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Burkholderia Cenocepacia:

1. Morfología, Características y estructura antigénica:


Las bacterias del complejo Burkholderia cepacia son bacilos Gram negativos, móviles por presencia
de uno o más flagelos, no formadores de esporas, aerobios, productoras de catalasa y no fermentadores
de glucosa. Su tamaño varía de 1-5 µm de largo por 0,5-1 µm de ancho. Se caracterizan por tener un
genoma de gran tamaño (6-9 Mb), lo que les facilita una alta capacidad de mutación y de adaptación a
condiciones estresantes.
Son microorganismos ambientales que pueden multiplicarse en agua, suelo, plantas, animales y
materiales vegetales en descomposición. En los hospitales, B. cepacia se ha aislado de diversas fuentes
de agua y ambientales de las cuales puede transmitirse a pacientes.
Estas bacterias son patógenos oportunistas nosocomial, con una amplia distribución ambiental.
En cuanto a su macroscópica son colonias lisas ligeramente elevadas y en algunas ocasiones de
aspecto mucoide no pigmentadas, a menos que el medio contenga hierro producirá un pigmento
amarillo brillante. Sobreviven a ambientes húmedos y bajo condiciones nutricionales mínimas
y ambientes intrahospitalarios Se transmite de persona-persona/accidental.
 Estructura Antigénica:
Burkholderia cepacia es una bacteria Gram-negativa y presenta una amplia gama de antígenos tanto
en su fracción lipídica como proteica. A continuación, se describen los antígenos más relevantes:

 Antígenos O: son polisacáridos del lipopolisacárido (LPS) que forman parte de la pared celular de B.
cepacia y que se utilizan para la identificación de las diferentes cepas de la bacteria. Se han descrito
varios tipos de antígenos O (O1-O18) y su distribución varía según las cepas geográficas.
 Antígenos H: son flagelares y se encuentran en la superficie de la célula bacteriana. El número y la
distribución de los antígenos H también varían según las cepas de B. cepacia.
 Antígenos K: son polisacáridos capsulares y se encuentran en la superficie celular de la bacteria. Los
antígenos K son importantes para la virulencia de la bacteria y proporcionan protección contra los
fagocitos del sistema inmunológico del huésped.
 Antígenos de membrana externa: son proteínas de la membrana externa de la bacteria y se utilizan en
diagnóstico serológico. Se han identificado varios antígenos de membrana externa en B. cepacia,
incluyendo la proteína OpcA, la proteína OmpA y la proteína BapA.
En general, la estructura antigénica de B. cepacia es compleja y variable según las distintas cepas de
la bacteria. La identificación precisa de los antígenos es importante para el diagnóstico y la prevención
de infecciones causadas por esta bacteria.
2. Historia:
El género Burkholderia fue propuesto en 1998, reclasificando 7 especies de Pseudomonas:
Pseudomonas cepacia, Pseudomonas mallei, Pseudomonas pseudomallei, Pseudomonas plantarii,
Pseudomonas caryophylli, Pseudomonas pickettii y Pseudomonas solanacearum. Posteriormente,
Burkholderia pickettii y Burkholderia solanacearum fueron transferidas al género Ralstonia89. Unos
años después, se estudió la estructura taxonómica de Burkholderia cepacia, especie tipo del género,
analizando 128 cepas de los géneros Pseudomonas, Burkholderia y Ralstonia81. Utilizando una batería
de pruebas fenotípicas y genotípicas, se demostró que B. cepacia se encontraba constituida por 5
especies genómicas, las cuales fueron denominadas genomovares I a V. El genomovar agrupa cepas
que comparten características fenotípicas similares, pero que genotípicamente son diferentes80. En
conjunto con la descripción de los genomovares de B. cepacia, se propuso que estos formaran parte del
complejo B. cepacia. En el momento presente, los diferentes genomovares han sido descritos como
nuevas especies y algunas otras nuevas especies han sido incluidas en el complejo B. cepacia, el cual
está formado por 22 especies. Las especies del complejo B. cepacia forman un grupo muy estable
dentro del género Burkholderia cuando se analiza filogenéticamente el fragmento 16S del gen rrs.
Aunado a esto, un número importante de especies del complejo B. cepacia están siendo caracterizadas
para nombrarlas formalmente como nuevas especies. En la actualidad, este grupo está relacionado
filogenéticamente con el grupo Burkholderia pseudomallei y con algunas especies patógenas de plantas

3. Taxonomía y Clasificación por especie:

 Dominio: Bacteria
 Filo: Proteobacteria
 Clase: Proteobacterias beta
 Orden: Burkholderiales
 Familia: Burkholderiaceae
 Género: Burkholderia
 Especie: B. cenocepacia
Clasificación por especie:
4. Epidemiología
B. cepacia fue descubierta por Walter Burkholder en 1949 en las catáfilas de cebolla y en sus
epidermis radiculares, y descripta en humanos por 1.ª vez en los años 1950. En la década de 1980, fue
ubicado en individuos con fibrosis quística, y asociado con el 35 % de defunciones. Burkholderia
cepacia tiene un gran genoma, con el doble de material genético que E. coli. La primera evidencia de
una infección por B. cepacia en pacientes con FQ apareció en los años 70 y para 1984 se documentó la
gran prevalencia de esta especie entre pacientes que recibieron tratamiento en un hospital en Canadá,
observándose también que había transmisión persona-persona e incluso el ambiente podía funcionar
como un reservorio del complejo B. cepacia. Estudios epidemiológicos efectuados en los años 90
demostraron que la especie de mayor prevalencia en el mundo en pacientes con FQ es B. cenocepacia.
Por otro lado, en Estados Unidos, el grupo más problemático ha sido Burkholderia multivorans, y
Burkholderia pyrrocinia mostró alta prevalencia en Italia. En Brasil, se han detectado las especies de B.
cenocepacia, vietnamiensis, B. multivorans y B. cepacia. En México se ha reportado B. cepacia en un
caso de un paciente con enfermedad granulomatosa crónica, así como B. cenocepacia y Burkholderia
stabilis en sangre de pacientes en cuidado intensivo.
5. Factores de Virulencia: En varios artículos se ha mencionado que en la familia Burkholderia
especialmente en el complejo de Burkholderia cepacia existen varios factores de virulencia en el ser
humano, pero también hay algunas especies que no presentan un rol patogénico en el humano.

 LIPOPOLISACÁRIDO: (Estas están constituidas por un lípido A que conforma lo que es el núcleo,
oligosacáridos y el antígeno O)
 EXPRESIÓN DE SEÑALES DE QUORUM SENSING (sistemas de señales de comunicación
bacteriana)
 Sistema de secreción IV (está implicado en la translocación de macromoléculas a través de la
membrana celular)
 FLAGELOS (La representación de flagelos es fundamental para invadir células)
 Resistentes a antibioticos:
 Formador de Biofilms

6. Patogenicidad
La Burkholderia cepacia es una bacteria oportunista que puede causar infecciones graves en
pacientes con sistemas inmunitarios comprometidos, como pacientes con fibrosis quística o
inmunodeficiencia primaria. La patogenicidad de la bacteria está relacionada con su capacidad para
colonizar y sobrevivir en el tracto respiratorio y otras partes del cuerpo, así como con su habilidad para
infectar tejidos y causar daños.
La bacterias produce una variedad de factores de virulencia que contribuyen a su patogenicidad, en
particular la producción de exopolisacáridos y lipopolisacáridos que le permiten adherirse y formar
biopelículas en las células del huésped.
La caracterización de los determinantes de patogenicidad en el complejo B. cepacia ha llevado a
describir diferentes marcadores, por ejemplo, porinas y homoserinas lactonas, o factores como la
amidasa, una proteína involucrada en el metabolismo de los aminoácidos, que promueve la
supervivencia y persistencia de la bacteria in vivo. También, se ha mostrado que el marcador epidémico
de cepas de B. cepacia (BCESM) es parte de una isla genómica que contiene genes que codifican
proteínas relacionadas con la virulencia y el metabolismo. Otro factor de patogenicidad encontrado en
Burkholderia cenocepacia es el sistema de secreción tipo IV (SST4). El SST4 está involucrado en la
translocación de macromoléculas a través de la membrana celular y representa un mecanismo
ampliamente distribuido para la transmisión de resistencia a antibióticos y de factores de virulencia en
bacterias patógenas. Es claro que la virulencia del complejo B. cepacia es multifactorial, pero se ha
puesto de manifiesto que los factores de quorum sensing, la adquisición de hierro a través de
sideróforos y la biosíntesis de lipopolisacáridos son requeridos para una patogenicidad completa.
7. Entidades Clínicas:
Las infecciones que causa el complejo B. cepacia se asocian principalmente con personas que
presentan FQ, una alternación genética en la cual las vías respiratorias bajas se obstruyen con un moco
deshidratado, de consistencia viscosa. Estas condiciones constituyen un ambiente ideal en el cual se
pueden establecer infecciones crónicas que impiden el normal funcionamiento del pulmón,
ocasionando una neumonía, que puede a su vez derivar en una septicemia y, en algunas ocasiones, en la
muerte del paciente. Este deterioro progresivo y rápido de los pacientes fue denominado el «síndrome
cepacia», caracterizado por una neumonía necrosante, bacteriemia y sepsis.
La B cepacia puede producir infecciones severas en los pulmones en los jóvenes con fibrosis
quística, con frecuencia posteriormente en el transcurso de la enfermedad.
Está asociada con las infecciones sanguíneas (bacteriemia) en bebés prematuros que están
hospitalizados durante largos períodos de tiempo.
Puede ocasionar infecciones en niños con cáncer y trastornos sanguíneos como enfermedades
crónicas granulomatosas.
Los organismos de Burkholderia se encuentran en la tierra y en el agua. Los gérmenes se pueden
propagar a través del contacto de persona a persona. Es posible que los síntomas iniciales sean fiebre
muy baja, progresando a condiciones muchos más serias, incluso neumonía y otros trastornos
pulmonares que algunas veces pueden ser mortales.
En particular, las personas con fibrosis quística y aquellas con enfermedad granulomatosa
crónica son vulnerables a la infección por bacterias del complejo de B. cepacia. Es posible que B.
cepacia pueda transmitirse de un paciente con CF a otro por el contacto estrecho. Pueden ser
portadores asintomáticos, presentar un deterioro progresivo durante un periodo de meses o un deterioro
rápidamente progresivo con neumonía necrosante y bacteriemia. Aunque un porcentaje relativamente
pequeño de pacientes con CF se infecta, la relación con la enfermedad progresiva hace del complejo de
B. cepacia un problema importante en estos pacientes.
8. Diagnostico de Laboratorio, requerimientos nutricionales de los medios de cultivos para aislar el
microorganismo y otros métodos de diagnóstico aparte del cultivo:
Requerimientos Nutricionales: La Burkholderia cepacia es una bacteria con un amplio rango de
requerimientos nutricionales para su crecimiento y supervivencia.
 Fuente de carbono y energía: la Burkholderia cepacia es capaz de utilizar diferentes compuestos
orgánicos como fuente de carbono y energía, incluyendo aminoácidos, carbohidratos, ácidos grasos y
otros compuestos orgánicos.
 Fuente de nitrógeno: La Burkholderia cepacia necesita nitrógeno para la síntesis de proteínas y otros
compuestos nitrogenados. Los medios de cultivo para Burkholderia cepacia deben proporcionar una
fuente de nitrógeno disponible, como peptona, extracto de levadura o nitratos.
 Oligoelementos y minerales: La Burkholderia cepacia necesita oligoelementos y minerales como
hierro, cobre, zinc, manganeso, y molibdeno para realizar diferentes procesos biológicos. Los medios
de cultivo para Burkholderia cepacia deben contener estos nutrientes necesarios en una forma utilizable
y en concentraciones adecuadas para permitir el crecimiento óptimo.
 Vitaminas: La Burkholderia cepacia necesita vitaminas como la biotina, la tiamina, la riboflavina, la
niacina, la piridoxina y el ácido pantoténico para su crecimiento y desarrollo. Estas vitaminas son
necesarias en pequeñas cantidades y pueden encontrarse en medios de cultivo comerciales.
 pH: La Burkholderia cepacia crece mejor en un rango de pH neutro o ligeramente ácido, de 6.5 a 7.0
en general. Es importante que los medios de cultivo para Burkholderia cepacia tengan pH adecuado
para permitir su crecimiento óptimo.
 Temperatura: Burkholderia cepacia es capaz de crecer a temperaturas entre 25°C y 37°C, siendo la
temperatura óptima dentro de 30 a 35°C.
Cabe resaltar que los requerimientos nutricionales de la Burkholderia cepacia pueden variar en
función de la cepa específica y las condiciones de cultivo.
Las pruebas de laboratorio para el diagnóstico de la Burkholderia cepacia incluyen:
 Cultivo bacteriano: Es la técnica más común para la identificación de la Burkholderia cepacia. Las
colonias de la bacteria se cultivan en medios de agar selectivos y se analizan al microscopio para
detectar características morfológicas

B. cepacia se multiplica en casi todos los medios que se utilizan para el cultivo de muestras para
bacterias gramnegativas. También se pueden utilizar los medios selectivos que contienen colistina. B.
cepacia se multiplica con más lentitud que los bacilos gramnegativos intestinales y pueden transcurrir
tres días antes de que sean visibles las colonias.
Estas bacterias crecen en medios habituales y en medios selectivos/diferenciales (se recomiendan
éstos cuando las muestras proceden de sitios no estériles como las muestras respiratorias de pacientes
con fibrosis quística). Generalmente a las 24 hrs de incubación se pueden observar colonias, pero en
algunos casos se puede necesitar 3 días antes de que éstas se vean. Las colonias son lisas, levemente
solevantadas, a veces de aspecto mucoide. Todas las especies crecen bien a 30°C y 37°C. La mayoría
no son pigmentadas, pero en medios con hierro (como agar TSI), muchas cepas producen un pigmento
amarillo brillante. Producen un olor característico. A veces es posible apreciar en el cultivo, el
desarrollo de variantes de colonias pequeñas.
Las colonias en agar Mac Conkey se ponen de rosa oscuro a rojo por la oxidación de la lactosa en
incubaciones prolongadas (4 a 7 días). La mayoría de las especies del complejo Burkholderia cepacia
oxidan sacarosa y/o adonitol y son lisina decarboxilasa positiva. La mayoría de las cepas son catalasa y
oxidasa positiva, aunque en algunos casos la reacción de oxidasa es débil y en B. contaminans, B.lata y
B. pyrrocyna es variable, pero para distinguir a B. cepacia de otras pseudomonas, como
Stenotrophomonas maltophilia es necesaria una serie de pruebas bioquímicas y puede ser difícil.
Pruebas Bioquímicas: Las pruebas bioquímicas pueden ayudar en el diagnóstico de la
Burkholderia cepacia, pero se requiere una combinación de pruebas y pruebas de confirmación
genéticas para confirmar la identidad de la bacteria
Las pruebas bioquímicas para la identificación de esta bacteria incluyen la oxidasa, catalasa, uso de
carbohidratos, producción de ácido y gas a partir de glucosa, y la producción de pigmentos.
 Oxidasa: La capacidad de la Burkholderia cepacia para producir oxidasa positiva, lo que significa que
produce la enzima oxidasa. Esta prueba implica la aplicación de una solución de oxidasa en una
muestra de la bacteria para detectar la presencia de la enzima oxidasa.
 Catalasa: La producción de catalasa por parte de la bacteria es otra prueba útil para confirmar la
presencia de Burkholderia cepacia.
 Test de movilidad: La bacteria Burkholderia cepacia es móvil, por lo que se puede realizar un test de
movilidad para confirmar la presencia de la bacteria.
 Prueba de producción de pigmento: La Burkholderia cepacia es conocida por producir un pigmento
marrón, y la prueba de producción de pigmento puede ser útil para el diagnóstico.
 Prueba de citrato: La Burkholderia cepacia es capaz de utilizar el citrato como única fuente de
carbono. Esta prueba implica la siembra de la bacteria en un medio especializado que contiene citrato
como única fuente de carbono y observar el crecimiento.
 Prueba de ureasa: La Burkholderia cepacia es ureasa positiva, lo que significa que produce la enzima
ureasa. Esta prueba implica la aplicación de una solución de ureasa en una muestra de la bacteria para
detectar la presencia de la enzima ureasa.
 Prueba de API: El perfil bioquímico de la Burkholderia cepacia puede determinarse mediante la
prueba API (Análisis de perfiles de identificación). Esta prueba involucra la siembra de la bacteria en
una serie de tubos con diferentes medios de cultivo y la observación de los cambios físicos y químicos
en la muestra.
Es importante destacar que estas pruebas bioquímicas no son específicas de la Burkholderia cepacia
y pueden ser positivas para otras bacterias gramnegativas. Por lo tanto, se requiere más análisis para
confirmar la identidad de la bacteria. Por ello, la identificación definitiva de la cepa debe ser
confirmada mediante pruebas moleculares. Estas pruebas incluyen la secuenciación del ADN y el
análisis de la huella genética mediante la técnica de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa).
Pruebas Moleculares: Las pruebas moleculares pueden ser muy útiles en el diagnóstico de la
Burkholderia cepacia. Algunas de estas pruebas incluyen:

 PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa): La PCR se utiliza para amplificar y detectar el ADN
de la Burkholderia cepacia. Se pueden utilizar diferentes tipos de marcadores para identificar la
Burkholderia cepacia en las muestras clínicas.
 Secuenciación del ADN: La secuenciación del ADN se utiliza para determinar la secuencia de
nucleótidos del ADN de la Burkholderia cepacia. Con esta información se puede comparar y confirmar
la identidad de la cepa de la bacteria.
 Análisis de restricción enzimática: El análisis de restricción enzimática se utiliza para cortar el ADN
de la Burkholderia cepacia en fragmentos y analizar los patrones de los fragmentos para identificar la
cepa de la bacteria.
 Hibridación de sondas de ADN: La hibridación de sondas de ADN se utiliza para detectar secuencias
específicas del ADN de la Burkholderia cepacia. Las sondas de ADN se unen a las secuencias específicas
del ADN para detectar la presencia de la bacteria.
Estas pruebas moleculares son muy sensibles y específicas, lo que las hace muy útiles en el
diagnóstico preciso de la Burkholderia cepacia.
9. Tratamiento antimicrobiano (Susceptibilidad antimicrobiana)
Estas bacterias son particularmente difíciles de tratar debido a que son resistentes a muchos
antibióticos utilizados habitualmente. Actualmente los médicos no saben qué antibióticos son los mejores
para tratar estas infecciones; qué combinaciones de antibióticos se deben utilizar; por cuánto tiempo se
deben administrar los antibióticos o si hay tratamientos adicionales que también podrían ayudar.
El tratamiento antibiótico con temocilina y un aminoglucósido en pacientes con FQ (fibrosis quística)
durante las exacerbaciones respiratorias por Burkholderia cepacia brindaría muy buenos resultados e
incluso sería beneficioso para pacientes con posibilidades de trasplante pulmonar. Las infecciones
respiratorias por Burkholderia cepacia son graves y difíciles de tratar en pacientes con fibrosis quística
dada la alta virulencia del microorganismo, su capacidad de resistencia antibiótica elevada, el estado
general de los pacientes con FQ y la asociación habitual con Pseudomonas aeruginosa. La temocilina es
un antibiótico con buena tolerancia, que no induce la producción de beta lactamasas por lo que no genera
antagonismo con otros antibióticos utilizados para el tratamiento de Pseudomonas aeruginosa.
Los autores proponen la utilización de temocilina para el tratamiento de las infecciones pulmonares
por Burkholderia cepacia en pacientes con FQ, ya que pueden ser tratadas con buenos resultados dado
que es de un antibiótico con baja toxicidad, que no induce resistencia ni antagoniza el efecto de otros
medicamentos. También el tratamiento con temocilina sería beneficioso en aquellos pacientes con
posibilidades de recibir un trasplante de pulmón
El meropenem es el medicamento más activo utilizado para tratar la B cepacia. Este antibacterial
generalmente se suministra de manera intravenosa en el hospital y con frecuencia se receta junto con
otros medicamentos.
El tratamiento para la infección por Burkholderia cepacia dependerá del tipo y la gravedad de la
enfermedad. Debido a que esta bacteria es resistente a muchos antibióticos, el tratamiento puede ser
desafiante. En general, se recomienda un enfoque multidisciplinario que incluya el tratamiento de
infecciones adicionales, la optimización de la función pulmonar y la prevención de la recaída. Los
antibióticos que han demostrado ser efectivos contra Burkholderia cepacia incluyen:
Meropenem. Trimetoprim/sulfametoxazol. Minociclina. Ticarcilina/clavulánico. Colistina.
Ciprofloxacina
Es importante tener en cuenta que algunos pacientes con fibrosis quística pueden tener infecciones
recurrentes por Burkholderia cepacia, lo que puede ser difícil de tratar. En estos casos, se pueden
considerar terapias combinadas o tratamientos a largo plazo con diferentes antibióticos. Es fundamental
consultar con un especialista en enfermedades infecciosas para determinar el tratamiento más adecuado
para cada paciente.

10. Resistencia Antimicrobiana (Mecanismo de resistencia y antimicrobianos a los que son resistentes)
Poseen resistencia intrínseca a múltiples antibióticos y antisépticos, y son capaces de sobrevivir en
ambientes con escasos nutrientes.
Suele ser resistente a los aminoglucósidos y manifiestan múltiples mecanismos de
resistencia a otras clases de antibióticos. Algunas cepas enuncian ß-lactamasas inducibles.
Además, la disminución de la permeabilidad de la membrana externa y la estructura específica de LPS es
clave en la resistencia a otras clases de antibióticos, incluyendo beta-lactámicos, así como péptidos
catiónicos. Para el caso del complejo B. cepacia estas lactamasas tipo Pen son fijadas de cada
especie, lo que puede establecer una herramienta útil para la identificación a nivel de especie. Las
enzimas tipo Pen hidrolizan penicilinas, cefalosporinas. Las alteraciones en la permeabilidad de
membrana externa pueden favorecer a la resistencia a los beta-lactámicos.
La resistencia a los antibióticos en Burkholderia cepacia se debe a una serie de factores. Primero, la
bacteria tiene la capacidad de crear una barrera protectora, una película extracelular conocida como
matriz de polisacáridos, que la protege del ataque de antibióticos. Además, Burkholderia cepacia puede
utilizar diferentes enzimas y mecanismos de transporte para modificar o eliminar los antibióticos que
ingresan a la célula.
Otro factor que contribuye a la resistencia de Burkholderia cepacia a los antibióticos es su capacidad
para formar biofilm. En este proceso, las bacterias se adhieren a una superficie y crean una estructura
multicelular con canales que les permiten comunicarse y compartir nutrientes. Dentro del biofilm, las
bacterias están protegidas de los antibióticos y el sistema inmunitario del huésped.
Finalmente, Burkholderia cepacia también puede adquirir genes de resistencia a los antibióticos de
otras bacterias a través de procesos como la transferencia horizontal de genes y la recombinación
genética. Estos genes a menudo se encuentran en plásmidos, pequeños círculos de ADN que pueden
replicarse y transferirse de una célula a otra. Como resultado, Burkholderia cepacia puede desarrollar
resistencia a múltiples clases de antibióticos de manera rápida y eficiente.

11. Profilaxis:
Como sabemos la bacteria Burkholderia se propagan de persona a persona o al combinar
desinfectantes, incluso en los hospitales. Es por ello que se recomienda la buena higiene personal, incluso
el lavado frecuente de las manos, y las medidas de control de infecciones en los hospitales puede
disminuir el riesgo de transmisión de la enfermedad. Los centros que tratan niños con fibrosis quística
con frecuencia intentan limitar el contacto con otros jóvenes infectados con B cepacia.

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