Está en la página 1de 2

CONCLUSIONES

En primer lugar los arbitrajes se distinguen por la rapidez en su desarrollo y resolución de


controversia A diferencia de un juzgado cuya duración del procedimiento es incierta el
procedimiento arbitral fija una fecha para la emisión del laudo.

En segundo lugar el procedimiento arbitral se distingue por permitirá a las partes la aportación de
cualquier medio probatorio de forma mucho más flexible que en un procedimiento judicial. Ello
permite que el auto se acerque más a la realidad de la controversia hice aparte del carácter formal
del procedimiento, qué es lo que distingue la actuación en los juzgados.

El procedimiento arbitral y del laudo arbitral no son generalmente públicos, y se pueden hacer
confidencialmente. En este sentido destaca más que empiezan hacer comunes las cláusulas de
confidencialidad entre las entidades que se someten al arbitraje para impedir que se dañe su
imagen frente a los terceros o se utilice el laudo arbitral en contra de las entidades litigante que ha
sido vencida.

Este tipo de resoluciones puede ayudar a mantener una mejor relación entre ambas partes, y al
pasarse la confidencialidad, el público no tiene porqué conocer de sus disputas, lo que ayuda a
mantener una mejor imagen.

Carecen de impugnación. Esta es quizás una de sus principales ventajas, si en los procedimientos
judiciales el vencido suele impugnar hasta las últimas instancias en el caso del arbitraje, el laudo
no puede ser impugnado tan solo podrá ser solicitada su anulación ante los tribunales si se han
vulnerado los motivos formales y tasados que se pactaron.

Los laudos son ejecutables de la misma manera que la sentencia. Aunque en principio podría
parecer lo contrario, es más fácil que se reconozcan un laudo en un territorio extranjero que una
sentencia dictada por una por un juez de otro país. A esto ayuda el Convenio de Nueva York de
1958, del que una gran mayoría de países son miembros.

La disponibilidad y de los árbitros y la celeridad de sus lados, en contra de lo que sucede con los
jueces quiénes suelen estar más ocupados y disponen de menos tiempo para dedicar a cada caso,
los árbitros pueden dedicar una mayor tiempo a resolver los conflictos. Si a esto le unimos la
posibilidad de fijar el plazo máximo para la resolución del asunto en el convenio arbitral, podemos
tener un laudo en un mucho más breve periodo de tiempo que una sentencia.

Sistema más sencillo que el judicial, al ser el arbitraje un sistema donde las partes acuerdan el
método por el que se resolverá el conflicto, se ahorra el tiempo y esfuerzo que conlleva conocer el
sistema judicial del país o región que debiera conocer del asunto.

Confidencialidad. Ante el carácter público de los sistemas jurídicos, para el arbitraje puede acordar
de la privacidad y confidencialidad del mismo, quedando el conflicto, las pruebas y el laudo
desconocidos para conocimiento público.

Al someterse una disputa al arbitraje, en principio, la vía de la Administración judicial queda


excluida claro que sí ambas partes lo acuerdan, el arbitraje puede ser revocado en favor de la
Administración de Justicia. Por ello tanto para someterse a él, como para revocar lo cuando ya se
está acordado, el consentimiento de las partes es imprescindible.
Por arbitraje puede resolverse canto una disputa ya existente como una posible disputa futura
dimanante de un contrato en el que aparezca una cláusula de sometimiento a arbitraje.

Teniendo todo esto en consideración, no es de extrañar que se considere al arbitraje un medio


más rápido para la resolución definitiva de conflictos, no ignoremos que los plazos habituales en la
Administración de Justicia suelen alargarse en el tiempo, mientras que en el arbitraje tiene un
período de resolución más breve.

También podría gustarte