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Deberes procesales

Son deberes procesales aquellos imperativos jurídicos establecidos en favor de


una adecuada realización de proceso. No miran tanto el interés individual de
los litigantes, como el interés de la comunidad. (DERECHO PROCESAL)
En ciertas oportunidades, esos deberes se refieren a las partes mismas, como
son, por ej. los deberes de decir la verdad, de lealtad, de probidad en el
proceso.
En otras, alcanzan a los terceros, tales como el deber de declarar como testigo,
de actuar como perito luego de haber aceptado el encargo, o de servir como
árbitro, también luego de haber aceptado el cometido.
En otras, se refieren a los deberes administrativos de los magistrados y sus
colaboradores. Así, P. Ej., El deber de residir en el lugar donde prestan sus
servicios de asistir diariamente a sus oficinas.
Los deberes procesales, como en general los demás deberes jurídicos, no
pueden ser objeto, a diferencia de las obligaciones y de las cargas, de
ejecución forzosa. La efectividad en el cumplimiento de los deberes procesales
se obtiene, normalmente, mediante sanciones, ya sean de carácter físico o
personal, como el arresto del testigo que se rehúsa a asistir a declarar; ya sean
de carácter pecuniario, como la multa impuesta al perito que no presenta
su dictamen; ya sean de carácter funcional, como la pérdida, la postergación o
la suspensión del empleo. Estas sanciones son formas de coacción moral o
intimidación. En verdad no hay forma material de hacer cumplir por la fuerza
esta clase de deberes.
CUÁLES SON LOS DEBERES DE LAS PARTES EN EL CÓDIGO PENAL

Dentro del proceso judicial se encuentran en pugna dos intereses, por un lado,
los del demandante o denunciante, y por el otro, los del demandado o
denunciado; asimismo, existen otros intervinientes dentro del proceso, tales
como, testigos, peritos y terceros llamados en garantía. Así, cada una de las
partes debe cumplir con ciertos deberes establecidos en el ordenamiento
jurídico, para que el proceso se desarrolle de manera adecuada y se garanticen
los derechos que tienen los intervinientes dentro del litigio.
Los deberes procesales, por regla general, hacen referencia a las
actuaciones desarrolladas por los intervinientes dentro del proceso, por
ejemplo, las personas que participan en cualquier proceso deben decir la
verdad y lo que les consta de los hechos objeto de litigio.
Ahora bien, con respecto al cumplimiento de estos deberes, el legislador ha
establecido una serie de sanciones para aquellos que se nieguen a respetarlos,
entre las cuales se encuentran, multas, arrestos u obligar a la parte a
presentarse ante la autoridad competente. Las anteriores sanciones tienen
como fin coaccionar al sujeto para que cumpla con sus deberes e intervenga de
manera responsable durante el trámite judicial.
El artículo 78 del Código General del Proceso señala los deberes que tienen
las partes y sus respectivos apoderados, así:

 Todas las actuaciones deben regirse por el principio de lealtad y buena fe.
 Se debe actuar sin temeridad en las pretensiones o defensas que se planteen
en el proceso.
 Por ningún motivo se podrá obstaculizar el desarrollo del proceso.
 No incurrir en el uso de afirmaciones injuriosas a través de escritos o de forma
verbal. Asimismo, se debe tratar con respeto a las partes, el Juez y todos los
sujetos que intervengan en el proceso.
 Informar cualquier cambio en los datos personales como el domicilio o la
dirección aportada para recibir notificaciones.
 Brindar colaboración al Juez para la ejecución de la práctica de pruebas y las
diligencias.

LOS DEBERES DE LAS PARTES EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL

En materia penal, los intervinientes procesales también cuentan con unos


deberes y obligaciones establecidos por el legislador, los cuales son muy
similares a los consagrados en el Código General del Proceso, puesto que,
todo proceso judicial debe guiarse por unos parámetros universales que
integren los principios generales de derecho, por lo tanto, el artículo 140 del
Código de Procedimiento Penal plasma los siguientes:
 Obrar con lealtad y buena fe.
 Prevenir el uso de acciones, argumentaciones o expresiones que
busquen dilatar el proceso o sean impertinentes.
 Evitar el empleo de afirmaciones que puedan ser tomadas como injuria
en el momento de declarar.
 Obrar respetuosamente con todos los servidores judiciales y las partes
procesales.
 Informar los cambios relacionados con el domicilio y el lugar donde
recibirá las notificaciones, incluso si es una dirección electrónica.
 Presentarse de manera oportuna cuando sea citado por parte del Juez
para una audiencia o diligencia.
 No entablar ningún tipo de comunicación privada con el Juez que este
conociendo del caso, salvo las excepciones señalas en la ley.
 Las partes solo podrán intervenir en la audiencia cuando les sea
concedida la palabra por el Juez.
 Otorgar a los servidores judiciales, todos y cada uno de los objetos o
documentos que requieran para el desarrollo del proceso.

LA CAPACIDAD PARA SER PARTE DENTRO DE UN PROCESO JUDICIAL

La capacidad procesal recae sobre las personas naturales que se encuentran


habilitadas por la ley para ser parte dentro de un proceso judicial. con la
finalidad de proteger sus derechos mediante la interposición de una demanda o
ejerciendo su defensa. Por ley son consideradas capaces todas aquellas
personas mayores de 18 años, quienes pueden ser sujetos de derechos y
obligaciones.

Es muy importante destacar en este trabajo de investigación conforme LOS


DEBERES DE LAS PARTES, que los ciudadanos cuentan con los Juzgados
Superiores Cuarto en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región
Capital, siendo la oportunidad para dictar sentencia definitiva, de conformidad
con lo establecido en el artículo 82 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, pasa identificar a los sujetos procesales, a fin
de dar cumplimiento a lo ordenado en el artículo 74 eiusdem, en concordancia
con el artículo 243, ordinal 2º, del Código de Procedimiento Civil : ejemplo
como se dirimen los asuntos de las partes.

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


EN SU NOMBRE
EL JUZGADO SUPERIOR EN LO CIVIL Y CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DE LA REGIÓN CENTRO NORTE
PALACIO DE JUSTICIA, SEDE VALENCIA, ESTADO CARABOBO
Valencia, 22 de enero de 2018
Años: 207° de Independencia y 158° de la Federación

DEMANDANTE: FRANCISCO ANTONIO FERRER RANGEL.


DEMANDADO: ORGANO PÚBLICO REGIONAL PRESTADOR DEL SERVICIO
DE AGUA POTABLE (AGUAS DE YARACUY).
MOTIVO: AMPARO CONSTITUCIONAL

EXPEDIENTE Nº: 13.468


El presente procedimiento se inicia en fecha 10 de mayo de 2010, por
interposición del Amparo Constitucional incoado por el ciudadano FRANCISCO
ANTONIO FERRER RANGEL, titular de la cédula de identidad Nro.10.365.073,
actuando en su propia representación, contra el ORGANO PÚBLICO
REGIONAL PRESTADOR DEL SERVICIO DE AGUA POTABLE (AGUAS DE
YARACUY).
En fecha 27 de mayo de 2010, se le dio entrada y anoto en los libros
respectivos.
En fecha 07 de junio de 2010, se admitió la demanda interpuesta y se libraron
notificaciones.
En fecha 07 de junio de 2013, consigno diligencia la abogada MERIDA
BELIZARIO PEREZ, actuando en este acto con el carácter de apodera judicial
de la PROCURADURIA GENERAL DEL ESTADO YARACUY, mediante por la
cual solicitó la perención en la presente demanda.
En fecha 18 de enero de 2018, el ciudadano LUIS ENRIQUE ABELLO
GARCIA, en su carácter de Juez Provisorio, designado mediante oficio N° CJ-
15-1458 de la comisión judicial en reunión de fecha 20 de mayo de 2015, y con
juramento ante la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia el 10 de junio de
2015, se abocó al conocimiento de la presente causa.

Siendo la oportunidad para decidir este tribunal observa:

Único

Consta en auto que el único acto del procedimiento de la parte actora, fue
precisamente el día 07 de junio de 2013, al presentar escrito, la abogada
MERIDA BELIZARIO PEREZ, actuando en este acto con el carácter de
apodera judicial de la PROCURADURIA GENERAL DEL ESTADO YARACUY,
solicitó la perención en la presente demanda, argumentando la violación de
principios constitucionales, sin realizar ningún otro acto del proceso. Actitud
ésta pasiva de la parte actora, la cual es calificada por la Ley Orgánica Sobre
Derechos y Garantías Constitucionales en su artículo 25, como Abandono de
trámite y así lo ha afirmado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en decisión de fecha N° 982 del 6 de junio de 2001 caso José Vicente
Arenas Cáceres, ratificada el 30 de octubre de 2015, en el caso KAMEL
SALAME AJAMI, en los siguientes términos:
“...la pérdida del interés puede sobrevenir en el curso del proceso. Es lo que
ocurre cuando el actor desiste de su pretensión, caso en el cual se otorga
autoridad de cosa juzgada al desistimiento y se declara la extinción del
proceso. También puede ocurrir que decaiga únicamente el interés en el
procedimiento que se halla en curso, caso en el cual ocurre el desistimiento del
procedimiento a que se refiere el artículo 266 del Código de Procedimiento
Civil.
Finalmente, puede ocurrir que el interés decaiga por la inacción prolongada del
actor o de ambas partes, caso en el cual se extingue la instancia iniciada en
protección de determinada pretensión. El Código de Procedimiento Civil señala
expresamente los supuestos que configuran la inacción prolongada y que dan
lugar a la perención de la instancia. En el caso específico de la inacción
prolongada del actor, señala el incumplimiento de ciertas obligaciones
procesales como causa de la perención. En la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales no consta una regulación semejante,
pero en ella se prevé la figura del abandono del trámite, que expresa también el
decaimiento del interés del actor, lo cual se deduce del paralelismo entre ese
supuesto en la Ley especial y los supuestos de extinción de la instancia, a
causa del incumplimiento de las obligaciones del actor, previstas en el artículo
267 del Código de Procedimiento Civil. El abandono del trámite expresa una
conducta indebida del actor en el proceso, puesto que revela una actitud
negligente que procura la prolongación indefinida de la controversia.

En criterio de la Sala, el abandono del trámite a que se refiere el artículo 25 de


la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales
puede asumirse –entre otros supuestos, como la falta de comparecencia a la
audiencia constitucional- una vez transcurrido un lapso de seis meses
posteriores a la paralización de la causa por falta de interés procesal de la
parte actora. Ello es producto del reconocimiento, a partir de signos
inequívocos –el abandono, precisamente- de que dicha parte ha renunciado, al
menos respecto a esa causa y a este medio procesal, a la tutela judicial
efectiva y al derecho a una pronta decisión que le confiere la Constitución; por
otra parte, y desde otro punto de vista, el principio de la tutela judicial efectiva
no ampara la desidia o la inactividad procesal de las partes.

Tal conclusión deriva de la propia naturaleza del amparo como medio judicial
reservado para la tutela inmediata de los derechos y garantías constitucionales
cuando las vías ordinarias no resultan idóneas, tal como se desprende de la
letra del artículo 27 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela que estatuye para el amparo –al unísono, cabe destacar, con varios
tratados internacionales en materia de derechos humanos- un procedimiento
breve, gratuito y no sujeto a formalidad en el que la autoridad judicial
competente tiene potestad para restablecer inmediatamente la situación
jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella y en la que todo
tiempo es hábil y el tribunal debe tramitarlo con preferencia a cualquier otro
asunto. Así ha sido declarado por la jurisprudencia patria pacíficamente, aún
antes de la promulgación de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales.
En efecto, si el legislador ha estimado que, como consecuencia de ese carácter
de urgencia que distingue al amparo, la tolerancia de una situación que se
entiende lesiva de derechos fundamentales, por más de seis meses, entraña el
consentimiento de la misma y, por tanto, la pérdida del derecho a obtener
protección acelerada y preferente por esa vía, resulta lógico deducir que
soportar, una vez iniciado el proceso, una paralización de la causa sin
impulsarla por un espacio de tiempo semejante, equivale al abandono del
trámite que había sido iniciado con el fin de hacer cesar aquélla situación lesiva
o amenazadora de derechos fundamentales. Por tanto, resultaría incongruente
con la aludida naturaleza entender que el legislador hubiere previsto un lapso
de caducidad de seis meses para la interposición de la demanda y, al propio
tiempo, permitiese que se tolerase pasivamente la prolongación en el tiempo de
la causa, sin la obtención de un pronunciamiento, por un lapso mayor a aquél.
(...)

De conformidad con lo expuesto, la Sala considera que la inactividad por seis


(6) meses de la parte actora en el proceso de amparo, en la etapa de admisión
o, una vez acordada ésta, en la práctica de las notificaciones a que hubiere
lugar o en la de la fijación de la oportunidad para la celebración de la audiencia
oral, por falta de impulso del accionante, ocasiona el abandono del trámite de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 25 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, y,. Con ello, la extinción de la
instancia. Así se declara”. (Resaltado de la Sala)

Igualmente se ha mantenido este criterio jurisprudencial en la sentencia del


expediente Nº2011-0574 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, Magistrado Ponente Arcadio Delgado Rosales, de fecha 16 de abril de
2013, caso ORLANDO ANTONIO LANDAETA:
De manera que, al haber una pérdida de interés de la parte accionante en
obtener la tutela de los derechos que, a su decir, fueron quebrantados,
esta Sala debe declarar terminado el procedimiento por abandono del
trámite. Así se decide.

Conforme lo establece el artículo 25 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre


Derechos y Garantías Constitucionales, y de la citada decisión de la Sala
Constitucional; visto que la parte actora no realizó acto procesal alguno
para desvirtuar la presunción de abandono de trámite, razón por la cual
resulta forzoso para éste sentenciador declarar abandonado el trámite,
por parte del demandante en el presente recurso de amparo
Constitucional y, en consecuencia, dar por terminado el procedimiento.
Así se estable.

DECISIÓN

Por las razones expuestas, este JUZGADO SUPERIOR EN LO CIVIL Y


CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL
DE LA REGIÓN CENTRO NORTE, actuando en sede constitucional,
administrando justicia en Nombre de la República Bolivariana de Venezuela y
por autoridad de la ley, declara Terminado el Procedimiento por Abandono de
Trámite, correspondiente al Amparo Constitucional incoada por el ciudadano
FRANCISCO ANTONIO FERRER RANGEL, titular de la cédula de identidad
Nro.10.365.073, actuando en este acto con el carácter de apodera judicial de la
PROCURADURIA GENERAL DEL ESTADO YARACUY, contra el ORGANO
PÚBLICO REGIONAL PRESTADOR DEL SERVICIO DE AGUA POTABLE
(AGUAS DE YARACUY).

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Superior en lo


Civil y Contencioso Administrativo de la Región Centro Norte, en Valencia,
veintidós (22) de enero de 2018. Años 207° de la Independencia y 158° de la
Federación.
El Juez Superior,

Abg. Luís Enrique Abelló García. La Secretaria,


Abg. Donahís Victoria Parada Márquez.
Exp. Nro. 13.468. En la misma fecha, se publicó y registró la anterior decisión y
se libró boletas de notificación, dando cumplimiento a lo ordenado.
La Secretaria,

Abg. Donahis Victoria Parada Márquez.

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