Está en la página 1de 74

http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/Mayo/444-19510-2010-09-1217.

html

Magistrado-Ponente: FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ

El 23 de octubre de 2009, se recibió en esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, oficio
n° 703/2009 y adjunto el expediente original n° KP01-O-2009-000066, remitido por la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, contentivo de la acción de amparo constitucional
interpuesta por el abogado Wilmer José Muñoz Bravo, inscrito en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el n° 23.397, en su carácter de defensor privado del ciudadano GONZALO JESÚS GARCÍA
SIVIRA, titular de la cédula de identidad n° 10.770.974, contra la decisión dictada en la audiencia
preliminar, el 12 de mayo de 2009, y publicada en el auto de apertura a juicio, el 15 del mismo mes y
año, por el Tribunal Noveno de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Lara, que declaró sin lugar la nulidad solicitada del acto de entrega controlada de dinero
coordinada por la Fiscalía Vigésima Segunda del Ministerio Público del Estado Lara.

Dicha remisión se efectuó, de conformidad con el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, en virtud del recurso de apelación interpuesto,
tempestivamente, por la defensa del accionante, contra la decisión dictada, el 30 de septiembre de
2009, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar la
acción de amparo constitucional incoada.

El 2 de noviembre de 2009, se dio cuenta en Sala y se designó ponente al Magistrado doctor FRANCISCO
ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ quien, con tal carácter, suscribe el presente fallo.
Efectuado el análisis del caso, esta Sala para decidir, pasa a hacer las siguientes consideraciones:

ANTECEDENTES DEL CASO

El 29 de marzo de 2007, se celebró ante el Tribunal Tercero de Primera Instancia en Funciones de


Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, audiencia de flagrancia, en contra del ciudadano
Gonzalo Jesús García Sivira y otro, por la presunta comisión del delito de concusión. En dicha audiencia,
se decreta la aprehensión en flagrancia, se acuerda la medida cautelar sustitutiva de libertad, prevista
en el artículo 256.2 del Código Orgánico Procesal Penal, y se ordenó la continuación del asunto por la vía
del procedimiento ordinario.

El 5 de noviembre de 2008, ante el Tribunal Quinto de Primera Instancia en Funciones de Control del
citado Circuito Judicial Penal, se realiza audiencia preliminar en la cual visto que “no consta la
autorización controlada de dinero Decreta la nulidad del acta 27-03-2007 en consecuencia quedan
anuladas las actas policial de fecha 27-03-2007, las resultas de autenticidad y falsedad adscrito a la
comisión de apoyo, actas de entrevista […]. Con lugar las excepciones opuestas, Es [sic] por lo que este
Tribunal no se [sic] admite la acusación. SEGUNDO: Asimismo se ordena el cese de las Medidas
impuestas a los imputados […]”. Dicha decisión fue fundamentada el 12 de ese mismo mes y año.

El 2 de marzo de 2009, en virtud del recurso de apelación interpuesto por el Fiscal Vigésimo Segundo del
Ministerio Público, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara declaró con lugar el
recurso de apelación ejercido y anuló, por inmotivada, la decisión dictada en audiencia preliminar, el 5
de noviembre de 2008 y fundamentada, el 12 de ese mismo mes y año, por el Tribunal Quinto de
Primera Instancia en Funciones de Control del mencionado Circuito Judicial Penal.

En consecuencia, ordenó remitir la presente causa a otro tribunal de control a los fines de que se
realizara la audiencia preliminar con la celeridad que amerita el caso.

El 12 de mayo de 2009, se realizó ante el Tribunal Noveno de Primera Instancia en Funciones de Control
del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, la audiencia preliminar en la cual se declaró: sin lugar la
nulidad solicitada por la defensa; se admitió totalmente la acusación contra el hoy accionante, por la
presunta comisión del delito de concusión en la modalidad de cooperador inmediato; se admitieron las
pruebas presentadas por las partes por ser útiles, necesarias y pertinentes para el esclarecimiento del
hecho investigado; se acordó medida cautelar sustitutiva de libertad de las previstas en el artículo
256.3.4 del Código Orgánico Procesal Penal, y se ordenó la apertura del juicio oral y público. Dicha
decisión se fundamentó en auto dictado el 15 de mayo de 2009.

El 16 de julio de 2009, la defensa del accionante interpone acción de amparo constitucional contra la
anterior decisión.

El 23 de julio de 2009, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara admitió la
acción de amparo constitucional.
El 23 de septiembre de 2009, se realizó la audiencia en la cual se declaró sin lugar la tutela constitucional
invocada, y el 30 de ese mismo mes y año, se publicó in extenso la anterior decisión.

El 5 de octubre de 2009, de manera tempestiva, la defensa del ciudadano Gonzalo Jesús García Sivira
interpuso escrito contentivo de recurso de apelación y sus fundamentos, contra la anterior decisión.

El 13 de octubre de 2009, se realizó el cómputo de los días transcurridos, y por oficio n° 709/2009, se
remitió la causa a esta Sala Constitucional.

II

FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO

Expuso que “una vez concluida la fase investigativa el Ministerio Público presentó Acusación contra [su]
patrocinado atribuyéndole la comisión del delito de Concusión […] en la modalidad de Cooperador
Inmediato: Por su parte la Defensa en la oportunidad de dar contestación a la Acusación, entre otras
cosas alegó la nulidad de dicho procedimiento por cuanto la Entrega Vigilada de dinero, no había sido
autoriza [sic] por ningún Juez de Control, como lo exigía el artículo 32 de la Ley Orgánica Contra la
Delincuencia Organizada, por tratarse de un Delito de Delincuencia Organizada como lo prevé la Ley en
referencia en su artículo 16 numeral 6 o en su defecto en caso de no aplicabilidad se debió controlar
conforme al artículo 282 del Código Orgánico Procesal Penal”.
Que “[e]l día 5 de Noviembre de 2008, en la oportunidad de celebrarse la Audiencia Preliminar, la Juez
de Control n° 5 después de escuchada cada una de las partes y sus alegatos decidió No Admitir la
Acusación por decretar la Nulidad alegada por la Defensa y declarar con lugar las excepciones opuestas
por la Defensa del otro acusado Gaudy Perozo, fundamentado su decisión el 12 de Noviembre de 2008,
auto contra el cual la Fiscalía Vigésima Segunda del Ministerio Público del Estado Lara, interpuso
Recurso de Apelación con fundamento en los artículos 447 ordinal 1° (sic), por tratarse de una decisión
que le ponía fin al proceso y 452 numeral 4° (sic) por errónea aplicación de una norma jurídica del
Código Orgánico Procesal Penal”.

Que “[s]iendo contestado dicho Recurso por la defensa el 28 de Noviembre de 2008, sosteniendo los
alegatos en cuanto a la nulidad de la Entrega Vigilada de Dinero, por violación del artículo 32 de la Ley
contra la Delincuencia Organizada. Haciendo referencia también en ese orden de ideas de que en caso
de no ser aplicable la Ley especial, esa actuación debió ser autorizada por el Tribunal de Control de
conformidad con lo previsto en el artículo 282 del Código Orgánico Procesal Penal. El 2 de marzo de
2009, la Corte de Apelaciones dictó decisión en relación al Recurso de Apelación interpuesto por el
Ministerio Público, declarando con lugar el mismo por encontrarse según su criterio la decisión de la
Juez de Control N° 5, dictada en fecha 12-11-08, en la que declaró con lugar la nulidad alegada por la
defensa Inmotivada, ordenando la realización de una nueva audiencia preliminar. El día 12 de Mayo de
2009, se realizó la nueva audiencia preliminar ante el Tribunal de Control N° 9, oportunidad ésta donde
la defensas alegó nuevamente la nulidad del procedimiento de Entrega Vigilada del Dinero, siendo
declarada sin lugar la nulidad por la juez de control, por considerar el tribunal que para el caso en
particular no operaba la figura de la entrega controlada de dinero que señalaba el artículo 32 de la Ley
contra la Delincuencia Organizada, ya que si bien era cierto la ley sustantiva penal disponía en el artículo
2 ordinales 1° y 2° los delitos en que aplica esta ley había que considerar que este grupo organizado
debe superar a más de 3 personas debidamente organizadas y en circunstancias específicas, en
consecuencia al no existir violación del debido proceso de Gonzalo García Sivira se declaró sin lugar la
nulidad, siendo admitida la Acusación del Ministerio Público”.

Que interpone la presente acción de amparo constitucional “contra el acto lesivo emanado de la Juez
Noveno de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara,
Abogada Wendy Carolina Azuaje Pérez, contra la decisión dictada en la Audiencia Preliminar realizada en
fecha 12 de Mayo de 2009 y contenida en el auto de apertura a juicio de fecha 15 de Mayo de 2009 […];
toda vez que en el mismo se declaró sin lugar la nulidad invocada por la defensa del acto de Entrega
Controlada de dinero, realizada el 27-3-07 presuntamente coordinada por la Fiscalía Vigésima Segunda
del Ministerio Público del Estado Lara, […] y haber admitido dicha prueba, constituyendo este vicio una
vulneración al derecho que tiene [su] representado a la tutela judicial efectiva, debido proceso y
derecho a la defensa, consagrados en los artículos 26, 49 numeral 1 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela”, toda vez que dicha decisión permitió que se incorporaran al proceso medios
probatorios obtenidos en procedimiento ilegal, sin control alguno por parte del Juez de Control.

En consecuencia, solicitó se declarara con lugar la acción de amparo constitucional interpuesta contra la
decisión dictada en la audiencia preliminar, el 12 de mayo de 2009, y publicada en el auto de apertura a
juicio, el 15 del mismo mes y año, por el Tribunal Noveno de Primera Instancia en Funciones de Control
del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar la nulidad solicitada del acto de entrega
controlada de dinero coordinada por la Fiscalía Vigésima Segunda del Ministerio Público del Estado Lara,
en consecuencia, se declarara la nulidad de la misma y se ordenara la realización de una nueva audiencia
preliminar.

III

DE LA DECISIÓN APELADA

La decisión dictada, el 30 de septiembre de 2009, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Estado Lara, fue del siguiente tenor:

“CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

[…]
El accionante intenta la presente acción de amparo constitucional, en virtud de la presunta VIOLACIÓN A
LOS DERECHOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES Y LEGALES, tales como Derecho a la Defensa, a la
Tutela Efectiva y al Debido Proceso, […] por el Juez de Primera Instancia en Funciones de Control Nº 09
de este Circuito Judicial Penal, por cuanto la misma declaró sin lugar la nulidad absoluta en Audiencia
Preliminar solicitada por la defensa.

[…]

De una revisión realizada a la presente incidencia accionada, se observa que en el caso de autos, el
Juzgado A quo en fecha 12 de Mayo de 2009, dictó decisión en la cual declaró sin lugar la solicitud de
nulidad planteada por la defensa privada, en los siguientes términos: …‘En el presente caso el abogado
WILMER MUÑOS [sic], interpone recurso de nulidad por considerar que existió violación a la garantía
Constitucional del debido proceso contemplado en el artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, toda vez que el procedimiento desplegado por funcionarios adscritos a la
División de Investigaciones y Apoyo Criminalísticos de la Fuerza Armada Policial del Estado Lara, en el
que resultara detenido su representado GONZALO JESÚS GARCÍA SIVIRA, identificado en auto, se llevó a
cabo sin cumplirse con el procedimiento legal de la entrega controlada que dispone el artículo 32 de la
Ley contra la Delincuencia Organizada.- Cabe hacer algunas consideraciones atinentes a la aplicación del
procedimiento de entrega controlada establecido en la Ley Orgánica contra la de [sic] Delincuencia
Organizada, partiendo que el legislador en el numeral 6 del artículo 16 de la Ley Orgánica contra la
Delincuencia Organizada, en el que se considera como delitos de delincuencia organizada los previstos
en la Ley contra la Corrupción; de allí que en el presente caso al haberse atribuido al imputado
GONZALO JESÚS GARCÍA SIVIRA, identificado en autos, la presunta comisión del delito de COOPERADOR
INMEDIATO EN EL DELITO DE CONCUSIÓN, previsto y sancionado en el artículo 60 de la Ley Contra la
Corrupción, en relación con el artículo 83 del Código Penal; estimó la defensa técnica que resultaba
necesario antes del despliegue del procedimiento policial en el que resultó detenido su representado la
autorización emitida por un Tribunal de Control para llevar a cabo la entrega controlada.- En ese
sentido, sobre la figura de la Entrega Controlada la doctrina a referido que se trata de operaciones en las
que (SIC.)… ‘el funcionario policial actúa como agente encubierto, circunstancia que implica el empleo
de una identidad falsa para pretender actuar como un miembro que tiene vinculaciones o intereses con
las actividades del grupo criminal que es objeto de la investigación. (Obra Titulada: La Delincuencia
Organizada en el ordenamiento jurídico venezolano, autora Nancy Carolina Granadillo Colmenares,
página 66).- Por su parte, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela a
referido ya en sentencia de fecha 20/03/2009, refiriéndose al criterio sostenido por dicha Sala respecto
al procedimiento de entrega controlada (sic)…‘Este procedimiento se utiliza para prevenir, detectar y
controlar las actividades ilegales que desarrolla la criminalidad organizada; frente a supuestos de
evidente flagrancia delictiva. Tiene como finalidad la identificación o el descubrimiento de los autores y
partícipes de delitos de criminalidad organizada’. (Resaltado y subrayado propio del Tribunal).- Bajo el
análisis del criterio citado a nivel Jurisprudencial, doctrinario, y en el mismo marco legal se observa que
la entrega controlada viene a constituir un procedimiento que los órganos de seguridad del Estado
llevan a cabo previa autorización emitida por un Tribunal de Control, y excepcionalmente por
autorización de la Fiscalía del Ministerio Público ante la presencia de una organización criminal cuando
existe sospecha de la comisión de un hecho punible; siendo uno de los protagonistas de este tipo de
operaciones es el que fue denominado por el legislador como agente encubierto, quien actúa
aparentando que forma parte de la organización criminal con una identificación falsa para pretender
actuar como un miembro que tiene vinculación o intereses con las actividades del grupo criminal objeto
de la investigación.- Para el caso concreto se observó que se estuvo presuntamente en presencia de una
delincuencia común, y no entre los grupos de delincuencia organizada propiamente dicho a que hace
mención el numeral 1 del artículo 2 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada en el que se
dispone que la criminalidad organizada se conforma por grupos de tres o más personas asociadas con la
intención de cometer delito; de allí que quien Juzga al apreciar que esta circunstancia está excluida
dentro de los supuestos de la norma antes dicha probablemente para el caso particular no se estaba en
presencia de un grupo criminal de delincuencia organizada y en consecuencia lo [sic] resultaba aplicable
dicho procedimiento de entrega controlada; motivo por el cual esta Juzgadora estimó que no se violentó
la garantía del debido proceso en las actuaciones judicial a que refiere el artículo 49 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, por lo que al no observarse vicios que acarreen la nulidad
absoluto [sic] en la forma que prevén los artículos 190 y 191 del Código Orgánico Procesal Penal, fue lo
que llevó a esta Juzgadora a declarar sin lugar el recurso de nulidad planteado por la defensa técnica...’.

Ahora bien, el procedimiento en cuestión que ha sido objeto del recurso de amparo que nos ocupa, se
celebró ajustado a derecho, así se desprende de la aplicación por parte del Tribunal A quo de los
artículos 283 y 300 respectivamente el COOP [sic], donde el Ministerio Público, cuando de cualquier
modo ha tenido conocimiento de la perpetración de un hecho punible de acción pública, dispone que se
practique todas las diligencias tendientes a investigar y hacer constar su comisión, con todas las
circunstancias que puedan influir en su calificación, y la responsabilidad de los autores, y el
aseguramiento de activos y pasivos relacionados con su perpetración. Esto fue lo que el Tribunal A quo,
en cumplimiento de estas disposiciones legales hizo en el presente caso; efectivamente y en este mismo
orden de ideas el Ministerio Público haciendo alarde del monopolio de la acción penal pública y por
mandato del imperio de la ley precalificó el hecho investigado como el delito de CONCUSIÓN en las
circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se dieron estos hechos, previsto y sancionado en el
artículo 60 de la Ley de contra la Corrupción, solicitando de igual modo que se decrete la aprehensión en
flagrancia de conformidad con el artículo 248 del COOP [sic] y se continué [sic] el procedimiento
ordinario de conformidad con el artículo 80 ejusdem [sic], a los fines de profundizar la investigación. Así
las cosas observa en definitiva esta Alzada que los derechos del presunto involucrado en este asunto
han sido garantizados y controlados por la eficiente actuación de la institución del Ministerio Público. Así
se decide.-

No obstante a lo anterior, es importante señalar que la causa se encuentra en Fase de Juicio y que es en
esta fase del proceso donde realmente se va a verificar el desarrollo de las pruebas y de su legalidad,
aplicando la inmediación, resultado [sic] por tanto improcedente la nulidad planteada por la defensa. Así
se decide.-

De lo antes expuesto, esta Alzada considera que no le asiste la razón al accionante, por cuanto no hubo
violación al derecho a la defensa, de garantías a los derechos, a la información y a ser oído, ya que la
decisión dictada por el Tribunal A quo se encuentra ajustada a derecho, es decir, no fue infringido
derecho constitucional alguno, puesto que de la revisión al presente asunto y a la decisión hoy
accionada, el imputado de autos se le garantizó el derecho a la defensa y su participación en todo
estado del proceso durante la fase de control, dando respuestas a sus peticiones que hiciera, bajo el
desarrollo del procedimiento previsto en la Ley, así como conjuntamente el Juez A quo, explicó
razonadamente, conforme a la Ley los motivos por la cual tomó la decisión hoy accionada. Por lo cual
esta Alzada considera pertinente y ajustado a derecho declarar SIN LUGAR la presente acción de amparo
interpuesta por el Abg. Wilmer José Muñoz Bravo, en su condición de Defensor Privado del ciudadano
Gonzalo Jesús García Silvira [sic], por cuanto el Juez de Primera Instancia en Funciones de Control Nº 09
de este Circuito Judicial Penal, causó una presunta vulneración a los derechos y garantías
constitucionales y legales, establecidos en los artículos 26, 27, 49 ordinal 1 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con el artículo 1 y 4 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, tales como Derecho a la Defensa, a la Tutela Efectiva y al
Debido Proceso, por cuanto la misma declaró sin lugar la nulidad absoluta en Audiencia Preliminar
solicitada por la defensa, en consecuencia se CONFIRMA la decisión dictada por el de [sic] Primera
Instancia en Funciones de Control Nº 09 de este Circuito Judicial Penal en fecha 12-05-2009 y
fundamentada en fecha 15-05-2009. Así se Decide.-

DECISIÓN
Por las razones expuestas, esta Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción
Judicial del Estado Lara, actuando en Sede Constitucional, en Primera Instancia, Administrando Justicia,
en nombre de la República y por autoridad de la Ley, RESUELVE:

PRIMERO: Se declara SIN LUGAR la presente acción de amparo interpuesta por el Abg. Wilmer José
Muñoz Bravo, en su condición de Defensor Privado del ciudadano Gonzalo Jesús García Silvira [sic], por
cuanto el Juez de Primera Instancia en Funciones de Control Nº 09 de este Circuito Judicial Penal, causó
una presunta vulneración a los derechos y garantías constitucionales y legales, establecidos en los
artículos 26, 27, 49 ordinal 1 de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, en
concordancia con el artículo 1 y 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, tales como Derecho a la Defensa, a la Tutela Efectiva y al Debido Proceso, por cuanto
la misma declaró sin lugar la nulidad absoluta en Audiencia Preliminar solicitada por la defensa.

SEGUNDO: SE CONFIRMA la decisión dictada por el de [sic] Primera Instancia en Funciones de Control Nº
09 de este Circuito Judicial Penal en fecha 12-05-2009 y fundamentada en fecha 15-05-2009”.

IV

DE LA COMPETENCIA

Previo a cualquier decisión, esta Sala debe pronunciarse acerca de su competencia para conocer del
presente caso. En atención a ello, se observa que, con relación al recurso de apelación que establece el
artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, en sentencia del
20 de enero de 2000, caso: Emery Mata Millán, se declaró competente para conocer de todas las
apelaciones interpuestas contra las sentencias que resuelvan acciones de amparo constitucional,
dictadas por los juzgados superiores de la República [salvo los juzgados superiores en lo contencioso
administrativo], las cortes de lo contencioso administrativo y las cortes de apelaciones en lo penal,
cuando conozcan de dichas acciones como tribunales de primera instancia.

Ahora bien, dicho criterio permanece vigente de conformidad con lo establecido en la Disposición
Derogatoria, Transitoria y Final, letra b) de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, publicada
en la Gaceta Oficial n° 37.942 del 20 de mayo de 2004, pues dispone que, hasta tanto sea sancionada la
Ley de la Jurisdicción Constitucional, la tramitación de los recursos y solicitudes que se intenten ante
esta Sala, se regirá por los procedimientos previstos en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia
y demás normativas especiales, en cuanto sean aplicables, así como por “las interpretaciones
vinculantes, expresamente indicadas en el artículo 335 constitucional”.

Visto entonces, que en el presente caso, se somete al conocimiento de esta Sala Constitucional la
apelación de un fallo dictado por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, esta
Sala asume la competencia para conocer del asunto planteado. Así se declara.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE APELACIÓN

La defensa en su escrito expone:

Que “analizando la situación y sus fundamentos, se puede observar que la Corte de Apelaciones en su
parte motiva se centra en explicar a nivel doctrinario y jurisprudencial en qué consiste la Entrega
Controlada de Dinero, pero nada dijo en relación a la autorización que para dicho procedimiento exige el
artículo 32 de la Lay [sic] Orgánica contra la Delincuencia Organizada, debido a que el delito que se
ventila en el caso de marras es un delito de delincuencia organizada por calificarlo así la ley especial.
Ante la inexistencia de la autorización requerida por la ley especial, pretendieron los Magistrados de las
Cortes de Apelaciones justificar el procedimiento cuya nulidad se solicita haciendo alusión al contenido
de los artículos 283 del Código Orgánico Procesal Penal referente a la Investigación del Ministerio
Público y el 300 ejusdem [sic] al Inicio de la Investigación, pretendiendo justificar con dichas normas el
procedimiento ilegal practicado por los funcionarios públicos autorizado por el Ministerio Público, según
lo expresado por ellos en el acta del procedimiento”.

Que, “en cuanto a la actuación del Ministerio Público en la Fase de Investigación, bien es cierto que las
disposiciones anteriormente referidas autorizan al Ministerio Público para la intervenir y dirigir los actos
de investigación, pero esa actuación del Ministerio Público y/o la de sus órganos auxiliares tiene que
estar regulada por un tercero, en este caso por el Juez de Control de conformidad con lo dispuesto en el
282 del Código Adjetivo Penal que hace referencia al Control Judicial, planteamiento que también fue
alegado en el escrito contentivo de la Acción de Amparo y en la oportunidad de realizarse la Audiencia
Constitucional pero nada dijeron los Magistrados de la Corte de Apelaciones al respecto”.

Denuncia que en la decisión de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, “los
Jueces: A Quo pretenden, convalidar la actuación ilegal de los cuerpos policiales, por el hecho de que los
artículos 283 y 300 del Código Orgánico Procesal Penal autorizan al Ministerio Público la dirección de la
fase de investigación, pretendiendo obviar con ello el control judicial previsto en el artículo 282 del
Código Orgánico Procesal Penal”.

En atención a lo expuesto apela de la decisión dictada, el 30 de septiembre de 2009, por la Corte de


Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar la acción de amparo
interpuesta por dicha defensa, en representación del ciudadano Gonzalo Jesús García Sivira, y solicita
que el presente recurso sea admitido y tramitado conforme a derecho.
VI

MOTIVACIÓN PARA DECIDIR

Para decidir la Sala observa lo siguiente:

En el caso de autos, se observa que la parte accionante solicita la tutela constitucional centrando su
argumento en que el Tribunal Noveno de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial
Penal del Estado Lara, al declarar sin lugar la nulidad solicitada lesionó sus derechos fundamentales a la
defensa y al debido proceso, ya que admitió la prueba de entrega controlada de dinero, y con ello, a su
decir, convalidó la actuación ilegal de los cuerpos policiales, lo que permitió que se incorporaran al
proceso medios probatorios obtenidos en procedimiento ilegal, sin control alguno por parte del Juez de
Control.

La Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara declaró sin lugar la acción de amparo
constitucional solicitada, al verificar que al accionante no se le lesionaron derechos ni garantías
constitucionales pues el juez a quo actuó ajustado a derecho. No obstante, la defensa del accionante
apela de la mencionada decisión dictada por la corte de apelaciones, alegando que ésta nada dijo en
relación a la autorización para el procedimiento de entrega controlada de dinero que exige el artículo 32
de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada. Asimismo, denuncia que los Magistrados de la
Corte de Apelaciones justificaron el procedimiento cuya nulidad solicitó haciendo alusión al contenido
de los artículos 283 y 300 del Código Orgánico Procesal Penal, justificando igualmente con dichas
normas el procedimiento ilegal practicado por los funcionarios públicos autorizado por el Ministerio
Público, según lo expresado por ellos en el acta del procedimiento.
Ahora bien, en el presente caso como se observa, el accionante denuncia la presunta omisión de la
Corte de Apelaciones respecto a que nada dijo en relación a la autorización para el procedimiento de
entrega controlada de dinero que exige el artículo 32 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia
Organizada; pues bien al respecto, es necesario traer a colación lo que esta Sala Constitucional ha
señalado respecto al vicio constitucional de incongruencia omisiva, así en sentencia n° 2465 del 15 de
octubre de 2002, caso: José Pascual Medina Chacón, se precisó lo que sigue:

“Conviene entonces señalar que la tendencia jurisprudencial y doctrinaria contemporánea en materia


constitucional, es considerar la violación del derecho a la tutela judicial efectiva por lo que se denomina
como ‘incongruencia omisiva’ del fallo sujeto a impugnación.

La jurisprudencia ha entendido por ‘incongruencia omisiva’ como el ‘desajuste entre el fallo judicial y los
términos en que las partes formularon sus pretensiones, concediendo más o menos o cosas distintas de
lo pedido, (que) puede entrañar una vulneración del principio de contradicción, lesivo al derecho a la
tutela judicial efectiva, siempre y cuando la desviación sea de tal naturaleza que suponga una sustancial
modificación de los términos en que discurrió la controversia’ (sentencia del Tribunal Constitucional
Español 187/2000 del 10 de julio).

[...]

Pero no toda omisión debe entenderse como violatoria del derecho a la tutela judicial efectiva, sino
aquella que se refiere a la pretensión de la parte en el juicio y no sobre meros alegatos en defensa de
esas mismas pretensiones, puesto que estas últimas no requieren un pronunciamiento tan minucioso
como las primeras y no imponen los límites de la controversia, ello en consonancia con lo preceptuado
en el numeral 8 del artículo 49 de la vigente Constitución que exige una ‘incongruencia omisiva’.
Finalmente, debe analizarse si la omisión fue desestimada tácitamente o pueda deducirse del conjunto
de razonamientos de la decisión, pues ello equivaldría a la no vulneración del derecho reclamado”.
Conforme a lo expuesto, y del análisis efectuado por la decisión apelada, se observa que la Corte de
Apelaciones sí desestimó de manera tácita el alegato formulado por la parte actora, al haber confirmado
la decisión dictada por el Juzgado Noveno de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Lara, cuando desechó el mismo alegato según el cual el procedimiento se llevó
a cabo sin cumplirse con el procedimiento legal de la entrega controlada que dispone el artículo 32 de la
Ley contra la Delincuencia Organizada, al concluir que “se estuvo presuntamente en presencia de una
delincuencia común, y no entre los grupos de delincuencia organizada propiamente dicho a que hace
mención el numeral 1 del artículo 2 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada en el que se
dispone que la criminalidad organizada se conforma por grupos de tres o más personas asociadas con la
intención de cometer delito; de allí que quien Juzga al apreciar que esta circunstancia está excluida
dentro de los supuestos de la norma antes dicha probablemente para el caso particular no se estaba en
presencia de un grupo criminal de delincuencia organizada y en consecuencia lo [sic] resultaba aplicable
dicho procedimiento de entrega controlada; motivo por el cual [esa] Juzgadora estimó que no se
violentó la garantía del debido proceso en las actuaciones judicial a que refiere el artículo 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

En tal virtud, no se estima que sobre este particular la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Estado Lara haya lesionado derecho alguno. Así se decide.

Ahora bien, del atento estudio de la pretensión se observa que el accionante interpone su acción de
amparo constitucional alegando la violación de derechos fundamentales tales como el derecho a la
defensa y al debido proceso; sin embargo, la pretensión está dirigida a que el juez de amparo entre a
analizar nuevamente como si de un recurso de apelación se tratase la nulidad solicitada sobre la entrega
controlada de dinero.
Es de señalar que de acuerdo a la jurisprudencia reiterada de este Tribunal Supremo de Justicia y el
artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales los requisitos de
procedencia de la acción de amparo contra sentencias judiciales son los siguientes: a) el juez que emanó
el acto presuntamente lesivo haya incurrido en una grave usurpación de funciones o abuso de poder, b)
que tal proceder ocasione la violación de un derecho constitucional y, finalmente, c) que se hayan
agotado todos los mecanismos procesales existentes, o que los mismos resulten inidóneos para restituir
o salvaguardar el derecho lesionado o amenazado.

Asimismo, esta Sala ha establecido, en numerosas oportunidades, que en virtud de la autonomía e


independencia de la que gozan los jueces al decidir, los mismos, si bien deben ajustarse a la Constitución
y a las leyes al resolver una controversia, disponen de un amplio margen de valoración sobre los medios
probatorios y del derecho aplicable a cada caso, por lo cual pueden interpretarlos y ajustarlos a su
entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar, sin que el juzgador de amparo pueda
inmiscuirse dentro de esa autonomía del juez en el estudio y resolución de la causa, salvo que tal criterio
viole, notoriamente, derechos o principios constitucionales [Cfr. sentencia n° 3.149 del 6 de diciembre
de 2002, caso: Edelmiro Rodríguez Lage, ratificada en decisiones núms. 1211/2006, 2483/2007, entre
otras].

Asimismo, en decisión del 27 de julio de 2000, caso: Segucorp, la Sala sostuvo que “en el procedimiento
de amparo el juez enjuicia las actuaciones de los órganos del poder público o de los particulares, que
hayan podido lesionar los derechos fundamentales. Pero, en ningún caso, puede revisar, por ejemplo, la
aplicación o interpretación del derecho ordinario, por parte de la administración o los órganos judiciales,
a menos que de ella se derive una infracción directa de la Constitución”.

En el caso bajo examen, se observa que el presunto agraviado, no señala en ningún momento la forma
mediante la cual el juez de primera instancia se extralimitó en las atribuciones que le otorgaba la ley,
ocasionando así, la supuesta violación de sus derechos constitucionales, lo que se desprende de sus
denuncias en su desacuerdo ante la aplicación del derecho la cual sirvió de fundamento para el Juez
Noveno de Control para declarar sin lugar la nulidad; sin que esta Sala evidencie de la decisión dictada
por dicho juez la infracción de los derechos invocados, por el contrario, actuó en ejercicio legítimo de
sus atribuciones legalmente conferidas, con apego a derecho; no desvirtuó el propósito de su potestad y
no existió abuso de poder ni usurpación o extralimitación de funciones.

En consecuencia, esta Sala no estima que las decisiones dictadas por el Juzgado de Control y por la Corte
de Apelaciones hayan violado de manera alguna derechos o garantías constitucionales o actuado fuera
de sus competencias; razón por la cual no se configuran los supuestos de procedencia del amparo contra
decisiones a que alude el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales.

En consecuencia, esta Sala Constitucional declara sin lugar el recurso de apelación interpuesto por el
abogado Wilmer José Muñoz Bravo, en su carácter de defensor privado del ciudadano Gonzalo Jesús
García Sivira, y confirma la decisión dictada, el 30 de septiembre de 2009, por la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar la acción de amparo constitucional
incoada, contra el fallo dictado en la audiencia preliminar, el 12 de mayo de 2009, y publicada en el auto
de apertura a juicio, el 15 del mismo mes y año, por el Tribunal Noveno de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar la nulidad
solicitada del acto de entrega controlada de dinero coordinada por la Fiscalía Vigésima Segunda del
Ministerio Público del Estado Lara. Así se decide.

No obstante lo anterior, esta Sala quiere advertir a la Corte de Apelaciones de un error en el cual
incurrió en su decisión, cuando indicó que “la causa se encuentra en Fase de Juicio y que es en esta fase
del proceso donde realmente se va a verificar el desarrollo de las pruebas y de su legalidad”; afirmación
que si bien no causa agravio constitucional alguno a la parte accionante, y no modifica en ningún modo
la conclusión a la cual arribó la Sala respecto al amparo, sí es importante corregir dicha imprecisión ya
que ello va contra lo dispuesto en el artículo 330.9 del Código Orgánico Procesal Penal, el cual señala
que en la fase intermedia “[f]inalizada la audiencia el Juez o Jueza resolverá, en presencia de las partes,
sobre las cuestiones siguientes [...] 9. Decidir sobre la legalidad, licitud, pertinencia y necesidad de la
prueba ofrecida para el juicio oral”; por ende, resulta originariamente de la competencia del juez de
control en la audiencia preliminar pronunciarse sobre la licitud de la prueba, tal como sucedió en el caso
de autos.

DECISIÓN

Por las razones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional, administrando
justicia en nombre de la República por autoridad de la ley declara SIN LUGAR el recurso de apelación
interpuesto por el abogado Wilmer José Muñoz Bravo, en su carácter de defensor privado del ciudadano
Gonzalo Jesús García Sivira, y CONFIRMA la decisión dictada, el 30 de septiembre de 2009, por la Corte
de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar la acción de amparo
constitucional incoada, contra el fallo dictado en la audiencia preliminar, el 12 de mayo de 2009, y
publicada en el auto de apertura a juicio, el 15 del mismo mes y año, por el Tribunal Noveno de Primera
Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar la
nulidad solicitada del acto de entrega controlada de dinero coordinada por la Fiscalía Vigésima Segunda
del Ministerio Público del Estado Lara.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Remítase el expediente a su tribunal de origen. Cúmplase lo


ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas a los 19 días del mes de MAYO del año dos mil diez. Años: 200º de la Independencia
y 151º de la Federación.

La Presidenta,

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

El Vicepresidente,

FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ


Ponente

Los Magistrados,

JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO

PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ


MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES


El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

FACL/

EXP. n° 09-1217

El Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz manifiesta su disentimiento del fallo que antecede, razón por
la cual, de conformidad con el artículo 20 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, salva su
voto en los siguientes términos:
1. La mayoría sentenciadora decidió, en el caso sub examine, que “…el presunto agraviado no
señala en ningún momento la forma mediante la cual el juez de primera instancia se extralimitó en las
atribuciones que le otorgaba la ley, ocasionando así, la supuesta violación de sus derechos
constitucionales, lo que se desprende de sus denuncias en su desacuerdo ante la aplicación del derecho
la cual sirvió de fundamento para el Juez Noveno de Control para declarar sin lugar la nulidad; sin que
esta Sala evidencie de la decisión dictada por dicho juez la infracción de los derechos invocados, por el
contrario, actuó en ejercicio legítimo de sus atribuciones legalmente conferidas, con apego a derecho,
no desvirtuó el propósito de su potestad y no existió abuso de poder ni usurpación o extralimitación de
sus funciones”.

2. Contrario a la valoración que antecede, quien suscribe advierte que el quejoso indicó, con
precisión, según deriva del propio contenido del acto decisorio contra el cual se expide el presente voto,
la razón por la cual interpuso su pretensión de amparo constitucional, esto es, “…‘contra el acto lesivo
de la Juez Noveno de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado
Lara, Abogada Wendy Carolina Azuaje Pérez, contra la decisión dictada en Audiencia Preliminar
realizada en fecha 12 de mayo de de 2009 y contenida en el auto de apertura a juicio de fecha 15 de
mayo de 2009 (…) y haber admitido dicha prueba, constituyendo dicho vicio una vulneración al derecho
que tiene (su) representado a la tutela judicial efectiva, debido proceso y derecho a la defensa,
consagrados en los artículos 26, 49 numeral 1 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela’, toda vez que dicha decisión permitió que se incorporaran al proceso medios probatorios
obtenidos en procedimiento ilegal, sin control alguno por parte del Juez de Control” (resaltado por el
disidente).

2.1. De la transcripción que precede se extrae, con certeza, que la pretensión tutelar estuvo afincada
en la impugnación contra un acto de juzgamiento mediante el cual se desestimó una solicitud de
declaración de nulidad, por parte del Tribunal de Control, que el quejoso presentó ante dicho órgano
jurisdiccional. Se trató, entonces, de la actualización de un supuesto respecto del cual esta Sala ha
señalado, de manera reiterada y pacífica, que la demanda de tutela constitucional debía ser admitida, ya
que, de conformidad con el Código Orgánico Procesal Penal que era aplicable al caso, de acuerdo con los
principios que rigen la vigencia temporal de la ley penal, la apelación no era admisible contra las
decisiones judiciales mediante la cual se negara la referida solicitud de nulidad.

2.2. Por otra parte, el legitimado pasivo sí señaló, de manera inequívoca, que la solicitud de
declaración de nulidad del acto de entrega controlada de dinero estuvo basada en la circunstancia de
que el mismo no había sido autorizado por el Juez de Control, de suerte que el auto por el cual fue
negada la referida pretensión vulneró los derechos fundamentales de dicha parte a la tutela judicial
eficaz, el debido proceso y la defensa, porque “dicha decisión permitió que se incorporaran al proceso
medios probatorios obtenidos en procedimiento ilegal, sin control alguno por el Juez de Control”.
3. Así las cosas, quien suscribe estima que la Sala partió de un falso supuesto cuando declaró la
improcedencia de la apelación que el quejoso intentó contra la sentencia definitiva de primera instancia
que fue expedida en la presente causa, con base en una supuesta y negada inmotivación de la
pretensión de tutela constitucional; mayormente, cuando la demanda de amparo de autos contenía una
denuncia grave, como fue la de la incorporación de una prueba –la que derivó de la incidencia de
entrega controlada de dinero-, la cual habría sido obtenida ilegalmente, sin que ella hubiera sido
precedida de correspondiente autorización judicial. Tal impugnación hacía aun más imperativo el
análisis del fondo de la pretensión tutelar, ya que, en relación con la misma y los alegatos del
demandante, en la presente causa se estaba en el deber de juzgamiento sobre la constitucionalidad y
legalidad de la admisión de dicha modalidad probatoria, cuya obtención ocurrió –según alegó el actual
legitimado activo- sin la debida autorización judicial que, en todo caso, habría debido ser expedida, aun
cuando se tratara de un hecho punible que no era legalmente calificable como de delincuencia
organizada; ello, como prevención o reparación de la posible vulneración a derechos fundamentales
como los de la igualdad ante la ley, la tutela judicial eficaz y la defensa que reconoce nuestra vigente
Constitución.

Quedan expresados, en los términos precedentes, los motivos del disentimiento del Magistrado que
expide el presente voto salvado.

Fecha retro.

La Presidenta,
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

El Vicepresidente,

FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ

Los Magis…/

…trados,

JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO


PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ

Disidente

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN


CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES

El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

PRRH.sn.ar.

Exp. 09-1217

Quien suscribe, Magistrado Marcos Tulio Dugarte Padrón, salva su voto por disentir del fallo que
antecede en el cual se declaró sin lugar el recurso de apelación que interpuso el abogado Wilmer José
Muñoz Bravo, en su carácter de defensor privado del ciudadano Gonzalo Jesús García Sivira, y confirmó
la decisión dictada, el 30 de septiembre de 2009, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Estado Lara, que declaró sin lugar la acción de amparo constitucional incoada contra el fallo dictado
en la audiencia preliminar, el 12 de mayo de 2009, y publicado conjuntamente en el auto de apertura a
juicio, el 15 del mismo mes y año, por el Tribunal Noveno de Primera Instancia en funciones de Control
del mismo Circuito Judicial Penal, con fundamento en las razones que se señalan a continuación:

En el fallo del cual se disiente la mayoría sentenciadora sostuvo que “…Ahora bien, del atento estudio de
la pretensión se observa que el accionante interpone su acción de amparo constitucional alegando la
violación de derechos fundamentales tales como el derecho a la defensa y al debido proceso; sin
embargo, la pretensión está dirigida a que el juez de amparo entre a analizar nuevamente como si de un
recurso de apelación se tratase la nulidad solicitada sobre la entrega controlada de dinero (…). En el caso
bajo examen, se observa que el presunto agraviado, no señala en ningún momento la forma mediante la
cual el juez de primera instancia se extralimitó en las atribuciones que le otorga la ley, ocasionado así, la
supuesta violación de sus derechos constitucionales, lo que se desprende de sus denuncias en su
desacuerdo ante la aplicación del derecho la cual sirvió de fundamento para el Juez Noveno de Control
para declarar sin lugar la nulidad; sin que esta Sala evidencie de la decisión dictada por dicho juez la
infracción de los derechos invocados, por el contrario, actuó en ejercicio legítimo de sus atribuciones
legalmente conferidas, con apego a derecho; no desvirtuó el propósito de su potestad y no existió abuso
de poder ni usurpación o extralimitación de funciones. En consecuencia, esta Sala no estima que las
decisiones dictadas por el Juzgado de Control y por la Corte de Apelaciones hayan violado de manera
alguna derechos y garantías constitucionales o actuado fuera de sus competencias; razón por la cual no
se configuran los supuestos de procedencia del amparo contra decisiones a que alude el artículo 4 de la
Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales…”.

Por su parte el accionante en amparo entre sus argumentos esgrimidos delata que: “…El 29 de marzo de
2007, se celebró ante el Tribunal Tercero de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Lara, audiencia de flagrancia, (en contra de su patrocinado), por la presunta
comisión del delito de concusión. En dicha audiencia, se decreta la aprehensión en flagrancia, se
acuerda la medida cautelar sustitutiva de libertad (…). Una vez concluida la fase investigativa el
Ministerio Público presentó Acusación contra (su) patrocinado atribuyéndole la comisión del delito de
Concusión (…) en la modalidad de Cooperador Inmediato. Por su parte (su) defensa en la oportunidad de
dar contestación a la Acusación, entre otras cosas alegó la nulidad de dicho procedimiento por cuanto la
Entrega Vigilada de dinero, no había sido autoriza(da) por ningún Juez de Control, como lo exigía el
artículo 32 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada…”.

Quien disiente sostiene que causa asombro la postura a la que arribó la mayoría sentenciadora al
afirmar que “…, esta Sala no estima que las decisiones dictadas por el Juzgado de Control y por la Corte
de Apelaciones hayan violado de manera alguna derechos y garantías constitucionales o actuado fuera
de sus competencias; razón por la cual no se configuran los supuestos de procedencia del amparo contra
decisiones a que alude el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales…”.

En efecto, es importante destacar que tanto el procedimiento ordinario (por denuncia) como el especial
(por flagrancia), no son compatibles en una misma causa, estos procedimientos buscan el
establecimiento de los hechos que deben ser luego llevados al juicio, en el primer caso (ordinario), ante
una denuncia, el fiscal del Ministerio Público, debe instruir la causa para encontrar la verdad de la
denuncia, en el segundo caso (flagrancia) el fiscal del Ministerio Público, se consigue con un hecho y
todas las pruebas del mismo, por ello al acreditarse la flagrancia, la investigación se acorta, y sólo se
tiene un lapso para presentar la acusación.

En tal sentido, se debe afirmar que la libertad es un valor superior del ordenamiento jurídico consagrado
en la Carta Magna, pero también un derecho fundamental que funge como presupuesto de otras
libertades y derechos fundamentales. De esto se deriva que tal derecho, el cual se encuentra
estrechamente vinculado a la dignidad humana, tiene un papel medular en el “edificio constitucional”
venezolano, siendo que el mismo corresponde por igual a venezolanos y extranjeros (Ver. sentencias de
esta Sala números 1.744 del 9 de agosto de 2007; y 2.046 de 5 de noviembre del 2007, de esta Sala).

Sin embargo, como todo derecho fundamental el mismo puede limitarse con ciertos supuestos
excepcionales. En efecto, esta Sala en sentencia No. 492 de 1 de abril de 2008 (caso: Diana Carolina
Mora Herrera), señaló que:

“No obstante lo anterior, cabe destacar que si bien el derecho fundamental a la libertad personal es la
regla general, es el caso que el propio texto constitucional permite que el mismo pueda verse limitado
en ciertos supuestos excepcionales, como lo son los establecidos taxativamente en el artículo 44.1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Dicha norma establece:

‘Artículo 44. La libertad personal es inviolable, en consecuencia:

1. Ninguna persona puede ser arrestada o detenida sino en virtud de una orden judicial, a menos que
sea sorprendida in fraganti. En este caso será llevada ante una autoridad judicial en un tiempo no mayor
de cuarenta y ocho horas a partir del momento de la detención. Será juzgada en libertad, excepto por
las razones determinadas por la ley y apreciadas por el juez o jueza en cada caso (…)’ (Subrayado del
presente fallo). En sintonía con la citada norma constitucional, el legislador patrio ha consagrado el
principio de afirmación de libertad en el texto del artículo 9 del Código Orgánico Procesal Penal, según el
cual:’Artículo 9º. Afirmación de la libertad. Las disposiciones de este Código que autorizan
preventivamente la privación o restricción de la libertad o de otros derechos del imputado, o su
ejercicio, tienen carácter excepcional, sólo podrán ser interpretadas restrictivamente, y su aplicación
debe ser proporcional a la pena o medida de seguridad que pueda ser impuesta. Las únicas medidas
preventivas en contra del imputado son las que este Código autoriza conforme a la Constitución’. Del
texto de las citadas disposiciones normativas, se pueden distinguir varios aspectos, todos relevantes en
cuanto al referido derecho a la libertad: 1.- La libertad es la regla. Incluso las personas que sean juzgadas
por la comisión de delitos o faltas deben, en principio, serlo en libertad. 2.- Sólo se permiten arrestos o
detenciones si existe orden judicial, salvo que sea la persona sorprendida in franganti. 3.- En caso de
flagrancia, sí se permite detención sin orden judicial, pero sólo temporal, para que en un plazo breve (48
horas) se conduzca a la persona ante la autoridad judicial. Igualmente, debe afirmarse que el artículo
44.1 del Texto Constitucional dispone una obligación en salvaguarda del derecho: la de intervención de
los jueces para privar de libertad a una persona. De hecho, la garantía del juez natural presupone la
existencia de un juez. El Poder Judicial se entiende, al menos así ha sido el resultado de la evolución de
las instituciones públicas, como el garante de los derechos, protegiéndolos del aparato administrativo
del Estado, al cual se le reservan otras tareas (sentencia n° 130/2006, de 1 de febrero, de esta Sala)”.

Del análisis del artículo 44 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como de la
sentencia parcialmente transcrita, se puede inferir, que en nuestro ordenamiento jurídico sólo se
permite dos posibilidades para restringir la libertad personal, a saber, que la persona sea sorprendida in
franganti cometiendo un delito o que medie sobre ella una orden judicial (de aprehensión o captura
emitida por una autoridad judicial), en consecuencia, cualquier situación que se produzca contrariando
lo aquí estipulado es absolutamente inconstitucional y esa circunstancia no puede ser avalada por
ningún órgano jurisdiccional de la República.

Con respecto a las restricciones del principio de la libertad personal, ya esta Sala, en sentencia No. 972
del 9 de mayo de 2006 (caso: Julián Isaías Rodríguez Díaz), señaló que:

“…El artículo 44, cardinal 1, de la Constitución de 1999 dispone:

La libertad personal es inviolable, en consecuencia:

1. Ninguna persona puede ser arrestada o detenida sino en virtud de una orden judicial, a menos que
sea sorprendida in fraganti. En este caso será llevada ante una autoridad judicial en un tiempo no mayor
de cuarenta y ocho horas a partir del momento de la detención. Será juzgada en libertad, excepto por
las razones determinadas por la ley y apreciadas por el juez o jueza en cada caso. La constitución de
caución exigida por la ley para conceder la libertad de la persona detenida no causará impuesto alguno’.
La norma constitucional que se transcribió recoge expresamente el derecho fundamental a la libertad
personal y contiene los aspectos más relevantes que garantizan el ejercicio y respeto de ese derecho.
Así, de su lectura e interpretación literal se deriva, en primer lugar, que la libertad es la regla. Incluso las
personas que sean juzgadas por la comisión de delitos o faltas deben, en principio, serlo en libertad. En
segundo lugar, y en lo que especialmente incumbe al caso de autos, sólo se permiten arrestos o
detenciones –incluso aquellos preventivos- si existe orden judicial, salvo que la persona sea sorprendida
in fraganti. En este último caso de flagrancia, sí se permite detención preventiva sin orden judicial, pero
sólo temporal, para que en un plazo muy breve, no más de cuarenta y ocho (48) horas, se conduzca a la
persona ante la autoridad judicial. De manera que la norma, tal como expuso esta Sala en anteriores
oportunidades (entre otras, en reciente sentencia no. 130 de 1-2-O6), impone como garantía del
derecho fundamental a la libertad personal e, incluso, como garantía del juez natural, la reserva
obligada de la medida excepcional de privación de libertad a la autoridad judicial. Tal intervención
implica que estén proscritas constitucionalmente, salvo que medie el supuesto de flagrancia, las
limitaciones a la libertad personal por parte de órganos de naturaleza administrativa, los cuales deben
colaborar como órganos auxiliares de justicia, mas no pueden sustituirse en ciertas potestades
exclusivas del órgano jurisdiccional, entre otras para la imposición de limitaciones a la libertad personal.
En esa oportunidad, esta Sala estableció: ‘El Poder Judicial se entiende, al menos así ha sido el resultado
de la evolución de las instituciones públicas, como el garante de los derechos, protegiéndolos del
aparato administrativo del Estado, al cual se le reservan otras tareas. Precisamente a ese aparato
administrativo, enorme y por lo general más dotado en personal y recursos materiales que el judicial, se
le encomienda una labor básica en relación con la justicia: la de colaborar con ella. Las fuerzas de policía
son, en realidad, imprescindibles en la labor de los tribunales penales. Las policías aprehenden a
personas en el mismo momento en que se les observa cometiendo el hecho tipificado como punible o
investigan para dar con los sospechosos y solicitar del tribunal que les permita capturarlos y ponerlos
luego a sus órdenes. Los jueces, así, juzgan a quienes los órganos policiales suelen traer ante ellos. Sin
órganos de policía el sistema de justicia estaría incompleto. Negar a los cuerpos policiales el poder para
efectuar detenciones cuando en sus tareas diarias observan cómo algunas personas violan la ley o
cuando se esfuerzan en investigar para descubrir quién lo ha hecho, implicaría vaciar de contenido su
misión, en franco perjuicio para la colectividad. Lo que no puede permitirse es que los órganos policiales
cuenten con el poder para ser ellos mismos los que sancionen o que se les permita alargar las
detenciones antes de poner a las personas frente a los jueces. Tal vez sólo en sociedades
extremadamente refinadas los cuerpos policiales pueden proporcionar garantías suficientes. La misión
de los órganos de policía es, entonces, fundamental (la seguridad de los ciudadanos) y sus medios deben
ser proporcionales, pero no puede ocultarse que, por su magnitud, la Administración (de la que la policía
forma parte) es la que necesita control para evitar los excesos en que pudiera incurrir en el ejercicio de
sus poderes. Ahora bien, la relevancia de las competencias de los cuerpos policiales no elimina su
carácter de órganos auxiliares de los órganos que imparten justicia (los jurisdiccionales). Los órganos de
policía tienen competencias que no son de auxilio judicial, como la vigilancia callejera, el control del
orden público, la advertencia a la ciudadanía sobre su proceder indebido, entre otras. Su sola presencia
es motivo, cuando trabajan correctamente, para dar tranquilidad a la colectividad. Lo que no tienen
autorizado es, so pretexto del control del orden público y de la seguridad ciudadana, detener personas.
Los dos únicos supuestos en que pueden hacerlo ya se han mencionado: si son capturadas in fraganti en
la comisión de un delito o si un juez dicta una orden en tal sentido para que sea ejecutada por la
Administración’. En síntesis, y como se expuso, a partir de la Constitución de 1999 la regla constitucional
es que la privación de libertad requiere siempre de previa orden judicial y que, sólo como excepción, los
órganos policiales pueden efectuar detenciones preventivas si el sujeto infractor es sorprendido in
franganti o bien si han sido autorizados por un juez, y siempre que esa medida no se extienda por más
de cuarenta y ocho (48) horas…”. (Resaltado del presente fallo).

Lo que pretende quien disiente, no es más que poner en relieve, una serie de presupuestos que siempre
deberán configurarse para restringir la libertad personal, independientemente de cuál sea la medida de
que se trate, advirtiendo en todo caso que cada medida puede requerir de presupuestos específicos de
procedencia, es decir, como se señaló supra que la persona sea sorprendida in franganti cometiendo un
delito en todos sus supuestos (ver. sentencia No. 2580 del 11 de diciembre de 2001 Caso: Naudy Alberto
Pérez Briceño), o que medie sobre ella una orden judicial (de aprehensión o captura emitida legalmente
por una autoridad judicial competente), es decir, que no se comentan arbitrariedades por parte de los
órganos policiales a la hora de detener a una persona, sin que se cumplan los presupuestos aquí
establecidos.

En el constitucionalismo actual, ha cobrado gran importancia la categoría de los valores superiores del
ordenamiento jurídico, expresados como tales en las Constituciones, los cuales informan todo el sistema
jurídico y rige los procesos de aplicación e interpretación del derecho, en tal sentido, cualquier acto
dictado que menoscabe a estos derechos fundamentales entre los que destaca la libertad personal,
debe ser declarado nulo.

En el presente caso, la mayoría sentenciadora convalidó una serie de irregularidades que no escapan del
asombro de quien diverge, en efecto, sostuvo la mayoría que “…En relación con el procedimiento de
entrega vigilada o controlada que estatuye el artículo 32 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia
Organizada, se advierte que dicha actuación debe ser, en principio, bajo la autorización del Tribunal de
Control. No obstante, la misma disposición legal permite que, en caso de urgencia, el Ministerio Público
prescinda del permiso judicial, aun cuando deba notificar inmediatamente al precitado órgano
jurisdiccional sobre la ejecución de la operación en referencia y, dentro de un lapso no mayor de ocho
horas, formalizar la respectiva solicitud razonada. En la presente causa, no consta expresamente que el
Ministerio Público hubiera autorizado la antes referida operación encubierta, pues el acta disponible,
que es la resolución de apertura de la investigación por la supuesta comisión de los delitos que,
posteriormente, fueron imputados a los actuales accionantes, no contiene mención alguna a tal
respecto…”.

No puede quien discrepa pasar por alto, que el accionante fue aprehendido en una situación distinta a
las establecidas por el ordenamiento jurídico venezolano, y asimismo que es una obligación del
Ministerio Público, en el uso de la acción pública cumplir con apego el orden jurídico, ya que no es causa
de justificación la presunción de culpabilidad para vulnerar el derecho a la libertad de las personas.

Aunado a ello, en el presente caso se indicó actuar en una supuesta entrega controlada o vigilada, la
cual debe ser autorizada por un tribunal de control, bien sea antes o con posterioridad en un plazo no
mayor de ocho horas, ahora bien, a decir del accionante, el mismo resultó detenido por las fuerzas
policiales del Estado Lara, bajo la supuesta entrega controlada, sin que el Ministerio Público que llevó la
investigación solicitara la autorización previa al Tribunal de Control para la realización de la entrega
vigilada, y asimismo, que luego dispuso de las 8 horas para garantizar el cumplimiento efectivo de la
norma que regula tal procedimiento, por ello no hay justificación para que la Sala pase por alto esta
denuncia ya que la misma afecta el orden público constitucional y debe ser revisada aún cuando pudiera
existir una causal de inadmisibilidad.

En el orden de ideas expuesto, en caso de producirse una aprehensión fuera de los supuestos
contenidos en el artículo 44 constitucional, hace que tal actuación o acto sea inconstitucional y nulo de
nulidad absoluta (artículo 25 del Texto Fundamental), por lo que tal arbitrariedad no puede ser
sostenida ni convalidada por autoridad judicial alguna, pues, se insiste, aquello que nace nulo por
inconstitucional no puede ser reconocido por el derecho como válido.

De allí, que la detención ilegítima, esto es, la producida sin que la persona sea sorprendida in fraganti
cometiendo un delito o que medie orden judicial previa, no produce efecto alguno y no puede ser
validada por el juez, dada su inconstitucionalidad, y mucho menos, los extremos necesarios para que la
detención se produzca, pueden ser considerados como meros formalismos (no esenciales), pues, se
insiste, para que se produzcan límites a la libertad personal es absolutamente necesario que se den los
extremos exigidos por la Constitución (artículo 44) y toda actuación o acto que se realice en
inobservancia de las garantías constitucionales, deben ser necesariamente declarados nulos, pues el
propio artículo 25 de la Carta Magna, postula la inexistencia jurídica de todo acto contrario a la
Constitución y que vulnere derechos o garantías constitucionales.

En sintonía con lo anterior, no puede ningún órgano del Poder Público convalidar un acto dictado bajo el
manto de inconstitucionalidad, es decir, dictar un acto en contra de lo establecido en la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela y la ley. Tal prohibición se encuentra consagrada expresamente
en el artículo 25 eiusdem, que señala:

“…Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados
por esta Constitución y la ley es nulo; y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen
o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de
excusa órdenes superiores…”.

Razón por la cual, al haber sido verificada esa circunstancia –la ilegalidad en la cual se llevó a cabo el
procedimiento de entrega vigilada o controlada para justificar la supuesta aprehensión en flagrancia -,
debió ser advertida por la mayoría sentenciadora, ya que al no haber cumplido el procedimiento
aplicado –de entrega vigilada- con los parámetros de ley, es decir, ni fue autorizada por un Tribunal de
Control ni muchos menos fue razonada como solicitud –por la urgencia- luego de practicada por el
representante del Ministerio Público, se violentó al accionante el debido proceso específicamente la
libertad personal consagrados como derecho fundamental por nuestra Carta Magna, en consecuencia,
se debió declarar con lugar el recurso de apelación intentado y anular el fallo accionado.

Queda así expresado el criterio de la disidente.

La Presidenta de la Sala,

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

El Vicepresidente,

FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ

Ponente
Los Magistrados

JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO

PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN


Magistrado Disidente

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES

El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

Exp. Nº 09-1217
MTDP/

https://vlexvenezuela.com/vid/david-yonardi-bernal-alvarez-632509709

vLex Venezuela

Información jurídica inteligente

PRODUCTOS

CONTENIDOS

INTEGRACIONES

ENTRAR

DATE DE ALTA

Jurisprudencia

Decisión nº 090-16 de Corte de Apelaciones Sala 2 de Zulia, de 17 de Marzo de 2016

Documento

Citas 38

Citado por

Mapa de Precedentes

RelacionadosVincent
Fecha de Resolución: 17 de Marzo de 2016

Emisor: Corte de Apelaciones Sala 2

Número de Expediente: VP03-R-2016-000335

Ponente: Fernando Silva Perez

Procedimiento: Parcialmente Admisible El Recurso De Apelación

PRIMERO

SEGUNDO

TERCERO

CUARTO

QUINTO

PODER JUDICIAL

Sala N° 2

Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Zulia

Maracaibo, 17 de marzo de 2016

205º y 157º

ASUNTO PRINCIPAL : VP11-P-2016-001033

ASUNTO : VP03-R-2016-000335

DECISIÓN: Nº 090-16
PONENCIA DEL JUEZ DE APELACIONES F.J.S.P.

Fueron recibidas las presentes actuaciones, en virtud del recurso de apelación de autos interpuesto por
el ABG. F.F.M., inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el No. 53.682, defensor
privado de los ciudadanos D.Y.B.Á. y J.R.C.C., titulares de las cédulas de identidad Nos. V-14.545.373 y V-
25.729.535 respectivamente; contra la decisión N° 1C-341-2016, de fecha 11 de febrero de 2016,
dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal
del estado Zulia, extensión Cabimas, mediante la cual decretó medida cautelar de privación judicial
preventiva de libertad, contra los imputados D.Y.B.Á., J.R.C.C., R.A.C., A.D.J.Q.M., L.T.P.A., M.A.T.P.,
N.B.S. y J.A.S., por encontrarse presuntamente incursos en la comisión de los delitos de EXTORSIÓN,
previsto y sancionado en el artículo 16 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión y ASOCIACIÓN PARA
DELINQUIR, previsto y sancionado en el artículo 37 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada
y Financiamiento al Terrorismo y adicionalmente, en relación a los ciudadanos R.A.C., A.D.J.Q.M.,
L.T.P.A., M.A.T.P., N.B.S. y J.A.S., les fue atribuido el delito de APROVECHAMIENTO DE COSAS
PROVENIENTES DEL DELITO, previsto y sancionado en el artículo 9 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de
Vehículos Automotores. Todo ello de conformidad con lo establecido en los artículos 236 y 237,
ordinales 2°, 3° y 5° del Código Orgánico Procesal Penal.

Se ingresó la presente causa en fecha 9 de marzo de 2016, se recibió la causa y se dio cuenta en Sala,
designándose ponente al Juez Profesional F.J.S.P., quien con tal carácter procede a suscribir el presente
auto.

Este Cuerpo Colegiado Nº 2 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, en
fecha 10 de marzo de 2016, declaró admisible el recurso de apelación de autos interpuesto, en tal virtud
se pasa a resolver sobre la procedencia de las cuestiones planteadas en los siguientes términos:

DEL ESCRITO DE APELACIÓN DE AUTOS INTERPUESTO POR EL ABG. F.F.M., DEFENSOR PRIVADO DE
MARRAS

En primer lugar, la defensa de autos considera que debe ser decretada la nulidad absoluta del fallo
impugnado de conformidad con lo establecido en el artículo 174 de la Ley Adjetiva Penal, pues los
efectivos adscritos al Grupo Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional Bolivariana (G.A.E.Z.)
Así las cosas, sostiene que los funcionarios policiales no cumplieron a cabalidad el procedimiento
requerido en la ley con el fin de efectuar la entrega simulada de dinero, pues ello se concretó sin el
debido control jurisdiccional, no tomaron en cuenta la disposición y colaboración, de los imputados
D.Y.B.Á. y J.R.C.C., para el logro de la aprehensión del autor material del hecho delictivo in comento,
limitándose a advertir tácitamente que el Fiscal del Ministerio Público puso dentro de las cuarenta y
ocho horas (48 hrs.) siguientes a su aprehensión a los prenombrados imputados, sin señalar que dicho
procedimiento requiere de la autorización judicial, puesto que el Ministerio Publico como director de la
investigación tiene entre sus atribuciones hacer constar la comisión de los hechos punibles así como la
identificación de sus presuntos autores o participes y lograr su aprehensión en flagrancia.

En ilación con lo anterior, destaca que la detención de sus defendidos, violentó el contenido de los
artículos 64 y 66 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo,
pues resulta imposible realizar la entrega simulada de dinero, pues la doctrina ha referido que se trata
de operaciones en las que el funcionario policial actúa como agente encubierto, circunstancia que
implica el empleo de una identidad falsa para pretender actuar como un miembro que tiene
vinculaciones o intereses con las actividades del grupo criminal que es objeto de la investigación.

Por su parte, destaca como segunda denuncia, que la precalificación jurídica atribuida a los hechos
contra sus defendidos, de ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, previsto y sancionado en el artículo 37 de la
Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo y en tal sentido refiere el
contenido de la norma aludida, así como el contenido de la decisión emitida en fecha 25 de junio de
2013, por parte de la Sala N° 3 de la Corte de Apelaciones de este Circuito Judicial Penal, con ponencia
de la Magistrada Jackelina Fernández, afirmando que las distintas Salas adscritas a la Corte de
Apelaciones de este Circuito Judicial Penal, han coincidido en cuanto a los elementos que deben
concurrir para que se estime configurado dicho ilícito penal, el cual desde su perspectiva requiere la
demostración de la existencia de una organización delictiva con carácter permanente que haya sido
concebida con propósitos netamente delictivos y de igual modo, que se trate de una organización
voluntaria con un objetivo común que ponga en peligro la seguridad pública y a tal respecto, considera
que la conducta exteriorizada por sus patrocinados, es atípica y describe tal elemento de una cita
efectuada a la jurisdicente J.d.A., y por ello debe ser desestimado tal delito.

Finalmente, estima el defensor privado de autos, que la decisión impugnada se encuentra inmotivada,
pues no contiene los requisitos previstos en el artículo 157 de la Ley Adjetiva Penal y en tal sentido
solicita sea decretada la nulidad del fallo impugnado, pues no efectuó un pronunciamiento exhaustivo
de todos y cada uno de los elementos de convicción recabados, por lo que a su juicio ésta vulnera el
contenido de la norma prevista en los artículos 21, 26 y 49.1 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y a tal respecto refiere el contenido de la sentencia N° 198 de fecha 12 de
mayo de 2009, por parte de la Sala de Casación Penal del M.T. de la República, así como la decisión de
fecha 22 de julio de 2014, expediente N° AA30-P-2013-000383, emitida por la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia de la Magistrada Deyanira Nieves Bastidas y en virtud de
todo lo cual solicita la imposición de medidas cautelares sustitutivas a la privación judicial preventiva de
libertad, tomando en consideración que “…se trata de dos (02) empleados de segundad y a bordo de
una unidad automotora debidamente rotulada e identificada de la sociedad mercantil MÉNDEZ
SERVICIOS C.A., propiedad del hermano de la denunciante, ciudadano EUDO MÉNDEZ, quien vía
telefónica giro instrucciones para que mis defendidos D.Y.B.Á. y J.R.C.C., colaboraran y protegieran a su
hermana R.M. para la aprehensión de los autores materiales del presunto hecho criminoso…”.

Por último, el profesional del Derecho solicita sea decretado con lugar el escrito de apelación de autos
interpuesto.

DEL ESCRITO DE CONTESTACIÓN A LA APELACIÓN DE AUTOS INTERPUESTA, POR PARTE DE LA FISCALÍA


CUADRAGÉSIMO SEGUNDA DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO
ZULIA

Refiere la Vindicta Pública, que la defensa de autos centra sus alegatos, se encuentra fundamentada en
el precepto Constitucional establecido en el Artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por cuanto manifiesta que se ha violentándose el debido proceso, vulnerando las formas y
condiciones de carácter imperativo, afirmando el Ministerio Público, que el debido proceso debe
entenderse como un principio que se aplica en todas las actuaciones judiciales y administrativas.

Por su parte destaca el resto de las denuncias planteadas por la defensa técnica, quien señaló que los
funcionarios que actuaron en el procedimiento, no cumplieron a cabalidad los lineamientos
relacionados con la entrega simulada de dinero, realizada sin el debido control jurisdiccional, y que el
Ministerio Publico requirió omitir la correspondiente autorización Judicial para aplicar las medidas
especiales a que contrae el artículo 64 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al
Terrorismo y por último, destaca la Vindicta Pública que otro de los aspectos recursivos planteados, se
centra en el hecho que la decisión impugnada carece de motivación por resultar contradictorio,
irracional y desproporcional en cuanto a la imposición de la medida de privación judicial preventiva de
libertad contra los ciudadanos D.Y.B.Á. y J.R.C.C., a quienes además no se les debió imputar el tipo penal
de ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR.

En torno a lo anterior, es por lo que la Vindicta Pública cita el contenido del artículo 37 de la Ley Contra
la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo y a tal respecto señala que la materialización
de los delitos atribuidos durante el acto de presentación de imputados, a saber, EXTORSIÓN y
ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, no se produjo como una circunstancia casual ni espontánea, sino por el
contrario, en virtud de una organización anterior y previamente estructurada, lo cual hace
fundadamente razonar que se esta en presencia de un grupo estructurado que fragua la conducta
asumida, en los actos armónicos y calculados para que se den los tipos penales aludidos, pues en el caso
de marras, entre los individuos que hoy recurren, existió consenso de voluntades para llevar a efecto la
Extorsión y obtener un provecho propio en detrimento de la víctima.

De igual modo alega la representación Fiscal, que lo importante en este tipo de conductas, resulta de la
circunstancia de que en determinados hechos delictuales, la complejidad en la preparación y ejecución,
es de tal magnitud que sin un estudio previo, detallado y preciso, con la repartición exacta de las
funciones de cada miembro del grupo, no pudiere llevarse a cabo el hecho; en virtud de lo cual, el
legislador ha considerado al tipificar esta conducta que la persecución penal de los "asociados" podrá
evitar medianamente la consumación de hechos punibles de esta naturaleza y a tal efecto comparte el
criterio que sostiene el autor R.G..

Por su parte y en relación a la actuación de los efectivos policiales que llevaron a cabo la detención de
los hoy encausados, considera quien detenta la acción punitiva en nombre del Estado, que la misma se
encuentra ajustada a Derecho, siendo que éstos efectuaron la totalidad de las diligencias urgentes y
necesarias en protección de la víctima, para la cual no se necesita orden judicial como lo pretende hacer
ver el recurrente. Del mismo modo la Juez a quo, analizó todos y cada uno de los elementos de
convicción presentados por el Ministerio Público, los cuales demuestran que existen suficientes
elementos para determinar la participación de los ciudadanos D.Y.B.A. y J.R.C.C., en los hechos que se le
imputan como lo son EXTORSIÓN y ASOCIACIÓN, previstos y sancionados en los artículos 16 de La Ley
Orgánica Contra el Secuestro y artículo 37 previsto y sancionado en la Ley Orgánica Contra la
Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo respectivamente, motivando fundadamente la
Medida de Privación Judicial Preventiva de Libertad en contra de los imputados antes mencionaos,
valorando todos los elementos de convicción aportados, así como la entidad de los delitos y la
pluriofensividad de los mismos, estimando la pena a imponer y motivó los aspectos referentes al peligro
de fuga, con forme lo previsto en los artículos 236, 237 y 238 de la Ley Adjetiva Penal. De lo que se
puede apreciar que no hubo violación a las normativas del debido proceso ni al derecho a la defensa.

Considera además que en el caso bajo examen, se encuentran perfectamente acreditados dos (2)
extremos que positivamente resultan imprescindibles: fumus bonis iuris y periculum in mora, los cuales,
aunque sea frecuente en la litis civiles, cabria perfectamente en el presente caso, ya que se puede
observar que surgen suficientes elementos para asegurar que estos ciudadanos realizaron un concierto
de voluntades para la perpetración del delito de EXTORSIÓN, configurándose de esta forma el delito de
ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR y de seguidas, refiere el contenido del artículo 236 de la Código Adjetivo
Penal, de cuyo contenido se desprende que en el caso bajo examen es viable la imposición de la medida
privativa de libertad, siendo improcedente el dictamen de alguna otra medida de coerción personal
menos gravosa, destacando el contenido de la sentencia N° 744 de fecha 12 de diciembre de 2007, por
parte de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia.

Finalmente se constata el petitorio de la representación Fiscal, mediante el cual requiere sea declarado
sin lugar el escrito de apelación de autos interpuesto y en consecuencia sea confirmada en su totalidad,
la decisión impugnada.

DE LAS CONSIDERACIONES DE ESTA SALA PARA DECIDIR

Se observa que el auto apelado se trata de la decisión N° 1C-341-2016, de fecha 11 de Febrero de 2016,
dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal
del estado Zulia, Extensión Cabimas y del contenido del escrito recursivo planteado se observa como
primer motivo recursivo: Solicita la nulidad absoluta del procedimiento de detención efectuado por
funcionarios adscritos al Grupo Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional Bolivariana (G.A.E.S.),
pues efectuaron la entrega simulada de dinero sin previa autorización judicial, violentando el contenido
de la norma prevista en los artículos 64 y 66 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y
Financiamiento al Terrorismo.

De igual modo se observa como segunda denuncia: A juicio del recurrente, la precalificación jurídica de
ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, aportada a los hechos, pues a su juicio no se configuran los requisitos de
ley para su imputación.

Finalmente se verifica como tercer punto de impugnación: Estima que el fallo impugnado carece de
motivación, pues desde su perspectiva no contienen un análisis detallado y pormenorizado de los
elementos de convicción que tomó en consideración el órgano decisor al momento de decretar la
medida de privación de libertad contra sus defendidos, la cual considera desproporcional; lo cual a su
juicio transgrede el contenido del artículo 157 de la Ley Adjetiva Penal, así como los artículos 21, 26 y
49.1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Estos jurisdicentes de Alzada, a los fines de emitir pronunciamiento en relación a lo alegado por la parte
apelante en relación a su primera denuncia, referida a la nulidad absoluta del procedimiento policial,
consideran preciso efectuar un análisis del acta policial en la cual se practicó la aprehensión de sus
defendidos, de lo cual se observa:

De los folios cuarenta (40) al cuarenta y ocho (48) de la pieza recursiva, se evidencia el ACTA POLICIAL de
fecha 9 de febrero del 2016 suscrita por el Capitán R.R.J.A., Sargento Primero Torres Angel, Sargento
Primero Montoya Leon Pedro, Sargento Primero Caballero R.J., Sargento Primero G.I.J., Sargento
Primero Acosta L.J. y Sargento Segundo G.P.C., efectivos militares adscritos al Grupo Anti extorsión y
Secuestro Zulia, del Comando Nacional Anti Extorsión y Secuestro, de la Guardia Nacional Bolivariana, en
la cual deja constancia de la actuación policial resaltando lo siguiente:

que en vista la EXTREMA NECESIDAD Y URGENCIA el Capitán R.R., procede a realizar llamada telefónica a
la Abogada L.C., Fiscal Auxiliar Cuadragésimo Segundo del Ministerio Publico, donde se le solicito la
Autorización para la practica del procedimiento policial a realizar, mencionando la representante Fiscal,
la apertura de la investigación mediante el MP-19229-2016, y se le informo los pormenores del
procedimiento a realizar

. (Subrayado de esta sala).

A los fines de resolver la pretensión del representante de los imputados, una vez analizados los
elementos que existen en actas, y vista la denuncia realizada por la defensa en su escrito recursivo,
relativa a que la aprehensión de los ciudadanos D.Y.B.A. y J.R.C.C., se encuentra viciada de nulidad, ya
que la misma fue una consecuencia del procedimiento de entrega vigilada y controlada, el cual fue
realizado por los funcionarios actuantes, violentando lo establecido en los artículos 64 y 66 de la Ley
Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo. Quienes aquí deciden,
estiman propicio destacar las siguientes consideraciones, partiendo que el legislador en el artículo 27 de
la mencionada ley especial establece que debe considerarse como delitos de delincuencia organizada:

Se consideran delitos de delincuencia organizada, además de los tipificados en esta Ley, todos aquellos
contemplados en el Código Penal y demás leyes especiales, cuando sean cometidos o ejecutados por un
grupo de delincuencia organizada en los términos señalados en esta Ley.

También serán sancionados los delitos cometidos o ejecutados por una sola persona de conformidad
con lo establecido en el artículo 4 de esta Ley. (Negrillas de esta Sala).
En ese sentido, sobre la figura de la entrega vigilada la doctrina a referido que se trata de operaciones
en las que el funcionario policial actúa como agente encubierto, circunstancia que implica el empleo de
una identidad falsa para pretender actuar como un miembro que tiene vinculaciones o intereses con las
actividades del grupo criminal que es objeto de la investigación. (Obra Titulada: “La Delincuencia
Organizada en el Ordenamiento Jurídico Venezolano”, autora: N.C.G.C., página 66). Por su parte, la Sala
de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela a referido ya en sentencia de fecha 20
de marzo de 2009, refiriéndose al criterio sostenido por dicha Sala respecto al procedimiento de entrega
controlada:

Este procedimiento se utiliza para prevenir, detectar y controlar las actividades ilegales que desarrolla la
criminalidad organizada; frente a supuestos de evidente flagrancia delictiva. Tiene como finalidad la
identificación o el descubrimiento de los autores y partícipes de delitos de criminalidad organizada”.
(subrayado de esta Sala)

Bajo el análisis del criterio citado a nivel jurisprudencial, doctrinario y en el mismo marco legal se
observa que la entrega vigilada viene a constituir un procedimiento que los órganos de seguridad del
Estado llevan a cabo previa autorización emitida por un Tribunal de Control y excepcionalmente por
autorización de la Fiscalía del Ministerio Público ante la presencia de una organización criminal cuando
existe sospecha de la comisión de un hecho punible; siendo uno de los protagonistas de este tipo de
operaciones es el que fue denominado por el legislador como agente encubierto, quien actúa
aparentando que forma parte de la organización criminal con una identificación falsa para pretender
actuar como un miembro que tiene vinculación o intereses con las actividades del grupo criminal objeto
de la investigación.

Para este caso en concreto, se observó que se estuvo presuntamente en presencia de una delincuencia
común, y no entre los grupos de delincuencia organizada propiamente dicho a que hace mención el
artículo 27 arriba transcrito, así como el numeral 9 del artículo 4 de la Ley Orgánica contra la
Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, en el que se dispone que:

Delincuencia Organizada: la acción u omisión de tres o más personas asociadas por cierto tiempo con la
intención de cometer los delitos establecidos en esta Ley y obtener, directa o indirectamente, un
beneficio económico o de cualquier índole para sí o para terceros. Igualmente, se considera delincuencia
organizada la actividad realizada por una sola persona actuando como órgano de una persona jurídica o
asociativa, con la intención de cometer los delitos previstos en esta Ley
.

Por otra parte, se observa que el hecho por el cual se origino la presente causa es referido al delito de
EXTORSIÓN, previsto y sancionados en el artículo 16 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión, de lo
que puede colegirse que no podía ajustarse al presente asunto el procedimiento de entrega vigilada
previsto en el articulo 66 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al
Terrorismo, ya que, este procedimiento es solo para ser aplicado en caso especial de que el sujeto
llamado agente encubierto este infiltrado en una organización criminal, para el caso de marras resultaba
aplicable el contenido del artículo 28 del la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión, el cual establece en su
parte in fine:

…Las autoridades competentes, inmediatamente cuando de cualquier modo tengan conocimiento de la


perpetración de alguno de los delitos tipificados en esta Ley, deberán practicar las diligencias necesarias
y urgentes para identificar y ubicar a los autores o las autoras y demás partícipes, e informar al
Ministerio Público dentro de las doce horas siguientes

Procedimiento policial este que no necesita Autorización Judicial para ser efectuado, solo se necesita
que los funcionarios actuantes informen del procedimiento a seguir al Fiscal del Ministerio Publico, (lo
cual ocurrió en el presente caso), tomando como fundamento la decisión de Sala Constitucional de fecha
19 de mayo del 2010, expediente N° 09-1217.

De allí que estos Jurisdicentes al apreciar que esta circunstancia está excluida dentro de los supuestos
establecidos en el articulo 66 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada, en virtud de que
para el caso de marras no se estaba en presencia de un grupo criminal de delincuencia organizada y en
consecuencia no resultaba aplicable dicho procedimiento de entrega controlada con la autorización
judicial; motivo por el cual esta Alzada observa que no se violentó la garantía del debido proceso en las
actuaciones judicial a que refiere el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por lo que al no observarse vicios que acarreen la nulidad absoluto en la forma que prevén
los artículos 174 y 175 del Código Orgánico Procesal Penal, lo procedente es Declarar SIN LUGAR este
primer punto de impugnación, en cual solicita la nulidad absoluta del procedimiento policial al no existir
una autorización judicial y asi se decide.
Estos jurisdicentes de Alzada, a los fines de emitir pronunciamiento en relación a lo alegado por la parte
apelante, en su segunda denuncia referida a que no existen elementos para precalificar el delito de
ASOCIACION PARA DELINQUIR y en su tercera denuncia, referida que el fallo impugnado carece de
motivación, pues desde su perspectiva no contienen un análisis detallado y pormenorizado de los
elementos de convicción que tomó en consideración el órgano decisor al momento de decretar la
medida de privación de libertad contra sus defendidos.

Esta Alzada, una vez realizado la revisión exhaustivas y del análisis de la presente causa, observa que:

- Corre inserto en el folio treinta (30) de la causa que conforma el presente recurso de apelación, un
ACTA POLICIAL suscrita por el Capitán R.R.J.Á., Sargento Vilchez Martines J.P. y sargento Torres Ángel en
la cual se le toma una entrevista a los ciudadanos LUBEN A.M.B. y R.A.M.D.M. quienes manifestaron que
a mediados del día 15 de diciembre del 2015 habían comenzado a recibir llamadas telefónicas y
mensajes de texto, donde le hablaba un apersona quien se identifico como “EL PARCE” el mismo le hacia
una exigencia de cincuenta mil (50.000 $) dólares y de lo contrario mataría algún integrante de su
familia, así mismo las víctimas manifestaron que el día 11 de enero del 2016, en vista de que no cesaban
las llamadas extorsivas, decidieron formular denuncia ante el Cuerpo de Policía Científica Penales y
Criminalísticas C.I.C.P.C subdelegación de ciudad Ojeda quedando bajo el nro EXP- K-16-0223-00069,
una vez formulada la denuncia cesan las llamadas extorsivas, hasta el día 30 de enero, que en casa de la
hermana de la victima, la ciudadana NEVYT ROOTH M.L., es lanzado por personas desconocidas un
artefacto explosivo que causo daños materiales y nuevamente comienzan a recibir llamadas de los
extorsionadores y en vista de la gravedad de la situación y que el C.I.C.P.C no han realizado actuaciones
por lo ocurridos es que acuden al G.A.E.S y los funcionarios arriba indicados orientan a los ciudadano y
les indican que deben trasladarse hasta la sede de la Fiscalía del Ministerio Publico con sede en Cabimas
para que agilicen la orden de investigación, concluida la reunión se retiran los ciudadanos denunciantes
y regresan con u oficio de la Fiscalía ordenando al Grupo G.A.E.S sección Oriental de Lago solicitar la
información telefónica y realizar el respectivo análisis y cruce de llamadas entre los abonados
involucrados, con el fin de determinar quienes son los autores materiales e intelectuales de los hechos
expuestos por las victimas en la investigación signada con el nro MP-19229-16.

- Corre inserto en los folios del cuarenta (40) al cuarenta y ocho (48) ACTA DE INVESTIGACIÓN PENAL de
fecha 9 de febrero de 2016, donde se dejó constancia de los dos momentos en que se practicaron las
entregas vigiladas del dinero y se practico la aprehensión en el primer procedimiento de los ciudadanos
D.Y.B.A. y J.R.C.C. y luego en el segundo procedimiento se practico la aprehensión de los ciudadanos
J.A.S., ROGELIOANTONIO CASTILLO, A.D.J.Q.M., M.A.T.P., L.T.P.A. Y N.B.S..
- Corre inserto en los folios del cincuenta y ocho (58) al sesenta y uno (61) ACTA DE ENTREVISTA tomada
a la ciudadana R.M. rendida ante el Comando Nacional Anti Extorsión y Secuestro, en la cual se verifica
que todo el entorno familiar estaba siendo objeto de la extorsión, tanto su persona como su mana y su
hermana de nombre NEVYT ROOTH M.L., manifiesta la declarante que:

el día de hoy 09 de febrero del presente año aproximadamente como a las 07:30 horas de la mañana
volví a recibir una llamada del numero 04140894153 a mi numero personal el cual es 04140677951 de la
misma persona quien me esta extorsionando para decirme que si les iba a pagar los cincuenta mil
dólares o no, yo le respondí que si que estaba bien que yo se los iba a pagar que como se los daba, el me
dijo que tenia que ir a llevárselo hasta el municipio Páez pero yo le respondí que yo no sabia donde
quedaba eso que yo no iba para allá, entre la conversación y la negociación el extorsionador me dijo que
iba a ver como hacia para mandar a buscar el dinero exigido y que después me volvía a llamar, luego
siendo primadamente a las 09:00 horas de la mañana volví a recibir otra llamada del extorsionador
quien me dijo me buscara a alguien a quien le entregara el dinero para llevárselo hasta el municipio
Páez, yo le conteste que no porque yo no conocía a nadie que asiera eso, en ese mismo momento el
extorsionador me dijo bueno y ustedes no tiene unos escoltas uno es Guajiro y otro de nombre Jaime,
yo les respondí que si pero no creía que ellos quieran hacer eso que de todas maneras me dejara
preguntarles a ellos y le daba respuesta en media hora y corto, al pasar el tiempo establecido por el
extorsionador y mi persona me vuelve a llamar el mismo para preguntarme que había hecho yo le
conteste que nada porque no me había podido comunicar con ningunos de los dos que me dieran media
hora mas, luego al pasar unos 20 minutos aproximadamente me llamo uno de los escoltas de nombre
David para decirme que por ahí lo habían llamado una gente amenazándolo y que para que buscara algo
que yo le tenia que enviar a ellos, yo le respondí que si que era una plata que me estaban pidiendo y el
(DAVID) me dijo que no quería ir para eso pero que si podía buscar a otro escolta que trabaja con el de
nombre JAIME que el si podía llevar esa plata hasta el municipio Páez, pero yo le dije bueno no se, tu vez
lo que haces nuevamente David me dijo espérame en tu casa que ya voy con Jaime para buscar la plata,
al ver la situación decidí dirigirme a la sede del GAES ZULIA para plantear lo sucedido lugar donde recibí
constantes llamadas del extorsionador motivo por el cual fui orientada por los funcionarios encargados
del caso en materia de extorsión viendo las constantes llamadas del extorsionador decidimos dirigirnos
hasta mi lugar de residencia ubicada en la avenida 10 entre calle 68 y 69 del sector tierra negra
Municipio Maracaibo del Estado Zulia, lugar pautado por David y mi persona para entregar el dinero
exigido por el extorsionador, una vez estando en mi lugar de residencia a pasar unas 2 horas
aproximadamente llegaron DAVID y JAIME en una camioneta blanca a retirar el dinero exigido por el
extorsionador momento donde fueron aprehendidos por el GAES

- Corre inserto en el folio sesenta y dos (62) y su vuelto acta de entrevista tomada al ciudadano LUBEN
MEDINA rendida ante el Comando Nacional Anti Extorsión y Secuestro el cual expuso:
“ en la mañana de hoy en eso de las siete y media de la mañana las personas que nos estaban haciendo
la exigencia de dinero hablaron con mi esposa ellos les decían que teníamos que ir hasta Páez nosotros
le dijimos que no sabíamos donde era eso mi esposa les dijo que no íbamos para allá después como a las
nueve de la mañana volvieron a llamar y nos dijeron que nos buscarnos alguien que les llevaran el
dinero nosotros les dijimos que no conocíamos a nadie entonces el tipo que llamaba dijo bueno y
ustedes no tienen unos escoltas y nosotros les dijimos que tenemos que consultar con ellos y nosotros
no llamamos a los escoltas y entonces como a la media hora nos llamo uno de los escoltas a nosotros y
nos dijo que nos pusiéramos de acuerdo que el no quería ir pero que iba a buscar a otro que se llama
Jaime que el si iba a llevar la plata eso nos dijo David. Nosotros le dijimos bueno voz veis que hacer
entonces nos orientaron aquí y nos fuimos a mi residencia y ahí llegaron a buscar el dinero que estaban
exigiendo David y Jaime y luego fueron aprehendidos por el GAES

- corre inserta de los folios ciento treinta y seis (136) al ciento cincuenta y ocho Acta de Experticia de
Reconocimiento y Vaciado de Contenido, del teléfono celular que se le incauto al ciudadano D.B., en la
cual se destaca en el folio ciento cuarenta y uno (141) que efectivamente el día 09 de febrero del 2016
fecha en la cual se practico el procedimiento en el cual fue detenido, recibió 5 llamadas del abonado
telefónico Nº 04140894153 numero del cual extorsionan a la ciudadana R.M..

De la experticia se observa específicamente en la parte de mensajes entrantes, en el folio 146, renglón


nro 17 que recibe un mensaje de texto del N° 04140894153 en fecha 1 de febrero del 2016, en el cual le
escriben textualmente:

miramardito guajiro ya nos enteramos q vo zakaste a la puta d tu patrona, preparat q vamos


contratados sapo y dile a ruby sede x muerta

, al folio 148 en el renglón N° 75 se observa otro mensaje de texto recibido en fecha 04 de febrero del
2016 por el mismo abonado telefónico el cual textualmente dice “epale guajiro sapo, deja d trabajar
para esa gente ultima advertencia, esa gente quiere es muerto, ya tenemos casi lista la primera” en el
renglón 89 se evidencia otro mensaje mas del mismo nro de teléfono de fecha 05 de febrero del 2016 el
cual dice “esto es para que tomes en serio las cosas la proxima t mando a poner c4 para volart conto la
familia, para el trabajo xq boi amandarle a quemar los krro ael hijueputa d tu patron, x ladrones”, en el
renglón 90 se observa otro mensaje de texto recibido en fecha 05 de febrero del 2016 por otro nro de
teléfono 04146280306 el cual dice “buenos dias sñra nelly agame el favor d desirle alguajiro a davi, q lo
q paso en su ksa fuimos nosotros y q si continua trabajandole a esa familia tenemos orden de explotarlo
con mujer e hijo”, en el renglón 91 se evidencia otro mensaje de texto recibido en fecha 05 de febrero
del 2016 por el nro 04146280306 el cual dice “esto me lo pasaron horita buenos dias” en el renglón 92
se evidencia otro mensaje de texto recibido en fecha 05 de febrero del 2016 por el nro 04146280306 el
cual dice “esta bien, Dios los bendiga y los guarde”.

- Continuando con el análisis de la presente experticia, también se observa en la parte de mensajes


salientes, folio 154 renglón 55 de fecha 05 de febrero del 2016 que el ciudadano DAVID responde el
mensaje al nro de teléfono de la señora Nelly 04146280306 en cual dice “buenos dias señora Nelly si
después le explico”, y en el renglón 56 dice “amen”.

Según el análisis de estas actas que conforman la presente causa consideran estos juzgadores de Alzada
que la declaración rendida por el ciudadano D.Y.B.A., ante el juzgado ad quo al momento en la audiencia
de presentación, es conteste con todo el conjunto de actas que se a.e.e.c.a. exponer el imputado
primeramente que el tenia conocimiento previo de todo lo que estaba sucediendo con la familia, que
estaban siendo extorsionados y el les indico en varias oportunidades que pusieran la denuncia, que en
diciembre del 2015 en un viaje a Aruba con el núcleo familiar le contaron y le pidió su patrona la mama
de la señora Ruby que sirviera de intermediario y el se negó en todo momento porque eso no le
incumbía, informa el imputado que la señora le dio su numero a los extorsionadores sin su
consentimiento y luego empezaron a llamarlo para amenazarlos, tal cual como se evidencia de la
experticia de reconocimiento y vaciado de contenido del teléfono celular de su propiedad, se evidencia
de esa experticia que estaba siendo amenazado por los extorsionadores y que fue objeto de un
atentado en su casa, de la misma declaración se observa que David se dirige el día 9 de febrero del 2016
a casa de la señora Ruby luego de que recibió varias llamadas y amenazas por parte de los
extorsionadores para que colabore con ellos y les lleve un dinero que la señora les va a enviar con el, el
se comunica de inmediato con la señora Ruby y le informa lo sucedido y les dice que el no quiere ir, lo
cual se concatena igualmente con las declaraciones rendidas por la ciudadana R.M. y su esposo LUBEM
MEDINA en el comando del GAES, los cuales exponen que luego de no concretar con los extorsionadores
quien iba a ser la persona que les enviaría el dinero estos les sugirieron que se buscara a sus escoltas y
estos le manifestaron a el extorsionador que seguro el escolta David no iba a querer hacer eso y fue
entonces que el extorsionador llamo a David tal cual se refleja del vaciado de contenido y amenazo a
David para que colaborara con la victima R.M..

En este mismo sentido, se evidencia igualmente que el ciudadano DAVID le informa a la señora Ruby
que el no iba pero que enviaría a Jaime porque a el no lo conocen, y se presto a colaborar en primer
lugar porque el también fue objeto de amenazas y atentados por parte del extorsionador y porque su
patrón EUDO MEDINA (hermano de la victima R.M.) le pidió que colabore con su hermana que estaba
sola en ese problema.
Del acta policial en la cual se practico su aprehensión, se deja de manera clara que al momento de ser
aprehendido por funcionarios del GAES el ciudadano ”…DAVID YONARDI B.A., quien estando libre de
apremio sin presión o coacción manifestó libremente que ese dinero tenia que entregarlo a una persona
que se llama “EL PARCE” en la población de Guana Municipio Guajira del Estado Zulia, a quien tenia
registrado en sus contactos con el nombre “LOS SAPOS” y que estaba esperando la llamada del el para
informarle que ya tenia el dinero, que le regresaran el teléfono y el paquete para continuar con el
procedimiento” , luego se observa de la mencionada acta policial que el Capitán Romero quien dirige el
procedimiento accede a la petición del ciudadano David y continua con el procedimiento con la finalidad
de logar la aprehensión de los demás responsables del hecho.

Se constata de lo plasmado en el acta policial, que el ciudadano David desconocía a donde se debía
dirigir y que siguió ordenes del extorsionador y recibió indicaciones del Capitán Romero, se dirigen
según lo pautado a la Bomba caribe y es cuando el extorsionador les indica a quien le debía entregar el
dinero, el ciudadano David se baja del vehiculo y le entrega el dinero a otras personas y es cuando se
produce la segunda entrega vigilada y se practica la aprehensión de los demás sujetos, se evidencia que
el ciudadano D.B. presto la colaboración para que se realizara el procedimiento en su totalidad y se
verifico de la misma acta policial que el desconocía a donde debía llevar el dinero y que fue dirigido por
el extorsionador y estaba orientado siempre por el Capitán Romero.

Así las cosas, conviene acotar este Órgano Colegido, del análisis realizado al total de las actas que
conforman la presente causa seguida a los ciudadano D.Y.B.A. y J.R.C.C. por la presunta comisión del
delito de EXTORSION previsto y sancionado en el articulo 16 de la Ley Contra el secuestro y la Extorsión,
se evidenció que no existen elementos de convicción que pueda comprometer su responsabilidad penal;
no se evidencio que fuera la persona que directamente o indirectamente constriñera a la victima de
autos, se evidencio por el contrario que el ciudadano D.B. tenia conocimiento de lo que le estaba
sucediendo a la familia M.L. y que el también fue objeto de amenazas y atentados para que dejara de
trabajar con esa familia, que acudió solo a prestar la ayuda a la señora Ruby porque el también estaba
siendo amenazado y cumpliendo ordenes de su patrón Eudo Méndez y que en todo momento colaboro
con la actuación Policial dirigida por el capitán Romero, lo cual en el ámbito del derecho penal con todo
lo que se ha explicado anteriormente, no constituye delito alguno, ya que no se adecua a una figura que
describe la ley como delito de Extorsión, como lo indica la norma antes referida cuando cita que:

Artículo 16. Quien por cualquier medio capaz de generar violencia, engaño; alarma o amenaza de graves
daños contra personas o bienes, constriña él consentimiento de una persona para ejecutar acciones u
omisiones capaces de generar perjuicio en su patrimonio o en el de un tercero, o para obtener de ellas
dinero; bienes, títulos, documentos o beneficios, serán sancionados o sancionadas con prisión de diez a
quince años. Incurrirá en la misma pena cuando las circunstancias del hecho evidencien la existencia de
los supuestos previstos en este artículo, aun cuando el perpetrador o perpetradora no haya obtenido de
la víctima o de terceras personas dinero, bienes, títulos, documentos o beneficios, acciones u omisiones
que alteren de cualquier manera sus derechos”

Por lo tanto, y en atención a las consideraciones anteriormente explanadas por este Órgano Superior,
puede deducirse que en el caso bajo estudio, no se encuentra elementos constitutivos del tipo imputado
por el Ministerio Público, es decir, no existe acreditada la existencia del delito de EXTORSION previsto y
sancionado en el articulo 16 de la Ley Contra el secuestro y la Extorsión, en perjuicio de la ciudadana
R.M., como lo referiría el Ministerio Publico y por consiguiente menos existen elementos para imputar el
delito de ASOCIACION PARA DELINQUIR, previsto y sancionado en el articulo 37 de la Ley Orgánica
Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.

Estiman los integrantes de esta Alzada, importante destacar que el derecho a la libertad es la esencia de
la dignidad del ser humano, por lo que sólo gozando de éste estado, le es posible desarrollar sus
potencialidades y hacer realidad sus aspiraciones, se trata no sólo de la afirmación de su integridad
moral y física, sino igualmente de la posibilidad de que como individuo le sea posible ejercer respecto a
esa libertad en los distintos ámbitos donde se desenvuelven los seres humanos.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, dentro del Título correspondiente a los


Derechos Humanos y Garantías, en el Capítulo referido a los derechos civiles, coloca en segundo lugar e
inmediatamente después del derecho a la vida, el derecho a la libertad personal, esa ubicación indica el
reconocimiento expreso que el constituyente hace de la libertad como valor supremo y derecho de toda
persona.

En total sintonía con lo anteriormente expresado, se trae a colación el artículo 9 del mencionado Código
Orgánico Procesal Penal, afirma el principio de libertad en los siguientes términos:

Las disposiciones de este Código que autorizan preventivamente la prevención o restricción de la


libertad o de otros derechos del imputado, o su ejercicio, tienen carácter excepcional, sólo podrán ser
interpretadas restrictivamente y su aplicación debe ser proporcional a la pena o medida de seguridad
que pueda ser impuesta.

Las únicas medidas preventivas en contra del imputado son las que este Código autoriza conforme a la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
. (Negrillas de esta Alzada).

En total sintonía con lo anteriormente expresado, se trae a colación el artículo 44 del mencionado
Código Orgánico Procesal Penal, afirma el principio de libertad en los siguientes términos:

“…1. Ninguna persona puede ser arrestada o detenida en virtud de una orden judicial, a menos que sea
sorprendida in fraganti. En este caso será llevada ante una autoridad judicial en un tiempo no mayor de
cuarenta y ocho horas a partir del momento de la detención. Será juzgada en libertad, excepto por las
razones determinadas por la ley y apreciadas por el juez o jueza en cada caso. (subrayado de la sala).

El autor J.T.S., en su ponencia “La Libertad en el Proceso Penal Venezolano”, tomada de la obra “Temas
Actuales de Derecho Procesal Penal”. Sextas Jornadas de Derecho Procesal Penal, pág 139, expone lo
siguiente:

…Precisamente, una manera de asegurar el respeto de este derecho de libertad es declarar la


supremacía de la Ley que lo consagra (de la Constitución), sobre cualquier otra (Estado de Derecho), y
de la sujeción de todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público a dicha Ley Suprema
(artículo 7), porque a través de ella se le impone al Estado el deber de garantizar a toda persona el goce
y ejercicio irrenunciable e indivisible de dicho derecho, obligando específicamente a sus órganos a
preservarlo y respetarlo a toda costa (artículo 19 CR).

Por ello es que cualquier acto de dichos órganos que viole o perjudique la dignidad de la persona, y
específicamente su libertad, será nulo, y hará nacer, para aquellos funcionarios que lo ordenen o se
presten a ejecutarlo, responsabilidad individual por el mismo (Artículo 25 CR), por abuso o desviación de
poder (Artículo 139 CR)…

. (Negrillas de este Cuerpo Colegiado).

Asimismo la Sala Constitucional del Tribunal Supremo e Justicia en sentencia identificada con el N° 438,
de fecha 5 de abril de 2011, señaló en cuanto al Principio de legalidad que:
En tal sentido, debe afirmarse que el PRINCIPIO DE LEGALIDAD es uno de los pilares fundamentales para
el efectivo mantenimiento del Estado de Derecho. Así, tal principio constituye uno de los límites a la
potestad punitiva del Estado o ius puniendi, ya sea que ésta se materialice a través del Derecho Penal,
sea a través del Derecho Administrativo Sancionador.

En el ámbito jurídico-penal, su formulación se traduce en que todo el régimen de los delitos y las penas,
debe estar regulado necesaria y únicamente en los actos que por excelencia son dictados por el órgano
legislativo del Estado, a saber, en las leyes. Por lo tanto, su configuración formal básica se traduce en el
aforismo nullum crimen, nulla poena sine lege. (la negrilla y subrayado de la Sala). Partiendo de lo
anterior, se aprecia que el contenido de esta institución jurídica se desglosa en cuatro aspectos
estructurales. En tal sentido, se habla en primer lugar de una GARANTÍA CRIMINAL, la cual implica que el
delito se halle previamente establecido por la ley (nullum crimen sine lege); de una GARANTÍA PENAL,
por la cual debe necesariamente ser la ley la que establezca la pena que corresponda al delito cometido
(nulla poena sine lege); de una GARANTÍA JURISDICCIONAL, en virtud de la cual la comprobación del
hecho punible y la ulterior imposición de la pena deben canalizarse a través de un procedimiento
legalmente regulado, y materializarse en un acto final constituido por la sentencia; y por último, de una
GARANTÍA DE EJECUCIÓN, por la que la ejecución de la pena debe sujetarse a una ley que regule la
materia (sentencias números 1.676/2007, de 3 de agosto; y 1.744/2007, de 9 de agosto, de esta Sala).

Desde otra óptica, cabe señalar que el principio de legalidad también impone que las normas jurídicas
que materialicen las anteriores garantías deban cumplir con una serie de exigencias, que básicamente
son tres, a saber: a) la ley debe ser previa a la realización de los hechos que se pretenden castigar (lex
praevia), con lo cual queda proscrita la posibilidad de aplicar de forma retroactiva la ley penal; b) la ley
debe ser escrita (lex scripta), de modo tal que no se pueda recurrir a la analogía como fuente del
Derecho Penal; y c) la ley debe describir claramente las características del hecho punible (lex stricta),
cobrando vida aquí el principio de taxatividad o mandato de certeza, con lo cual se evitan descripciones
típicas indeterminadas o vagas (sentencias números 1.676/2007, de 3 de agosto; y 1.744/2007, de 9 de
agosto, de esta Sala).

Como desarrollo de lo anteriormente expuesto, se debe señalar que en el ámbito de nuestro


ordenamiento jurídico, los dos primeros postulados del principio de legalidad penal encuentran refugio
en el artículo 49.6 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA y en el artículo 1
del CÓDIGO PENAL. Por otra parte, el tercer postulado del señalado principio está consagrado,
especialmente, en el artículo 49 numerales 3 y 4, 253 y 257 de la Constitución, y desarrollado en el
artículo 1 del CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL; mientras que la última garantía se encuentra
desarrollada por el Libro Quinto de la mencionada ley adjetiva penal, así como también en la normativa
contenida en la LEY DE RÉGIMEN PENITENCIARIO. De igual forma, debe afirmarse que el principio del
non bis in idem, el cual también se deriva del principio de legalidad, se encuentra consagrado en el
artículo 49.7 constitucional. Por último, la prohibición de la aplicación retroactiva de la ley penal en
perjuicio del reo, se encuentra consagrada en el artículo 24 de la Constitución.

Con base en lo anterior, podemos resaltar como características fundamentales de dicha institución, en
primer lugar, que constituye una EXIGENCIA DE SEGURIDAD JURÍDICA, en el sentido que se tome la
existencia y conocimiento previo de los delitos y de las penas, como presupuesto para la imposición de
un determinado castigo; y en segundo lugar, que constituye una GARANTÍA POLÍTICA, que se traduce en
que el ciudadano no pueda ser sometido por el Estado a cumplir penas cuyo establecimiento no haya
sido aceptado por el pueblo (sentencia nro. 1.744/2007, de 9 de agosto).

Los anteriores planteamientos son susceptibles de ser trasladados a cualesquiera otros sectores del
ordenamiento jurídico que habiliten el ejercicio el poder punitivo del Estado (por ejemplo, en el ámbito
de la potestad disciplinaria de los jueces). A mayor abundamiento, los principios limitadores de la
potestad punitiva -si bien tienen vigencia fundamentalmente en el campo del Derecho Penal-, serán
cabalmente aplicables a otros ámbitos del ordenamiento jurídico que tengan naturaleza sancionatoria.
Dicho traslado conceptual también resulta plausible -pero con menor intensidad- con relación a los
principios penales que no estén regulados constitucionalmente. Claro está, los principios penales no
pueden ser aplicados mecánicamente en dichos ámbitos, sino que deben ser adaptados a las
particularidades de esta rama jurídica.

Asimismo, agrega este Órgano Superior, que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante sentencia N° 727, de fecha 5 de junio de 2012, con ponencia de la Magistrada Luisa Estella
Morales Lamuño, indicó lo siguiente:

…Así pues, el derecho a la libertad personal surge como una obligación del Estado de garantizar el pleno
desenvolvimiento del mismo, limitando su actuación a la restricción de tal derecho sólo cunado el
ciudadano haya excedido los límites para su ejercicio mediante la comisión de una de las conductas
prohibidas en los textos normativos de carácter legal…

(Negrillas de esta Sala).


Por su parte, la Sala de Casación Penal del M.T. de la República, mediante sentencia N° 077, de fecha 3
de marzo de 2011, con ponencia de la Magistrada Ninoska Queipo Briceño, determinó:

…la imposición de cualquier medida de coerción personal, debe necesariamente obedecer a una serie de
criterios y juicios debidamente razonados y ponderados, que atendiendo a las circunstancias que rodean
cada caso, se encaminen a conseguir el debido equilibrio que exige, tanto el respecto al derecho de los
procesados penalmente a ser juzgados en libertad como el derecho del Estado y la sociedad de que se
resguarden los intereses sociales, mediante el establecimiento de medios procesales que garanticen las
futuras y eventuales resultas de los juicios. Por ello, el análisis de todas y cada una de las circunstancias
fácticas que reposan en las actuaciones y acompañan a las respectivas solicitudes de privación o cautelar
sustitutiva de libertad, deben ser ponderadas bajo los criterios de objetividad, magnitud del daño,
cuantía de la pena, peligro de fuga y de obstaculización en la búsqueda de la verdad, lo cual permitirá
luego de un debido y motivado juicio determinar con certeza la mayor o menor severidad de la medida a
imponer…

.(Negrillas de este Cuerpo Colegiado).

Finalmente, esta Alzada considera, que de acuerdo a las funciones que nos son encomendadas, por la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y las demás Leyes de la República, estamos
obligados a garantizar todos los derechos fundamentales, garantías procesales, y constitucionales, por lo
que, en el caso que nos ocupa, estimamos de manera unánime, que en el presente asunto penal, no se
dan para este momento, fase de investigación con los elementos presentados por la Vindicta Pública, los
supuestos para considerar el delito de EXTORSIÓN previsto y sancionado en el articulo 16 de la Ley
Contra el Secuestro y la Extorsión ni mucho menos el delito de ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR previsto y
sancionado en el articulo 37 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y en consecuencia, se debe
declarar, como en efecto se hacen, la L.P. para los imputados D.Y.B.A. y J.R.C.C., al no existir en las actas,
los elementos que se indican en el artículo 236 de la N.A.P., vale decir, suficientes elementos de
convicción para estimar fundadamente la participación de los ciudadanos identificados en actas, sean
autores y/o partícipes en los hechos que se señalan delictuosos, toda vez que se evidencio que el
ciudadano DAVIR YONARDI B.A. también fue objeto de amenazas y atentados por parte de los
extorsionadores verdaderos.

No obstante lo anterior, el Ministerio Público dentro del ejercicio de la acción penal y en el marco de su
autonomía establecida en la Ley Orgánica del Ministerio Público, cuya disposición es un desarrollo del
artículo 272 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y, como órgano encargado de
ordenar y dirigir la investigación penal puede concluir de cualquier manera la fase de investigación y
establecer en el libelo acusatorio el delito que con base en su autonomía impute a alguna persona si
surgieren nuevas circunstancias de modo tiempo y lugar que a criterio de la Representación Fiscal
constituyan los elementos de convicción que resulten de la investigación, para lo cual determinará, en
forma clara y precisa, el hecho punible que considere que cometieron los sospechosos de delito. Por lo
que, este Cuerpo Colegiado considera que le asiste la razón al representante de los ciudadanos D.Y.B.A.
y J.R.C.C..

Por lo expuesto, esta Alzada considera que lo procedente en Derecho es declarar: PRIMERO:
PARCIALMENTE CON LUGAR el recurso de apelación de autos interpuesto por el ABG. F.F.M., defensor
privado de los ciudadanos D.Y.B.Á. y J.R.C.C.. SEGUNDO: CONFIRMA la decisión N° 1C-341-2016, de
fecha 11 de febrero de 2016, dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, extensión Cabimas. TERCERO: DESESTIMA la
Precalificación Jurídica únicamente a los hechos atribuidos a los ciudadanos: 1) D.Y.B.Á. y 2) J.R.C.C., en
virtud de los hechos indicados en actas, en relación a los delitos de EXTORSIÓN y ASOCIACIÓN PARA
DELINQUIR y en consecuencia DECRETA LA L.P. y SIN RESTRICCIONES a favor de los imputados D.Y.B.Á. y
J.R.C.C., la cual será cumplida por la Juzgadora a quo; todo de conformidad con lo previsto en los
artículos 8, 9 y 435 ultimo aparte, del Código Orgánico Procesal Penal, en concordancia con lo
establecido en los artículos 2, 26, 44, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. CUARTO: MANTIENE LA MEDIDA DE PRIVACION JUDICIAL PREVENTIVA DE LA LIBERTAD para
los imputados: 1) R.A.C., 2) A.D.J.Q.M., 3) L.T.P.A., 4) M.A.T.P., 5) N.B.S. y 6) J.A.S., por encontrarse
presuntamente incursos en la comisión de los delitos de EXTORSIÓN, previsto y sancionado en el artículo
16 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión y ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, previsto y sancionado en
el artículo 37 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, y el
delito de APROVECHAMIENTO DE COSAS PROVENIENTES DEL DELITO, previsto y sancionado en el
artículo 9 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores. Todo ello de conformidad con lo
establecido en los artículos 236 y 237, ordinales 2°, 3° y 5° del Código Orgánico Procesal Penal y
QUINTO: OFICIAR al Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial
Penal del estado Zulia, extensión Cabimas; a los fines de hacer efectiva la libertad acordada.

DISPOSITIVA

Por los Fundamentos de Derecho antes expuestos esta Sala N° 2 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del estado Z.A.J. en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de
la Ley, DECLARA:

PRIMERO
PARCIALMENTE CON LUGAR el recurso de apelación de autos interpuesto por el ABG. F.F.M., inscrito en
el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el No. 53.682, defensor privado de los ciudadanos
D.Y.B.Á. y J.R.C.C., titulares de las cédulas de identidad Nos. V-14.545.373 y V-25.729.535
respectivamente.

SEGUNDO

CONFIRMA la decisión N° 1C-341-2016, de fecha 11 de febrero de 2016, dictada por el Juzgado Primero
de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, extensión
Cabimas.

TERCERO

DESESTIMA la Precalificación Jurídica únicamente a los hechos atribuidos a los ciudadanos: 1) D.Y.B.Á. y
2) J.R.C.C., titulares de las cédulas de identidad Nos. V-14.545.373 y V-25.729.535 respectivamente, en
virtud de los hechos indicados en actas, en relación a los delitos de EXTORSIÓN, previsto y sancionado
en el artículo 16 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión y ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, previsto y
sancionado en el artículo 37 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al
Terrorismo, y en consecuencia DECRETA LA L.P. y SIN RESTRICCIONES a favor de los imputados D.Y.B.Á. y
J.R.C.C., la cual será cumplida por la Juzgadora a quo; todo de conformidad con lo previsto en los
artículos 8, 9 y 435 ultimo aparte, del Código Orgánico Procesal Penal, en concordancia con lo
establecido en los artículos 2, 26, 44, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y Así Se Decide.

CUARTO

MANTIENE LA MEDIDA DE PRIVACION JUDICIAL PREVENTIVA DE LA LIBERTAD para los imputados: 1)


R.A.C., 2) A.D.J.Q.M., 3) L.T.P.A., 4) M.A.T.P., 5) N.B.S. y 6) J.A.S., por encontrarse presuntamente
incursos en la comisión de los delitos de EXTORSIÓN, previsto y sancionado en el artículo 16 de la Ley
Contra el Secuestro y la Extorsión y ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, previsto y sancionado en el artículo
37 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, y el delito de
APROVECHAMIENTO DE COSAS PROVENIENTES DEL DELITO, previsto y sancionado en el artículo 9 de la
Ley Sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores. Todo ello de conformidad con lo establecido en
los artículos 236 y 237, ordinales 2°, 3° y 5° del Código Orgánico Procesal Penal.

QUINTO
OFICIAR al Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
estado Zulia, extensión Cabimas; a los fines de hacer efectiva la libertad acordada.

Publíquese, regístrese en el libro respectivo, déjese copia certificada en archivo y remítase la presente
causa en la oportunidad legal correspondiente, al Juzgado Primero de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, extensión Cabimas, a los fines legales consiguientes.

LOS JUECES DE APELACIÓN

Dra. N.G.R.

Presidenta de Sala

Dr. F.J.S.P.D.. R.Q.V.

Ponente

ABOG. ANDREA PAOLA BOSCÁN SÁNCHEZ

La Secretaria

En la misma fecha se publicó la decisión anterior, se registró bajo el N° 090-16 en el Libro de Decisiones
Interlocutorias llevado por esta Sala y se compulsó por Secretaría copia de Archivo.

LA SECRETARIA

ABOG. ANDREA PAOLA BOSCAN SANCHEZ


FJSP/-

VP03-R-2016-000335

Búsquedas relacionadas:

teniente castillo

vLex

+1 (305) 890 29 82

Condiciones de uso ©2021 vLex.com Todos los derechos reservados

https://vlexvenezuela.com/vid/gustavo-orlando-imputado-327593635

vLex Venezuela

Información jurídica inteligente

PRODUCTOS

CONTENIDOS

INTEGRACIONES
ENTRAR

DATE DE ALTA

Jurisprudencia

Decisión nº 212-11 de Corte de Apelaciones Sala 2 de Zulia, de 11 de Octubre de 2011

Documento

Citas 9

Citado por

Mapa de Precedentes

RelacionadosVincent

Fecha de Resolución: 11 de Octubre de 2011

Emisor: Corte de Apelaciones Sala 2

Número de Expediente: VP02-R-2011-000629

Ponente: Licet Mercedes Reyes Barranco

Procedimiento: Apelación De Auto Interlocutorio

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL

Circuito Judicial Penal del Estado Zulia

Corte de Apelaciones

Sala 2

Maracaibo, once (11) de Octubre de 2011


201º y 152º

ASUNTO PRINCIPAL : VP02-P-2011-010495

ASUNTO : VP02-R-2011-000629

PONENCIA DE LA JUEZA DE APELACIONES DRA. L.R.B.

Han subido las presentes actuaciones, en virtud del recurso de apelación interpuesto por los Abogados
en ejercicio A.A.A.R. y D.J.M.F., inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 148.706 y 148.461
respectivamente, con el carácter de defensores privados del imputado G.O.Z., identificado en actas,
contra la decisión N° 786-11, emitida por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, de fecha 21 de Julio de 2011, la cual entre otras cosas
decretó sin lugar la solicitud de la defensa privada referente a la nulidad absoluta del procedimiento de
entrega vigilada practicado, en el asunto penal seguido en contra del ciudadano antes mencionado, a
quien el Ministerio Público le atribuye la presunta comisión del delito de EXTORSIÓN, previsto y
sancionado en el artículo 16 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión, en perjuicio del ciudadano
KERWUIN E.G.A..

Se ingresó la presente causa en fecha 20.09.2011 y se dio cuenta en Sala, designándose ponente a la
Jueza que con tal carácter suscribe la presente decisión.

Esta Sala N° 2 de la Corte de Apelaciones en fecha 23 de Septiembre de 2011, declaró admisible el


recurso interpuesto, por lo que encontrándonos dentro del lapso legal, se pasa a resolver sobre la
procedencia de la cuestión planteada en los siguientes términos:

II
DEL RECURSO PRESENTADO POR LA DEFENSA

Se evidencia en actas, que los apelantes interponen su recurso, contra la decisión N° 786-11, dictada por
el Juzgado Segundo de Primera Instancia en funciones de Control de este Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, de fecha 21-07-2011, basado en los siguientes argumentos:

Alegan los defensores: “…Entrando en el tema que nos ocupa a razón de la decisión tomada por el Juez
de control (sic) sobre la licitud de la entrega controlada o vigilada señalada en el (sic) artículo (sic) 32,
33, 34, y 35 de la (sic) Ley Contra la delincuencia (sic) organizada (sic), a la luz de los conocimiento del
derecho podemos notar que la prueba goza de una nulidad absoluta, por no reunir los requisitos
establecidos para el procedimiento que se debe seguir en el caso de una entrega vigilada y controlada,
además de los requisitos sine qua non que establece el legislador para determinar la legalidad y la licitud
de dicha entrega vigilada, corrompiendo gravemente el ordenamiento jurídico establecido y causando
un daño irreparable a nuestro patrocinado quien es un Padre de Familia, trabajador y socialmente
respetado en su comunidad…” ; continúan los apelantes realizando ciertas consideraciones en relación a
las nulidades, trayendo a colación varias doctrinas.

Continúan argumentando los recurrentes: “…Pero lo más importante es establecer que cuando el
artículo 190 del Código Procesal Penal reformado establece el principio de que no podrá fundarse una
decisión judicial ni utilizar como presupuesto de ella los actos cumplidos en contraversión (sic) a la
forma que prevé el Código, la Constitución, las leyes y los tratados y convenios internacionales suscritos
por la República, se está estableciendo el tema de las nulidades de manera abierta, sólo atendiendo a la
infrac6ión de garantías constitucionales y aquellas que se encontraren planteadas por la normativa
internacional de los derechos humanos, en cuyo caso se procederá a la nulidad de los actos procesales,
con lo cual se está consagrando un sistema de nulidades implícitas o virtuales…”.

Arguyen los recurrentes: “que el Juez de de primera instancia en funciones de control no examinó que
existiera en autos la autorización de entrega vigilada que motivó el procedimiento donde resultó
aprehendido el ciudadano G.O.Z., conjuntamente con el ciudadano YOGLIS ALBERONIS Y L.C., por lo que
se infiere al verificar la decisión recurrida que el Tribunal de Primera Instancia no motivó la resolución de
las nulidades peticionada por esta defensa…”.
Afirman los defensores: “…que el procedimiento de aprensión (sic) en flagrancia no constituye un
elemento que pueda justificar la inobservancia de los establecido en el la Ley Contra la Delincuencia
Organizada haciendo de esta manera que la entrega controlada o vigilada que se realizo (sic) en el
procedimiento que nos ocupa esta totalmente viciada y sin posibilidad de subsanación. Por cuanto
desde el momento de la denuncia hasta que se efectúo dicho procedimiento transcurrió un tiempo
prudente para que los funcionarios actuantes en el procedimiento solicitaran la autorización al
ministerio (sic) publico (sic) y la vindicta (sic) publica (sic) por su parte solicitara la autorización del
tribunal de control tal y como lo exige la normativa vigente. De esta manera violando de (sic) el principio
de licitud de la prueba establecido en nuestro ordenamiento jurídico vigente…”.

Señalan los apelantes: “…denunciamos la incongruencia existente entre los billetes a lo largo del
procedimiento y la cadena de custodia tal y como lo alego esta defensa técnica en la Audiencia
Preliminar aquí apelada sin lograr el debido pronunciamiento de (sic) juez a quo, ni logrando hacer que
el juzgador se pronunciara de los medios de pruebas solicitados por esta defensa en la misma fecha…”.

En el punto denominado “PETITORIO”, solicitan los recurrentes de autos, sea declarada con lugar la
apelación interpuesta y en consecuencia sea declarada la nulidad absoluta del procedimiento de entrega
controlada que hoy nos ocupa y la aprehensión en flagrancia; y finalmente se suscriba oficio de
excarcelación del ciudadano G.O.Z..

III

DE LA CONTESTACIÓN AL RECURSO DE APELACIÓN

La Abogada S.D.J.F.V., actuando con el carácter de Fiscal Octava del Ministerio Público del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, da contestación al recurso de apelación de la siguiente manera:

Señala: “…que la decisión emanada por el Juzgador en Funciones de Control de este Circuito Judicial
Penal, al momento de decidir en relación a la admisión del escrito acusatorio y declaratoria con lugar de
la solicitud de enjuiciamiento de los hoy acusados de autos, se encuentra totalmente ajustada a derecho
y no padece de ningún tipo de vicio que acaree (sic) nulidad, ya sea ésta absoluta o relativa, en virtud de
que en relación a los alegatos esgrimidos por la defensa del hoy acusado G.O.Z., se evidencia que el
procedimiento en el que se realizara la entrega controlada o vigilada del dinero utilizado para simular el
pago de la extorsión y para luego aprender en la flagrancia de la comisión de tal delito a los acusados de
autos, cumplió con todos los requisitos legales correspondientes para su licitud, dado a que, la entrega
vigilada o controlada a la cual hacen mención los recurrentes en su escrito, es aquella establecida por la
Ley Contra la Delincuencia Organizada en su artículos 32…”; continúa la representante del Ministerio
Público citando el mencionado artículo.

Manifiesta: “…que la misma alude a remesas ilícitas de bienes, situación de hecho ésta que no puede ser
subsumida dentro del caso que nos ocupa, ya que, el procedimiento de simulación de pago, por causa
de extorsión, analógicamente llamada “entrega vigilada o controlada” en el presente caso, fue de
moneda nacional de libre y legal circulación dentro del territorio nacional y no de algún tipo de remesas
ilícitas de bienes como lo establece la norma jurídica transcrita, no obstante a ello, es menester resaltar
que, la conducta delictual desplegada por los hoy acusados de autos (de la cual es partícipe el
patrocinado de los recurrentes), no puede ser encuadrada dentro de algún tipo penal de los
establecidos en la Ley Contra la Delincuencia Organizada, pues dicha conducta antijurídica escapa del
ámbito de aplicación de la prealudida normativa, según se observa del contenido de los artículos 1 y 2
ejusdem…”.

Continúa argumentando que: “de lo preconizado por las normas ut supra (sic) en concordancia con el
artículo 32 ejusdem, que dicho instrumento normativo se encuentra limitado en su objeto y ámbito de
aplicación a delitos establecidos por la misma ley, no encontrándonos en presencia de alguno de ellos,
situación ésta que desde el acto de presentación de imputados por flagrancia, ha mantenido clara y
asertivamente el Ministerio Público, demostrándose verazmente con el hecho de no haberle imputado
en dicho momento, a los hoy acusados de autos, el delito de Asociación ni cualquier otro previsto en la
ley objeto del presente análisis, sino por el contrario, sólo el delito de Extorsión, previsto y sancionado
en el Artículo 16 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión, dejando ver de esta manera la legalidad del
procedimiento en el cual se simuló el pago de una cantidad de dinero por concepto de la extorsión
perpetrada por los hoy acusados, apoyado el procedimiento en su legalidad, en virtud de lo dispuesto en
el numeral 1 y último aparte del Artículo 28 de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión…”; continúa la
representante del Ministerio Público citando el artículo ut-supra referido.

Indica que: “…en cuanto al alegato de los recurrentes basado en la incongruencia presuntamente
existente entre “los billetes” a lo largo del procedimiento, como los mismos lo denominan en su escrito
recursivo y la cadena de custodia, es de hacer notar que dicha incongruencia no existe, toda vez que,
puede evidenciarse mediante el análisis del Acta Policial de fecha 13-04-2011 (la cual contiene adjunta a
la misma, copia fotostática de las piezas bancarias comúnmente denominadas billetes con apariencia de
papel moneda), Acta de Registro de Cadena de Custodia signado con el Nro. 0681-11 de fecha 13-04-
2011 y Experticia de Reconocimiento Nro. 9700-242-DEZ-DC-1095 de fecha 14-04-2011, que las
características de los mismos con indicación de sus seriales identificadores coinciden plenamente entre
sí, demostrándose que los mismos fueron los utilizados en el procedimiento de simulación de pago por
extorsión y los incautados a los hoy acusados de autos, no entendiendo quien suscribe el propósito de
los recurrentes al invocar la existencia de tal vicio, presumiendo a la vez que en virtud de todo lo
explanado en su escrito recursivo, quieren darle apariencia de ilegalidad tanto al procedimiento de
aprehensión en flagrancia, como a la entrega controlada y a la investigación realizada por el Ministerio
Público, invocando que con dichos vicios (los cuales se encuentran claramente desvirtuados en el
presente escrito), que se le había causado a su defendido un daño irreparable, situación de hecho y
jurídica la cual es totalmente falsa, ya que, en todo momento dentro del procedimiento en el cual
fueran aprehendidos los mismos y dentro de la investigación fiscal les fueron resguardados a los
acusados de autos sus derechos constitucionales y legales, cumpliendo así con el debido proceso y sin
violentarles a los mismos su derecho a la defensa, del cual han gozado y usado en todo momento.
Igualmente, los términos en los cuales las recurrentes formulan su escrito parecieran esconder el fin
último de, más que apelar sobre una situación fáctica y jurídica correspondiente a lo esgrimido en el
escrito recursivo, APELAR SOBRE EL AUTO DE APERTURA A JUICIO, el cual a tenor de lo establecido en el
último aparte del artículo 331 del Código Orgánico Procesal Penal, es inapelable…”.

Finalmente en el punto denominado “DEL PETITORIO” solicita esa Representación Fiscal sea declarado
SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto por los Abogados en ejercicio A.A.A.R. y D.J.M.F., ambos
en su carácter de defensores del acusado de autos G.O.Z.G., planteado en contra de la decisión dictada
en fecha 21.07.2011 por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, a tenor de expediente con correlativo interno de ese Despacho Nro. 2C-
17.816-11, y por consiguiente sea CONFIRMADA la decisión recurrida, por la inexistencia de los vicios y
denuncias con los cuales la defensa soporta la impugnación de dicha decisión.

IV

DE LA DECISIÓN DE LA SALA

De la revisión exhaustiva de las actas que conforman el presente recurso, observan los integrantes de
este Tribunal Colegiado, que se trata de un recurso de apelación, interpuesto por los Abogados en
ejercicio A.A.A.R. y D.J.M.F., inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 148.706 y 148.461
respectivamente, con el carácter de defensores privados del imputado G.O.Z., identificado en actas,
contra la decisión N° 786-11, emitida por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, de fecha 21 de Julio de 2011, alegando que existe
nulidad absoluta en el procedimiento de entrega vigilada y controlada realizado por los funcionarios
actuantes.
Al respecto, la Sala para decidir observa:

Se evidencia que riela a los folios once (11) al veintiuno (21), decisión dictada por el Juzgado Segundo de
Primera Instancia en funciones de Control de este Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, quien dejó
sentado lo siguiente:

En cuanto a la solicitud del Defensor Privado Abg D.M. que hace referencia a que el procedimiento de
entrega vigilada o controlada estab1ecido en el articulo 32 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia
Organizada a su juicio se encuentra viciado de Nulidad Absoluta (sic) tenor de lo establecido en el
artículo 190 y 191 de1 Código Orgánico Procesal Penal este Tribunal luego del ana1sis detallado
pormenorizado y exhaustivo de la presente causa deja asentado que no le asiste la razón al Abogado
denunciante por cuanto se evidencia en actas que en fecha 13-04-2011 la ciudadana víctima recibe las
llamadas con la presunta extorsión y en esa misma fecha fue realizado el procedimiento de aprehensión
de los ciudadanos imputados por lo que se evidencia que el Cuerpo Policial bajo la dirección del
Ministerio Publico por extrema necesidad y urgencia realizaron el procedimiento y aprehendieron a los
tres imputados, los cuales fueron presentados al día siguiente ante este Tribunal que se encontraba de
Guardia el cual declaró licita la actuación policial, el procedimiento y decretó Medida privativa de
libertad, razón por la cual estamos en presencia de un procedimiento en FIagrancia que arrojo como
resultado la detención de los ciudadanos Imputados G.O.Z.G., LUÍS SEGUNDO CAMACHO SOTO Y YOGLIS
ALBERONIS R.G. por lo cual se declara Sin Lugar la solicitud de Nulidad Absoluta denunciada por el Abg.
D.M. y como consecuencia directa se declara Sin Lugar el Sobreseimiento peticionado. Asimismo en
cuanto a la solicitud de Libertad de su patrocinado este tribunal la declara Sin Lugar por cuanto no existe
una variación de los hechos por los cuales quien aquí decide tomó la decisión de la Medida Privativa
Restrictiva de Libertad al momento e la Presentación y aunado a esto sigue persistiendo el Peligro de
Fuga y el Peligro de Obstaculización de la celebración del Juicio Oral y Público, por cuanto el hecho
punible por los cuales han sido acusados hoy los acusados merece una pena de prisión de diez (10) a
quince (15) años más la magnitud del daño causado, ya que estamos frente a un delito pluriofensivo que
afecta bajo constreñimiento e! patrimonio del sujeto pasivo del delito y más aun produce una lesión
efectiva a la Libertad ya que se persigue lesionar el patrimonio del sujeto pasivo bajo amenaza de
ocasionarle algún daño que atente contra su L.P. o la de los suyos, razón por la cual este Tribunal declara
Sin Lugar la solicitud y ratifica la Medida Cautelar Privativa de Libertad de conformidad con los artículos
250, 251, 252 y 253 todos del código orgánico procesal penal. Y ASÍ SE DECIDE

. (Resaltado de la Sala).
Vista la decisión que antecede y a.t.e.r. de apelación como la contestación al mismo, observa esta
Alzada, que como única denuncia, arguyen los accionantes, que existe nulidad absoluta en el
procedimiento de entrega vigilada y controlada realizado por los funcionarios actuantes, violando lo
establecido en el artículo 32 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada.

En este sentido el contenido normativo del artículo 32 de la Ley Orgánica Contra la Delincuencia
Organizada, estipula:

Artículo 32. En caso de ser necesario para la investigación de algunos de los delitos establecidos en esta
Ley, el Ministerio Público podrá, mediante acta razonada, solicitar ante el juez de control la autorización
para la entrega vigilada o controlada de remesas ilícitas de bienes a través de agentes encubiertos
pertenecientes a los organismos especializados de seguridad del Estado venezolano.

En los casos de extrema necesidad y urgencia operativa el fiscal del Ministerio Público podrá realizar, sin
autorización judicial previa, el procedimiento especial de técnica policial establecido en este artículo…

. (Negrillas de la Sala)

Cabe destacar que el procedimiento de entrega vigilada se utiliza para prevenir, detectar y controlar las
actividades ilegales que desarrolla la criminalidad organizada, frente a supuestos de evidente flagrancia
delictiva que tiene como finalidad la identificación o el descubrimiento de los autores y partícipes de
delitos de criminalidad organizada, en la cual, atendiendo a un carácter excepcional puede ser realizado
sin autorización judicial, de acuerdo con lo establecido en la referida norma, tanto por el órgano
encargado de la investigación como por el Ministerio Público.

Abundando respecto de la situación de flagrancia, constitutiva del supuesto de excepción a la necesidad


de autorización judicial, como formalidad previa que debía ser satisfecha para la medida de privación de
libertad, vale el recordatorio del pronunciamiento emanado de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en su sentencia N° 2294, de 24 de septiembre de 2004, el cual, si bien estuvo
referido a la exoneración del requisito de tal autorización para el allanamiento del hogar doméstico o
recinto personal privado, resulta plenamente aplicable como legitimación para que se obvie dicho
permiso para la ejecución de medidas de privación de l.p.. Así, se expresó:
“…En lo que atañe al auto que, el 08 de septiembre de 2003, dictó la supuesta agraviante de autos, ésta
declaró sin lugar el recurso de apelación y, por consiguiente, negó la nulidad que, del allanamiento
referido ut supra, solicitó la Defensa del actual quejoso. Como fundamento de su impugnada decisión, la
legitimada pasiva estimó que no eran necesarias las formalidades que exigen los artículos 210 y
siguientes del Código Orgánico Procesal Penal, como desarrollo del artículo 47 de la Constitución; ello,
porque la autoridad que actuó en la práctica de dicho allanamiento lo hizo por la “necesidad de impedir
la perpetración de un hecho punible”; específicamente, un delito contra la l.p., según se encuentra
precisado en las actas procesales. Al respecto, advierte la Sala que, sin perjuicio de las alegaciones que la
actual parte accionante opuso contra la justificación que se dio de la referida incursión, lo cierto es que
consta en autos y no ha sido desvirtuado por ninguna de las partes, que, en el inmueble donde fue
ejecutada la referida medida de allanamiento, se encontraban en curso actividades que encuadraban en
el tipo legal que describe el artículo 54 de la Ley para el Control de Casinos, Salas de Bingo y Máquinas
Traganíqueles. En tal situación, resulta indudable que, como se trata de un delito que acarrea pena
privativa de libertad, la situación, según el artículo 248 del Código Orgánico Procesal Penal, era de
flagrancia, en la cual la autoridad estaba obligada a aprehender “al sospechoso” o a los sospechosos y,
por tanto, no se trataba un allanamiento stricto sensu, razón por la cual no estaba sujeta a las
formalidades que, en materia de dicho acto de investigación, prescribe el Código Orgánico Procesal
Penal. Así las cosas, estima esta Sala que fue conforme a derecho, y no lesionó ilegítimamente derecho
fundamental alguno, la actuación de la autoridad que participó en la predicha incursión, de acuerdo con
la segunda excepción que establece el artículo 210 del referido código procesal y, asimismo, con el
artículo 20 del Decreto-Ley de los Órganos de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, sin
que se obvie la advertencia de que, en relación con esta última disposición, la representante del
Ministerio Público dio fe –y no hay acreditada prueba alguna en contrario- de que la autoridad que
actuó en la actividad que se impugnó hizo, en todo caso, la correspondiente notificación a aquella
funcionaria, quien le dio las instrucciones que aparecen señaladas en autos. Concluye, por tanto, esta
juzgadora que no fue ilegítima la aprehensión de quienes fueron sorprendidos en plena ejecución de la
antes referida actividad delictiva y podían ser razonablemente tenidos como comprometidos, fuera
como autores, fuera como cómplices, en la misma. De allí que la Sala concluye que la legitimada pasiva
actuó ajustada a derecho cuando decidió la improcedencia del precitado recurso de apelación que
ejerció el actual accionante, si bien, por las razones que han quedado expresadas, se aparta de la
fundamentación de dicha decisión. Así se declara. Y por esas mismas razones, concluye esta Sala que el
fallo que se examina fue dictado por la legitimada pasiva, mediante criterios de interpretación y de
valoración que fueron incorporados en legítimo ejercicio de sus atribuciones legales y, en consecuencia,
como no ha existido, por parte de tribunal denunciado, abuso de poder ni usurpación o extralimitación
de funciones, debe concluirse que dicho órgano jurisdiccional actuó dentro de los límites de
competencia, en el sentido amplio que a esta expresión –que se extiende a los conceptos de usurpación
de funciones y abuso de poder, le ha atribuido, reiterada y consistentemente, este M.T., como uno de
los requisitos concurrentes a la procedibilidad de la acción de amparo contra decisiones judiciales, de
conformidad con el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales. Por tal razón, la demanda de amparo que se decide, que está fundada en la denuncia
que se acaba de explicar, carece del predicho requisito de procedibilidad que exige la mencionada
disposición legal. Al respecto, se han establecido supuestos de manifiesta improcedencia, los cuales
acarrean la desestimación de la pretensión, incluso in limine litis, pues resultaría inoficioso y contrario a
los principios de celeridad y economía procesales la sustanciación de un procedimiento cuyo único
resultado final previsible es la declaratoria sin lugar. Por tales motivos, la Sala estima que, en la situación
sub examine, la demanda de amparo de autos carece de los presupuestos legales de procedencia y así
se declara in limine litis….”

En armonía con lo señalado es menester indicar que tal como lo refiere la Fiscal del Ministerio Público,
en el caso de marras la entrega de dinero se realizó con base a lo dispuesto en la Ley Contra el Secuestro
y la Extorsión, por lo que en el marco de la misma, no resultaba necesario la autorización del Tribunal de
Control para llevar a cabo el procedimiento, pues no se efectuó atendiendo al contenido del artículo 32
de la ley especial contra la delincuencia organizada, como erróneamente señalan los recurrentes de
autos.

De igual manera verifica esta Alzada, que los recurrentes de autos no presentan prueba alguna que
permita a quienes aquí resuelven, concluir que existe disparidad entre la cadena de custodia y el dinero
colectado en el procedimiento efectuado, por lo que debe declarase sin lugar el referido argumento.

Así las cosas, con fundamento en la jurisprudencia patria que fue transcrita ut supra, en concatenación
con las normas procesales referidas a este punto, habiendo leído y analizado la decisión impugnada,
evidencia este Cuerpo Colegiado, que la recurrida es una decisión judicial que fue expedida mediante
razonables y fundados criterios de interpretación jurídica, por el Juez Undécimo de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, quien, por consiguiente, actuó dentro
de los límites de su competencia, en los términos amplios como dicho concepto ha sido desarrollado por
el M.T. de la República; asimismo, de las actuaciones del A-quo, no se verifica perjuicio alguno contra
derechos fundamentales del imputado G.O.Z., identificado en actas, razón se debe declarar sin lugar la
denuncia alegada por los Abogados en ejercicio A.A.A.R. y D.J.M.F., en su condición Defensores Privados
del imputado de autos.

Finalmente este Órgano Colegiado, tras una minuciosa revisión del acta de la Audiencia Preliminar que
se cuestiona como viciada de nulidad, observa que la misma cumplió con todos los requisitos exigidos
por el legislador en los artículos 329, 330 y 331 del Código Orgánico Procesal Penal, e igualmente
observa que el Juez a quo, sí garantizó el debido proceso el derecho a ser oído y el derecho de defensa,
así como su derecho a peticionar y recibir respuesta oportuna, al encausado de autos, dando perfecto
cumplimiento a los artículos 49.1 y 51 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, toda
vez que el imputado debidamente asistido por su defensa técnica fue advertido de todos sus derechos y
garantías constitucionales y procesales, al mismo le fue otorgado el derecho de palabra, y escuchados
como fueron sus planteamientos y los de su defensor, fueron resueltos por el juzgador de la instancia
conforme a derecho, con motivación suficientemente explicita y jurídica, evidenciándose de ello que sí
dio cumplimiento a lo preceptuado en el artículo 173 del Código Orgánico Procesal Penal, y por tal
motivo no se encuentra dicho acto viciado de nulidad absoluta de conformidad con los artículos 190 y
siguientes del mismo texto adjetivo, y por ende no se ha violentado el derecho a la tutela judicial
efectiva consagrado en el artículo 26 de la Carta Magna, como pretende hacer valer el recurrente, a
quien no le asiste la razón; por lo que en tal virtud debe declarase sin lugar el recurso contentivo de la
solicitud de declaratoria de nulidad absoluta planteada por la defensa recurrente. Así se decide.-

En razón de las circunstancias que se han planteado en el caso sometido a estudio, en opinión de los
integrantes de este Órgano Colegiado, lo procedente en derecho es declarar SIN LUGAR el recurso de
apelación interpuesto por los Abogados en ejercicio A.A.A.R. y D.J.M.F., precedentemente identificados,
con el carácter de defensores privados del imputado G.O.Z., identificado en actas, en consecuencia se
debe CONFIRMAR la decisión recurrida, dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, en fecha 21.07.2011, mediante
resolución registrada bajo el N° 786-11. Así se Decide.

DISPOSITIVA

Por los fundamentos anteriormente expuestos, esta SALA Nº 2 de la CORTE DE APELACIONES DEL
CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA, Administrando Justicia, en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de la Ley, declara: PRIMERO: SIN LUGAR el recurso de
apelación interpuesto por los Abogados en ejercicio A.A.A.R. y D.J.M.F., precedentemente identificados,
con el carácter de defensores privados del imputado G.O.Z., identificado en actas. SEGUNDO: SE
CONFIRMA la decisión impugnada; dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, en fecha 21.07.2011, mediante resolución registrada
bajo el N° 786-11. Todo de conformidad con lo establecido en el artículo 450 del Código Orgánico
Procesal Penal. ASÍ SE DECIDE.

Publíquese y regístrese en el libro respectivo, déjese copia certificada en archivo y remítase la presente
causa en la oportunidad legal correspondiente, al Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones
de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, a los fines legales consiguientes.
LOS JUECES DE APELACIÓN

Dr. R.R.R.

Presidente de Sala

Dra. L.R.B. Dra. N.G.R.

Ponente Juez de Apelaciones

EL SECRETARIO

Abg. JESÚS MÁRQUEZ RONDON

En la misma fecha se publicó la anterior decisión y se registró bajo el Nº 212-11, del Libro de Decisiones
llevado por esta Sala en el presente mes y año, se compulsó por Secretaría copia certificada en archivo.

EL SECRETARIO

Abg. JESÚS MÁRQUEZ RONDON.

LMRB/jadg.-

Búsquedas relacionadas:
derechos del imputado en venezuela falta de capacidad del imputado

vLex

+1 (305) 890 29 82

Condiciones de uso ©2021 vLex.com Todos los derechos reservados

También podría gustarte