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Respuesta a la alteración de la eliminación urinaria

-Nitrógeno ureico sanguíneo. Esta prueba sanguínea mide la urea, el producto final del metabolismo de las proteínas.
Niveles aumentados pueden deberse a deshidratación, vómitos, diarrea, sangre diferida o insuficiencia prerrenal/renal.
Valores normales: 5-25 mg /dL. No se requiere ninguna preparación especial. Si los valores están elevados en un
paciente deshidratado, pueden recuperar su nivel normal con la rehidratación. Si no, son indicadores de enfermedad
renal.

-Creatinina sérica. Esta prueba sanguínea se realiza para diagnosticar la disfunción renal. La creatinina es un
producto derivado de la degradación del músculo y es excretada por los riñones. Cuando el 50% o más de las nefronas
están destruidos, los niveles de creatinina sérica aumentan. Valor normal: 0,5-1,5 mg/dL. (Los ancianos pueden
presentar valores elevados por disminución de la masa muscular). Los valores pueden ser aumentados por antibióticos
ácido ascórbico, L-dopa, metildopa y carbonato de litio. Los valores no se ven afectados por el estado de hidratación.

-Análisis de orina de rutina. Se trata de un examen de los constituyentes de una muestra de orina para establecer un
nivel de referencia, con el fin de aportar datos para el diagnóstico o con el de monitorizar los resultados del tratamiento.
Se ha de proporcionar al paciente un envase estéril para toma de muestras de orina. Compruebe si la paciente está en
período menstrual. Valore los medicamentos, el estado de líquidos y los alimentos que puedan interferir con los
resultados del análisis de orina.

-Cultivo de orina (muestra recogida limpiamente a mitad de la micción) El cultivo de una muestra de orina permite
identificar el agente causante de una ITU. Valor normal: 10.000 organismos/mL (la orina es estéril, pero la uretra
contiene bacterias y algunos leucocitos). Valores de 100.000 organismos/mL son indicativos de ITU. Proporcione al
paciente un envase estéril. Indique a las mujeres que separen los labios vaginales con una mano y los limpien con la
otra utilizando torundas de algodón estériles saturadas con una solución limpiadora, y que se limpien tres veces
pasándolas de delante hacia atrás. Indique a los varones que retraigan el prepucio y se limpie el glande con tres
torundas de algodón impregnadas en una solución limpiadora, con movimientos circulares. Después de la limpieza,
indique al paciente que comience la evacuación y tome la muestra en el envase (la primera orina puede contener
contaminación uretral). Si el paciente no puede evacuar, es necesario obtener una muestra mediante sondaje.

-Ecografía de la vejiga. Se usa para obtener información sobre la orina residual. Aplique gel ecográfico tibio sobre la
parte inferior del abdomen y coloque la sonda ecográfica justo sobre el hueso púbico. El escáner muestra el perfil de la
vejiga y determina la cantidad de orina que hay en la vejiga en mililitros. No es necesaria ninguna preparación especial,
aunque la prueba no suele realizarse a embarazadas. Notifique las cantidades de orina residual superiores a 100 mL.

-Uroflujometría. Esta prueba mide el volumen de orina evacuado por segundo. ASISTENCIA DE ENFERMERÍA
RELACIONADA Pida al paciente que aumente la ingesta líquida y retenga la orina varias horas antes de la prueba,
para asegurar que la vejiga está llena y que la urgencia de micción será notable durante su realización. Indique al
paciente que se le pedirá que orine en un embudo.

-Cistometrografía. Realizada para evaluar la capacidad y las funciones neuromusculares de la vejiga, las presiones
uretrales y las causas de la disfunción vesical. Una cantidad de líquido previamente medida se instila en la vejiga,
midiéndose la capacidad de llenado y la presión de evacuación. Valor normal: chorro de orina fuerte e ininterrumpido,
patrón de llenado normal y sensación de plenitud; capacidad de la vejiga: 300-600 mL; urgencia de micción 150 mL;
sensación de llenado: 300 mL. Indique al paciente que la vejiga se le llenará y deberá describir la primera sensación de
urgencia de micción y la sensación de no ser capaz de retrasar la micción.

-Cistoscopia, cistografía. La visualización directa de la pared de la vejiga y la uretra se lleva a cabo mediante un
cistoscopio. Durante la aplicación de la técnica pueden retirarse pequeños cálculos renales de los uréteres, la vejiga o
la uretra, pudiéndose biopsiar también tejidos. La prueba permite además determinar las causas de hematuria. En
ocasiones se inserta una endoprótesis para facilitar el drenaje urinario tras una obstrucción. La cistoscopia se lleva a
cabo en una sala especialmente habilitada, utilizando anestesia local o general. El paciente puede sentir cierta presión
o necesidad de orinar cuando la sonda es insertada a través de la uretra en la vejiga. La técnica lleva entre 30 y 45
minutos. El paciente no debe intentar incorporarse sin ayuda inmediatamente después de la realización de la prueba,
ya que puede sentirse mareado o sufrir un desvanecimiento.

-Ecografía renal. Esta prueba no invasiva se realiza para detectar masas renales o perirrenales, identificar
obstrucciones y diagnosticar quistes y masas sólidas renales. Se realiza aplicando un gel conductor sobre la piel y
colocando una pequeña sonda ecográfica sobre la piel del paciente. Las ondas sonoras son registradas por un
ordenador cuando son reflejadas por los tejidos.

-TC de los riñones. La imagen de TC permite evaluar el tamaño de los riñones, así como la presencia en ellos de
tumores, abscesos, masas suprarrenales y obstrucciones. Por vía IV se inyecta un colorante de contraste para
incrementar el grado de visualización de la densidad del tejido y de las masas renales en relación a la ecografía. Valore
las posibles alergias del paciente al yodo, a los colorantes de contraste radiográfico o al marisco. Indíquele que no
tome nada por boca 4 horas antes de la prueba y que pueden prescribirse laxantes o enemas para eliminar gases o
materia fecal del intestino

-Resonancia magnética de los riñones. La RM se usa para visualizar los riñones, valorando las imágenes generadas
por ordenador de ondas de radiofrecuencia y los cambios en los campos magnéticos. Indique al paciente que se quite
todos los objetos metálicos que lleve encima. Pregúntele si lleva algún implante metálico (la prueba no se realizará si
es así).
-Gammagrafía renal. Esta prueba se realiza para evaluar el flujo sanguíneo renal y la localización, tamaño y forma de
los riñones, así como para valorar la perfusión renal y la producción de orina. Por vía IV se inyectan isótopos
radiactivos y se disponen sondas detectoras de radiación en los riñones para monitorizar su actividad. La distribución
de los radioisótopos en los riñones se registra y se representa gráficamente. Los tejidos no funcionales, como los de
tumores y quistes, aparecen como manchas frías. Indique al paciente que beba varios vasos de agua antes de la
prueba. Obtenga el peso y el volumen de evacuación del paciente. Tras la prueba, auméntele la ingesta líquida.

-Biopsia renal. Una biopsia renal se realiza para obtener tejidos que permitan diagnosticar o monitorizar una
enfermedad renal. La prueba suele realizarse insertando una aguja a través de la piel en el lóbulo inferior del riñón,
También puede llevarse a cabo con guía de TC o ecografía. Para la realización de una biopsia renal se requiere
consentimiento informado. Si la prueba va a realizarse junto a la cama del enfermo, procúrese una bandeja de biopsia
y los demás medios necesarios. Tras realizar la prueba, aplique un vendaje compresivo y disponga al paciente en
decúbito supino. Controle cuidadosamente la posibilidad de hemorragia durante las 24 horas siguientes a la prueba: a.
Compruebe las constantes vitales con frecuencia. Notifique al médico los casos de taquicardia, hipotensión y otros
signos de shock.

Exploración física

La estructura y función del sistema urinario se valoran explorando la piel, el abdomen, los riñones, la vejiga y el meato
urinario. La exploración física del sistema urinario puede ser parte de una valoración total de la salud, de la exploración
abdominal o de la exploración de la espalda (en el caso de los riñones). Se emplean técnicas de inspección,
auscultación, palpación y percusión.

Ausculte inmediatamente después de la inspección, ya que la percusión o la palpación pueden aumentar la motilidad
intestinal e interferir con la transmisión del sonido en la auscultación. Antes de iniciar la valoración proporciónele al
paciente un envase de análisis para que recoja una muestra de orina limpia y valore su color, olor y claridad, antes de
enviar la muestra al laboratorio. Al iniciar la valoración, el paciente puede estar sentado o tumbado en posición de
decúbito supino. Antes del examen reúna todo el equipo necesario y explique la técnica al paciente, para atenuar su
ansiedad. Dado que el examen supone la exposición del área genital, proporciónele una bata y preserve en la medida
de lo posible la zona con una sábana.

Técnica/hallazgos normales Valoración de la piel Inspeccione la piel y las membranas mucosas, anotando color,
turgencia y excreciones.

Valoración abdominal Inspeccione el abdomen, anotando tamaño, simetría, masas o bultos, hinchazón, distensión,
zonas de brillo o tensión de la piel. El abdomen debe aparecer levemente cóncavo, simétrico y sin distensión ni masas.

Percuta los riñones para detectar sensibilidad o dolor. No deben generarse ni sensibilidad ni dolor.

Valoración de la vejiga Percuta la vejiga para valorar su tono y posición. La vejiga debe estar en posición central y sin
matidez

Palpe los riñones. La parte inferior del riñón derecho debe ser perceptible a la palpación profunda. El resto del riñón
derecho y el riñón izquierdo no deben ser palpables. Si son palpables no deben estar sensibles, y han de estar en
posición bilateral, con tamaño y densidad adecuados y sin masas palpables.

Hallazgos anómalos El color de la piel y las membranas mucosas debe ser uniforme y adecuado a la edad y la raza
del paciente; la piel debe aparecer seca, sin excreciones visibles. La palidez de la piel y las membranas mucosas
puede ser indicativa de enfermedad renal y de la consiguiente anemia. La falta de turgencia en la piel puede ser indicio
de deshidratación. El edema (generalizado o en las extremidades inferiores) puede indicar exceso de volumen de
líquido (los cambios en la turgencia de la piel a veces son indicio de una posible insuficiencia renal con exceso de
pérdida o retención de líquidos). La acumulación de cristales de ácido úrico, la llamada escarcha urémica, puede
observarse en la piel de un paciente con insuficiencia renal en fase avanzada.

Los agrandamientos o la asimetría pueden ser indicativos de hernia o masa superficial. Si la vejiga urinaria está
distendida, se sitúa sobre la sínfisis púbica como una masa redondeada. La distensión, el brillo o la tirantez de la piel
pueden asociarse a retención de líquidos.

La ascitis es una acumulación de líquido en la cavidad peritoneal.

La sensibilidad y el dolor a la percusión sobre el ángulo costovertebral indican glomerulonefritis o glomerulonefrosis.


Una masa o un bulto pueden ser indicativos de tumor o quiste. La sensibilidad o el dolor a la palpación son en
ocasiones indicativos de un proceso inflamatorio.

Un riñón blando que parece esponjoso puede ser indicio de enfermedad renal crónica. Los riñones hipertrofiados
bilateralmente pueden ser indicativos de enfermedad renal poliquística. El tamaño desigual de los riñones puede ser
indicativo de hidronefrosis. Un tono mate a la percusión de la vejiga de un paciente que acaba de orinar, en ocasiones
indica retención de orina. Palpe la vejiga (sobre la sínfisis del pubis y el abdomen) para valorar la posible distensión.

SONDA VESICAL

El sondeo vesical es la introducción de un catéter o sonda urinaria a través de la uretra hasta la vejiga.

Indicaciones
 Retención aguda de orina
 Obstrucción del tracto urinario.
 Monitorización de diuresis.
 Cirugía:
 Cirugía urológica o de estructuras anatómicas próximas al tracto genitourinario.
 Cirugías con una duración estimada prolongada.
 Previsión de administración de alto volumen de líquidos y/o diuréticos
 Control de diuresis intraoperatorio.
 Cicatrización de heridas perineales o úlceras de grado III y IV en pacientes con incontinencia urinaria.
 Pacientes inmovilizados durante largos periodos de tiempo.
 Mejora del confort en la administración de cuidados paliativos.
 Hematuria
 Vejiga neurógena.
 Recogida de muestra estéril de orina cuando el paciente no sea capaz de orinar voluntariamente (retirar la
sonda inmediatamente tras recoger la muestra)
 Administración de fármacos con fines exploratorios o terapéuticos.

TIPOS DE SONDAJE

Dependiendo de la indicación clínica y de la duración esperada del sondaje este puede ser:

 Permanente
 De larga duración : duración mayor de 30 días en pacientes que sufran de retención crónica de orina.
 De corta duración: de uso en retenciones agudas de orina pero con una duración menor a 30 días.
 Intermitente o evacuadorConsiste en retirar el catéter tan pronto como sea posible tras vaciar la vejiga de
orina. Se suele utilizar para retenciones agudas de orina, en pacientes con lesión medular que precisan de
un vaciamiento intermitente de la vejiga cada 3-4 horas.

TIPOS DE SONDAS URINARIAS (7)

Una adecuada elección del catéter urinario a insertar es primordial para garantizar en el mayor grado posible un
sondaje correcto con el menor impacto para el paciente, y, por tanto, la reducción del riesgo de futuras complicaciones
asociadas.

 Según su composición:
 Silicona: este material presenta una mayor biocompatibilidad. Estos catéteres a igualdad de calibre exterior,
disponen de un mayor calibre funcional, por lo que pueden ser más finos, y por tanto, mejoran la tolerancia
de los pacientes a estos dispositivos. Los catéteres urinarios de silicona están indicados en sondajes
vesicales superiores a 15 días, o en pacientes alérgicos al látex.
 Cloruro de polivinilo (PVC): se emplea con fines diagnósticos y terapéuticos, y principalmente se utilizan en
sondajes vesicales intermitentes, realización de instilaciones y mediciones residuales de orina.
 Foley: son las sondas con mayor frecuencia de uso. Su uso está dirigido al vaciado vesical permanente con
una duración inferior a 15 días.
 Según el calibre:El calibre de las sondas vesicales se determina mediante la escala francesa de Charriere,
CH o Ch, o French en inglés. 1 CH o French equivale a 1/3 de mm.
 Los calibres que se utilizan con más frecuencia son en mujeres CH 14 y 16, y en varones CH 16 y 18.
 Para elegir el calibre adecuado, habrá que tener en cuenta el sexo, edad y características del paciente.
 Según el diseño de la punta proximal:
 Dufour: Punta curva y con orificio amplio. Dispone de un balón de fijación. Su uso va destinado para realizar
lavados vesicales por la presencia de coágulos.
 Tiemann: Punta curva, olivada y puntiaguda, de una dos o tres luces. Puede disponer o no de globo de
fijación. Su uso está destinado en pacientes con estenosis de uretra y/o prostáticos.
 Couvelaire: Punta biselada o en pico de flauta. Puede portar globo. Se utiliza en pacientes con hematuria, o
que precisen un circuito de lavado vesical.
 Nelaton: Punta recta, de una, dos o tres luces, con o sin balón de fijación. Las sondas de dos luces se
utilizan en sondajes permanentes, y las sondas de tres luces se colocan en pacientes hematúricos que
precisan suero lavador.
 Mercier: Punta acodada en forma de palo de golf, con disponibilidad de portar globo de fijación. Se emplea
tras realización de cirugía prostática, estenosis de uretra y en pacientes prostáticos.
 Según el diseño de la punta distal:
 Una vía, sonda para vaciado vesical y retirar posteriormente.
 Dos vías, sonda con globo para dejar colocada varias horas o días.
 Tres vías, sonda con globo y canal para lavado vesical continuo.

PROCEDIMIENTO

 Material necesario:
 Mesa
 Palangana, agua templada, esponja jabonosa
 Guantes estériles
 Guantes de latex
 Gasas estériles.
 Algodón
 Antiséptico: povidona yodada al 10% o clorhexidina
 Lubricante lidocaína
 Jeringa estéril.
 Agua destilada estéril ó suero fisiológico 0.9%
 Sonda vesical estéril.
 Bolsa colectora estéril de circuito cerrado

Medidas de higiene:

 Identificación del paciente, valoración de posibles alergias e informar del procedimiento


 Selección del tipo y tamaño de sonda más adecuado para el paciente.
 Preservar la intimidad del paciente.
 Colocación de guantes de latex
 Colocar al paciente en decúbito supino, con las piernas ligeramente separadas.
 higiene perineal limpiar la zona del glande, pene y escroto en el varón, y los labios mayores y menores en
sentido descendente y de dentro a fuera en el caso de sondaje vesical femenino.
 Aclarar por arrastre con agua templada abundante.
 Secar genitales, siempre de dentro hacia fuera con pequeños toques.
 Retirar los guantes y realizar higiene de manos.
 Colocarse guantes no estériles.
 Preparar el campo estéril y el material necesario.
 El profesional que realiza la técnica aséptica realizará higiene de manos y se colocará guantes estériles justo
antes de comenzar el procedimiento.

SONDAJE VESICAL MASCULINO


 Aplicar el antiséptico con una gasa, desde el meato hasta cubrir todo el glande con un movimiento en espiral.
 Comprobar el funcionamiento del globo de la sonda
 Se puede conectar la sonda a la bolsa de recogida antes o después del sondaje.
 Aplicar el lubricante introduciendo todo el contenido del envase en la uretra. Tras retirar el envase mantener
la uretra cerrada, se recomienda esperar de 3 a 5 minutos antes de proceder al sondaje para asegurar el
máximo efecto anestésico.
 Con la mano no dominante y con gasas estériles, sujetar el pene ejerciendo una ligera tracción. Con la otra
mano introducir la sonda suavemente hasta la bifurcación. Es importante no forzar la introducción de la
sonda para evitar provocar una falsa vía.
 Una vez el catéter está en la vejiga, inflar el balón con 8-10cc de agua destilada estéril ó suero fisiológico, y
traccionar suavemente, hasta notar resistencia, para asegurar su anclaje correcto.
SONDAJE VESICAL FEMENINO
 Separar los labios con una mano y con la otra desinfectar con gasas impregnadas en antiséptico en
dirección pubis-ano, desinfectando primero los labios menores y después, con una nueva gasa, el
meato.
 Comprobar el correcto funcionamiento del globo de fijación de la sonda.
 Se puede conectar la sonda a la bolsa de recogida antes o después del sondaje.
 Verter el lubricante en unas gasas estériles y con ellas impregnar una porción amplia de la sonda.
 Con la mano no dominante y con gasas estériles separar los labios, dejando el meato urinario al
descubierto, y con la mano estéril introducir la sonda hasta que salga orina, entonces profundizar 2
centímetros más.
 Una vez el catéter está en la vejiga, inflar el balón con 8-10cc de agua destilada estéril, ó suero
fisiológico, traccionar suavemente hasta notar resistencia para asegurar su anclaje correcto.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA ANTE EL SONDAJE VESICAL

Es fundamental extremar la higiene para prevenir posibles infecciones. Para ello debemos:

 Realizar higiene de manos antes y después de manipular la sonda o la bolsa de drenaje.


 Utilizar guantes no estériles para cualquier contacto con la sonda o la bolsa de drenaje (precauciones
estándar).
 Realizar higiene diaria con agua y jabón. Utilizar antisépticos para limpiar la zona periuretral.
 En los hombres, tras la higiene, debe volverse el prepucio a su posición normal para evitar la aparición de
parafimosis.
 Durante el aseo vigilar posibles lesiones por presión producidas por la sonda e intentar movilizar la sonda en
sentido rotatorio para evitar adherencias y decúbitos.
Mantenimiento y cambio de bolsa:

 Mantener el flujo de orina libre siempre, evitando las obstrucción ni acodaduras.


 Evitar tracciones de la sonda.
 Utilizar un sistema de drenaje cerrado.
 Colocar siempre la bolsa colectora por debajo del nivel de la vejiga, para evitar infecciones por reflujo y
asegurar una correcta evacuación.
 Evitar el contacto de la bolsa con el suelo.
 Reemplazar la bolsa colectora si: cambiamos la sonda, si se rompe o presenta fugas, si se acumulan
sedimentos o adquiere mal olor. Se recomienda cambiarla cada 7 días aproximadamente, o bien, ante
cualquiera de las situaciones anteriormente citadas.
 Vaciar la bolsa colectora regularmente. Utilizar un contenedor individual para cada paciente y evitar el
contacto entre la llave de salida y el contenedor.
 No realizar lavados vesicales de forma rutinaria si el paciente no presenta hematuria con coágulos. En los
casos en que se prevea una posible obstrucción y la necesidad de realizar lavados frecuentes
(intervenciones de próstata o de vejiga) se colocará una sonda de tres vías.
RETIRADA DE LA SONDA VESICAL

 Extraer todo el contenido del globo para evitar traumatismos en la uretra. En las ocasiones que no sea
posible vaciar el globo, nunca se debe inflar más el globo por riesgo de fragmentación. Se procederá a cortar
la luz de la válvula del globo permitiendo así la salida del contenido. En el caso de que no se extraiga el
contenido del globo de la sonda, se avisará al médico para la valoración de la situación.
 En las sondas de silicona, dejar que el balón se desinfle sin aspirar, de forma que el agua salga a la jeringa
de forma espontánea, favorece que el globo recupere su forma habitual y la retirada de la sonda sea menos
traumática.
COMPLICACIONES MÁS FRECUENTES A CAUSA DEL SONDAJE VESICAL

 Infección del tracto urinario (ITU): la bacteriuria está presente en la mayoría de personas portadoras de
sonda vesical de más de una semana de duración.
 Perforación uretral: la presencia de dolor y sangrado tras un intento de sondaje, acompañado por la
imposibilidad de realizar el cateterismo, hacen sospechar la creación de una falsa vía.
 Estenosis uretral.
 Incontinencia.
 Parafimosis.

DIALISIS

La diálisis es una forma de soporte vital mediante el cual se extraen toxinas y el exceso de agua de la sangre y que se
utiliza como terapia renal sustitutiva tras la pérdida de la función renal en personas con fallo renal. Otras razones para
realizar diálisis incluyen encefalopatía urémica, pericarditis, acidosis, insuficiencia cardiaca, edema pulmonar e
hiperpotasemia.

La diálisis puede usarse para aquellos con un trastorno agudo de la función renal (insuficiencia renal aguda) o
progresiva, pero empeorando crónicamente la función renal - un estado conocido como enfermedad renal crónica en
estadio 5 (antes conocida como insuficiencia renal crónica). Esta última forma puede desarrollarse durante meses o
años, pero en contraste con la insuficiente renal aguda, no suele ser reversible, considerándose la diálisis como una
"medida de espera" hasta que se pueda realizar un trasplante renal, o a veces como la única medida de apoyo en los
casos en los que un trasplante sería inapropiado.
TIPOS

Diálisis peritoneal: En la diálisis peritoneal, una solución estéril corre a través de un tubo a la cavidad peritoneal, la
cavidad abdominal alrededor del intestino, donde la membrana peritoneal actúa como membrana semipermeable. El
líquido se deja allí por un período de tiempo para absorber los residuos, y después se quita a través del tubo vía un
procedimiento estéril. Esto generalmente se repite un número de veces durante el día. En este caso, la ultrafiltración
ocurre vía ósmosis, pues la solución de diálisis se provee en varias fuerzas osmóticas para permitir un cierto control
sobre la cantidad de líquido a ser removido. El proceso es igual de eficiente que la hemodiálisis, pero el proceso de
ultrafiltración es más lento y suave y es realizado en el lugar de habitación del paciente

Diálisis renal: En hemodiálisis, la sangre del paciente se pasa a través de un sistema de tuberías (un circuito de
diálisis), vía una máquina, a una membrana semipermeable, (el dializador) que tiene líquido de diálisis corriendo en el
otro lado. La sangre limpiada es entonces retornada al cuerpo vía el circuito. La ultrafiltración ocurre aumentando la
presión hidrostática de la sangre en el circuito de diálisis para hacer que el agua cruce la membrana bajo un gradiente
de presión. El proceso de la diálisis es muy eficiente, permitiendo que el tratamiento sea ejecutado intermitentemente,
generalmente tres veces por semana, pero a menudo volúmenes bastante grandes de líquido deben ser eliminados en
una sesión que a veces puede ser exigente para el paciente y su familia.

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