Protección de derechos de Niños, Niñas y Adolescentes

Responsabilidad civil por no pago de los alimentos

Responsabilidad civil por no pago de los alimentos

¿Conoces qué se entiende como alimentos en la doctrina? En este artículo indagaremos en las consecuencias de
no cumplir con esta responsabilidad. ¡Adelante!

Los alimentos no se encuentran definidos en nuestro ordenamiento jurídico ni tampoco la obligación alimenticia;
sin embargo, la doctrina los ha conceptualizado como «las prestaciones a que está obligada una persona
respecto de otra de todo aquello que resulte necesario para satisfacer las necesidades de la existencia» (Rossel
Saavedra, 1994, p. 334).
Ramos Pazos lo define como el derecho que “la ley otorga a una persona para demandar de otra, que cuenta con
los medios para proporcionárselos, lo que necesite para subsistir de un modo correspondiente a su posición
social, que debe cubrir a lo menos el sustento, habitación, vestidos, salud movilización, enseñanza básica y
media, aprendizaje de alguna profesión u oficio” (Ramos Pazos, 2000, p. 499).
Maricruz Gómez de la Torre señala que es “el derecho que tienen determinadas personas en estado de
necesidad de exigir alimentos a otras también determinadas, las cuales están obligadas a proporcionárselos por
mandato de la ley o por acuerdo de las partes o por un tercero, como el testador que instituye un legado de
alimentos” (Gómez de la Torre, 2007, p. 185).
La Corte Suprema considera los alimentos como «las subsistencias que se dan a ciertas personas para su
mantenimiento, o sea, para su comida, habitación y aún en algunos casos para su educación, y corresponde al
juez regularlos en dinero, periódicamente, o en especies» (Sutter c. González, 2014).

El fundamento de la obligación legal de alimentos entre parientes se encuentra en la

solidaridad familiar ante la necesidad de uno de sus miembros, que constituye una
obligación recíproca entre los sujetos que están obligados a ella y los que tienen
derecho a obtenerla del deudor alimenticio; a pesar de esto, no deja de tener un
carácter relativo, ya que depende de las necesidades que tenga el alimentario y los
recursos del alimentante.

Por tanto, la fundamentación de la obligación legal de alimentos se basa en tres requisitos: la existencia de una
vinculación entre alimentario y alimentante; estado de necesidad del alimentario y las posibilidades económicas
del alimentante.
En consecuencia, es un “derecho-deber alimentario”, cuyas consecuencias jurídicas no son diferentes en cuanto
al incumplimiento de una obligación jurídica, debido a que son pagos que se realizan con el fin de proteger la vida
del alimentario y por esta razón son protegidos, promovidos y garantizados por el Estado.
Al tratarse de alimentos, los esfuerzos de la ley y de los tribunales de justicia que conocen estas materias están
puestos en el cumplimiento. Si la alimentante paga fuera de plazo, menos de lo debido o derechamente no paga,
se inician los problemas para el alimentario, pues requiere de estos recursos para su mantenimiento.
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Responsabilidad civil por no pago de los alimentos

El Código Civil, la Ley de Tribunales de Familia N° 19.968 y la Ley sobre abandono de familia y pago de
pensiones alimenticias N° 14.908 establecen normas que los protegen, entre estas, algunas orientadas a obtener
el pago oportuno y otras disuasivas del incumplimiento. Entre las medidas que persiguen el pago oportuno de
alimentos se encuentran los apremios. Veamos cada uno de estos a continuación.

El arresto nocturno del deudor

Este corresponde cuando no se cumple con la pensión de la forma pactada, o si no se han pagado una o
más pensiones. El tribunal debe imponer esta medida, y lo hará desde las veintidós horas de cada día hasta
las seis horas del día siguiente, hasta por quince días prorrogables.

La retención

Esto significa que el empleador puede retener el porcentaje de la renta que se estableció en la sentencia
para la pensión alimenticia.

La caución

El juez pide al deudor una garantía para el cumplimiento de la pensión. Esto, en general, se pide si hay
motivo fundado para pensar que el obligado se va a “ausentar” del país.

La retención de la devolución anual del impuesto a la renta

Este tipo de apremio debe solicitarlo el juez, quien comunicará a la Tesorería General de la República y esta
retendrá la devolución anual de impuestos que corresponda percibir a los deudores de pensiones
alimenticias.

La retención del 10% de AFP del deudor

Se trata de un trámite nuevo promulgado en julio de 2020, que permite, por situación extraordinaria y única
del país, retener judicialmente el 10% de los fondos previsionales del deudor.

La suspensión de la licencia de conducir

Puede suspender la licencia por un plazo de seis meses, que se puede aumentar por seis meses más si aún
no cumple con la pensión.
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Todas estas medidas cautelares: Han de entenderse de un modo altamente comprensivo, acorde a la finalidad de
defensa de los derechos de los niños que la normativa persigue. Del mismo modo han de interpretarse las normas
de la Ley 14.908 y de la Ley 19.968, especialmente frente a eventuales diversas posibilidades de interpretación
particular o sistemática, teniendo también como principio rector el interés superior del menor (Vásquez c. Soto,
2014) (Alvarado c. Cordaro, 2013).
De modo que debieran ser suficientes para lograr el objetivo del derecho-deber de los alimentos. Sin embargo, la
realidad demuestra que algunos incumplidores siempre encuentran resquicios para seguir manteniéndose al
margen de su obligación 1. Es aquí donde aparece la función resarcitoria de la responsabilidad civil.
El artículo 18 de la Ley N° 14.908 señala que:

Serán solidariamente responsables del pago de la obligación alimenticia los que, sin derecho para ello,
dificultaren o imposibilitaren el fiel y oportuno cumplimiento de dicha obligación. El tercero que colabore
con el ocultamiento del paradero del demandado para efectos de impedir su notificación o el
cumplimiento de alguna de las medidas de apremio establecidas en la presente ley, será sancionado con
la pena de reclusión nocturna, entre las veintidós horas de cada día hasta las seis horas del día siguiente,
hasta por quince días".
Artículo 18, Ley 14.908.

Se trata de una norma que persigue disuadir la conducta negligente, ya no del propio deudor, sino de cualquier
persona. Si se ordenó el pago de los alimentos, y existe persona que entorpece, dificulta o imposibilita su
cumplimiento, la ley lo hace solidariamente responsable (Otárola, 2019, p. 818). De modo que el acreedor
alimentario podría reclamarle el pago de estos montos.
En ese sentido, la Corte Suprema conoció de un recurso de casación en la forma y en el fondo que dedujo el
demandado solidario por la deuda de los alimentos que debía el alimentante, en contra de la sentencia de la
Corte de Apelaciones de Santiago que confirmó la de primer grado, que rechazó la objeción a la liquidación de
pensiones y acogió la demanda incidental formulada que lo declaraba solidariamente responsable. En el escrito,
el demandado alega nulidad formal, porque se falló la objeción de la liquidación sin recibir la causa a prueba,
siendo indispensable probar el pago y, consecuencialmente, la extinción de las mensualidades de la obligación
de la pensión alimenticia, como el pago de las cinco primeras cuotas de avenimiento de 2005, a más de extender
los efectos de conculcar la libertad personal del recurrente.
También, que el fallo infringe lo dispuesto en el artículo 18 de la Ley N° 14.908, al confundir la acción pauliana
contenida en su artículo 5°, ya que mientras la responsabilidad solidaria requiere dolo, que constituye elemento
del delito, el fraude pauliano requiere mala fe del tercero y no exige intención de perjuicio. El juez de primera y el
tribunal de segunda resolvieron la objeción expresando que «los argumentos expuestos por el alimentante han
sido resueltos en diversas etapas del juicio, por medio de liquidaciones firmes y ejecutoriadas».
De modo que procede el incidente que lo declara solidariamente responsable. La Corte Suprema acogió
parcialmente el recurso; sin embargo, igualmente la sentencia de primera, segunda y de la Corte Suprema
refrendan la eficacia de la solidaridad como garantía del pago, dado que permite que el demandante pueda
dirigirse en contra del obligado “solidariamente”, tal como si se tratara del obligado directo (Tagle Giannini
Santiago Francisco, 2019).

Los apremios y reparación tienen distintos propósitos: mientras que los primeros persiguen desalentar al
deudor y conminarlo a cumplir para que el daño no se produzca, la indemnización busca reparar el perjuicio
causado por la falta de pago oportuno.

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No obstante, más allá de sus diferencias, ha de reconocerse que tienen un punto de contacto: a veces, los
apremios también involucran dinero y presuponen para su eficacia que el deudor cuente con un patrimonio
suficiente con el cual responder. De ahí que la responsabilidad civil cobra importancia cuando se trata del daño
que ha sufrido el alimentario por el no pago de la pensión de alimentos. En consecuencia, en nuestro sistema, es
posible indemnizar el daño provocado por el no pago de los alimentos.
En efecto, en este caso no puede admitirse la reticencia a aceptar la reparación, tal y como se ha visto entre
aquellos que propician la irresponsabilidad por los daños causados en el ámbito matrimonial, preocupados por
mantener la armonía, y que no advierten que en el derecho de familia también se aplica el principio de no dañar
(Tapia, 2017, p. 61).
En el presente, muy lentamente los tribunales chilenos han admitido que la reparación del daño se aplica entre
los integrantes de la familia, debido a que se ha ido consolidando con el correr del tiempo la posición que,
poniendo el foco en la indemnidad de la persona y en los principios que sustentan el derecho familiar
contemporáneo, admite los reclamos indemnizatorios, siempre que se constaten los presupuestos de la
responsabilidad civil: acción u omisión, culpa o dolo, relación de causalidad y, claro está, el daño (Otárola, 2018,
p. 341).
El artículo 18 de la Ley N° 14.908 –ya citado– extiende la responsabilidad por el incumplimiento a terceros que
participan; establece una solidaridad legal entre los diversos responsables del daño porque no cumplen la
obligación legal o interfieren en el cumplimiento. Así, la ley amplía la responsabilidad del cumplimiento de dichos
deberes a un tercero, deposita el deber de cumplir en quien no debiera estar obligado para hacerlo, esto es, que
concurre con otra persona a la realización del mismo ilícito; pronuncia expresamente el deber de reparar los
daños causados a los hijos, en el caso específico del no pago de alimentos (Vargas, 2016, p. 335). En definitiva,
regula la responsabilidad extracontractual del tercero cómplice de la transgresión de la obligación legal.

La función resarcitoria de la responsabilidad civil actúa una vez que el daño se produjo y tiene por finalidad
la reparación integral del perjuicio sufrido, siempre que concurran los presupuestos de responsabilidad civil
exigidos por la legislación.

Lo primero que debe constatarse es que existe un daño, es decir, una lesión a un derecho o un interés protegido.
En ese contexto, el no pago oportuno de los alimentos ocasiona perjuicio. Cuando se trata de NNA, estos daños
pueden diversificarse, afectando directamente a los destinatarios de los alimentos, como también a los terceros
que cubren esas necesidades.

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Respecto de los hijos, el perjuicio puede provenir de la carencia del aporte necesario
para afrontar sus necesidades de alimentación, educación, salud y vivienda en
tiempo oportuno. Cuando las prestaciones no han podido pagarse, se configuraría un
daño emergente. Todavía más, podría reclamarse el daño extrapatrimonial del
incumplimiento, pues las consecuencias económicas provocadas por culpa o dolo
también pueden tener incidencia en la persona misma.

Constatado el daño, se deben analizar los presupuestos para que sea resarcible. En nuestro sistema –como se
sabe– la responsabilidad es atípica, se configura por la existencia de un hecho (positivo o una omisión) que causa
daño a otro, si no está justificado 2.

No pagar alimentos a los hijos es una conducta ilícita.

La obligación alimentaria, por su naturaleza asistencial y de orden público, no es disponible por parte del
obligado, que no puede sustraerse del deber legal de sostener a los hijos de forma modesta y conforme su
condición social, ni de proporcionarles todos los recursos necesarios para cubrir sus necesidades, de acuerdo
con lo dispuesto por el artículo 321 del Código Civil.
De conformidad con las reglas de la responsabilidad parental y autonomía progresiva, el hijo podría reclamar
directamente, si cuenta con edad y grado de madurez, o hacerlo a través de su representante (el progenitor con el
que convive) o incluso a través del curador ad litem. Cualquiera sea el caso, la prescripción de la acción se
mantiene suspendida mientras dura la minoría de edad, en concordancia con lo preceptuado en los artículos 2520
y 2509 del Código Civil.
En definitiva, en el caso del no pago de la pensión de alimentos, la ley se abrió a la posibilidad de reparar el daño
que provoca el incumplimiento del deber legal. La función resarcitoria de la reparación por parte de quien no pagó
los alimentos y también en contra del que obstruya o dificulte el cumplimento constituye una forma que contribuye
a la protección de la persona en toda su dimensión, en este caso, la indemnidad de NNA. Sobre la base de esta
disposición, se pueden interponer demandas de indemnización de perjuicios que encuentran fundamento en el
deber de no dañar y en el deber de responder cuando dos o más personas incurren en un mismo ilícito, de
acuerdo a los artículos 2314, 2317 y 2320 del Código Civil.

Conclusión
Aunque en el sistema chileno todavía se plantean las interrogantes de si cabe reconocer un daño resarcible
debido a la vulneración de los derechos de NNA y si existe daño en estos supuestos, el ordenamiento jurídico
nacional contempla algunas normas expresas que admiten la reparación en cuanto a los alimentos; además de
las normas generales sobre los delitos y cuasidelitos que obligan a reparar el daño que se ha provocado con dolo
o culpa.
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Esta posibilidad y la modificación del derecho de familia en relación con el derecho a la identidad, la filiación y los
derechos-deberes entre padres e hijos permiten visualizar que en el futuro los NNA que hayan sufrido un daño
ocasionado por la vulneración de sus derechos podrán con total seguridad –porque ya no habrá titubeos–
demandar de indemnización y los tribunales accederán a la reparación si se reúnen los requisitos de la
responsabilidad civil.
En este contexto, no debe extrañar que la jurisprudencia se aboque a conocer litigios en los que se pretende
indemnizar el daño porque no se reconoce voluntariamente al hijo; no se pagan los alimentos; por el
reconocimiento complaciente; por la falsa atribución de la paternidad matrimonial e incluso debido a que la madre
se niega a suministrar información destinada a la identificación del padre de su hijo, entre otros.

1 La jueza del Segundo Juzgado de Familia de San Miguel, Carolina Benavides, explicó a EL DÍNAMO que
actualmente las cifras de deudores de pensión de alimentos son “abismantes”, ya que el 80% de las pensiones
alimenticias tienen algún tipo de retraso y un 60% de estos atrasos en los pagos son de carácter “crónico”. Es
decir, que más de la mitad arrastra años y millones en deuda. “Nosotros tenemos históricamente antecedentes del
no pago de las pensiones, lamentablemente los alimentantes incurren en incumplimientos a veces por años (…)
hay pensiones que se deben desde hace 10 años. Hay otra gente que tiene atrasos, se demoran un poco, piden
forma de pago y va manejando la situación”, asegura Benavides. El Dínamo 29 de julio de 2020.
2 Artículo 2341 del Código Civil chileno.