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SABER HABLAR

Briz Gómez, Antonio (coord.), Saber hablar, Buenos Aires, Aguilar, 2008, 272 pp.
ISBN 978-978-04-1003-4

Este libro que compendia aspectos clave acerca de la oralidad fue publicado por
primera vez en 2008 por el Instituto Cervantes, una institución pública nacida en España
en 1991 con el objetivo de promover y enseñar la lengua española, así como también
para difundir la cultura española y la hispanoamericana. Se trata del segundo de una
trilogía de la misma editorial, cuyos otros componentes son Saber escribir (2006) y
Saber Leer (2010).
La obra ha sido coordinada por Antonio Briz, quien es catedrático de Lengua
Española en la Universidad de Valencia y director del grupo de investigación
Val.Es.Co., que es una agrupación dedicada al estudio de la lengua hablada. Lo
acompañan en la elaboración otros miembros de dicha universidad: la doctora en
Lengua Española Martha Alabeda, quien se dedica a la investigación de la pragmática y
el análisis de la lengua coloquial; la profesora ayudante en el Departamento de
Didáctica de la Lengua y la Literatura, María José Fernández, cuyos trabajos se han
dirigido al estudio de la metáfora en el registro coloquial; Salvador Pons, titular de la
cátedra de Filología Española quien, además, ha dedicado sus investigaciones al estudio
del español coloquial, los marcadores discursivos y la pragmática teórica; y el profesor
titular de Lengua Española, Antonio Hidalgo, cuyas líneas de investigación son la
oralidad y el español coloquial. Participa también, la Doctora en Filología por la
Universidad Complutense de Madrid y profesora de Lengua Española en la Universidad
Rey Juan Carlos de Madrid, Raquel Pinilla. Cuyas líneas de investigación son las
destrezas orales del español como lengua extranjera.
Uno de los grandes beneficios de esta obra es su capacidad de suministrar
elementos claros y precisos, haciendo de ella un práctico y provechoso manual para
hablar en público, tanto para quienes se dedican a la enseñanza de esta competencia
como para aquellos que por propio interés consideran necesario desarrollarla. La misma
tiene, la muy bien lograda pretensión de restituir su valor a la comunicación oral,
herramienta fundamental de las relaciones humanas. Saber Hablar brinda la
oportunidad de expresarse debidamente de acuerdo a las circunstancias.
El libro se encuentra organizado en una presentación y nueve capítulos. Se distingue
una primera parte, compuesta por seis capítulos en la que se desarrollan las cualidades
inherentes al buen hablar. En la segunda se definen, caracterizan y ejemplifican los
géneros discursivos más relevantes hoy en día. Los autores han elegido para su
agrupación el criterio de organizarlos, en principio, según su ámbito de realización y,
como otras pautas de sistematizarlos, según su carácter monológico o dialógico y de
acuerdo a la finalidad pretendida.

Las cualidades del buen hablar

En el primer capítulo se presentan y desarrollan los temas inherentes al título del


libro, no sin antes hacer un acento en la diferencia entre qué es saber hablar y qué es
saber hablar bien. Con la claridad y didáctica que la obra mantiene de principio a fin, se
expone el uso del modo correcto del lenguaje, es decir la adecuación al contexto
comunicativo, al tiempo del cual se dispone y a las características del público. En
relación a esto, se detalla el carácter fundamental y obligatorio de que el discurso sea un
producto claro, tanto en lo que atañe a la expresión como a la disposición de su
contenido, mostrando además, cómo colaboran en la comprensión el uso de elementos
extraverbales tales como la mirada, los gestos, la distancia física entre otros.
Finalizando se detalla la relevancia de las relaciones interpersonales y también el de las
estrategias para el logro de los propósitos que el orador persigue al hablar. Cabe
subrayar que cada uno de estos aspectos es retomado y expuesto pormenorizadamente
en las siguientes secciones.
En el segundo capítulo se expande el asunto de la corrección, dejando explícito
desde los primeros párrafos, con evidencias extraídas de la realidad, qué significa
hablar correctamente. En él se explica la adecuada pronunciación, el apropiado uso de la
gramática y del vocabulario. Esta sección brinda una serie de guías, ejemplificaciones y
cuadros en los cuales se aclara, de forma muy accesible a la comprensión, cómo deben
utilizarse y cómo no ciertos fonemas y usanzas frecuentes a nivel gramatical,
disponiendo también breves y claros ardides para salvar situaciones en las que se
desconoce algún término. Para finalizar, presenta una serie de consejos prácticos sobre
las claves para hacer uso del léxico adecuado. Las mismas están pensadas,
fundamentalmente, para aquellos contextos más formales que demandan un cuidado
concreto en la expresión.
Continuando con la ampliación de los temas presentados en la primer sección, el
capitulo tres profundiza el concepto de claridad en las ideas, pero no se queda sólo en
eso sino que avanza en otros aspectos a la hora de preparar lo que será dicho. Comienza
explicando los pasos en los que se descompone la elaboración de un discurso: ideas a
desarrollar, cómo ordenarlas, cómo estructurarlas y su puesta en acción; en esta sección
se tratan las dos primeras. Es así que los autores parten de dos ejemplos verosímiles
que provienen de ámbitos y situaciones distintas, el de un alto ejecutivo de una empresa
y el de un licenciado en informática recién recibido, desde ellos se presentan y
particularizan, de forma práctica, los aspectos claves en la preparación del discurso, a
saber: las circunstancias del público, la intención del discurso, la elección del tema y la
recogida e ideas. Una vez establecidas estas, se explica la mejor manera de
jerarquizarlas con el fin de lograr su mejor comprensión. Para finalizar, esta sección
presenta diferentes modelos de estructuración: inductivo, deductivo, encuadrada y en
paralelo.
Una vez establecidas y jerarquizadas las ideas, un buen discurso debe ser expresado
con claridad. Es este el tema abordado en el cuarto capítulo, donde se hace una
descripción, efectiva y detallada, de las tácticas verbales y prosódicas. Con respecto a
las primeras se describen, una a una, las cualidades propias de una buena expresión oral,
es decir: claridad, precisión, corrección, concisión y elegancia; ateniéndose a estas
condiciones se logra que no sólo los contenidos sino también las voces transmitidas
resulten atractivas. Uno de los recursos fundamentales que se exponen para lograrlo son
los procedimientos retóricos. Sobre las reglas prosódicas, se individualizan importantes
aspectos propios de la voz, este recurso sonoro y audible que permiten al orador llegar a
sus oyentes. Estos atributos son: volumen, tono, flexibilidad, pausas y velocidad. Este
capítulo en sus últimos apartados, suministra una serie de fáciles y amenos ejercicios de
control vocal para conseguir que la voz sea más clara, audible y nítida. También agrega
y ejemplifica, para una mejor comprensión, cómo el dominio de la entonación colabora
con lograr el éxito del objetivo que se propone el hablante.
El siguiente capitulo abarca aquellos elementos que no forman parte de la
producción oral, pero que a la hora de exponer el discurso deben ser tenidos en cuenta.
Uno de ellos es la elección del tipo de presentación más adecuado; si será leído, se dirá
de memoria o se alternarán ambas formas. En todos los casos se exponen las ventajas y
desventajas de la elección y cómo lograr hacerlo de la mejor manera. Añade,
igualmente, información relevante es lo que concierne a la disposición de la sala
(acústica, ubicación del público) y, de acuerdo a esta, si la disertación se efectuará de
pie, sentado o en forma mixta. Sobre los aspectos técnicos se explicita el uso más
adecuado del micrófono y otros elementos que puedan prestar soporte en el caso de
hacer presentaciones: transparencias, videos, páginas web, etc. No se deja de lado
aquellas cuestiones ligadas a la kinésica y a la proxémica, es decir los gestos, las
posturas corporales, la distancia adecuada entre el orador y los hablantes, aclarándose
que estos aspectos se encuentran determinados por cuestiones inherentes a lo cultural,
tanto del hablante como de los receptores. Con respecto a esto último, otro tema
importante al cual alude es el de la vestimenta adecuada.
Finalizando con la primer parte del libro, el capítulo seis se propone la tarea de
presentar un tema insoslayable y de gran importancia como es el de la imagen y el de la
cortesía. La manera en la cual las cosas son dichas influyen en el receptor, además
detrás del mensaje hay personas que sienten y juzgan. Para lograr una comunicación
eficaz se deben tener en cuenta dichos factores. Para ello esta parte brinda una serie de
valores y actitudes conducentes al respecto. Haciendo referencia nuevamente a la
importancia de la presencia del otro, un segmento especial está dedicado a enumerar una
serie de factores que llevan a que lo dicho se ajuste a las expectativas del destinatario.
Con su tono práctico esta sección nos brinda además, casi sobre el final, “Seis máximas
para recordar”

Géneros discursivos

Dando comienzo a la segunda parte del libro, el séptimo capítulo nos presenta los
géneros discursivos monológicos propios del ámbito científico-académico y profesional,
definiéndolos y caracterizándolos. Comienza con las charlas y conferencias, ya sean
divulgativas o especializadas, especificando cuestiones referidas al momento de exponer
la alocución, tales como la presentación adecuada, el saludo, los agradecimientos,
actitud durante el lapso de habla y cierre de la misma. Prosigue presentando la temática
de los exámenes orales, distinguiendo diferentes clases de estos, ya sean explicativos, de
preguntas y respuestas o de otro tipo, esclareciendo las mejores condiciones al
producirlos, para asegurar el éxito de la calificación. Como último tema de este
apartado, se refiere al asunto de la defensa de proyectos, es decir la argumentación a
favor o en contra de cierta idea. Como es común a lo largo del desarrollo de la obra,
aconseja la mejor forma de darle solidez al discurso, conectando adecuadamente los
argumentos. Para finalizar el capítulo, y continuando con la beneficiosa estructura que
acompaña a este práctico escrito, en cada tema expuesto vuelve a suministrar, de forma
aclaratoria, consejos prácticos acompañados de útiles ejemplos.
La segunda clasificación de géneros del discurso presentado, esta vez en el octavo
capítulo, es la de los dialógicos y dentro de estos: la reunión de trabajo, el debate, la
mesa redonda, el coloquio, la entrevista de trabajo y las conversaciones telefónicas
profesionales. Se parte en la explicación con la propia del plano laboral, caracterizada
por el objetivo de llegar a un acuerdo y por tener un carácter de tensión propia de la
negociación. Con el fin de establecer las mejores pautas de desarrollo de este tipo de
discurso el texto señala las estrategias y habilidades sociales y la ventaja de ser un buen
orador, a la vez que indica cuáles han sido los capítulos en los que se trataron estos
temas. A continuación se delimita y particulariza que situaciones son consideradas,
específicamente como debate, pudiendo adoptar la forma de debates electorales, mesa
redonda y de coloquio. Luego de dar claros ejemplos de cuales son los aspectos a tener
en cuenta, los autores nos convidan con una nueva y accesible guía de recomendaciones
ajustadas a los temas tratados.
Abordando el capitulo final Saber hablar presenta una gran amplitud de géneros
discursivos propios del ámbito social, de naturaleza mixta. Comienza con las
presentaciones, indicando el mejor modo de hacerlas en toda ocasión: las informales,
como la de presentar un compañero a la clase y las formales, como la de un
conferenciante al público asistente. Prosigue con el género discursivo tocante a todas
aquellas situaciones en las que se celebra el inicio o fin de una actuación, por ejemplo la
inauguración de un edificio, en relación a esto se exponen, detallan y ejemplifican los
segmentos propios de estas disertaciones. Dando cierre a la obra se presenta y explica la
mejor forma de llevar adelante aquellos discursos breves, pero no por ello menos
importantes, en los que se honra a alguien por algún motivo: la alabanza, el brindis y el
agradecimiento.
Este extraordinario libro, de pulcra encuadernación, es un indispensable tratado de
oralidad, dirigido al más diverso público, que plantea de manera sencilla, pero rigurosa,
cuál es el modo adecuado de enunciar las ideas, ayudando a potenciar al máximo la
capacidad oratoria. Este invaluable manual de comunicación explicita todos los aspectos
necesarios para llevar a buen fin la oralidad en diversas circunstancias, desde el plano
de lo laboral hasta el de lo cotidiano. Si bien su organización puede parecer en un
principio compleja, a medida que se avanza en su lectura se comprueba que la facilita
sirviendo de cómoda ayuda para consultarlo. La naturalidad y simplicidad con la que los
temas son tratados lo hacen un texto asequible a lectores de todos los niveles. Se trata de
una obra infaltable en la biblioteca de todo hablante hispano.

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