IES AVELINA CERRA, RIBADESELLA

DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA

Hª DE LA Fª, 2º BACH

UD 5, DESCARTES

1. LA EDAD MODERNA: UN POCO DE HISTORIA.

La Edad Moderna es un período que va desde el SXV hasta el SXVIII y se

caracteriza por la gran cantidad de cambios que van a tener lugar en

Europa. A nivel político, la monarquía se consolida en países como España,

Francia o Inglaterra, que comienzan un proceso para convertirse en

estados. 

Asimismo, es importantísimo en esta época el descubrimiento de América,

que cambió la imagen del mundo conocido y transformó asimismo la

economía de países como España. 

Por otra parte, esta época vive un gran desarrollo científico y tecnológico

que llevará a la invención de numerosos objetos, tales como el

termómetro, microscopio, telescopio, etc. Junto a todos estos cambios

también se produce un desarrollo de la literatura, ciencia, y, como no, de la

filosofía.

La época en la que vivió Descartes, 1596-1650, fue un momento convulso en

Europa por las diferentes guerras que tuvieron lugar, En El SXVI había

comenzado la Reforma religiosa de Martín Lutero, que rompió con el

catolicismo. Así, muchos países se convirtieron al protestantismo, entre

ellos, Alemania, Holanda, Inglaterra, Suecia o Dinamarca. Otros como

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Francia, Polonia o España, permanecieron fieles al catolicismo. La división

entre estas facciones religiosas llevó a enfrentamientos bélicos, entre los

que destaca la Guerras de los 30 años, que tuvo lugar entre 1618 y 1648. 

El SXVII también va a vivir la decadencia del imperio hispánico y el ascenso

de grandes potencias como Francia, Holanda o Inglaterra. Los monarcas en

estos países tienen cada vez más poder

2. DESCARTES: BIOGRAFÍA

Nació en 1596 y fue hijo de un consejero del Parlamento de Bretaña.

Francia. Su familia pertenecía a la baja nobleza.Estudió con los jesuitas en

el colegio de La Flèche, donde fue atraído por el rigor y exactitud de

las matemáticas. En su época adulta fue crítico con el sistema de educación

tradicional, que según él, daba demasiada importancia al

aprendizaje memorístico y no estimulaba el desarrollo de las capacidades

del alumno.Terminados sus estudios se enroló en los ejércitos de Mauricio

de Nassau, y posteriormente en los de Maximiliano de Baviera, lo que le

permitió viajar por Europa.

En el curso de uno de esos viajes tuvo un sueño en el cual se le decía que

debía buscar la verdad mediante el uso de la razón. Este sueño le llevó a

buscar un método que fuera válido para todas las ciencias.

Descartes no solo se va dedicar a la filosofía, sino también al cultivo de las

ciencias particulares, especialmente a la matemática. A él y a Fermat se

les debe el desarrollo de la geometría analítica.

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Viviendo en Francia, Holanda y Suecia, donde fallecería, según parece,

envenenado por arsénico. Su fama como científico y filósofo comenzó sobre

todo a partir de 1640, lo que le había llevado a Suecia por la invitación de la

reina Cristina de Suecia.

3. DESCARTES: EL RACIONALISMO.

La obra de Descartes es muy importante porque con ella se considera que

comienza el pensamiento moderno. El aspecto más importante de esta
filosofía es la importancia que se da al sujeto  como punto de partida en la
reflexión filosófica. Así, desde Descartes la subjetividad se convierte en
una de las características más destacadas de la filosofía moderna.

Asimismo, las matemáticas representan el modelo

de conocimiento verdadero, debido a su precisión y rigor, lo cual contrasta
con el pensamiento filosófico donde los diferentes pensadores no parecen
ponerse de acuerdo desde los tiempos de Platón.

Descartes intenta superar la incertidumbre característica de la filosofía

intentando buscar un método filosófico seguro que fuera exitoso en la
búsqueda de la verdad. Este método no busca apoyarse en la tradición, es
decir, en lo que otros filósofos pensaron, sino en la luz de la razón. Por
tanto, Descartes es un filósofo racionalista, que tiene como modelo de
conocimiento a las matemáticas y que busca un método basado en
la reflexión racional por parte del sujeto .

4. DESCARTES: LA BÚSQUEDA DEL MÉTODO

Descartes es considerado un autor racionalista en cuanto defiende que

gracias a la razón la ciencia puede avanzar de manera firme y segura en
la búsqueda de la verdad. Así, la verdad no depende lo que han dicho y
defendido otros filósofos, sino de la indagación personal basada en la luz de
la razón.

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El progreso de la ciencia depende de que se encuentre un punto de partida
del que no podamos dudar, es decir, de un conjunto de verdades seguras
e indubitables que se conviertan en la base de nuestro conocimiento.

¿Y cómo podemos encontrar las verdades que se conviertan en la base sobre

la que se erige nuestro conocimiento? Descartes defiende la necesidad de
un método que nos permita llegar a estas verdades.

Descartes considera que solo podemos aceptar como válidos aquellos

conocimientos sobre los cuales no podemos dudar. Así se sirve de la duda
metódica, la cual le lleva a descartar todos los saberes y creencias que
tengan la mínima posibilidad de ser falsos.
En primer lugar, Descartes aplica la duda metódica al conocimiento sensible,
es decir, aquel conocimiento que tenemos del mundo y sus cosas gracias a la
información que nos aportan nuestros sentidos. Asimismo, tampoco podemos
fiarnos de que el mundo es real. ¿Y si todo fuera un sueño? Por tanto, no
podemos estar seguros de que la realidad no es sueño, ya que es difícil
distinguir entre vigilia y sueño.

¿Y qué sucede con los razonamientos? Descartes también admite que la

reflexión racional puede caer en el error, incluso cuando creemos que hemos
razonado de manera adecuada.

La búsqueda de un principio sobre el que fundamentar el conocimiento le ha

llevado a Descartes a dudar del conocimiento sensible, así como de aquel
conocimiento que se basa en razonamientos, como la matemática. El
siguiente paso de Descartes va incluso más allá, y le conduce a formular la
siguiente hipótesis: ¿y si existiera un genio maligno que tuviera la habilidad
de confundirnos incluso con aquellas cosas que se nos presentan como
verdaderas?

Esta idea del genio maligno nos puede parecer un poco sorprendente y
exagerada, ya que la existencia del mismo parece altamente improbable. El
propio Descartes era consciente de lo exagerado de esta idea, y llamó a la
duda asociada  la existencia del mismo, duda hiperbólica- exagerada-.

Tras aplicar la duda metódica parece que no existe ningún conocimiento del

que nos podamos fiar, así como que lo que creíamos  real, nos parece dudoso.

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Parece, por tanto, que la duda metódica nos conduce a una posición
escéptica, en la que dudamos de todo y no existe ninguna verdad que pueda
fundar el edificio del conocimiento. Pero, ¿cómo podemos superar
este escepticismo radical?

Dudar supone hacer una serie de preguntas, pensar que algo puede ser falso
Dudar es pensar sobre  algo, y si pensamos es que estamos vivos, existimos.
Por tanto, nuestro pensamiento es garantía de una verdad: la verdad de
nuestra existencia.

Así llegamos al primer principio de la filosofía cartesiana: cogito, ergo sum.

En español se traduce por "pienso, así que existo". Si pensamos como
individuos ello implica que existimos. Este primer principio de la filosofía de
Descartes es existencial porque se fundamenta en de los individuos en
cuanto seres pensantes, de lo cual se deduce su existencia.

4. CONTINUACIÓN DEL MÉTODO

OPERACIONES MENTALES DEL MÉTODO

El método cartesiano se fundamenta en el uso de la razón, y diferencia

entre dos tipos de operaciones mentales: la intuición y la deducción.

a. Intuición. Mediante ella podemos captar las verdades infalibles, es decir,

aquellas que se nos manifiestan de manera clara y distinta. Clara porque las

podemos entender sin dificultad, y distintas porque no las podemos

confundir con otras cosas. Así la verdad del pienso luego existe, se capta de

manera intuitiva.

b. Deducción. Hay verdades que no son intuitivas sino que se obtienen a

través de razonamientos deductivos. Estos razonamientos se usan en

matemáticas. 

REGLAS DEL MÉTODO

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Descartes diferencia entre dos tipos de operaciones mentales, la intuición y

la deducción, que deben ser aplicadas en las cuatro etapas del método. Son

las siguientes:

1. evidencia. La búsqueda de la verdad ha de partir de una serie de verdades

evidentes que nos muestre con claridad y distinción y que puedan ser

captadas por intuición; 

2. análisis. Consiste en dividir la cuestión que estudiamos en partes más

sencillas para poder estudiarlas individualmente;

3. síntesis. Una vez que se ha estudiado individualmente cada uno de los

elementos, se reúnen todos para dar una visión de global del problema;

4. repaso. Es necesario revisar todos los pasos para localizar posibles

errores. En primer lugar se repasa que no se haya omitido ningún paso, y

después se revisan todas las operaciones.

La aplicación de estas reglas claras y sencillas es garantía de éxito si se

usan en el trabajo científico y filosófico, ya que suponen el uso de la razón,

dejando de lado aquello que pensaban los antiguos filósofos (argumento de

autoridad).

5. EL SUJETO PENSANTE

Para Descartes, los seres humanos somos sujetos pensantes, atributo que

nos diferencia de los animales, que simplemente son bestias autómatas que

carecen de pensamiento. Pensar para Descartes es experimentar un proceso

mental consciente. Así, pensamos cuando nos imaginamos una cosa, hacemos

un cálculo matemático o experimentamos una emoción como la alegría, el

miedo o la sorpresa. Las ideas son los contenidos del pensamiento, y

diferencia entre

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a. ideas adventicias. Son las representaciones mentales que hago a

partir de la información que me proporcionan los sentidos Por

ejemplo, si percibo un perro, la idea de perro es aquella que me formo

de algo que pertenece al mundo;

b. ideas facticias. Son las que mi mente ha elaborado por sí misma. Por

ejemplo, una sirena, un dragón o un centauro son ejemplos de ideas

facticias. Los seres humanos nunca han visto un centauro-mezcla de

ser humano y caballo-, pero sí que han visto los objetos a partir de los

cuales se compone esta idea;

c. ideas innatas. Son representaciones que nos hacemos de cosas que

no hemos percibido pero tampoco han sido elaboradas por mí mismo.

Son ideas que forman parte de los seres humanos desde su

nacimiento. Son ideas que se caracterizan por su claridad y distinción

y que pueden captarse manera intuitiva. Como ejemplo de idea innata,

tenemos a Dios.

6. LA TEORÍA DE LA SUSTANCIA

Uno de los aspectos más importantes de la metafísica de Descartes es

su teoría de la sustancia. Para Descartes, la sustancia es aquello que

existe por sí mismo y no necesita nada más para existir. Cada sustancia 

tiene una serie de propiedades o atributos, que se manifiestan bajo la

forma de cualidades que cambian, a las que llama modos.

Para Descartes existen tres substancias diferentes:

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 a sustancia infinita: Dios. Dios no pertenece a nuestro mundo sensible,

aunque sea causa eficiente del mismo como creador. Asimismo, Dios no

presenta una naturaleza finita, sino es infinito.  Por tanto, el atributo

que caracteriza a dios es su infinitud. Dios, al ser perfecto no

experimenta cambios, ya que no pertenece el mundo sensible, razón por

la cual no tiene modos.

b. sustancia pensante, res cogitans. Consiste en la actividad mental, a

la que también se puede llamar alma, yo o conciencia. Todos estos

términos hacen referencia a la capacidad de pensar, sentir, dudar,

reflexionar o desear.

c. sustancia extensa. Descartes la identifica con la materia, que es

entendida como puntos que ocupan un lugar en el espacio. Esta visión está

muy influida por la geometría. Los modos que adopta la materia son la forma

y la figura que se dan en el mundo material.

7. ANTROPOLOGÍA CARTESIANA: MENTE Y CUERPO

Descartes defiende el dualismo antropológico, según el cual el ser humano

está formado de sustancia pensante y sustancia extensa. Mente y cuerpo
son dos realidades totalmente diferentes.

La parte material del ser humano es el cuerpo y está sometido a las leyes de
la física. Así, nuestro cuerpo es finito, ya que nacemos, nos desarrollamos y
morimos. Pero la realidad humana no termina en lo material, ya que existe un
principio inmaterial que llamamos alma. Como el alma es inmaterial no está
sometida a las leyes de la física. El alma es la dimensión espiritual de la

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persona, goza de libertad a la hora de elegir y tomar las decisiones y es
inmortal. 

Descartes nunca llegó a una conclusión satisfactoria. A veces Descartes

considera que el  cuerpo es un instrumento del que se sirve la mente, la
conciencia, siendo, por tanto, realidades interdependientes Así, el cuerpo
obedece los mandatos de la conciencia. En este sentido se entiende que hay
una conexión entre las dos dimensiones representadas por el cuerpo y el
alma.

Sin embargo, a veces Descartes considera que alma y cuerpo son realidades
independientes que podrían conectarse a través de algún punto concreto.
Así el filósofo francés piensa en la glándula pineal.