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CARRERA DE DERECHO
ASIGNATURA: DERECHO DE EJECUCIÓN PENAL
CATEDRATICO:
ABOG. RENÉ DAVID DIAZ RODRÍGUEZ
PRESENTADO POR:
ROBERTO LEONEL VARELA HERNANDEZ
319070008
En nuestro país actualmente el tema de los Derechos Humanos relacionado con el tema de los
privados de libertad, son de alto debate y estudio fundamental de aplicación para la defensa en
general y aplicación de estos derechos como desarrollo humano.
Es en este trabajo se ha realizado un análisis de las razones por las cuales el sistema penitenciario
representa un desafío, tanto para los representantes del Estado (política-pública), como para los
defensores públicos y privados y también para todos los afectados en este caso los privados de
libertad.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
1.º. Analizar los mecanismos que el Estado aplica en la ley del Sistema Penitenciario para
aplicar a los privados de libertad.
2.º. Identificar si el fin primordial de la Ley del Sistema Penitenciario en Honduras esta
siendo aplicado de acuerdo a lo establecido.
5.º. Enlistar los requisitos que deben cumplir los establecimientos penitenciarios en
Honduras.
6.º. Comparar la teoría con la realidad de las condiciones de vida de las personas privada de
libertad establecido en la ley del Sistema Penitenciario en Honduras.
MARCO TEORICO
La investigación comienza con el objeto de estudio, abordando EL SISTEMA
PENITENCIARIO HONDUREÑO, ubicado en el marco de la región y se analiza el contexto
carcelario nacional y sus principales características, resaltando que existen fuertes indicios de
ingobernabilidad y hacinamiento, situación que debe ser priorizada en materia política pública.
El Sistema Penitenciario se encarga de vigilar que las personas, que por alguna razón se
encuentran privadas de su libertad en los distintos centros de readaptación y reinserción social,
establecimientos penitenciarios, separos preventivos y centros de internamiento y atención
juvenil del Estado, se les garantice y gocen de todos sus derechos fundamentales, a excepción
hecha de aquellos que legalmente les han sido limitados.
Además, Supervisa que el lugar o la instancia en que se encuentran las personas detenidas, esté
en adecuadas condiciones estructurales y funcionales, que haya buena iluminación, ventilación,
higiene, y que cuenten con todos los servicios indispensables y necesarios para que puedan vivir
dignamente.
Revisa que se les otorgue alimentación en calidad y cantidad suficiente; atención médica,
psicológica, psiquiátrica, educación, actividades laborales, recreativas y deportivas;
comunicación telefónica con su familia, defensor e Instituciones, visita conyugal y familiar,
etcétera.
Observa que la actuación de los Defensores Públicos en los procedimientos penales, se realice
responsable y adecuadamente.
Ayuda vigilando que se respeten todos los derechos humanos de las personas privadas de su
libertad.
Acude a los centros de internamiento y separos preventivos a recabar las quejas por presuntas
violaciones a derechos humanos, en contra de autoridades y servidores públicos.
En el transcurso de las décadas siguientes fue notorio que los Gobiernos en el Poder reflejaron su
estilo de mandar en el trato que dieron a los penados, son abundantes las historias que cuentan
los abusos o el buen trato que recibieron de parte de las distintas autoridades; el castigo sin
misericordia, la tortura, la represión y otras formas de "Corrección" son parte del legado
histórico que impregna las paredes de muchos Centros Penitenciarios. Sin embargo, el buen
sentido y la bondad de la sociedad se han hecho sentir en la concepción del problema y se ha
mitigado y cambiado la dureza del tratamiento por nuevas alternativas que conllevan como
finalidad devolver al individuo como elemento útil a la sociedad.
Hasta los años 40 fuera de los presidios construidos en las distintas Cabeceras Departamentales,
funcionaron en los municipios de la República, las cárceles preventivas que consistían en un solo
cubículo, generalmente contiguo a la Alcaldía Municipal, con un solo portón de cuartones
formando cuadrados, una cadena y un candado, custodiados por soldados al mando de un
comandante. - Las personas detenidas, dependiendo de la gravedad de su delito, eran enviados a
la Penitenciaría Central "Por Cordillera", es decir que a falta de vías de comunicación cruzaban
caminos de herradura y montañas a Pie y a lomo de Bestias, para poder llegar a la Capital.
En los años 50 aun servía de reclusorio Penitenciario El Castillo San Fernando de Omoa. La
mayoría de los Centros Penales, llamados presidios, formaban parte en sus instalaciones físicas
de los denominados cuarteles (Véase el caso de Gracias, Juticalpa, Yoro, Yucarán, Santa
Bárbara, Nacaome, La esperanza, Santa Rosa de Copan y Ocotepeque).
A principios de los años 60, durante el periodo de la Segunda República, se tomaron una serie de
medidas para restaurar los Centros Penales en especial la Penitenciaría Central y darles a los
internos un tratamiento acorde a su condición humana, misma que no tuvieron en las décadas 30
y 40. A mediados de los años 60, la firma consultora "León y Asociados", realizó un diseño para
cárcel de mujeres que sería construida en el Valle de Tamara.
En 1965 se realiza un diseño de reclusorios Penitenciarios para la región central el cual sería
construido en el sitio de San Juan de Liquitimay, jurisdicción de Ojo de Agua, Municipio de
Yuscarán, Departamento de El Paraíso.
En 1966 se diseñó un Centro Penal para San Pedro Sula, que sería construido en la zona de
Calpules en un lote donado por la Tela Railroad Company.
Mediante Decreto Legislativo No. 156-98, del 8 de agosto de 1998, la Dirección General de
Establecimientos Penales, pasa de la Secretaría de Estado en el Despacho de Gobernación y
Justicia, a la Secretaría de Estado en el Despacho de Seguridad, recayendo la responsabilidad en
la Dirección General de Servicios Especiales preventivos.
A partir del 4 de diciembre del 2014, la administración de las cárceles del país pasó a formar
parte del recién creado Instituto Nacional Penitenciario (INP). Dependiente del Ministerio del
Interior y Población (Ahora Secretaría de Estado en los Despachos de Derechos Humanos,
Justicia, Gobernación y Descentralización), la administración de las cárceles estuvo a cargo de la
Dirección Nacional de Servicios Especiales Preventivos, la cual es parte integrante de la
Dirección General de la Policía Nacional, por disposición de la Ley Orgánica de la Policía
Nacional (artículos 2, 11 y 52); y por lo tanto, es parte de la cartera de la Secretaría (o
Ministerio) de Seguridad.
Es desde el año 2015 el estado de Honduras cuenta con un nuevo 'Reglamento General de la Ley
del Sistema Penitenciario Nacional', el cual es un instrumento jurídico que regula el
funcionamiento del Instituto Nacional Penitenciario, la vida en los Centros Penitenciarios y
Penitenciarías Nacionales, incluyendo entre otros aspectos el régimen de visitas a personas
privadas de libertad, el trabajo de los internos penales, el acceso a formación, educación y salud,
así como la labor de rehabilitación y reinserción social de quienes se encuentran en condiciones
para recuperar su libertad.
Para ampliar, en términos históricos, fue en la década de los setenta, que el penal conocido como
la PC, alcanzó una de sus mejores épocas. Gracias a la colaboración de dueños de almacenes en
el centro de la capital y la de algunos institutos de segunda enseñanza se logra fundar el primer
colegio al interior del recinto. Por primera vez en su historia, la PC lograr graduar a bachilleres y
peritos mercantiles. También se rehabilitó el olvidado centro vocacional construido durante la
administración Carías. En él, muchos aprendieron a leer y escribir e instruirse en un oficio, como
zapatería, carpintería, sastrería, entre otros, para montar sus propios negocios una vez en libertad.
(IHAH, 2002) luego de la destrucción del penal por las condiciones climáticas en 1998 este fue
abandonado y su población carcelaria que era de 3,500 privados de libertad, se trasladó a
continuar su condena a la actual Penitenciaria Nacional.
Otro dato de interés en términos de desarrollo del sistema penitenciario es que fue hasta el siglo
XX que el Estado de Honduras contó con al menos dos leyes importantes para normar la
organización y funcionamiento de los establecimientos penales: la primera fue la Ley
Reglamentaria de Presidios (Decreto No.129 de 3 de abril de 1909) y la otra, la Ley de
Rehabilitación del Delincuente (Decreto No. 173-84 de 15 de octubre de 1984, vigente desde el
13 de marzo de 1985). (Congreso Nacional de Honduras, 2003) Previo a la modernización del
Estado, entre los años 80 y 90 aún en el escenario de toma de decisiones local no se había
analizado la posibilidad de una política pública encaminada al mejoramiento del sistema. A partir
de 1998, la situación de los centros penales del país se volvió inestable. Incendios, motines y
fugas masivas comenzaron a caracterizar la “crisis” del sistema penitenciario hondureño. Ante
esta situación, el Gobierno Central reaccionó colocando en manos de la policía la dirección y
administración de los establecimientos penitenciarios. Hasta ese momento responsabilidad
exclusiva de la Dirección General de Establecimientos Penales, dependiente de la Secretaría de
Estado en los Despachos de Gobernación y Justicia (Congreso Nacional de Honduras, 2003).
De acuerdo al articulo 12 de la Ley de Rehabilitación del Delincuente el país deberá tener los
siguientes establecimientos penales:
1) Las Penitenciarias Nacionales, para el cumplimiento de las penas que excedieren de tres (3)
años.
2) Las Cárceles Departamentales o Seccionales, para el cumplimiento de las penas que
excedieren de tres (3) años.
3) Las Cárceles Locales, para el cumplimiento de las penas de prisión.
Además, se cuenta también con los establecimientos de los batallones donde se garantiza la
detención temporal de destinados a la privación de libertad de involucrados en delitos de alto
impacto o de servidores públicos de alto rango, entre estos centros están:
En la actualidad tomando en cuenta las sugerencias realizadas por las diversas entidades de
carácter internacional en materia de derechos humanos, se ha enfatizado en la construcción de
centros penales que posean características de modernidad y atención al privado de libertad desde
una óptica distinta a la que se ha venido manejando en años anteriores. Aun es complejo el
escenario, se requiere necesariamente de aspectos organizacionales y estructurales que permitan
el desarrollo de condiciones adecuadas, no obstante, se ha avanzado moderadamente en términos
de desarrollo, siendo así como se han construido centros penales adecuados al nuevo sistema de
seguridad llamándoles Centro Penitenciario de Máxima Seguridad, ubicados en áreas o predios
más amplios y que le den al privado de libertad mayor seguridad.
Honduras tiene una población penitenciaria de más de 22.000 personas, distribuida en los centros
penales y tres anexos en sedes militares, con fallas de infraestructura y en condiciones de
hacinamiento. Según la Organización Caritas Honduras quien trabaja de cerca con los Derechos
Humanos refiere que hay 8761 reos por encima de la máxima capacidad de los penales. Algunos
establecimientos como los de Puerto Cortés o Támara, el hacinamiento supera el 200 por ciento,
lo cual provoca el hacinamiento con falta de higiene e inadecuada ventilación, lo que constituye
una seria amenaza para la salud de las personas detenidas.
LISTA DE CENTROS PENITENCIARIOS CON QUE CUENTA EL SISTEMA
PENITENCIARIO EN HONDURAS.
Año Número
Establecimiento
de de
Penitenciario
construcción Plazas
El Sistema Penitenciario hondureño según datos del Instituto Nacional Penitenciario contabiliza
a 20687 personas adultas privadas de libertad, dentro de las cuales 1,219 son mujeres, sin
embargo, las cárceles a nivel nacional solo tienen capacidad para albergar a 14,780 personas, lo
que indica que todas tienen un 99% de hacinamiento, los casos más graves se dan en el Centro
Penitenciario Nacional de Támara cuya capacidad es de 1,800 privados y en la actualidad albera
a más de cuatro mil. San Pedro Sula con capacidad para 1,300 y tiene casi a tres mil internos, en
Puerto Cortés el centro de reclusión tiene un máximo de ingreso de 226 y hay casi 500. En Santa
Rosa de Copán con un límite de 300 y congrega a 700, misma situación se da en Santa Bárbara
con una capacidad para 150 personas almacenando 391. Lo anterior hace ver que existe una
sobre población en cada centro lo que lleva a una especie de hacinamiento que provoca el
malestar de los privados de libertad en cuanto al sistema psicológico como el físico ya que
provoca actitudes negativas, presiones y mal comportamiento, así como la aparición de
enfermedades y por ende el contagio masivo de las mismas entre la población de los centros
penitenciarios.
La prisión preventiva según el Código Procesal Penal estipula que una persona puede estar en
prisión preventiva hasta dos años con seis meses de prórroga. En cuanto a la mora judicial en
Honduras, según datos del Poder Judicial oscila entre 156,401 y 186,987 casos, la mayoría de
categoría penal que a lo largo de los años han quedado engavetados en los archivos de los
diferentes juzgados, lo que lleva a una conclusión de porque hay tanto atraso en la sentencia de
los privados de libertad en el país.
La responsabilidad del estado de Honduras no solo es velar porque los reclusos cumplan sus
penas, sino también por la seguridad de los mismos. Sin embargo, el estado no es capaz de
cumplir con este cometido a cabalidad. La CIDH a Honduras, identificó y constató graves
deficiencias estructurales en los establecimientos carcelarios que han conducido a su colapso. Ya
en otras ocasiones los órganos de protección de DDHH del Sistema Interamericano y los órganos
del Sistema Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas, han venido refiriéndose
constantemente a la situación de graves deficiencias estructurales que padece el sistema
penitenciario hondureño.
Entre los graves problemas que padece el sistema penitenciario de Honduras identificados por la
CIDH se encuentran incompatible con las obligaciones internacionales asumidas por el Estado,
son:
1. la delegación del control interno de los centros penitenciarios a los propios reclusos;
2. el hacinamiento;
3. la falta de presupuesto y de un marco normativo adecuado;
4. el personal penitenciario;
5. la falta de separación por categorías.
Cabe mencionar en esta investigación que el Estado de Honduras actualmente esta poniendo
especial atención al sistema penitenciario en cuanto a la aplicación de mecanismos que ayuden a
que se le dé un mejor tratamiento al privado de libertad y que se le aplique el derecho de las
garantías que los derechos humanos exigen, pero al pasar a manos de las autoridades policiales
1.6.- ECONOMÍA PENITENCIARIA
En Honduras, no hay políticas públicas que dicten líneas generales de la actuación de los poderes
públicos en materia penitenciaria, cabe agregar que el presupuesto destinado a los centros es bajo
y no ha evolucionado significativamente, aun con la construcción de nuevos centros de reclusión,
circunstancia que no permite mejorar las condiciones de vida de los privados de libertad.
Asimismo, el negocio informal crea espacios para el ingreso de efectos ilícitos, como drogas o
alcohol, cuya circulación en las cárceles es un factor generador de violencia; y puede llegar a
generar una situación de facto totalmente anómala y perjudicial en la que tales negocios ilegales
sustituyen a la administración penitenciaria en la provisión de elementos básicos esenciales para
la vida de los reclusos.
Se debe de Identificar los métodos de búsqueda de evidencias en el lugar de los hechos, que
permitan un adecuado manejo de la escena, Buscar técnicamente las evidencias que hacen parte
de la escena, aplicando los métodos técnicos para tal fin, Asegurar, proteger y preservar las
evidencias halladas en la escena del Delito, Recolectar técnicamente las evidencias de acuerdo a
las características de las mismas conjuntamente con su documentación fotográfica, así como su
ubicación planimétrica en la escena, Aplicar la clasificación de las evidencias para lograr la
adecuada preservación, embalaje y por último el Manejo de la cadena de custodia.
1.7.- PARTE LEGAL
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral
2. Nadie debe ser sometido a torturas, ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
3. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano.
Corresponde al Estado nombrar procuradores para la defensa de los pobres y para que velen por
las personas e intereses de los menores e incapaces.
Darán a los privados de libertad asistencia legal y los representarán judicialmente en la defensa
de su libertad individual y demás derechos.
Responsable de:
Existen cuerpos legales modernos que garantizan el respeto a todos los derechos y a iguales
condiciones de vida y a un buen trato a los privados de libertad.
Las organizaciones civiles mas destacadas en la defensa de los Derechos de los Privados de
Libertad son:
1) PASTORAL PENITENCIARIA: organización perteneciente a la Iglesia Católica, que se
dedica a realizar campañas de evangelización, además, da apoyo legal a los privados de
libertad en la tutela del goce efectivo de sus derechos y realiza actividades para mejorar su
calidad de vida, enseñándoles a trabajar en talleres de su propiedad donde enseñan panadería,
sastrería, elaboración de velas, carpintería y otros; en algunos centros coordinan las
actividades de la escuela y cursos libres de inglés.
Ambas organizaciones vigilan el efectivo goce de los derechos de los privados de libertad y
coadyuvan con la administración en diversas áreas de trabajo.
Los directores de reclusorio son los gerentes operativos y son responsables de la administración
y buen funcionamiento de un centro reclusorio. Aunque el principal trabajo es el personal de
gestión, muchos de los puestos incluirán trabajo de contacto directo con los presos, es decir,
trabajar en la readaptación social.
En Honduras, no hay políticas públicas que dicten líneas generales de la actuación de los poderes
públicos en materia penitenciaria, cabe agregar que el presupuesto destinado a los centros es bajo
y no ha evolucionado significativamente, aun con la construcción de nuevos centros de reclusión,
circunstancia que no permite mejorar las condiciones de vida de los privados de libertad.
INFORME DE CONAPREV
TESIS DOCTORAL
MARZO 2017.
CONGRESO NACIONAL
PODER JUDICIAL