Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MINUTA
Con fecha 4 del mes en curso, varios vecinos de San José de Gracia de esa
municipalidad dejaron a esta Jefatura un ocurso que a la letra dice:
“Los subscritos . . . solicitamos”.
Lo que por acuerdo del C. Jefe Político tengo el honor de transcribir a usted
para su conocimiento, recomendándole que se traslade a aquél lugar para que
recabe algunos datos que den luz sobre el asunto de que se trata.
Reitero a Ud., mi distinguida consideración y aprecio.
LIBERTAD Y CONSTITUCIÓN.
La Paz, B. Cfa., agosto 27 de 1907
El Secretario.
Al Subprefecto Político de Mulegé
Cumpliendo con la disposición del C. Jefe Político, contenida en el atento oficio de
Ud., número 856, fechado el 27 de agosto próximo pasado, me trasladé a la
Congregación de San José de Gracia, donde levanté la información que original y
en 18 fojas útiles tengo la honra de remitirle, así como en 4 fojas también útiles, el
informe relativo, producido por el Doctor Prudencio Vidal Rodríguez, que me
acompañó en mi viaje a la mencionada congregación.
Lo que tengo la honra de decir a Ud., para conocimiento del citado Superior
Funcionario; manifestándole por vía de informe que por aparecer el móvil de todo
lo ocurrido en San José de Gracia, el señor Felipe Murillo, como una medida
preventiva, le ordené se presentara en esta cabecera donde se encuentra con la
prevención de que no salga de ella hasta nueva orden, pero en libertad de
buscarse ocupación que le convenga. Esto dispuse entre tanto doy cuenta como lo
hago, a esa superioridad para lo que tenga a bien resolver. Asimismo, informo que
amonesté a la curandera Doña Francisca Murillo de Martínez, a quien ordené se
retirase a su residencia y no volviera más a dicha Congregación, creyendo
acertada esta medida por considerar que la citada Murillo de Martínez sea también
la causa de los trastornos que sufren aquellos vecinos, habiéndoles indicado que
se procedería en su contra como hubiere lugar si quebrantaba esta prevención.
Reitero a Ud., mi respetuosa y distinguida consideración.
Mulegé, octubre 16 de 1907.
El Subprefecto Político.
Enrique N. Jiménez.
Al C. Secretario de Gobierno. La Paz, B. C.
MINUTA
VARIOS vecinos del pueblo de San José de Gracia comunicaron a esta
Jefatura que en aquel lugar se había extendido una enfermedad que los
trastornaba mentalmente, en vista de lo cual esta misma Jefatura ordenó al
Subprefecto del Partido Centro que se trasladara al lugar ya mencionado y
practicara una información sobre el asunto. El citado funcionario practicó las
diligencias que con un informe del Doctor Prudencio Vidal Rodríguez; tengo el
honor de remitir a usted, por acuerdo del C. Jefe Político, para merecerle que se
sirva emitir su opinión sobre el particular. Reitero a usted mi distinguida
consideración y aprecio.
LIBERTAD Y CONSTITUCIÓN.
La Paz, Baja California, octubre 22 de 1907.
El Secretario
Al Inspector Sanitario.
He leído con detenimiento la averiguación practicada por el C. Subprefecto
del Partido Centro sobre la enfermedad que según varios vecinos del Pueblo de
San José de Gracia se ha desarrollado en dicho lugar.
Me he impuesto también del informe que sobre el mismo asunto rinde el
Doctor Prudencio Vidal Rodríguez de Mulegé, de ambas piezas se desprende que
dicho pueblo está formado principalmente por dos familias: Aguilar y Murillo,
relacionadas entre sí por matrimonios consanguíneos; que en los antecedentes de
estas familias (Abuelos) hay una mujer loca y otra histérica; en la actualidad hay
una familia, la Aguilar, con un miembro francamente neurótico, la señorita Javiera,
que hace dos años viene padeciendo ataques de histeria, y otros dos miembros
más: una señorita y una viuda, en los que con dificulta se vislumbra el aura
histérica; la familia Murillo en la que un miembro, Víctor Murillo, es francamente
epiléptico viene sufriendo desde hace doce años a esta parte ataques periódicos
más o menos frecuentes y una señorita hermana de Víctor que tuvo por el mismo
tiempo en que comenzó a padecer su hermano, un ataque de histeria, más estos
dos hermanos son monomaniacos predominando en ellos el delirio de grandeza;
han una señorita Isabel Murillo con un ataque aislado mal caracterizado y que por
las causas una comida bien pudo ser congestivo; y finalmente una mujer
octogenaria, curandera, que para curar emplea yerbas sin ningún valor curativo ni
perjudicial y practicas místicas; que emplea cierta malicia para sugestionar y por
este medio adquirirse clientes.
De todo lo expuesto se desprende: 1º: Que en el pueblo de San José de
Gracia existen casos francos de Neuróticos bien explicables por tratarse de un
lugar que, por estar en su mayor parte formado por dos familias, los matrimonios
deben ser consanguíneos. 2º: Que no sería raro hubiera en algunas personas
ataques simulados por imitación. 3º: Que las manifestaciones Neuróticas no son
contagiosas por esencia. Y 4º: Que dadas las condiciones de población que tiene
el pueblo de San José de Gracia no es difícil que en otra generación haya
desequilibrados francos.
Lo que me honro en decir a su Superioridad en respuesta al oficio núm.
1056 en que se pide mi opinión sobre el particular devolviendo el expediente e
informe relativo. Protesto a Ud., mi atenta y distinguida consideración.
LIBERTAD Y CONSTITUCIÓN.
La Paz, octubre 25 de 1907.
El I. S. del C.
V. O. Viruete
Al Sr. Coronel Jefe Político y de las Armas
MINUTA
Di cuenta al C. Jefe Político con el ocurso de usted fechado el 4 de agosto último,
en el que comunican la existencia de una enfermedad que reviste los caracteres
de enajenación mental, y el citado superior funcionario se sirvió acordar se
trasladase a ese lugar el Sub-Prefecto del Partido, con el fin de que recabara
algunos datos que dieran luz sobre el asunto de que hacen referencia. Obtenidos
estos se pasaron al C. Inspector Sanitario de este Distrito para que previo estudio
emitiera su opinión la cual es la siguiente:
“He leído con detenimiento la averiguación practicada por el C. Subprefecto
del Partido Centro sobre la enfermedad que según varios vecinos del Pueblo de
San José de Gracia se ha desarrollado en dicho lugar. Me he impuesto también
del informe que sobre el mismo asunto rinde el Doctor Prudencio Vidal Rodríguez
de Mulegé, de ambas piezas se desprende que dicho pueblo está formado
principalmente por dos familias: Aguilar y Murillo, relacionadas entre sí por
matrimonios consanguíneos; que en los antecedentes de estas familias (Abuelos)
hay una mujer loca y otra histérica; en la actualidad hay una familia, la Aguilar, con
un miembro francamente neurótico, la señorita Javiera, que hace dos años viene
padeciendo ataques de histeria, y otros dos miembros más: una señorita y una
viuda, en los que con dificulta se vislumbra el aura histérica; la familia Murillo en la
que un miembro, Víctor Murillo, es francamente epiléptico viene sufriendo desde
hace doce años a esta parte ataques periódicos más o menos frecuentes y una
señorita hermana de Víctor que tuvo por el mismo tiempo en que comenzó a
padecer su hermano, un ataque de histeria, más estos dos hermanos son
monomaniacos predominando en ellos el delirio de grandeza; han una señorita
Isabel Murillo con un ataque aislado mal caracterizado y que por las causas una
comida bien pudo ser congestivo; y finalmente una mujer octogenaria, curandera,
que para curar emplea yerbas sin ningún valor curativo ni perjudicial y practicas
místicas; que emplea cierta malicia para sugestionar y por este medio adquirirse
clientes. De todo lo expuesto se desprende: 1º: Que en el pueblo de San José de
Gracia existen casos francos de Neuróticos bien explicables por tratarse de un
lugar que, por estar en su mayor parte formado por dos familias, los matrimonios
deben ser consanguíneos. 2º: Que no sería raro hubiera en algunas personas
ataques simulados por imitación. 3º: Que las manifestaciones Neuróticas no son
contagiosas por esencia. Y 4º: Que dadas las condiciones de población que tiene
el pueblo de San José de Gracia no es difícil que en otra generación haya
desequilibrados francos. Lo que me honro en decir a su Superioridad en respuesta
al oficio núm. 1056 en que se pide mi opinión sobre el particular devolviendo el
expediente e informe relativo”.
Transcribo a ustedes como resultado de sus gestiones.
LIBERTAD Y CONSTITUCIÓN.
La Paz, noviembre 2 de 1907. El Secretario.
A los C. C. Felipe Murillo, Gil M., y demás signatarios. San José de Gracia, B. C.
1907
Expediente relativo a diligencias practicadas por el Subprefecto Político del
Partido en la Congregación de San José de Gracia en el mes de septiembre
próximo pasado.
Septiembre
1º
En San José de Gracia a los veinticinco días del mes de septiembre de mil
novecientos siete, siendo las siete de la mañana, el ciudadano Enrique N.
Jiménez, Subprefecto Político de este Partido Centro ha tenido a bien para la
práctica de estas diligencias nombrar secretario al ciudadano Hesiquio Murillo y
como testigos a la pareja de gendarmes que le sirven de escolta al mismo
funcionario Ramón Molina y Fernando Álvarez.
En el mismo acto y previa citación se hizo traer a la testigo a la presencia
del personal y después de haberle tomado la protesta legal se le hizo presente la
pena en que incurren los testigos que no se producen con verdad principiando a
tomarle su declaración preparatoria y dijo llamarse Ramona Aguilar de quince
años de edad, soltera, natural y vecina de esta Congregación. Interrogada sobre
los hechos objeto de estas diligencias y preguntada en forma referente a que diga
cuántas veces y qué clase de enfermedad ha sufrido desde que tiene uso de
razón hasta la fecha, dijo: que no recuerda haber sufrido ninguna clase de
enfermedad, que siempre su salud ha sido buena y que hace como diez días que
sufrió un pequeño ataque en la cara que se le torció un poco la boca del lado
izquierdo, pero que en esta fecha se encuentra casi buena y que este achaque lo
atribuye a que después de lavarse la cabeza se puso a planchar, que es todo
cuanto tiene que decir referente a las preguntas que se le hace, después que le
fue leída su anterior declaración, la ratificó en todas sus partes y firmó al margen.
Doy fe.
Enrique N. Jiménez.
Hesiquio Murillo
Ramona Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)
En el mismo acto y habiendo hecho traer a la presencia del personal a la testigo y
tomándole a esta la protesta legal y habiéndola hecho saber la pena en que
incurren los testigos que se producen con falsedad y principiando a tomarle su
declaración preparatoria, dijo que se llama Javiera Aguilar de diez y seis años de
edad, soltera, natural y vecina de esta Congregación. Interrogada en forma
referente a los hechos que se le preguntan, dijo: que hará cosa de dos años poco
más o menos que comenzó a sufrir una enfermedad extraña para ella, sin poderse
dar cuenta por el momento de la causa, pero que lo atribuye porque algunas
personas le indicaron que podían haberle dado a tomar alguna sustancia que
fuera la causa del citado mal que padecía, fundándose en este hecho en que en
cierta ocasión y eso de tantas veces que por esa época iba ella acompañada de
sus dos hermanas Ramona y Francisca a estudiar la doctrina a la casa habitación
del señor Tomás Murillo, originario y vecino de esta Congregación y que en uno de
esos días Víctor Murillo y su señorita hermana Ángela, hijos ambos del señor
Murillo antes dicho, dice la testigo que los hermanos Murillo se rieron al verla y le
dijeron que sus canillas se parecían a las canillas de Álvarez, este término, según
la apreciación de la misma testigo, dice que la impresionó tanto que cree ella
misma que le motivara la enfermedad, explica ella del modo siguiente: que por
periodos más o menos largos sufre unos pequeños ataques que llega a perder el
conocimiento, no dándose cuenta de sus hechos en intervalos de una o dos horas,
pero que fuera de estos momentos su salud es perfectamente buena, que ella no
ha podido creer nunca que esto pueda ser locura y sí alguna pequeña nerviosidad
que debe afectar directamente al corazón, puesto que es la parte que le duele
cuando la afectan los pequeños achaques que ya ha descrito; después que le fue
leída su anterior declaración la ratificó en todas su partes y firmó al margen. Doy
fe.
Enrique N. Jiménez
Hesiquio Murillo (Srio)
Javiera Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)
En el mismo día y horas que son las diez de la mañana se hizo traer ante este
personal al testigo Felipe Murillo y se le tomó la protesta legal en forma y después
de advertirle de las penas en que incurren los testigos que se producen con
falsedad, dijo llamarse como está escrito, de treinta y ocho años de edad y de
ejercicio agricultor, natural, soltero y vecino de esta Congregación, después de
interrogado en forma sobre los puntos por que fuere preguntado dijo que se
conducía con verdad, exponiendo que referente a la enfermedad que se ha
desarrollado en esta población de doce o catorce años anteriores a esta fecha, el
testigo infiere según su modo de ver o así le parece que es una enfermedad
extraña y que en atención a esto y creyendo que procedía de buena fe el mismo y
esto que va exponer por más que sea con pena, pues no quisiera relatarlo pues ya
tiene manifestado que su idea solamente fue el hacerle un bien a la Congregación,
el proponer a varios vecinos que le prestaran su apoyo, dándole su firma para ver
si de este modo se le impartían los auxilios necesarios para esclarecer el hecho de
la enfermedad que a su modo de ver era contagiosa, por iniciativa del mismo y no
creyéndose suficiente para poder coordinar o relatar unos hechos que en su
concepto no era capaz, se dirigió a Mulegé y consultó sobre el particular a Don
Susano Rosas, Juez del Registro Civil de esta cabecera y este señor le aconsejó
que se dirigiera por un ocurso al Consejo Superior de Salubridad para que este
Cuerpo le impartiera los auxilios necesarios; el declarante no le pareció el Consejo
oportuno y se dirigió entonces a Don Francisco Rosas preguntándole a este señor
qué era lo que podría hacer y qué recurso sería el más conveniente, Don
Francisco Rosas le aconsejó, según expresa el declarante que salvara el
Conducto de la Subprefectura y se dirigiera directamente al Jefe Político de La
Paz y que este Jefe seguramente le iba hacer justicia a la causa que él defendía
como también le aconsejó que para este objeto contara con los amigos, es decir,
con sus convecinos y además le dijo que esperara a Don José Silverio Romero,
que este señor, aunque estaba en Mazatlán en esos días, lo esperaban por
momentos y que este señor sabiendo más que todos ellos juntos podía arreglar su
negocio a su entera satisfacción, como efectivamente sucedió, pues el señor
Romero mediante los datos que le dio el testigo redactó e imprimió el ocurso en su
máquina de escribir por cuyo trabajo, dice el declarante, que pagó al señor
Romero cinco pesos y que el citado ocurso lo depositó el que habla en Mulegé en
la Administración de Correos en los primeros días de agosto del mes próximo
pasado. Referente a los demás puntos que se le preguntan dice que sabe él y esta
fue la primera razón que tuvo para elevar el ocurso de que había en esta localidad
algunos enfermos que sin poder él asegurar esto como ya tiene manifestado le
decían que era enfermedad extraña y contagiosa y esto lo creyó con más razón
debido a que él, el testigo, está sufriendo en el transcurso de tiempo como de
doce años de unos ataques que le hacen aunque sea por pequeños intervalos
privarse de las labores que le son habituales y como algunas personas y entre
ellas la curandera Doña Francisca Murillo de Martínez y que aquí consideran a
esta señora como una notabilidad para curar este mal, pues tengo noticia de que a
todos los que han sido atacados los ha curado la citada curandera sin que este
hecho pueda yo justificarlo de un modo cierto, sino haciendo eco del dicho de los
vecinos, y como yo tengo manifestado el transcurso de tiempo que llevo
padeciendo no obstante que la citada curandera ha tratado y medicinado varias
veces sin que yo jamás haya sido curado, esto más me animó a solicitar los
auxilios de otra parte, creyendo yo, aunque esto no sea verdad, que la señora
Francisca no me curaba a mí por alguna razón que la señora tuviera para hacerlo,
con este motivo dice el declarante que ha consultado a varios médicos y entre
ellos a varios de los que mantiene para su servicio la Compañía del Boleo en
Santa Rosalía que no recuerda el nombre de todos y sí puede mencionar a los
Doctores Levasor, Lucas y Cornillón y que todos estos médicos han estado
conformes en diagnosticar la enfermedad que padece el declarante en una
Congestión nerviosa de las envolturas del corazón, habiéndole dado siempre por
medicina las preparaciones (ILEGIBLE) y jarabes de corteza de naranja agria, que
este tratamiento ha notado que siempre mejoraba su salud y que antes de estos
hechos si no se ha curado cree el declarante que es por la poca formalidad que ha
tenido para aplicarse el tratamiento indicado, dice el testigo que recuerda, y esto
para terminar, que la última vez que le medicinó la citada curandera esta le daba a
tomar una agua amarilla que olía anís, que no recuerda también si esta señora le
daría agua bendita y que tal vez por esta razón es decir por el agua bendita a él no
pudo curarle la tantas veces citada curandera; pero que sí recuerda perfectamente
aunque hace bastante tiempo ya que esta le decía y le hacía rezar ciertas
oraciones por el alma de sus enemigos y que siempre invocaba ella la curandera
el nombre de Dios. Dijo el testigo que no tiene más que agregar, siendo esta la
verdad de los hechos, pero que protesta, tantas veces como sean necesarias que
él jamás ha estado loco, después de haberle leído su anterior declaración quedó
completamente conforme ratificándola en todas sus partes y firmó al margen.
En concepto del suscrito Subprefecto Político y no habiendo más testigos a
quienes examinar se cierra el acta para volverla continuar si fuere necesario. Doy
fe.
Felipe Murillo
Enrique N. Jiménez
Hesiquio Murillo (Srio)
Javiera Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)
En veintiséis del m ismo mes y año y siendo las dos de la tarde se hizo traer a la
señora Ramona Aguilar y estando presente se le interrogó sobre lo dicho en la
anterior declaración y se le preguntó a la vez si estaba conforme o quería declarar
alguna cosa más referente al asunto de que se trata y dijo que está conforme y no
tiene más que agregar y firmó al margen. Doy fe.
Ramona Aguilar
Enrique N. Jiménez
Hesiquio Murillo (Srio)
Javiera Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)
En la misma fecha y hora se hizo traer a la señorita Javiera Aguilar y se le
interrogó para que diga si está conforme y es su firma y la reconoce por suya lo
que corre al margen de su declaración como también sí está conforme con esta y
si desea agregar alguna cosa más dijo que lo que ha dicho es la verdad y no tiene
más que agregar y firmó al margen. Doy fe.
Javiera Aguilar
Enrique N. Jiménez
Hesiquio Murillo (Srio)
Javiera Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)
En seguida presente la señorita Dolores Murillo se le exhortó para que diga si está
conforme con su anterior declaración como también para si tiene o desea agregar
alguna cosa más y dijo que está conforme con la anterior declaración por ser esta
la verdad de los hechos relatados y que nada le queda más que agregar y firma al
margen. Doy fe.
Dolores Murillo
Enrique N. Jiménez
Hesiquio Murillo (Srio)
Javiera Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)
Presente el señor Felipe Murillo fue interrogado para que diga si está conforme
con su anterior declaración como también para que exponga si es que desea o
tiene alguna cosa más que agregar y dijo que está conforme en todas sus partes
con los hechos que ha declarado por ser estos la verdad y nada más que la
verdad y que no tiene más que agregar y firmó al margen. Doy fe.
Felipe Murillo
Enrique N. Jiménez
Hesiquio Murillo (Srio)
Javiera Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)
En veintisiete del mismo mes y año y hora que son las siete de la mañana el
Subprefecto Político que conoce de estas diligencias y en virtud de las citas que
hace la señorita Javiera Aguilar referente a los hermanos Murillo, Víctor y Ángela,
tuvo a bien disponer sean citados a las siete y media de hoy para que se
presenten a la casa que habita el funcionario para contestar a los cargos que le
resulten en lo que concierne a la práctica de estas diligencias. Doy fe.
Enrique N. Jiménez
Hesiquio Murillo (Srio)
Javiera Aguilar
Ramón Molina (Testigo)
Fernando Álvarez (Testigo)