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EL PLEBISCITO EN COLOMBIA

Presentado por: Neisy Vanessa Rojas Castillo


ID: 000373355
Universidad Pontificia Bolivariana

El presente trabajo tiene como objetivo realizar un breve análisis del mecanismo
participativo del plebiscito. En primer lugar, es de resaltar que esta figura es de
origen constitucional, se encuentra consagrada en el artículo 103 de la Carta
Política. Acerca del concepto más próximo, la ley 134 de 1994 en su artículo 7
prescribe lo siguiente: “El plebiscito es el pronunciamiento del pueblo convocado
por el Presidente de la República, mediante el cual apoya o rechaza una
determinada decisión del Ejecutivo”. Además, se considera pertinente resaltar que
es un mecanismo propio de los regímenes democráticos, tal como lo es Colombia,
y que sirve como un instrumento de consulta directa al pueblo, sobre asuntos de
vital importancia para el Estado. Puede ser descrito también como una votación
general con el ánimo de conocer la opinión directa de la ciudadanía.
En muchas ocasiones este mecanismo se ha confundido con el referendo, sin
embargo, son dos figuras autónomas y totalmente diferentes, la Corte
Constitucional se ha pronunciado y sobre el tema ha opinado lo siguiente:
“El plebiscito se inspira en el principio de la soberanía popular, que
impone por obligación al mandatario, recurrir al depositario básico del
poder -el pueblo- para definir el rumbo, orientaciones o modalidades
del Estado. De ahí que pueda ser definido como la convocatoria
directa al pueblo para que, de manera autónoma, defina su destino.
El plebiscito es el pronunciamiento que se le solicita al pueblo acerca
de una decisión fundamental para la vida del Estado y de la
sociedad. A diferencia del referendo, en el cual se le consulta a los
ciudadanos acerca de un texto normativo ya formalizado para que se
pronuncien afirmativa o negativamente, en el plebiscito, se le
consulta sobre una decisión no plasmada en un texto normativo para
que se pronuncie favorable o desfavorablemente; es decir, que no se
propone un determinado texto legal a la decisión del pueblo, sino que
se somete a su consideración la decisión como tal.”1
Como bien lo explica la Corte, el plebiscito es una consulta directa sobre una
decisión en general, no se consulta un texto en específico, solo se consulta la
mera propuesta. Adicionalmente, la Corte Constitucional se pronunció sobre las
características específicas del plebiscito, al respecto prescribió:

1
Sentencia C-180 de 1994- Corte Constitucional
“Conforme dichas leyes y las sentencias de constitucionalidad
emitidas por esta Corporación, se identifican los siguientes
elementos definitorios del plebiscito: (i) es un mecanismo de
participación ciudadana que puede ser convocado únicamente por el
Presidente de la República en aquellos casos que este lo considere
necesario, (ii) para consultar a los ciudadanos una decisión política
de su Gobierno que se encuentre dentro de la órbita de sus
competencias. El pronunciamiento popular (iii) dota de legitimidad
popular la iniciativa del Jefe de Estado; y, además, (iv) tiene un
carácter vinculante, en términos de mandato político del Pueblo
soberano, restringiéndose dichos efectos al Gobierno, sin que
resulten extensibles a otras ramas del poder público.”2
Teniendo en cuenta la cita anterior, se concluye que el Presidente de la República
es la persona encargada de convocar el plebiscito, la Constitución Política de
Colombia en el artículo 104 radica dicha facultad en cabeza del Jefe de Estado,
mediante un acto que consagre la firma de todos los ministros y con previo
concepto favorable del Senado de la República. Además, es muy importante
resaltar que la decisión tomada por el pueblo será de carácter obligatorio, por lo
cual no va a requerir de refrendación, ni la adopción bajo la forma de algún
decreto o ley.
Ahora bien, con respecto a las materias o temas sobre los cuales se pueden
consultar por medio del plebiscito, el artículo 77 de la Ley 134 de 1994, establece
que se podrá convocar al pueblo sobre políticas del ejecutivo que no requieran
aprobación del Congreso de la República. Es muy importante tener en cuenta que
está prohibido someter a plebiscito decisiones relacionadas con los estados de
excepción, la duración del período constitucional del mandato presidencial y
reformas a la Constitución; además, no puede versar sobre leyes aprobatorias de
tratados internacionales, leyes de presupuesto, ni las referentes a materias
fiscales o tributarias. La consulta puede versar sobre la soberanía del Estado, la
ciudadanía, los poderes excepcionales, etc.
Según el doctrinante Biscaretti Di Ruffia, el plebiscito se debe utilizar para que el
pueblo se pronuncie en relación a un acto, hecho o medida de gobierno, en
particular, sobre cuestiones que traten el territorio y los asuntos relativos a la
forma de gobierno. Por otro lado, el doctrinando K. Loewenstein ha manifestado
que el plebiscito no puede tratar cuestiones constitucionales y legislativas, en la
mayoría de los casos debe significar una votación popular sobre una cuestión
territorial. En ningún caso el plebiscito puede versar sobre la duración del período
del presidente, ni sobre las modificaciones de la constitución política.

2
Sentencia C-379/16- Corte Constitucional
Con respecto a su regulación, como ya se había mencionado anteriormente, es de
origen constitucional, sin embargo, toda su regulación es inherente a la Ley 134 de
1994. Muchos doctrinantes creen que las exigencias establecidas en dicha ley son
demasiado rigurosas, por lo cual se está lejos de impulsar el mecanismo, por el
contrario, la consecuencia es que se está obstaculizando su efectividad. Además,
un problema que puede surgir de dicho instrumento es que sea utilizado para
legitimar medidas levisas para la misma población, y que se incrementa en los
casos en los cuales no existe una opinión pública autónoma, por lo cual, la
desinformación puede llevar al pueblo a un evento plebiscitario manipulado por
partidos políticos.
En relación al procedimiento de este mecanismo de participación ciudadana, en
primer lugar, el Presidente de la República deberá informar al Congreso su
intención de convocar un plebiscito, mediante un escrito que contenga las razones
por las cuales quiere hacer dicha convocatoria y la fecha en la que la votación se
llevaría a cabo. Dicha fecha no podrá ser menor de un mes y tampoco podrá
superar los cuatro meses contados desde que el Congreso reciba la solicitud del
Presidente. Es de resaltar que el plebiscito de ninguna manera puede coincidir con
otra elección. Además, dentro del mes siguiente de recibido el informe con la
intención del Presidente de convocar el plebiscito, el Congreso deberá manifestar
si lo acepta o lo rechaza, en caso de que ninguna de las dos cámaras se
manifieste sobre su rechazo, el Presidente podrá convocarlo.
Adicionalmente, cabe preguntarnos acerca de cómo debe ser la pregunta
formulada en el plebiscito, la Corte Constitucional estimó necesario aclarar este
punto, al respecto dijo:
“El artículo 38 Lit. B de la ley 1757 de 2015 indica que debe ser
redactada “en forma clara, de tal manera que puedan contestarse
con un sí o un no”. Esta Corporación sostuvo que “es admisible que
el legislador estatutario establezca la alternativa del sí o del no sin
prever la alternativa del voto en blanco”. Para garantizar la libertad
del elector, la pregunta no puede ser tendenciosa o equívoca, pues
se debe evitar que la voluntad del ciudadano pueda ser manipulada o
dirigida. Tampoco puede estar formulada de manera tal que induzca
a la persona a una respuesta en un sentido específico”3
Finalmente, es importante precisar que a través de la historia en Colombia se han
realizado dos plebiscitos. El primero fue celebrado en el año de 1957, el primer
domingo del mes de diciembre, y fue convocado por la Junta Militar del Gobierno
de la República de Colombia, fue denominado plebiscito, pero lo aprobado fue una
reforma constitucional, por lo cual en el fondo fue un referendo, ya que estos
3
Sentencia C-379/16- Corte Constitucional
temas son propios de consultarse por medio de este mecanismo participativo.
Dicho plebiscito fue convocado para que los colombianos votaran por el frente
nacional, como una alternativa para ponerle fin a la violencia partidista que se
desataba en el país en aquella época. Lo que se pretendía era reformar la
constitución para llegar a un acuerdo de paz entre los partidos conservador y
liberal. La votación de dicho plebiscito dio un resultado a favor del Sí, siendo una
de las elecciones con el más alto nivel de participación electoral en toda la historia
de Colombia. También fue histórico porque fue la primera vez que las mujeres
pudieron ejercer su derecho al voto.
Posteriormente, el 2 de octubre de 2016, se llevó a cabo el plebiscito sobre los
acuerdos de paz de Colombia. Fue el primer mecanismo de refrendación para
poder aprobar los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC).
El objetivo de dicho mecanismo fue obtener la aprobación o el rechazo del pueblo
hacía los acuerdos de paz entre el gobierno y las FARC. El resultado fue la victoria
del NO, por lo cual, el entonces presidente Juan Manuel Santos tuvo que
“renegociar” dicho acuerdo, considerando las objeciones de los opositores.
Se concluye que el plebiscito es un mecanismo de participación democrática, que
garantiza la participación del pueblo en decisiones que son de suma importancia
para el ejecutivo. Sin embargo, se pudo evidenciar que es una figura poco usada
en el ordenamiento jurídico colombiano, pues desde que existe solamente ha sido
utilizado en dos ocasiones, y a mi modo de ver, de una manera errónea, pues a
pesar de que públicamente le denominan “plebiscito” en el fondo los temas
tratados son propios del referendo.

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