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Definición
Historia
La historia del plebiscito se remonta a la antigua Roma, donde se utilizaba para que el pueblo
decidiera sobre cuestiones de gran importancia para la ciudad y el Estado. Desde entonces, el
plebiscito ha evolucionado y se ha utilizado en diferentes momentos y contextos históricos.
En el antiguo Derecho Romano, los plebiscitos eran disposiciones ordenadas y establecidas por
la plebe reunida en comicios e interrogada por el Tribuno de la Plebe. Hasta la sanción de la
Ley Hortensia, solo obligaba a los plebeyos, quedando excluidos de su aplicación los patricios,
que solo acataban las leyes que tomaba el pueblo romano reunido en comicios centuriados, a
propuesta de un magistrado. La citada Ley Hortensia asimiló los plebiscitos a las leyes,
dándoles carácter obligatorio para todo el "populus" romano.
En la Edad Media, el plebiscito se utilizó en Europa para que la ciudadanía decidiera sobre
asuntos como la elección de representantes, la aprobación de leyes y la ratificación de
acuerdos entre reyes y nobles.
En el siglo XX, el plebiscito ha sido utilizado en diversas ocasiones en todo el mundo. Algunos
ejemplos destacados incluyen:
La realización de un plebiscito en Italia en 1946 para decidir sobre la forma de gobierno del
país, en la que la ciudadanía decidió establecer una república en lugar de una monarquía.
En América Latina, el plebiscito ha sido utilizado en diversos momentos históricos para resolver
conflictos políticos, sociales y económicos. En algunos casos, el resultado del plebiscito ha sido
cuestionado por la oposición y ha generado controversias políticas y sociales.
Hoy en día, el plebiscito sigue siendo un mecanismo importante de democracia directa que
permite a la ciudadanía participar activamente en la toma de decisiones importantes que
afectan al país en su conjunto.
Clasificación:
Como el plebiscito, es una consulta donde los ciudadanos deben responder “sí” o “no” a
una cuestión política-administrativa que les sea planteada puede clasificarse en:
b) Vinculatorio. La autoridad debe acatar la decisión de los ciudadanos, es decir, si dice “si”,
hacer o llevar a cabo el acto político, si dice “no”, están obligados a un no actuar.
El plebiscito se utiliza para que la población decida, mediante el voto, sobre un tema o asunto
específico que se considera de gran importancia para el país. Algunos ejemplos de temas que
pueden ser decididos mediante un plebiscito son:
El plebiscito permite que la ciudadanía tenga un papel más activo en la toma de decisiones, en
lugar de delegar esa responsabilidad únicamente en los representantes políticos elegidos
mediante el sistema electoral. Además, el plebiscito permite que la opinión y el deseo de la
mayoría de los ciudadanos sean considerados en la toma de decisiones importantes para el
país.
En resumen, el plebiscito sirve para que la ciudadanía participe de forma activa en la toma de
decisiones importantes para el país y para que la opinión y el deseo de la mayoría de los
ciudadanos sean considerados en esos procesos de toma de decisiones.
El plebiscito en República Dominicana:
La realización del plebiscito local en la República Dominicana está sujeta a ciertos requisitos y
limitaciones, como que la solicitud debe ser presentada por el 5% de los ciudadanos que
figuren en el registro electoral del municipio, el síndico municipal o la mayoría absoluta del
concejo de regidores, y que la materia sobre la cual se convoque el plebiscito debe haber sido
tramitada ante el concejo municipal sin llegar a una resolución definitiva. Además, el resultado
del plebiscito municipal es vinculante, lo que significa que obliga a las autoridades
competentes a adoptar las decisiones necesarias para cumplir con sus resultados.
La Constitución de la República Dominicana establece en su artículo 210 que "el pueblo tiene
el derecho a decidir, mediante referendo o plebiscito, sobre las materias de trascendencia
nacional que se sometan a su consideración por iniciativa del presidente de la República, de
una cuarta parte de los miembros del Congreso Nacional, o de un número no menor del diez
por ciento de los ciudadanos inscritos en el registro electoral".
Además, el artículo 211 establece que para que el resultado de un plebiscito tenga efecto
vinculante, se requiere que vote por lo menos el 33% de los ciudadanos inscritos en el registro
electoral, y que el resultado obtenido sea aprobado por la mayoría de los votantes.
El artículo 212 señala que las leyes que regulan la convocatoria, organización, desarrollo y
resultados de los referendos y plebiscitos, deben establecer "las garantías necesarias para
asegurar la transparencia y el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas, y la
participación equitativa de las organizaciones y de los ciudadanos que quieran promover u
oponerse a la iniciativa sometida a referendo o plebiscito".
Rojas Díaz Durán y Ricardo Colina Rubio, “La Participación Ciudadana”, editorial
Porrúa. primera edición,2007. México. p.p. 28-29.