con la población masculina en la actualidad (INEGI, 2014).

Aunado, con base en los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación


en México del 2010 (ENADIS en INAPAM & CONAPRED, 2011), se halló que el
53.42% de la población senecta estuvo conformada por mujeres y el 46.58% por
hombres.

Sin embargo, también se encontró que los 10.1 millones de adultos mayores
corren el riesgo de vivir las consecuencias negativas de estereotipos y prejuicios
de la misma sociedad, estas consecuencias van desde el desempleo hasta el
abandono, negación de oportunidades y derechos fundamentales (INAPAM,
CONAPRED, 2011).

Asimismo el INEGI (2014), señaló que en el año 2010, las entidades federativas
con la mayor cantidad de población de 60 y más años de edad del país son el
estado de México, el Distrito Federal, Veracruz, Jalisco y Puebla, con un número
que va de 514 mil a 1.1 millones de habitantes. Las cinco entidades acumulan un
poco más del 40.0% de esa población. Las entidades con menos población de
adultos mayores son Baja California Sur, Colima, Quintana Roo y Campeche en
las cuales cada una no llega a las 70 mil personas.

De acuerdo con el Censo (2010, en INEGI, 2014), se reflejó que en el país viven
958 mil personas de 60 y más años hablantes de lengua indígena, quienes en
conjunto equivalen un 9.5% del total de adultos mayores de estas mismas edades
del país. Esta cifra es menor a la registrada en 1990 y en 2000, en alrededor de
440 mil y 253 mil personas, respectivamente. Sin embargo, la proporción para
dichos años era de 10.4 y 10.1%, en ese mismo orden y con respecto a la

21
distribución por sexo de este grupo poblacional, en el 2010 el 51.2% de la
población mayor que habla lenguas indígenas son mujeres (INEGI, 2014).

2.1.1. Estado civil.

En cuanto al estado civil, el estado que prevaleció en la población adulta mayor


fue estar casada, ya que el 55.63% de esta población refirió ese estado civil; en
segundo lugar (26.91%) está ser viudos(as). De la población adulta mayor que se
encontraba casada, seis de cada diez eran hombres en comparación con las
mujeres que fue de cuatro de cada diez. Por otro lado, el estado de viudez se
percibió más en la población femenina en comparación con la masculina (INAPAM
& CONAPRED, 2011).

Una de las causas que pudo explicar por qué hay más mujeres senectas viviendo
solas respecto a la población senecta masculina, es que al tener mayor esperanza
de vida la mujer al momento de enviudar en este periodo de vida ellas
permanecen solas o se integran a los hogares de sus hijos, hijas u otros parientes
(INMUJERES, 2015). Aunado de que la viudez ocupa un factor relevante entre las
personas de edad avanzada y se observó que el porcentaje de viudas casi triplica
al de viudos, 37.9% de ellas y 13.7% de ellos (INMUJERES, 2015).

Por otro lado, la Encuesta sobre envejecimiento demográfico en el Estado de


México (ESEDEM, 2008 en Montoya y Montes de Oca, 2010), identificó que en el
Estado de México en el grupo de adultos mayores divorciados o separados, los
hombres suman el 3.2 por ciento, mientras que las mujeres conformaron el 6.7 por
ciento de la población.

2.1.2. Hogares de las personas adultas mayores

En 2010, en uno de cada cuatro hogares vivía una persona mayor de 60 años.
Aunado, poco más de una quinta parte de los hogares mexicanos tenía como jefe
o jefa a una persona adulta mayor: 6.2 millones de los 28.2 millones de hogares
que captó el Censo de Población y Vivienda 2010. De estas personas que fueron
jefas de hogar, el 35.2% fueron mujeres y el 64.8% fueron hombres (INMUJERES,
2015).

22
La mayor parte de personas adultas mayores viven en hogares familiares: la
mitad de los hombres (49.7%) en nucleares; 38.1% en ampliados y 1.7% en
compuestos, por su parte las mujeres viven con menor frecuencia en hogares
nucleares y más en ampliados, 37.9 y 47.0%, respectivamente; su presencia en
hogares compuestos es similar a la de los hombres adultos mayores
(INMUJERES, 2015).

La compañía de los familiares que viven con los adultos mayores puede tener un
papel relevante para su bienestar físico y emocional, especialmente en el caso de
quienes necesitan de cuidados o apoyo a causa de una enfermedad o
discapacidad, y en hogares donde no se viven situaciones de violencia
intrafamiliar (INMUJERES, 2015).

El 12% de las mujeres y el 9.2% de los hombres adultos mayores viven solas, en
hogares unipersonales, lo cual puede reflejar una situación de vulnerabilidad ante
cualquier emergencia o necesidad que no puedan satisfacer por ellas mismas
(INMUJERES, 2015).

El 9.5% de la población adulta mayor habla alguna lengua indígena, de las cuales
cerca de una quinta parte son monolingües, lo que puede significar una forma de
aislamiento del resto de la población , por lo que presenta una desventaja: el
28.2% de las mujeres y el 15.3% de los hombres hablantes de lenguas indígenas
son monolingües (INMUJERES, 2015).

2.1.3. Educación.

La educación es un factor relevante en la calidad de vida de la población. Esta


variable es crucial para explicar la historia laboral y las circunstancias económicas
y sociales por las que han pasado las personas que han podido rebasar los 60
años de edad. En el caso de México, los datos dejan al descubierto el gran atraso
en el grado de escolaridad que tienen los adultos mayores (Montoya & Montes de
Oca, 2010).

El nivel educativo de las personas adultas mayores es bajo, debido a que la


expansión del sistema educativo no benefició a esas generaciones. Como

23
consecuencia de esto, de acuerdo con el censo del 2010 del INEGI, el 28.7% de
las mujeres y el 19.9% de los hombres adultos mayores no saben leer o escribir,
situación que empeora en zonas rurales donde el 53.2% de las mujeres y el 37.1%
de los hombres son analfabetas (INMUJERES, 2015).

Mientras que los datos de la ESEDEM 2008 encontraron que los ancianos que no
sabían leer ni escribir un recado alcanzaron el 21.3 por ciento, en comparación
con las ancianas en la misma condición llegaron al 42.2 por ciento (Montoya &
Montes de Oca, 2010). Las mujeres también presentaron una desventaja, debido
al acceso de la educación media y superior, pues mientras 4.5 por ciento de los
varones recibió alguna educación de estos tipos, sólo 4.3 por ciento de mujeres
tuvieron acceso a estos niveles educativos. La proporción de personas de edad
avanzada que no recibió ninguna educación escolar es sumamente drástica: 28 y
42.4 por ciento de hombres y de mujeres, respectivamente (Montoya & Montes de
Oca, 2010).

Como mencionaron datos censales del 2010, el promedio de escolaridad de la


población adulta mayor se estimó en 4.6 años, que no abarca ni la educación
básica, que para esas generaciones incluía solo la primaria. La situación es de
mayor vulnerabilidad para las personas de edad más avanzada; ya que el
promedio de escolaridad de quienes tienen entre 60 y 69 años es de 5.5 años,
mientras para las de 80 años y más se disminuye a sólo 3.0. En todos los grupos
de edad, las mujeres tienen menor escolaridad que los hombres (INMUJERES,
2015).

La educación en la población mexicana se da de forma desigual, dependiendo de


si se es hombre o mujer. Tradicionalmente, la mujer ha estado relegada al cuidado
y quehaceres del hogar, sin haber tenido en muchos casos el acceso a la
educación. Tal contexto histórico propicia entre las personas de edad avanzada,
una mayor proporción de analfabetas mujeres que de hombres (Montoya &
Montes de Oca, 2010).

24
Sin embargo, la población de adultos mayores alfabetas alcanzó un 74.3% y 19 de
las 32 entidades tiene porcentajes por encima de ese valor, sobresaliendo el
Distrito Federal, que tiene el 90.9% de sus adultos mayores alfabetas. Las
entidades situadas por debajo del promedio nacional se encuentran a niveles más
alejados del mismo, algunas con menos de la mitad de sus adultos mayores
alfabetas, como el caso de Guerrero, donde la proporción de personas mayores
que saben leer y escribir no rebasa el 49.0%, destacan también los valores
estatales de Chiapas (49.4%) y Oaxaca, con 49.8% de población de 60 y más
años alfabeta (INEGI, 2014).

En el año 2010, la mitad de la población de 60 y más años económicamente activa


había cursado un grado escolar en primaria; el 23.5% lo aprobó en los niveles de
secundaria, media superior y superior o posgrado. Sin embargo, el 24.8% de la
población no tuvo escolaridad (INEGI, 2014).

2.1.4. Permanencia en el trabajo.

En la actualidad hay un aumento en la población adulta mayor que permanece o


se incorpore a una actividad laboral, sin embargo la población adulta mayor se
refleja como uno de los grupos principales en la clase no económicamente activa,
ya que en el año 2010 se presenta un 66.6% de población adulta mayor que no
realiza una actividad laboral (INEGI, 2014).

La actividad económica es importante en las personas con menor edad avanzada,


el 46.7% de la población femenina entre el rango de edad de 60 a 79 años
percibió ingresos por su actividad económica, mientras que el 72.8% de la
población masculina senecta recibieron ingresos por su actividad económica
(INMUJERES, 2015).

Una tercera parte de la población adulta mayor en México trabaja para el mercado
laboral, con marcadas diferencias entre mujeres y hombres, el 19.4% de ellas y el
51.1% de ellos. La participación en actividades económicas disminuye en medida
que aumenta la edad, sin embargo, se observa que dos de cada diez hombres

25
adultos mayores de 80 años y más siguen trabajando, lo mismo que 4.6% de las
mujeres de esas edades (INMUJERES, 2018).

La población económicamente activa está conformada principalmente por los


hombres con un equivalente de 53.6% de la población adulta mayor masculina,
aunque las mujeres también muestran un crecimiento en la actividad económica
ya que se reporta un 12.7% de la población adulta mayor femenina (INEGI, 2014).

De acuerdo con INAPAM y CONAPRED (2011), cuatro de cada diez hombres


adultos mayores tuvieron la necesidad de trabajar por una hora o un día en la
semana para sostener a su familia o para cubrir un gasto propio, en comparación
con la población femenina senecta que fue de una de cada diez.

Por otro lado, cinco de cada diez personas adultas mayores no trabajan por hacer
labores domésticas y dos de cada diez estaban pensionadas, por lo que la
dependencia económica de las personas adultas mayores se percibió en más de
la mitad de esa población, de seis de cada diez personas senectas las mantiene
un familiar u otra persona. Solo el 2.7 de cada diez se les brindó pensión por su
trabajo (INAPAM & CONAPRED, 2011).

La actividad más común de las adultas mayores fue el trabajo no remunerado, el


60.7% de las mujeres adultas mayores realizaron los quehaceres domésticos,
actividad que han realizado en el transcurso de sus vidas, mientras que la
población masculina que dedicaron tiempo para la realización de estas actividades
fue de 6.4% (INMUJERES, 2018).

Aunado, se halló que la mayoría de las mujeres adultas mayores dependen


económicamente de algún familiar u otra persona, ya que ellas recibieron en
menor porcentaje alguna pensión por su trabajo en comparación con los hombres
(INAPAM & CONAPRED, 2011).

El grupo de 60 y más años, presentó niveles heterogéneos de población


económicamente activa, se muestra que 16 entidades superan al promedio
nacional el cual es 31.8 % de las cuales Chiapas destaca con el valor más alto,
cercano a 42.0%, le siguen en importancia Quintana Roo, Guerrero, Oaxaca y

26
Tabasco, con 38.9, 37.8, 36.6 y 36.0%, respectivamente. Por debajo del promedio,
igualmente se encuentran 16 estados en cuyo extremo inferior se ubica Nuevo
León y Coahuila, entidades donde menos de 25.0% de los adultos mayores están
involucrados en una actividad económica (INEGI, 2014).

Las principales ocupaciones de las personas adultas mayores fueron las


actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas, en el área agropecuaria, industria,
artesanía, el trabajo por cuenta propia y el comercio (INAPAM & CONAPRED,
2011; INMUJERES, 2015).

La población senecta que realizó actividades laborales las llevaron a cabo en


jornadas de 35 a 48 horas semanales (el 36.7% de la población en general, el
29% de la población senecta femenina y el 40.3% de la población masculina
senecta, aunado el 30% de las mujeres adultas mayores mexicanas trabajaron
jornadas laborales de 15 a 34 horas (INMUJERES, 2015).Sin embargo, el 17, 2%
de las mujeres y el 24% de los hombres adultos mayores trabajaron jornadas
semanales mayores a 48 horas (INMUJERES, 2015).

Por otro lado, las transferencias y remesas fueron la principal fuente de ingresos
en la población adulta mayor, ya que al 54% de la población se les brindaron,
asimismo los programas sociales ocupan un lugar menos sobresaliente, aunque
fueron la principal fuente de ingresos de las personas de 80 años y más (el 71%
de la población femenina y el 67.1% de la población masculina) y el 58.4% de la
población masculina y el 31.6% de la población femenina recibieron ingresos por
contar con un trabajo o por tener un negocio (INMUJERES,2015).

La principal fuente de ingresos fue distinta dependiendo el género, en el caso de


las mujeres (59.3%) fueron las transferencias, mientras que para los hombres
(58.4%) fue el ingreso por trabajo o un negocio (INMUJERES, 2015).

2.2. Salud en las personas adultas mayores.

Una de las razones por las que se realizó la Encuesta Nacional de Salud y
Nutrición (ENSANUT, 2012 en INMUJERES, 2015), fue recabar información sobre
las condiciones de salud de las y los mexicanos, la respuesta del sistema de salud

27
a estas condiciones, y los resultados alcanzados. Esto representó un aporte
relevante para identificar los retos en materia de salud hacia los próximos años, y
para formular las estrategias adecuadas para tratar de solucionarlos
(INMUJERES, 2015).

Una investigación que se basó en los datos de dicha encuesta mencionó que la
esperanza de vida saludable para la población mexicana es de 65.8 años
(Manrique-Espinoza, et al., 2013 en INMUJERES, 2015). Esto quiere decir que si
la esperanza de vida de la población en general fue de 74.7 años, la población que
los cumpla tiene altas probabilidades de que vivan un lapso de enfermedad de 9
años a partir de los 65 años cumplidos y sea dependiente a un cuidador como
consecuencia del dicho lapso (INMUJERES, 2015).

Tanto por cuestiones físicas como de género, mujeres y hombres viven de manera
distinta el proceso de envejecimiento, lo mismo que el impacto en su salud, ya que
las mujeres senectas son más propensas de padecer más enfermedades
incapacitantes y por mayor periodo en comparación con los hombres: 3 de cada
10 tuvo dificultad para realizar alguna tarea de la vida cotidianas mientras que en
el caso de la población masculina senecta fue de 2 de cada 10 (INMUJERES,
2015).

Aunado de que en el caso de las mujeres, los cambios biológicos ocurridos


durante su ciclo reproductivo y el paso transicional hacia la etapa post
reproductiva definida en el momento del cese de la menstruación, las hace más
vulnerables para padecer enfermedades crónicas como hipertensión arterial y
diabetes mellitus, de acuerdo de los autorreportes de los padecimientos de las
personas que respondieron la encuesta de salud y nutrición (ENSANUT 2012 en
INMUJERES, 2015).

Por lo que, contar con una expectativa de vida más larga no significa
necesariamente una ventaja para la población femenina senecta, por el contrario,
puede representar un lapso mayor de enfermedad o discapacidad. También, las
condiciones de vida que han tenido las adultas mayores, fueron distinguidas por
desigualdades de género, ya que fueron un factor importante de su estado de

28
salud, que refleja el efecto acumulativo del deterioro físico-funcional con el
transcurso del tiempo (INMUJERES, 2015).

Por otro lado, el deterioro funcional como consecuencia de la edad avanzada


repercute en la salud y la calidad de vida de las personas, con consecuencias
físicas, psicológicas y sociales, y se puede percibir en dificultades para realizar
actividades cotidianas por sí mismas, lo que puede generar la dependencia en el
cuidado para la persona anciana (INMUJERES, 2015).

Respecto a los tres padecimientos con el mayor autorreporte de diagnóstico


médico en la población anciana fueron hipertensión (40.0%), diabetes (24.3%) e
hipercolesterolemia (20.4%). En las tres enfermedades se mostraron diferencias
por sexo: la hipertensión la padeció el 46.2% de las mujeres y el 32.9% de los
hombres: la diabetes, el 25.8% de ellas y el 22.4% de ellos; la
hipercolestorelemia, el 23.6% de las mujeres y el 16.7 de los hombres. Otras
enfermedades principales son las enfermedades del corazón, las embolias o
infartos cerebrales y el cáncer (INMUJERES, 2015).

Por otro lado, los registros de egresos hospitalarios de la Secretaría de Salud


mostraron que los padecimientos más frecuentes en la población adulta mayor
son: las infecciones respiratorias agudas, las infecciones de vías urinarias, las
infecciones intestinales por otros organismos y las úlceras, gastritis y duodenitis
(INMUJERES, 2012 en INMUJERES, 2015).

2.2.1. Salud mental en el adulto mayor mexicano.

Se consideró que debido al incremento de esperanza de vida de los adultos


mayores, ellos son más propensos de padecer enfermedades
crónico-degenerativas acompañadas de la pérdida de capacidades funcionales,
emocionales y cognitivas, las cuales restringirán las actividades físicas y una vida
independiente de este grupo etario (Ruiz, Zegbe, Sanchez & Castañeda, 2014).

Aunado de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, hay padecimientos


neuropsiquiátricos como la depresión o ansiedad, enfermedad de Parkinson y la
demencia de Alzheimer, las cuales se presentan conforme vamos envejeciendo,

29
como resultado de las características individuales, genéticas, factores
ambientales, ocupacionales, sociales y culturales (Parra, 2009 en Ruiz, Zegbe,
Sanchez & Castañeda, 2014).

Por su parte, la depresión se refiere como una alteración del estado de ánimo que
se caracteriza por la pérdida de intereses personales, se considera que todo
adulto mayor tendrá un episodio de depresión durante el transcurso de sus vidas,
lo que se relaciona con factores como enfermedades, pérdidas, etc. (Tanner, 2005
en Escalona & Ruiz, 2016).

Las consecuencias afectan de diversa manera desde el cansancio y el


desequilibrio en la alimentación hasta el suicidio (Wagner, Gallo y Delva, 1999 en
Escalona & Ruiz, 2014). Este padecimiento con prevalencia significativa en esta
población se le ha considerado como un problema de salud pública (OMS, 2006
en De los Santos & Carmona, 2018).

De acuerdo con datos de la ENSANUT (2012, en Inmujeres, 2015), en México el


17.6% de la población senecta presentó síntomas depresivos significativos, de las
cuales el 22.1% fueron mujeres mientras que el 12.5% fueron de los hombres.

En México, en un estudio se evaluó a 333 adultos mayores (81% mujeres y 19%


hombres), se encontró que la mayoría de los participantes consideraban tener
buena salud mental (64.2%) y buena calidad de vida (60.1%); mientras que un
porcentaje menor manifestó síntomas relevantes de ansiedad (3.9%) y depresión
(4.5%) (Flores, Colunga, González, Vega, Cervantes, Valle & Cruz, 2013 en
Escalona y Ruiz, 2016).

De acuerdo con Pérez (2005, en Ortiz & Quintanar, 2014) refirió que el deterioro
cognitivo es un brusco declive de las funciones intelectuales del individuo que
suele presentarse como un trastorno aparentemente leve de memoria para hechos
recientes desde los olvidos cotidianos y transitorios meramente subjetivos, hasta
un trastorno de la capacidad para recordar, aunado a la disminución de las
capacidades mentales o intelectuales como memoria, atención, orientación,
percepción, concentración, pensamiento abstracto, lenguaje, capacidad de juicio y

30
razonamiento, capacidad para el cálculo, habilidad constructiva, capacidad de
aprendizaje y habilidad viso espacial.

Como señalaron datos de la ENSANUT (2012, en INMUJERES, 2015), el 7.3% de


la población adulta mayor presentó deterioro cognitivo, dentro del cual el 8.3%
fueron mujeres y el 6.3% fueron hombres.

De acuerdo con la OMS (2019), considero a la demencia como un síndrome que


se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva más allá de lo que podría
considerarse una consecuencia del envejecimiento.

Como indicó la ENSANUT (2012, en INMUJERES, 2015), el 7.9% padeció


demencia, el 9.1% fueron mujeres en comparación con el 6.9% de los hombres.
Debido a estas cifras se debería contar con una atención especial para las
alteraciones de la salud mental, ya que sería una contribución crucial para la carga
de las enfermedades crónicas en cuanto a costos y discapacidad; ya que son las
encargadas del 31% de los años de vida perdidos por discapacidad entre las
enfermedades no transmisibles; la demencia es la primera causa de discapacidad
para las personas adultas mayores. Como consecuencia, la Organización Mundial
de la Salud recomienda considerar la demencia como una prioridad en salud
pública y para la asistencia social (INMUJERES, 2015).

Por otro lado, el estado de salud y pérdida de autonomía de las personas adultas
mayores se ha evaluado con distintas escalas que miden la capacidad funcional
que tienen las personas para realizar “Actividades Básicas de la Vida Diaria”
(ABVD). La medición de este parámetro involucra las capacidades de autocuidado
más elementales como: comer, ir al baño, contener esfínteres y otras las cuales
son: asearse, vestirse, caminar, que conforman las actividades esenciales para el
autocuidado. Otra escala de evaluación se centra en las “Actividades
Instrumentales de la Vida Diaria” (AIVD), que son las que facilitan a la persona a
adaptarse a su entorno y a mantener una independencia en la comunidad. Las
AIVD incluyen actividades como: usar el teléfono, hacer compras, cocinar, limpiar
la casa, utilizar transportes, administrar adecuadamente los medicamentos,
etcétera (INSP, ENSANUT, 2012 en INMUJERES, 2015).

31
El 26.9% de las personas adultas mayores presentaron dificultad para realizar al
menos una ABVD, el 29.6% de la población femenina sufre para realizar una
ABVD en comparación con el 23.8% de la población masculina; y el 24.6% del
grupo etario se le complicó hacer al menos una AIVD, de la cual el 28.4% fueron
mujeres y el 20.3% fueron hombres. En ambas circunstancias, y en todos los
casos, las prevalencias se incrementan conforme aumenta la edad y son mayores
en las mujeres. La principal diferencia por sexo se observa en la dificultad para la
compra de alimentos, que presenta 21.2% de las mujeres y 12.4% de los
hombres, lo cual además de la condición de salud, puede estar reflejando
desigualdades de género asociadas con la falta de autonomía femenina (INSP,
ENSANUT, 2012 en INMUJERES, 2015).

2.2.2. Atención en servicios médicos

La Organización Mundial de la Salud (s/f, en INEGI, 2014), estableció que más allá
de una necesidad básica, la salud y el acceso a los servicios relacionados con la
misma son derechos fundamentales para cualquier persona, por lo que en el año
del 2010 el 71.4% de la población adulta mayor contó con un servicio de salud, la
población adulta mayor fue derechohabiente, por lo que se ubicó con un seguro de
salud por parte de alguna institución de salud, en primer lugar destacó el Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) atendió un 53.4% de dicha población, por otro
lado el Sistema de Protección Social en Salud y el Seguro Popular y el Seguro
Médico conformó el 28 % mientras que ISSSTE atendió al 12.8 % de los adultos
mayores, por lo que estas 3 instituciones atendieron casi el 95% de la población
adulta mayor (INEGI, 2014).

Como se mostró en los resultados de la ENSANUT (2012 en INMUJERES, 2015),


el 16.6% no contaba con servicios médicos por parte de una institución, mientras
que el Seguro Popular de Salud abarcaba prácticamente a 30% de la población, y
es más común entre los residentes de áreas rurales que entre los de áreas
urbanas: el 60.5% y el 20.7%, respectivamente (INMUJERES, 2015).

Asimismo, la geriatría es una rama de la medicina que no se ha desarrollado lo


suficiente como para abarcar las necesidades de la población adulta mayor en

32
nuestro país. Los indicadores internacionales recomiendan que exista un geriatra
por cada 50,000 habitantes (Gutiérrez & Lezama, 2013 en INMUJERES, 2015).

El Instituto Nacional de Geriatría mencionó que hasta enero de 2012, en México


habían 450 geriatras certificados, lo que equivale a un geriatra por cada 22,345
personas adultas mayores, o a un geriatra por cada 10,270 personas de 70 años y
más, edades en las que pudieran ser más dispuestos de necesitar esta atención
especializada. Datos del mismo Instituto señalan que anualmente se forman 20
geriatras, lo cual no es suficiente para alcanzar las necesidades presentes y
futuras de atención geriátrica en el país, pues para aproximarse a los indicadores
internacionales se necesitaría formar, entre 2014 y 2020, a cerca de 2,000
geriatras, para lo cual sería preciso que egresen alrededor de 200 por año
(Gutiérrez & Lezama, 2013 en Inmujeres, 2015).

Por su parte, la mitad de las personas adultas mayores en México consideró que
recibieron toda la atención médica que requieren. Tres de cada diez afirmaron que
la reciben sólo en parte. El 8.9% no recibió la atención médica que necesitaba y el
7.9% no contó con ninguna atención médica (INAPAM & CONAPRED, 2011).

Los porcentajes de la población de adultos mayores derechohabiente a servicios


de salud por entidad federativa mostraron una amplia brecha. Entre las entidades
con mayor cobertura, se encontraron doce estados con porcentajes de
derechohabientes que superaron el 80.0 por ciento. El mayor porcentaje
correspondió a Colima (87.6%), seguido por Nuevo León (86.7%) y Coahuila
(85.0%). En menor medida, ocho entidades no rebasaron el 80.0% de
derechohabientes en las que se localizó: el Distrito Federal, Tabasco y Querétaro.
Asimismo, 12 entidades se ubicaron por debajo del promedio nacional que es del
71.4%, destacan cuatro estados con porcentajes menores a 60.0% con afiliación a
servicios de salud: Oaxaca, Puebla, Guerrero y Michoacán (INEGI, 2014).

Ocho de cada diez personas adultas mayores se atendió con médicos de servicios
de salud pública. Mientras que tres de diez lo hicieron con servicios de médicos
privados. Casi cuatro de cada diez expresaron que se atendieron con remedios

33
recomendados por familiares o amigos, y uno de cada diez acudió a medicinas
alternativas a la alópata (INAPAM & CONAPRED, 2011).

2.2.3. Trato de la atención médica y cuidados ante una enfermedad.

En México, la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) (2009, en


Inmujeres, 2015), indicó que el 25.3% de las personas adultas mayores, el 27.8%
de las mujeres y el 22.5% de los hombres requirieron que alguna persona de su
hogar le ofreciera cuidados o apoyo. Como era de esperarse, las necesidades de
cuidado se elevaron acorde aumentó la edad, como señalaron los datos de la
encuesta todos los grupos de edad el porcentaje de mujeres que solicitó de
cuidados fue mayor que de los hombres (Inmujeres, 2015).

De las personas de 60 años y más que respondieron la ENUT 2009, se encontró


que más de un millón adultos mayores necesitó de cuidados, el 59% población
femenina en comparación con la masculina que fue del 41%. Los motivos del
cuidado no difirieron de manera significativa por sexo. Un 74.8% lo denominó
como necesidades de cuidado continuo (el 55.9% a causa de padecer alguna
enfermedad crónica y el 18.9% por tener alguna limitación física o mental),
mientras que el resto, que fue el 39.5% se debió por causa de una enfermedad
temporal (INMUJERES, 2015). Aunado de que es mayor el número de mujeres
que necesitó de cuidado en comparación con los hombres (INMUJERES, 2015).

Debido a diversas causas, aunque la principal la falta de acceso a servicios


médicos y otros servicios de atención a personas adultas mayores, para el
cuidado de los senectos se hicieron responsables principalmente sus propias
familias, lo que genera un trabajo adicional para los integrantes del hogar y puede
impactar en su bienestar físico y emocional de toda la familia incluido el adulto
mayor (INMUJERES, 2015).

Entre 14 y 21.9% de las personas de sesenta años o más expresó que el trato que
han recibido en los servicios médicos de salud fue ineficiente (21.9%), descortés
(18.1%) y malo (14%) (INAPAM & CONAPRED, 2011).

34
Cuando una persona adulta mayor se encontraba enferma, la esposa o el esposo
(33.2 %) fue quien se hace cargo de atenderla, seguido de los hijos (25.7%) e
hijas (21.1%). Sólo el 6.5% señaló que nadie y el 5.3% mencionó que son otros
familiares quienes se hacen cargo de atenderla (INAPAM & CONAPRED, 2011).

Del 33.2% de las personas que mencionaron que su pareja se hizo cargo de ellas
cuando se enfermaron, el porcentaje de hombres fue del 44.5% y duplicó a de las
mujeres que fue del 22.5%. Las mujeres por su parte, afirmaron que fueron las
hijas (31.9%) o los hijos (29.7%) quienes se responsabilizaron de los cuidados.
Sobresalió que a la mayoría de las mujeres adultas mayores las atendieron sus
hijas mientras que a los hombres adultos mayores sus esposas (INAPAM &
CONAPRED, 2011).

A consecuencia de la enfermedad en las personas adultas mayores se generan


problemas principalmente en la economía familiar. En general, los hombres
opinaron que cuando se enferman causan problemas en todos los ámbitos en
comparación con las mujeres. Cuando los hombres se enferman, el porcentaje de
que surjan problemas en la economía familiar es mayor respecto de las mujeres,
el 23.2% frente al 16.8% respectivamente. Respecto a la asignación de tareas en
la familia, si los hombres se enferman, causan frecuentemente mayor problema
respecto de las mujeres, así sucede con catorce de cada cien hombres y seis de
cada cien mujeres. El mismo comportamiento se genera en las relaciones
familiares (INAPAM & CONAPRED, 2011).

De acuerdo con todos los datos hallados puedo decir que las mujeres de este
sector de la población se encuentran en una vulnerabilidad en comparación con
los hombre de esa edad, esto puede ser causado por las condiciones sociales que
a esta generación le ocurrió en su juventud ya que en esa época predominaban
otras costumbres que en la actualidad como el rol de la mujer en la crianza de los
hijos, los quehaceres domésticos y la atención a la pareja, también en esa época
en el país dominaba el machismo que ocasionó que las mujeres tuvieran menos
oportunidades de educación y trabajo en comparación con los hombres del grupo
etario, en consecuencia la mayoría de las mujeres mayores no tuvieron un trabajo

35
de remuneración económica provocando dependencia económica hacia sus
familias o del gobierno, mientras que los hombres senectos contaban con un
sustento económico que propiciaron gracias a su carrera laboral.

Aunado la sociedad en esa época tenía prejuicios y estereotipos de los roles de


las mujeres como de los hombres y esto tuvo un impacto en la remuneración
económica en el caso de que la mujer trabajara. Pero también en la actualidad nos
enfrentamos a prejuicios y estereotipos hacia la población senecta impuestos por
la sociedad, ya que no toda la población adulta es dependiente o enferma y como
lo mencione en el otro capitulo el individuo depende del entorno que lo rodea y de
los recursos con los cuenta la persona en el transcurso de su vida para llegar a
una vejez en óptimas condiciones.

Respecto al aspecto de la salud concuerdo con la literatura de que los adultos


mayores son más propensos de padecer una enfermedad crónica-degenerativa,
aunado también son más propensos de sufrir diabetes, hipertensión e
hipercolesterolemia, esto puede ser debido al proceso de envejecimiento primario,
o puede ser que en otra etapa de la vida hayan contraído la enfermedad y esta
enfermedad los acompaña desde ese momento hasta su muerte.

Por otro lado, los padecimientos entorno a lo psicológico que repercute en la


población adulta mayor son la depresión, el deterioro cognitivo y demencias.
También se halló que en las zonas urbanas la mayoría de la población cuenta con
un seguro médico lo que permite tener atención médica en contraste a las zonas
rurales.

Por otro lado, por la cuestión económica las propias familias se hacen cargo de los
cuidados de las personas adultas mayores y esto muchas veces no se hace de la
manera adecuada, ya que como no tienen una preparación profesional para
atender a una persona enferma en el caso de que la persona adulta tenga una
enfermedad o presente una discapacidad.

Por lo que considero que nosotros los psicólogos como profesionistas en el campo
de la salud tenemos un gran reto para atender las necesidades de este grupo

36
etario de la población porque debido al incremento de la población adulta mayor
no se cuenta con número adecuado de profesionistas que se especialicen en la
población senecta e instituciones públicas que atiendan sus problemáticas, ya que
existen más instituciones en el ámbito privado lo que implica una inversión en el
ámbito económico para la persona adulta mayor y para su familia.

Aunado como psicólogos podemos intervenir tanto en problemas de salud mental,


cognitivos, social y emocional, por lo que la psicología en el futuro puede ser
participante para la creación de políticas públicas en México que promuevan y
fomenten el envejecimiento exitoso y que trate de resolver distintas problemáticas
que tiene la población en la actualidad. También desde el campo de psicología se
puede capacitar a profesionistas de la salud para que atiendan este grupo de la
población, ya que en un futuro predominará este grupo etario y se necesitarán
profesionistas que tengan conocimientos para atender sus demandas.

Capítulo 3: Situaciones desencadenantes de estrés en los adultos mayores.

Como bien se sabe hay circunstancias que nos rebasan ya que no tenemos el
control sobre ellas, unas son debidas al entorno en el que nos rodeamos y otras
veces dependen de las acciones de otras personas pero estas repercuten de
manera directa o indirecta, estas situaciones cuando nos generan una reacción
negativa provocan un impacto tanto físico como emocional.

Sarason & Sarason (2006), definieron al estrés como la reacción ante una
situación que presenta demandas, restricciones u oportunidades y por lo regular
no es placentero, puesto que las personas presentan estrés psicológico cuando
tienen que enfrentar un cambio inesperado. Aunado puede ser mayor que el
normal cuando el cambio sucede mientras se está sufriendo una crisis severa en
la vida como por ejemplo ser víctima de violencia, cuando la familia te abandona
en una institución de manera involuntaria y también al inicio de una etapa crítica
de desarrollo como la vejez en este caso.

37
Por otro lado, la vulnerabilidad se refiere a la probabilidad de que actuemos de
forma inadaptada en ciertas ocasiones, la vulnerabilidad puede incrementarse
debido a la herencia, por características de la personalidad, por la falta de ciertas
capacidades o por la acumulacion de experiencias negativas inesperadas
(Sarason & Sarason, 2006).

Asimismo, las personas que comparten condiciones de vulnerabilidad se


convierten en un grupo de alto riesgo que es más propenso a experimentar los
efectos negativos del estrés en comparación con la población, algunos de estos
grupos pueden ser de alto riesgo ante ciertas circunstancias (Sarason & Sarason,
2006).

3.1. Violencia en el adulto mayor.

En la actualidad una de las principales problemáticas que hay en México es la


violencia, ya que se ha llegado a un punto donde estos comportamientos que
impactan en la calidad de vida de las personas se están normalizando, por lo que
se si no se empieza a erradicar el problema vamos a ser cada vez más
susceptibles a esta problemática y se hará algo cotidiano con lo cual vamos a
tener que lidiar.

Por otro lado, la sociedad tiene el prejuicio de que una persona adulta mayor es
vulnerable, dependiente, incapaz de valerse por sí mismo, por lo cual este grupo
etario de la población es de alto riesgo para experimentar esta problemática, ya
que la mayoría de la sociedad se basa en los prejuicios y comienzan a tener
ciertos comportamientos con las personas adultas mayores que impactan en su
calidad de vida.

Una de las principales problemáticas que se han incrementado con el paso de los
años es el abandono familiar hacia las personas adultas mayores, ya que como

38
mencionan Félix & Hernández (2009), el aislamiento y la soledad en el anciano
sigue siendo cada vez más patente en una sociedad inmersa en una creciente
competitividad y deshumanización.

3.1.1. Definición.

El maltrato de las personas mayores es cualquier acto único o repetido que causa
daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para
evitarlo, cualquier violacion de sus derechos que se produce en una relación
basada en la confianza, también se puede dar en una relación de poder por parte
de agresor o bien en función de edad y condición física (Felix & Hernandez, 2009;
Ortiz & Arroyo, 2017; OMS,s/f).

Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos,


sufrimiento, dolor y una menor calidad de vida de las personas mayores, el
maltrato de las personas mayores puede ser físico, sexual, psicológico o
emocional, la violencia por razones económicas o materiales, el abandono, la
negligencia, la disminucion de la dignidad y la falta de respeto (Felix & Hernandez,
2009; Ortiz & Arroyo, 2017; OMS,s/f).

La violencia hacia este grupo etario no se limita a la casa o a la comunidad,


también puede darse en residencias, casas de cuidado, asilos, y hospitales,
entonces se puede clasificar también en intradomiciliar y extradomiciliar (Yaffe &
Tazkarji, 2012 en Montero, Vega & Hernandez, 2017).

3.1.2. Factores de riesgo.

Algunos de los factores de riesgo que puede hacer susceptibles a las personas
adultas mayores son: salud fisica y mental de la persona adulta mayor, abuso de
sustancia de la persona adulta mayor, sexo de la victima, ya que las mujeres son
mas propensas a experimentar violencia economica o negligencia, compartir
vivienda con el agresor, que el agresor dependa economicamente de la persona

39
adulta mayor, antecedentes de relaciones familiares disfuncionales, carga
excesiva laboral del cuidador de la persona mayor, aislamiento social de la
persona adulta mayor, falta de apoyo social, estereotipos hacia la poblacion adulta
mayor, empobrecimiento de los vinculos afectivos de la persona adulta mayor y
falta de recursos economicos para cuidados en el caso de requerirlos (OMS, s/f).

En el caso de la violencia extradomiciliar se puede incluir: las condiciones de


trabajo del personal encargados de los cuidados de las personas adultas mayores,
el salario del personal, una supervisión inadecuada (Yaffe & Tazkarji, 2012 en
Montero, Vega & Hernandez, 2017), condiciones deficientes de la institución,
carga excesiva de trabajo del personal encargado de los cuidados, las normas
favorecen más los intereses del centro institucional que los de los residentes y
condiciones inadecuadas de la atención sanitaria, los servicios sociales y los
centros asistenciales para las personas mayores (OMS, s/f).

3.1.3. Magnitud del problema.

La violencia hacia las personas adultas mayores en méxico es una problemática


de salud pública. de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica
de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2016 en INMUJERES, 2018),
encontraron que las mujeres adultas mayores son vulnerables a sufrir violencia por
parte de su pareja ya el 43.3% experimentó un incidente de violencia en el
transcurso de su relación actual amorosa o en la última relación de pareja, el
38.2% fue violencia emocional, el 25% fue violencia economica, el 22.6 %
violencia fisica y el el 9.6 % fue violencia sexual.

Por otro lado, los datos de la encuesta señalaron que la violencia disminuyó
conforme a la edad de las personas, ya que se halló que el 16.2 % grupo
femenino de 60 a 69 años fue víctima de un incidente de violencia en el último año
mientras que el 10.2% de las mujeres con 70 a 79 años de edad sufrió violencia

40
por lo que pudo observar que el comportamiento violento disminuyó (ENDIREH,
2016 en INMUJERES, 2018).

Márquez y Arvizu (2009 citados en Ortiz y Arroyo, 2017), señalaron que en


México el maltrato que más se presentó en los adultos mayores fue el emocional:
en este caso alcanzó un 70% en los ancianos y un 50% en las ancianas.

Ortiz y Arroyo (2017), en un estudio realizado en nuestro país, encontraron como


la segunda forma más común de violencia en el grupo de varones ancianos a la
negligencia u omisión de cuidados, la cual se consideró incumplimiento de
obligaciones y cuidados de una persona, que no es cien por ciento autosuficiente.

El 57% de la población adulta mayor no tuvo participación en la toma de


decisiones del hogar, situación que además de aislarlos de su vínculo familiar, los
lleva a retraerse (Ortiz y Arroyo,2017).

Por otro lado, el 13.4% de la población adulta mayor experimentó algún tipo de
violencia por parte de sus hijos, nietos, sobrinos u otro pariente o personas que no
son su familia y el tipo de violencia que es más frecuente de padecer es de tipo
emocional, ya que en este caso se presentó en un 70% de los ancianos y un 50%
de las ancianas. (INMUJERES, 2018;Márquez y Arvizu, 2009 en Ortiz y Arroyo,
2017).

3.2 institucionalización

Como mencionaron Arroyo & Ribeiro (2011), en México, el sistema de


seguridad y protección social dejó descubierto a un elevado número de adultos
mayores que viven en condiciones sociales inestables. En este sentido, los
esfuerzos realizados por las familias siempre serán insuficientes.

De acuerdo con Ham (s/f, en Quintanar, 2000), los sistemas de salud en


México requieren adaptarse a la transición demográfica y epidemiológica que

41
afecta a la población anciana, cambiando las prioridades consideradas hasta el
momento y que también se encuentran asociadas a la feminización del
envejecimiento.

La atención de los ancianos tiende a recaer más en la familia, con todo el


costo económico y emocional que esto tiene y en el caso de las instituciones estas
tendrán que ajustarse a condiciones de terapias y seguimiento a largo plazo y no a
condiciones curables a corto plazo, la mayoría de los asilos contaron con
programas de medidas preventivas, pero hay poco trabajo que se refiera a la
prevención a largo plazo de los problemas financieros y administrativos que se
puedan tener (Quintanar, 2000).

De acuerdo con Quintanar (2000), los modernos sistemas de seguridad


social intentaron establecer sistemas institucionalmente unificados, caracterizados
por una cobertura universal y beneficios estandarizados. En México esto ha
permitido el desarrollo de diversos subsistemas de servicios de salud mediante las
aseguradoras, después de establecido el mecanismo unificador, pero los
esfuerzos por ampliar la cobertura todavía dejaron marginada a una elevada
proporción de la población, debido a lo limitado en el ingreso de sus recursos o
pensiones.

De acuerdo con el Inapam (2011), entendemos por asistencia geriátrica a la


planificación u organización de la atención integral a las personas de 60 años de
edad y más. El apoyo a los ancianos es tarea de todos, de ellos mismos, de la
familia, la comunidad, las instituciones públicas y privadas, la sociedad civil
organizada y el voluntariado. La asistencia a las personas adultas mayores debe
abarcar tanto las zonas urbanas como rurales, debe ser integral, esto es que se
ocupe de la salud física y mental considerando los aspectos preventivos,
curativos, rehabilitatorios y el contexto social. Para la asistencia integral de las
personas adultas mayores, es necesario la integración de un equipo multi e
interdisciplinario: • Personal médico • Trabajador social • Psicólogo (a) • Enfermero
(a) • Gericultista • Técnicos en rehabilitación • Voluntariado • Familia.

42
Uno de los factores de riesgo que aparecen en la vejez es la
institucionalización en residencias, incluso aunque no haya una pérdida de
autonomía ni ninguna enfermedad que prescriba tal internamiento (Ulla, Espinosa,
Fernández, Fernández & Prieto, 2003, en Quintanar & Torres, 2013).

Asimismo Quintanar (2000, en Quintanar y Torres, 2012), encontró que la


mayor parte de la población anciana que es atendida institucionalmente, se halló
en centros religiosos y particulares; los centros gerontológicos públicos son los
que cuentan con los mejores servicios y con la seguridad de que se continuará
brindando la atención de la población residente en ellos, pero aún son pocos para
atender la demanda existente, además falta información referente a los aspectos
psicológicos propios de ciertos grupos de ancianos, lo que ha llevado a formular
propuestas de intervención que no siempre logran cumplir sus objetivos.

Por otra parte (Gutiérrez, Reyes, Rucabado & López ,1999; Quintanar
2000, en Quintanar & Torres, 2012), señalaron que los diferentes centros
gerontológicos cuentan por lo regular con criterios o indicadores definidos para
decidir el ingreso de una persona a una casa-hogar, y en ambos estudios se
reporta que los espacios dependientes del gobierno disponen de criterios más
claros y definidos que los que tienen otro tipo de centros, como los de juntas de
asistencia privada o de asociaciones civiles, dichos indicadores aluden
principalmente a ingresos, estado de salud, condición familiar, antecedentes
penales y estado mental.

3.2.1 Definición.

De acuerdo con Estañol & Mora (1996), la institución se define como "un
cuerpo social que pone de manifiesto una idea, una ideología, así supone el
establecimiento de normas, procedimientos, objetivos, pautas y actividades
agrupadas alrededor de valores y funciones sociales.

Por otro lado, Kaes (1978, en Estañol & Mora, 1996), la define como un
ambiente rutinario donde favorecen de cierta manera el control de los niños o
cualquier grupo de individuos, también reduce las posibilidades de contacto entre

43
ellos y con otras personas, disminuyendo el aprendizaje de conductas socialmente
aceptadas, las cuales se pueden facilitar y reforzar a través de la interacción
social.

La institución como formadora de la sociedad y de la cultura, cuenta con un


conjunto de formas y estructuras sociales, instituidas por la ley y la costumbre,
regula nuestras relaciones, no preexiste y se impone por el ser humano. Por lo
que cada institución tiene una finalidad propia que la identifica y la caracteriza,
tiene diversas funciones que les son asignadas (Estañol & Mora, 1996).

Para Sarason & Sarason (2006), el proceso de ingresar a una persona en


una institución se denomina como reclusión, algunas personas con trastornos
mentales se recluyen de manera voluntaria pero otros son hospitalizados de forma
involuntaria mediante un proceso legal llamado reclusión civil. La reclusión civil se
lleva a cabo cuando se llega a la conclusión de que una persona representa un
riesgo para sí misma o para los demás.

3.2.2. Tipos de instituciones.

Hay una diversa cantidad de instituciones que cumplen con diferentes


funciones, así que Aguilar (1986, en Estañol & Mora, 1996), realizó una
clasificación de acuerdo a la población que atiende la institución:

● Las instituciones para personas incapaces e inofensivas, las cuales son los
hogares de los ancianos, discapacitados, huérfanos e indigentes.
● Instituciones para personas que necesitan atención médica o psiquiátrica,
como los hospitales generales y psiquiátricos.
● Organizaciones para proteger a la comunidad contra quienes causen
peligro para ella, como los reclusorios, presidios, consejos tutelares y casas
de orientación.
● Instituciones destinadas al campo del carácter laboral-social, tales como
cuarteles, barcos, escuelas, etc.
● Instituciones religiosas como monasterios, conventos, etc.

44
En cuanto a la población adulta mayor en México, el Instituto Nacional de
las Personas Adultas Mayores (Inapam), es un organismo público descentralizado
de la Administración Pública Federal, con personalidad jurídica, patrimonio propio
y autonomía técnica y de gestión para el cumplimiento de sus atribuciones,
objetivos y fines, rector de la política nacional a favor de las personas adultas
mayores. Una de las tareas del Inapam es que el gobierno y la sociedad
reconozcan los derechos que tienen las personas adultas mayores para vivir con
dignidad; detecta y resuelve problemas, propone y lleva a cabo acciones
encaminadas a que la sociedad civil adquiera una verdadera responsabilidad
ciudadana de apoyo, cuidado y respeto para las personas adultas mayores
(INAPAM, 2011).

En atención al incremento de la población adulta mayor, el Inapam diseñó


un modelo de servicios de consulta médica especializada creando los Centros de
Atención Integral (CAI) para las personas de 60 años de edad y más que soliciten
servicios de calidad y sean económicos para ellos, favoreciendo a través de la
consulta sus condiciones de salud con programas sanitarios preventivos,
rehabilitatorios y curativos, propiciando su integración a la vida familiar, social y
laboral. Son unidades donde se da atención médica integral especializada con el
objetivo de mantener o recuperar la salud mediante acciones preventivas,
curativas y de rehabilitación (INAPAM, 2011). Actualmente se cuenta con dos
centros que apoyan y que promueven la salud integral especializada de las
personas adultas mayores.

3.2.2.1. Instituciones totales.

Las instituciones totales, según Gofman (1961, en Quintanar & Torres,


2013), son definidas como un lugar de residencia o trabajo, donde un gran número
de individuos en igual situación, son aislados de la sociedad por un periodo
considerable de manera temporal, comparten en su encierro una rutina diaria,
administrada formalmente, para este autor, las instituciones totales se caracterizan
por:

45
● Todas las dimensiones de la vida se desarrollan en el mismo lugar y
bajo una única autoridad.
● Todas las etapas de la actividad cotidiana de cada miembro de la
institución total se llevan a cabo en la compañía inmediata de un
gran número de otros miembros, a los que se da el mismo trato y de
los que se requiere que hagan juntos las mismas cosas.
● Todas las actividades cotidianas están estrictamente programadas,
de modo que la actividad que se realiza en un momento
determinado lleva a la siguiente, y toda la secuencia de actividades
se impone jerárquicamente, mediante un sistema de normas
formales explícitas y un cuerpo administrativo.
● Las diversas actividades obligatorias se integran en un único plan
racional, deliberadamente creado para lograr objetivos propios de la
institución.

Lander (s/f, en Quintanar & Torres, 2013), mencionó que la Institución


(con mayúscula) se definió por su propósito de existencia, es decir su acto de
fundación. Como tal, está regida por un conjunto de leyes y reglamentos que
facilitan las difíciles relaciones humanas dentro de la misma. Cada sujeto tiene
una cierta jerarquía dada por la misma estructura de la Institución. Allí, es
inevitable que cada sujeto padezca de su deseo inconsciente. Es inevitable que la
vida de las instituciones esté sometida a continuas dificultades y que los
problemas surgen cuando:

● La ley y los reglamentos no son actualizados con regularidad y


aparece el desfase entre la vida cotidiana de la institución y sus
reglamentos.
● Cuando la institución tiene problemas económicos y aumenta la
angustia entre los miembros.
● Cuando cae la tolerancia a la diferencia y aparece en los miembros:
los prejuicios, el desprecio y las persecuciones.

46
● Cuando los miembros permiten que el rumor dentro de la misma
institución rija las decisiones de la institución.

3.2.2.2. Asilos.

Los asilos fueron la primera manifestación social de preocupación por la


situación de los ancianos marginales y actualmente se consideró como el último
recurso para el anciano destituido. Generalmente estas instituciones poseen un
alto grado de autonomía operacional y funcionan bajo el control de organizaciones
privadas o de beneficencia interesadas en servir a la población anciana. La
naturaleza de voluntariado de estos servicios condiciona su carácter temporal e
inestable, y su costo relativamente alto limita su accesibilidad a una pequeña
proporción de la población anciana (Quintanar, 2000).

Para que la institución asilar permita la satisfacción de ciertas


necesidades en sus residentes, en cuanto al espacio físico, Kahana, Liang &
Felton (1980, en Quintanar & Torres, 2013) mencionaron que dicho espacio debe
contar con posibilidad de aislamiento, posibilidad de entablar relaciones sociales,
control institucional, posibilidades de expresión de afecto y posibilidad de control
de impulsos y riesgos.

Williams (s/f en Quintanar & Torres, 2013) hizo un listado de siete puntos
en los que resumió lo que debe ser un asilo:
● El asilo debe ser una institución de asistencia para ancianos sanos,
autónomos, de escasos recursos económicos, y que requieran ayuda
básica.
● Por sus características, el asilo es una institución que necesita tener
un subsidio para su adecuado funcionamiento.
● Debe ser una institución actual, que evolucione al ritmo de los
cambios sociales y técnicos, no solamente en cuanto a instalaciones
físicas, sino también en los procedimientos técnicos y de servicio.
● Deben ser lo menos grandes posible a fin de que sean funcionales,
debe considerarse entre 30 y 100 personas. Es preferible evitar que

47
sean para un sólo sexo. Los asilos deben ser centros de enseñanza,
práctica e investigación, además de asistenciales.
● Deben mantener una circulación adecuada de su población según el
estado de salud de sus residentes.
● Por sus características deben existir tres clases de asilos. La primera
clase son los que han sido construidos particularmente para esta
función. La segunda es la de aquellos en los que se han hecho
adaptaciones para cubrir sus servicios. La última, es aquella cuyas
instalaciones no son las apropiadas para la asistencia de los
ancianos.

Los hogares de ancianos y las casas de reposo, son instituciones que


comparten la mayoría de las condiciones anteriores, pero además se estratifican
de acuerdo a la variedad de servicios y costos y resulta difícil generalizar su
relativa calidad. Tienen también la condición de impulsar modelos y programas
generados en países desarrollados y muchos operan con fines de lucro y cuentan
con una amplia gama de servicios para los ancianos (Quintanar, 2000)

3.2.2.3. Centros de día.

Por su parte, un Centro de Día es un lugar dedicado a proporcionar


cuidados y actividades de desarrollo integral a los Adultos Mayores durante el día
mediante profesionales de la salud, de modo que por las tardes y los fines de
semana éstos pueden regresar a casa para disfrutar de su espacio, actividades
personales, sociales y familiares (Hernández, 2015).

Las Residencias de Día son una alternativa de atención integral y un


apoyo a las familias para que dispongan de tiempo para actividades personales, el
adulto mayor recibe los mismos servicios que en los albergues, pero con un
horario matutino que les permite retirarse por la tarde a su domicilio (INAPAM,
2011).

48
Son centros que atienden a personas de 60 años de edad y más que
por sus condiciones de vulnerabilidad no pueden permanecer solas en sus
domicilios y necesiten de atención integral especializada para su seguridad, salud
y bienestar, este modelo permite que los adultos mayores socialicen y al mismo
tiempo continúen dentro de su núcleo familiar (INAPAM, 2011)

El objetivo de un Centro de Día es mejorar la Calidad de Vida de las


Personas mayores mediante acciones que fortalezcan su salud integral y al mismo
tiempo fomentan, lo más posible, su independencia (Hernández, 2015).

3.2.2.4. Albergues del INAPAM.

De acuerdo con el INAPAM (2011), los Albergues del Instituto Nacional de


las Personas Adultas Mayores (Inapam), fueron creados con el fin de proteger y
atender a las personas adultas mayores que por sus condiciones así lo requieren.
Son Centros donde se atienden de manera integral las 24 horas del día, los 365
días del año a personas adultas mayores que necesiten servicios de estancia
prolongada por razones personales y/o familiares, para favorecer su bienestar.

3.2.2.5. Centros culturales.

Los Centros Culturales constituyen una alternativa de formación y


desarrollo humano. Se dan materias y talleres mediante un sistema formal de
enseñanza, flexible y acorde con las características del aprendizaje de las
personas adultas mayores. Son lugares donde pueden utilizar productivamente el
tiempo libre, realizar actividades culturales y recreativas y al mismo tiempo
conservar, incrementar y fortalecer sus redes sociales y mejorar su bienestar
bio-psicosocial. Son espacios que otorgan diversas alternativas de formación y
desarrollo humano a través de actividades de educación, capacitación,
manualidades, actividades culturales, recreativas y deportivas (INAPAM, 2011). El
Inapam busca con este modelo atender y satisfacer las demandas y necesidades
de la población adulta mayor.

3.2.2.6. Clubes.

49
Los Clubes son un modelo de atención para las personas adultas
mayores, que se fundaron por el incremento de esta población, y como una
estrategia que permite proporcionar un servicio para mejorar la calidad de vida de
este sector.

Son espacios comunitarios donde se promueven actividades que ayudan


a las personas adultas mayores a su socialización, lo que contribuye a mejorar su
autoestima y a continuar integrados a su comunidad (INAPAM, 2011).

Están constituidos con un enfoque de derechos con perspectiva del ciclo


vital y establecen una política educativa, cultural y social con carácter integradora.
A través de los clubes se crearon formas de prevención más efectivas en cuanto a
información y participación de este grupo y se fomenta la intervención de la familia
como un factor trascendental para que las y los adultos mayores continúen
desarrollándose en un entorno propicio y favorable (INAPAM, 2011).

3.2.3. Impacto en el adulto mayor.

Rodríguez (1999, en Quintanar & Torres, 2013), afirmó que cuando se


vive en una residencia hay varios cambios, la persona pierde los roles que venía
desempeñando, tanto de carácter social como profesional o familiar, en la mayoría
de las ocasiones se pierden por completo o se descomponen las relaciones
sociales, y las relaciones familiares quedan considerablemente rotas y reducidas a
unas pocas visitas.

También se consideró la importancia de las circunstancias que vienen


derivadas del propio proceso de institucionalización como son las compañías,
horarios y actividades impuestos, que son indudablemente necesarios para la
adecuada gestión de los centros (Quintanar & Torres, 2013).

En el proceso de institucionalización surgen algunas características


negativas de las organizaciones de internación como son el cambio de contexto
para el adulto mayor, dejando de obtener reconocimiento por parte de los vecinos,
familiares y amigos; el sentimiento de carga e inutilidad; el desarraigo, generando
expectativas básicas que no son llenas; el aislamiento con el medio, el maltrato,

50
entre otras (Cerquera, 2008; Minor & Kaemppffmam, 2006, en Estrada, Cardona,
Segura, Ordóñez, Osorio & Chavarriaga, 2013).

Asimismo, se ha reportado que en los adultos mayores que viven en


residencias, las condiciones de vida y la falta de contacto social se vinculan con
síntomas depresivos (Santos et al., 2010, en Estrada, Cardona, Segura, Ordóñez,
Osorio & Chavarriaga, 2013).

La situación de institucionalización en los adultos mayor también se


puede considerar como una situación de aislamiento en el entorno familiar y
social, por lo que se pueden generar trastornos mentales como: depresión,
ansiedad y en casos graves esquizofrenia, puesto que los adultos mayores se
enfrentan a situaciones de estresantes como el cambios de roles, cambios
importantes en el entorno personal y familiar, situaciones de aislamiento por parte
de la familiar o por el problema de entablar relaciones personales cambios
relacionados a la etapa de vida en la que se encuentran (Conde & Jarne, 2006).

3.3. Soledad.

Otra problemática que se está dando con el incremento de la población adulta


mayor es la soledad en este grupo etario, ya que como lo indicó Rodriguez (2009),
la vejez es una etapa de la vida donde ocurren una serie de pérdidas que suele
facilitar la aparición del sentimiento de soledad. Por otro lado, vivir solo es una
situación común para miles de mexicanos, esto puede ser debido a migración por
trabajo, separación de los cónyuges o viudez, vivir solos o solas por decisión
propia , esto también depende de la edad que tenga la persona que atraviesa esta
situación, ya que para cierta edad es algo necesario y para otra edad es algo
inesperado (INMUJERES, 2005).

De acuerdo con INMUJERES (2018), el 12.3% de la mujeres adultas mayores y el


9.7% de los hombres adultos mayores viven solos en hogares unipersonales,
esta situación puede generar vulnerabilidad ante una emergencia o necesidad que
las personas adultas mayores no puedan satisfacer por sí mismas, aunado esto
puede ser debido a la esperanza de vida de grupo femenino y que al momento de

51
que mueren sus parejas ellas permanecen viudas hasta su muerte o se integran a
las casas de sus hijos u otros parientes, ya que se halló que el 37.2% de las
mujeres adultas mayores son viudas en comparación con el grupo masculino que
es de 13.4%.

Aunado se observó que aproximadamente el 20 % de la población adulta mayor


experimento la soledad y el abandono social, en un contexto de estrés y violencia,
lo que provocó importantes cambios sociales y culturales que han venido a
neutralizar los valores tradicionales que protegían a la familia y en especial a los
adultos mayores (Flores Lozano, 2000 en Fuentes & Flores, 2016).

3.3.1. Definición.

Como refieren Cardona & Villamil (2006, en Cardona, Villamil, Henao & Quintero,
2015), la soledad es definida como la exigencia para que el hombre se interiorice y
se relacione con su ser, sentimiento de insatisfacción e inquietud, una respuesta al
choque entre la relación deseada con el otro y la real, la ausencia de vínculo
afectivo y la carencia de compañía.

Pero de acuerdo con Cardona, Villamil, Henao & Quintero (2015), han
diferenciado entre la soledad objetiva y la soledad subjetiva.

● Estar solo hace mención a una condición de soledad objetiva que


se refiere directamente al poco contacto con el otro.
● Sentirse solo, por otra parte, acompaña una condición de soledad
subjetiva en la que, el individuo a estar rodeado de personas, este
siente que cuenta con muy pocas o con ninguna persona.

El aislamiento y la soledad en el anciano siguen siendo situaciones cada vez más


evidentes en una sociedad inmersa en una creciente competitividad y
deshumanización (Flores Lozano, 2000 en Fuentes & Flores, 2016).

El abandono ocurre en todos los sectores sociales, oficialmente no se cuenta con


cifras que permitan hacer un análisis más profundo acerca del tema, sin embargo,

52
cuando nos referimos al abandono, no solo hablamos del que suele darse sobre
todo en clase media-baja o de bajos recursos, donde prácticamente la persona
adulta mayor es sacada de su casa y no se vuelve a saber nada de ella, sino que
también nos referimos a aquél que se realiza por parte de las familias que llevan a
las personas adultas mayores a instancias o instituciones y luego ya no se hacen
responsables de su manutención (Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal, 2013 en Fuentes & Flores, 2016).

De acuerdo con Fuentes & Flores (2016), el abandono social es un fenómeno en


la actualidad y su consecuencia es la ausencia del reconocimiento que todos los
seres humanos requieren para desarrollarse de un modo satisfactorio. El
reconocimiento social de todos sus miembros es el pilar del crecimiento de una
colectividad.

Diversas investigaciones han indicado que la gran mayoría de los adultos mayores
no conocen cuáles son sus derechos, lo que limita su exigibilidad y propicia actos
de discriminación, abandono y maltrato hacia ellos (Fuentes & Flores, 2016). Por
otra parte, las personas mayores que están siendo víctimas de un maltrato, se
encuentran en una situación de aislamiento y soledad, muchas veces sólo están
en contacto con las personas que las maltratan y tienen miedo o están
imposibilitados para denunciar a sus propios familiares (Fuentes & Flores, 2016).

Por otra parte, los actos de discriminación también colocaron en situación


de riesgo al discriminado, al aislarlo tanto física como psicológicamente de su
propio entorno, no considerarlo en la toma de decisiones como en situaciones
extremas, proceder al despojo de sus propios bienes por parte de aquellos que
tienen la obligación moral y jurídica de procurarlos (Fuentes & Flores,2016).

Como señalaron Ulla, Espinosa, Fernández, Fernández y Prieto (2003, en


Quintanar & Torres, 2012), en la vejez es probable que sea institucionalizado aun
cuando ello no sea necesario; en el caso de las mujeres de la casa-hogar, es esta
una opción para su sobrevivencia, pero se repiten ahí conductas muy arraigadas
(intolerancia, robo, dominio).

53
A modo de conclusión puedo decir que las problemáticas mostradas a lo largo del
capítulo impactan en la calidad de vida de las personas adultas mayores para que
puedan experimentar una vejez saludable, ya que son situaciones que les genera
estrés y pueden generar daño tanto físico como mental. Aunado que por desgracia
vivimos en una sociedad donde todavía se considera a la población adulta mayor
como vulnerable, enferma, dependiente acto que hace que las personas adultas
mayores tengan obstáculos para vivir su vejez de manera autónoma.

Este hecho tiene que cambiar porque no contribuimos a que expresen sus
molestias, incertidumbres y sentimientos y eso también les genera un malestar,
considero que la violencia es una problemática compleja ya que en la actualidad
se está normalizando en todos los ámbitos posibles y a tener un estereotipo
negativo de lo que es una persona adulta mayor, esto hace que sea un grupo de
alto riesgo que le ocurra esta problemática, que por una variedad de factores
dejan que suceda para no quedarse solos, o por depende de sus agresores
económicamente, ignorando sus propios derechos, puesto que la violencia se
puede manifestar de muchas formas.

Por otro lado, la institucionalización a este grupo etario tiene que considerarse
como la ultima opcion ya que se les está abandonando en otro entorno donde
puede generar más resultados negativos que positivos, también la familia no se
tiene que deslindar de la persona adulta mayor, por que quizás el motivo de que
sea el ingreso a la institución por la ignorancia de como cuidar a otra persona que
pueda necesitar de uno, pero no quiere decir que pierda el valor de participar en la
toma de decisiones en el hogar, considero que nuestro país tiene una mala
promoción de la salud y prevención de enfermedades lo que hace que acudamos
a un hospital cuando ya estamos graves.

Puesto que hay instituciones que fomentan la socialización entre personas de la


misma edad como lo son las escuelas o los centros de día donde la persona
puede realizar actividades que le provoquen alegría, entusiasmo y al término de

54
ellas puedan regresar a sus hogares con sus seres queridos, porque quizás a
cierta edad necesitemos ayuda de otras personas pero eso no significa que
seamos dependientes a esas personas, tenemos que tener en cuenta que la
familia es nuestro vínculo afectivo más duradero y cercano y al llegar a la vejez se
experimenten pérdidas por lo mismo de la edad pero este hecho no puede ser
visto como que la persona adulta mayor se tenga que aísla de la sociedad.

Por último, la soledad para la mayoría de las personas tiene una connotación
negativa que hace muchas que experimentemos malos tratos de las personas que
queremos por el hecho de no estar solos y esto se puede reflejar en este grupo
etario ya que varios experimentan violencia por parte de sus familias o seres
queridos, pero se quedan callados por el hecho de que si los denuncian pueden
quedarse solos y esto se le hace más complicado que experimentar la violencia,
por lo que tenemos que aprender a darle la connotación positiva de la soledad
porque a veces es una decisión y no tiene nada de malo ya que como se vio en
los capítulos anteriores la vejez no se experimenta de un solo modo. Aunado
estas circunstancia no se dan porque nosotros tengamos control de ellas pero lo
que sí podemos controlar es cómo reaccionar ante ellas y decidir qué hacer .

3.4. Salud mental en adultos mayores institucionalizados.

En este apartado se da a conocer las características de la salud mental o


psicológica que tiene la población adulta mayor que está institucionalizada en
asilos o que acuden a instituciones para continuar activas.

Conforme va creciendo la cantidad de la población senecta van aumentando las


necesidades de este grupo etario (Perez, 2014). Aunado se tiene la idea de que
llevar a vivir a un adulto mayor en un asilo es una alternativa para los adultos

55
mayores que necesitan de ayuda y cuidados debido a que sus parientes se
integran a la vida productiva y no tienen el tiempo necesario para cuidarlos y estar
al pendiente de ellos (Perez, 2014).

Ramirez, Aguilera, Salamanca, Salgado, San Martin & Segura (2018), indicaron
que cuidadores adultos mayores chilenos sintieron tristeza por el deterioro físico y
mental que experimenta el adulto mayor que cuidan, estos cuidadores
abandonaron otro tipo de actividad para dedicarse por completo a los cuidados de
la persona mayor, esto provocó una sobrecarga que impacta en la calidad de vida
del cuidador adulto mayor, ya que afecta principalmente su salud mental.

Estrada, Cardona, Segura, Ordoñez, Osorio, Chavarriaga (2011) hallaron que el


37 % de 276 ancianos institucionalizados colombianos padecieron depresión
moderada mientras que 24 adultos mayores institucionalizados presentaron
depresión severa con una prevalencia mayor en el grupo femenino, sin embargo
no se encontró una relación entre los problemas económicos y de salud de los
ancianos institucionalizados con la sintomatología depresiva, también los ancianos
que experimentaron maltrato familiar mostraron mayor sintomatología depresiva,
los adultos mayores que mostraron problemas nerviosos y los que necesitan
apoyo para hacer actividades cotidianas, la prevalencia de síntomas depresivos
fue superior, igual que los ancianos que padecen estrés o una enfermedad aguda
y los que presentaban malnutrición.

Por otro lado, las personas mayores se adaptan a las circunstancias que ocurren
en su entorno (Varela & Gallego, 2015). La calidad de vida es el resultado de las
oportunidades que les brinda su contexto para desarrollar potencialidades y las
condiciones de las personas que les permite desarrollar esas oportunidades
(Varela & Gallego, 2015).Para los adultos mayores sentirse útiles, sentirse que
pueden hacer cosas por ellos mismos vale la pena y que su vida es importante
repercute en la calidad de vida en ellos (Varela & Gallego, 2015).

56
También se halló como una dificultad la falta de recursos económicos, debido a
que esta situación es un impedimento para realizar otras actividades que sean en
beneficio de la calidad de vida de las personas mayores que necesitan cuidados,
aunado se percibió una oposición por parte de los cuidadores adultos mayores a
institucionalizar a la persona adulta mayor que requiere cuidados, optando a ser
ellos mismo los que se encarguen de cuidar a la persona mayor, a pesar de contar
con el apoyo de otros familiares o de recursos para contratar profesionales que se
dediquen a los cuidados (Ramirez, Aguilera, Salamanca, Salgado, San Martin &
Segura, 2018)

Las mujeres senectas se encontraron vulnerables económicamente en


comparación con los hombres adultos mayores debido a que el grupo etario por
aspectos sociales y roles de género de la época, ellas no trabajaban en su edad
productiva, por lo tanto no adquirieron una pensión o una jubilación por cuenta
propia (Varela & Gallego, 2015).

De acuerdo con Varela & Gallego (2015), los adultos mayores colombianos son
autónomos y deciden qué actividades realizan en la institución donde acudían
aunque también influyen aspectos sociales, culturales y de género.

La calidad de vida para los ancianos colombianos depende de las oportunidades


que el contexto les brinda y de las opciones que las personas decidan para
aprovecharlas o no y la satisfacción respecto a ellas, también son las posibilidades
para ellos de sentirse útiles o atreverse a realizar actividades que no pudieron
hacer en otro momento de sus vidas (Varela & Gallegos, 2015).

De acuerdo con Varela & Gallegos (2015), el estado tiene que responsabilizarse y
tener un rol más activo en la labor de la mejora de las condiciones de vida de las
personas adultas mayores y también crear acciones de concientización y
promoción de la salud para que la población joven llegue a tener un
envejecimiento exitoso y tenga una vejez en las mejores condiciones posibles.

57
3.4.1. Salud mental en adultos mayores mexicanos institucionalizados

En cuanto a nivel nacional Kasper, Fouci & Braunwald (2006 en Velasco, Godinez,
Mendoza, Torres, Moreno & Hilerio, 2012), mencionaron que los adultos mayores
experimentaron un deterioro de sus capacidades funcionales, mentales y sociales,
las cuales llegan a su nivel máximo en la juventud.

Aunado Lopez, Castillo, Carrazco, Medina & Ley-Wong (2014), indicaron que las
personas adultas mayores institucionalizadas mostraron un deterioro cognitivo
mayor que las personas adultas mayores ya que la población que lo padeció fue
de 58.9% y 43.4% respectivamente.

En México en el 2012 se realizó la encuesta de salud y nutrición, donde se


recabó información sobre las condiciones relevantes para los adultos de 60 años y
más, también se encontraron datos respecto a la salud mental de la población
senecta mexicana, se elaboraron entrevistas a 8874 personas adultas mayores,
de los cuales 843 adultos mayores reportaron tener deterioro auditivo mientras
1020 indicaron tener deterioro visual, aunado 328 adultos mayores presentaron
ambos deterioros, también se halló que el Deterioro Cognitivo No Demencia se
refiere a una condición en la que hay presencia de deterioro de la memoria y otros
dominios cognitivos mayor al esperado para la edad y escolaridad del sujeto, pero
sin alteración notoria en su funcionalidad. Dicha condición la presentaron 648
adultos mayores mexicanos mientras que 701 adultos mayores mexicanos
padecieron de demencias( ENSANUT, 2012).

Aunado Manrique, Mundo, Moreno, Sosa & Salinas (2015 en Instituto Nacional de
Geriatría, 2016) indicaron que el 15 % de la población senecta mexicana
presentaron demencias y el 17 % de la población adulta mayor manifestaron tener
depresión.

58
De acuerdo con ENASEM el 18.9% de las mujeres senectas y 13.4% de los
hombres senectos señalaron que su estado de salud era malo, por lo que la
autopercepción de la salud es un indicador útil para medir el nivel de salud de la
población, ya que incluyen factores sociales y culturales que impactan en las
condiciones físicas y mentales de las personas mayores (Instituto Nacional de
Geriatría, 2016)

Por otro lado, el periodo de estadía en el asilo va de uno a doce años, hubo una
minoría que se ha intentado suicidarse y hubo otra población que sufre de alguna
amputación (Toribio & Franco, 2018). Aunado se halló 2 maneras en las que los
adultos mayores ingresaban a los asilos, una fue la voluntaria debido al hecho de
no sentirse bien por ser dependientes a sus familiares o se sintieron como una
carga y la segunda fue la involuntaria debido a que sus familiares los abandonan
en los asilos (Toribio & Franco, 2018).

En el estudio de Toribio & Franco (2018), se encontró que los adultos mayores se
sintieron satisfechos, ya que contaron con seguridad social, pues tienen lo
indispensable para vivir (ropa, alimentos, cuidados por parte de las enfermeras del
asilo en el caso de lo que lo necesiten). Sin embargo, una parte de la población
manifestó que no hay privacidad en los asilos, falta de atención médica y que no
cuentan con artículos personales aunque dichos artículos no son necesarios para
su higiene.

De acuerdo con Toribio & Franco (2018), los adultos mayores mexicanos que
residieron en asilos experimentaron maltrato físico y psicológico por parte de los
cuidadores y enfermeras de la institución.

En México, el 40 % de la población adulta mayor de un asilo expresó tener


momentos de tristeza, el 19 % refirió sentir miedo a la soledad, al abandono por
parte de sus familia e incluso a la muerte, el 52 % manifestó que fueron excluidos

59
en la toma de decisiones para la realización de eventos familiares (Becerra,
Godoy, Perez & Moreno, 2007).

Por otro lado, en el estudio de Toribio & Franco (2018), identificaron que más de la
mitad de la población adulta mayor que vive en el asilo padeció depresión y esto
se pudo expresar mediante tristeza, soledad, ansiedad , enojo y desesperanza.

Otro factor que se detectó fue la resignación por parte de los adultos mayores que
residieron en un asilo sobre a vivir en los asilos, ya que este aspecto ha sido poco
estudiado (Toribio & Franco, 2018). Aunado una parte de la población padece una
enfermedad crónica degenerativa que hace que el adulto mayor tenga un impacto
en su condición social, salud física y psicológica (Toribio & Franco, 2018).

En México la depresión es la principal discapacidad mental en la población adulta


mayor (Castro, Ramirez, Aguilar & Diaz, 2006), en estudios mexicanos de la
decadas de los 2000 registraron proporciones de depresión en los adultos
mayores del 15 a 62% de dicha población (Castro, Ramirez, Aguilar & Diaz,
2006), aunado en la zona metropolitana del país se encontró que el grado de
episodios depresivos en la población senecta fue de 57.1 a 79.5% de la población
(Castro, Ramirez, Aguilar & Diaz, 2006).

En un estudio en el estado de Nayarit se encontró que 12.8% en el grupo de


adultos mayores no institucionalizados presentaron depresión mientras que el
33.3% del grupo de adultos mayores institucionalizados la padecieron, aunque se
puede percibir que no es una gran cantidad de personas que padezcan la
enfermedad, sin embargo la población institucionalizada tuvo una mayor
prevalencia (Lopez, Castillo, Carrazco, Medina & Ley-Wong, 2014).

Por otro lado, los adultos mayores que manifestaron ansiedad mostraron
prevalencias más altas de síntomas de depresión moderada y severa, en

60
comparación con los adultos que no presentaron esta condición (Estrada,
Cardona, Segura, Ordoñez, Osorio, Chavarriaga, 2011).

Aunque Estrada, Cardona, Segura, Ordoñez, Osorio, Chavarriaga (2011),


encontraron que un factor que disminuye la sintomatología depresiva en los
ancianos institucionalizados es la calidad de vida, ya que si la calidad de vida en
los ancianos aumenta la sintomatología depresiva se reduce.

De acuerdo con Castro, Ramirez, Aguilar & Diaz (2006), los factores psicosociales
son los que tienen un peso para padecer esta enfermedad , entre ellos se
encuentran: género, tipología familiar, apoyo social, actividad física, pluripatología,
polifarmacia, dependencia económica, productividad económica, asistencia a
asociaciones de convivencia, escolaridad y estado civil.

La población adulta mayor que reside en un asilo en México reflejo preocupación y


temor a ser olvidados por sus familias y por la soledad, presentaron insatisfacción
debido a que la administración del asilo no toma en cuenta su opinión para las
actividades que se llevan a cabo y se les imponen a realizarlas (Becerra, Godoy,
Perez & Moreno, 2007).

Lopez, Castillo, Carrazco, Medina & Ley-Wong (2014) hallaron que la calidad de
vida en los adultos mayores institucionalizados fue menor que el grupo de los
adultos mayores no institucionalizados debido a que tuvieron un impacto en la
salud mental de los adultos mayores institucionalizados.

Capítulo 4: Método.

4.1. Justificación del problema.

De acuerdo con Santrock (2006), la vejez es el periodo de la vida que comienza a


los sesenta o setenta años de edad y comprende hasta la muerte, este periodo se

61
caracteriza por la disminución de la fuerza y de la salud, la jubilación y cambios de
roles en el aspecto social.

A diferencia del envejecimiento que es denominado como el resultado de la


acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares con el paso
del tiempo, lo que lleva a un declive gradual de las capacidades físicas y mentales,
un aumento del riesgo de enfermedad y finalmente la muerte (OMS, 2015).

Por lo que existen ciertas teorías que explican el proceso de envejecimiento hasta
la vejez y nos muestran cómo la vejez es un proceso complejo en el cual se
involucran todos los ámbitos (físicos, biológicos, psicológicos y sociales), esto
hace que uno como profesionista de la salud se interese en la temática de la
vejez, ya que para que una persona tenga un envejecimiento exitoso en la vejez
tuvo que mantener una vida en óptimas condiciones en sus anteriores períodos de
vida.

Aunado, en la actualidad en México se presentó un incremento de la población


adulta mayor, debido a la esperanza de vida del ser humano, en el año 2010 en el
censo se registró un número de 10.1 millones de personas con 60 años y más, lo
que equivale el 9.0% de la población mexicana (INEGI, 2014).

Con base en los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Discriminación en


México (ENADIS en INAPAM & CONAPRED, 2011), se encontró que el 53.42% de
la población senecta la conformaba las mujeres mientras que el 46.58% eran
hombres. Por lo que hay una mayor presencia de la población femenina en este
grupo etario.

Sin embargo, para el año 2050 el número del grupo etario se duplicará a nivel, ya
que en el año 2011 era de 11% y en el año 2050 será el 22% (Kalache & Kickbush,
2007; Lithwick, Wolfson & Jewish, 2008 en Aguilar, 2014).

En el caso de México, se estimó que en el año 2050, la población femenina


senecta representará el 23.3% de la población femenina del país, mientras que la

62
población senecta masculina equivaldrá al 19.5% de la población masculina del
país (INMUJERES, 2015).

Por otro lado, la población adulta mayor es considerada como un grupo social
vulnerable, su dinámica económica representa una variedad de escenarios, sin
embargo este grupo etario tiene el derecho de exigir la igualdad de oportunidades
para que vivan en óptimas condiciones durante este periodo de vida, ya que en la
actualidad en la mayoría de la población la situación socioeconómica en la que se
encuentran impide su desarrollo integral y su calidad de vida (INEGI, 2014).

El incremento de la población adulta mayor en México hará que ocasione un


impacto en el sistema de salud y los retos de la organización familiar, así como las
cargas adicionales del trabajo del cuidador, en específico a las mujeres quienes
son las que cuidan a los familiares, esta circunstancia aumentara en el futuro
debido a este incremento, ya que en el año 2014 la población adulta mayor
representaba el 15 % de la población mexicana total (INMUJERES, 2015).

Las oportunidades tanto educativas como laborales para la población adulta mayor
fueron controladas por el machismo de la sociedad mexicana lo que ocasionó el
aislamiento de las mujeres en el campo laboral y educativo, ya que la mayoría de
la población femenina se dedicó en labores domésticas, haciendo que fueran
dependientes en el aspecto económico.

En cuanto a la salud mental en México, el 17.6% de la población adulta mayor


presentó síntomas depresivos significativos, de las cuales el 22.1% eran mujeres y
el 12.5% fueron hombres, el 7.3% del grupo etario padeció deterioro cognitivo, del
cual el 8.3% eran mujeres mientras que el 6.3% fueron hombres (ENSANUT, 2012
en INMUJERES, 2015).

Asimismo la ENSANUT (2012, en INMUJERES, 2015), indicó que el 7.9% tuvo


demencia, del cual el 9.1% fueron mujeres mientras el 6.9% eran hombres.

La geriatría que es la rama de la medicina que encarga de atender este grupo


etario no se ha desarrollado lo suficiente para cubrir las necesidades de la

63
población senecta en México, aunado indicadores internacionales sugieren que
debe de haber un geriatra por cada 50,000 habitantes (Gutiérrez & Lezama, 2013
en INMUJERES, 2015).

Por otro lado, hay problemáticas psico-ambientales que impactan la calidad de


vida de las personas adultas, algunas de ellas son: la institucionalización, el
maltrato y la soledad.

De acuerdo con Kaes (1978 en Estañol & Mora, 1996), la institución es definida
como un ambiente rutinario donde favorecen de cierta manera el control de los
niños o de cualquier grupo de individuos, sin embargo puede disminuir las
posibilidades de contacto entre ellos y con otras personas, reduciendo el
aprendizaje de conductas socialmente adecuadas, las cuales se pueden facilitar y
reforzar mediante la interacción social.

Por otro lado, es formadora de la sociedad y de la cultura cuenta con un conjunto


de formas y estructuras sociales, instituidas por la ley y la costumbre, regula
nuestras relaciones, no preexiste y se impone por el ser humano, por lo que cada
institución tiene una finalidad específica que la identifica y distingue, tiene varias
funciones que les son asignadas (Estañol & Mora, 1996).

Para Sarason & Sarason (2006), el proceso de ingresar a una persona en


una institución se denomina como reclusión, algunas personas con trastornos
mentales se recluyen de manera voluntaria pero otros son hospitalizados de forma
involuntaria mediante un proceso legal llamado reclusión civil. La reclusión civil se
lleva a cabo cuando se llega a la conclusión de que una persona representa un
riesgo para sí misma o para los demás.

En el proceso de institucionalización surgen algunas características negativas de


las organizaciones de internación como son el cambio de contexto para el adulto
mayor, dejando de recibir reconocimiento por parte de los vecinos, familiares y
amigos, el sentimiento de carga e inutilidad, el desarraigo, ocasionando
expectativas básicas que no son llenas, el aislamiento con el miedo y el maltrato

64
entre otras (Cerquera, 2008; Minor & Kaemppffmam, 2006 en Estrada, Cardona,
Segura, Ordoñez, Osorio & Chavarriaga, 2013).

Los hogares de ancianos y las casas de reposo, son instituciones que comparten
la mayoría de las condiciones para que el grupo etario siga teniendo una calidad
de vida adecuada, también pueden impulsar modelos y programas elaborados en
países desarrollados y muchos operan fines de lucro y cuentan con una amplia
gama de servicios para los adultos mayores (Quintanar, 2000).

Por otro lado, las IAP son las instituciones que tienen mayor diversidad, tienen
mayor antigüedad, son más grandes y pueden atender más gente, cuentan con
todos los servicios, sin embargo pueden presentar problemas económicos
(Quintanar, 2000).

Por su parte, existen centros de día que están incluidos en las IAP, un centro de
día es un lugar dedicado a proporcionar cuidados y actividades de desarrollo
integral para los adultos mayores durante el día a través de profesionistas de la
salud, de modo que por las tardes y los fines de semana la población regresa a
sus hogares para también disfrutar de sus espacios, actividades personales,
sociales y familiares (Hernández, 2015).

4.2. Objetivos

Para llevar a cabo la investigación se diseñaron los siguientes objetivos:

Objetivo General.

Conocer la situación actual de las adultas mayores en México

Objetivos Específicos.

Describir la situación reciente de las adultas mayores en México.

Identificar los factores que impactan la calidad de vida de las adultas mayores en
México.

Contrastar los relatos de las participantes con la literatura referente a la situación


actual de las adultas mayores en México.

65
4.3. Metodología.

Para abordar el objetivo de la investigación se utilizó la metodología cualitativa la


cual es definida como:

La investigación que produce datos descriptivos (las propias palabras de las


personas, habladas o escritas) y la conducta observable (Taylor & Bogdan,
1987).

4.4. Técnica de investigación cualitativa.

Con fines de la investigación se empleó la técnica de observación participante


que se denomina como:

La investigación que involucra la interacción social entre el investigador y


los informantes en el milieu de los últimos y durante la cual se recogen
datos de modo sistemático y no intrusivo (Taylor & Bogdan, 1987).

cuyo objetivo fue analizar la relación que tenían los beneficiarios de la fundación
entre ellos y con el personal de la institución y observar la conducta de la
población durante el lapso en el que realice mi servicio social.

Aunado se realizaron entrevistas a profundidad a ciertas beneficiarias de la


fundación con el fin de reflexionar sobre sus puntos de vista, creencias y actitudes
de lo que es experimentar la vejez.

Por su lado, la técnica de entrevista a profundidad se define como:

Encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, encuentros


dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los
informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones tal como las
expresan con sus propias palabras (Taylor & Bogdan, 1987).

4.5. Población.

Aproximadamente 150 a 170 personas adultas mayores beneficiarias de un


centro de vida de la ciudad de México, aunque no se brindaba servicio al mismo

66
tiempo a dicha cantidad al mismo, ya que a tratarse de un centro de día había ya
un horario establecido sobre los talleres que se impartían en la fundación,
entonces era la persona adulta mayor quien elegía a que talleres incorporarse
conforme a sus intereses, gustos o necesidades. La mayoría de las beneficiadas
eran mujeres , ya que solo 8 de los beneficiarios eran hombre, el resto de la
población era femenina

Al decir que los beneficiarios son personas de la tercera edad o personas adultas
mayores me refiero a que la mayoría de ellas tenían cumplidos los 60 años o
más, aunque habían 2 beneficiarios que no tenían la edad mencionada pero eso
no fue impedimento para que la institución les brindara servicio de manera
adecuada.

Por otro lado, la mayoría de los beneficiarios presentaban problemas de salud,


enfermedades como: diabetes, hipertensión, insomnio, sobrepeso, algunos tenían
problemas para moverse por sí mismos por lo que utilizaban muletas, sillas de
ruedas o andaderas y otros beneficiarios debido a las enfermedades que tienen o
a causa de situaciones contextuales o personales presentaron depresión,
ansiedad, estrés.

A pesar de estas condiciones la mayoría de los beneficiarios acudían solos y de


manera voluntaria a la fundación y cuando se iban a sus casas lo hacían en
grupos o solos, ya que utilizaban auto propio algunos y les daban aventón a los
demás o se iban por medio de transporte público el metro era uno ya que la
fundación quedaba entre las estaciones Nativitas y portales de la línea 2 o podían
tomar los camiones morados que pasan por Tlalpan o algunos beneficiarios vivían
cerca de la fundación así que solo caminaban.

Este aspecto en lo particular causó interés para intervenir con esta población, ya
que la sociedad tiene un prejuicio sobre las personas adultas mayores que son
personas dependientes, vulnerables, frágiles y que ellos ya no tienen ninguna
preocupación ya que sus familias se harán cargo de ellos en esta etapa de la vida,
cosa que no es en la mayoría de los casos es falso puesto que las personas

67
adultas mayores viven al día, para unos el mañana es una incertidumbre, debido
que no cuentan con algún apoyo por parte de su familia entonces algunas
personas a esta etapa de la vida continúan trabajando para pagar los gastos
diarios como vivienda, comida, salud, otros cuentan con la pensión por parte del
gobierno, aunque no todos, algunos son jubilados entonces con la jubilación les
ayuda a sobrellevar los gastos básicos.

Sin embargo, otros adultos mayores contaban con el apoyo de su familiar en el


aspecto económico, tenían un apoyo por parte del gobierno y una jubilación, esto
permite que vivan con tranquilidad su vejez.

Pero algo que en lo particular generó en mi persona admiración por algunos


beneficiarios de la fundación, es el hecho de que ellos continúan trabajando, las
razones podrán ser muchas pero este hecho hace que se sientan seguros,
autónomos, independientes y sobre todo capaces de darle rumbo a sus vidas en
esta etapa de sus vidas en la que se caracteriza por un deterioro en el aspecto
físico como cognitivo, aunque la voluntad y las ganas de vivir nunca mueren.

4.6. Escenario.

Una institución del sur de la Ciudad de México que atendía a personas de la


tercera edad en modalidad de un centro de día, por lo que los beneficiarios
acudían a ella de forma voluntaria y podían asistir en un horario de 9 am a 6 pm, la
fundación pertenecía a la junta de asistencia privada, dicha institución se
encontraba en la Calle independencia No.28 Colonia san Andrés Tetepilco en la
demarcación de las alcaldías Iztacalco, Iztapalapa y Benito Juárez.

El edificio de la institución era de color blanco con dos pisos, al entrar a la


institución se encontraba la sala de espera donde se encontraba el escritorio de la
secretaria administrativa a frente del escritorio había tres oficinas una de la
trabajadora social, la otra pertenecía al departamento de psicología y la otra para
los estudiantes que estaban realizando tanto servicio social o prácticas
supervisadas, al pasar la sala de espera se encontraba las escaleras a mano

68
izquierda derecho había dos salones uno era para el taller de manualidades el
cual se daba los días lunes, miércoles, viernes de 10 de la mañana a 11:30 am
junto al salón de manualidades se encontraba otro salón era amplio con espejos
donde se impartían clases de baile de salón los días lunes, martes y jueves de 4 a
6pm, zumba los días lunes y viernes de 12:30 a 2pm, danza regional los días
lunes, miércoles y viernes de 10:30 am a 12 pm y el taller de teatro se impartía los
días martes y jueves de 11 am a 12 pm. Enfrente de los dos salones se
encontraban varias mesas con sillas en las cuales los beneficiarios podían platicar
entre ellos, escuchar la radio en una grabadora, leer el periódico, comer los
alimentos que traían o que se compraban en la calle o realizar actividades
recreativas como armar rompecabezas en modo grupal o sopas de letras.

También en la planta baja junto al salón donde se daban las clases de baile se
encontraba un cuarto, donde se guardaban toda la ayuda en especie que llegaba
a la fundación, esta se les daba a los beneficiarios y al personal de la misma,
enfrente de este cuarto había una cocina, sin embargo, esta casi no se utilizaba
para los beneficiarios y rara la vez se ocupaba por parte del personal de la
fundación.

Al lado de la cocina se encontraba el consultorio médico donde había lo necesario


para atender una emergencia médica, contaba con un botiquín de primeros
auxilios, medicamentos, pañales para adultos, sillas de ruedas, muletas, sin
embarga la institución no contaba con un médico de planta, acudían dos doctores
externos una iba cada semana los días jueves a dar consultas a los beneficiarios
que lo necesitaran y había otro médico que acompañaba a los beneficiarios en los
viajes y visitas a los que iban los beneficiarios, como dato extra pasando la calle a
mano izquierda de la fundación había un centro de salud. Al fondo del pasillo se
encontraba otra escalera y una bodega para la persona que hacía el
mantenimiento y limpieza de la fundación.

En el primer piso al fondo de mano derecha se hallaban 3 cuartos, el cuarto de en


medio era la oficina para los estudiantes que estaban realizando su servicio social

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en ella había un escritorio con una computadora una mesa y una silla, a mano
derecha de ese cuarto estaba el salón de cómputo este contaba con un baño, en
este salón se impartía computación los días lunes y miércoles de 10 am a 12 pm y
de 12 a 14 pm y los días martes y jueves de 10 am a 12 pm se daban clases de
inglés y de 12 a 14 pm, todas estas clases las impartía un maestro. Enfrente del
salón de cómputo se encontraba la oficina de la directora de la fundación.

Para la mano izquierda en el pasillo había caminadoras que podían usar los
beneficiarios, también habían dos cuartos enfrente de las caminadoras donde
habían materiales de papelería, derecho de esos cuartos había una biblioteca
donde había una mesas grandes, sillas y muchos libros, enfrente de la biblioteca
había un baño. Junto del baño se encontraba la oficina del administrador de la
fundación y al fondo se encontraba otro salón grande con espejos donde se daban
las clase de yoga los días martes y jueves de 9 a 10:00 am y de 10:00am a 11:00
am, gimnasia los días lunes, miércoles y viernes de 11 am a 12 pm y pintura los
días jueves y viernes de 12 pm a 2 pm.

También ahí la psicóloga daba pláticas mensuales dentro del salón había unas
escaleras para subir al segundo piso, el cual era un auditorio donde se daba
rehabilitación los días lunes miércoles y viernes de 9:30 am a 11 am y se daban
los talleres de coro de 13 a 14 y de teclado 12 a 13 pm los días lunes y martes,
cada mes un tallerista (profesor) daba un platica relacionado con la vejez y sobre
lo que ellos eran expertos y se hacían convivios, asambleas donde se pedían la
opinión de los beneficiarios y se les daban comunicados y también hacían festejos
como de fin de año , el aniversario de la fundación donde hacían una muestra de
lo que se hacía en la institución y kermesse para recolectar dinero.

4.7. Materiales y aparatos:

Guía de entrevista impresa, como apoyo en la conversación, grabadora (empleada


únicamente con el consentimiento de los participantes).

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4.8 Procedimiento.

Como llegue a la institución.

Me encontraba en el séptimo semestre de la carrera de psicología, cuando me


decidí a buscar opciones de programas para realizar mi servicio social, como
había percibido que en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional
Autónoma de México no tenía programas enfocados al trabajo con la población
adulta mayor, entonces me di la tarea de buscar instituciones que atendía este
grupo etario pero a percatarme de que solo eran asilos donde el trabajo con el
adulto mayor es más encaminado a los cuidados para una persona enferma , me
frustro un poco, por lo que decidir hacer otra búsqueda en la base de datos de los
programas y encontré el programa de la fundación , entonces contacte con la
institución y ellos me dieron una respuesta haciendo que fuera a visitar la
fundación para que viera que se hacía en ella y como era el trabajo con la
población adulta mayor entonces un miércoles a principios de mes de Diciembre
del 2017 fui a conocer la fundación vi las clases que se daban en ese dia que
fueron baile regional y manualidades y vi como eran las clases con las personas
adultas mayores y al platicar con la psicóloga de la institución me convencí que
era el lugar perfecto para realizar mi servicio social y la semana siguiente ya
estaba iniciando mi servicio social ahí.

Posteriormente al realizar mi servicio social me llamo la atencion conocer desde el


punto de vista de las beneficiadas de la fundación que era para ellas vivir la vejez
en la actualidad en México por lo que opte a contactar de nuevo con algunas
beneficiadas de la fundación pero me encontré con la noticia de que la fundación
cerraría las puertas de sus servicios a la comunidad adulta mayor, por lo cual solo
obtuve la respuesta positiva por parte de 3 adultas mayores que acudían a la
fundación dos de ellas eran beneficiadas y la otra persona adulta mayor era
profesora de un taller de la fundación, por el hecho de que clausuraron la
fundación las demás beneficiadas me dieron una respuesta negativa para realizar

71
más entrevistas a profundidad. Sin embargo, se realizó una entrevista con cada
adulta mayor que aceptó participar en la investigación.

Actividades que se hacían en la fundación.

En dicha fundación se impartían varios talleres en un horario de lunes a jueves de


9am a 6 pm y el viernes 9 am a 2 pm, para optimizar las habilidades y las
capacidades de los adultos mayores beneficiarios tanto en los intelectual como en
lo físico y cultural, los talleres eran los siguientes: rehabilitación, gimnasia,
computación, inglés, manualidades, pintura, coro, teclado, yoga, zumba, danza
regional, baile de salón y taller de estimulación cognitiva.

Aunado de los talleres de la fundación, se llevaban a cabo cada mes pláticas


informativas sobre temas relevantes de psicología por parte de la psicóloga de la
institución o de los estudiantes que estaban realizando su servicio social y
prácticas supervisadas, asimismo los estudiantes que estaban haciendo su
servicio social y prácticas supervisadas en el departamento de psicología daban
dinámicas o talleres donde se hacían actividades prácticas que facilitaban la
integración de los beneficiarios.

También se realizaba mensualmente una asamblea donde participaban el personal


de la fundación que quería involucrarse, los beneficiarios que quisieran participar,
en estas asambleas se tocaban puntos administrativos se hablaban de los viajes o
visitas que se harían alrededor de la ciudad o se hablaba de los concursos en los
que participaban los beneficiarios como presentaciones de coro o de baile regional
y baile de salón.

Una vez al mes los beneficiarios que quisieran, iban a una visita a un lugar de la
ciudad o cerca de la ciudad, esto propiciaba la socialización entre los beneficiarios,
también acudían parte del personal y dos veces al año realizaban un viaje de una
semana a un estado del país, para esto los beneficiarios pagaban todos los gastos
incluido.

72
Por último, cada fin de vez se hacía un tipo convivio para promover la convivencia
entre los beneficiarios, para esto se realizaba una comida aunque algunos
beneficiarios llevaban comida para compartir también para esto se pagaba una
cuota ya que se mandaba a hacer la comida y dos veces al año se festejaba el
aniversario de la fundación y fin de año para esto se realizaba una muestra
pedagógica de todos los talleres, ya que también iban los familiares de los
beneficiarios para ver lo que hacen en los distintos talleres, posteriormente se
hace una comida y hay música para que bailen y algunos beneficiarios llevan
comida o bebidas extras.

Dinámica de los beneficiarios en la fundación.

Yo estuve realizando mi servicio social durante el periodo del 08 de diciembre del


2016 al 07 de julio del 2017 en ese tiempo me incorpore más en los talleres de
manualidades, pintura y zumba aunque también hacia cuestiones sobre el área de
psicología de la institución como la valoración de los beneficiarios, un taller sobre
la expresión y reconocimiento de las emociones, acompañamiento de actividades
que fomentaran habilidades cognitivas: como el armado de rompecabezas debido
a que el departamento de psicología tenía muchos juegos de destreza como
jenga, juegos de mesas, rompecabezas, algunos beneficiarios en sus tiempos
libres pedían el material, yo me percate de eso y lo comente con la psicóloga de la
fundación entonces se me brindó la oportunidad de hacer que los beneficiarios
que quisieran arman un rompecabezas de 1200 piezas aproximadamente en
forma colectiva, y la respuesta de los beneficiarios fue positiva ya que habían días
donde platicaba con más de 10 beneficiarios en un tiempo de 2 horas mientras se
armaba el rompecabezas, aunado de que se observó de que los beneficiarios que
participaban en esta actividad no tenían actividades en común por lo que esta
actividad hacía que socializaban con personas que en los talleres no se veían, de
los beneficiarios que armaban los rompecabezas se encontraba la señora cansino
que era una señora de 86 años era una señora muy amable y paciente, a la que le
gustaba contar su vida con muchos detalles, también era una señora a la cual no

73
le gusta involucrarse en problemas era una persona respetuosa y gentil, con la
cual platicaba una vez a la semana mientras esperaba sus clases de pintura.

Otra de las señoras con las que platicaba mientras se hacían los rompecabezas
era la señora remedio, esta señora era una mujer independiente, autónoma, con
un gran sentido del humor siempre te sacaba una sonrisa, platicaba con cualquier
persona e iba a muchos talleres.

En el taller de manualidades fue el taller donde más me involucre puesto que el


ambiente que propiciaba la maestra era bueno, puesto que se podía platicar con
las beneficiarias, ya que en este taller solo entraban 2 señores y las demás eran
mujeres, al principio solo observaba lo que se hacía en el taller, se realizaban
cualquier manualidad con tela, papel, cartón, listón, pintura, medias de seda,
estambre, se realizaban desde servilletas tejidas, hasta adornos de baño, flores
artificiales, collares, pulseras, se pintaban también servilletas, en estas actividades
los beneficiarios fortalecieron su coordinación, su motriz fina y gruesa, memoria y
su atención, con el paso del tiempo le ayudaba a la maestra con los materiales y a
guarda, después algunos beneficiarios me pedían ayuda, como por ejemplo la
señora Marilú que era una mujer que había pedido la visión de uno de sus ojos
como consecuencia de la diabetes que padece, por lo que a veces no podía o se
le complicaba realizar detalles finos por lo cual yo le ayudaba con ensartarle las
agujas y ese tipo de cosas, la señora era muy amable, era perseverante con esas
cuestiones ya que lo que hacía lo vendía para poderse mantener, cuestión que me
generaba admiración por la señora.

Con el paso del tiempo también los beneficiarios me convencieron que yo hiciera
manualidades y para eso las señoras luisa de 68 años y Guadalupe me enseñaron
cómo hacer puntadas con estambre eran señoras muy pacientes, compresivas y
amables, también la maestra me enseñaba cómo hacer las puntadas, pero la
señoras me ayudaron mucho como resultado realicen un cuadro tejido con
estambre con el que me tarde un mes y pinte una servilleta, en el taller la
comunicación era un factor muy importante debido que se trataba de material

74
dedicado y el ambiente propiciaba una buena socialización entre los alumnos de
ese taller.

Caso contrario de lo que pasaba en el taller de pintura en ese taller había pocos
alumnos 6 y ahí casi nadie hablaba, ya que necesitaban concentración y atención
para poder pintar, la maestra Silvia era una señora de 65 años aproximadamente,
era muy paciente, comprensiva, pero estricta, lo que hacía que los cuadros que los
señores hicieran de buena calidad era un mujer muy amable y espontánea ya que
siempre me sacaba una carcajada en sus clases , en el taller al principio solo
observaba y con los señores con que más platicaba en ese taller era el señor
miguel, un señor muy amable, pero reservado aunque luego me contaba sus
experiencia de cuando trabajaba como veterinario y sus viajes, él en lo genera
pintaba increíble le ponía mucho esmero y dedicación para que sus cuadros
quedarán como fotografías y la señora cansino le ponía mucho esfuerzo ya que
para sus 86 años realizaba unos cuadros hermosos con detalles finos, verlos
pintan en lo especial me generaba tranquilidad y paz y la maestra siempre los
ayuda ya que durante la clase pasaba con cada alumno para ver que llevaba y
que paso seguía.

En el taller de zumba las beneficiarias y uno que otro beneficiario que entraba ahí
se la pasaba a gusto debido que el maestro era muy paciente con ellos y
explicaba bien los pasos para que ellos los hicieran correctamente, al cambio de la
canción daba tiempo para que entre ellos platicaban, por lo que el tiempo de la
clase se iba muy rápido y terminaban cansados y sudados en esa clase entraba la
señora nava una señora muy amable, extrovertida, con sentido de humor y
humilde, también entraba un matrimonio la señora Nina y don Javier, aunque la
señora Nina era más cortante y reservada era una señora gentil y elegante
hablaba con propiedad , don Javier era un señor que te sacaba la sonrisa con su
sentido de humor, era un señor que sabía expresa sus sentimientos y no era un
señor grosero ni creído era humilde.

75
Pero en la convivencia general de los beneficiarios era regular ya que algunas
señoras y señores imitaban el comportamiento del personal, lo que a veces
beneficiaba o perjudicaba la comunicación entre ellos, ya que algunos profesores
entre si no se hablaban o se faltaban el respeto entre ellos y como esto lo veían
los beneficiarios, algunos de ellos repetían estas conductas, en los convivios por
ejemplos había señores o señoras que no les importaba donde les tocaba
sentarse pero había otras que se apartaban los lugares con sus amigos o si se les
tocaba en otro lado se molestaban y hacían berrinche por lo que la intención de
los convivios no se hacía al cien debido a que unos beneficiarios no querían
socializar con otros beneficiarios que no fueran allegados a ellos.

Recursos de la fundación.

El motivo por el cual la fundación cerró fue por la falta de recursos económicos
para seguir manteniendo la fundación y los sueldos de los profesores. Estos
recursos eran proporcionados tanto por las cuotas de recuperación de los mismos
beneficiarios, apoyo de proyectos por parte del gobierno del país y por apoyo de
patrocinadores.

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