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Burkholderia Cepacia

Burkholderia cepacia, es un microorganismo que se puede identificar


morfológicamente debido a que es un bacilo, gram negativo, con presencia de
locomoción a través de flagelo, con capacidad aeróbica. La familia
Burkholderiaceae se describió en el año 1950 por Burkholder a partir de un cultivo
de cebollas contaminado por este patógeno. En esa época se consideraba como el
putrefactor de las cebollas. Según Mirambell (2015) el género Burkholderia contiene:

Contiene cerca de 70 especies distintas, en su mayoría son bacterias


fitopatógenas y solo un pequeño número de ellas se han aislado en
humanos, incluyendo Burkholderia pseudomallei y Burkholderia mallei. Otras
especies del género Burkholderia con capacidad patógena para las plantas,
pero oportunistas para los humanos son Burkholderia gladioli y las especies
del complejo Burkholderia cepacia.” (Mirambell, 2015)

Estas especies son conocidas y aisladas mayormente en los continentes Asia,


Oceanía, siendo endémicos de la región sudeste de Asia, y poco se han reportados
aislamientos de esta especie en el continente americano. (Currie, 2010).

Patógeno Oportunista

Este conocido patógeno presenta una alta gama de sustratos que puede colonizar,
esto debido a su genoma tan diverso que consta de elementos genéticos que le
confieren plasticidad. Se pueden adaptar a condiciones adversas y desafiantes
como agua, tierra y aire. Una de sus capacidades es la de producir sustancias
antifúngicas y antimicrobianas para evitar su degradación y como mecanismo de
defensa. Con esto, se ha considerado utilizar esta especie de manera biotecnológica
para su uso en la agricultura, y así evitar enfermedades y plagas causadas por
hongos fitopatógenos como Rhizoctonia solani. (Parke and Gurian- Sherman, D,
2001)
Capacidad de Transmisión Interhumana

Dos de las características por la que más se conoce a B. cepacia es que es un


patógeno de plagas que atacan a plantas, y que es un patógeno oportunista, ya que
puede adaptarse a sobrevivir e infectar a diversos hospederos y uno de ellos es el
ser humano causando infecciones. Por su parte Mirambel (2015)

Las especies del complejo Burkholderia cepacia son reconocidas como


patógenas oportunistas para el hombre y constituyen uno de los principales
grupos de agentes infecciosos en los pacientes con fibrosis quística. Por ello
existe una gran controversia sobre el uso de aquellas especies de Bcc; son
beneficiosas para la industria agrícola, pero a su vez potencialmente
peligrosas para el hombre.”

Se debe tener en cuenta que dentro de la microbiota tanto intestinal como


cualquier bacteria o microorganismo presente de manera natural en el cuerpo
humano, la especie B. cepacia no forma parte de ellas. Si de alguna manera, se
encuentra en los análisis realizados a un ser humano, la respuesta es que el
patógeno vino de un ente externo. Y debido a ello, las investigaciones científicas se
deben enfocar en dar una respuesta más específica con respecto a determinar la
forma en la que los humanos son infectados por esta especie. Sin embargo, ya se
sabe que dichas infecciones en pacientes con fibrosis quística, por ejemplo, son
debidas a una transmisión interhumana, siendo estas una gran facilidad de
dispersión virulenta.

Factores de Virulencia

Esta especie causa una patogénesis causando infecciones nosocomiales,


epidémicas, endémicas resultando también infecciones crónicas en vías
respiratorias. Dichas infecciones pueden deberse por los diversos factores de
virulencia que posee:
Quorum sensing, según Suppiger et al. (2013)

El sistema regula la expresión de genes necesarios como mecanismo de


defensa. Se producen las proteínas CepI y CepR que mediarán esta
virulencia. La proteína CepI regula la producción de moléculas que sirvan
como señal, como la lactona N-octonoyl-hemoserina (C8-HSL) y N-hexanoyl-
hemoserinas (C6-HSL). La proteína CepR regula la activación o inhibición de
la transcripción de genes necesarios. (p.400)

Biofilm

Mirambell (2015)

El proceso de formación de biofilm puede estar relacionado con el sistema


QS, el factor sigma RpoN, y reguladores tipo Lys-R. Aumenta la resistencia
del patógeno a los antibióticos Crea un halo que envuelve al microorganismo
como protección ante el antibiótico y el sistema inmune del ser vivo que sirve
de huésped. Su síntesis es sensible a la presencia de hierro en el sistema.

Lipopolisacárido y Exopolisacárido

Según Jones et al. (2001)

La capacidad que se le reconoce es su respuesta inflamatoria. Induce la


producción de factores de necrosis tumoral e de interleucina 6. El patógeno
tiene la capacidad de producir lipopolisacáridos inflamatorios en las vías
respiratorias. Sin embargo, cuando la producción se excede, el aspecto de la
bacteria confiere una morfología mucoide o tipo gel.

Evasión Inmune

Según estudios de Mirambell (2015)

Posee la capacidad de tolerar la vida intracelular cuando son atacados por


macrófagos, células epiteliales, células dendríticas, o neutrófilos. Su vía de
escape es hacía el retículo endoplasmático, donde logra utilizar el sistema de
replicación del huésped para reproducirse. Evita la producción de ácidos en
las vacuolas para no que logren degradarlos

Metaloproteasas, Según Mirambell (2015), “la capacidad para degradar colágeno y


fibronectina. Degrada sustancias inmunes del huésped. Degrada a lactoferrina,
inmunoglobinas, interferón-γ y péptidos antimicrobianos”

Resistencia Microbiana

De este microorganismo, se ha reportado que posee resistencia ante otro tipo


de especies microbianas. Dicha acción está influenciada por factores que genera
esta especie para evitar ser afectada por aplicaciones de tratamientos
antimicrobianos o antibióticos. Algunos ejemplos son:

- Permeabilidad selectiva de la pared celular: evita la entrada de moléculas


no deseadas o disminuye la concentración por medio de la salida activa de
estas sustancias gracias a la presencia de bombas en la membrana.
- Degradación enzimática de antibióticos: producción de enzimas con
objetivo específico de degradar sustancias antibióticas
- Producción de β-lactamasas cromosómicas

(Miller y Gilligan., 2003)


Quorum Sensing

Como se ha mencionado, el complejo formado por especies de Burkholderia


se relacionan entre sí, y una de las características que más resaltan en la actualidad
es su capacidad de ser patógeno en plantas y animales, así como también
humanos.

Dichas especies presentan una alta resistencia, tanto natural como


adquirida, a fármacos o antibióticos comúnmente usados en la medicina para
atacar infecciones. Esto causado por varios factores que pueden ser, una
inactivación enzimática, una modificación del objetivo, la permeabilidad
deficiente de la pared celular y la presencia de muchas bombas de eflujo
(Scoffone et al., 2017).

Este complejo presenta o está formado por cuatro sistemas Quorum Sensing,
compuestos por:
- Una sintasa
- Un receptor: CepIR, CciIR
- Un sistema basado en el factor de señal difusible de Burkholderia (BDSF)
RpfF BC
- Una péptido sintetasa no ribosomal
(Jenul et al., 2018).

Debido a que las especies presentan genes que lo hacen virulentos y


patógenos, pueden ser detectados por el Quorum Sensing, y se ha investigado
científicamente que su inhibición puede ser una alternativa para combatir las
infecciones bacterianas.

Esta detección de Quorum Sensing, es un proceso en el que existe una


comunicación entre el contenido interno de las células de las bacterias, debido a que
allí se puede reconocer u observar la producción de moléculas de tamaño pequeño
o péptidos que tienen como función la señalización, lo cuales son conocidos como
autoinductores. Estos autoinductores o moléculas se unirán a efectores específicos,
que tendrán como función intervenir en la regulación de la expresión de los
principales factores de virulencia como proteasas, toxinas, además de estimular la
producción de biofilm o biopelículas por parte de las bacterias. (Buroni et al., 2018;
Slinger et al., 2019)

Debido a esta interrupción en la producción de la patogenicidad de la bacteria,


es que este complejo se ha catapultado como un buen candidato en el área de
fármacos para prevenir infecciones.

En esta acción de unión entre intracelular, causa efectos que alteran los
niveles de expresión de genes en el patógeno, logrando así que la producción de
virulencia y ataques por medio de infecciones y además se puedan expresar otros
tipos de genes que tengan la capacidad de beneficiar o ayudar, contrario a sus
inicios patogénicos.

Actualmente se ha reportado que todos los miembros del complejo contienen:


- El sistema CepI/CepR QS
- El sistema sintetiza y responde al autoinductor N -octanoil L-homoserina
lactona
- Por medio de la CepI sintasa
- Junto con el receptor CepR

Se ha demostrado que el circuito CepI/CepR controla la virulencia en varios


modelos eucarióticos de infección por Bcc, incluido

- C . elegans
- D. melanogaster
- Roedores
- Etc

Este resultado subraya la probable importancia del sistema CepI/CepR para la


fisiología de Burkholderia y la patogenicidad. (Slinger et al. 2019)
Biofilm

Las bacterias que conforman el complejo Bcc, aunque no son muy conocidas, son
patógenos o infectan a pacientes con fibrosis quística, y dentro de los síntomas que
pueden causar está la infección de vías respiratorias y hasta la mortalidad en
algunos casos. Estas bacterias logran producir el inicio de una infección o un
deterioro a nivel de los órganos respiratorios, y todo esto debido a que estas
bacterias son resistentes a múltiples fármacos asociados a nivel médico.

Uno de los mecanismos o estrategias que realizan estas bacterias es la formación


de biofilm o biopelícula de manera in vitro, para evitar aún más esa sensibilidad a
los antibióticos. Este biofilm es una capa que se forma mayormente a partir de
exopolisacáridos y ADN, estas sustancias son agregados bacterianos no adheridos
a la superficie de los pulmones.

Dentro de los beneficios que le confiere el biofilm al patógeno, están:

- Facilita su evasión de las acciones antimicrobianas de los neutrófilos.


- Impide la migración de los leucocitos en su superficie exofacial

Se ha reportado presencia y crecimiento de Burkholderia, además de la formación


del biofilm o biopelículas que creará una barrera para evitar ser atacado por el
sistema inmune del paciente. La mucosidad pulmonar viscosa y las biopelículas
espesas impiden la penetración de los antibióticos en las vías respiratorias y
reducen la eficacia del tratamiento con antibióticos.

En la actualidad, las investigaciones en el área se están enfocando en el desarrollo


de nuevas estrategias o alternativas dirigidas a las infecciones causadas por la
formación de biofilm. Una de estas alternativas es la terapia con glicopolímeros de
molécula grande, el cual ofrece una posible solución para ampliar el periodo o
tiempo de vida de los pacientes con fibrosis quísticas.

La resistencia a los antibióticos aumenta debido al desarrollo de biofilm como


barrera que protege del ataque inmunológico por lo que alarga la vida del patógeno.

Los estudios que se han realizado de aislamientos clínicos de esta cepa han
reportado que la resistencia se observa en con antibióticos aminoglucósidos y altos
niveles de beta-lactámicos debido a beta-lactamasas cromosómicas inducibles y
proteínas de unión a penicilina alteradas.

La suma de todos los factores de virulencia de este complejo, fomentan o estimulan


la resistencia a los antibióticos y debido a los ineficaces intentos del sistema
inmunológico del hospedero, se suelen producir infecciones pulmonares crónicas
graves y, con frecuencia, mortales.

Las infecciones Bcc asociadas con la FQ generalmente se tratan con una


combinación de antibióticos que a menudo incluyen:

- Tobramicina
- Meropenem
- Ceftazidima
- Piperacilina
- Cefepima
- Minociclina
- Tigeciclina
- o Trimetoprim-sulfametoxazol.

Aunque exista esta posibilidad de mezcla de antibióticos, estadísticamente aún no


se tienen datos suficientes que logren respaldar científica y clínicamente este
tratamiento.

Identificación molecular

En enfermedades o infecciones causadas por bacterias, es imprescindible una


correcta identificación tanto del género como de la especie en concreto que está
causando la infección y el deterioro del organismo. Una correcta identificación
permitirá al grupo médico administrar un tratamiento acorde con la situación, y
enfocado en ese patógeno específico (Furlan et al., 2019; Devanga y
Veeraraghavan, 2019).
Aunque, está identificación se ha visto muy cuestionada o difícil de alcanzar en su
totalidad mediante métodos generales como pruebas bioquímicas, y de allí la
necesidad de lograr la identificación molecular de este género.

Es así que investigadores han propuesto como alternativas con alto potencial de
secuenciación a algunos métodos de identificación fenotípica como VITEK2,
métodos de identificación de firmas de proteínas como VITEK MS, Bruker Biotyper y
algunos objetivos moleculares como 16S rRNA, rec A, his A y rps U, todos estos
como aspectos importantes a considerar en la identificación. (Furlan et al., 2019).

La identificación del nivel del complejo Bcc se puede obtener mediante


secuenciación VITEK MS, Bruker Biotyper y 16S rRNA/ rps U/ rec A/ his A.

Secuenciación de genes hisA

Estudios con respecto a la secuenciación a partir de genes llamados his A tuvo


como resultado la diferenciación de 17 especies de Burkholderia en diferentes
grupos con valores altos de confiabilidad. Aunque, previamente se tuvo que realizar
estudios de identificación mediante taxonomía polifásica o secuenciación rec A
(Devanga y Veeraraghavan, 2019).

Secuenciación de genes rpsU

Se ha demostrado científicamente que genes conocidos como rpsU pueden ser


utilizados para la identificación molecular de diferentes especies, incluido el género
Burkholderia

Las secuencias de rpsU, en la identificación de este último género arrojó cuatro


grupos:

- Grupo I: B. plantarii ,B. glumae , B. cocovenenans y B. gladioli


- Grupo II: el complejo Burkholderia pseudomallei ( B. mallei , B. pseudomallei
y B. thailandensis )
- Grupo III: B. caryophylli , B. multivorans , P. norimbergensis , B Ubonensis ,
B. stabilis , B. cenocepacia , B. cepacia , B. pyrrocinia , B. ambifaria , B. anthina , B.
vietnamiensis y B. dolosa
- Grupo IV: B. sacchari, B. graminis , B. fungorum , B. phytofirmans , B.
xenovorans , B. fenoliruptrix , B. phenazinium , B. caribensis , B. hospita y B.
phymatum

(Devanga y Veeraraghavan, 2019)

Sin embargo, está secuenciación tiene una desventaja o un límite, y es que con este
procedimiento no se obtiene una diferenciación confiable o altamente específica a
nivel de especies de Burkholderia.

Secuenciación del gen recA

El gen rec A es otra alternativa con altas posibilidades de lograr diferenciar


totalmente las especies de Burkholderia, por su contenido genético.

Una prueba de reacción en cadena de la polimerasa o PCR realizada del gen recA
en un estudio hecho por Furlan y colaboradores en el año 2019, tuvo como
resultado una alta especificidad del gen con respecto a la identificación de las
bacterias pertenecientes al complejo Burkhokderia, en comparación con la
secuenciación de los genes 16S y 23S rRNA. (Furlan et al., 2019).

De estudios sobre secuenciación de este gen se ha reportado que rec A puede


diferenciar entre sí a 19 especies de Burkholderia:

B. pseudomallei , B. mallei , B. thailandensis , B. humptydooensis , B.


oklahomensis , B. oklahomensis , B. ubonensis , B. ambifaria , B. multivorans , B.
vietnamiensis , B. fungorum , B. glumae , B. cepacia ,B. xenovorans , B. dolosa , B.
gladioli y Bcc (Devanga y Veeraraghavan, 2019)

Sin embargo, la especie Burkholderia de manera general no se puede distinguir o


identificar por secuenciación rec A, debido q que en los ensayos las cepas de
Burkholderia utilizadas debieron ser caracterizadas antes por medio de pruebas
bioquímicas y análisis del perfil de proteínas de células enteras.
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