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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN PROFECIONAL POLICIAL


ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO PROFESIONAL HÉROE
NACIONAL CAP.PNP. ALIPIO PONCE VASQUEZ SEDE PUENTE PIEDRA

TRABAJO APLICATIVO INDIVIDUAL

TEMA:
CATEDRATICO:
SECCION:
ESTUDIANTE:

Protectores de la democracia
2022-2023
VIOLACION DEL SECRETO DE LAS COMUNICACIONES
Las comunicaciones,
telecomunicaciones o sus
instrumentos sólo pueden ser
abiertos, incautados,
interceptados o intervenidos
por mandamiento motivado
del juez, con las garantías
previstas en la ley.
Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que motiva su examen.
Los documentos privados obtenidos con violación de este precepto no
tienen efecto legal.
En ese sentido, la protección otorgada por la Constitución no condiciona la
protección a su contenido, y solo será válida la interceptación que cuente
con la respectiva autorización judicial. Pretender lo contrario vía una
interpretación constitucional, implica desconocer el contenido de la
Constitución, así como reformar por la vía de los hechos, la carta
fundamental.
Ciertamente, una conversación puede ser grabada y, por tanto, servir
como prueba en un proceso judicial, cuando las partes que intervienen en
ella están de acuerdo en hacerlo, si no ocurre ello, tal grabación es per se,
inconstitucional, y no puede ser objeto de convalidación.
Esta conducta es más grave aún, cuando una conversación es gravada
fuera de los supuestos precedentemente señalados y quien realiza la
grabación toma conocimiento y difunde hechos que puede afectar la
intimidad de cualquiera de los intervinientes en aquella.
En principio, la intimidad se encuentra protegida por el artículo 2, inciso 7
de la Constitución, y también puede resultar vulnerada cuando una
conversación que se desarrolla en un ambiente en el que existe una
expectativa de privacidad (no en una vía pública o como consecuencia de
un discurso o debate, sino en un ambiente privado como su domicilio,
habitación de un hotel, etc.), o que se desarrolla vinculando únicamente a
las personas que intervienen en ella (sea de modo verbal o utilizando
herramientas tecnológicas), resulta intervenida o interceptada.
Sin embargo, verificar la afectación del derecho a la intimidad no es un
requisito para determinar si el secreto de las comunicaciones también ha
resultado afectado, pues la vulneración de este último se producirá
siempre que se intervenga una conversación o comunicación sin contar
con las autorizaciones respectivas.
Por ello, no es de recibo apelar al carácter delictivo de algunas
conversaciones privadas (o a razones de interés público o de moral
pública), para convalidar la interceptación de comunicaciones hechas al
margen de la Constitución.
La necesidad de la autorización judicial para la intervención de las
comunicaciones impone al legislador ordinario la obligación de regular el
procedimiento para su desarrollo, pues tal atribución no puede ser
ejercida de modo discrecional por los jueces penales.
Ello permite, además, el adecuado control constitucional de la medida
dispuesta por el juez, así como de su implementación.
Esto es, que se debe verificar no solo si se han cumplido los presupuestos
legales para la autorización de las intervenciones, sino que también se
debe analizar la legitimidad, necesidad e idoneidad de la medida y
establecer mecanismo para evitar el mal uso de la información
interceptada (divulgación de información que no está relacionada con la
investigación de la que deriva la intervención o que pueda afectar la
intimidad de los afectados, entre otras).
En el presente caso, se alega la presunta afectación de un derecho
fundamental, no en un procedimiento judicial ya finalizado, sino contra un
procedimiento administrativo en trámite, el cual, por el agotamiento de la
vía administrativa, podría devenir en irreparable (artículo 46, inciso 2 del
Código Procesal Constitucional).
Por ello, este Tribunal considera que podría analizarse el fondo de la
controversia.
No obstante, no se acredita en autos la existencia de la grabación o
grabaciones supuestamente intervenidas a la recurrente.
Si bien en los actuados se aprecia la denuncia en tal sentido, el análisis de
la presunta afectación del derecho invocado no puede ser realizado en
abstracto, razón por la que la demanda de autos debe ser desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le
confiere la Constitución Política del Perú.
SECRETO DE LAS COMUNICACIONES
Toda persona tiene derecho al secreto y a la inviolabilidad de sus
comunicaciones y documentos privados; las comunicaciones,
telecomunicaciones o sus instrumentos solo pueden ser abiertos,
incautados, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del
juez, con las garantías previstas en la ley.
Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que motiva su examen;
los documentos privados obtenidos con violación de este precepto no
tienen efecto legal; los libros, comprobantes y documentos contables y
administrativos están sujetos a inspección o fiscalización de la autoridad
competente, de conformidad con la ley; las acciones que al respecto se
tomen no pueden incluir su sustracción o incautación, salvo por orden
judicial.
Este derecho constituye una de las garantías clásicas de los derechos
fundamentales que protegen la dignidad y la vida privada de la persona;
sin duda, con el avance científico y tecnológico, se hace necesario un
desarrollo jurídico que fortalezca esta garantía, incluyendo a los nuevos
métodos y medios de comunicación, adaptando la normativa a nuestra
realidad.
El secreto e inviolabilidad de las comunicaciones garantiza la protección de
las comunicaciones entre las personas, cualquier interceptación será
excepcional y exige el cumplimiento de una serie de límites, requisitos y
garantías, puesto que esa acción afecta a un derecho fundamental, solo el
cumplimiento de esas condiciones permitirá que esa afectación no sea una
vulneración. Así fue entendido y reconocido, a nivel jurídico, por la
Asamblea Nacional francesa (1790), decretando la inviolabilidad de la
correspondencia, como respuesta a la violación sistemática y secreta
establecida por Luis XIII y el cardenal Richelieu en décadas precedentes;
este derrotero ha sido seguido y forma parte de los textos constitucionales
a nivel global, así como en sendas declaraciones de derechos humanos.
Este derecho fundamental consagra la libertad de las comunicaciones, por
un lado, y su secreto, por otro; se establece, de esta manera, la prohibición
de la interceptación o del conocimiento antijurídico de las comunicaciones
ajenas; de ello podemos deducir que el bien jurídico protegido
constitucionalmente es la libertad de las comunicaciones, el cual puede
ser conculcado tanto por la interceptación como por el simple
conocimiento antijurídico del mismo.
La doctrina y la jurisprudencia coinciden en entender el secreto en un
sentido amplio, abarcando la protección no solo del contenido de la
comunicación, sino también los demás aspectos de esta, por ejemplo, la
identidad personal de los interlocutores, la duración, el origen o el destino.
La colisión con este derecho depende de la presencia de un elemento
ajeno a aquellos entre los que media el proceso de comunicación; vale la
pena resaltar que, una vez finalizado el proceso de la comunicación, la
protección constitucional de la información recibida se realiza por medio
de las normas que tutelan la intimidad u otros derechos.
Observamos en el texto constitucional los límites a la vigencia del secreto
de las comunicaciones; cualquier disposición o mandato que limite o
restrinja el ejercicio de un derecho fundamental debe estar motivado y la
razón determinante de tal decisión debe ser conocida por el afectado; el
sacrificio de este derecho deberá observar estrictas medidas, entre las
cuales se pueden señalar: observancia de la proporcionalidad, necesidad
de motivación y legitimidad de la medida.
A modo de conclusión, se puede decir que la necesidad de tutela de este
derecho es especialmente necesaria, dado que resulta fácilmente
vulnerable y constituye -además- una barrera de protección de la
intimidad; la no vigencia de esta protección podría despojar de contenido
a todo el sistema de derechos fundamentales. La vulneración de las
comunicaciones es una grave lesión a un derecho fundamental y una
restricción de la libertad personal con rasgos muy perniciosos en la
dinámica de nuestras relaciones sociales. Somos conscientes del gran valor
que representa la preservación de la intimidad y cuáles son las
consecuencias de la ausencia de la privacidad en nuestra sociedad.

VIOLACION DEL SECRETO PROFESIONAL


Delito que comete el profesional que, con incumplimiento de su obligación
de sigilo o reserva, divulga los secretos de otra persona.
 Infracción disciplinaria grave cometida por el militar que no guarda
la debida discreción sobre materias objeto de reserva interna o
sobre asuntos relacionados con la seguridad y defensa nacional, o
que usa o difunde por cualquier medio hechos o datos no
clasificados de los que tenga conocimiento por su cargo o función,
en perjuicio del interés público.
 Infracción disciplinaria muy grave cometida por el miembro de la
Guardia Civil que quebranta su deber de reserva profesional cuando
afecta a la defensa nacional o a la seguridad ciudadana, perjudica el
desarrollo de la labor policial o causa daño a personas físicas o
jurídicas, públicas o privadas.
Infracción disciplinaria grave cometida por el miembro de la Guardia Civil
que quebranta su deber de reserva profesional.
 El tipo sancionador se configura a partir de los siguientes
elementos: “es necesario, en primer lugar, que el autor del
quebrantamiento del secreto profesional o de la divulgación de
asuntos sea un miembro de la Guardia Civil. Después, que la
información, intencionalmente o por falta de cuidado, se revele,
esto es, se ponga en conocimiento de un tercero no legitimado
para recibirla. Y, por último, que lo revelado sea auténtico, ya que
si se comunican informaciones falsas o erróneas difícilmente
habrá sido violado secreto alguno o roto el obligado sigilo es
indiferente el medio o la forma a que se contraiga el
quebrantamiento y a quien se revele, que puede ser incluso a
otro Guardia Civil de la misma dependencia que no deba tener
acceso al secreto.
 Este último precepto describe tres subtipos. En primer lugar, la
violación del secreto profesional cuando afecte a la defensa
nacional o a la seguridad ciudadana.
Lo que se transgrede no es el mero sigilo que han de guardar los
servidores públicos, se exige que la revelación contenga un “plus” que sin
constituir delito común o militar afecte, dañe o perjudique, bien a la
defensa o seguridad de la nación, bien a la seguridad ciudadana, pues el
secreto resulta ser un instrumento connatural e insustituible para la
protección de aquellos intereses […] sin que el tipo exija un perjuicio o
menoscabo cierto o efectivo […]. En el segundo subtipo se sanciona la
violación del secreto profesional cuando perjudique el desarrollo de la
función policial. A diferencia del anterior […] deviene en una infracción de
resultado que exige un perjuicio concreto, específico y demostrado […].
Finalmente, se sanciona la violación del secreto profesional cuando “cause
daño a las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas”, subtipo que
recoge también una infracción de resultado.

IMPORTANCIA DEL SECRETO PROFESIONAL


La intimidad personal es un derecho fundamental en una sociedad
democrática. Así lo afirma por ejemplo la Constitución en cuanto garantiza
el derecho a la intimidad personal en los siguientes términos:
“Artículo 2°. - Toda persona tiene derecho:
Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar, así
como a la voz y a las imágenes propias”.
En tal virtud, todos tienen un ámbito intangible y reservado si se quiere,
secreto- de su vida, vinculado con el respeto de su dignidad como persona,
formado por asuntos, problemas, situaciones y circunstancias de su
exclusivo interés, inmune a las intromisiones externas, vetado a los
terceros, es decir a los particulares, y también a la acción y el
conocimiento de los poderes públicos.
Como ha señalado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el
derecho a la intimidad garantiza “un espacio que nadie puede invadir, una
esfera de actividades absolutamente personal para cada individuo”.

Claro está, en la sociedad moderna, de manera cotidiana, atendiendo a


razones de necesidad y utilidad, vinculadas a la búsqueda de consejo,
ayuda, patrocinio o auxilio, el ciudadano recurre a terceras personas a
quienes confía información y datos concernientes a su vida íntima.
Estas terceras personas son, por lo general, profesionales: los que ejercen
una actividad, que cuenta con autorización del Estado y para lo cual
requiere un título habilitante; personas que desempeñan un oficio:
actividad privada, usualmente de índole manual; un empleo: actividad
laboral en condiciones de dependencia; y tienen un particular estado: vale
decir, una especial condición o rol social, en tanto militares o ministros de
diversos cultos religiosos.
En el marco de ese vínculo se establece una relación personalísima, de
confianza entre, por ejemplo, abogado-cliente, en la que el primero como
parte del ejercicio profesional recibe información, muchas veces íntima, de
palabra e incluso escrita, sobre hechos o temas propios del tercero,
imprescindibles para absolver la consulta, dar el consejo, orientar sobre el
alcance o contenido de determinados actos, patrocinar derechos en sede
administrativa o judicial, o llevar adecuadamente y a buen puerto la
defensa ya iniciada.
Así pues, estando a la confianza que está a la base de las relaciones entre
el profesional del Derecho y el cliente, y de la información íntima que le es
transferida, el abogado se convierte poco menos que en depositario, en
custodio de secretos de su cliente, al tiempo que pasa a ser verdadero
destinatario de comunicaciones de carácter confidencial.
La información recibida en ese contexto debe ser objeto de secreto, de
secreto profesional. Cabe precisar que, como se desprende de lo
anteriormente expuesto, en el caso del profesional abogado tal secreto
radica por cierto en el derecho a la intimidad, pero también alcanza
correlativamente al derecho de defensa.
Según el Tribunal Supremo Español, “Si el cliente no pudiera facilitar a su
abogado toda la información de que dispone, ni poner en su conocimiento
todos los hechos por temor a que alguno de ellos pudiera ser utilizado.
La importancia del derecho de defensa en la base de la existencia del
secreto profesional aparece claro si tenemos en cuenta que “el derecho de
defensa del ciudadano quedaría en entredicho si su abogado tuviera que
cooperar con la administración de justicia denunciándole a sus espaldas o
aportando la información que aquél le facilitare para su defensa. Solo de
este modo, el cliente puede hablar con libertad y con confianza con su
abogado, narrándole todos los hechos, sean o no delictivos, de tal forma
que el abogado, con todos los datos en la mano, pueda plantear de la
forma más adecuada la estrategia procesal que crea más eficaz y
conveniente para la defensa de su cliente”
A diferencia de los que sucede con el abogado, la razón de ser del secreto
profesional médico está orientado a resguardar el respeto a la intimidad
de los pacientes antes que al logro de la eficiencia del quehacer médico;
en el caso de los periodistas, el secreto profesional atiende a la protección
de las fuentes informativas utilizadas, en el entendido que la sociedad
democrática debe permitir el irrestricto ejercicio del derecho a la libertad
de información y la más libre circulación de información veraz; y,
tratándose de los ministros de cultos religiosos, el secreto apunta a la
protección de la libertad de pensamiento y de conciencia, y supone “una
garantía de indemnidad: no se puede ser sancionado por las propias
creencias.

VIOLACION DE LA LIBERTAD DE REUNION


La presente tesis que ponemos a criterio de los señores miembros del
jurado se titula: “Análisis Jurídico del Delito de Violación a la Libertad de
Reunión y su Vulneración Constitucional”. Tiene por objetivo identificar los
alcances que tiene este tipo de delito de poco tratamiento y
pronunciamiento por las instancias competentes, y que afecta un derecho
fundamental y establecido en la Constitución.
Se trabajó con una muestra de 100 personas de una población de 300 que
pertenecen a los Abogados Colegiados Habilitados en la ciudad de Iquitos-
Loreto.
Esta investigación corresponde al tipo de investigación descriptiva
univariada, porque se analizó una sola variable en el cual se evaluó el
grado de conflictos jurídicos con los que cuenta esta figura jurídica de
nuestro sistema legislativo. El instrumento de medición fue el
cuestionario, el cual fue validado mediante juicio de expertos, el mismo
que estuvo conformado por preguntas que fueron elaboradas de acuerdo
con la operacionalización de las variables. Para el análisis de los datos se
ha usado solamente la estadística descriptiva, frecuencia relativa y
frecuencia acumulada, los mismos que son presentados en tablas y
gráficos. Respecto a los resultados, hemos llegado a la conclusión de que
este tipo de delito es de poco tratamiento y los casos que se han suscitado
las instancias judiciales correspondientes, han tenido escasos
pronunciamientos doctrinarios sobre ello.
Los derechos de reunión y manifestación son de orden constitucional, por
lo que no se pueden impedir estos derechos, si las personas que participan
actúan conforme las estipulaciones de no portar armas y en forma
pacífica; de lo contrario dichas conductas resultan ilegales. Para ejercer los
derechos de reunión y manifestación, se notifica a Gobernación
Departamental, sin importar que las manifestaciones sean de carácter
político, social, educativo, entre otros. Los medios de comunicación masiva
son importantes para advertir preventivamente a los ciudadanos, acerca
de las consecuencias que se originan si las manifestaciones no se practican
de forma pacífica y sin armas, y que las fuerzas de seguridad pueden
restringir el ejercicio de tales actividades, para garantizar el orden público.
ORIGENES POLITICOS DEL DERECHO DE REUNIÓN
La ciencia del derecho constitucional afirma que el derecho de reunión es
el más elemental de las libertades individuales de ejercicio concertado y el
menos incompatible con la mentalidad individualista de las revoluciones
burguesas, así lo afirma Pérez Royo, al manifestar: “Efectivamente, por un
lado, el derecho de reunión no es sino la proyección de uno de los
derechos más expresivos de la primera fase del constitucionalismo: la
libertad de expresión.
Evidentemente hablar de libertad de reunión y manifestación, es hablar de
un derecho fundamental autónomo, pero no aislado; por un lado, se
relaciona con la libertad de asociación y por otro con la libertad de
expresión.
Con el primer concepto, tienen en común consistir en un grupo de
personas que comparten un mismo fin y la diferencia con éste, es que la
asociación tiene carácter permanente mientras que la reunión o
manifestación es temporal o eventual.
Con la libertad de expresión se asemejan que ambos tienen por fin la
difusión de ideas y opiniones, es decir, ambos poseen un carácter
comunicacional; pero la diferencia estriba en que mientras la reunión y
manifestación son de naturaleza eminentemente colectiva, la libertad de
expresión es de naturaleza individual. Para el Constitucionalista Español
Díez-Picazo, el derecho de reunión y manifestación son un único derecho,
no dos y que “si se usan las dos palabras es para poner de relieve que el
derecho admite ser ejercido, en un lugar fijo, como discurriendo a lo largo
de un itinerario. En ambas modalidades, el derecho es siempre el mismo.
Concepto
El derecho de reunión es la libertad pública individual que faculta a un
grupo de personas a concurrir temporalmente en un mismo lugar,
pacíficamente y sin armas, para cualquier finalidad lícita y conforme a la
ley. Se considera una libertad política y un derecho humano de primera
generación. Es el reconocimiento del pluralismo político y de la libertad de
expresar las propias opiniones, aparejado al reconocimiento del derecho a
transmitir a otros tales opiniones, escuchar las ajenas y a obrar en
consecuencia. La conflictividad del ejercicio del derecho de reunión surge
cuando ésta se celebra en lugares abiertos al público y, más precisamente,
cuando se desarrolla en la vía pública, en lo comúnmente conocido como
manifestación. En algunos países, la autoridad gubernativa puede prohibir
la reunión en caso de alteración al orden público o se ponga en peligro
personas o bienes, ya que en países de Latinoamérica no existen leyes.

AGRADEZCO A DIOS POR DARME LA VIDA,


A MI FAMILIA POR EL APOYO TODO ESTE
TIEMPO Y A MIS CATEDRATICOS POR EL
APOYO INCONDICIONAL.
INDICE

1.Violacion del secreto de las comunicaciones ……………………..4


2.Secreto de la comunicación ……………………………………………….6
3.Violacion del secreto profesional ……………………………………….8
4.Importancia ……………………………………………………………………….9
5.Violacion de la libertad de reunión ……………………………………11
6.Origenes políticas ……………………………………………………………..12
7.Concepto ………………………………………………………………………….13
8.Anexos ……………………………………………………………………………..14
9.Dedicatoria ……………………………………………………………………….15

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