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JUICIO DE AMPARO: 163/2023-III

INFORME CON JUSTIFICACIÓN

Apizaco, Tlaxcala; a 19 de mayo de 2023.

JUEZ TERCERO DE DISTRITO


EN EL ESTADO DE TLAXCALA.

Que, con fundamento en el artículo 9 de la Ley de Amparo designo como


delegado al Licenciado en Derecho RIGOBERTO LUCAS LOPÉZ con
número de cedula 6755156; y, en atención al oficio número 13211/2023 de
fecha 24 de abril de 2023 y notificado el 26 del mismo mes y año, signado
por la Secretaria de Acuerdos de este Juzgado de Distrito con fundamento
en el artículo 117 de la Ley de Amparo, comparezco a rendir el siguiente:

INFORME CON JUSTIFICACIÓN

Lo anterior, respecto del acto que, vía ampliación de demanda, el quejoso


HEBER ROMERO PEÑA reclama del suscrito en mi calidad de director
de seguridad pública; por lo que, respecto de dicho acto manifiesto que:

a) NO ES CIERTO que se haya omitido prestar algún servicio de


apoyo propio de la corporación de policía que dirijo, en virtud de
que, es falso que se haya tenido conocimiento de algún evento que
ameritara nuestra intervención con relación al predio denominado
“EL SOMBREDERO”;

b) De igual modo, NO ES CIERTO que el suscrito haya incumplido


deber alguno de apoyo en torno al llamado de auxilio que he hecho
de su conocimiento en diverso informe; ello porque, tras recibir el
reporte, me auxilié de cinco elementos más para verificar lo que
acontecía en el sitio de reporte, resultando que, al arribar al exterior
del predio donde se ubican los tanques de agua de la comunidad
de San Bartolomé Tenango, se localizaban un aproximado de
setenta personas quienes eran representados por el ciudadano
José Braulio Morales Pérez, presidente de la comunidad, mismo
que informó estaban pendientes para el inicio de la reunión que se
iba a realizar a consecuencia de la extinción de un camino de
terracería por la construcción de un vecino; reunión que concluyó a
las 14 horas, retirándonos del lugar al no advertir alguna situación
que pusiera en riesgo la paz social o la integridad de alguna
persona.

Asimismo, es relevante señalar que el quejoso no ha exhibido


documentación idónea que justifique la legal posesión del predio rustico
denominado “El sombrerero”, mismo que, según el dicho del quejoso se
compone de la fusión de 45 predios, lo cual, se debe tomar en cuenta a
efecto de determinar si se encuentra acreditado o no el interés jurídico en
este caso, pues lo único que exhibe es una constancia de posesión que
refiere fue expedida por el Secretario del Ayuntamiento, documental a la
que no se le debe conceder valor probatorio alguno, en razón de que el
artículo 72 de la Ley Municipal del estado de Tlaxcala, no le atribuye la
expedición de dicha constancia.

CAUSAL DE IMPROCEDENCIA

Se debe estimar actualizada la causal de improcedencia prevista en el


artículo 61, fracción XII, en relación con el diverso 5° de la Ley de Amparo,
lo anterior en razón de que el aquí quejoso no acreditó fehacientemente
tener interés jurídico para promover el presente juicio por los actos que
señala como reclamados, de ahí que deba sobreseerse en el juicio de
amparo en que se actúa.

Los artículos 61, fracción XII, y 5°, ambos de la Ley de Amparo, disponen
lo siguiente:

“Artículo 61. El juicio de amparo es improcedente: XII. Contra actos


que no afecten los intereses jurídicos o legítimos del quejoso, en
los términos establecidos en la fracción I del artículo 5o de la
presente Ley, y contra normas generales que requieran de un acto
de aplicación posterior al inicio de su vigencia”;

“Artículo 5o. Son partes en el juicio de amparo:


I. El quejoso, teniendo tal carácter quien aduce ser titular de un
derecho subjetivo o de un interés legítimo individual o colectivo,
siempre que alegue que la norma, acto u omisión reclamados
violan los derechos previstos en el artículo 1o de la presente Ley y
con ello se produzca una afectación real y actual a su esfera
jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su especial
situación frente al orden jurídico”.

De la lectura de los preceptos invocados, se desprende que para la


procedencia del juicio de amparo en contra de actos de tribunales
judiciales, es requisito indispensable que la parte quejosa tenga un interés
jurídico que se vea afectado por el acto de autoridad reclamado en la
demanda de amparo.

Así, de acuerdo con el numeral 5, fracción I, de la Ley de Amparo, el


ejercicio de la acción constitucional está reservado sólo a quien aduce ser
titular de un derecho subjetivo, siempre que alegue que la norma, acto u
omisión reclamados violan los derechos previstos en el artículo 1° de
dicho ordenamiento legal y con ello se produzca una afectación real y
actual a su esfera jurídica de manera personal y directa.
En esos términos, el interés representa uno de los elementos básicos para
la procedencia del juicio de amparo, pues si los actos reclamados no
lesionan la esfera jurídica del gobernado, entonces se considera que éste
no tiene legitimación para instaurar el juicio constitucional.

Por otra parte, el interés para acudir al amparo requiere un vínculo entre la
persona y la afectación aducida, ante lo cual, una eventual sentencia de
protección constitucional implicaría la obtención de un beneficio
determinado, el que no puede ser lejanamente derivado, sino resultado
inmediato de la resolución que en su caso llegue a dictarse.

En esa línea, la ley establece que la parte quejosa debe acreditar en


forma fehaciente, cuando promueve demanda de amparo, que el acto
de autoridad reclamado vulnera en su perjuicio un derecho subjetivo
protegido por la norma jurídica o que produce una afectación real y
actual a su esfera jurídica; de tal manera que si esta circunstancia no
se encuentra plenamente demostrada, el juicio de amparo resultará
improcedente.

Dicho de otro modo, atento a la naturaleza del acto reclamado y a la de la


autoridad que lo emite, la parte quejosa debe acreditar
fehacientemente el interés que le asiste en el juicio de amparo, el
cual no puede inferirse con base en presunciones.

Consecuentemente, el juzgador debe inevitablemente constatar que ésta


demuestre fehacientemente que los actos reclamados resulten
susceptibles de perjudicarla de alguna manera, sin que las simples
manifestaciones formuladas en la demanda de amparo resulten suficientes
para satisfacer dicho requisito.

Tampoco es suficiente la existencia de los actos reclamados; ya que suele


acontecer que éstos no produzcan afectación alguna a los derechos de los
gobernados, por lo que a pesar de haberse constatado el acto, de
cualquier manera no habría ningún agravio o violación a derechos
fundamentales que reparar mediante el juicio de amparo.

Ahora, en el caso, la parte quejosa aduce que con los actos reclamados,
se violenta en su contra lo contenido en los numerales 14 y 16
constitucionales, con motivo de los actos que refiere sufrir respecto a su
supuesta posesión del predio rustico denominado “El sombrerero”.
En ese sentido, la parte quejosa, para encontrarse en posibilidad de
defender ese derecho, debe demostrar en forma fehaciente que tiene la
propiedad o en su defecto, la causa u origen de la posesión jurídica que
alude la legislación civil, para que pueda tenerse por demostrado el interés
jurídico para ocurrir a solicitar el amparo y protección de la justicia federal.

Ciertamente, el impetrante alega que tiene la posesión del del predio


rustico denominado “El sombrerero”, desde “hace más de cinco años”
y para acreditar dicha calidad ofreció: constancia de posesión expedida
por el Secretario del Ayuntamiento de Tetlatlahuca, Tlaxcala, de fecha 22
de enero de 2013 así como un “croquis ilustrativo”.

Sin embargo, dichas documentales no resultan suficientes para


acreditar el interés jurídico del quejoso en el presente juicio de
amparo.

Efectivamente, la referida constancia de posesión y el croquis, no son


idóneos para acreditar que el aquí quejoso cuenta con la posesión
respecto del predio materia de este juicio constitucional; lo anterior, toda
vez que el Secretario del Ayuntamiento no se encuentra facultado para
expedir dicha constancia, lo anterior de conformidad con lo establecido en
el artículo 72 de la Ley Municipal del Estado de Tlaxcala, que establece lo
siguiente:

“Artículo 72. Para ser Secretario del Ayuntamiento se debe tener


experiencia en administración pública y preferentemente contar con
Título Profesional legalmente expedido en materias afines. El
Secretario del Ayuntamiento auxiliará en sus funciones al
Presidente Municipal y a los integrantes del Ayuntamiento
tratándose de la convocatoria y desarrollo de las sesiones de
Cabildo, y tendrá las facultades y obligaciones siguientes:
En las sesiones de cabildo:
I. Participar con voz pero sin voto;
II. Elaborar el acta de acuerdos;
III. Llevar el control de los asuntos de las comisiones, de los
organismos auxiliares y de los presidentes de comunidad a fin de
dar seguimiento preciso de su avance;

En la administración:
IV. Tener bajo su responsabilidad las actividades administrativas
del Ayuntamiento;
V. Tener a su cargo el archivo municipal;
VI. Autenticar con su firma los actos y documentos emanados del
Ayuntamiento y del Presidente Municipal;
VII. Desempeñar el cargo de jefe del personal;
VIII. Vigilar que oportunamente en los términos de Ley se den a
conocer a quienes corresponda los acuerdos del Ayuntamiento y
del Presidente Municipal autentificados con su firma;
IX. Controlar la correspondencia y dar cuenta diaria de todos los
asuntos al Presidente Municipal, para acordar el trámite
correspondiente;
X. Tener actualizada la legislación en su ámbito;
XI. Expedir cuando proceda las copias credenciales y demás
certificaciones que acuerde el Ayuntamiento y el Presidente
Municipal; (REFORMADA, P.O. 12 DE OCTUBRE DE 2015)
XII. Expedir las circulares y comunicados en general que sean
necesarios para el buen despacho de los asuntos; (REFORMADA,
P.O. 12 DE OCTUBRE DE 2015)
XIII. Expedir las constancias de radicación que le soliciten en los
núcleos de población donde no haya presidente de comunidad; y
(ADICIONADA, P.O. 12 DE OCTUBRE DE 2015)
XIV. Las demás que le otorguen las leyes y el Ayuntamiento.”

De conformidad con lo establecido en los artículos antes referidos, el


Secretario Municipal, no se encuentran facultado para resolver asuntos
que son competencia de las autoridades judiciales, como en el presente
caso, la expedición de una constancia de posesión a favor del quejoso.

En apoyo a lo anterior, se cita por analogía la jurisprudencia VI. 2o. J/259,


sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, Octava
Época, Núm. 65, Mayo de 1993, publicada en la página 54 de la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, de rubro y texto siguientes:

“POSESION. LA CONSTANCIA QUE EXPIDE UN PRESIDENTE


MUNICIPAL, NO TIENE EFICACIA PARA ACREDITAR LA. La
certificación de un presidente municipal en la que se hace constar
que una persona se encuentra en posesión de determinado predio,
no tiene eficacia para demostrar lo que ahí se hace constar, por ser
ésta una cuestión del todo ajena a sus funciones, y para utilizar su
dicho en lo que no se refiere a dichas funciones, es preciso
promover la prueba testimonial con arreglo a derecho”. De este
modo, resulta evidente que la constancia aun cuando fue expedida
por funcionario público, éste no lo hizo en el ejercicio de sus
funciones, pues entre ellas, no se encuentra la de expedir dicha
constancia de posesión. Sobre esta base, el medio de convicción
aportado por la parte quejosa es insuficiente para demostrar que
los actos reclamados afectan su esfera jurídica.

Por ello, el aquí quejoso no exhibió prueba idónea para acreditar que es
poseedor del inmueble sobre el cual se lleva a cabo los actos de molestia
reclamados.

En otras palabras, el quejoso debió demostrar fehacientemente que el


inmueble materia de la litis, es de su propiedad o posesión, lo que en la
especie no acontece, pues no aportó prueba suficiente en ese sentido, ya
que la documental antes referida, carece de sustento legal, pues quien la
expidió no tiene atribuciones expresas para expedirla, por lo que al no
haber sido complementada con algún otro elemento de convicción, no
puede tener como acreditado su interés jurídico en el presente juicio,
lo cual resulta un requisito indispensable para la procedencia del
amparo, máxime que probar el interés en el juicio de amparo resulta
carga procesal de la parte quejosa.

Además, en atención precisamente a la jurisprudencia del Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que la posesión sea objeto
de protección a través del juicio de amparo indirecto, es necesaria la
existencia de un título que se sustente en alguna figura jurídica o precepto
legal que genere el derecho a poseer, de manera que el promovente tenga
una base objetiva, que fundada y razonablemente produzca la convicción
de que tiene derecho a poseer el bien de que se trate, entendiéndose por
título la causa generadora de esa posesión.

Sirve de apoyo a lo anterior, en lo conducente, la jurisprudencia P./J.


1/2002, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que dice:

“POSESIÓN. PARA QUE SEA OBJETO DE PROTECCIÓN EN EL


JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, CUANDO EL QUEJOSO SE
OSTENTA COMO PERSONA EXTRAÑA AL JUICIO DEL ORDEN
CIVIL, DEBE ACREDITAR SU DERECHO A POSEER CON UN
TÍTULO SUSTENTADO EN ALGUNA FIGURA JURÍDICA O
PRECEPTO DE LAS LEGISLACIONES SECUNDARIAS
RELATIVAS. En virtud de que de los antecedentes y reformas al
artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos no se desprende la existencia de datos o elementos que
puedan servir para determinar qué tipo de posesión es la que debe
protegerse mediante el juicio de amparo, esto es, si se trata de
aquella que se funda en un título sustentado en una figura jurídica
prevista en la ley que genere el derecho a poseer o si es la simple
tenencia material de las cosas, independientemente de que se
tenga o no derecho de posesión sobre éstas, es indudable que se
debe recurrir al estudio e interpretación de las disposiciones legales
que han regulado y regulan esa institución, y de las que
colateralmente se relacionan con ellas, así como atender de
manera especial a los graves problemas y consecuencias que en la
práctica presenta el no exigir título alguno, por lo que la posesión
protegida por la citada disposición constitucional no es otra que la
definida por el derecho común. Sin embargo, aun cuando de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 790 del Código Civil
para el Distrito Federal (similar al de todas las legislaciones civiles
locales del país), es poseedor de una cosa el que ejerce sobre ella
un poder de hecho, debe entenderse que tal poder no constituye un
hecho con consecuencias jurídicas, sino más bien la manifestación
del derecho que se tiene para poseer un bien determinado, que
debe tener origen en alguna de las figuras contempladas en las
legislaciones relativas; por tanto, para que la posesión sea objeto
de protección a través del juicio de amparo indirecto, cuando el
quejoso se ostenta como persona extraña al juicio civil, es
necesaria la existencia de un título que se sustente en alguna figura
jurídica o precepto legal que genere el derecho a poseer, de
manera que el promovente tenga una base objetiva, que fundada y
razonablemente produzca la convicción de que tiene derecho a
poseer el bien de que se trate, entendiéndose por título la causa
generadora de esa posesión. No obstante lo anterior, las decisiones
del órgano de control de constitucionalidad sobre la eficacia del
título, tienen efectos exclusivos en el juicio de garantías, sin decidir
sobre el derecho sustantivo, esto es, respecto del derecho a la
posesión del bien relativo, ya que estas cuestiones deberán ser
dilucidadas ante la potestad común”.

En tales condiciones, al actualizarse la causal de improcedencia


prevista en el artículo 61, fracción XII de la Ley de Amparo, lo
procedente es SOBRESEER en el juicio de amparo instado por el
quejoso.

Finalmente, manifiesto que no es factible analizar los conceptos de


violación expresados por el quejoso en su escrito de demanda, pues
existe un impedimento técnico que impide dicha circunstancia, pues al
haberse tornado improcedente el presente juicio de amparo, esa
circunstancia impide entrar al fondo del asunto, esto de conformidad con la
jurisprudencia sin número, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 49, volumen 24,
tercera parte, Séptima Época, Materia Común, que establece:

“SOBRESEIMIENTO. NO PERMITE ENTRAR AL ESTUDIO DE


LAS CUESTIONES DE FONDO. No causa agravio la sentencia
que no se ocupa de los razonamientos tendientes a demostrar la
violación de garantías individuales por los actos reclamados de las
autoridades responsables, que constituyen el problema de fondo, si
se decreta el sobreseimiento del juicio”.

En mérito de lo anteriormente expuesto y fundado:

PRIMERO. – Tenerme por presente rindiendo informe con


justificación dentro de los autos del juicio citado al rubro.

SEGUNDO: - Previo los tramites de ley, sobreseer este juicio de


amparo.

ATENTAMENTE

COMANDANTE ANTONIO AQUINO GARCÍA


Director de Seguridad Pública del Municipio de Tetlatlahuca, Tlaxcala

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