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La ciencia irrumpió en la cultura sin detenerse a examinar estrictamente cuáles eran los métodos
que usaba. Una vez que el camino se fue trazando, conforme la práctica científica se
consolidaba, fue posible retornar sobre la senda recorrida e interrogarse sobre sus peculiares
características. Esa reflexión retrospectiva sobre el método de la ciencia dio lugar
progresivamente a una nueva disciplina, la metodología de la investigación científica.
- Su función sería identificar ciertas regularidades, ciertos comportamientos invariantes
en la forma de producción del conocimiento científico, con el objetivo de transferirlas y
tornarlas explícitas.
- No es una disciplina normativa o prescriptiva, encargada de legislar y sancionar el
quehacer científico, sino una disciplina reconstructiva, ya que retorna sobre una
práctica una vez que esa práctica está consumada.
o Contribuye a la toma de conciencia de los procesos y las lógicas subyacentes a
un cierto saber hacer.
o Permite revisar críticamente esa práctica, de modo tal que no sólo se extrae un
conocimiento que está en sí (implícito o de hecho) para transformarlo en
conocimiento para sí (explícito o de derecho), sino que además crea
condiciones para expandir, optimizar o mejorar el saber práctico.
- Dado que se ocupa de una de las formas más ricas y complejas de la producción de
conocimiento, se transforma en una disciplina clave de las ciencias cognitivas. La
cognición científica brindaría claves de intelección de todas las formas de la cognición
humana.
Existe la posibilidad de hablar del método de la ciencia que, como método general, se
diferencia de las técnicas particulares con que cada disciplina se aproxima a su objeto de
estudio. El concepto de método de investigación científica se aplica a los procedimientos
invariantes que se siguen para producir cualquier conocimiento que forme parte de la ciencia.
Las diversas ciencias comparten dos dimensiones metodológicas esenciales:
- Vocación de descubrimiento de nuevas formas de expresión o interpretación (como el
arte);
- Esfuerzo de validación o de legitimación (como la religión).
La ciencia como práctica social y su producto, el conocimiento científico, pueden ser
examinados atendiendo a sus condiciones de posibilidad, en múltiples dimensiones:
- Condiciones histórico-sociales: determinaciones históricas, económicas, políticas y
culturales que han hecho posible la aparición de la ciencia, de las que derivan su
funcionalidad y racionalidad en esos específicos contextos sociales Sociología de la
ciencia.
- Condiciones institucionales: prácticas propiamente científicas, el modus operando de
la producción y reproducción de la actividad científica en las sociedades
contemporáneas y concomitantemente la posición subjetiva que esas prácticas
promueven Antropología de la ciencia.
- Condiciones lógico-inferenciales: operaciones lógico-formales invariantes
involucradas en las diversas fases del proceso de investigación Lógica de la
investigación científica.
- Condiciones cognitivo-epistemológicas: compromisos ontológicos, gnoseológicos y
filosóficos que están implicados en la producción del conocimiento científico Filosofía
de la ciencia.
- Condiciones operatorio-procedimentales: cánones metodológicos que se han ido
consolidando como buenas prácticas, validadas, en el marco de comunidades
disciplinares o científico-profesionales Metodología de la investigación científica en
sentido restringido.
Todas estas dimensiones se integran en esa única realidad compleja y plurideterminada que
llamamos práctica científica.
El conocimiento científico trata sobre las regularidades que presentan los hechos o fenómenos
investigados. Se interesa sólo por las regularidades a las que puede atribuir carácter necesario,
integrando esas regularidades fácticas en un cuerpo teórico del que se pueda derivar su
necesariedad de derecho. Se asume sólo a modo hipotético, adoptándose una actitud precautoria
ante las presuntas regularidades, que se dirime en el terreno de la constatación empírica, se
requiere producir evidencia que ilumine la adecuación de las hipótesis en el marco de alguna
experiencia constatable. La evidencia constatada debe tener carácter comunitario o público,
debe poder ser reproducida por cualquier otro investigador.
De la regla pueden derivarse predicciones que permitirán testearla o evaluarla. Esa evidencia
resulta de ciertos procedimientos llevados a cabo por el investigador, los hechos son producidos
por ciertas operaciones que realiza el investigador sobre alguna región del mundo real. No se
trata de una realidad que se captura de modo directo, sino que la evidencia científica resulta de
ciertas operaciones que recortan, definen o constituyen esa experiencia o evidencia. Estas
operaciones se integran con modelos teóricos que trascienden los meros hechos; según Kant, el
investigador encuentra en la experiencia lo que antes ha puesto en ella (sus modelos, expresados
en las operaciones por medio de las cuales los hechos son producidos o leídos): de allí que
pueda luego interpretar los resultados como si se hubieran deducido de esos modelos y teorías
adscribiéndole en ese marco su carácter necesario. Por esto, las operaciones que se realizan
para obtener la experiencia deben poder ser comunicables, deben tener carácter público, sujeto a
la revisión y a la crítica, deben poder ser replicables o reproducibles, inteligibles para cualquier
sujeto que acceda a ese código operacional (porque esas operaciones deben integrarse coherente
y sistemáticamente con el cuerpo teórico que ilumina tanto la búsqueda como las respuestas
encontradas).
Existe una contradicción entre la doble exigencia del conocimiento científico: los hechos son
siempre experiencias particulares, en el aquí y ahora, mientras que la postulación de
regularidades necesarias se refiere a un universal atemporal.
Desde una perspectiva histórica, en el origen de toda práctica científica hay un tronco común
que la emparenta de modo inmediato con la reflexión filosófica y de modo más arcaico con el
pensamiento mágico-religioso. Una vez que ingresamos al terreno propiamente científico el
desarrollo da lugar a bifurcaciones de muy diverso tenor, siendo cada una de esas bifurcaciones
expresión de escuelas u orientaciones en que se van especificando disciplinas originarias. .
Muchas veces el éxito de esos hitos superadores sólo puede advertirse retrospectivamente. El
impacto de los modelos se mide por el desarrollo de la ciencia que los sucede, según sea la
proliferación de líneas de investigación que se inscribe en ese paradigma originario. Como en
todo proceso evolutivo, la aparición de nuevas concepciones no implica necesariamente la
desaparición de las formas originarias.
Ciclo del proceso de investigación a escala micro o de proyectos
Esta escala permite datar de manera más o menos tangible un comienzo del trabajo y también
un cierto fin o conclusión, aun cuando se asuma que ese cierre es sólo un punto de partida para
nuevos ciclos del proceso. Los interrogantes son precisos, los objetivos acotados, y el trabajo en
su conjunto se organiza en torno a ellos.
El proceso de investigación en su escala micro puede ser concebido como un movimiento que
se realiza en un ciclo de tres grandes fases.
En la mayoría de los casos, el investigador comienza desde presunciones muy preliminares que
pueden estar más próximas a intuiciones que a genuinas conceptualizaciones. La tarea de
delinear y precisar problemas e hipótesis de investigación demanda un progresivo trabajo de
“revelado”, un proceso que va desde imágenes difusas y relativamente imprecisas hacia
crecientes grados de comprensión que culminará con una genuina conceptualización y encuadre
del tema.
Problemas e hipótesis están flanqueados por otros dos componentes que se integran en ellos: los
marcos conceptuales y las tradiciones de referencia de un lado, y los objetivos o productos que
se espera alcanzar para responder a los problemas.
Las preguntas que contienen los problemas son subsidiarias a ciertas posiciones teóricas y
ciertas tradiciones a las que investiga el investigador, surgen de esos marcos y de esas
tradiciones. Son ellas las que validan y justifican su formulación y son ellas las que ofrecerán
también modelos para su abordaje empírico.
De los problemas planteados se derivan a su vez los resultados o productos que se deberán
obtener para contestar a ellos, para iluminar las hipótesis. En el momento de la planificación de
la investigación, estos resultados se expresan como objetivos. Estos adquieren un valor
estratégico, especialmente si el proyecto será financiado o reconocido por alguna instancia
institucional: en tanto productos o resultados a alcanzar, serán la constancia material de lo que
se ha hecho en la investigación.
Problemas
Modelos y tradiciones Objetivos
de referencia
Hipótesis
FASE 2: ANALÍTICA O DE DIFERENCIACIÓN. Función: identificar y diferenciar los
componentes en que se desagrega el objeto, las relaciones que se postulan entre ellos, así como
las estrategias para su abordaje empírico.
Una vez definidos conceptualmente los núcleos de la investigación, se trata de definir y adoptar
una estrategia empírica. En verdad, el modo en que fueron planteados los problemas, el
enfoque adoptado en las hipótesis o conjeturas, delinea ya una estrategia empírica, que se irá
ampliando y precisando a lo largo de la fase 2. Aquí se especificará la naturaleza de los datos a
obtener y el modo de obtenerlos.
La estrategia puede estar diseñada para testear hipótesis cuando ellas estén disponibles o para
construirlas cuando ellas no han sido estrictamente formuladas. En el caso de investigaciones
que disponen de genuinas hipótesis al comienzo de su desarrollo, es esperable que de esas
hipótesis generales se deriven predicciones particulares al modo de hipótesis de trabajo, que
tendrán una clara orientación empírica, con un lenguaje más claramente traducible en
operaciones que permitan evaluar en la realidad un cierto estado de cosas. Las hipótesis de
trabajo constituyen la interfaz entre la fase sincrética y la fase analítica.
Existe una íntima relación entre el tipo de datos que se va a producir (matrices) y el modo a
partir de los cuales se los va a producir (implementación operativa). Generalmente los
investigadores piensan sus datos directamente vinculados a los instrumentos, las muestras y los
contextos en que van a producirlos.
Las decisiones adoptadas en esta fase y la precedente dejarán su traza en la naturaleza de los
datos que finalmente se obtengan y definirán el diseño de la investigación. La clausura de esta
fase se alcanza con la producción de datos. La información producida constituye la interfaz
entre esta fase y la siguiente, dedicada al análisis y la síntesis de los resultados alcanzados.
Conceptualizaciones a operacionalizaciones
Matrices de datos
Implementación
operativa
Una vez que los datos son producidos se requiere su tratamiento y análisis. Tratar datos implica
sintetizar, reducir la información para hacerla abordable e interpretable en el marco de la teoría
y los modelos que permitirán darle un nuevo sentido: responder los problemas, iluminar las
hipótesis. En esta fase se reintegra lo que había sido diferenciado y separado en la fase analítica,
teoría y empiria vuelven a ser dimensiones indisociables en el tratamiento e interpretación de
datos. El fin será restituir la unidad del objeto, lo que deseablemente dará lugar a una
comprensión más rica y profunda del tema. Y supondrá también algún tipo de remodelización
más o menos creativa e innovadora según sea el alcance de la investigación.
La modalidad peculiar que tenga el tratamiento de datos dependerá del diseño de investigación
adoptado.
Los resultados alcanzados constituyen a su vez hallazgos que abren nuevos modos de situar o
precisar los problemas y las hipótesis en el tratamiento de un cierto tema. Toda interpretación de
datos, además de ofrecer nuevos sentidos o nuevas lecturas sobre un tema, deja paso a nuevos
interrogantes.
No se plantea una secuencia lineal entre estas fases. Aunque postulamos cierta relación de
anterioridad entre la primera y la segunda, también prevemos la posibilidad de avances y
retornos entre ellas.
La tercera fase sintetiza los componentes teóricos dominantes en la fase 1 con los hallazgos
empíricos propios de la fase 2. Esta síntesis arroja como resultado una nueva concepción del
objeto de investigación, un nuevo discurso sobre el modo de concebir, interpretar, explicar o
comprender un cierto fenómeno. Esa nueva comprensión abre también nuevas preguntas y
nuevas conjeturas, la que sientan las bases para volver a abordarlo reinaugurando un nuevo ciclo
de investigación.
Los modelos o analogías de base están operando tácita o explícitamente en todo el recorrido del
proceso. Desde las hipótesis sustantivas de la investigación hasta la elección de una estrategia
empírica, la selección de indicadores o la interpretación de resultados abrevan en modelos que
surgen de muy diversas fuentes. Las preferencias estéticas, la adhesión a ciertas tradiciones, la
aceptación de ciertos principios o el reconocimiento de determinada evidencia empírica, operan
en el complejo proceso de la producción cognitiva científica.
Problemas e hipótesis constituyen los elementos claves de todo el proceso, pues una
investigación se destina a contestar los problemas planteados y, a partir de ello, a testear o a
idear las hipótesis o conjeturas que tentativamente se derivan de esos problemas. Descubrir e
interrogar son dos caras de un mismo proceso investigativo y esta capacidad inquisidora es la
que caracteriza al investigador científico Investigar es problematizar.
El ser humano tiene la posibilidad de examinar y revisar los contenidos de la acción, anticiparla
discursivamente y operar con ella representacionalmente. En la medida en que en el orden social
las reglas tienen que ser representadas, aprendidas, rememoradas, aplicadas, los problemas
reales pueden transformarse en problemas de conocimiento.
La ciencia como práctica social es una forma muy especial de identificar (o crear) y resolver
problemas, novísima en la humanidad pero de enorme impacto en su desarrollo. Con la ciencia
se adviene a las formas más sofisticadas de objetivación y representación de las reglas que rigen
el mundo natural y el mundo social. En el marco de esa práctica los problemas surgen en el
proceso mismo de la construcción del conocimiento.
Los problemas de hecho son aquellos problemas en que la dimensión cognitiva se integra con
la dimensión pragmática. Su solución o superación se reduce a un saber hacer.
Es necesario explicitar qué asunto, y en especial qué problemas se derivan de esos temas. A
partir de ese ejercicio de explicitación comienzan a emerger los implícitos teóricos que por lo
general en un primer momento constituyen una constelación difusa de intereses e ideas, como
así también los potenciales escenarios o situaciones empíricas que harán posible la contrastación
o el abordaje positivo de ese asunto de investigación. La tarea que está en la base de la
delimitación conceptual podría ser definida como ejercicio de especificación: deslindar
aquello que compete estrictamente al campo de abordaje elegido, revisando con detenimiento la
terminología que se va a utilizar.
Para consagrarse como héroe en el terreno científico, se debe iluminar el modelo que se
defiende a la luz de la evidencia empírica. Estas evidencias son sólo trazas cuyo sentido se
completa con el cuerpo teórico que las interpreta. Esos modelos deben mostrarse internamente
coherentes y externamente consistentes con elementos identificables empíricamente. Las
pruebas consagratorias de estos héroes se libran en términos de una batalla en la que se pone a
prueba la potencia interpretiva de sus modelos, y la potencia persuasiva de las evidencias que
ofrecen para justificarlo.
No cualquier idea, no cualquier evidencia se acepta y se consagra como tal en cualquier época
histórica. Porque eso que llamamos evidencia no es algo que esté allí afuera, sino algo que
resulta de algún tipo de enlace que “alguien” debe hacer y aceptar entre “eso” proveniente de
los sentidos y “eso otro” que proviene de la representación o el pensamiento.
Si las ideas y modelos mutan en la historia, si ellas encuentran ecos y resistencias según las
épocas, entonces resultará posible identificar alguna pauta inteligible (alguna racionalidad) en el
decurso de esas mutaciones. Esa pauta es dependiente de la mutación a la que se ve sometida la
estructura misma de la acción vital y social.
Tesis de filiación dialéctica: el sujeto cognoscente es resultado de una historia formativa que
incluye a la propia realidad a conocer como condición de su desarrollo. Nuestra mente está
implicada en la realidad que conoce en tanto ha sido engendrada por ella, en tanto es un
momento de ella.
Habría que agregar a estas tesis que los seres humanos no sólo disponemos de sistemas
sensorios, engendrador por (y por lo tanto adaptados a la captación del) mundo real; sino que
además disponemos de sistemas categoriales y conceptuales por los cuales objetivamos,
tematizamos y recreamos ese mundo real. Las prácticas sociales son las que engendran las
formas de pensamiento más avanzado. Esquemas de acción práctico sociales estructuran
esquemas lógico categoriales.
Para que una acción devenga representación se requiere que las propias acciones estén a su vez
estructuradas, que se constituyan en acciones potencialmente repetibles, reproducibles. Para
Piaget, la acción se torna potencial engendradora de intelección si está organizada como
esquema: un plan de acción, acción que se integra con representación.
Habría una dialéctica recurrente entre acción y representación. Para conformar un esquema, se
requiere que la secuencia de acciones se organice y se integre como un todo cuyos componentes
están interrelacionados y que actúan por referencia a un fin. Una vez lo que los esquemas de
acción se estabilizan se transforman en disposiciones a la acción. Una vez que hemos actuado
sobre el objeto, nuestras futuras percepciones del objeto evocan y suprimen esas acciones. Todo
lo que llamamos conciencia o sentido vivido de la conciencia en el fondo no es más que acción
que no llega a concretarse, acción que se esboza pero se suprime y se conserva como un
movimiento ideal, que está en su estructura intencional pero que no se realiza.
Los seres humanos no sólo disponemos de estructuras conquistadas por nuestra historia vital,
somos principalmente seres sociales. Nuestras regulaciones intelectivas provienen de esas
regulaciones sociales, que pueden incluso modificar nuestro bagaje natural. Nuestro entorno es
fundamentalmente simbólico, se trata de entornos institucionales que se traducen en
objetividades también simbólicas como lo son el lenguaje, el arte o la ciencia. Las instituciones
sociales se han ido modificando a lo largo de los siglos; concomitantemente se ha ido
modificando la subjetividad humana, el modo en que se significa, representa o concibe al ser
humano y su relación con el entorno natural y social.
Toda forma de organización social constituye un hecho objetivo, reconoce algún tipo de
racionalidad que fundamenta su existencia (se muestra capaz de reproducirse conforme a un
patrón social eficaz en la suficiente medida en que le permite perpetuarse, al menos en ese
periodo histórico). Entonces, la proyección de su propia estructura en formas intelectivas resulta
también objetiva y racional. Si es cierto que toda forma de organización social encuentra un
patrón de estabilidad que ha hecho posible su permanencia y reproducción, entonces es posible
reconocer que ha alcanzado algún grado de “verdad”, algún grado de racionalidad que lo
perpetúa como tal orden u organización carácter racional y verdadero de las estructuras
cognitivas que no son sólo funcionales a ese orden social sino también inherentemente
objetivas.
Samaja ha postulado una secuencia dialéctica entre diversos medios o formas de vida
(estructuras típicas en la organización de la acción), con modos de funcionamiento cognitivo o
representacional asociados a ellos. Cada forma de organización vital y social promueve y se
integra con una forma típica de conocimiento.
- Sociedades bioéticas conocimiento enactivo (percepciones y rituales)
- Sociedades gentilicias conocimiento narrativo (mitos y religión)
- Sociedades políticas conocimiento formalizado (logos)
- Sociedades civiles conocimiento operatorio (ciencia).
Según sea la forma de participar en cada una de esas experiencias vitales, se tendrán distintas
respuestas para contestar a la pregunta ¿qué hay en el mundo? La respuesta depende del
dispositivo categorial disponible, que muta conforme cambian las formas de vida.
La investigación científica está siempre inmersa en modelos más o menos explícitos, que
inspiran a su vez el modo de configurar la experiencia que se observa, se experimenta o se
interpreta. Investigar científicamente podría concebirse como un proceso de modelización y
remodelización recurrente que transitan entre diversos registros: modelización eidética,
narrativa, conceptual y operacional. Las relaciones entre ellas no son lineales, más bien se
reclaman unas a otras y se integran de modo complejo a lo largo de todo el proceso de
investigación.
Emerge la comprensión cuando se logra mostrar y fundamentar que lo dicho en una descripción
puede hacerse corresponder con los términos de una tautología, de modo tal que lo que sucede
en el mundo de los hechos es tan obvio como obvia nos parece la tautología. Comprendemos
una idea cuando podemos proyectarla sobre una experiencia, una imagen, una concatenación de
hechos que nos resultan obvios. Nos resultan obvios porque el modelo en el que se apoyan está
ya admitido por nosotros o puede serlo y además porque en alguna medida podemos
protagonizar (o hacer como si protagonizáramos) las condiciones de experiencia a que remiten
eso obvio del modelo.
Vincular ciertos hechos con ciertos otros hechos supone identificar o postural regularidades.
Pero vincular experiencias entre sí supone configurarlas sobre la base de modelos ya
disponibles. Y si además se espera que esa vinculación resulte relevante o conveniente, la
modelización que se profesa debe resultar adecuada y eficaz, y eventualmente potenciar y
enriquecer nuestra experiencia. En la investigación científica se valora de modo especial la
capacidad para identificar vínculos novedosos, no intuitivos entre hechos o experiencias,
vínculos que descubran relaciones no advertidas o no triviales.
Para vincular hechos se requiere asumir una cierta regla de vinculación; disponer de la regla es
de alguna manera disponer de un modelo para interpretar los hechos. Las presunciones que se
adoptan a la hora de vincular ciertas experiencias con ciertas otras experiencias son herederas de
alguna historia formativa. Es esa historia formativa la que une al sujeto cognoscente con el
objeto a conocer y la que lo lleva a vincular de un modo particular esos hechos entre sí.
No sólo el objeto a conocer sino también el sujeto cognoscente es resultado de una historia
formativa que incluye a la propia realidad a conocer como condición de su desarrollo. Y cuando
el investigador propone pautas de intelección de los hechos y predice en base a ellas lo que
espera encontrar, sus modelos han sido resultado precisamente de una historia que va desde su
biografía personal hasta su formación profesional. Cuanto más rica y nutrida resulte esa historia,
más rica y nutrida será la cantera de esos modelos a la que puede echar mano para interpretar e
interpelar a la realidad.
Intelección y objetividad dejan así de ser asuntos independientes, para constituirse en dos
dimensiones de una única realidad que se diferencia en la perspectiva de la representación y en
la perspectiva de la objetivación.
La investigación científica se caracteriza no sólo por enunciar reglas sino especialmente por
trazar vínculos entre esas regularidades presupuestas y sus potenciales constataciones empíricas.
La tradición metodológica ha identificado dos grandes estrategias a la hora de caracterizar la
relación entre enunciados hipotéticos generales y enunciados observacionales o empíricos:
- Desde la teoría a los datos. Las hipótesis estarían disponibles al inicio del trabajo
investigativo, y el proceso avanzaría derivando de ellas enunciados observacionales
como expresión empírica de dichas hipótesis. La expresión empírica de las hipótesis
haría posible la obtención de los datos necesarios para su posterior contrastación o
puesta a prueba. Versión popperiana o falsacionista de la ciencia.
- Desde los datos a la teoría. Las hipótesis se alcanzarían como resultado del trabajo de
investigación. El acopio y la progresiva interpretación de datos marca el proceso por el
que emergen las hipótesis. Paradigma cualitativo.
Samara planteó una versión ternaria, según la cual teoría y datos están precedidos por modelos
precursores de las efectivas modelizaciones científicas. Tanto la teoría (trama de hipótesis)
como los datos (esquemas de intelección de los hechos) están implicados en los modelos. No
resulta decisivo el problema de las hipótesis o los datos, sino cómo se derivan ambos de esos
modelos. Hipótesis y datos se implican mutuamente, pero se derivan secundariamente de los
modelos asumidos previamente, sea tácita o explícitamente.
Es habitual referirse a esos modelos de modo metafórico, trazando algún tipo de analogía entre
el fenómeno que se desea comprender y algún otro fenómeno ya conocido.
Kant propone tres tipos de categorías con las que nuestro intelecto establece relaciones entre
hechos de experiencia:
- categorías de atribución: tiene tales propiedades o características
(esquema descriptivo)
- categorías de causación: tiene tales relaciones o determinaciones con bla (esquema
explicativo)
- categorías de significación: significa, representa o expresa bla
(esquema interpretativo)
El MHD con su prescripción falsadora se mostró insuficiente para dar cuenta del desarrollo y el
comportamiento de la ciencia real. Si se examina el comportamiento científico con los mismos
cánones que exige el MHD se constata que los criterios demarcatorios con los que Popper
pretende diferenciar el método de la ciencia de otros métodos no se constatan en la historia de la
ciencia.
No existe observaciones puras, toda observación está cargada de teoría y basada o apoyada en
procedimientos que deben a su turno ser sometidos a evaluación. No es posible establecer la
base empírica o el conjunto de falsadores potenciales de una teoría de forma absoluta. Las
teorías que contienen leyes probabilísticas resultan irrefutables por su propia naturaleza,
mientras que gran parte de la puesta a prueba de teorías relevantes requiere de la incorporación
de una cláusula ceteris paribus que exige que no exista ningún otro factor además del
considerado en la hipótesis a la hora de la puesta a prueba de la misma. Cualquier experiencia
que no confirme una hipótesis dada no puede dar lugar a su rechazo, siempre cabe la posibilidad
de postular la intervención de elementos no previstos que impiden el cumplimiento de la
máxima ceteris paribus y que son precisamente los que afectan la experiencia.
Con el FMI se cae en un exceso de convencionalismo. Pese a la supuesta superación del FD,
ambos comparten algunas tesis fundamentales que les impiden dar cuenta de la historia real de
la ciencia:
- Una contrastación es un enfrentamiento entre dos contendientes, la teoría y la
experimentación, de modo que en la confrontación final sólo estos dos se enfrentan el
uno al otro.
- El único resultado interesante de esa confrontación es la falsación concluyente. Los
únicos verdaderos descubrimientos son las refutaciones científicas.
Pero las contrastaciones implican al menos un triple enfrentamiento, entre teorías rivales y
experimentación, y además algunos de los experimentos más importantes resultan de la
confirmación más que de la falsación. El desarrollo de la ciencia no puede medirse en base al
destino de hipótesis aisladas; no es posible admitir una experiencia confirmatoria o refutadota
sin un contexto interpretativo de la misma.
Paso a una posición historicista (no prescrptivista): no se trata de fijar un criterio a partir del
cual prescribir qué es y qué no es ciencia, qué se debe hacer y qué no se debe hacer si se quiere
hacer ciencia.
Cada uno de los pasos del proceso de investigación no queda adecuadamente descripto si se lo
concibe sólo por referencia a una única hipótesis (sustantiva). Su puesta a prueba involucra una
serie de decisiones metodológicas que el investigador debe asumir, las que a su vez se
constituyen en presunciones hipotéticas.
El proceso de investigación puede describirse como un proceso de validación de una serie de
hipótesis mutuamente dependientes unas de otras, que conducen desde las formulaciones
teóricas a las operacionalizaciones y estrategias empíricas que paso a paso se adoptan.
- HIPÓTESIS SUSTANTIVA (NUCLEAR). Hipótesis nuclear o central de la
investigación. La estrategia de la investigación se despliega para su descubrimiento o
puesta a prueba. Se le pide validez desde el punto de vista de su adecuación teórica o
conceptual, se debe poder demostrar que los términos que utiliza así como las
relaciones que postula entre ellos se derivan de teorías establecidas o de referencias
conceptuales que se muestran coherentes entre sí, integrables a marcos más amplios y
que iluminan nuevas relaciones no postuladas previamente.
o Fase 1: validación conceptual
- HIPÓTESIS DE TRABAJO (INDICADORAS O INSTRUMENTALES). Predicciones
que se derivan de la HS. Están orientadas a la contrastación empírica y como tales
comprometen las decisiones metodológicas para la interpelación a los hechos: traducen
en enunciados observacionales (contrastables) los contenidos de la HS: la derivación de
la HDT de la HS supone muchas veces asumir presupuestos no triviales y no
justificables de manera evidente. Se compromete en la HDT la validez empírica de la
investigación. La traducción de los términos teóricos de la HS a los términos empíricos
de la HDT compromete definiciones operacionales. Las dimensiones escogidas para
expresarlas deben mostrarse validos desde el punto de vista de la representación del
concepto y los procedimientos para evaluarlas deben poner justificarse desde la
perspectiva de los procedimientos empleados para su medición.
o Fase 2: validación empírica
- HIPOTESIS DE INTEGRACION O DE SIGNIFICACION.
o Fase 3: validación conclusional
Rasgo distintivo de la ciencia: someter al dictamen de los hechos las presunciones que se
asumen como hipótesis de investigación = contrastación de las hipótesis por referencia a los
hechos. Relación mediada con la realidad.
En la ciencia se indagan aspectos no siempre evidentes o aprehensibles para la observación
espontánea. Las decisiones que se siguen para la obtención de los datos se fijan en base a
acuerdos que se validan al interior de una cierta comunidad disciplinaria y/o que pueden
estipularse de forma suficientemente precisa como para hacer posible su replicación.
Componentes del dato:
- UNIDAD DE ANALISIS: unidades/eventos/sujetos/objetos en los que se focaliza la
descripción o el análisis en un cierto momento de la investigación.
- DIMENSIONES DE ANÁLISIS O VARIABLES: aspectos/características /propiedades/
atributos que se han seleccionado para examinar o estudiar las unidades de análisis.
Refieren a variaciones entre distintos estados o valores.
- VALORES O CATEGORÍAS: estados particulares que pueden asumir las variables
- INDICADORES O DEFINICIONES OPERACIONALES: maneras de medir o evaluar
las variables: qué se medirá (dimensión) y cómo se medirá (procedimiento).
Los componentes del dato pueden ser concebidos como el resultado de ciertas operaciones
cognitivas:
1) ENTIFICAR: identificar las entidades abordables empíricamente para evaluar aquellos
aspectos que se consideran potencialmente relevantes, conforma a las hipótesis de la
investigación.
2) CLASIFICAR: identificar la sustancia o asunto de la variable y definir las categorías o
clases en que se clasificarán las entidades.
3) OPERACIONALIZAR: estimar procedimientos para evaluar los estados o las clases a
que pertenecen las entidades, conforme a los criterios de clasificación o categorización
seleccionados.
GALTUNG Todo dato se organiza conforme a una estructura lógica invariante (independiente
de cualquier contenido particular): la matriz de datos. Ésta tiene 3 componentes: unidades de
análisis, variables, valores.
Las operaciones invariantes del lenguaje de datos se reconocen en todo enunciado descriptivo
(informa sobre un estado de cosas).