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FUENTES DE LOS CONTRATOS INTERNACIONALES

Grupo 6

1. PRINCIPIO DE BUENA FE

El principio de la buena fe es un principio fundamental en el derecho de los contratos


internacionales. Está reconocido y aplicado en diversas jurisdicciones y también se encuentra
consagrado en varios instrumentos internacionales, como la Convención de las Naciones
Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías (CISG por sus siglas
en inglés).

La buena fe en los contratos internacionales implica que las partes deben actuar de manera
honesta, leal y razonable durante la negociación, celebración y ejecución del contrato. Esto
significa que deben comunicarse de manera clara y precisa, revelar información relevante,
cumplir con sus obligaciones de buena fe y no tomar ventaja injusta de la otra parte.

En caso de que una de las partes actúe de manera contraria a la buena fe, la otra parte puede
tener derecho a solicitar remedios legales, como la rescisión del contrato, daños y perjuicios, o
la revisión de términos injustos. Sin embargo, la aplicación y el alcance de la buena fe pueden
variar según la legislación nacional y los acuerdos específicos de las partes.

Es importante destacar que el principio de la buena fe no impone una obligación absoluta de


revelar toda la información disponible o de actuar en contra de los propios intereses. Más bien,
busca mantener un equilibrio entre los derechos y las expectativas legítimas de las partes,
fomentando una relación de confianza y colaboración en el ámbito de los contratos
internacionales.

2. EL PRINCIPIO DE LA AUTODETERMINACIÓN EN LOS CONTRATOS INTERNACIONALES

Se refiere al derecho de las partes de establecer libremente los términos y condiciones de su


contrato sin interferencias externas. Este principio se basa en la idea de que las partes
involucradas en una transacción comercial internacional tienen la capacidad y la libertad de
tomar decisiones autónomas sobre cómo se regirán sus relaciones contractuales.

La autodeterminación implica que las partes son libres de negociar y acordar los términos y
condiciones que consideren más favorables para sus intereses, siempre y cuando no violen las
leyes aplicables o principios legales fundamentales, como la buena fe, la moralidad pública o el
orden público.

Este principio tiene su fundamento en la autonomía de la voluntad, que es un principio


ampliamente reconocido en el derecho de los contratos. Según la autonomía de la voluntad,
las partes tienen la capacidad de establecer sus propias reglas y obligaciones contractuales,
siempre y cuando exista un consentimiento válido y no haya vicios en el acuerdo.

Sin embargo, es importante destacar que la autodeterminación en los contratos


internacionales encuentra ciertos límites. Por ejemplo, existen normas imperativas que no
pueden ser derogadas por acuerdo de las partes, como las leyes de protección al consumidor,
las leyes de competencia desleal o las prohibiciones de actividades ilícitas.

En resumen, el principio de la autodeterminación en los contratos internacionales reconoce la


libertad de las partes para negociar y establecer los términos y condiciones de su contrato de
manera autónoma, siempre y cuando respeten los límites legales y los principios
fundamentales del derecho.

3. EL PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA PRIVADA O DE LA VOLUNTAD

Es un principio fundamental en los contratos internacionales que reconoce la capacidad de las


partes para determinar libremente los términos y condiciones de su contrato. Este principio se
basa en el respeto a la autonomía y la libertad de las partes contratantes.

La autonomía privada implica que las partes tienen la facultad de celebrar un contrato,
establecer sus propias reglas y obligaciones, y determinar las consecuencias de su
incumplimiento. Es decir, las partes son libres de acordar los términos que consideren más
convenientes y adecuados para sus intereses, siempre y cuando no contravengan la ley o los
principios fundamentales del ordenamiento jurídico.

En el contexto de los contratos internacionales, la autonomía privada adquiere una relevancia


especial debido a la diversidad de sistemas legales y culturas jurídicas existentes en los
distintos países. Este principio permite a las partes seleccionar la legislación aplicable al
contrato, elegir el foro para la resolución de disputas y establecer cualquier otra cláusula que
consideren necesaria para regular su relación contractual.

En resumen, el principio de la autonomía privada o de la voluntad en los contratos


internacionales reconoce la capacidad de las partes para determinar libremente los términos y
condiciones de su contrato, siempre y cuando respeten los límites establecidos por la ley y los
principios fundamentales del derecho

4. EL PRINCIPIO DE LA LIBERTAD CONTRACTUAL

Es un principio fundamental en los contratos internacionales que reconoce el derecho de las


partes a celebrar un contrato de manera libre y voluntaria, sin interferencias externas. Este
principio se basa en el respeto a la autonomía de las partes y su capacidad para tomar
decisiones relacionadas con sus relaciones contractuales.

En el contexto de los contratos internacionales, la libertad contractual adquiere una


importancia especial debido a la diversidad de sistemas legales y culturas jurídicas existentes
en los distintos países. Este principio permite a las partes seleccionar la legislación aplicable al
contrato, elegir el foro para la resolución de disputas y establecer cualquier otra cláusula que
consideren necesaria para regular su relación contractual.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la libertad contractual no es absoluta y puede
estar sujeta a limitaciones legales. Por ejemplo, existen leyes de orden público que prohíben
ciertos tipos de contratos, así como normas imperativas que protegen a las partes más débiles
o regulan ciertos aspectos contractuales.

En resumen, el principio de la libertad contractual en los contratos internacionales reconoce el


derecho de las partes a celebrar un contrato de manera libre y voluntaria, sin interferencias
externas, siempre y cuando respeten los límites establecidos por la ley y los principios
fundamentales del derecho. Este principio fomenta la flexibilidad y adaptabilidad de los
contratos internacionales, permitiendo a las partes personalizar sus acuerdos de acuerdo a sus
necesidades y preferencias.
El principio de la libertad contractual está estructurado en base a los siguientes elementos
clave:

 Consentimiento libre y voluntario


 La libertad de determinar los términos del contrato
 La libertad de elegir la ley aplicable y el foro para la resolución de disputas:

5. EL PRINCIPIO DE LA LIBERTAD DE FORMA

En los contratos internacionales se refiere a la capacidad de las partes para determinar la


forma en que desean celebrar un contrato. Este principio reconoce la autonomía de las partes
para establecer las reglas que rigen su relación contractual, incluyendo el idioma, el lugar de
celebración, los medios de comunicación utilizados y los requisitos de forma.

En los contratos internacionales, las fuentes de la libertad de forma pueden variar según la
legislación aplicable y las convenciones internacionales que rigen el contrato. Algunas fuentes
comunes de libertad de forma en los contratos internacionales incluyen:

Legislación nacional: Cada país puede tener leyes que rigen los contratos internacionales y
establecen las formas aceptables de celebración de los mismos. Estas leyes pueden requerir
que ciertos tipos de contratos se realicen por escrito o que se cumplan ciertos requisitos
formales.

 Convenciones internacionales: Existen convenciones internacionales que regulan


aspectos específicos de los contratos internacionales, como la Convención de Viena
sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías (CISG, por sus siglas
en inglés). Estas convenciones pueden establecer reglas sobre la forma de los contratos
y permitir cierta flexibilidad a las partes.

 Prácticas comerciales internacionales: En ciertos sectores comerciales, puede haber


prácticas comunes aceptadas en la industria que determinan la forma en que se
celebran los contratos. Estas prácticas pueden estar respaldadas por asociaciones
comerciales o códigos de conducta que son ampliamente reconocidos y seguidos por
las partes en contratos internacionales.

Es importante tener en cuenta que, aunque existe libertad de forma en los contratos
internacionales, las partes deben cumplir con las leyes y regulaciones aplicables en los países
donde se lleva a cabo el contrato. Además, algunas formas de contrato pueden requerir
formalidades adicionales, como la autenticación o el registro en determinados casos.

En cualquier caso, es recomendable que las partes consulten con asesores legales o expertos
en contratos internacionales para asegurarse de que cumplen con los requisitos de forma
correspondientes y proteger sus intereses de manera adecuada.

6. EL PRINCIPIO DE “PACTA SUNT SERVANDA”

es un principio fundamental en el derecho de los contratos internacionales. Se trata de un


principio de derecho consuetudinario que establece que los contratos deben ser cumplidos por
las partes involucradas. En pocas palabras, significa que las partes están obligadas a cumplir
con los términos y condiciones acordados en el contrato.

El principio de "pacta sunt servanda" se reconoce ampliamente en el derecho internacional y


es un elemento clave para garantizar la estabilidad y previsibilidad en las relaciones
comerciales internacionales. Se encuentra consagrado en varios instrumentos internacionales.

7. EL PRINCIPIO DE PROXIMIDAD

Constituye una expresión instrumental de la respuesta del Derecho Internacional Privado ante
la necesidad de flexibilizar la rigidez, indiferencia y neutralidad de la norma conflictual, así
como de privilegiar el alcance una solución material que resulte justa, eficiente e idónea para el
caso concreto.

Por ejemplo, si dos empresas de diferentes países deciden celebrar un contrato de


compraventa de bienes, y el lugar de entrega de los bienes se encuentra en un tercer país, el
principio de proximidad sugiere que se debe aplicar la ley del país donde se encuentra el lugar
de entrega, ya que esta es la conexión más cercana y relevante con el contrato.

8. EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD

se refiere a que las partes que celebran un contrato internacional se comprometen a colaborar
entre sí y a compartir responsabilidades y riesgos en caso de que surjan problemas o
dificultades durante la ejecución del contrato. Un ejemplo de este principio en relación a las
fuentes de los contratos internacionales podría ser el siguiente:

Imaginemos que dos empresas de diferentes países deciden celebrar un contrato de suministro
de materiales. En el contrato, ambas partes acuerdan que la empresa A se encargará de
suministrar los materiales y la empresa B se encargará de pagar por ellos en el plazo acordado.
Sin embargo, durante la ejecución del contrato, la empresa A tiene dificultades para cumplir
con el suministro en el plazo acordado debido a problemas de producción.

En este caso, el principio de solidaridad entraría en juego y las dos empresas tendrían que
colaborar para encontrar una solución al problema. Por ejemplo, la empresa B podría aceptar
un plazo de entrega más largo o la empresa A podría buscar una alternativa de suministro para
cumplir con el contrato. En cualquier caso, ambas partes tendrían que compartir la
responsabilidad y los riesgos para asegurar la ejecución exitosa del contrato y mantener una
buena relación comercial.

9. EL PRINCIPIO DE PROTECCIÓN DE LA PARTE DÉBIL

Es un concepto importante en los contratos internacionales que busca equilibrar la relación


entre las partes contratantes cuando existe una disparidad de poder o recursos. Este principio
se basa en el reconocimiento de que en ciertos casos una de las partes puede encontrarse en
una posición de desventaja y necesita una protección especial para garantizar un trato justo y
equitativo.

El objetivo principal del principio de protección de la parte débil es evitar la explotación o


abuso por parte de la parte más fuerte y salvaguardar los intereses de la parte más vulnerable.
Este principio suele aplicarse en situaciones en las que existe una asimetría de información,
una disparidad económica o una diferencia significativa en el poder de negociación entre las
partes.
Algunas formas en las que se puede implementar el principio de protección de la parte débil en
los contratos internacionales son:

Requisitos de transparencia: Se exige a la parte más fuerte proporcionar información completa


y clara sobre los términos del contrato, condiciones, riesgos y consecuencias, de manera que la
parte débil pueda tomar decisiones informadas.

Restricciones a cláusulas abusivas: Se prohíben o limitan cláusulas contractuales que sean


desequilibradas, injustas o abusivas para la parte más débil, como cláusulas de exclusión o
limitación de responsabilidad excesivas.

Protección del consumidor: En contratos internacionales en los que una de las partes actúa
como consumidor, se aplican leyes y regulaciones específicas para proteger sus derechos, como
la Ley de Protección al Consumidor o leyes similares.

Mecanismos de resolución de disputas justos: Se busca garantizar que los mecanismos de


resolución de disputas sean accesibles y justos para la parte débil, evitando barreras
económicas o técnicas que puedan dificultar su participación equitativa.

Es importante tener en cuenta que el alcance y la aplicación del principio de protección de la


parte débil pueden variar según el sistema legal y las regulaciones específicas de cada país o
jurisdicción. Además, este principio a menudo se combina con otros principios contractuales,
como la buena fe y la equidad, para lograr un equilibrio adecuado en las relaciones
contractuales internacionales.

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